Capítulo 28

"Soy... ¿Una estrella caída?"

Rápidamente gire mi cabeza al escuchar lo que el chico había dicho, y mi vista se clavo en el chico que tenía en frente, en cuanto lo vi lo inspecciones de pies a cabeza, pero por la poca luz que había solo pude ver un poco su rostro, se notaba que era un niño que era casi de mi edad por su voz. El chico me seguía mirando muy impresionado, no dijo una palabra más hasta que pasaron unos minutos bastante incómodos.

—¿Eres muda? —pregunto curioso el chico—.

Yo estaba todavía muy impresionada por lo que había pasado hace unos minutos así que solo pude negar con la cabeza. Él chico ladeó un poco su cabeza extrañado.

—Si sabes hablar, ¿Por qué no hablas? —

Me encogí de hombros no sabiendo que decir, estaba muy tímida como para responderle.

—¿Tienes miedo? ¿Por eso te escondes? —siguió preguntando el chico—.

—Mmmm, ¡te sentirás mejor si sales del faro! —exclamo el chico tomando una de mis manos y jalándola hacia afuera—.

Yo quise quitarle mi mano de encima estaba muy sorprendida por la reacción de este chico pero me jalo con tanta fuerza que casi termino cayendo encima de él, pero una vez afuera pude ver mejor el rostro del chico, sin quererlo exclamé:

—¡Eres el chico misterioso! —

—¿Él que? —pregunto el chico aun sosteniendo mi mano—.

—¡Ay! Perdón...no quise decirlo en voz alta—respondí mirando hacia abajo—.

—Mmmm, ¡oye! ¿Por qué estabas escondida en el faro? —

—¿Yo? Bueno...solo porque si—conteste de forma cortante—

Él chico me miro sorprendido por un segundo, luego bajo su mirada a mi mano que sostenía y noto que pesaba más de lo normal, la apretó un poco pero no hice ningún gesto solo miré hacia abajo todo el tiempo deseando estar en el faro de nuevo.

—¿No te duele? —pregunto el chico sin pensarlo mucho—.

No sabía que responderle al chico, no sabía si decirle la verdad se notaba que era un niño menor que yo por la falta de sensibilidad ante los desconocidos,

—No, no me duele—

—¿Enserio? ¡Que increíble! —dijo el chico con una mirada emocionada—.

—¿Increíble? —pregunte sin entender por qué—.

—Si! ¡Sabía que eras una estrella caída! —

Ya había escuchado que me había llamado por ese nombre tan extraño, tenía mucha curiosidad por saber por que me llamo así, ¿Será que ya nos conocíamos?, Imposible, nunca había conocido a un chico en las afueras del pueblo.

—¿Por qué me llamas así? —pregunte de golpe—.

—Pues por qué te vi caer del cielo—

—¿Yo? ¿Caer del cielo? ¿Cuándo? —pregunto con un gesto más confuso todavía—.

—Cuando iba a volver a casa, vi a lo lejos un destello que bajaba la colina, decidí seguirte y cuando vi que entraste en el faro me acerque a ti para verte mejor, por eso te llame así —

¿Un destello? ¿Será que este chico no ve bien? Estaba pensando en las pocas posibilidades por que del nombre pero antes de que pudiera darle una respuesta el ya me había dado la respuesta.

—Tu cabello brilla, por eso creo que eres una estrella caída. —

Lo mire asombrada por su respuesta, mire mi cabello y ciertamente brillaba un poco debido a la luz de la luna, me pareció muy chistoso a la conclusión que llego solo por que mi pelo brillaba así que decidí seguirle el juego.

—Tienes razón, ¡me descubriste! —dije con una sonrisa—.

—¡Lo sabía! ¡Mi papá siempre tuvo razón!, él me dijo que pronto alguna estrella caería cerca del faro y que sería la única persona que la vería—exclamó el chico con alegría—.

—¿Enserio la historia fue contada? Se suponía que era un secreto... —hable preocupada—

—No te preocupes ¡Yo guardare el secreto! De todas formas mi papá ya no está—

—¿Tu papá ya no está? —pregunte susurrando—.

—No...él ya no está, mi mamá dice que está más allá de las estrellas—respondió el chico sonriendo y extendiendo su mano hacia la noche llena de estrellas—.

—¿No te pone triste? —seguí preguntando pues me extrañaba que lo dijera con una sonrisa—.

—Nunca lo había pensado así pero supongo que sí, algunas veces extraño escuchar su historia sobre La Estrella Caída—dijo el chico mirando hacia abajo—.

Podía sentir que lo había incomodado con esa pregunta así que decidí animarlo un poco, continuando con el juego

—Sabes...gracias a que tu padre te contaba la historia yo pude bajar a tierra, —

—¿Enserio? —pregunto el chico mirándome con esperanza—

—¡Claro! El siempre será recordado por mis amigos las estrellas—

El chico me miro con una mirada asombrada, podía sentir que estaba orgulloso y contento por lo que le había dicho...y sentí por primera vez que necesitaba proteger esa inocencia que todavía tenía. El tenía todavía un corazón de niño.

—Y dime ¿Cuál es tu nombre terrícola? —

—¿terrícola? ¿Te refieres a mí? —

—Si! Eres de la tierra y yo soy parte de la noche, por tanto somos diferentes. —dije señalando al chico y señalándome a mí—.

—¡Ya veo! Bueno me llamo Laurence, —

—¡Mucho gusto Laurence! —exclamo con una sonrisa y extendiendo mi mano para saludarlo—.

—¡Igual! —respondió el chico devolviéndome el saludo—.

Hubo un pequeño silencio después de habernos estrechado las manos, yo pensé que Laurence ya no tenía nada más que decir pero termino por hacerme muchas preguntas.

—Y dime Estrella Caída, ¿Cómo es que eres humana? —

—Bueno...cuando caigo del cielo mi forma se vuelve humana automáticamente al tocar el suelo—

—Oh! ¿Entonces eres humana? —pregunto Laurence sentándose sobre la hierba, cerca del faro—.

—Es complicado, no soy una estrella pero tampoco soy humana, simplemente soy una estrella caída que no siente dolor—conteste sentándome enfrente de el—.

—¿No sientes dolor? —

—No... pero puedo hacer expresiones como los humanos—dije suspirando—

—¡Eso es genial! ¿Cuándo te caes te duele? —

—No, no siento nada, es como si no tuviera sangre dentro de mi—

—Vaya...es genial y asombroso...pero suena triste—hablo Laurence en voz baja—.

—¿Tu lo crees así? Para mí...es algo normal—

—¿Entonces no lloras? —pregunto Laurence curioso—.

—Si lloro...cuando caí del cielo lloré, porque fui separada de él. Pero mis lágrimas son polvo de estrellas—conteste algo triste—.

—Oh... lamento haberte separado de tu hogar—dijo Laurence con los ojos llorosos—.

—N-No llores, tranquilo de todas maneras el cielo ya no me quería ahí—respondí tratando de calmarlo—.

—¿Por qué? —pregunto Laurence tallándose los ojos con sus puños—.

—Supongo que es porque no hice mi trabajo correctamente...no ilumine el cielo de noche lo suficiente. —

—Que cruel...haberte abandonado de esa forma, suena algo muy feo—manifestó Laurence levantando la vista al cielo lleno de estrellas iluminando en su mayor esplendor—.

Al ver a Laurence sentí una tristeza muy profunda...tan profunda que no podía derramar ni una sola lágrima solo sentía un peso muy grande en mi corazón. No sabía que decirle mis palabras no podían salir de mi boca como de costumbre...sentía que debía decirle algo pero...Laurence termino por cortar el silencio

—Quisiera poder odiar al cielo por hacerte eso...pero tu perteneces ahí y eso sería odiarte a ti, y no quiero hacerlo—dijo con tristeza—.

Me quede atónita no sabía de nuevo como responder a eso...cada cosa que decía me dejaba pensando, me daba curiosidad la forma en que pensaba y a las conclusiones que llegaba. Entonces Laurence pregunto cambiando de tema.

—Te quedarás aquí de ahora en adelante? —pregunto Laurence—.

—Si...supongo que si pero debo esconderme... solo puedo aparecer de noche—respondí mientras suspiraba—.

—Entonces, ¡Yo me aseguraré de que seas feliz en la tierra! —exclamo de golpe Laurence mirándome con decisión—pero...parece que ya me tengo que ir si no mamá se va a enojar—añadió con tristeza—.

—Yo igual tengo que irme... —dije en voz baja para que no pudiera escucharme—.

—¡Vendré a visitarte mañana en la noche, en este faro! —exclamo Laurence y añadió mientras se alejaba corriendo del faro colina abajo—¡Nos vemos Estrella Caída! —.

Yo solo agité mi mano despidiéndolo con una sonrisa, estaba muy contenta de haber conocido a un chico tan curioso, y ya quería que llegara mañana. Estaba caminando hacia la casa de la abuela pensando que pasaría mañana.



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