¿Secuestrado?

Me desperté por un sobresalto, no sabía por qué. Anoche fui a dormir como siempre y esperaba despertar con mi alarma como siempre, para ir a la escuela pero no.

Vi la hora y eran las 3:33 de la madrugada. No es que sea muy creyente pero sé que es la hora del diablo y tengo un poquito de miedo.

En ese momento siento como me coloco en el borde de mi cama y me pongo de pie. Mi respiración se agita de repente porque mi cuerpo de mueve por sí solo.

-¿Qu-Qué... me... p-pa-pasa? -hablo con dificultad hasta que ya no puedo decir nada más. Ni una sola palabra.

Intento gritar y recuperar el control de mi cuerpo pero no puedo. Es imposible.

En ese momento comienzo a caminar y veo que me dirijo a mi armario para tomar un abrigo.

-¿Qué me pasa? ¿Por qué tomo mi abrigo? -pienso cerrando con fuerza los ojos. Me siento una maldita marioneta.

Mis pies se mueven sin permiso y mi manos hacen extrañas maniobras, no puedo ver nada porque cerré los ojos para concentrarme en retomar el control. Pero al momento de abrirlos veo que me encuentro caminando por la acera, el viento frío de invierno hace que se me erize la piel, mis pies descalzos tocan el piso frío.

Voy a resfriarme. ¡Moriré de pulmonía!

En ese momento mi brazo se levanta, no entiendo nada de lo que está pasando, un taxi se detiene frente a mí y subo al auto. No sé cómo pero le dije al conductor una dirección que desconocía por completo.

No sólo mi cuerpo se mueve sin mi permiso, también habló sin poder controlarme. Luego que él hombre emprendió el viaje a no sé donde.

Me dio un par de miradas por el espejo retrovisor, yo le suplico que me ayude con la mirada.

Tal vez pueda ayudarme.

Esa esperanza murió cuando dijo un comentario idiota -Lindo pijama niño. -suelta una risa de por medio y se centro en el camino el resto del viaje.

Maldición. ¡¿Por qué tuve que colocarme el pijama de pingüinos?! Nunca lo suelo usar.

Ese estúpido regalo de cumpleaños es de Ashton, como yo estaba muy emocionado por los pingüinos me regaló este pijama en forma de broma. Lo odio.

El taxi se detiene en frente de una casa común y corriente, es igual que las demás. Intento no moverme y gritarle al hombre que me lleve de regreso a casa pero no puedo, abro la puerta y salgo para luego tirar un manojo de dinero al taxista. El muy imbécil aceleró rápidamente para irse de aquí con el vuelto.

En eso, giro hacia la entrada de esa casa y comienzo a caminar hacia la entrada. No sé lo que está pasando. Estoy muy asustado.

¿Qué va a pasarme?

¿Por qué no puedo tener el control sobre mi propio cuerpo?

¿De quién es esa casa?

¿Por qué camino hacia ella?

¿Dónde están los chicos para ayudarme?

¡Ashton, Calum, Mike! ¡Ayúdenme!

En ese momento tengo ganas de golpearme a mi mismo. Esos tres son los tres chiflados, no pueden resolver una simple ecuación solos. ¿Cómo resolverán mi secuestro?

La puerta es abierta y mis ojos se abren exageradamente al ver a aquella chica frente a mí. Viste una musculosa gris y shorts muy cortos dejando sus piernas expuestas.

¡Es ella!

-Te estaba esperando bebé. -habla con una gran sonrisa en su rostro.

Yo permanezco de pie en la entrada y la observo más detenidamente, no tengo dudas de que ella es mi secuestradora. Pero no tengo idea de como hizo para que yo mismo viniera a su casa.

-Pasa. -susurra moviendo su dedo índice con sensualidad y me guiña un ojo.

No quiero. Pero mis pies avanzan y me adentro a esa casa desconocida con una chica que está loca. La puerta se cierra detrás de mí y yo sólo quiero correr lejos de esta pesadilla.

-Al fin juntos Lukey. -habla ella pasando sus brazos por mis hombros y siento su cuerpo muy cerca del mío. Ella me mira por un momento y acerca algo a su boca, creo que es un muñeco... u-un mu-muñeco de... m-mí.

¿Qué está haciendo? ¿Por qué tiene un muñeco exactamente igual a mí?

-Besa a Merian, Lukey. -le susurra al muñeco e inmediatamente mi cuerpo se mueve hacia ella para capturar sus labios.