Un Nuevo Camino
El padre del pelinegro se sintió una basura por haber orillado a su hijo a esa decisión, si bien se sentía mal por las palabras que había dicho la noche anterior el pensaba que podía corregir su error pero ahora lo único que sentía el rubio era un gran culpa.
Un tiempo después, en las calles de Tokio, las Nakano se encontraban yendo tranquilamente a clases, pues aun tenían algo de tiempo pero en el camino Yotsuba se había centrado en un joven pelinegro que estaba al otro lado de la calle y le hacia señas para que se acercara a él.
- Yotsuba, ¿A donde vas? - Pregunto la hermana con estrellas en la cabeza
- Me olvide de algo en el departamento, ustedes sigan - Dijo la hermana del listo algo seria
A Itsuki se le hizo raro esa actitud en su hermana, pero decidió dejarla ir sin mediar alguna otra palabra; poco a poco Yotsuba se acerco a Fuutarou y ella no tenia una expresión muy alegre en su rostro.
Pero mientras mas se enfocaba en el pelinegro, mas cosas raras veía; Para empezar, los moretones que tenia solo un día atrás habían desaparecido pero lo mas raro era que este no tenia su uniforme pero ella se acerco solo con una pregunta en mente
- Uesugi Fuutarou, ¿Qué haces aquí?, se supone que deberías estar descansando en tu casa
- Ya estoy bien, ya no me duelen tanto los huesos asique creo estar en condiciones para salir a tomar un poco de aire
Yotsuba pudo notar algo en la actitud de su amigo y esto era la "tristeza" que este tenia
- Oye, ¿Seguro que estas bien? - Ahora la seriedad de Yotsuba había cambiado por preocupación
- Si lo estoy, solo venia a decirte algo
- ¿Qué es?
Lo siguiente que sintió Yotsuba fue como Fuutarou le dio un abrazo y ella solo lo correspondió pero había algo que no estaba bien en todo eso ya que el pelinegro no suele ser alguien que de muchos abrazos
- Me tengo que ir... Adiós Yotsuba, nos volveremos a ver
Fuutarou solo se separo de la peli naranja y se fue siguiendo su camino mientras que la chica aun estaba analizando las palabras de su amigo y ahí lo entendió, Fuutarou no la había llamado para saludarla... la había llamado solo para despedirse
- ¡Espera Uesugi-San, Vuelve!
Su grito no sirvió de nada ya que el mencionado había desaparecido entre la multitud, como si fuera un fantasma pero de quien si llamo la atención fue de sus hermanas.
- ¡Yotsuba, estas bien! - Pregunto la mayor de ellas
- ¡No, debemos buscarlo!
- ¿A quien? - Pregunto la hermana del medio
- ¡A Fuutarou, el se acaba de ir!
- Yotsuba, primero cálmate y segundo escucha, Fuu-Kun debe estar en su casa recuperándose de sus herida y ahora ven, que llegaremos tarde a clases
La hermana del listón solo se resigno a seguir la orden de su segunda hermana mayor ya que no le creían pero estaba decidida a buscar a Fuutarou mas tarde.
Todas las hermanas siguieron su camino a la entrada de la preparatoria pero ahí pudieron ver a un extraño señor rubio que estaba viendo a todos los alumnos que se encontraban ahí, parecía que estaba buscando a alguien; Las Nakano veían esto extrañadas pero una de ella si pudo identificar de quien se trababa
- ¿Señor Isanari?
El mencionado miro fijamente a Itsuki y en su mirada se vía algo claro... desesperación
- ¡Itsuki, dime que lo vieron de camino aquí!
- Disculpe Señor Isanari, ¿Pero a quien se refiere?
- A Fuutarou, él... se fue de la casa
- Señor Isanari, Taro-Kun no haría eso el...
- Yo lo vi - Todos los ojos se fijaron en Yotsuba - Lo vi cuando estábamos de camino, él solo se despidió de mi y se fue
- ¡Donde fue eso! - Isanari había tomado de los hombros a Yotsuba haciendo un poco de fuerza
- Isanari-San me...
- ¡Donde!
- 2 Calles atrás
El Rubio no dijo mas nada y se fue corriendo del lugar mientras todos las personas que estaban entrando a sus clases veían como la escena pero el único pensamiento que tenían las Nakano en su mente era "¿Donde esta Fuutarou?".
Las clases terminaron y lo primero que hicieron las Nakano fue empezar a buscar a su tutor pero todo esto era en vano pues ya habían recorrido todos los lugares donde Fuutarou podría haber estado y no encontraron alguna señal de él.
Tuvieron la esperanza de que el pelinegro se encontrara en la entrada del edificio donde ellas viven pues ese día tenían tutorías pero todas estas ilusiones se vieron rotas cuando en esas puertas no se encontraron a nadie.
El sol se estaba empezando a ocultar asique la búsqueda solo quedo en manos del mayor de los Uesugi quien no dejo de recorrer la ciudad de pies a cabeza en búsqueda de su hijo pero este tuvo la misma suerte que las Nakano y no había encontrado nada.
Isanari decidió detenerse por ese día para poder irse a casa ya que Raiha estaba sola y lo ultimo que quería hacer era preocuparla a ella también, pues la noticia de la ida de Fuutarou la tomo bastante por sorpresa.
Una vez dentro de su casa, lo primero que recibió fue a su pequeña hija
- Papa, Por favor dime que tienes noticias de Oni-chan
En la cara de la pequeña se notaba que había estado llorando y esto solo hacia que la culpa de Isanari aumentara mas y mas ya que con sus acciones había lastimado directa e indirectamente a sus hijos.
Las palabras de Isanari no podían salir y lo único que hizo fue ponerse lentamente a la altura de su hija para poder darle un abrazo mientras que él aguantaba las lagrimas pero Raiha entendió algo...
Su Hermano no volvería esa noche
En la otra punta de la ciudad, en un pequeño establecimiento con una poca o nula legalidad se encontraban muchas personas que hacían apuestas alrededor de una jaula que servía como ring en donde 2 personas estaban peleando casi a muerte.
Era como ver una pelea de boxeo donde no se usaban guantes para minimizar el daño causado, de hecho se buscaba ocasionar aun mas daño, y esto solo le generaba curiosidad en Fuutarou.
- Disculpa - le dijo al hombre que estaba al lado suyo - ¿Qué es esto?
- ¿Nunca habías visto esto niño?, es une pelea de boxeo
- ¿Pero en una pelea no se usan guantes?
- Mira mocoso, yo no soy maestro de adolescentes, mejor mira la pelea para que aprendas que es esto
Fuutarou decidió hacerle caso su acompañante y miro directamente el ring, y ahí pudo ver como el hombre conocido como Yuji Motu estaba terminando su combate con una potente gancho en la mandíbula de su oponente.
Como era obvio, el otro hombre había caído noqueado y esto daba fin al combate pero Yuji mantenía una expresión seria, una que igualaba a la de Fuutarou, este solo se coloco en el centro del ring y tomo un poco de aire
- ¡¿Ahora quien va a retarme?!
Todo el mundo veía esto como un acto de arrogancia, pues acababa de vencer alguien sin apenas sudar y ahora estaba buscando a una nueva presa a la cual devorar pero Fuutarou entendía porque decía estas palabras.
Lo mismo le pasaba cuando nadie lo podía igualar en las calificaciones de sus exámenes solo que él nunca dijo eso en voz alta y tal vez sea por eso que se acerco a la jaula para poder hablarle directamente a Yuji.
Todos veían en silencio como el pelinegro se acercaba a la jaula, algunos sorprendidos y otros apenados por el posible resultado de la siguiente pelea pero Fuutarou no sentía miedo, solo sentía emoción al ver a alguien mas con quien pelear
Las miradas de ambos jóvenes chocaron y desde ese momento la tensión empezó a subir en el ambiente siendo el primero en hablar Yuji
- ¿Qué quieres Boxeador?
- ¿Me conoces?
- Eres Kintarou Uesugi, un color de pelo diferente no podrá cambiar tu cara; vi tu pelea en al TV y solo puedo decir... - La mirada de Yuji solo reflejaban un vacío -Eres una decepción
Fuutarou solo recordó las palabras de su padre y el dolor que sentía fue reemplazado por rabia
- Pues déjame decirte una cosa peleador de cuarta, este Boxeador te derrotara
- Ni siquiera has sanado completamente tus heridas, en esa condición no serás capaz ni de tocarme un pelo
- Entonces dame un mes
- ¿Por que debería esperar a alguien que no pudo vencer a su rival cuando este estaba contra las cuerdas?
- Por esa misma razón, Fui capaz de poner contra las cuerdas al discípulo de un Ex-Boxeador Profesional siendo yo un novato
En un principio, el interés que tenia Yuji hacia Fuutarou era nulo pero poco a poco este fue subiendo
- Te puedo asegurar una cosa, si me das el tiempo para recuperarme y para entrenar un poco... - Fuutarou señalo a Yuji atreves de los huecos de la reja mientras que en sus ojos estaba el fuego del luchador- Te venceré
El silencio inundo el lugar, y todos estaban esperando impacientemente la respuesta del Albino; incluso Fuutarou estaba deseoso de escuchar su respuesta
- Me rehusó, si bien pudiste acorralar a Honda no fuiste capaz de derrotarlo, tendrás que hacer algo mas si quieres llamar mi atención "Decepción"
Yuji solo se fue de la jaula sin decirle nada a nadie dejando a Fuutarou enojado pues ya era la 2da persona que lo menospreciaba solo por su desempeño en su combate anterior y eso era algo que el pelinegro no iba a permitir.
Pero antes de que pudiera hacer algo, Fuutarou sintió un dolor en sus costillas asique no podría pelear en esa condición por lo que solo se retiro del lugar para poder recuperarse por completo y mientras caminaba por las frías calles nocturnas de Tokio el pelinegro logro encontrar un pequeño motel que no cobraba mucho la noche.
Sin muchas opciones Fuutarou decidió gastar un poco de su dinero para poder tener un lugar donde descansar esa noche, Dando fin a ese día
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