Segundo Chat

Había sido un largo día de colegio como era costumbre, cabe mencionar que "Wirt" era una persona cuya dicha tuvo Dipper de conocerle y charlar con él alrededor de año y medio, el muchacho era simpático, noble y de buen sentido del humor, digno de elevarle el ánimo cada que lo necesitara.

Llegó a su hogar y sin más preámbulo correteó escaleras arriba, botando su mochila y cosas en una esquina de su habitación antes de tomar el computador y bajar con la misma velocidad en dirección a la sala donde se encontraba su familia viendo la televisión.

—Hey hijo ¿Qué tal tu día? —Saludó su tío tomando asiento a lado de él, justo en el comedor continuo a la sala donde Dipper había dejado la laptop mientras esperaba a que encendiera.

—Obviamente excelente tío Ford, soy el mejor en matemáticas —Con un aire de egocentrismo, el menor contestó.

—Ese es mi Dipper —Halagó el hombre revolviendo los cabellos de su sobrino para volver a dirigirse al sofá, su faceta de buen tío había concluido.

Una vez su familiar se alejó y su computadora encendió, accedió a su cuenta por medio de una contraseña y se encontró con un nuevo mensaje de Wirt.

Dipper! Hoy cumplimos año y medio de conocernos lo conté sjkdajsk, te dejo mi número, creo que ya nos tenemos la suficiente confianza y me gustaría escuchar tu voz.

Buena idea Wirt, lo tomaré en cuenta.

Miró a los lados, mordiendo su labio inferior antes de asentir decidido y levantarse. Corrió en dirección a su habitación y buscó su teléfono en los bolsillos de su mochila hasta encontrarlo, lo sostuvo con ambas manos, mirando el reflejo de su rostro en la pantalla.

—Espera... ¿Será buena idea? —Se cuestionó a sí mismo, sintiendo un leve temblor invadirle, lo dudó, titubeó. Su respiración le delataba y sus cejas lo hacían lucir preocupado

Sin embargo, tras una espera de tres largos minutos, se armó de valor y comenzó a teclear el número sobre la pantalla. Suspiró queriendo con eso deshacerse de la presión que se ejercía sobre su pecho mientras escuchaba el pitido de llamada del otro lado de la línea;

—¿Hola? —La pregunta retumbó sobre su oído haciéndole palidecer de nervios, la voz de aquel muchacho era grave pero sin perder un toque de ternura que suponía el mismo altavoz causaba.

—Ho... —Paró un momento, carraspeando su garganta antes de retomar su frase. —Hola soy Dipper. —Y tras finalizar eso no tardó en escuchar una clase de chillido del contrario.

—NO PUEDE SER SÍ ME LLAMASTE

—Me haz asustado —Susurró cerrando sus ojos y riendo nervioso, aliviado de que ese grito fuera de emoción.

—No me habías dicho que eras de Oregón —Mencionó a modo inocente Wirt, sin borrar la sonrisa de su rostro.

La piel entera de el castaño se erizó al escuchar la mención de aquel lugar, estrujó el teléfono entre sus dedos con pánico y mirando tembloroso la pantalla, alcanzó a formular una pregunta;

—¿C-cómo sabes eso? —Tartamudeó moviéndose de un lado a otro nervioso.

—Me fijé en la lada de tu número, es la misma que la mía —Con un tono algo irónico, Wirt contestó.

—Claro... ¿Cómo no me di cuenta? —Rió nervioso.

—Tu voz es demasiado linda me dará algo —Agudizando la voz mientras decía eso, Dipper volvió a reír, las mejillas comenzaban a dolerle de mantener esa sonrisa boba por cada cumplido que su "fan" le hacía. Después de todo le agradaba Wirt y al parecer el sentimiento era mutuo.

—Gracias, la tuya igual... Por cierto ¿De qué parte eres exactamente?

—Bien ¿Conoces Gravity Falls? —Cuestionó Wirt con aires de duda.

—¿En serio? ¡Yo soy de ahí viejo!

—¿De verdad? ¡Amaría conocerte un día de estos! Habiendo estado tan cerca desde siempre... Ah claro, si tú me lo permites.

—Bueno, pareces inofensivo ¿Qué tal mañana?

—¿En serio? ¡Genial! ¿Dónde nos vemos?

—Vivo cerca del bosque... —Murmuró Dipper pasando por enfrente del espejo que colgaba en la pared de su cuarto, viéndose y acomodando su flequillo.

—Ahí estaría bien ¿A las cinco?

—Por supuesto —Asintió Dipper a pesar de que Wirt no pudiera verlo y en cuanto escuchó la puerta principal de su hogar agregó; —Vienen mis tíos nos vemos mañana, adiós —Susurró.

—Cuídate Dipp, hasta mañana —Y así fue como Wirt finalizó la llamada.

Era la primera vez que quedaba de verse con alguien y para ser sincero, se encontraba nervioso, tenía miedo, pánico y de tan sólo pensarlo, le daban retortijones e intensas ganas de cancelar aquello.

Inhaló con fuerza y se repitió mentalmente "¡Confía! Todo saldrá bien"

El sonido de una notificación le obligó a ver la pantalla de su computadora, donde segundos antes había sacado el número telefónico del castaño:

"¡Nuevo seguidor! Bill.-Ciph"

—Genial, he llegado a los 700 seguidores —Susurró cerrando las pestañas abiertas en la computadora y apagándola para proseguir a alistarse para dormir, mañana iba a ser un día excelente.

(...)

Hacía frío, sumido en la oscuridad del lugar y el único sonido que acompañaba su soledad, era el del teclado de su teléfono celular cada que pasaba una fotografía y clickeaba a una reacción. Una sonrisa se posó en sus rotos labios, producto del gélido clima europeo que gobernaba la zona, donde aquel hombre de guantes elegantes color negro, parche en ojo y bufanda de tonos amarillentos y anaranjados se hallaba parado, mirando con ojos de obsesión a ese pequeño estadounidense;

—Es perfecto... Hermoso —Susurró de forma ronca, acompañando aquel suave susurro con una ligera y tierna risita entrecortada. —Anhelo tenerlo, quiero tenerlo... Y lo voy a tener —Relamió sus labios, cínica y sensualmente antes de bloquear la pantalla del celular, alzando la mirada y dejando que una pequeña cantidad de vapor brotara desde sus pulmones hasta ser liberado en el aire.

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