Cap 4: Intentos fallidos
No pasaba de aquella noche, iba a conseguir robar la información. O eso me gustaba pensar...
Hacía mucho, mucho, muuuucho tiempo que no dormía tan bien como aquel día. Lo malo es que el despertar no fue ni de lejos tan bueno.
Abrí los ojos lentamente. Todo mi cuerpo lo notaba mucho más pesado que de costumbre. Con una mano froté mis ojos adormilada intentando espabilarme. El susto que tuve fue de lejos la mejor manera de espabilarme...
Italia y Francia estaban en mi cama... Medio vestidos y en una posición comprometedora. Italia, con una cara de felicidad y paz, usaba mi pecho como almohada; el francés, también con la misma expresión, estaba pegado a mí, envolviendo mi cadera y piernas con una suya y depositando una mano en mi cintura.
Yo estaba en estado de pánico. Intentaba pensar un plan de escape, pero cuando notaban que me movía apretaban más su agarre. Así que solo pude hacer lo único que se podía hacer...
–¡AHHHH!–grité con todas mis fuerzas despertando a ambos, junto a todos los vecinos en dos kilómetros a la redonda.
–Ve~, ¿qué pasa? ¿Se acabó la pasta?–preguntó Feliciano adormilado frotándose un ojo como un gatito.
–¿Ha vuelto a cocinar Angleterre? Porque si, a parte del daño a la humanidad que ha hecho, me ha quemado la cocina voy a matarle.
Los dos adormilados no tardaron en darse cuenta de donde estaban al verme con mi gran cara de tensión, estaba más tensa e incómoda que las cuerdas de una guitarra. Al verme sus ojos se iluminaron con ilusión. <<¿Pero qué...?>>
–Bonjour, belle (t/n)~.
–Ciao! ¿Qué tal dormiste bella?
–¿¡Qué narices estáis haciendo los dos en mi cama!?–les grité enfadada.
–Queríamos dormir contigo~.–dijeron a la vez.
–¡Eso no es una buena respuesta!
–Ve~. Es que cuando me desperté para ir al baño, pasé por tu cuarto y te escuché murmurar cosas asustada en sueños. Así que para que durmieras tranquila me eché a dormir contigo. ¡Funcionó pues en pocos minutos dejaste de balbucear!
–Y yo cuando vine a despertarte por la mañana, os vi durmiendo plácidamente. Así que decidí dormir con vosotros también~.
<<¿Balbuceo en sueños?>>.
–Lo tuyo es de tener mucho morro...–dije mirando al francés–. Y Feliciano, ¿no podrías haberme despertado como las personas normales?
–Es que te veías muy cansada.
–Y tanto, mira la hora que es.
–¿Qué hora es?–pregunté al rubio.
–Las doce.
–Ah bueno las... ¡LAS DOCE!–grité sorprendida–. ¿Tan cansada estaba...?
–No pasa nada bella~. Ve~. Además una buena siesta es el mejor remedio para el cansancio.
–¿Nos vemos para la hora de la siesta?–preguntó Francia mirándome con picardía.
–No–dije muy enfadada fulminándole con la mirada–. ¡Y ahora iros de aquí antes de que venga alguien y piense otra co-!
–¡(T/N)! ¡Estamos aquí! ¿Cuál es el problema?–gritó una voz con un acento alemán.
<<¿Por qué a mí?>>.
La puerta se abrió de golpe dejando ver al japonés, al alemán y al británico. Mi cara roja podía confundirse con un tomate. El inglés abrió tanto la boca al ver aquello que parecía que se la iba a desencajar. Solo esperaba que el japonés no tomase fotos y se dedicase a crear en su tiempo libre un shōjo sobre nosotros tres.
–Mira que sois inoportunos.–El francés me agarró con más fuerza pegándome a él–. ¿No veis que es un momento íntimo?
–¡NO DIGAS ESAS COSAS QUE SE HACEN IDEAS ERRÓNEAS!–Le grité enfadada–. ¡Este par se ha colado en mi cama mientras dormía!
–Típico–murmuraron los tres.
–Venga Feliciano, deja a (t/n) en paz y baja que tenemos que empezar con la reunión sobre (t/p).–Mis ojos se clavaron en Ludwig. Feliciano hizo un puchero y se levantó para arrastrar los pies hasta el grupo.
–Frog, tú también–dijo el inglés enfadado.
–No quiero.
–Me asfixio...–dije por la fuerza de su abrazo.
–¡Suéltala de una vez!–Se acercó a nosotros.
–¡No! ¡Tengo que protegerla!–El inglés le agarró de la camisa y comenzó a tirar de él.
–¡Tendríamos que protegerla de ti! ¡Vamos suéltala! ¿No ves que la haces daño?–Me terminó soltando haciendo que él y el inglés se cayesen hacia atrás.
–Todos fuera, dejad a la chica respirar un poco–dijo Alemania haciendo que todos saliesen de la habitación.
–Cuando bajes ve a la cocina, allí está tu desayuno, chérie.–El francés me lanzó un beso antes de cerrar la puerta. Mi cara de póker se instaló en mi rostro cuando fui a cerrar la puerta con llave.
<<Están como una maldita regadera... ¡Y yo voy a terminar igual que ellos si no salgo de aquí rápido!>>.
Decidí darme una ducha para intentar tranquilizarme un poco y despejar mis ideas. Debía de actuar rápido y pronto si quería evitar esa reunión pronto. Me cambié de ropa a gran velocidad, cogí una grabadora diminuta que metí en un bolsillo de mi pantalón y bajé a desayunar, aunque casi ya podía comer. Escuché su conversación desde la cocina donde me estaba tomando un café.
–¡Y por eso soy un Hero! Hahahahaha.
–No me puedo creer que mi voto valga lo mismo que el de este idiota, da~.
–Y yo no me puedo creer como es posible que tengas una nariz tan grande. Hahahaha. Para sonarte los mocos debes de necesitar un bosque entero.–Un ruido de algo partiéndose resonó por todos lados.
–¡NO! ¡Era mi jarrón favorito!–gritó el francés.
–¿Eso es lo único que tienes?
–Kolkolkolkol...
–¡Dejaos de tonterías! ¡Hemos venido a debatir el problema de (t/p)!–exclamó Inglaterra–. Además, si queréis pegaros y destrozarle la casa a Francia hacedlo cuando terminemos la reunión.
–¡Por eso apoyaste la idea de hacerlo en mi casa cuando todos querían hacerlo en otro sitio!
–Exactamente.
–¡Maldito hooligan!–Más ruidos inundaron toda la casa, suerte que no teníamos a los vecinos muy cerca.
–¡Calmaos, aru~! ¡La violencia solo genera más violencia!
–Ve~. ¿¡Entonces si hago pasta se genera más pasta gratis!?
–Y-yo creo que una buena solución para el problema de (t/p) sería lo primero que dejásemos de discutir–habló el japonés, pero nadie le escuchó.
–Ve~. Alemania, ¿vamos a comer pasta?
–¿¡Ya estás pensando en comer!?
–¡Pues yo quiero ir a un Mc D*nald's!
–Me niego–gritaron juntos Rusia y Francia.
Gritos y más gritos sonaban. La gente de la calle debería de estar escuchándonos y estar alucinando con ellos. Decidí intervenir porque tanto grito y pelea me estaba levantando un gran dolor de cabeza. Caminé hasta la puerta del comedor en la que me quedé parada mirando como se pegaban entre ellos. La verdad es que el comedor debía de haber tenido sus mejores momentos...
Sillas caídas, el inglés y el francés pegándose mientras tiraban cosas, Feliciano tirando de la manga a Alemania porque quería comer pasta, el japonés intentando poner orden y el chino secuestrado por el ruso mientras el americano intentaba rescatarle, pero el más alto le tiraba cosas para que no se acercase. Eso último me recordó a una escena de un Mario Bros, en la que Donkey Kong le tiraba barriles para que no recuperase a la princesa...
–¿Qué estáis haciendo?–Al oír mi voz todos pararon y fijaron la mirada en mí.
–Ve~. Ciao (t/n)! ¡Estamos en una reunión!
–¿Esto es una reunión? Jajajaja. Parecen los disturbios que quedan al terminar un Madrid-Barça.–Tomé una silla y me senté al lado de Feliciano–. Ya me imagino como sería una guerra.–El ruso me miró con su sonrisa aniñada.
–No lo creo. Además de que no pareces tener los suficientes conocimientos de a que se parece una guerra.
<<Te sorprendería todo lo que sé, ruski>>.
–Ah, ¿entonces es verdad?
–¿El qué?
–Es que desde que os he conocido me imagino que las guerras son más simples... Ahora me las imagino con vosotros jugando a los barcos. Pff.–Imité el sonido de un misil–. D5 agua. Jajajaja.
–Ahí se ve tu total desconocimiento e ignorancia.
–Bueno, ¿entonces por qué no me enseñáis como hacéis las cosas vosotros?–pregunté. Utilicé el insulto del ruso en mi favor. Puso mala cara al darse cuenta de ese fallo–. A parte de que yo he vivido en (t/p) durante muchos años. Mientras que vosotros parecéis tener nulos conocimientos de su situación y costumbres. Podría seros útil.–Me crucé de brazos orgullosa.
Las naciones aceptaron mi propuesta convencidos de mi colaboración. Pobres ingenuos, solo lo hacía para grabar su conversación. Le di al botón de grabar cuando comenzó.
La verdad es que su reunión fue la más poco productiva que había visto en toda mi vida. Yo he llegado a conclusiones mejores con perros. Pero no me extraña, hablaban de un país del que siempre se tenían los mismos estereotipos, pero realmente no tenían ni idea de como era la vida allí. Y si le sumamos que Inglaterra y Francia no podían estar más de cinco minutos sin discutir... La reunión más aburrida que he asistido en años, sin duda. Miraba aburrida, a más no poder, al vacío.
–(T/n), ¿tú qué opinas, aru~?
–¿Qué?–pregunté confusa saliendo de mi trance.
–Rusia proponía ayudar a (t/p) enviando más soldados y protección para así acabar con todos los movimientos revolucionarios que están surgiendo. Podríamos estar ante un golpe de estado si no actuamos pronto.–Me aclaró Alemania.
<<Golpe de estado. Pff. La Academia se está ocupando de esos revolucionarios, no hay que preocuparse, hasta yo vi como mandaban tropas a ayudar a la policía. Estos tíos no tienen ni la menor idea... El enemigo son ellos, trayendo a sus soldados para herir a mi gente>>.
–No deberíamos hacer eso en mi opinión. Así haríamos daño a gente inocente.
–¿Y cuál sería tu plan entonces?–preguntó el de pelo plateado.
–Estoy cansada de oír ya los problemas de (t/p): el paro, la falta de recursos, la educación y la sanidad decaen, la crisis... ¡Ya sabemos cuales son los problemas! ¡Los oímos a todas horas! ¿Por qué no simplemente buscan soluciones? ¡Ni que tuviésemos la culpa de esta crisis!–Miré de refilón al americano.
–Por una vez estoy contigo–dijo el ruso mirando al de gafas.
–Por ello, la solución es simple. Una alianza.
–¿Cómo?–preguntó Alemania confuso.
–Es simple. Lo que hace falta es dinero y trabajar para mejorar la situación. ¿Y cómo se consigue eso? Pues con el comercio. Si vosotros hicieseis una alianza con ese país y mejoraseis las relaciones comerciales, podrías así fomentar su economía. Vosotros les prestáis algo de dinero, que puedan ir pagando a plazos poco a poco, mientras ellos utilizan ese dinero en crear empleo en aquellos campos en los que os interese a vosotros comerciar. Y así es como tendríais aquello que no tenéis en vuestros propios territorios y (t/p) tendría más dinero y empleo. Así de fácil.
Un gran silencio se instaló en la sala. Mi plan era simple, decir lo primero con medio sentido que se me viniese a la mente para "participar" y que no sospechasen de mí, que mi idea fuese desechada y a otra cosa mariposa. Sonreí orgullosa.
–Me gusta la idea de (t/n).–<<¿QUÉ DIJO EL ALEMÁN?>>–. Quien esté a favor de su idea que levante la mano.
Todos menos el ruso levantaron la mano. haciendo que abriese los ojos con fuerza. ¡Pe-pero yo no quise...! ¿¡Por qué votan a favor!?
–Ve~. Es una muy buena idea, (t/n)–dijo Feliciano abrazándome–. Podrías asistir a todas las reuniones para aconsejarnos~.
–¿Qu-qué?–pregunté nerviosa–. No, no, no, no, no. Iván tiene razón. ¡Yo no tengo ni idea de como va esto de las economías! ¡Mejor sigamos su idea!
–No seas modesta, (t/n)–dijo el inglés.
–Se ve que tienes buen ojo para los negocios, aru~. Estabas estudiando administración de empresas, ¿verdad?
–Yo voto por la idea de que se quede en todas nuestras reuniones y así nos aconseje~.
–¿¡Qué!? No, no, no, no. De verdad sería una molestia... ¡De verdad!
–No se admite ninguna discusión sobre el tema. Serás la que nos informe sobre las costumbres y problemas de (t/p) en nuestras reuniones.–Alemania habló tajante.
<<¡Pero si todo lo que dije lo dije de coña! ¡No lo decía en serio! ¿¡POR QUÉ ME PASAN ESTAS COSAS A MÍ!?>>. Comencé a llorar internamente.
–Ve~. Alemania, vamos a cocinar pasta para comer~.
–Bien... De acuerdo. Se disuelve la reunión, vayamos a preparar la comida.–Alemania miró a Italia y este asintió. Hoy les tocaba cocinar a esos dos.
Uno a uno se fueron poniendo en pie. El ruso al levantarse me dedicó una mirada por la que ya estaría muerta y bajo 20 metros de tierra. A continuación China me dedicó una mirada tranquilizadora, intentando decirme que calmaría las cosas con el país del vodka. En ese momento me di cuenta de que Japón estaba escribiendo algo en unos papeles que guardó en una carpeta de color crema. Allí estaba toda la información sobre (t/p) y sus planes. Perfecto. Tal vez el día no estaba tan perdido después de todo.
Me levanté poco después que el japonés. Estaba entrando en la misma sala de ayer, en la que quería entrar. Esperé escondida hasta que salió. Nadie a la vista. Sonreí. Por fin podría completar mi misión.
–¿Qué estás haciendo?–preguntó una voz cuando agarré la manilla. Que patético, dos veces en menos de veinticuatro horas.
–¡Ah!–grité por el susto.
<<¿Pero Inglaterra que se cree? ¿Que es Sasuke Uchiha o qué?>>.
–Perdona, no pretendí asustarte.
–Pues lo has hecho...–dije algo molesta.
–¿Qué hacías? –preguntó arqueando una de sus grandes cejas desconfiado.
–Eh... Buscaba el baño.
–Pero si tienes baño propio.–Comenzaba a sospechar haciendo que me pusiese nerviosa.
–Eh... ¡Sí! Lo que pasa es que... ¡Se me ha acabado el papel higiénico!–exclamé como si fuese la mejor idea del mundo pero al momento me sonrojé al igual que el inglés.
–Ya veo... Pero este no es el baño. Espera, yo te lo traigo.–En menos de dos minutos apareció con un rollo de papel higiénico en sus manos–. Aquí tienes.
–Gracias Inglaterra.–Le sonreí falsamente. Se volvió a sonrojar.
–No es nada...
Me despedí de él y comencé a andar hacia mi cuarto. <<Mier-... Controlan esa habitación más que el Fort Nox>>.
...(***)...
Como no podía ir por la puerta porque alguien siempre me terminaba pillando; y supuse que si me pillaban muchas veces más, a parte de que se me acabarían las escasas (La última fue bastante patética, la verdad), comenzarían a sospechar; decidí ir por otro lado.
–El arnés está bien ajustado, la cuerda también.–Me apoyé en el marco de la ventana y con un pequeño empujoncito que me di, salté apoyando los pies en la pared.
Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana. Y justamente era eso lo que iba a pasar. Había visto horas antes como Inglaterra dejaba abierta la ventana del pequeño despacho, así que si no podía entrar por la puerta, entraría por la ventana.
Cuando eran alrededor de las tres de la mañana lancé el gancho al canalón y con la cuerda y el arnés conseguiría introducirme en la habitación. Tenía que pasar cinco ventanas para llegar al despacho. Había pasado dos cuando el gancho se quedó atascado.
–Oh, vamos hombre...–murmuré entre dientes–. No me puede estar pasando esto a mí...–Comencé a tirar del gancho con fuerza–. ¡Vamos muévete!–Seguí tirando hasta que si querer el gancho se desenganchó.
–¡AHHHHHHHH!–grité cayendo, rompiendo el perfecto silencio de la noche parisina. "Por suerte", caí entre los rosales–. Ah... Ah...–Lloriqueé dolorida.
Oí como una ventana se abría y tapé mi boca asustada y nerviosa, intentando esconderme entre los rosales.
–¿Qué ha sido eso?–preguntó China mirando a ambos lados.
Oí como más ventanas se abrían y mis nervios por ser descubierta aumentaban con creces.
–Francia, no estarás otra vez con tus vídeos caseros, ¿verdad?–habló un molesto inglés.
–Nahahaha. A sonado como aquella vez en la que Inglaterra se sentó encima de una caja de chinchetas.–El americano irrumpió con su risa. ¿Cuántas ventanas daban al patio?
–¡Estúpido! ¿¡Eso que tiene que ver!?
–¿Qué es tanto jaleo? Necesito descansar para estar guapo.–Francia irrumpió en la escena.
–Ni aunque durmieras cien años mejorarías.–Se oyó un ruido–. ¡AH! ¡Eso dolió imbécil!
–Para que luego digan que un peine no tiene muchos usos~.
–Tal vez es un alma en pena que vaga por su mala vida hasta el fin de los tiempos, da~.
–¡Aiya! ¡Eso es muy siniestro Rusia!–gritó un asustado Yao.
–Quizás es el amor que llama a mi ventana~.–Ilusionado habló el francés.
–Por favor. Si a ti no te llama ni el de la propaganda para que le abras la puerta, como para que te llame el amor–respondió el inglés–. ¡AH! ¿¡Y eso qué fue!?
–Una chancla.
–¡Estúpido! ¡Ven aquí y lucha como un hombre!
–¡Callaos ya!–gritó el alemán apareciendo en escena–. ¡Iros todos a dormir! ¡No son horas!
–Pero Alemania, ¡hay alguien que está gritando y que necesita la ayuda del Hero!
–¡Solo habrá sido un gato! O alguien que se ha asustado. Incluso ha podido ser Feliciano soñando que se le ha acabado la pasta. ¡Así que dejad de gritar e iros a dormir que estamos molestando a los vecinos!–Una ventana se cerró con fuerza.
–D'accord.
–Yo me voy a dormir porque quiero, da~.
–Mañana arreglaremos cuentas la frog y yo.
–Buenas noches, aru~.
–Nahahaha. Good Night!
Cuando dejé de oír sus voces salí del rosal dolorida. Intentando hacer el menor ruido posible. Lancé de nuevo el gancho molesta y enfadada. Suficiente por hoy. Tengo que borrar la conversación de la grabadora también, no vaya a ser que alguien de la Academia me diga que ayuda al enemigo.
–No es normal lo que me pasa a mi–murmuré escalando hasta mi cuarto–. De verdad que no lo es...
...(***)...
¡ATENCIÓN!
Sobre el Fanfic de Los Hijos del Olimpo, voy a cerrar la inscripción en una semana o así porque mucha gente quiere que ya lo publique XD. Así que si os queréis apuntar sería bueno que lo hicieseis sobre esta semana pues luego va a ser mucho más difícil que os incluya en la historia (Imposible tal vez en muchos casos). Ya lo sabéis, avisadas quedáis. ¬¬
Segundo... Perdón por no publicar antes pero es que yo pierdo la noción del tiempo en verano :v Perdoncines... Además de que estar con la familia y publicar es difícil :'v. Pero bueno, espero que os haya gustado :3
¡Hasta la próxima!
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