Capítulo 17




Narra Perth:



Mark se ve tan hermosamente sexy, que me hace perder la concentración; incluso cuando íbamos en la limusina de vuelta a su departamento, se tocaba el cuerpo como si aún sintiera lo que hicimos. Tuve que agarrar su mano para que se estuviera quieto, o podría provocarme de nuevo y honestamente me duele un poco el hombro.

Aunque mientras viajábamos, solo pude pensar en dos cosas, la primera, es que ya había hablado con mi abuelo para pedirle que por favor nos recibiera a Mark y a mí porque queríamos decirle algo importante; y la segunda, es que quiero volver con Mark a Bangkok, pero debe hacerse un chequeo, ya que no quiero exponerlo sin autorización médica.

- ¿Por qué te escuchas tan serio? ¡Parece que fueras a dejarme! - Hace un puchero y mira hacia abajo.

- No es nada grave. Oye, ¿tu hermano vive aquí? - Mark arquea levemente sus cejas.

- Sí, vive conmigo; pero ha salido a una cita con Mean. - Me dio risa lo que dijo.

- ¿Quién lo diría? ¡Tantos celos que sentía cuando te acercabas a Mean, y ahora resulta que es tu cuñado! - Mark estaba tomando un poco de agua en ese momento y casi se atraganta.

- ¿Celos de Mean? ¿Por qué? - Limpia su boca y fui a abrazarlo.

- Porque siempre estaba cerca de ti, podia tocarte, abrazarte y acariciarte cuando quería... ¿Y yo qué tenía? ¡Solo un No constante! - Me devuelve el abrazo mientras sonríe.

- Te quejas y casi me haces tuyo el día que viniste a despedirte.

- Mis planes iban más allá de eso... - Empiezo a confesar. - Quería hacerte el amor durante horas, todo por garantizar que quedarías embarazado y que irías a buscarme a Bangkok, entonces, haría que te casaras conmigo por conservar tu honor.

- ¿No dijiste que tenías algo serio de qué hablar? ¡Esto no es necesario decirlo!

Mark se esconde avergonzado en mi pecho y me parece hermoso, además de divertido verlo en esta posición, así que empecé a confesarle que quería que habláramos con mi abuelo para decirle de su infertilidad y que diéramos diferentes opciones para que mi abuelo pudiera tener los bisnietos que tanto quería de mi parte, aunque no llevaran nuestra sangre.

Después le digo que quiero volver a Bangkok, porque ahora que tenemos una buena noticia, iremos allá para contarle a mi abuelo y luego haremos una gran fiesta para que todos lo sepan. Sin embargo, también le explico que no me lo llevaré a menos que el médico diga que es seguro, porque no voy a arriesgar la vida de mi esposo solo por ir en avión.

- ¿Te preocupas por mí o por nuestro bebé? - Se cruzó de brazos.

- Por ambos, no te arriesgaré. Quiero volver a Bangkok contigo, pero no te pondré en peligro. - Mark me abrazó y depositó un beso fugaz en mis labios.

- ¡Llévame al fin del mundo si quieres! - Le devolví el beso.

- Mañana iremos con un médico... Pero ahora, iremos a la cama.

Logré llevarlo hasta la habitación, donde desahogué este mes que estuve sin él, fue como una maldita tortura no poder hacerlo mío durante tantos días, incluso me dolía el cuerpo. Aún me hacía falta más, quería otra ronda, pero decidí dejarlo descansar porque temo que se encuentre muy exhausto y no debo forzar su salud.

- Perth, quiero llevarme a mi hermano, en caso de que me permitan viajar.

- Lo sé, y también sé que Mean no lo dejará solo, así que pienso llevarme a los Phiravich.

Mark y yo nos abrazamos mientras nos quedamos dormidos, claro, después de enviarle un mensaje a Bill para que buscara al mejor Obstetra de la ciudad y que consiga una cita para mañana. Solo entonces pude descansar en completa calma, al lado de la persona más maravillosa que se ha cruzado en mi camino y que tengo la suerte de tener como esposo.

A la mañana siguiente, Plan nos asustó mucho, tirando de las sábanas que nos cubrían, pero en la madrugada, se me ocurrió poner ropa interior y una camiseta para cubrir nuestros cuerpos. Yo estaba furioso, tenía ganas de golpear a mi cuñado, Mark en cambio, estaba sonriendo y entendí, que es capaz de complacer lo que haga, ahora que tiene la oportunidad.

- Señores, les están esperando. - Bill entró en la habitación y Plan se puso como loco.

- ¿No te sientes extraño cuando te llaman señor? ¿Cuántas veces al día lo escuchas? ¿Tienes otros empleados a tu cargo? ¿Si yo le doy órdenes, me hará caso? - Señala a Bill con su última pregunta.

- No hagas eso, solo Mark o yo podemos darle órdenes. - Honestamente, sí me sentí incómodo y Mark lo notó.

- En realidad, yo no debería darle órdenes tampoco, pero tengo el derecho que me da el llevar el apellido Tanapon. - Sonríe orgulloso y nos hace reír a todos.

- Perdón si lo dije de forma grosera. Es solo que, ni siquiera yo le doy órdenes, generalmente, solo le pido algunas cosas. Bill es como mi padre.

En cuanto me justifiqué, todos me miraron de manera comprensiva, y luego, nos arreglamos con Mark para ir a la cita con el Obstetra y poder irnos de una vez por todas a Tailandia. Le hicieron muchos exámenes a mi Mark, creí que todo iba bien, hasta que el doctor se puso serio y le preguntó a mi esposo si había sufrido de algún accidente recientemente.



Narra Mark:



La pregunta del doctor me dejó sin ideas, no recuerdo haber tenido algún accidente de ningún tipo, así que le devolví la pregunta, pidiéndole que me explicara a que tipo de accidente se refiere. Fue cuando me dijo sobre alguna caída en menos de dos meses o algo así, y solo pude recordar una caída, vi a Perth y sus ojos me decían que pensó en lo mismo.

- Bueno... Me caí de las escaleras hace un mes, pero no me llevé ningún golpe fuerte.

- Debes tener más cuidado, apenas tenías alrededor de tres meses cuando ese accidente sucedió y pudiste haber perdido a tu bebé. - Toqué mi vientre con emoción, ¡tengo cuatro meses de embarazo!

- ¿Cuatro meses? - Perth también se percató más de esa información. - ¿Por qué no se le nota?

- Es normal, hay casos en los que no se dan cuenta hasta el momento del parto. Por otra parte, les pido por favor que sean más cuidadosos con el bebé y con respecto al permiso para viajar, se los concedo, solo prometan cuidarse mucho, además, en cuanto lleguen a Tailandia, hagan un nuevo chequeo.

- Sí Doctor.

La respuesta vino de un emocionado Perth que estaba muy feliz de poder regresar a nuestra tierra natal, donde tenemos nuestra vida hecha, una casa y las comodidades a las que él está acostumbrado. En tan solo dos días había realizado todos los preparativos para irnos, justo como me dijo, incluso los padres de Mean se fueron con nosotros.

Llegando a Tailandia, Perth fundó una clínica de fisioterapia para Mean y otra de pediatría para el doctor Phiravich, ambos tuvieron mucho éxito y le devolvieron a Perth su inversión. Cinco meses más tarde, habría dado a luz a nuestro primer hijo, a quien mi esposo lo nombró Barcode, un varón fuerte y el legítimo heredero de los Tanapon.

- Soy el bisabuelo más feliz del mundo. - Dijo el abuelo de mi esposo mientras sostenía a nuestro hijo cuando entramos en la casa.

- Perth, quiero ir a descansar. - Le pedí con cautela.

- No, déjame un poco más a mi bisnieto por favor. - Suplica el abuelo Tanapon.

- Puede quedarse unos minutos más con Code, yo solamente quiero recostarme en mi cama, la del hospital era muy incómoda. - Comenté y le saqué una bella sonrisa antes de que Perth me cargara.

Me escondí en el cuello de mi esposo, mientras él me sostenía con cuidado de no lastimar la cicatriz que se estaba formando en mi vientre, debido a la cesárea que me realizaron. Perth me trató con tanto cariño y cuidado, además, Plan entró para pedirnos que descansaramos por unas horas y que él, Mean y el abuelo Tanapon se harían cargo de Barcode.

- ¿Crees que lo cuidarán bien? - Le pregunté a Perth con genuina preocupación.

- Amor, son nuestra familia, ¿quién mejor que ellos para cuidarlo? - Entonces sonreí.

Me acomodé en los brazos de Perth con mucha alegría, mi corazón sentía que iba a salir volando de mi pecho en cualquier momento, por la inmensa felicidad que se acoge en este. Creí que sería más difícil llegar a esta felicidad, es más, se supone que mi vientre no debía parecer balón de fútbol soccer y menos que un bebé saliera de mi interior.

Todos mis sueños se hicieron realidad, todo lo que deseaba se cumplió, lo que creí que jamás tendría, lo tengo; un esposo, una vida decente y sin trabajos que me quitan la vida. Pero, sobretodo, tengo un bebé, un hermoso y tierno niño nacido de mis entrañas, que lleva mi sangre y la del único hombre que amaré por el resto de mi vida.

- Si sigues mirándome así, me la pondrás dura y haré que me la chupes. - No pude evitar reír, porque tiene razón, desde que desperté no he dejado de verlo.

- ¿Y por qué no me la metes mejor? - Dije en tono lascivo.

- No, Bill y el doctor Phiravich me golpearan si se enteran. - Mi sonrisa se borró con la siguiente oración. - Sé que dije que no volveríamos a hablar sobre Roger, pero... Es sobre la herencia que te corresponde; bueno, a ti y a Plan.

- No quiero ni necesito nada de ese señor, pero si Plan lo quiere, ayúdalo a él y si no, dónalo, hay muchas personas que lo necesitan para salir adelante. - Dije con dolor.

Un mes después, Perth había tomado posesión de todo lo que fue de mi abuelo, descubrió que la razón por la que me odió, es porque al sobrevivir a la explosión del avión, no podía cobrar la póliza de seguro que valía 100 millones de dólares en total por todos, mi madre, mi padre, Plan y yo; además, fue él quien provocó esa explosión.

No podía creer lo inhumano que fue al asesinar a su propia sangre y a los padres de dos niños inocentes, todo por la ambición; lo bueno, es que ya no está entre nosotros y no puede lastimarnos más. Perth también descubrió que, apesar de haber cobrado el seguro, derrochó tanto su fortuna, que sus empresas estaban casi en la quiebra.

- Me costó mucho, pero logramos devolverle todo lo que corresponde a nuestro hijo. - Cinco años después de tanto esfuerzo, Perth nos llevó de Picnic a una laguna donde descansamos.

- Papi Perth, vamos a pescar. - Llegó Barcode corriendo a buscar que Perth cumpliera su promesa.

- Sí tío Pet. - Llega Moon, la hija de Plan y Mean, que ahora tiene solo 3 años y le cuesta mucho hablar.

Perth se levantó sonriendo y fue a jugar con los niños, junto con Mean, mientras mi hermano venía a conversar conmigo y ambos hablamos de lo inmensamente felices que somos ahora. Los dos estamos esperando a nuestro segundo bebé, yo tengo seis meses, mientras que Plan solamente cuatro, así que pronto, esta felicidad será más grande.

Ya no importa como llegamos aquí, solo cuenta que a este lugar, es donde pertenecemos. De aquel papel, ya ni siquiera hablamos, porque lo que un día comenzó como Solo Un Contrato, ahora nos mantendrá juntos y felices por siempre.


Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top