▶ Capítulo 8

Con una sonrisa dibujada en sus delgados labios Moon Bin se volteaba de aquí allá en la espaciosa cama del castaño, se arrullaba mas entre las suaves sábanas de esta mientras abrazaba una almohada y enterraba por inercia su nariz en aquella, respirando gustoso el agradable olor que esta desprendía.

Todo, absolutamente todo, olía a Sanha.

Suspiros desde el fondo de su ser se escapaban de su boca. Aún mantenía sus ojos cerrados solo por pereza, ya que no tenía ganas de seguir durmiendo.

Las imágenes de lo que paso en la noche se proyectaban como una película en su mente una tras otra, y le encantaba. Le encantaba recordar aquella suave piel entre sus labios, entre sus dedos y piel, cada gesto que hacía su amigo ante sus toques, le volvían loco, como sus lindas hebras rubias se removían en cada fuerte estocada.

No lo podía creer.

Había hecho el amor, pero no con su "Gran amigo" Como le solía decir, si no con un angel.

Un ser que no es de este mundo, por lo hermoso que era.

Aquellas imágenes se sumergían en sus pensamientos, y no se tomaba ni la mas mínima molestia en detenerlas, es mas, se impulsaba en recordar cada glorioso detalle.

- Te amo - su sonrisa se ancho el doble al recordar aquello.

Estaba feliz, Sanha le amaba tanto como él lo hacía.

Pero como el gran estúpido que era, fue incapaz de admitirlo en aquella muestra de amor.

Siguió rodando en aquella espaciosa cama, hasta que la necesidad de seguir tocando algo suave, lo impulso a levantarse al fin.

Se incorporó en la cama con un gran bostezo, pero aún con su sonrisa resplandeciente, busco con sus ojos soñolientos su bóxer oscuro, hasta que recordo haberlo dejado doblado junto a su ropa encima de la cómoda, pero al no verla donde la dejo pensó que tal vez Sanha la había puesto en la cesta de ropa sucia, y es así como se dirigió al closet del anterior nombrado en busca de ropa limpia de él, tenía un montón, sin contar todas las camisas que Sanha usaba para dormir, aquellas ya no les pertenecia.

Sonrío aún mas como un tonto al recordar como Sanha le hizo un gran berrinche para que se las regalara, y como nunca pudo negarse ante los pedidos de aquel hermoso pollito, se las regalo sin hacerse de rogar ni a cambio de nada, era el amor de su vida después de todo, y era su necesidad de verle feliz siempre y si lo lograba con cosas simples como esas, lo haría todo el tiempo posible.

Luego de haberse decidido por un pantalón gris deportivo y nada mas, fue hasta al baño dispuesto a asearse.

Una vez limpió salió de la habitación con la única prenda que había elegido, camino tarareando una canción por el pequeño pasillo del departamento hasta dirigirse a la cocina, al llegar se encontró con una imagen digna de ver y admirar el resto de su vida.

Su amigo se encontraba cortando unas frutas, con una de sus tantas camisas grandes blancas, esta era tan fina a tal punto que se lograba ver su cremosa piel, su bóxer negro y sus tan lindas como pequeñas tetillas café claro, su lindo cabello castaño hecho un desastre no ayudaban.

Se quedó embobado ante la imagen y se acercó, sus manos picaban por tocar esa tersa y suave piel de nuevo.

Y lo hizo, lo abrazo por la espalda tan fuerte que hizo detener a Sanha su acción de seguir cortando las frutas.

- Buenos días - susurro en el oído del menor, mientras seguía oliendo el cabello ajeno.

Parecía un loco adicto, con la única diferencia que su droga era una muy especial.

Sanha, la única droga que estaba dispuesto a consumir todo el tiempo posible, y no estaba dispuesto a dejarlo.

- Buenos días, Binniee - respondió el
castaño haciendo un leve movimiento
para liberar sus brazos y seguir cortando las frutas.

Moon Bin no lo tomo a mal solo paso sus brazos por debajo de los de Sanha y procedió a besar la suave piel del cuello ajeno, apegándolo mucho mas al mesón.

- ¿Qué haces?

Sanha volvió a detener su acción de
cortar las frutas.

No me dejas preparar el desayuno volvió a decir.

Pero Moon Bin no le escuchó, es mas aprovechó el momento en que dejó el cuchillo aún lado para voltearlo y seguir abrazándolo con fuerza mientras hundía su nariz en el cuello.

- Solo un momento... Déjame tocarte un momento - respondió con voz ronca.

- ¿Tocarme? - preguntó irónico - Vamos Binnie, desde cuando quieres tocarme, estás muy raro hoy - su voz apenas se escuchaba por el fuerte agarre.

El rubio deslizó sus manos con sutileza por la fina espalda de su amigo, hasta perderse al final de esta.

- Mo-Moon Bin.

Moon Bin soltó su agarre un poco y se incorporó hacia abajo para agarrarlo desprevenido de los muslos y alzarlo hasta lograr dejarlo sentado en el pequeño mesón, en el trance logro escabullirse en medio de sus delgadas piernas. Una vez logrado su cometido le vio a sus lindos ojos avellanas y sonrió.

- Estas loco.

Sanha respondió a la sonrisa y volteó hacia donde estaban las frutas picadas con las que aún le faltaba de hacerlo, agarró una fresa y se la llevo a su boca comiendo sola mitad de ella.

- Eres hermoso Sanha... Muy hermoso.

Sanha volteo a verlo de nuevo, pero no respondió. Moom Bin le vió detenidamente antes de comenzar a repartir varios tiernos besitos en ambas mejillas, amaba con locura esos hermosos mofletes de su pequeño, cuando creyó que era suficientes de ello, se separó a verlo de nuevo, sus bellos ojos oscuros brillaban como dos luceros, tenían ese cierto brillo de un adolescente enamorado; pero ¿Cómo no se había dado cuenta de ello?

Estaba perdidamente enamorado de Sanha.

Perdido en la belleza del castaño se iba acercando lentamente hacía los gruesos labios de este, tenía tantas ganas de volverlos a probar, cerró sus ojos para tan mágico momento, pero cuando estuvo a una milésima cerca de ellos, lastimosamente sus labios no tocaron aquellos.

Su amigo había girado su rostro,
haciendo que se estrellase con su mejilla derecha.

Moon Bin se separó de nuevo pero esta vez confundido y observó como Sanha se acabó de meter el resto de la frutilla en la boca, para luego solo sostener la hoja de aquella entre sus cortos dedos.

- Primero, los amigos no se besan Binnie... Segundo, los amigos no se tocan.

Sacó las manos ajenas de su cintura.

- Y...Y lo que sucedió ayer entre nosotros - dijo confundido.

- Ayer... - guardó silencio unos cortos
segundos - No sucedió nada Binnie - ayer solo dormimos - respondió
viendolo a los ojos.

¿Dormimos?  repitió Moon Bien en su mente, eso era vil mentira, no solo durmieron.

- ¿Por qué te comportas así mi pollito? - preguntó frustrado.

Sanha sonrió.

- Tercero y mas importante, ya no me digas pollito, creo que has estado conmigo lo suficiente para saber que soy un hombre grande Binnie. No quiero que me estés diciendo esos apodos, soy gay y me gustan los hombres, sí, pero no me gusta que me digas así, me siento bien siendo así como soy, tengo la suficiente confianza para seducir a un hombre así tal como soy.

- Tienes razón en ello, pero a mi me encanta decirte polli...

El castaño lo fulminó con la mirada.

- Sanha.

- Eso. Así me gusta, y ahora déjame bajar Moon Bin, viene mi novio y quiero tener todo listo para desayunar los tres.

A Moon Bin casi se cae la mandíbula al escuchar aquellas palabras, en especial
una.

¿Novio?

Pareció haber escuchado mal, así que impidiendo que Sanha se bajara del mesón, apreso de nuevo sus caderas entre sus manos.

- ¿Novio?...

preguntó con duda, mientras rogaba internamente haber escuchado mal - Escuché mal, perdón amor.

- Yo no soy tu amor Moon Bin, tu amor es Yeji la mujer que amas, recuerda... Soy solo tu gran amigo como me sueles decir, y sé que yo te impulse a llamarme así, pero esta mal, no está bien que lo hagas delante de Yeji, ella es buena y no se lo merece, así que como lo comencé lo detengo, ya no me llames así de nuevo, nunca más, entendido - Moon Bin asintió no con mucha ganas que digamos - Y respecto a la palabra novio, sí, escuchaste muy bien, ahora déjame bajar por favor amigo - recalcó la última palabra con una sonrisa en su labios.

Se removió un poco incómodo hacia adelante, pero sin borrar aún su sonrisa de sus labios, trató de bajarse pero Moon Bin se lo impidió de nuevo apresando su cintura con un poco mas de fuerza.

- ¿Qué novio?, ¿Desde cuándo tienes un novio Yoon Sanha? - le atacó con preguntas muy enojado.

- Binnie, creí habértelo contado hace tiempo, claro, como tú estabas muy pendiente de tu novia no me escuchabas, eres un muy mal amigo - puchero.

- No me quieras enredar con mentiras Sanha, tú nunca me dijiste nada.

- Nunca - puchero tratando de recordar - Es cierto... - sonrió - Pero bueno, no importa, solo somos amigos ¿Verdad?... Se nos puede pasar una que otra cosita, así como tú por ejemplo, quieres que te recuerde como supe que salías con Yeji... Pues deja y te explico - volteo a coger otra fresa y la unto en sus delgados labios solo chupándola con sensualidad - Empecemos con que hubo una temporada que dejaste de verme, uno o dos meses algo así - dijo restándole importancia - Estuve muy asustado al no saber de mí mejor amigo y como buen amigo que soy... Yo si me preocupe mucho por ti, y te llamé cosa que tú no hacías porque supongo que no sabías que existía un teléfono para poder hacerlo, y cuando por fin creí que dabas una señal de vida, a que no adivinas quien contesto - sonrió ladino -
Exacto... Yeji, diciéndome que estabas en Tailandia, bonito no.

Moon Bin apretó su mandíbula tenso para luego soltar un suspiro sonoro.

- Sanha... No mezcles las cosas, no es lo mismo, además...

- Además nada Moon Bin, es lo mismo, no entiendo cuál es la diferencia entre tú y yo que nada es lo mismo para tí, yo soy solo tú amigo, así que no le tomes mucha importancia a ello si.

- Pe...

Antes de que soltara otra palabra más, Sanha le metió la fresa que tenía a su boca, tomándolo desprevenido, aprovechó para soltarse al fin de sus manos y bajar a continuar lo que estaba haciendo.

- Sanha... No entiendo, ¿Por qué te portas así?

- ¿Cómo Binnie? - sonrió caminando hacia su platera, sacando de esta tres platos tendidos y tres vasos.

- Tan así, diferente ¿Por qué actúas como si nada a pasado entre nosotros? - Moon Bin estaba desconcertado mientras observaba al castaño reír como si nada.

Sanha sirvió las frutas cortadas en porciones iguales en cada plato de manera elegante, lo decoró con un poco de yogurt ligth y avena, una vez listo cada plato camino hasta su comedor siendo perseguido por Moon Bin.

- Sanha - el rubio volvió a mencionarlo por décima vez.

Al ver que el castaño no tenía intenciones de hablar, guardo silencio unos minutos, se sentía lastimado por la actitud de repente de Sanha hacia él, esa aura de alegría que este desprendía lo hacía sentir peor.

Era su culpa, no podía minimizar la cosas así por así, el estaba consiente de las palabras que le había dicho, pero su orgullo no lo dejaba aceptar toda la culpa, así que esperando aún una respuesta lo persiguió en todos los viajes que este hizo hacia su cocina. Sanha dejó listo los tres platos ya servidos en su respectivo puesto junto los vasos y tenedores.

- Sanha responde - volvió a insistir,
ya había guardado demasiado silencio -  ¿Por qué no tienes respuesta a lo último?

- No hay nada que responder Binnie.

Al fin había decidido decir algo al respecto, debido a su gran insistencia, le siguió otra vez hacia su cocina donde Sanha se dirigió esta vez hacia su nevera sacando una jarra con jugo natural de naranja, vió como volvió a pasar a su lado para volver a la sala dejando así la jarra en el centro de la
mesa.

Sonrió ampliamente por su maravilloso
trabajo decorando mesa.

- Creo que solo falta las servilletas ¿Verdad?... ya regreso.

No alcanzo a dar media vuelta, ya que Moon Bin le sostuvo del brazo impidiendo su cometido.

- ¡Sanha! - dijo ya cansado.

- Ahora todo va ser como antes mi gran amigo - sus ojos avellanas conectaron con aquellos esferos negros que reflejaban mucho dolor, mientras él mantenía una falsa sonrisa en sus finos labios.

El sonido del timbre fue el que los hizo separarse. Sanha se dirigió alegremente a la puerta, apenas la abrió no espero a que la persona ingresara al interior de su apartamento, en vez de eso se lanzó a sus brazos.

- Sanha, ¿Cómo a estado mi precioso novio?

Moon Bin observó todo estático, no sabía como reaccionar, estaba confundido, se sentía molesto, ignorado, engañado, pero sobre todo dolido, muy pero muy jodidamente dolido.

- Muy bien Rocky y tú cómo has estado... Me extrañaste - soltó coquetamente mientras se acercaba a los labios ajenos y dar un casto beso.

El guapo joven presente devolvió gustoso el beso sorpresivo que le dió su novio.

- ¿Pero qué rayos? - mascullo molesto Moon Bin desde donde se encontraba.

Sanha se separó muy despacio y ayudó al chico con su maleta, parecía recién haber llegado de viaje, según los equipajes que traía consigo.

- ¡Binniee!... ¡Ven ayúdame! - puchero.

El mal humor del rubio se percibía desde la corta distancia, sus ojos oscuros parecían botar fuego.

- ¿Porqué habría de hacerlo?

Con lo último dicho tomo asiento cabreado en el puesto que era para el noviecito de su amigo, y lo sabía por la manera que adorno el plato de este de manera especial, con fresas cortadas en forma de triángulo alrededor.

- Que egoísta susurro Sanha - pero no lo suficientemente bajo, ya que le escuchó.

- ¡¿Y sigues diciéndome así Sanha?!

- ¡Si lo eres, tonto! - le sacó la lengua tratando de arrastrar una pesada maleta.

- Déjalo mi amor, yo puedo hacerlo solo.

- ¡Exacto! - Moon Bin con enfado se sirvió jugó en su vaso y se lo tomo de golpe.

La pareja terminó de entrar las maletas ante la atenta mirada de enojo que les regalaba Moon Bin, el rubio a lo único que se dedicó era a comer como si nada y a torcer los ojos en cada afecto de cariño que estos se daban.

Sanha no le reclamo porque comiera del plato que con tanto esmero le preparo a su novio, conocía como era Moon Bin y sabía que no tenía remedio.

- La última, al fin - dijo el chico agotado.

Sanha tenía sus mejillas levemente sonrojadas por el cansancio y sus labios entre abiertos tratando de regular su respiración.

- Yo no se porque tantas maletas - Moon Bin por segunda vez no dejo de expresar su mal humor dando otro sorbo a su jugo - No entramos tantos en este departamento.

El castaño lo fulminó con su mirada, como amenaza a que se callará y lo hizo, tuvo que tragarse sus palabras.

- Moon Bin, hermano... Tanto odias mi regreso.

Minhyuk no dejo de mostrar su resplandeciente sonrisa cuadrada mientras le veía.

- ¿Hermano?, ¿Me dijiste hermano? - se
paró de su asiento desafiante.

- Si... No te acuerdas de mí Moon Bin.

El dulce chico se acercó sin importarle la actitud de Moon Bin hacia él. Una vez cerca, el rubio analizo por completo su rostro.

Minhyuk, el Park Minhyuk que se fue hace 10 años a Francia.

El sonriente joven asintió, pero en vez de Moon Bin hacer un gesto de empatía miró a Sanha.

- ¿A qué regresas? - fue su respuesta haciendo desaparecer la sonrisa del chico.

Tal vez si aquello se hubiese dado en otra situación lo hubiese abrazado e incluso hecho una fiesta de bienvenida, pero la palabra "Novio de Sanha" se paseaba en su cabeza que no lo dejaba pensar con claridad, haciendo el acto de querer regresarlo por donde entró.

- Que respuesta es esa Binnie - intervino Sanha - Rocky es tu amigo, ¿Por qué lo tratas así?

- ¿Desde cuando son novios, y porqué yo nunca lo supe?

Moon Bin evadió la pregunta con otra muy dolido, tenía la necesidad de saber la verdad de toda esa situación.

- Hace un año, tenemos una relación muy bonita a distancia, muy aparte de ti Bin, nunca perdí contacto con mi Sanha - respondió Minhyuk serio.

- Ya veo - observo a Sanha - Que les aproveche siendo novios entonces, espero y sean muy felices - cada palabra que soltaba era tan sarcástica como su actitud - Te cuento amigo... Yo me voy a casar mañana, con la mujer que amo - recalcó lo último viendo a los ojos al castaño - Asi que estás cordialmente invitado a mí boda, puedes ir juntos si - mostró una mueca fingiendo quieren ser sonrisa.

Sanha le miró hasta el final sin dejar de mostrar su lúcida sonrisa, demostrando que nada de lo que decía Moon Bin le importaba o afectaba.

Cuando si lo hacía.

- Felicidades amigo - lo abrazó Minhyuk sobando su espalda con afecto - Gracias por la invitación - se separó - Mi Sanha me lo contó por eso vine, quería darte una sorpresa, además... Que te parece si hacemos una fiesta de tu último día como soltero, podemos agregar mi regreso, y una reunión de reecuentro con otros amigos, trae a tu futura esposa esta noche - invitó como si fuera el dueño de la casa.

- Oye, estando la futura esposa ya no sería una despedida de soltero - dijo Sanha sonriente.

Minhyuk se encogió de hombros.

- Lo sé... Solo era una excusa para conocerla antes de la boda.

- Eres un tontito - el castaño pico la nariz ajena con su pequeño dedo índice.

"Eres un tontito" arremedo Moon Bin en sus pensamientos.

- Como sea - interrumpió tan grato momento - Ya me voy... Si sigo aquí me dará diabetes, nos vemos esta noche, que tengan buen provecho.

Después de unos 5 minutos abandonó la casa de su amigo molesto. Lo peor de todo es que ni siquiera se dieron cuenta de su salida, por estar en su propia burbujas.

Esto era frustrante.

Las horas pasaron, Moon Bin se encontraba leyendo un libro en la cama de su prometida, bueno, eso es lo que estaba tratando de hacer, ya que según él la cama estaba demasiado dura para su gusto y para nada cómoda, que no le permitía leer con tranquilidad.

- Moon Bin amor, ¿Ya dejaste de pelear con la cama? - preguntó Yeji mientras se aplicaba maquillaje, ella le observaba desde su espejo, en toda la tarde no dejo de reír.

- Estoy tratando de leer y... ¿Qué rayos le pusiste al colchón para que esté tan duro?

Molesto volvió a golpear al colchón, como que si con los golpes iba a ponerse firme y cómodo.

- Yo no le puse nada cariño, además no entiendo cómo de la noche a la mañana la cama te parece incómoda - con su brocha comenzó a ponerse corrector natural en pequeñas espinillas y manchas en la piel.

- No puedo leer así - agarro su libro de nuevo haciendo movimientos sobre la cama acomodandose molestó.

- Pero si no estás leyendo cariño.

Como que no estoy leyendo, y qué es esto - alzo su libro.

- Tienes el libro pero no estas leyendo, mira como tienes el libro primero... Ni siquiera te das cuenta como lo tienes desde que lo agarraste, y solo te la has pasado peleando con la cama - sonrió.

Miró como lo tenía y si, difinitivamente lo tenía al revés, suspiró resignado cerrando el libro para dejarlo sobre la mesita de noche.

No sabía que le pasaba, parecía que todo lo que hacía era solo una mera excusa para no pensar en ese asunto en
que Sanha este solo con otro tipo, el beso que aquellos compartieron, como a Sanha le brillaron los ojos al ver a Minhyuk después de tanto tiempo y lo que más le dolió fue que Sanha cumpliera con su estupidez de todo va ser como antes.

A quien engañaba, ya nada podía ser
como antes.

- Mejor ya párate a bañarte cariño o llegaremos tarde a la reunión con nuestros amigos.

Moon Bin abrió levemente sus labios un tanto sorprendido ya que él no había mencionado sobre ello, ¿Por qué?... La respuesta es simple, no quería ir de nuevo y ver aquellos tórtolos.

"Rocky", "mi amor", "tontito"... mierda y más mierda.

- ¿Quién te dijo? - preguntó con una mueca en sus labios.

- Nuestro lindo Sanha.

Demonios.

- Ve y bañate... Luego pasamos por tu casa para que te cambies de ropa - mando Yeji.

-¿Qué?, No tengo ropa aquí - dijo extrañado.

- No cariño, a ti nunca te gustó dejar ropa aquí.

- ¿En serio? en mi casa ya mismo no tengo ro...

Un leve recuerdo de la mañana en la que aparecía Sanha lo hizo callar al instante.

Exacto, la mitad de su ropa estaba en la casa de Sanha.

- ¿Que dijiste cariño? - preguntó Yeji ya dándose los últimos retoques.

Moon Bin suspiro aliviado, era mejor que no haya escuchado o si no, se le armaba la grande, Yeji malinterpretaria las cosas, quien no lo haria, dejando ropa en la casa de un amigo en vez de la de su futura esposa.

- Nada, ya me voy a duchar.

Pasaron tres horas aproximadamente ya se dirigían a la dichosa fiesta en el departamento del castaño en un taxi, las luces de colores se reflejaban por las ventanas más la fuerte música le daba la bienvenida.

- Vaya... Va hacer una gran noche mi amor.

Yeji bajo del taxi emocionada, Moon Bin le siguió después de pagarle al chófer; ella le había esperado para caminar juntos hacia la entrada de la casa, una vez frente de la puerta Yeji iba dispuesta a tocar el timbre pero Moon Bin la detuvo sacando la copia de la llave que el tenía.

- ¿Tú porque tienes llave de aquí? - fruncio su ceño.

- Yeji... No empieces si, Sanha es mi mejor amigo, porqué no habría de tener una, él también tiene una de mi
casa.

Abrió la puerta empujándola cariñosamente hacia dentro, le dió un beso en sus labios mientras cerraba la puerta tras su espalda.

- ¡Llegaron!...¡Al fin está aqui la pareja del año! - gritó Minhyuk con total alegría, los encargados de la música le bajaron un poco el volumen para que puedan hablar con tranquilidad sin necesidad de alzar la voz, llevo consigo dos bebidas en sus manos a los recién llegados - ¡Tengan! - ofreció con cortesía.

- ¿Y tú eres? - preguntó confundida Yeji.

- Es Minhyuk, mi novio Yeji - dijo Sanha quien al ver el rostro confuso de su amiga se acerco respondiendo por su novio.

- Novio, Sanha es tu novio.

Moon Bin revoloteo los ojos, pero porqué rayos tenía que estar repitiendo lo dicho, qué es sorda o que diablos le pasa.

- Si, mucho gusto... Soy Minhyuk uno de los mejores amigos de Moon Bin y de quienes se quejaron por la hora, dejando comentarios de que no era una fiesta infantil, pero que mas daba, aceptaron por la simple razón que al día siguiente era un día muy especial, el cual todos tenían que estar presente como buenos amigos, o allegados que eran.

Moon Bin se encontraba bebiendo en el único sofá que tenía Sanha, Yeji yacia en sus piernas besando gustosa su cuello, mientras el formaba su cerro de latas de cerveza en la parte trasera de este, en aquellas tres horas que habían transcurrido de manera lenta y torturosa no había dejado de beber, cada lata que terminaba la apretada y arrojaba, su ceño fruncido no pasaba de desapercibido, de seguro una arruga en su frente aparecería pronto, su mirada atenta la tenía en Sanha y justamente él era la razón por la que estaba molesto, verlo tan encaramelado con ese supuestamente amigo, hacia que su rabia incrementara segundo a segundo, cada vez que los veía besándose o bailando muy apegados, lo jodia un montón.

Yeji quién se encontraba sobria aún se dedicaba en besar ahora lentamente los labios de su futuro esposo, le encantaba el sabor a cebada que estos le ofrecían, eran tan embriagantes y delirante que le fascinaba, el ritmo de sus labios aumentaba según como se iba acomodando, mientras mejor posición tenía, mejor sentía que era el beso, pero aquello no duró mucho, un pequeño gemido escapó de su boca al repentino movimiento del rubio, quién la estaba alejando lentamente.

- Espérame aquí, voy al baño - dijo parándose un tanto tambaleante.

Camino hasta al baño a pasos muy lentos como si estuviera siguiendo a alguien y quisiera que aquella no lo sintiera.

Está ocupado una dulce voz tras la puerta de la habitación de su amigo se escuchó cuando el la golpeó para que le abrieran - El baño lo ocuparé yo primero, quién sea que esté golpeando se espera.

Al parecer si estaba siguiendo a alguien, y alguién muy especial.

Un tercer golpe hizo que el castaño quién se dirigía a su baño abrirá con el ceño fruncido la puerta de nuevo.

- Dije que es...

Para cuando menos lo espero, Moon Bin lo empujó adentro apresando sus finos labios en un fugaz beso para luego soltarlo y acercarse a la puerta cerrandola de un portazo.

- ¡¿Moon Bin que haces?! - preguntó Sanha casi en un grito asustado mientras se limpiaba los labios.

Moon Bin le observo con sus ojos oscuros lleno de ira y frustración.

- Bin...

El rubio apreso de nuevo sus labios impidiendo que vuelva a hablar, Sanha forzó un poco para que lo soltará, pero era un tanto difícil que al final se dejó llevar por aquel beso. Moon Bin lo guió hasta su cama lanzándolo en aquella y ubicándose encima de él enseguida antes de que escape.

Se quitó su chaqueta sin romper el beso, tirandola hacía un lado de la cama, Sanha al darse cuenta de lo que hacía trató de empujarlo pero Moon Bin fue mucho mas audaz a pesar de los tragos que tenía encima y alzo sus manos hasta arriba de su cabeza.

- Agh...Su... Suéltame - gimió entrecortado cuando Moon Bin al fin soltó sus labios y está vez se dedicaba a besar con ternura y deseo su blanquecino cuello.

Moon Bin le soltó sus manos y en vez de detenerse metió las suyas propias debajo de la camisa ajena deleitándose en cada toque que hacía en esa suave piel.

- Bin por favor, detente - Sanha forzó pero de nuevo fracaso - Hazlo por Yeji ella no se merece esto.

Aquellas palabras fueron suficientes para que Moon Bin dejará de tocarlo de manera desesperada.

- ¿Por qué tienes que tener un novio Sanha?, ¿Por qué? - preguntó astiado, se sostenía de sus brazos mientras veía a Sanha debajo suyo quien al hacerle tal pregunta desvío su mirada.

- Egoísta hasta el final ¿Verdad?

- Sanha, deja de decirme así.

- ¡Es que eso eres! - le encaro enfurecido - Dime, porqué no puedo tener novio, tú te vas a casar mañana, eres muy injusto conmigo Moon Bin.

- Y...Yo te amo Sanha - dejó caer su pesado cuerpo sobre el rubio y sostuvo de manera nerviosa el hermoso rostro de su amigo entre sus manos - No soportaría verte en brazos de nadie mas.

- Te di la oportunidad Bin, de que me amarás a mi y a nadie mas, pero no lo hiciste, dijiste que querías que todo sea como antes entre nosotros, lo estoy intentando aunque sea algo muy estúpido y difícil, y tú me sales con esto ahora... No puedo, y no quiero hacerle esto a Yeji, no puedo hacerme esto a mí, he sufrido mucho por tí, ya no quiero hacerlo más - una lágrima se deslizó por el rabillo de sus ojos.

- Discúlpame... Discúlpame por ser un idiota todo este tiempo, perdóname por favor te lo pido - sus labios temblaban
igual que su cuerpo.

- No tengo nada que perdonar Bin, tu eres libre de hacer contigo lo que se te dé en gana, pero no me hundas contigo... Yo tengo derecho a ser feliz.

- No digas eso por favor, quieres que hable con Yeji yo lo haré, pero no me dejes, si quieres ahora mismo salgo y le digo, si, es más ahora voy.

- Espera - Sanha le sostuvo - Tú no vas a decir nada, Yeji es muy buena persona y no se merece esto, yo no quiero que ella sufra por mi culpa.

- Y tú y yo qué, ¿Qué pasará con nosotros?

El tú y yo no existe Moon Bin, el nosotros nunca existió.

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