One Shot

Se podría decir que todo en mi vida había salido como lo planee, todo excepto una cosa.

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Luché para volverme el más fuerte y finalmente ingresé facilmente a UA pero ¿porqué?... ¿Porqué no puedo sentirme completo?.

Debe de ser tu culpa.
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Mi plan era perfecto. Fué lo único que me permitió seguir en aquella mierda que llamaban escuela.
El día en que finalmente haría mi entrada triunfal a UA, como el único de mi patética clase.

Pero no, tenías que seguirme.

Te odio.

Desde pequeños siempre me perseguías como idiota a todos lados, gritando kacchan esto, kacchan lo otro. Llorando, emocionándote por estupideces y alabando cada mísera cosa que hacía.

Toda mi vida fuiste un real dolor en el culo.

¿Por qué ya no lo haces?

Desde que ingresamos a UA cambiaste, hiciste amigos y poco a poco te alejaste de mí. En este preciso momento, en este salón, parecemos un verdadero par de extraños. Tú con tu grupo y yo con el mío. Te veo cada día reír y conversar animadamente con todos, desviando la mirada cada vez que se encuentra accidentalmente con la mía.

Me molesta.

En mis intentos de acercarme, de alguna forma, siempre te termino ahuyentando. Me ves con ese gesto nervioso de siempre y mi molestia crece más y más.

¿Por qué solo yo?

No entiendo el porqué no puedes esbozar una miserable sonrisa, al menos.
Se supone que nos conocemos desde siempre y paciera que tan solo soy un matón al que mantienes a raya, decidiendo darle un apodo amistoso para aparentar.

El que por cierto, odio.

Aunque tal vez no tanto. Ya me he acostumbrado a él, al nivel que hasta respondo al llamado.
Creo que si alguien más me dijera así lo mandaría a volar en menos de un segundo, tienes suerte.

Deku idiota.

- ¿Kacchan?

Escucho y no tengo que alzar la vista, ya sé que eres tú.
Abandonando mis pensamientos y recomponiendo mi expresión molesta de siempre, alzo la mirada.

Veo tu labio inferior temblar antes de hablar, pareces como siempre en la duda de hacerlo. Siento los ojos curiosos de tus amigos a tu espalda y aprovecho tu "bug" habitual para lanzarles una mirada de infinito deprecio.

Como los odio,
en especial a la castaña arrastrada.

-E-estás en mi silla...

Logras articular palabra y se te suben los colores al rostro. De alguna forma tu vergüenza me resulta contagiosa y estos llegan al mío también.
Nuestros encuentros siempre son incómodos.

Sin decir nada, tan solo me levanto, pateando la silla y pasando de ti como si me valiera realmente mi error.
Me he ruborizado como un imbécil, no puedo perdonarme aquella falta de autocontrol.

En tu gesto confundido, puedo ver que aún no notas nada. Por suerte, puedo confiar en tu torpeza e ingenuidad para que nunca te enteres...

Que nunca sepas, que no puedo pensar claramente cuando se trata de ti.

Porque me gustas.

Me costó aceptarlo, fue un duro recorrido lleno de negaciones y mucho pero mucho ODIO.
Odio a mi mismo, a ti, a la vida y a todo el que se te acercara.

Envidio a cada persona que comparta contigo, a la que le dediques una sonrisa relajada, que te preocupes por su bienestar.

Los odio a todos maldita sea, LOS ODIO.

Por mi que se mueran todos...

Entrando en mi ataque de ira habitual me levanto de mi silla, sin siquiera pedirle permiso al profesor. Nadie me detiene pues están acostumbrados a mis faltas de cortesía.

Recorro las afueras de la escuela, pateando absolutamente todas las latas y piedras que veo en el suelo, desahogado en ellos mi frustración.
No puedo seguir así, ya estoy harto de estos malditos y estúpidos sentimientos.
Quiero de regreso mi vida normal, donde podía vivir felizmente en mi ignorancia.

Parece una mala broma del destino el que entre todas las personas en las que podría fijarme, hayas tenido que ser precisamente tú. Parezco un real masoquista añorando que algún maldito día finalmente te fijes en mí.

Que vuelvas a mirarme como antes.

Ya llevo como una hora fuera de clase y sé que cuando vuelva Aizawa me va a echar la bronca, mas sinceramente, ni me importa.
Hoy no estoy precisamente de buen humor y la humillación de haber sido expuesto como alguien que tiene "sentimientos" esta mañana, había jodido mi día.

De regreso al silencioso salón, confundido miro el vacío mesón del profesor. Veo el reloj de pared y entonces noto que ya es la hora de almuerzo.

No hay nadie.

Estaba más que claro que en la siguiente hora Aizawa me dejaría fuera del salón.

...

Dando por perdido el almuerzo entro molesto a la sala, topándome con tu revuelta cabellera verde sobre tu mesón. Aún sentado en tu silla te habías quedado dormido sobre tu mochila.

Otra vez esforzándote de más...

Verificando el perímetro antes, me acerco cautelosamente. Estás profundamente dormido.

Veo una de tus manos, que aún tiene marcas de las pesas que cargaste probablemente casi toda la noche de ayer.

-Idiota...- Te regaño en voz baja, tomando asiento en mi sitio delante tuyo mientras mis dedos, ansiosos, tiemblan por acariciar tu revuelto cabello.

Se ve tan suave,
quisiera poder tocarlo.

No alcanzo a terminar el pensamiento cuando ya me encuentro con los dedos de una mano, enterrados en tu desordenada cabellera. Los deslizo despacio, deleitándome con ese pequeño momento de secreta intimidad.

Era exactamente como imaginé, suave y esponjoso como el de una oveja.

Aún algo nervioso, continúo acariciándolo suavemente.
Estás tan dormido que ni lo notas, es más, una leve sonrisa cruza tu rostro y termino de perder la razón.

Con los latidos de mi corazón golpeando contra mi pecho cual tambor, en un acto de delirio, intento acercarme. Aproximo mi rostro y aspiro el aroma de  tu cabello, acercándome otro poco, hasta que mi nariz casi roza tu aliento.

Y entonces, tengo una terrible idea.

Solo un beso, un beso y ya.
.
.

Me convenzo a mi mismo de que no soy un demente pervertido, abusando de alguien que no está en sus capacidades, y me acerco lentamente. Mi cuerpo tiembla y mi pulso se acelera. Sé que todos están por llegar y estoy haciendo algo estúpido, pero el roce de tu aliento contra el mío me llena de un mar nuevas y placenteras emociones que no me dejan retroceder.

Quiero hacerlo.

Realmente quiero hacerlo, ya no me interesa nisiquiera si me descubren. Si alguien me ve y dice algo solo le vuelo la puta cabeza y ya.

Lo haré.

Pienso antes de terminar de sellar el pequeño espacio que hay entre nosotros.

Uno mis labios a los tuyos y no contento con ello, te tomo del cabello apegando tu rostro al mío aún más. Lo que pensaba sería un pequeño y disimulado beso, termina siendo mucho más profundo.
Tus labios son tan pequeños y suaves, me encantan.

-Uhmg...

Escucho un ruido y sin separarme aún entreabro mis ojos, encontrandome con tu mirada impactada. Creo que impactada no abarca el término, mas bien diría tu mirada de terror, de pánico total.

Mierda, la cagué.

Con tus grandes y verdes ojos clavados en los míos, arrepentido me separo lentamente. Suelto tu cabello y me acomodo nuevamente en mi asiento, limpiándome el resto de saliva entre mis labios con el dorso de mi mano.

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Silencio.
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Un silencio ensordecedor se apodera del ambiente.
No incorporas tu rostro de la mesa, sigues ahí estático como una piedra con los ojos abiertos como platos y tus manos temblando sobre tu pupitre.

Te ves tan indefenso que las ganas de volver a besarte esos pequeños y dulces labios comienzan a apoderarse de mí.
Total ya la había cagado monumentalmente, ¿por qué no hacerlo otra vez? y terminar de hundirme exponiendo mi terrible deseo por ti.

No.
Dije un beso, solo uno.

Me recuerdo la tonta promesa que hice, sin tomar en cuenta el adictivo sabor de tu boca con la mía.
Mas ya estaba hecha, dije uno y uno sería.

...

Pero no contaba con que tu me darías otro.

En mis pesimistas pensamientos, no alcanzo a darme cuenta cuando te incorporas de golpe del mesón y tomandome por el cuello de la camisa estampas tus temblorosos y suaves labios contra los míos.

Sin entender nada, tan solo me dejo llevar.
Pienso que es un mero impulso, de esos tuyos que nunca entiendo, pero no.

No lo es.

A medida que entreabres tus labios y nuestras lenguas se deslizan la una con la otra, en un beso cada vez más profundo y pasional, lo entiendo.

Nunca fui solo yo.
Tú también deseabas esto, es más, lo esperabas.

¿Desde cuándo?,
¿cómo no lo vi antes?...
.
.

Aún asombrado me dedico a deleitarme acariciando tu cabello y tus pecosas mejillas, succionando y lamiendo lentamente tus labios, saboreando cada parte de estos hasta que suena el timbre para volver al salón.

...

Y nos detenemos por completo.

Al rato, todos entran a la sala en ignorancia de lo ocurrido, y como esperaba, el profesor me expulsa.

Salgo fingiendo molestia, pero apenas me quedo sólo afuera, una victoriosa sonrisa surca mis labios.

Te tengo.
Me perteneces al fin.

...

Desde ese día comenzamos a ocasionalmente almorzar en el salón, en la azotea, en el patio... Cualquier lugar donde pudieramos quedarnos solos era perfecto.

Perfecto para esos pequeños encuentros donde podíamos ser nosotros mismos. Donde podía quitarme la máscara de frialdad y molestia y tú te despojabas de tu habitual timidéz, mostrándome ese lado cálido y atrevido que siempre deseé ver.

Donde me sonríes, me besas y te entregas a mí sin pudor alguno, en encuentros que inician en los recesos de la academia y se expanden a nuestras tardes libres.

En un torbellino de emociones que no se detiene nunca más.
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+ Notas de la autora:

Hola!
Tenía muchas ganas de escribir un oneshot que simulara el inicio de una supuesta relación entre Izuku y Katsuki en su epoca de escuela, donde gatillaran sus sentimientos guardados en todos esos años en UA.

Es una especie de agradecimiento a todos los que me han dejado mensajes, estoy trabajando en el cap de Príncipe del Norte algo lenta porque estoy definiendo algunas ideas aún, pero no lo abandono tenganlo por seguro.

Espero lo hayan difrutado, de ser así agradecería sus comentarios aver si me animo a hacer otro oneshot express, denme ideas eue

Un abrazo y nos estamos leyendo <3

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