Capítulo 91.
Una obsesión, una guerra.
"Entonces, ¿de dónde vienen las ideas, las ideas salables? Vienen de mis pesadillas. No la variedad nocturna, por regla general, sino las que se esconden justo más allá de la puerta que separa lo consciente del inconsciente". ~ Stephen King.
Croacia. 23:30 hrs.
Dicen que en la vida algo que es realmente absurdo son las obsesiones que pueden existir de una persona a otra, porque ese tipo de obsesiones matan y hieren el alma son tan absurdamente asquerosas que no dejan que nadie pueda resistir el daño que hacen. Se vuelven absolutamente dolorosas.
Muchas personas están podridas por dentro, no les importa dañar a todo el mundo con tal de conseguir lo que ellos quieren y eso es realmente egocéntrico, pero para ellos eso está bien pues no les importa llevarse entre los pies a cualquiera que se atraviese entre su camino, no les importa si crean una guerra por su una simple obsesión o si asesinan a cientos de personas a sangre fría; para ellos todo eso es un simple daño colateral, para conseguir su maldito objetivo.
Muchas veces es imposible que miremos completamente todo lo que hay en nuestro alrededor, no nos damos cuenta de que existen peligros que están justo frente a nuestras narices o que hay personas que se disfrazan de corderos cuando son los lobos más feroces que no temerán en asesinar de un solo mordisco a la presa, son personas que están completamente trastornadas y a las cuales no les interesa el dolor que puedan causar.
Por eso mi madre siempre me había dicho que debía tener cuidado en quien confiaba, no importa qué tanto desnude su alma o cuántas veces me diga falsas palabras de amor, si su alma está podrida, sólo es cuestión de tiempo para que se quite la máscara y aparezca el verdadero lobo que se convierte en un monstruo para atacar a todos aquellos que confiaron en él.
Ella lo había vivido en carne propia cuando la persona en la que más confiaba, su nana, había resultado una maldita hija de puta que había asesinado a sus padres a sangre fría, una mujer que había estado completamente obsesionada con su padre y que había querido obtener venganza, la vida siempre es complicada en ese tipo de casos, cuando una obsesión se vuelve tan fuerte que es incluso mortal.
Esas obsesiones que llegan a un grado inhumano son las que provocan las guerras entre naciones, son aquellas que provocan dolor en personas inocentes que no tenían ni siquiera una oportunidad de escapar, esas guerras provocan dolor y pérdida, lluvias de sangre que se convierten en una completa agonía para todos aquellos que sobreviven.
Mi padre siempre había tenido en cuenta que todo se debía de arreglar con diplomacia, él no recurría al uso del ejército hasta que no hubiese entablado una conversación con los malditos desgraciados que se empeñan en joder la vida, pero él también sabía que en el momento en el que ellos se negaran a llegar a un acuerdo y la diplomacia fallaba, se debía de empezar una guerra.
Lo que estábamos viviendo en ese momento no tenían ni siquiera nombre, eran ataques a personas inocentes que no tenían ni la mínima oportunidad de escapar de sus ataques, ni siquiera habían podido entablar una conversación diplomática con el mafioso que estaba detrás de todo ello; ese bastardo se había negado completamente así quiera dejar al descubierto su identidad, por lo que nuestra única opción era entrar en una guerra que seguramente dejaría a cientos de heridos y perderíamos a personas que amábamos. Pero era una guerra necesaria para acabar con ese bastardo antes de que sea adueñara de todo el mundo.
Después de lo que mis padres declararon en la entrevista que se transmitió para cada uno de los agentes en servicio, supimos que no había marcha atrás, la diplomacia había fallado y lo único que nos quedaba era agarrar nuestras armas, pararnos firmes y luchar porque había comenzado una guerra que no tendría fin hasta que no quedará nada.
Mis padres habían dado una declaración pública de guerra, no era que ellos quisieran que muriesen personas inocentes, pero también sabíamos que si nos quedábamos de brazos cruzados, los ataques serían aún peor, esas personas no se tentarían el corazón para destruir cada uno de los institutos o bases pertenecientes a nuestro ejército.
Ya habían asesinado a uno de los candidatos y nada nos aseguraba, que yo no sería la próxima o que quizás Oliver perdería a su esposa y a su hijo en camino, era completamente imposible determinar qué era lo que harían esos bastardos, por primera vez sentía que un maldito hijo de puta iba dos pasos delante de nosotros y eso me jodía las entrañas.
Mi ejército siempre se había caracterizado por ser de los más fuertes que existían en el planeta, incluso cuando ni siquiera era muy conocido y se mantenía en bunkers, mi padre lo había formado como uno de los ejércitos más poderosos y fuertes del mundo, no conocía mucho de la historia antes de que mis tatarabuelos decidieran crear la organización de la ISAMC, pero lo que sí sabía era que desde el principio había sido uno de los ejércitos más poderosos y eso lo sabían esos criminales.
Quizás ese era el motivo por el que nos atacaban con tanta fuerza, porque sabían que sólo débiles no podríamos responder a sus ataques, tenían que acabar con nosotros de una u otra forma o sabían que si nosotros lográbamos levantarnos, contratacaríamos con mucho más fuerza, una fuerza inhumana que serían incapaces de volver a ponerse de pie. No era que subestimamos el poder de la mafia, mis padres y yo principalmente conocíamos lo bastardo que podían ser esos hijos de puta, pero tampoco nos subestimamos a nosotros, sabíamos el poder que teníamos y la fuerza con la que podíamos atacar, sólo era cuestión de que nos paráramos firmes y con la cara en alto los hiciéramos caer.
Nuestro plan principal era regresar a la Gran Ciudad, aunque el primer ataque de esa guerra había sido a una base de la FEMR y un instituto militar, mis padres seguramente debían de dar parte de todo lo que estaba ocurriendo, en ese momento lo único que nos quedaba era regresar a nuestro hogar para tratar de salvar y crear una buena estrategia de contraataque.
No sabíamos el momento en el que esos bastardos llegarían a asesinarnos, porque ese era su único plan, no importaba lo que hiciéramos querían nuestras cabezas colgadas como trofeos en sus malditas mansiones de lujo. No teníamos idea de quién era uno de ellos, lo único que teníamos eran suposiciones de quién o dónde podía estar.
Sabíamos que Magnus estaba aliando con el otro bastardo, pero se había negado a darnos información y todas nuestras fuentes seguras parecían haberse extinguido completamente, era realmente imposible poder descifrar qué mierda era lo que estaba ocurriendo, no podíamos simplemente contraatacar a un fantasma y tampoco atacar a alguien sin saber completamente lo que estaba ocurriendo, seguramente sonaba ridículo no poder atacar a un mafioso que siempre nos había hecho la vida imposible, Pero ¿Cómo podíamos atacarlo si estaba dentro de la cárcel?.
Ni siquiera teníamos la mínima idea de cómo rayos había logrado tener comunicación con alguien, sabíamos que su consigliere estaba realizando todos los movimientos de la mafia, Alexei, incluso como Aidan, habia demostrado ser un líder nato, pero eso no significaba que él estaba tomando todas las decisiones y de lo único que podíamos estar medianamente seguros, era que estaban aliados con Lombardi.
En un principio nos habían hecho creer que eran enemigos, pero conocíamos la fuerza que seguía teniendo Magnus como rey de la mafia incluso tras las rejas y con Cadena Perpetua, ese bastardo era grande y su palabra era ley. Ni muerto dejaría que alguien más tomará su puesto, por lo que era casi completamente seguro que estaban aliados para poder tener una oportunidad de ganarnos. Ellos sabían que como lo dice la vieja frase, su unión era la fuerza para vencernos.
Realmente todo eso me estaba volviendo completamente loca, se suponía que debíamos tener una respuesta a todo lo que estaba ocurriendo, pero en realidad sólo dábamos cientos de vueltas en un mismo lugar sin tener la firme convicción de que algo que encontrábamos era completamente cierto o nos llevaría a algún punto. Ese bastardo parecía conocernos más que cualquier otro criminal que habíamos enfrentado, lo que nos hacía creer que era quizás alguien que había estado dentro del ejército, para conocer nuestras maniobras o la forma en que trabajábamos internamente.
Mi padre dio la orden de que debíamos desalojar el hotel a la medianoche, todos nos preparábamos para ello, todos queríamos llegar a la Gran Ciudad para comenzar con una estrategia, necesitábamos encontrar algo que nos llevará al bastardo que estaba provocándonos tantas desgracias. Lo único que deseábamos era poder tener una vida tranquila como la habíamos tenido semanas atrás, pero cada segundo que pasaba eso estaba más lejos.
Estábamos completamente seguros de que la muerte podía estar asechándonos, quizás todo eso era un juego a la ruleta rusa, no sabíamos si el próximo disparo daría a nuestra cabeza, pero tampoco podíamos quedarnos sentados a esperar a que nos asesinan, porque ellos no pararían hasta tener nuestras cabezas, de eso era algo seguro.
Los ataques estaban destinados completamente a todos los que estábamos en la cima de la IISMFCMO, quizás eso se debía a que sabían que con nosotros arriba no tendrían oportunidad de seguir subiendo y colocarse como las mayores escorias de la humanidad, necesitaban deshacerse de nosotros y de todos aquellos que podían hacerles daño, para obtener oportunidades de derrotarnos.
Me sentía completamente abrumada, desde la llamada de mi prometido y la declaración de mis padres, no había podido dejar de llorar. Seguramente era estúpido, debía pararme firme, borrar cualquier rastro de miedo de mi rostro, tomar mi arma y demostrar que no nos estaban haciendo daño.
Pero simplemente no podía imaginar todo lo que podía ocurrir si ellos decidían atacarme a mí, porque estaba completamente segura de que a mí no me tocaría ni un solo cabello, ellos habían descubierto que incluso en la muerte yo podía renacer de las cenizas y hacer que pagar con creces, pero sabían también que la única manera de debilitarme y de hacer que dejara de luchar, era tocando a mi familia. Y yo también era consciente de ello, si ellos tocaban a mi familia yo me volvía completamente vulnerable, todas las ganas de vivir se me iban y no podría ser capaz de superarlo, odiaba eso pero era cierto.
Magnus también lo había comprobado cuando me había tenido como su esclava, sabía que me había debilitado al haberme mentido de que mi familia estaba muerta, pero ellos eran tan sádicos que seguramente me harían ver como destruían cada una de las cosas que tenía firmes en mi vida, ellos no pararían hasta hacerme sufrir y querer revolcarme en el fango de la depresión.
Cuando terminé de hacer mi maleta entre el llanto, lo único que pude hacer fue tirarme en el piso para seguir llorando, quizás era absurdo, pero también sentía que era necesario. Como mi psicóloga me lo había dicho en todos los meses de rehabilitación, necesitaba dejar de fingir mis emociones, una cosa era ser parte del ejército y otra muy diferente no querer demostrar emociones para que no me dañaran.
No me importó parecer una pequeña niña chiquita, en medio del llanto lo único que quería era regresar meses atrás y descubrir que todo estaba siendo una maldita pesadilla y que pronto se convertiría en uno de los sueños hermosos que había estado viviendo anteriormente, ese en el que podía amar al hombre de mi eternidad sin una sola limitación, donde podía cargar a mi hijo postizo todo el tiempo que quisiera y hacerlo feliz con detalles, donde mis padres no estaban en peligro y podía abrazarlos cada que quería, demostrarles lo mucho que los había extrañado.
Quería cerrar los ojos y al abrirlos descubrir que sólo había sido una pesadilla, sin embargo yo sabía que todo lo que ocurría a mi alrededor era real.
Lo único que podía hacer era adaptarme a todo lo que estaba ocurriendo, no podía cambiar el pasado y tampoco podía ser dueña del futuro. Lo único que podía hacer era luchar por mi presente, no dejar que el pasado me afectara y tomar las riendas de mi futuro.
Escuché la puerta de la habitación abrirse, y los ojos preocupados de mi madre aparecieron en mi radar, estaba segura de que ver a su hija completamente desecha, cuando era la que normalmente demostraba que estaba todo bien y que había siempre una oportunidad de ganar, era una emoción completamente extraña.
No era que estuviese manifestando que algo malo ocurriera, pero en lo profundo de mi corazón sentía que esa guerra sólo traería más dolor del que ya habíamos vivido, un dolor tan profundo que era completamente absurdo que pudiésemos volvernos a levantar de ello. Realmente quería equivocarme, pero entre más avanzaba el tiempo, parecía que todo se volvía cada vez menos alentador.
—Mi pequeña florecita—murmuró.
Sin darme tiempo a pararme o a decir algo más, se sentó a mi lado, como lo había hecho tantas veces cuando yo era solo una niña, esas veces en las que me levantaba llorando por haber tenido pesadillas por las películas que mis hermanos veían o la primera vez que me hicieron bullying por mi estatura.
Mi madre siempre había sido mi fortaleza, ella nunca me había juzgado a pesar de que yo le había mentido tantas veces, de que no le había tenido la confianza suficiente para decirle lo que Stefan me había hecho cuando era una adolescente, a ella no le importaba eso porque era mi mamá y yo realmente le agradecía al cielo o al universo, que ella fuera mi madre. Porque no quería nadie más, porque estaba completamente segura de que como ella no había dos.
—Mamá... —murmuré.
—Aquí estoy, mi corazoncito—murmuró—. Mamá está aquí...
Seguramente eso debía ayudar a controlar mi llanto, pero en lugar de eso lo aumentó mil veces, lo único que podía hacer era llorar tan desconsoladamente como si hubiese perdido lo más valioso que tenía de la vida, pero es que así era como me sentía, odiaba a tener ese sentimiento de que algo malo podía pasar en menor tiempo del que lo pensábamos.
—Tengo mucho miedo, ahorita hablé con Conall y las últimas palabras que nos dijimos sonaron como una despedida, tengo miedo de que sea así. Sé que vas a decir que es completamente estúpido pero... no puede evitar sentir que algo malo va a pasar, sé que debería ser fuerte y no quebrarme porque soy una militar, pero ya hemos perdido demasiado tiempo, no quiero volver a perderlos...—murmuré.
—Mi pequeña gran valiente—murmuró mi madre—. No tienes que ser fuerte todo el tiempo, no importa si eres una militar o lo que sea, todo esto nos está sobrepasando y entiendo el sentimiento del creer que quizás todo lo que estamos haciendo lo hagamos por última vez, pero somos fuertes y siempre podremos levantarnos aunque nos hagan caer. Tú eres la más fuerte de todos nosotros, si tú caes nosotros caeremos... el sentimiento de tener que despedirte de las personas que amas cuando una guerra está a punto de comenzar, es algo completamente normal... pero te prometo que no será un adiós, vamos a vencer a esos bastardos y el día de tu boda vamos a estarnos riendo de esto.
—Mamá...
—Mi amor, siempre admire la fuerza que tienes en tu interior, no importa las personas que te pisoteen o Cuántas veces te hagan caer, heredaste la perseverancia de tu padre y la mía juntas, todo el mundo sabe que no puede destruirte a menos de que te debilite, y eso debe de ser un orgullo para ti, no cualquiera es fuerte para soportar todo lo que has vivido. Comenzamos una guerra pero te prometo que va a terminar antes de que podamos procesar que ha iniciado.
—¿Y si mis pesadillas se vuelve realidad? ¿Y si los pierdo en el camino? ¿Qué ocurre si no puedo protegerlos?
—Como te lo he dicho cientos de veces, tú no eres la responsable de protegernos, nosotros debemos de protegerte a ti, somos tus padres y por ello no importa lo que ocurra, siempre vamos a estar detrás de ti para protegerte. Lo que nos ocurra nosotros no debe debilitarte, si por algún motivo no logramos salir con vida de esta maldita guerra, tú tienes que continuar, no puedes dejarte caer si nos lastiman a nosotros...
—¿Y si no puedo seguir? ¿Y si cuando caiga, el golpe es tan fuerte que me es imposible levantarme? ¿Qué hago si me pierdo en el camino?
—¿Recuerdas nuestra canción?
—Si—susurré.
—Bueno, cuando te sientas sola, canta esa canción, hazla tuya, esa manera encontraras el camino para poder seguir siendo feliz. Entiendo el sentimiento que tienes ahora, crees que sí a tu padre o a mí nos pasa algo tú no vas a poder continuar, pero te prometo que eres realmente fuerte, si nos pasa algo estoy completamente segura de que no te vas a dejar caer, mi pequeña florecita no se marchita por un rayo de sol, en su lugar crece más fuerte y planta semillas para volver a renacer...
—Pero tengo miedo de no poder ser fuerte si a ustedes les llega a pasar algo... y si en lugar de qué sol me ayuda a crecer, me marchita completamente y me hace cenizas, no podría vivir sin ustedes, no tengo la fuerza de seguir viviendo. Lo que me mantuvo con vida cuando tuve que alejarme, fue el saber que ustedes seguían con vida... pero cuando creí que habías muerto, ni siquiera tenía ganas de seguir respirando ¿Cómo se supone que podré vivir si les pasa algo?
— Según cuenta la leyenda, el fénix es un ave única que vive 500 años. Cuando se acerca al final de su vida, se hace un nido. Luego, el fénix golpea su pico contra una roca, lo que provoca las llamas y es entonces cuando agita sus alas prendiendo fuego a su nido y luego a sí mismo. La magia del fénix es que tan pronto como muere en las llamas, nace de nuevo en su nido. El ave fénix resurge de las cenizas—murmuró—. Creo conocer a una hermosa florecita que es igual que el ave fénix estoy segura de que sin importar lo que nos ocurra a nosotros, tú lograrás levantarte de las cenizas y ser más fuerte que nada. Tú no eres la que se rinde cuando siente que ya no hay más camino, eso es algo que siempre he admirado de ti, siempre buscas una alternativa para salir a salvo.
La miré por un par de segundos tratando de sentirme completamente segura, mi madre me dio una pequeña sonrisa y antes de que pudiera decirle algo más, me estrechó entre sus brazos con tanta fuerza que sentí que todos los pedacitos inseguros de mi corazón se unían. No me importaba todo lo que estaba ocurriendo en nuestro alrededor, saber que mi madre seguía a mi lado y que siempre me apoyaría sin importar nada, era suficiente para hacerme sentir completamente segura.
El suave susurro de su voz me hizo saber que comenzarían a cantarme como cuando era una pequeña niña, no pude evitar esbozar una sonrisa, ella siempre me había hecho sentir así, sin importar absolutamente nada nuestro alrededor, ella siempre me haría sentir segura. Mi madre había pasado tantas cosas en su vida que realmente la admiraba, sin embargo ella decía que yo era la que había sufrido más, pero aun así ella era mi mayor ejemplo de vida.
Mi madre comenzó a cantarme la canción que siempre había sido nuestra, logré tranquilizar mi llanto sabiendo que ella estaba ahí y que lo único que tenía era miedo porque nada me aseguraba que algo malo pasaría , era simplemente ese presentimiento de que todo lo que estaba ocurriendo podía desencadenar la muerte de alguno de los que más amaba, pero también era consciente de que habíamos atravesado cientos de guerras parecida, no en la primera vez que nos enfrentábamos a un mafioso que se había obsesionado con quitarnos del puesto, así que no era la gran cosa y estaba segura de que podíamos superarlo de un momento a otro, como ella lo había dicho seguramente el día de mi boda con el hombre que amaba nos estaríamos riendo de todo eso y realmente le suplicaba al universo porque fuera así.
Mis padres siempre lo habían sido todo para mí, estaba completamente segura de que no importaba si tenía 5 o 50 años siempre necesitaría a mi madre para que me diera consejos y palabras de aliento cuando sentía que me estaba dejando caer o palabras duras de mi padre para que me hicieran entrar en razón pero a la vez que fueran tan tiernas que me hicieran sentir amada. No importaba absolutamente nada, siempre los necesitaría sin importar cuántas veces quisiera hacerme la fuerte.
Me quedé abrazada de mi madre por lo que me pareció un corto periodo de tiempo, no quería separarme de ella sentía que así tenía el poder de evitar toda la guerra que se estaba creando a nuestro alrededor, realmente tenía miedo de que esa guerra desencadenara la muerte de alguno de los que más amaban, también me había impactado demasiado ver a mi hombre con heridas en su rostro y completamente lleno de ceniza. Es cierta manera de eso me había asustado más, porque no podía evitar imaginar que si él hubiese estado un poco más cerca de las explosiones de la bomba, habrían muerto sin que yo pudiera hacer nada.
Mi padre entró a la habitación minutos después, sus hombros estaban completamente firmes y parecía que estaba asustado por su rostro, pero en cuanto vio a mi madre toda su expresión se relajó. Lo conocía y sabía que se había asustado al no encontrar a mi madre en su habitación, ellos dos eran como magnetos, si uno se movía a un lado el otro lo seguía y quizás esa era la forma por la que siempre habían triunfado en su relación, además de que no existían secretos entre ellos, también estaba el hecho de que se amaban incontrolablemente y no podían estar separados más de 2 minutos.
—¿Esta todo bien? —preguntó mi padre.
—Si—murmuró Mamá—. Sólo estábamos teniendo una pequeña conversación de madre e hija, pero todo está perfectamente bien, todo está listo para partir ¿cierto?
—Si, amor—murmuró mi padre—. Me encargué de que todo y esté completo para poder partir de regreso a la Gran Ciudad, hace un par de minutos di la orden a Mike para que realice el traslado de Schiavone, él me dijo que podíamos esperar en la noche pero considerando todo lo que ha estado ocurriendo, creo que lo mejor en estos momentos es que Schiavone este lo más pronto posible en la base.
—¿y Dereck? —pregunté.
—Será trasladado junto con los otros presos a una cárcel diferente, pero eso lo harán de manera pública, lo de nuestro preso principal lo harán como si fuese una simple visita a la cárcel, lo llevarán de manera discreta a la base y ahí lo tendrán bajo custodia hasta que nosotros lleguemos, esperamos que nadie sospeche o informe.
—Todo saldrá bien—murmuró mi mamá con una pequeña sonrisa—. Como ya le dije a tu hija, somos realmente fuertes, somos los Kim... nadie puede hacernos daño...
—Tienes razón, nena—murmuró mi padre, dándole un beso a mi madre—. Vamos, tenemos un viaje que hacer, no podemos esperar más tiempo a que las cosas se compliquen, creo que ahora es momento de que tomemos las riendas.
Mi madre me dio una pequeña sonrisa, beso mi mejilla y se alejó junto con mi padre. Cuando creí que saldrían de la habitación, ambos se giraron en mi dirección, con una hermosa y tranquilizadora sonrisa.
—Pequeña—murmuró mi madre—. Te prometo que siempre nos tendrás a tu lado...
—Somos fuertes, amor, no vas a perdernos—complementó mi padre—. Te amamos...
—Y yo los amo—murmuré.
Mis dos padres me dieron una pequeña sonrisa y se perdieron por la puerta de mi habitación, me quedé sentada en la cama mirando a la nada, sintiendo cómo de repente todo mi mundo estaba completamente perdido, no estaba segura ni siquiera de qué podía pasar al día siguiente o si podíamos sobrevivir esa maldita guerra que estábamos creando, una guerra que no queríamos, pero lo único que podíamos hacer era protegernos unos a los otros, era imposible que sobreviviéramos y nos quedamos cruzados de brazos, esos bastardos querían dañarnos y lo lograrían si no nos defendíamos como debíamos hacerlo.
Tomé la maleta y salí de la habitación que me había dado techo por 3 semanas de la misión, realmente me sentía totalmente confundida por todo lo que estaba ocurriendo y no podía ni siquiera procesar el hecho de que semanas atrás toda mi vida estaba siendo perfecta y de repente se estaba yendo al caño con una guerra que seguramente dejaría cientos de heridas en mi alma. No podía ni siquiera imaginar que las pesadillas que me atormentaban se volvieran realidad, era un horrible sentimiento que consumía mi alma y me hacía sentir completamente perdida, realmente odiaba sentir de esa manera.
Mi tío Avery me esperaba afuera de la habitación, me dio una pequeña sonrisa y tomó la maleta que llevaba en mano, Ni siquiera me dio oportunidad de decirle todo lo que mi cabeza estaba pensando, parecía que no era necesario pues a pesar de que no éramos parientes de sangre, siempre me había llevado bien con él.
—Suéltalo—murmuró—. ¿Qué es eso que tanto te preocupa?
—Tengo miedo—murmuré—. Sólo eso... tengo miedo de que todo se vaya a la jodida, he luchado tanto por volver a ser feliz, que siento que en cualquier momento, pueden arrebatarme esa felicidad, realmente tengo miedo de que todo se joda.
—Es normal que tengamos miedo cuando las cosas se salen de nuestras manos, créeme que yo en estos momentos también tengo miedo de perder a mi esposa o a Marlen, tengo demasiado miedo de que algo malo pueda pasarles a ellas dos, sabemos que estamos en una guerra y en la guerra no se respeta nada...
—Lo sé y créeme que soy consciente de ello, estamos en una guerra y eso es lo que me da miedo, no solo que yo pueda perder a las personas que amo, sino que todos a nuestro alrededor pierdan lo más valioso que tiene en su vida. Tengo miedo de perder la esperanza y la fuerza y no poder defenderme de esos mafiosos, no tengo idea por qué nos están persiguiendo y por qué nos están atacando... pero algo me dice que esto no se está superando.
—Por eso lo digo, princesita, es normal que tengamos miedo y desesperación cuando las cosas nos superan, en estos momentos todos tenemos miedo de morir o de perder a las personas que más amamos, la guerra es cruel y despiadada, todos lo sabemos, sin embargo también es necesaria si queremos seguir teniendo la vida que tenemos ahora. Porque tú y yo sabemos que si esos mafiosos llegan a tener el control de la IISMFCMO, no sólo los militares que estaban dentro sufrirán, sino todo el mundo que nos rodea.
—No tenemos ni la menor idea de cómo acabar con esta guerra... no creí que unos días antes de mi boda estaría preocupándome por no morir en una guerra que está soltándose...
—Bueno... eso parece ser muy de los Kim—aseguró riendo—. Les encanta el drama antes de las bodas—se burló.
—¿Crees que salgamos victoriosos?
—Por supuesto—aseguró—. Siempre hemos salido victoriosos cuando nos unimos, por algo bautizamos el clan como Kim Rossi.
—Espero que esta vez sea suficiente tener este clan para atraparlos...
—Por supuesto—aseguró con una sonrisa—. Vamos, tus padres nos estan esperando, tenemos que partir a la Gran Ciudad antes de la media noche, así podremos llegar al anochecer.
Le di una pequeña sonrisa y accedí, mi tío tomó la maleta que llevaba para poder viajar y ambos bajamos al estacionamiento subterráneo donde habíamos dejado los autos que nos llevarían directamente al aeropuerto para poder abordar uno de los jet privados de mis padres. No podía quejarme de que la misión había salido mal, porque en realidad había salido espléndida, lo que habíamos creído duraría pocas semanas se había extendido quizás un par, pero por lo menos estábamos de regreso a casa y ahí podríamos solucionar más las cosas de lo que estaba ocurriendo.
No teníamos idea de cuál era el nombre de la persona que estaba detrás de todo, por lo mucho teníamos su apellido y una vaga descripción de su físico porque ni siquiera estábamos seguros de que fuese igual a como lo pensábamos. Pero estaba segura de que lo encontraríamos y entonces lo haríamos pagar por todos los malditos crímenes que había cometido a lo largo del tiempo.
Todos subimos a la camioneta en donde cabíamos todos los que estábamos en este lugar, aunque estábamos en medio de una guerra no podía evitar sentir cierta felicidad al saber que regresaría a casa, habíamos estado tres semanas fuera y regresar a casa se sentía realmente bien, quizás estando ahí tendríamos que encargarnos de controlar una guerra y atrapar un mafioso, pero estaríamos en casa y eso nadie nos lo quitaba.
—Hablé con Conall—murmuró Archie—. Estaban por salir de Londres...
—Cuando yo lo llamé me dijo que estaban abordando los aviones—murmuré—. Le dieron refugio a todas las personas que fueron sobrevivientes del ataque, no puedo creer que muchas familias se perdieron ahí, más que ese ataque haya sido para asesinar a un candidato para ministro.
—Se portó como un idiota todo el tiempo que estuvo con nosotros, pero creo que no merecía una muerte tan cruel... nadie merece una muerte tan cruel, ser calcinado...
Asentí dándole la razón a mi madre, aunque ese idiota se había comportado como un real bastardo, nunca le había deseado la muerte menos una muerte tan cruel como la que le habían dado, ni siquiera le habían dado oportunidad de despedirse de los que más amaba y lo habían asesinado a sangre fría llevándose con él a cientos de soldados inocentes.
—Señores—murmuró Nick, quien manejaba la camioneta—. No sé si es mi ilusión o es porque vamos en una carretera muy solitaria... pero llevamos una camioneta siguiéndonos desde que salimos del hotel... traté de perderla hace 2 km pero tomó la misma ruta que nosotros...
Miré por la ventana lo que decía Nick, a pesar de que la camioneta iba un poco alejada de nosotros, realmente parecía que nos estaba siguiendo, además otro factor que nos estaba llamando la atención era que no había ni un solo auto en la autopista, quizás no conocíamos muy bien esa ruta pero sí sabíamos que era muy concurrida, más en una época en la que todo mundo viajaba para ver a sus familias.
—Contáctanos con el general Harrison—ordenó mi padre.
—¿Qué ocurre? —pregunté.
—Esto no huele bien—murmuró mi padre—. Es un puto ataque...
Archie hizo su magia en la computadora que siempre llevaba a su lado, eso era como algo característico de él. Tecleó rápidamente y en menos de dos segundos teníamos la conexión con Kennett y Conall, ambos estaban en un Jet.
—Señores—saludó el general—. Estamos de camino a la Gran Ciudad.
—Bien—murmuró mi padre—. Tenemos la ligera sospecha de que nos vienen persiguiendo, si es de esa manera vamos a atacar con todo, no tenemos idea de qué sea lo que estén planeando pero si no les enviamos un mensaje dentro de 10 minutos desplieguen todas las tropas posibles para nuestra búsqueda.
Miré con terror el rostro de mi padre, estaba hablando completamente en serio, no teníamos una mínima idea de lo que podía pasar en ese momento, pero lo que podíamos hacer era protegernos para tratar de no salir heridos, si esa camioneta nos estaba siguiendo significa que no estábamos solos y que podrían estar planeando un ataque aún más fuerte.
—Si, señor—murmuró Kennett.
—Kennett, si algo nos pasa, protege a la IISMFCMO—ordenó.
—Si, señor—aseguró.
—Bien—murmuró —. Coronel Harrison, si algo llega a pasarnos, su título será aumentado, será general para que pueda tener más poder. No sabemos lo que esté planeando esta camioneta o si está alguien más con ellos, pero sabemos que puede tratarse de un atentado contra nosotros, les informaremos la situación.
—¿Estan bien ahora?
—Si, pero dudo que eso dure mucho tiempo.
Solté un suspiro dándole la razón a mi padre, era claro que ellos no estaban ahí para saludarnos, estaban ahí para atacarnos y aunque quisiéramos contraatacar, en esos momentos no teníamos las armas suficientes para hacerlo.
Aunque no quería todos preparamos el arma, dispuestos a disparar en el momento en el que nos atacaran, pero sabíamos que necesitaríamos refuerzos en caso de que eso ocurriera. Sentía que todo mi cuerpo me dolía y como si una ráfaga de viento estuviera atravesando todo mi cuerpo, miré el rostro preocupado de Conall y reprimí las ganas de pedirle que sonriera para grabarme esa expresión, sabía que eso era mi fortaleza.
Cuando estaba a punto de hablar mi celular comenzó a sonar, miré con temor a mi madre al ver que era un número completamente desconocido, Archie comenzó a teclear cosas en la computadora, seguramente tratando de rastrear el número.
Contesté la llamada, sabiendo que quizás se trataba de alguna simple amenaza. Pero sabía que eso no era cierto, en el fondo de mi corazón sabía que ese era el inicio de todo.
—¿Quién habla?
—Hola, Mi hermosa Ptichka ¿Me extrañaste?
Toda la sangre se me heló al escuchar su voz, si estaba llamándome sólo podía significar que estaba fuera de prisión, lo que seguramente significaba que la misión comandada por mi tío Mike había fracasado.
—Magnus—murmuré con rabia.
—Espero que no te importe que haya dejado un par de cadáveres en la ciudad, ya estoy fuera y creo que ambos vamos a encontrarnos para poder ser felices, creo que llegó el momento de dejar de jugar hacer un soldadito, es hora de que tomes tu lugar como legítima reina de la mafia.
—Vete a la mierda—gruñí.
—No lo creo, ya estuve demasiado tiempo alejado de ti—murmuró—. Así que haz que detengan la camioneta y sube a la otra camioneta que va detrás de ustedes, sino daré la orden de que todo el mundo que va sea eliminado.
Cuando estaba a punto de responder, mi padre me arrebató el teléfono sin darme oportunidad de nada.
—Escucha maldito hijo de puta, déjate de putos juegos y es mejor que te ocultes bien porque si te volvemos a encontrar, haré que pagues cada una de las lágrimas que le has provocado a mi hija.
—Me alegra escucharlo, suegrito... pero me temo que no será posible—murmuró—. Ustedes estarán en el infinito y más allá—se burló —. Ptichka... te veo en unas horas, Amore mio.
Sentimos un impacto desde la parte trasera de nuestra camioneta, los gritos de Conall y Kennett, desde la computadora se podían escuchar en toda la camioneta, traté de aferrarme a los sillones pero la vez de a proteger con mi cuerpo a mis padres, sin embargo era imposible siquiera ponerme de pie.
El auto dio tantas vueltas que sentí que perdíamos el equilibrio, hasta que de repente un segundo impacto llegó a la parte derecha del auto, estrellándonos contra uno de los muros de contención, y un tercer impacto fue suficiente para hacer que volcáramos y el auto diera cientos de vueltas en el aire.
Escuchaba la voz de Conall llamarme por la computadora, sus gritos de desesperación eran suficientes para hacer sentir que mi cuerpo podía luchar un poco más, mientras el auto se sacudía lo único que podía pronunciar era te amo, esas palabras que siempre habíamos considerado lejanas, pero que en ese momento era lo único que salía de mis labios.
No quería cerrar los ojos a pesar de que mi cuerpo de repente había dejado de funcionar, sin embargo me fue imposible mantenerlos abiertos, cuando menos me di cuenta todo se volvió completa oscuridad a mi alrededor y lo último que podía recordar, eran las palabras de Conall.
<<Te amo, tres vueltas al universo a pasito de tortuga>>
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Hola mis queridos muñequitos, he estado muy apresurada con mis actividades, pero no queria dejarlos sin capítulo este finde. Sólo para comentarles algunas cositas importantes.
El siguiente finde, estaremos teniendo nuestro maratón final de este segundo libro, y a finales de este mes publicare el final y el epilogo de esta segunda parte.
Aproximadamente a mediados de octubre comenzaré con la publicación de la tercera parte, si todo sale bien quizás sea en la segunda semana, espero seguirlos teniendo aquí hasta el final.
¿Estan listos para lo que se viene?
¿Alguna teoria?
Sin más por el momento, nos leemos el siguiente fin.
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