Extra: Encantados, somos los países (Parte 1)

–¡Ya te hemos dicho que te quedas!

–Pero... ¿¡Pourquoi!?

–¡Porque tú eres el país anfitrión, estúpido!–gritó un Arthur muy enfadado–. Y por ello,debes procurar que todos tus anfitriones se encuentren felices y cómodos durante su estancia en...–Se giró para ver a Francia hacerle burla a su espalda–. ¡¡NO ME IMITES CUANDO NO TE MIRO, FROG!!

–Es que eres muy aburrido...–Inglaterra le lanzó una chaqueta, que era lo que más a mano tenía, la cual esquivó Francia sin mucho esfuerzo–. ¿Crees que no sé como tratar a mis invitados? Por favor, con los ojos cerrados lo haría mil veces mejor que tú.

–¡Pero serás vanidoso y estúpido! ¡Si hace un momento te querías escaquear de tus responsabilidades!

Los países habían acordado antes de la reunión hacer algo de turismo por la ciudad. Sería bueno despejarse un poco antes de ponerse a debatir sobre los problemas de (t/p). Pero Italia aún no había llegado porque su vuelo se había retrasado. Y volvemos al punto del que partimos. Francia e Inglaterra discutiendo sobre que Francis debía quedarse a esperar a Italia para luego reunirse todos juntos en la Basílica del Sagrado Corazón. A lo que Francia se negó desde el primer momento.

–Mais, pero... ¡Pero no es justo! Ni si quiera queríais hacerlo aquí, ¿y ahora queréis visitar París?

–Bueno, sino quieres quelo hagamos aquí, todavía estamos a tiempo de hacerlo en mi casa.

–Ni en tus mejores sueños, Angleterre–respondió molesto cruzado de brazos el francés.

–Bien, entonces te quedas aquí a esperar a Italia.–Arthur terminó de colocarse la chaqueta, a continuación abrió la puerta principal–. Cuando venga reuníos con nosotros. Adiós, que me están esperando.

–¡Ma-!.–Un portazo no dejó terminar la frase a Francia. Inglaterra había ganado ese asalto–. Maldición, me ha ganado esta vez... Pues tendré que esperar a Italia...

Después de media hora, el francés ya se había aburrido. Por desgracia, no podía irse hasta que el país ausente apareciese, o sino no le dejarían volver a hacer una reunión en su casa. Además, de que Inglaterra le echaría siempre en cara lo mal anfitrión que era.

–Ah... Ni que Italia no supiese encontrar la Basílica por él mismo... ¡Eso es! Los demás piensan que Italia no es lo suficientemente inteligente como para encontrar la iglesia, pero sí lo es. ¡Lo están discriminando! Pues yo no le voy a hacer eso a Italia, claro que no... ¡Ya está! Le dejaré una nota.

El francés se apresuró a escribir una breve nota para el italiano que dejó en la entrada.Tomó su cazadora y salió por la puerta. Antes de irse, escondió debajo del felpudo unas llaves de repuesto para Feliciano y a continuación, salió corriendo como alma que lleva el diablo.

–Esperadme, mes amours. ¡El hermano mayor va de camino!

...(***)...

Feliciano solo quería un plato de pasta. Quién diría que por ese plato de pasta perdería el avión y tendría que coger otro que se retrasaría. Como consuelo, la pasta estaba deliciosa.

Cuando llegó a París, un cielo blanco como la nieve le recibió, pues después de estar diez minutos llamando a la puerta se dio cuenta que nadie se había quedado a recibirle.

–¡Alemania, Japón,Francia! ¡Soy yo! ¡Italia! Abridme, ve~.

Pasados otros cinco minutos de lloros, se dio cuenta de las llaves que había debajo del felpudo. Eso le subió mucho el animo. Sin embargo, seguía sin haber nadie de los siete en casa de Francia.

–En el cuarto de América tampoco había nadie, ve~.

Fue a recoger su maleta donde la había dejado previamente para poder buscar mejor a sus compañeros y no tener que cargar con ella por toda la casa. Y allí, pegada en el espejo había una nota de Francia.

–Ve~. Cher Italia, los países y yo, tu gran hermano mayor Francia, hemos ido a la Basílica del Sagrado Corazón. Decidieron que preferían hacer turismo antes que hacer la reunión... ¿¡A que son unos irresponsables!? ¡Yo prefería ir al Moline Rouge! Bueno, reúnete con nosotros en cuanto llegues. Solo tienes que coger el metro, línea 2, y pararte en la bajada que pone Anvers. Anvers, recuérdalo. Y solo tienes que darte un paseo hasta encontrarnos. Baisers, te quiere el hermano mayor Francia. Ve~. Uy, aquí hay más... P.D: Inglaterra es estúpido. P.D. 2: No olvides las llaves.

Feliciano, bastante inseguro, decidióhacer lo que le habían pedido e ir a la Basílica del SagradoCorazón. Tomó las llaves como decía la nota y salió por lapuerta.

Coger el metro no fue excesivamente complicado, había una parada de metro no muy lejos de la casa de Francia. Lo difícil fue bajarse. Italia no recordaba con exactitud el nombre de la parada que Francia le había escrito. Solo recordó que era la línea de metro 2.

Terminó saliendo en la Parada de Barbès de la línea 2, ya que recordó que su parada de metro empezaba con una de las primeras letras del abecedario.

–Barbès... ¿Era aquí dónde tenía que ir? Vee~.–sollozó el europeo. Solo en una de las ciudades más grandes del mundo y sin sus amigos se sentía muy desprotegida–. No... No puedo rendirme ahora... ¡Ve~! Seguro que puedo encontrar yo solo a los demás.

*Pequeña aclaración: No pudo.

De no ser por una chica de pelo (c/p), aún el pobre seguiría dando vueltas sin encontrar ni la iglesia, ni a sus amigos.

...(***)...

–¡Mes amours! ¡El gran hermano Francia ya está aquí!

–¡Francis!–gritaron los demás al estar rodeados de parisinos y extranjeros.

Los países estaban hablando sobre quien hacía los mejores helados del mundo. Eso les entretuvo bastante, y nadie, excepto el británico, se fijó mucho en que Francia había llegado solo.

–Ya sé que soy hermoso, no hace falta que me mires tanto, Inglaterra.–Se rió vanidoso.

–Ya, ya te veo... Al que no vemos es a Italia.–Un sudor frío recorrió la espalda de Francia haciendo que dejase de reír. Arthur arqueó una ceja molesto por aquella reacción tan extraña. ¿Cómo es que siempre Inglaterra daba en el blanco? Se limitó a sonreír. Arthur, en el fondo no le creía.

–Se ha parado en una tienda de aquí cerca, ahora viene. Tranquilo.

–¡¿Has dejado solo a Italia?!–Eso alertó al grupo. Todos se giraron mirando acusador al francés. Volvió a sonreír, solo que esta vez bastante más nervioso.

–¡Non! Ahora viene...¡Que poca confianza tenéis en Italia!–Aunque en el fondo él también se estaba preocupando mucho. Si Feliciano no aparecía en poco tiempo, le iban a colgar de la Torre Eiffel.

Y pasaron veinte minutos. Los países estaban muy nerviosos, sobretodo Francia, ya que el responsable de Italia era él. China, para intentar tranquilizar a todos fue a por unos helados. Alemania y Japón, los más cercanos a Italia, comenzaron a preocuparse demasiado por su amigo, lo que hizo que Francia confesar.

–D'accord! Je l'avoue! (¡De acuerdo! ¡Lo admito!). ¡Me fui antes de que Italia llegase! ¡No pude esperar al pensar que os iríais al Moline Rouge sin moi!–Sollozó como si de un melodrama se tratase.

–¡¡¿CÓMO PUDISTE PENSAR QUE ÍBAMOS A IR A ESE ANTRO, ESTÚPIDO?!!

–¿Que no vamos a ir?–Le preguntó Alfred al británico–. ¿Por qué? ¡Yo siempre he querido ir a un molino! Allí es dónde se representa esa obra de España, ¿no? ¡El del hero que lucha con los molinos!

–America-kun... Creo que te estás equivocando. El Moline Rouge es...

–¡¡Un antro!!–repitió molesto Inglaterra.

–Entonces, ¿dónde está Italia?–preguntó Alemania preocupado.

–Pues le dejé una nota indicándole dónde tenía que ir. Mais, conociendo a Italia, estoy seguro de que se habrá perdido y estará él solo deambulando por cualquier calle.–Los países se sintieron fatal por el pobre Feliciano, excepto el francés que no parecía darle mucha importancia en esos momentos–. Así que, no tengo ni la menor idea.

–¡¡Maldito wine bastard!! Ahora tenemos que ir a buscarle, y reza para que no le hayan secuestrado.–Inglaterra y Francia comenzaron a pegarse en medio de la calle haciendo que la gente se apartara de ellos asustada. A la pelea terminaron uniéndose América y Rusia, lo que fue negativo para Francia el cual terminó en el suelo. Japón y Alemania miraban todo desde la lejanía, no querían saber nada de la pelea callejera que acababan de armar sus amigos.

–¿¡Por qué vosotros también me golpeáis!? ¡AY! ¡¡No es justo!!–El francés intentaba esquivar los golpes de sus compañeros.

–HAHAHAHA. It's funny!!

–¡¡NO LO ES PARA MOI!!

–¡¡ALEMANIA!!–Los aliados pararon la paliza, dejando respirar al europeo del suelo.

–¿Esa voz no era la de...?–preguntó Inglaterra sorprendido girándose hacía el lugar de procedencia de la voz. El resto le imitó. Al pie de la calle, Italia con sus pintas de turista los saludaba abiertamente con una mano. Alemania suspiró intentando liberar el estrés y lo sustituyó por una pequeña sonrisa.

–¡¡Es Italia!!–gritó América–. ¡Y viene con una girl! HAHAHAHA.

–Típico de Italia. Ha tardado tanto porque comenzó a coquetear y a perder el tiempo, da~.

–Y es guapa–comentó el francés desde el suelo con una sonrisa maliciosa. Se llevó una patada del inglés antes de que se pusiese en pie–. ¡Y eso último! ¿A qué viene?

Italia comenzó a correr y gritar hacia ellos sin dejar que pudiese terminar la frase. Alemania se acercó a darles la bienvenida a él y a su nueva amiga.

...(***)...

Después de que (t/n) se presentase y comenzase a hablar con los países, Francis y Arthur comenzaron a pelearse, no solo asustando a la joven turista, sino a todos los de su alrededor. Como resultado, Alemania se encargó de llevarse a los dos para intentar que dejaran de crear disturbios en medio de la vía pública.

–¿¡Os parece medio normal poneros a discutir en medio de la calle!? ¿¡Qué clase de imagen queréis dar!?

–No es culpa mía. La culpa la tiene el frog este que no para de...

–¡La culpa la tiene él que no deja de llevarme la contraria! Si aceptase que yo tengo razón en que su comida es horrible...

–¡¡YO AL MENOS NO FUI EL QUE PERDÍ A ITALIA DEJÁNDOLO SOLO EN MEDIO DE PARÍS!!

–¡¡NI YO EL QUE PERDIÓ A AMÉRICA EN UN SUPERMERCADO LA SEMANA PASADA!!

–La culpa la tuvo él...–comentó sonrojado–. ¡Él fue el que se separó para ir a la zona de comida rápida!–mintió avergonzado.

–¡Ni perdí en ningún momento a Canadá en medio de Londres cuando era una colonia!–El británico se sonrojó más y miró a Francia enfadado.

–¡¡Es cierto solo lo perdiste ante mí!!

–¡¡SE ACABÓ!!

Antes que cualquiera de los dos pudiese hacer nada, Alemania le dio a cada uno una bofetada. A continuación comenzó a gritarles en su idioma, que entendían ya que los países entienden casi cualquier lengua debido a que poseen población de muchos lugares del mundo.

–¡¿Creéis que así vas a solucionar algo?!–Alemania miró a Francia mientras le señalaba con el dedo indice–. ¡Tú te vas a ocupar como deberías de tus invitados, porque de no ser por (t/n) aún estaría perdido por estas calles!–Inglaterra comenzó a reírse llevándose la mirada desaprobadora de ambos. Alemania le apuntó a él enfadado–. ¡Y tú vas a dejar de pincharle todo el rato para enfadarle! Y quiero que siga así hasta que termine la reunión.

–Tsk... Okey...

–D'accord...

Ludwig era muy consciente de que no iban a cumplirlo más de dos horas, pero al menos conseguiría que las cosas se tranquilizasen un poco. Lo que él no sabía era que Arthur y Francis ya estaban dándose codazos mientras caminaban hacía los demás.

...(***)...

China tenía mucha habilidad para poder aguantar siete helados en sus manos. Pero eso no era nada, cuando era joven podía hacer cosas incluso más espectaculares. Caminaba con paso alegre por la calle intentando localizar con la mirada a sus compañeros.

–Ah, ahí están. Y parece que han encontrado a Italia. ¡Cuánto me alegro, aru~!–pensó en voz alta con una sonrisa–. Chicos, ya he vuelto, aru~. ¿Qué me he perdido?

–Solo a la fille más hermosa que he visto en mi vida.

–Please, dices eso de cada chica que pasa, frog–respondió malhumorado el británico. El nombrado le dio una mirada colérica que respondió con una sonrisa.

–¿Qué?–preguntó confundido el asiático al europeo.

–Italia ha traído una chica.

–Mejor dicho, the heroine le ha traído a él. HAHAHAHAHA.

–De no ser por ella, Italia-kun seguiría dando vueltas por los barrios de París–le aclaró el japonés. El chino no podía creérselo.

–¡¿Acabo de perderme a una chica guapa?! ¿¡Por qué siempre me pasan este tipo de cosas a mí, aru~!?

–Tranquilo China.–Rusia le cogió de los hombros sonriendo de forma infantil, sin embargo a Yao esto le provocó escalofríos–. Me tienes a mí, siempre me tendrás a mí, da~.

–¡ESO NO ME ANIMA, ARU~! Al contrario, me deprime...–Esas palabras provocaron que el aura oscura de Rusia se hiciese presente alrededor de él. Los aliados se asustaron y comenzaron a gritar cosas sin sentido a la vez que el ruso decía su KolKolKolKol, típico.

Feliciano no le dio importancia a ello y se quedó mirando la casi disipada figura de su salvadora perderse entre la multitud. Japón le puso una mano en su hombro captando su atención.

–¿Estás preocupado por la chica?

–Ella me ha salvado.–Miró su mano en la que estaba el mapa que le había regalado–. Y me ha dado su mapa... ¿Cómo ella va a estar bien sola? A nadie le gusta estar solo, ve~.

–(T/n) no parecía la típica chica que necesite ser salvada. Parecía bastante independiente–dijo el alemán con tranquilidad mirando la iglesia en la colina–. Estará bien, Italia.

–Pero yo no... ¿No podríamos acompañarla un rato? Solo asegurarnos que esté bien, ve~.

Los del Eje se miraron entre sí e intercambiaron una sonrisa entre ellos.

–Bueno, si es importante para ti, nos aseguraremos que tu amiga esté bien.

–Ve~, gracias chicos.–El italiano se lanzó a sus brazos dándoles un cálido abrazo.

–¿Vosotros también venís?–preguntó el japonés a los Aliados. Estos estaban intentando parar a Rusia que parecía querer atrapar a China; este último se escondía detrás de Inglaterra, asustado.

–¿Ver a (t/n) de nuevo? Pues claro, da~. ¿Pero podéis quitarme al gordo primero de encima?–preguntó con su típica sonrisa a los del Eje.

–¡¡YO NO ESTOY GORDO!!

–Eso, vámonos ya. Quiero conocer a esa tal (t/n)... ¡VAMOS!–China corrió dejando a todos atrás por miedo a su compañero comunista. El resto le siguió hasta la Basílica. 

...(***)...

Madre mía Wattpad que día lleva. Me ha costado publicar esta parte vida y milagros... A ver si con suerte intentan los administradores solucionar el problema (indirecta) porque al parecer no solo soy yo... 

En fin, espero que os guste el capítulo. ¡Hasta la próxima!

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