Capítulo 88.

Declaración de guerra.

"En la vida tus sueños pueden no hacerse realidad, pero tarde o temprano una de tus pesadillas lo hará".~ Richard Jeni.

19 de Diciembre.

Londres, Inglaterra. 17:00 hrs.

Al contrario de lo que muchos piensan, yo siempre había creído en la idea de que todo mundo tenía un corazón malvado, todos estaban opacados por la vida y a veces perdían el completo sentido para ello, su corazón era tan malvado desde el nacimiento que ni siquiera les importaba dañar a personas que estaban a su alrededor, no les importaba pisotear a medio mundo con tal de estar completamente bien ellos y tampoco les importaba un comino si ocurría algo malo.

Yo no era de la creencia de que todos nacíamos bondadosos y éramos corrompidos por el mundo, por el contrario yo creía que todos nacíamos malvados, hasta el momento que conocí a la mujer de mi vida, la hermosa muñequita que era capaz de hacerme ver las estrellas con una simple sonrisa. Ella realmente había nacido bondadosa, no había ni un solo rastro de maldad en ella a pesar de que era la mujer más implacable del ejército y que tenía un pasado realmente doloroso.

Ella me había hecho creer que realmente la bondad en las personas sí era posible, que no todo mundo era malvado y que el amor podía hacer cosas realmente extrañas en cada uno de nosotros, ella me hacía volar con una simple sonrisa y me hacía sentir que toda mi vida estaba completamente bien.

Mi muñequita lo era todo para mí, ella era la fuerza que me ayudaba a levantarme cada mañana a pesar de que tuviésemos cientos de problemas encima, ella era la mujer que me hacía saber que no importaba cuántas veces cayera, siempre estaría ahí para ayudarme a levantar y brillar más fuerte que la estrella más brillante.

Toda mi vida había creído que la maldad se respiraba en el aire, pero gracias a ella había comprendido que sólo habían sido dos personas que realmente estaban dañadas, las que me habían hecho sufrir tanto, no todo el mundo era así y por supuesto, ella no era así. Mi muñequita era capaz de sacarme una sonrisa todo el tiempo y de hacerme sentir que mi vida estaba completa, la amaba como a nadie y no podía imaginar un universo en el que ella no existiera.

Realmente desde el momento en el que había comenzado el primer ataque hacia el presidente de la INTERPOL, supe que las cosas habían comenzado a joderse, quería correr a Croacia y encerrar a mi muñequita en una cajita de cristal para que nada ni nadie pudiera lastimarla, pero sabía que ella era tan necia que siempre correría el peligro y yo no era nadie para cortarle sus alas, lo único que podía hacer era protegerla y alentarla a seguir adelante.

Algo me decía en mi corazón que realmente necesitaría palabras de aliento, que todos las necesitaríamos porque cuando se comenzaba una guerra entre organizaciones militares y mafia lo único que existía era dolor, pérdida y muerte. Esas serán las malditas consecuencias de una guerra de cualquier índole, sabíamos que el ataque al instituto sólo había sido algo para llamar nuestra atención, claramente ellos querían que les dieran el crédito y aunque aún no conocíamos ni la mínima información de quién diablos se ocultaba tras una máscara, cuando lo descubriéramos estaba seguro de que todos lo asesinarían. Había arrebatado vidas de niños inocentes.

Aterrizamos en Londres a las cuatro de la tarde y fuimos llevados al instituto principal de la ciudad a las cinco, realmente estaba abrumado por todo lo que estaba ocurriendo, sabía que debía separar el trabajo de lo personal pero simplemente no podía cuando mi muñequita estaba involucrada en un problema, sabía que lo que más le dolía a ella era no poder salvar a personas inocentes y en ese momento ella se sentía culpable por no haber podido salvar al presidente de la INTERPOL.

No existían palabras que yo le pudiera decir para tranquilizarla, no podía decirle simplemente que lo resolveríamos y que nada pasaría porque ni siquiera yo estaba seguro de ello, me dolía en el alma tener que dejarla o estar a más de cinco mil kilómetros distancia de ella, pero sabía que en el momento en el que nos reencontráramos podríamos ser completamente fuertes como lo habíamos sido durante los últimos meses. Seríamos el dúo implacable como nos habían nombrado. Sabía que con ella cerca podría resolver cualquier cosa.

—Estoy viendo una nube de humo en tu cabeza—se burló mi padre—. ¿Qué te ocurre?

—Simplemente estoy preocupado por todo lo que está ocurriendo, primero el ataque al instituto de Londres y ahora asesinaron al presidente de la INTERPOL cuando estaba bajo el cuidado de Keyli. Está realmente mal y se siente completamente culpable por lo que ocurrió. Yo traté de decirle que ella no fue la culpable, pero... sabes cómo es de necia.

—Si, se parece a alguien que conozco—murmuró rodando los ojos—. Bien, analizaremos la situación que hay en el instituto y daremos parte a los ministros para que tomen cartas en el asunto, sabemos que ahora ellos están ocupados con la misión de la cacería humana, sin embargo me pidieron los mantuviéramos informados de toda la situación. Buscaremos indicios de quién fue el que los atacó aunque sabemos que fue este nuevo mafioso que quiere comenzar a probar nuestros límites—murmuró.

—Puedo encargarme de hablar con las familias—murmuró América—. Si me lo permiten...

—Por supuesto—aseguró mi padre—. Encárguese de ello, teniente...

—Yo me especialicé en el área de criminología. Todos los criminales dejan pistas después de cometer un acto tan atroz, me encargaré si ustedes me lo permiten de investigar cualquier pista que nos lleve a la persona que realizó este ataque —murmuró Nicolas.

—Bien—murmuró mi padre.

—Yo entrevistaría a todos los soldados para saber y encontrar más información de lo que vieron así o si tienen algún sospechoso, el ataque fue desde adentro no entró ninguna persona ajena al lugar, así que si todo sale como lo tenemos pensado, encontraremos este mismo día a la persona que realizó todo el acto tan atroz.

—Bien entonces comiencen con toda la investigación y nos reuniremos en el sur. Yo hablaré con él general de la base de Londres de la FEMR para que nos brinde alojo durante esta noche y poder quedarnos e investigar por la mañana.

Cuando llegamos al lugar realmente la situación no era nada alentadora, los escombros se repartían por todo lo que había sido un fuerte instituto en mi niñez, había personas llorando en cada esquina mientras se lamentaban la pérdida de alguno de sus seres queridos, habían asesinado a niños inocentes que ni siquiera tenían idea de que estábamos en una guerra, niños inocentes que lo único que tenían en mente era querer llegar a ser como sus padres.

Sentía tanta rabia e impotencia que realmente quería encontrar al bastardo que había hecho ese daño y asesinarlo con mis propias manos, para que sintiera el dolor de perder la vida tan repentinamente. América inmediatamente se acercó a varias familias para comenzar con su cosa psicológica y Nicolas se encargó de buscar información de todo.

Yo seguí en mi camino hasta llegar a los soldados que se reunirán en un solo punto, soldados que seguramente eran maestros o guardias, todos tenían la misma expresión de terror y era claro que lo único que habían visto pero el dolor en los rostros de los pequeños niños que habían perdido la vida. Había sido un maldito ataqué.

—Sé que en estos momentos lo que menos quieren hacer es hablar sobre lo que ocurrió, he estado en la situación donde atacan el lugar que nosotros consideramos seguro, pero puedo asegurarles que entre más pronto me digan lo que ocurrió, podremos atrapar a los bastardos que causaron este daño.

Todos parecían completamente idos y como si sus cabezas no pudiesen procesar todo lo que estaba ocurriendo a nuestro alrededor, claro que era consciente de que ellos estaban sufriendo un shock, no era fácil poder pensar que un ataque había asesinado a tantas personas inocentes.

—Estábamos en la segunda clase—comenzó uno—. El director siempre se encargaba de cerrar la puerta de entrada para que nadie pudiera infiltrarse o entrar en un horario después de la hora asignada. Ayer tuvimos una excursión a la base principal y algunos niños no regresaron a la base ya que sus padres habían decidido que pasaran la noche en sus casas. Pero esta mañana hubo un congestionamiento en la calle principal y se les dio oportunidad de llegar un poco más tarde...

—Nunca imaginamos que aprovecharían esa oportunidad para infiltrarse—murmuró otro hombre—. Vieron la puerta abierta y todos los guardias fuimos llamados por alguna razón al patio sur. Cuando nuestro líder nos dijo que él no había dado ningún llamado supimos que algo había mal...

—Pero ya era demasiado tarde—confirmó otro—. Eran más de cien encapuchados, todos con un uniforme camuflaje rojo con negro. Al principio creímos que eran simples soldados de alguna otra organización militar que venían a solicitar alguna ayuda o algo por el estilo...

—Pero entonces atacaron el primer salón, los amenazaron a todos y solo escogieron a uno de los estudiantes, ellos lo eligieron incluso dijeron el nombre de la persona que habían elegido—murmuró uno que suponía era maestro—. Repitieron esa misma acción en las 15 aulas que tenemos...

—Cortaron todas nuestras redes de comunicación, era imposible para nosotros poderle informar la situación a los ministros o a alguien externo a los que estábamos en este lugar—murmuró uno de ellos—. Después obligaron a todos los estudiantes a presentarse en la plaza principal, ahí asesinaron a todos sus compañeros, primero los humillaron y después los asesinaron, también eligieron a varios profesores al azar, y los mataron frente a todos nosotros.

—La cereza del pastel fue cuando el director quiso hacer algo, pero ni siquiera lo dejaron, entre 3 hombres lo sometieron y lo colgaron en el asta de la bandera principal aún con vida, durante media hora hicieron ver a todos los niños y a todos nosotros como el director moría—finalizó.

—Comprendo toda la situación de trauma que acaban de vivir—murmuré—. Sé que en estos momentos lo que menos quieren es responder preguntas... pero si tienen algún sospechoso pueden decirnos ... lograremos justicia por todas las personas que murieron el día de hoy.

—Yo sí tengo un sospechoso—murmuró uno de los hombres—. Hace un par de meses entro un nuevo intendente, pero para ser intendente hacía demasiadas preguntas sobre el sistema de seguridad o cosas que realmente a la intendencia no le importan mucho cada vez hacía preguntas más extrañas como quienes podían entrar a ciertos lugares o si estaba prohibido tomar las armas que había en el salón; también llegó a preguntar sobre las rutas de escape más cerca en la plaza principal o cosas por el estilo que no cuadraban con un intendente.

—Se lo comentamos al director pero no nos hizo mayor caso, si nos hubiera entendido lo que quería queríamos decir seguramente seguiría con vida—dijo otro.

—Eso es suficiente para comenzar con una investigación buscaremos al supuesto intendente y lo interrogaremos.

—Dejó de trabajar hace un par de semanas, tuvo una discusión con nuestro director y decidió marcharse sin siquiera decir algo, pero a decir verdad todos sentimos alivio por ello. Nunca nos dio buena espina pero no dijimos nada más o lo reportamos porque en realidad no hizo nada indebido.

—Le diré al equipo de criminalística que investigue su perfil si encontramos algo que pueda llevarnos a que él fue el que estuvo detrás de todo esto tengan por seguro que estará tras las rejas antes de cualquier otro movimiento.

—Les agradecemos mucho su cooperación, creo que ninguno de los que estamos aquí estamos cuerdos para realizar una investigación como la que se requiere para atrapar el con culpable de todo esto.

Los hombres me agradecieron una vez más mientras se alejaban por los pasillos que seguían completamente desolados y podía sentirse la energía pesada en todo el lugar, era claro que nos habían declarado la guerra con ese ataque y no sólo a la IISMFCMO, sino a la FEMR.

A pesar de que siempre había tenido la firme convicción de que todos los humanos nacían con maldad en sus corazones, era completamente imposible pensar que una persona era capaz de causar tanto daño a personas inocentes por el simple hecho de divertirse, eso era lo que acababan de hacer al asesinar a tantos niños inocentes y a maestros que sólo querían lograr la educación de sus pequeños. Sí, era un instituto militar, pero eso no quitaba que las personitas que estaban en ese lugar eran niños como cualquier otro, someterlos al trauma a sangre fría a niños inocentes y un director, sólo podía ser obra de un desgraciado sin sentimientos.

Caminé de regreso a donde había dejado a mi padre para poder informarle la situación que me habían comentado los soldados, pero antes de poder llegar mi celular comenzó a sonar en señal de una llamada, la acepté al mirar la conexión segura con Hunter.

—¿Qué ocurre? —pregunté.

—Conall—murmuró —. Como nos fue ordenado fuimos a interrogar ese bastardo, lo único que dijo era que se negaba a hablar o a decir cualquier información sin recibir algo a cambio ¿Adivina cuál fue su maldita petición?

—¿Niall?

—Si—murmuró—. Dijo que no diría ni una sola palabra hasta que vea su hijo, le dijimos que estaba siendo protegido en un lugar donde nadie lo dañaría, pero que debía parar los ataques sí era que él los estaba coordinando o que haríamos que mataran a su hijo para que sintiera lo que se sentía el perder a un hijo.

—¿Y...?

—Dijo que lo hiciéramos y estaríamos declarando la guerra primero, con eso nos dijo que realmente sí quiere declarar la guerra y no le importa Cuántas personas inocentes mueran en el camino, lo que nos lleva a pensar que puede ser él el que está detrás de todo... sin embargo... creo que Lombardi y Schiavone no son enemigos como nos hicieron creer...

—También lo habia pensado—murmuré—. Padre...

Llamé a mi padre en cuanto lo vi en mi campo de visión.

—¿Qué ocurre? —Preguntó.

—Tengo a Hunt en la línea, el hijo de puta no quiso hablar lo único que dijo fue que quería ver a mi hijo y eso no se lo vamos a permitir, así que creo que tenemos que buscar una nueva alternativa para evitar esta guerra.

—Hunt—murmuró mi padre—. Necesito que pongan todo su empeño en encontrar quién es el hijo de puta de Lombardi, con la declaración de Schiavone podemos darnos cuenta de que puede que ellos dos estén relacionados y nosotros lo hacemos estado concibiendo como enemigos, sabemos cómo juegan los malditos mafiosos y si quieren despistarnos nos harán creer que ellos no son enemigos para que persigamos a uno y queramos aliarnos con el otro.

—Puede ser—murmuré—. Ya escuchaste, Hunt, no cederemos a nada, que lo envíen nuevamente a prisión solitaria—ordené.

—Si, señor—murmuró.

Solté un largo suspiro queriendo desaparecer de la Tierra y encontrarme con mi muñequita en nuestra isla, lo único que añoraba era quererla entre mis brazos y poder casarme de una vez por todas con ella para sentir que mi vida siempre tendría un camino al cual regresar, lugar en el que ni siquiera importara si estábamos en una guerra, siempre tendría un hogar en sus brazos.

—¿Qué encontraste?

—Tienen un sospechoso, hace dos meses entró a trabajar un intendente no me dieron la descripción pero me dijeron que en los expedientes del director debe de estar toda la información, este hombre no les daba confianza ya que hacía preguntas como rutas de escape, seguridad o manejo de la situación dentro de la academia, sin embargo renunció hace 2 semanas—murmuré—. Además describieron que más de 100 encapuchados entraron al instituto por la mañana con uniformes militares de negro y rojo.

—Bien—murmuró mi padre—. Le daré la orden a Nicolas para que investigue todo lo que podamos encontrar en la oficina del director y también los expedientes sobre este supuesto intendente.

—De acuerdo...—murmuré.

—Ahora continuemos con la investigación sobre este caso... tenemos que encontrar al culpable, porque seguramente nos llevará hasta Lombardi o a la persona que está detrás de todo esto.

—De acuerdo—murmuré—. Hablaré con otras personas para poder tener más información...

Me alejé de mi padre para poder continuar con mis entrevistas, caminé a la plaza principal Nicolas inmediatamente me entregó una bata y unos guantes estériles para comenzar con la investigación de la escena del crimen, había demasiada sangre y por la información que me habían dado era claro que se trataba del ejército rojo revolucionario.

Nicolas y yo nos encargamos de investigar todo lo relacionado en la escena del crimen, tratábamos de averiguar alguna pista que nos llevará a los asesinos, pero en realidad no había absolutamente nada. Sólo lo que podíamos ver.

Mi celular sonó una hora después de eso, sentí como si el aire regresara a mis pulmones y todo lo que había pasado a mi alrededor pudiese tener un nuevo color, el simple hecho de ver la extensión que Archie me había indicado que significaba que mi mujer había llamado, me hizo suspirar y volver a colocar los pies en la Tierra.

—Muñequita—susurré.

Realmente saber qué podría escuchar su voz era como un oasis en el desierto, se sentía de esa manera no me importaba si mil tormentas estaban sobre nuestra cabeza, el simple hecho de saber que ella estaba a mi lado era suficiente para sentirme con la fuerza de derrotar a cien leones.

—Hola, amor...—susurró—. Dios, escuchar tu voz... se siente que paso una eternidad.

—Siento lo mismo—murmuré en un suspiro —. Estar en este lugar realmente está provocando cosas horribles en mí, se siente el aroma dolor y pérdida, realmente necesito verte y saber que a pesar de esta mierda tengo a mi muñequita.

—No me perderás nunca más, mi amor—murmuró segura de sus palabras, haciendo una promesa real—. Lo prometo...

—Tú tampoco me perderás, muñequita—murmuré—. Te lo prometo, pero ahora necesitaba escucharte, estaba a nada de marcarte, pero... no queria interrumpir.

—¿Interrumpo yo?

—Si alguien pregunta, estoy teniendo una conversación con mi general—aseguré risueño.

—La general que también es tu prometida y futura esposa—murmuró riendo—. ¿Las cosas estan tan mal?

Joder, su hermosa risa era como el aliento que necesitaba para sentirme completamente invencible, mi corazón dio un brinco al escucharla. Realmente estaba completamente enamorado de ella, la amaba de tantas maneras diferentes que era completamente imposible darle un número correcto.

—Si, amor—murmuré, tratando de no parecer un completo idiota enamorado—. Demasiado mal, mataron a tres maestros, quince estudiantes y dejaron al director del instituto, colgado en el asta de la bandera, este ataque no fue al azar, fue planeado... No sabemos si es Lombardi u otro bastardo, pero meterse con niños... eso si ya es algo inhumano, nisiquiera Schiavone se habia atrevido a tanto.

—justo de eso estábamos hablando hace unos minutos, creemos que no sólo se trata de Lombardi, sino de Schiavone... es una suposición, pero creo que los dos están aliados, su falsa pelea entre clanes sólo era para distraernos y de alguna forma, hacernos creer que tendríamos la mínima oportunidad contra ellos, cuando todos sabemos que no es así...

—Hunt y yo coincidimos en lo mismo—murmuré—. Conozco a Schiavone, ese hombre es capaz de cualquier cosa, con tal de mantenerse en el poder.

—Pero eso también supondría que los Lev Nikolaev está involucrado con la alianza, lo que los volvería invencibles...

—Lev no está involucrado—murmuré.

Quizás era necesario que le comentara a mí futura esposa lo que mi padre me había contado meses atrás, pero ni siquiera yo estaba seguro de que todo aquello tuviera un sentido real, ni siquiera quería recordarlo, así que no valía la pena hacer olas por una simple suposición.

—¿Cómo sabes?

—Ese hombre estaba perdido cuando tú te reuniste con él, sin embargo, también es inteligente, sabe que entrar en la alianza de dos bastardos, sería una amenaza para él y no es idiota, va a asegurarse de mantenerse con vida para proteger el linaje de los Nikolaev...—murmuré, sabiendo que esa no era la respuesta.

—Pero... bueno... tú también tienes sangre Nikolaev...

—Lo sé, pero... no soy reconocido, estoy seguro de que Lev me trataría de asesinar si se entera que no es el único Nikolaev heredero de la Bratva...

<<O quizás querría... No... no vayas por ese camino>>

—Tienes razón—murmuró—. Dios, solo quiero que pase todo esto y volvamos a estar tranquilos. No tenía en mis planes preboda tener que descubrir una alianza mafiosa...

—Yo tenía planeado tener a mi muñequita gimiendo mi nombre hasta que me hiciera su esposo—murmuré, Bajando un par de decibeles mi voz para que nadie me escuchara.

Su dulce y melodiosa risa me hizo sentir que mi pecho se inflaba de amor, unas horribles ganas de matar a todo aquel que hubiese escuchado su risa antes me invadieron, realmente me estaba convirtiendo en un posesivo con ella, quería que cada una de sus risas me perteneciera, cada una de sus palabras o gemidos, en especial, esos últimos.

—Más te vale que cumplas todas tus condenadas promesas, Conall Harrison, o me encargaré de cobrarme—gruñó.

Fui yo el que soltó una carcajada al escuchar su voz enfadada, me encantaba saber que mi muñequita incluso con una guerra encima seguía manteniendo ese espíritu indomable, ese espíritu que la hacía tan ella, por qué ella era capaz de sentir más.

—Por supuesto que cumpliré mis promesas, mi amor—murmuré—. Te extraño, demasiado...

—Nos veremos mañana, amor—murmuró—. Por fin mañana...

—Estoy contando los jodidos segundos, necesito que ya llegue mañana o voy a enloquecer—aseguré, diciendo la completa verdad de lo que sentía.

—Conall, necesito que me acompañes, alguien quiere vernos—interrumpió mi padre estuve a nada de explotar al saber que no podría seguir escuchando a mi muñequita—. Es sobre Lombardi.

— Sí, padre... voy en un minuto... —murmuré con cansancio.

—¿Tú padre? —preguntó con cierto tono de desilusión.

—Si... estamos realizando la investigación, queremos encontrar algo... Marlen... sé que enfurecerás porque está trabajando, pero dijo que se volvería loca si la enviábamos a casa... Ella, tiene la teoría de que hemos estado buscando a la persona equivocada... —murmuré.

—¿Lombardi?

—Si—aseguré—. Teníamos un perfil de: Hombre italiano de 28 años, características físicas marcadas y adoptado en Asís, pues su padre murió en un hospital de ahí...

—Pero...

—Key, logré establecer comunicación con el presidente Aziz, no logrará mantenerse mucho tiempo, ya que se encuentra en zona de riesgo.

—Bien...—murmuró —. Amor, debo irme, es una llamada importante...

—Lo entiendo, mi amor—contesté—. Te amo, tres vueltas al universo a pasito de tortuga...

Traté de que mi voz sonara lo más suave posible, lo único que deseaba era que ella se sintiera en completa confianza de que cualquier reto que le pusiera la vida ella sería capaz de resolverlo, quería demostrarle con mi voz, porque no podía de otra forma, que sin importar lo que ocurriera nuestro alrededor, siempre estaría a su lado sosteniendo su mano y dándole la seguridad que necesita. Con mi voz quería transmitirle las palabras "Tú puedes mi muñequita, siempre has podido"

—Te amo, tres vueltas al universo a pasito de tortuga—susurró.

La llamada se cortó y sentí como si nuevamente el vacío regresará a mi corazón, no me importaba si eso se llamaba apego emocional o como mierda se denominará, sólo la quería ella sin importarme nada más.

Miré la característica sonrisa de mi padre de te lo dije. Rodé los ojos y seguí a mi padre hasta el lugar donde quería que viéramos a la persona, podía ser desde un espía hasta alguien que había tenido contacto directo con Lombardi, a ese punto cualquier información nos era útil.

Pero al ver el rostro del hombre que nos estaba esperando, no podía creerlo, de todas las personas que habría pensado podían darnos algo de información, de ese hombre pensaba que lo único que salía eran víboras y serpientes venenosas, para atacar a mi muñequita en una campaña para ministros.

Se me hacía completamente extraño, que ese hombre tenía el rostro prácticamente cambiado a como lo había visto esa misma mañana, no tenía esa sonrisa arrogante o los ojos llenos de maldad, en su lugar parecía un cordero asustado y sus ojos detonaban que estaba arrepentido o que sentía un real dolor o miedo a algo.

—General Lombardo—murmuré—. ¿Qué hace aquí? No recuerdo haber pedido el apoyo de su ejército...

—No estoy aquí para pelear, ni tampoco para seguir con toda esta mierda de la campaña, estoy aquí porque temo por mi vida y vengo a ofrecer mi ayuda para encontrar lo más rápido posible a Lombardi.

—¿Qué? —pregunté.

—Estuve a punto de venderme para ser parte de los mafiosos con tal de que me ayudaran a ganar, pero esta mañana recibí un mensaje en el que me decían, que tenía menos de media hora para aceptar el trato de eliminar a mis dos contrincantes, mi orden era asesinar a Keylani y a Oliver, puedo ser un hijo de puta pero no soy un asesino de inocentes, y aunque ahora estamos en una especie de competencia por conseguir el puesto de ministros, eso no implica que voy a asesinar a dos personas que no han hecho nada—murmuró —. Si estoy aquí es para solicitar su ayuda y ofrecerle a todo mi ejército para encontrar a este bastardo. Amenazó con asesinarme por no ceder a sus caprichos.

—¿Y Arniel? Él es un soldado entrenado que seguramente lo protegería de cualquier bala.

—Hoy antes del mensaje que me fue enviado, discutimos, ahora considero que fue una discusión idiota, porque yo justamente estaba pensando en aceptar la ayuda de esos mafiosos, porque primero me prometieron que no le harían ni un solo daño a ninguno de los candidatos. Pero entiendo sus palabras, ellos no les harían daño, sería yo.

—¿Y espera que confiemos en usted? Nada nos asegura que esto es un simple truco para acercarse a nuestra candidata y asesinarla—gruñí.

—Conall—intervino mi padre—. Maxim, espero entiendas que esto no es personal contra ti, pero acabas de declararnos que estabas a punto de reunirte con los mafiosos para llegar a un acuerdo y así lograr ganar, no creo que estés esperando que te aceptemos sin siquiera hacerte pruebas.

—Lo sé—murmuró—. Reconozco completamente mis errores y les prometo que no vengo a dañar, ya ni siquiera me importa la candidatura, me aseguraron darme una muerte dolorosa y lenta, tengo hasta por la noche para asesinar a los otros dos candidatos, ni siquiera les importó que me negara... ellos no se atreverán a acercarse porque dejarían al descubierto su identidad...

—Ellos...

—Si—murmuró.

—Creo que ahora no estamos en un terreno neutro en el que se nos pueda dar toda esta información. Sabemos que cualquiera puede estar aliado con ellos para dar información de lo que está ocurriendo dentro... conseguí que nos alojaran en la base de la FEMR, lo enviaremos a ese lugar... nosotros iremos unos minutos más tarde, necesitamos recoger unas ultimas evidencias.

—No quiero ir solo...—murmuró con miedo—. Me matarán si me ven solo...

Mi tío levantó la mano y les hizo una seña a América y Nicolas, ambos inmediatamente se acercaron a donde estábamos para recibir las órdenes que mi padre les daría. hicieron un saludo militar y se pararon firmes.

—No iras solo—murmuró mi padre—. Rodríguez y Faez, acompañen al general a la base de la FEMR, tienen permiso para disparar si las cosas se complican... Rodríguez, cubrirá el primer turno de protección, Faez, el segundo.

—Si, señor—contestaron ambos.

Solté un suspiro dejando atrás el hecho de que ese hombre estaba vendiéndose para hacerle daño a mi muñequita, tenía que ser imparcial en mis decisiones y en ese momento ese era un hombre que había recurrido a nosotros para pedirnos ayuda.

—Te dimos la confianza de que nos estás diciendo la verdad, pero yo fuera de ser coronel, quiero decirte que si llegas a tocarle un solo cabello a Keylani o a alguien que le importe, me encargaré de que sufras más que todo el dolor que ellos pueden provocarte ¿Quedó claro?

—Créeme, mi rivalidad con ella se reduce a lo político. no soy un asesino, por eso recurrí a ustedes porque sé que pueden protegerme.

—Bien—murmuré—. Sigan las ordenes, soldados, nos veremos en unos minutos en la base.

—Si, señor—contestaron.

Maxim nos dio una pequeña sonrisa como agradecimiento, aunque quería mandarlo a la jodida al bastardo por haber querido o pensado si quiera dañar a mi muñequita de alguna forma, podía ver el real dolor en sus ojos al saber que su muerte estaba próxima, cuando la muerte está cerca sabes que lo único que puedes hacer es aceptarla y tratar de mejorar tus errores para no ir al infierno.

Vi como América y Nicolás lo llevaban a una de las camionetas en las que habíamos llegado, mi padre me hizo una seña para seguir para la investigación rápida y volver al día siguiente para poder realizar una investigación más profunda.

Recolectamos todas las pruebas necesarias para realizar una investigación en la base, quizás no tendríamos la indumentaria que poseíamos en nuestra base Alpha, pero por lo menos podríamos hacer un adelanto antes de regresar a la Gran Ciudad.

—Papá—murmuré.

—¿Qué ocurre, hijo?

—Llámame loco, pero tengo un mal presentimiento... siento que hoy es el inicio de una guerra no sé por qué pero mi prometida siente lo mismo, quizás no me lo dice pero por sus palabras tiene miedo de que Empiece una guerra...

—Entiendo completamente lo que sientes... yo estoy presintiendo lo mismo, es como algo que nos está informando, que todo está a punto de joderse... y efectivamente con lo ocurrido hoy, la muerte del Presidente de la interpol y el ataque al instituto, se ha declarado una guerra.

—Las guerras siempre dejan dolor y muerte—murmuré—. Más las que son, entre mafiosos y militares.

—Lo sé—murmuró—. Debemos estar totalmente preparados para enfrentarnos a demonios que ni siquiera conocemos, no estamos completamente seguros a lo que nos depara el futuro, pero lo mejor que podemos hacer es estar preparados, para que no nos agarre de bajada...

—Lo sé—murmuré—. ¿Quién crees que sea ese desgraciado?

—Tengo mis sospechas, pero no quiero señalar a nadie hasta no tener pruebas más concretas, necesitamos que haya pruebas irrefutables.

—Lo lograremos—murmuró mi padre—. ¿Estas listo? debemos ir a la base y arreglar todas las pistas que encontramos para realizar una investigación más profunda, después quizás debamos descansar un poco, no hemos pegado el ojo durante las últimas 24 horas...

—Tú siempre dijiste que en la guerra no había tiempo ni para dormir—me burlé.

Recordaba todas las historias de mi padre que me había contado cuando era un niño, siempre me había hablado de la dichosa guerra en Afganistán, donde había servido años antes de graduarse como militar y donde también se había certificado como médico cirujano. Siempre me había dicho que en la guerra, no existía tiempo para dormir o para comer.

—Lo decía para que desistieras de alguna forma a ser militar—murmuró—. Pero por desgracia heredaste mi cabezota.

—Bueno, eres mi padre—aseguré—. Vamos, no me da confianza dejar a Maxim.

—Igual de desconfiado que tu madre—gruñó.

—Ya me conoces—murmuré riendo.

Ninguno de los dos dijo nada mientras subíamos a la camioneta que nos transportaría hasta la base de la FEMR. No llevábamos demasiadas cosas, sin embargo, las cosas que llevábamos eran importantes para la investigación.

—Marlen está investigando todos los perfiles que pueden encajar en el hombre que supuestamente es Lombardi, sin embargo parece que seguimos dando vuelta tras vuelta sin sentido, para este punto ya deberíamos tener por lo menos algún indicio de quién es este bastardo.

—Sí, pero debemos de tener en cuenta que este bastardo es más inteligente que cualquier otro mafioso que hayamos conocido y más sádico que incluso el anterior rey de la mafia, Schiavone no atacaría un lugar lleno de niños.

—No lo haría hace un par de años, pero estoy seguro de que ese hombre es capaz de todo por tener el poder, no sé la razón por la que tengo este presentimiento de que él puede estar coordinando de igual manera todos los ataques que hemos recibido no es su forma de trabajar ya que a él siempre le gustaba tener el completo reconocimiento de sus fechorías. Pero tanto mi prometida como su hermano tienen una teoría muy interesante, ellos creen que podemos estarnos enfrentando a una alianza entre dos mafias y si lo vemos desde un punto más frío, eso tiene bastante sentido.

—Tienes razón—murmuró.

—Comenzaré a investigar con quienes ha tenido contacto, Schiavone... incluso quizás hemos estado pasando por alto a Lombardi ya he estado en contacto con él antes...

—No creo que sea tan idiota, pero tienes razón—aseguró—. Ordena que lo investiguen... y vamos a boletinar nuevamente todos los datos característicos de Lombardi. Después de todo lo hemos estado subestimando.

—Cierto—murmuré—. Lo ordenare.

Nos quedamos en un silencio profundo hasta llegar a la base las ganas de tomar el teléfono y llamar a mi muñequita para informarle que estábamos a salvo me absorbían, pero era totalmente consciente de que estaba ocupada y no tenía tiempo de estar llenándose la cabeza de nuestros problemas, ya tenía suficiente con sentirse culpable al no haber logrado proteger a un hombre que tenía su final escrito.

El viaje a la base fue completamente tranquilo, aunque no podía evitar sentir que estábamos cerca de una guerra por lo menos sabía que no se atreverían a atacarnos en una base donde fuese imposible el acceso, después de lo ocurrido con mi muñequita todas las bases habían reforzado sus protocolos de seguridad, así que era prácticamente imposible que alguien atravesara las bases, aunque claro que eso no les había importado en el momento en el que me habían drogado pero esperaba que eso no se repitiera.

Nos realizaron el protocolo de acceso en el que nos hacían identificarnos y tener un completo control de las cosas que ingresábamos a la base no era nada diferente a nuestra base por lo que pedimos a hacerlo y en realidad no tardamos demasiado tiempo.

Realmente sentía extraño regresar a esa base que me había visto crecer informarme como un completo soldado, sentía un poco extraño pero a la vez se sentía renovador, era como volver a mi pasado, recordar cuánto había crecido y lo mucho que había ganado al conocer a mi muñequita, porque sí, para mí el mayor logro que había conseguido estando en el ejército al que pertenecía era haber encontrado a la mujer le quería amar el resto de mis días.

—General, coronel, es un gusto volverlos a tener en nuestra base, esperamos que se sientan en completa confianza y no duden en pedir cualquier cosa que se les ofrezca, la persona que me enviaron está adentro en los cuarteles, ya les proporcionamos una habitación para que descansen y a ustedes nuestros soldados les informarán en dónde pueden descansar.

—En estos momentos en vez de descansar nos gustaría tener un lugar en el cual podamos trabajar para realizar un proceso completo de investigación y si nos pudieran proporcionar todas las herramientas necesarias para detallar algunas pruebas sería perfecto—murmuró mi padre.

—Por supuesto, les ordenaré a mis soldados que los lleven a nuestro laboratorio de investigación quizás no tiene las mismas herramientas que ustedes poseen en la base Alpha pero de algo le serán de ayuda para la investigación que están realizando. He dado la orden en la cocina que le sirvan lo que ustedes deseen al comer así que no se preocupen por eso.

Mi padre le agradeció antes de que todo se volviera un completo desastre, a lo lejos escuchamos una sirena que indicaba como si hubiese un intruso dentro de la base, sentí completo pavor al darme cuenta de que quizás eso significaba que el bastardo nos había traicionado.

—Joder—gruñó el hombre—. Significa que aviones entraron a nuestra área de vuelo.

—¿Qué? —preguntó mi padre.

Todo fue como si se hubiese convertido en una verdadera película de la segunda guerra mundial, después de la sirena que nos había informado que efectivamente había intrusos dentro del área de vuelo de la base, se escuchó una gran detonación que sólo podía significar una bomba de A26450, una de las bombas más letales que se habían creado, los gritos y los llamados de auxilio no se hicieron esperar.

Tres avionetas sobrevolaron la base en donde nos encontrábamos, dejando caer bombas donde quiera, llevando con ellas dolor y muerte. Me lancé a cubrir a mi padre sin importarme ni siquiera si alguna onda expansiva me atravesaba, mi padre lo era todo en ese momento.

Un fuerte chillido se escuchó por todo el aire, haciendo que los pocos que se encontraban cerca de nosotros se cubrieran los oídos para evitar que los tímpanos se los reventaran, de reojo pude ver cómo todo el edificio de la base se volvía a pedazos. Había sido un maldito ataque aéreo.

Se escuchó una última detonación y fue cuando sentí un dolor agudo y después todo se redujo a oscuridad.

<<No, joder. Aún no he visto a mi muñequita>>

.

.

.

Hola, mis queridos muñequitos, perdón por estar desaparecida, esto es peor de lo que pensé, pero aquí estoy, con un pequeño maratón. Espero lo disfruten y no maten a esta autora. 

Oficialmente estamos en la recta final del segundo libro.

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