Capítulo 25
"Yo alguna vez tuve dulces y alegres recuerdos...ahora solo son agridulces"
Después de un rato mi padre volteo a verme y toco mi cabeza delicadamente, en ese momento, pude sentir una gran calidez, tan solo por una pequeña muestra de cariño por parte de mi padre, y recordé que quería preguntarle acerca de mamá. Así que volteé la mirada hacia mi padre decidida.
—Papá... ¿Cómo conociste a mamá? —
—Cierto...acordamos hablar de esto... —respondió desviando un poco la vista—.
—Bueno como dije es una historia muy larga y complicada; Por ahora solo te contare lo importante—.
—Está bien, papá. —afirme dándole una leve sonrisa—
—Tu madre...la conocí en Nags Heads, un día en que fui a ver el atardecer en el faro cerca de la casa de la abuela como cada sábado pero esa tarde fue diferente pues empezó a llover justo cuando el sol se estaba ocultando. Y en cuestión de minutos se inundó tanto que tuve que ir corriendo al faro que estaba a un par de metros de donde me encontraba, cuando llegue note que había una chica escondida tras las escaleras de la entrada. Parecía muy aterrada ya que se aferraba a si misma mirando hacia abajo temblando, no sabía que hacer...también el hecho de que yo fui criado en un pueblo pequeño me hizo tímido con gente que no conocía, a ella no la había visto por los alrededores, pero no quería dejarla ahí sola... —dijo mi padre tocándose la nuca avergonzado—.
—Papá... ¿Cuántos años tenías? —pregunte tratando de que me contara más—.
—Yo...bueno tenía como 12 años, era solo un muchacho y tu madre tenía apenas 10 años—.
—Estaban muy chicos... ¿no? —
—Así es...a decir verdad, a pesar de que era tímido y algo distante con gente que no conocía, por alguna razón decidí armarme de valor y le hablé... —siguió mi padre su historia con una pequeña risa—.
—¿Qué le dijiste? —trato de indagar más—.
—Mmm...le pregunte si estaba bien, si necesitaba algo y ella solo alzo la vista sorprendida pero su expresión cambio en un instante mirándome esperanzada como si hubiera llegado justo en el momento indicado para "salvarla". Yo estaba bastante confundido por la forma en que me miraba con sus ojos azul claro, algo llorosos, se limpió las lágrimas frotándose con su brazo bruscamente, y en vez de responder mi pregunta, me pregunto si yo había ido a salvarla, si era una clase de príncipe o superhéroe, los chicos de mi edad dirían, claro que no, o, esas historias son para niñas. Pero la verdad me gustaban ese tipo de cuentos me parecían muy geniales los príncipes o superhéroes que rescataban a la chica, y soñaba con algo así, yo estaba muy emocionado pues sería la oportunidad de mi vida para hacer realidad el sueño de muchos o bueno eso pensaba, yo muy impactado pero entusiasmado le digo que sí, que fui enviado desde champania (estaba tratando de decir champán) para llevarla de regreso a su castillo;—relata mi padre con vergüenza— aún recuerdo eso y quiero que la tierra me trague—pero bueno, siguiendo la historia le extiendo la mano tras decir tantas tonterías, y me mira confundida de pies a cabeza y me pregunta sin más, "¿Eres ceniciento?", en ese momento yo me quede con una cara de "¿Qué?". A pesar de haberlo pensado tantas veces no supe decirle un sí o no, pues según yo era el príncipe, no ceniciento, pero todo tuvo sentido cuando dijo "Lo pregunto porque te pareces a cenicienta versión hombre", ahora seguía mucho más confundido, así que le pregunte casi en susurro "¿De dónde me viste cara de cenicienta?" "No llevo vestido ni zapatillas de cristal" a lo que ella responde "Bueno, es que llevas harapos como ella" —
—¿Harapos? ¿Qué es eso? —pregunto mirando a mi padre—.
—Harapos son ropas sucias por así decirlo, me sorprendió bastante su respuesta, así que me mire con detenimiento y note que no mentía realmente llevaba harapos, ahora que lo pienso nuestro encuentro fue bastante extraño y poco común, pero aun así ella tomo mi mano con una sonrisa, y dijo que siempre ha querido conocer a un príncipe como cenicienta, diferente pero encantador a su manera y eso fue suficiente como para morirme de la vergüenza, recuerdo que me puse muy rojo tratando de tapar mi cara con mi mano libre. Afortunadamente cuando íbamos de salida del faro dejo de llover y pudimos volver a casa sanos y salvos, también da la casualidad de que tu madre vivía a tan solo unas calles de mi casa, y me entusiasmaba pues cada sábado al atardecer nos veíamos en el faro para hablar sobre lo que había pasado en toda la semana, mi familia era muy humilde, dado a eso yo aprendí a leer y escribir con mi madre, lo demás lo aprendí con tu madre, aparte de hablar me enseñaba matematicas, historia y las materias que le enseñaban a ella en la escuela. Tu madre vino de una familia lo suficientemente buena económicamente, para llevarla a una buena escuela y darle todo lo que necesitaba, éramos muy diferentes en ese sentido pero supongo que el tiempo y la convivencia juntos nos unió—expreso mi padre suspirando—.
—Y... ¿siempre la has querido? —sigo preguntando—.
—Si...siempre la quise mucho, pero debes saber hija, que muchas veces los sentimientos se van pero se quedan los recuerdos y no son muy lindos. —responde mi padre mirándome algo triste—
—Entonces ¿Por qué peleaban? —
—Es extraño, ¿sabes, hija? —declaro mi padre mirando hacia abajo tratando de darme una respuesta—No puedo saber el por qué, creo que fue por que tu madre quedo muy impactada por tu accidente y todo lo que nos vino encima—.
—Pero quiero que sepas que eso no significa que haya sido tu culpa...como padres cometimos el error de haberte hecho a un lado en ese momento en que más ayuda necesitabas y como familia...no funcionamos. —hablo mi padre sujetando mi mano—.
—¿No funcionamos? ¿Por qué? —
—Eso...no puedo respondértelo, hija, lo lamento—me respondió mi padre—
—Bueno, ¿Pero por qué mamá se fue? —
Mi padre se quedó unos segundos sin decir nada, era un silencio tenso, podía notar la necesidad de mi padre de decirlo pero al parecer no podía expresarlo de la manera correcta.
—Tu madre se fue, porque ella no pudo aguantarlo más...ella decidió alejarse por su cuenta y encontrar su felicidad ella misma. Yo...admito que no hice todo lo posible, solo le di tristeza, angustias y dolores. No puedo culparla ni reprochar su partida. —
—Aunque...yo ya sabía que ella veía a otra persona, no quería admitirlo ni reclamarle cara a cara, ¿Qué derecho tenía yo de decirle que no lo hiciera? —hablo mi padre en voz baja—
—Sabes papá...yo creo que pudiste haberle dicho lo que me estas contando justo ahora, yo no entiendo muy bien el amor o los sentimientos aún pero se que tu quisiste a mi madre solo que no supiste como mantener tus sentimientos con ella. —exprese a mi padre con firmeza—.
—Tal vez...tienes razón pero ya es demasiado tarde ella ya ha renunciado a su papel como madre, ella...detuvo el tiempo y sus sentimientos por mí, yo ya no formo parte de su corazón. —dijo mi padre mirando hacia arriba tratando de contener sus lágrimas—.
—¡¿Por qué crees eso?! ¿Acaso ella te lo dijo? —exclamo angustiada—.
—Hija...entiendo tu preocupación, de verdad, pero tu madre y yo hablamos ella me hablo con mucha sinceridad, no quiere seguir a nuestro lado, y debemos seguir adelante no podemos aferrarnos a una persona cuyo pasado ya es pasado—me hablo mi padre algo impaciente—
Esa respuesta tan definitiva de mi padre respondió todo, ya no quería preguntar más pues sabía que la respuesta seguiría siendo la misma. Aparte podía ver como mi padre luchaba por no llorar, sé que debió dolerle mucho, así que le pregunte mirando hacia el estanque con una mirada vacía.
—Así que esto es como se siente el amor...? Duele mucho, ¿verdad? —
Pude sentir la mirada de mi padre fija, volteé a verlo y noté su mirada sorprendida, se quedó unos minutos así hasta que me respondió con una sonrisa triste.
—Tienes razón hija, el amor no siempre es bello, muchas veces duele y deja cicatrices que no puedes ver, es una cicatriz que no sabes si sanara o no pero muchas veces el amor nos salva de momentos horribles por los que pasamos, en conclusión el amor es un sentimiento de doble filo, o te hace feliz o te destruye—.
Entonces pude entender un poco lo que era ese sentimiento, entendía lo que mi padre dijo, podía sentir que había pasado por algo así y vino a mi mente Sophie, en tan poco tiempo le agarré cariño pero nuestra amistad fue un arma de doble filo, lo que empezó como una amistad que era una mitad mentira y la otra mitad verdad, al final se convirtió en un rechazo total por parte de las dos. Me pregunto cómo se habrá sentido tras saber como era, ¿Asustada? ¿Impactada? ¿Decepcionada? ¿sintió lastima por mí? Supongo que pensar en eso ya no tiene importancia...las dos nos dimos cuenta de que juntas no llegaríamos a nada. Y respecto a Emma....yo siempre sentí que era parte mí, una gran parte de mí pero...algo evito que nuestra amistad siguiera, nunca pensé que ella se alejaría de mi tan rapido; pero mi padre tiene razón, debo seguir adelante no puedo dejar que su muerte me atormente cada día que vivo, y también "mi yo del pasado" debe desaparecer de mi vida si quiero seguir hacia el presente.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que había un gran silencio entre yo y mi padre, pero escuché entre todos mis pensamientos lo que mi padre había dicho para cortar el silencio.
—Hija, solo haz tu esfuerzo para no salir herida—.
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