Capítulo 80.
Zona de riesgo.
"En la guerra, como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca". Napoleón I
*Advertencia: Este capítulo contiene temas delicados que pueden ser perturbadores, no se promueve ninguno de estos actos.
Dicen que cuando una relación está destinada a fracasar, no importa lo que se haga, no funcionará por más que pasen mil años o mil vidas, siempre se quedarán estancados en un punto del cual no se podrá avanzar, en un círculo vicioso de toxicidad y de codependencia que es lo único que impide una ruptura. Dicen que cuando los comportamientos se vuelven evasivos y donde el único pilar de la relación es la monotonía de un ciclo de infidelidad, perdón, sexo salvaje y falso amor, no solo se fractura el amor entre ambos, sino el de cada uno por individual.
Cuando era pequeña recordaba que las primeras veces que mis padres habían tenido que acudir a una misión y nos habían tenido que dejar con mi abuela, yo y mis hermanos habíamos llorado durante horas, no importaba si nuestra abuela nos preparaba galletas, nos daba caramelos o nos dejaba ver televisión, nosotros solo queríamos a nuestros padres.
Eso era lo que cualquier niño hacía cuando sus padres se iban, era normal crear una dependencia emocional hacia los padres a esa edad, pues de cierta manera son los únicos que sabes que no podrán hacerte daño y que te mantendrán a salvo sin importar nada. No lo entiendes en ese momento sino hasta que creces y te das cuenta de que por eso los niños lloran cuando van a su primer día de preescolar, porque están acostumbrados a estar con sus padres que se crea una dependencia en donde mantenerlos alejados es todo una tortura.
Nunca había creado dependencias emocionales con alguien a excepción de mis padres, esa era una de las principales cosas que te decían en el entrenamiento militar, pues eso tenía en poder de convertirse en un arma de dos filos, un real peligro para ti y para todos los que amabas. Era peligroso amar tanto a alguien que se convirtiese en dependencia, pues eso te impedía concentrarte en lo que estabas haciendo.
Una dependencia emocional podía tener pros y contras, sin embargo siempre es dañina, porque creas un lazo tan estrecho y fuerte que si la otra persona llega a sufrir sientes ese mismo dolor y se convierte en algo que a la larga afecta más que sólo las emociones, puede afectar el rendimiento o los pensamientos se vuelven invasivos. Ese es el peligro de crear una dependencia emocional con quien amas.
Claro que existen otro tipo de dependencias emocionales, eso que algunas parejas desarrollan en donde el comportamiento se vuelve tóxico y repetitivo, se embaucan en un ciclo que no avanza sólo da círculos y círculos, infidelidades, perdón, alegría, infidelidades, perdón, alegría, Un comportamiento realmente tóxico que daña no sólo a la relación, sino a cada uno de los agentes involucrados, pero se tiene una estrecha dependencia emocional creada por toxicidad que es imposible avanzar si esa persona decide cortar la relación.
Mi relación con Conall no era de lo más sano del mundo, pero ambos teníamos claro que aunque a veces sentíamos celos sin sentido, no pasaba de ahí. Ambos nos teníamos plena confianza en el otro, no importaba si nos separaba un océano y cinco mil kilómetros, estábamos completamente seguros de que ninguno de los dos sería infiel o tendría comportamientos excesivamente tóxicos. Y no era porque alguno de los dos tuviéramos alguna diferencia con el resto, era porque ambos nos respetábamos y teníamos la confianza de hablar cualquier cosa.
No nos ocultábamos nada, lo habíamos hecho en un principio en nuestra relación no había funcionado como debiera, pero quizás era necesario para darnos cuenta de que necesitábamos mejorar algunos puntos de nuestra vida, debíamos ser conscientes completamente de que no éramos uno solo, sino éramos dos y por lo tanto, cuidar de la relación era de ambos, la confianza y el respeto era lo primordial.
Agradecía al cielo porque la relación que yo tenía con el hombre que amaba, estaba muy lejos de todo eso que siempre terminaba con las relaciones, sí, había veces que nos celábamos pero también estábamos completamente seguros de que el otro guardaba completo respeto y fidelidad. Incluso habíamos hablado un par de veces sobre ese hecho, si alguno de los dos llegaba a tener sentimientos o incluso deseo por alguien fuera de nuestra relación, se lo diría al otro.
Nuestra llamada habia sido realmente relajante, para ambos y realmente estábamos completamente felices de poder estar un poquito cerca aunque fuese de esa manera.
Me vestí después de relajarme un poco, con la voz de mi novio dándome unos cuantos informes oficiales, como si no hubiésemos tenido sexo telefónico minutos atrás. Retoqué mi maquillaje y me coloqué el delicado vestido de seda rojo, era hermoso y por supuesto que era creación de mi tío Lui.
—¿Estas nerviosa?
—No lo llamaría nerviosa—murmuré—. Más bien... confundida... yo estuve en el lugar de esas chicas, era una víctima de un enfermo mental que me encerraba y aunque nunca llegaron a tocarme más hombres que Dylan y él, saber que esas chicas estan pasando por algo similar me hace enfurecer.
—Piensa que esta noche serás un alivio para ellas—murmuró—. No les harás daño real, no como los bastardos que estarán con otras chicas y chicos.
—Hemos visto cosas atroces, Conall—murmuré con dolor en mi pecho—. Vimos cómo entre tres hombres violaban a un pobre chico, era prácticamente un niño, no debe tener más de 19 años... por eso sospechamos que las víctimas son más que ajustes de cuentas, creemos que son personas vulnerables que fueron secuestradas por los Denali.
—Es una posibilidad ¿Sacaras información?
—Si—murmuré —. Trataré de sacar la mayor información que me sea posible...
—¿Quieres saber algo que alegrara tu noche? —preguntó con la voz juguetona que usaba siempre que tenía una sorpresa.
—Me gustan las sorpresas de mi novio—murmuré.
—Prometido, mi amor—murmuró soltando una pequeña risa—. Elegí peonias para toda la decoración florar de nuestra boda y tu tío Lui se encargará de todo lo demás. Deberías felicitarme por tomar una decisión respecto a nuestra boda, muñequita.
Solté una carcajada.
—Amor—murmuré—. Me gustan también las flores de trigo sarraceno.
—Anotado—murmuró riendo —. Elegí los colores y el sabor del pastel, pero te esperaré para la prueba de los platillos y esas cosas.
—Vaya—murmuré riendo—. Se está esforzando, futuro señor Kim.
—Por supuesto, futura señora Harrison—murmuró—. Programé la degustación para el 20, por suerte el chef es amigo de tu tío y no tiene inconveniente en hacer la degustación cinco días antes.
—Por suerte—murmuré riendo—. Amor, debo dejarte, Archie ya me está esperando en el auto, se supone que es mi guardaespaldas.
—¿Archie siendo guardaespaldas? Joder, eso necesito verlo, no le da miedo ni a un ratón.
Solté una carcajada.
—Te amo, Conall.
—Yo te amo más de lo que este jodido mundo es capaz de soportar, muñequita—murmuró—. Márcame cuando estes de regreso en el hotel, ahora solo debo de seguir haciendo algunas investigaciones y después quedaré libre.
—Lo haré—murmuré—. Te amo...
—Yo más—murmuró y escuché el característico sonido de una llamada al ser cortada.
No me detuve mucho tiempo en la habitación, salí lo más rápido que pude al encuentro con Archie, él me hablo de todo lo que habían encontrado, recalcando lo que Nick ya me había informado y algunas cosas nuevas que habían encontrado mientras yo me arreglaba. Los que estaban conmigo eran como el equipo de élite, eran los que tenían entrenamientos y conocimientos que sobresalían, eran los mejores del ejército y esa era la razón por la que habían sido seleccionados.
—Nick me dijo que le pediste una investigación sobre todas las familias originales de la Sacra Corona y la Bratva.
—Si—murmuré con una mueca—. Creo que las familias originales pueden ser un gran paso para derrotar a Lombardi y condenarlo como lo hicimos con Schiavone.
—Hablando de Schiavone—murmuró—. Nisiquiera se lo he dicho a Conall, pero... ha intentado contactarse contigo durante meses, pero le han negado el contacto, yo lo sé porque necesitaba interrogar a uno de los reos sobre esta misión y el encargado me dijo que Schiavone exige contactase contigo por lo menos cinco veces al día.
—Creí que él llamaba a quien queria cuando quería—murmuré.
—Desde que fuiste a visitarlo y ordenaste quitarle privilegios, lo único que lo mantiene en contacto con el mundo exterior es la televisión.
—No quiero que me contacte—murmuré—. Es un psicópata que me hizo la vida imposible y merecería estar en un área común. .
—No es por él—murmuró—. Lo encerraron ahí porque es un gran peligro para todos los reos, asesinó a dos reclusos cuando estaba en zona común, solo fueron dos días ahí.
—Sí—murmuré—. Es un verdadero psicópata, estaba pensando en reabrir su caso y hacer que lo juzguen con leyes más fuertes y quizás sea condenado a muerte, sus crímenes son atroces.
—No disfruto nunca eso, pero con él, sí—murmuró—. Si ordenas el juicio, créeme, me tendrás a mí para testificar.
Sonreí.
No dijimos mucho después de nuestra pequeña platica, a decir verdad no me preocupaba demasiado lo que Schiavone estuviese planeando, sabía que estando encerrado no podría hacer nada y yo era quien lo habia encerrado, así que realmente no tendría manera de volverme a dañar y tampoco tendría oportunidad de escapar, en Cage Iron Pentagon era completamente imposible escapar, nisiquiera los reos con mejor entrenamiento en escape podrían traspasar sus paredes, por el simple hecho de que era una jaula de metal con un grosor de 10 metros.
Llegamos al lugar indicado, una gran y tenebrosa mansión en uno de los bosques más hermosos de todo el país, sin embargo, eso era lo que lo hacía tan peligroso, al ser una zona restringida y protegida, era imposible que turistas curiosos encontraran a las víctimas. Archie bajó y rodeó el auto, abrió mi puerta con una sonrisa caballerosa debajo de la máscara completamente negra y dejó que yo saliera.
Mi mascara era roja de tipo valenciano, con una tela que cubría todo mi rostro y que solo dejaba que una pequeña parte de mis labios rojos carmín se vieran. Tomé la mano que me ofrecía y bajé del auto.
Ambos entramos a la gran mansión e inmediatamente el asco de estar ahí me atacó, quería cortarles la garganta a todos esos bastardos, merecían la muerte más que nadie en el mundo y era claro que para ellos esas atrocidades estaban bien.
—Bienvenida, señorita Sullivan—murmuró Olive.
—Olive—saludé.
—Supongo que está ansiosa por su mercancía, pero la señora no nos informó si lo quería en plato servido o caza...
—Servido—murmuré.
Reprimí las ganas de vomitar, era asqueroso que se refirieran a personas inocentes de esa manera, como si fueran pedazos de carne. Traté de fingir mi mejor sonrisa, mientras pasaba entre todos los lobos que se encontraban en el lugar, la mayoría de ellos con los miembros de fuera mientras algunas chicas hacían "su trabajo", aunque en realidad eran obligadas a tener relaciones y dejarse ser usadas como si fuesen juguetes sexuales.
—¿Estas bien? —susurró Archie.
—Tengo nauseas—murmuré, tratando de evitar que mi mirada se enfocará más allá del suelo.
—Te entiendo—murmuró—. Tengo la orden de irnos en cuanto te sientas incomoda.
—Gracias...
Un mesero se acercó a nosotros con una charola de bebidas, tomé lo que parecía ser champagne y fue cuando reconocí el pequeño tatuaje de Álex.
—¿Tienes algo?
—A las diez en punto—murmuró—. Consigliere de Lombardi...
—Investiga—ordené.
Álex dio un pequeño asentimiento. Se alejó de nosotros sin perder la compostura, pero apresurándose a llegar al lugar indicado para obtener información.
—Señorita—murmuró Olive—. ¿Su acompañante...?
—Está conmigo, nos gusta jugar juntos—murmuré improvisadamente.
—Perfecto, le podemos ofrecer a alguien más, solo solicito tres y supongo que quiere divertirse.
—Solo tres—murmuré—. ¿Hasta dónde tengo permitido llegar?
—No se preocupe, nuestras chicas aguantan demasiado. Pero si alguna decide escapar de la forma fácil, le daremos dos más, para que siga con su diversión.
Reprimí las nauseas al detectar que la forma fácil se trataba de la muerte.
—Perfecto—murmuré—. Quiero una habitación privada, no me gusta tener publico cuando juego...
—Eso es perfecto, les prepararemos la habitación VIP, sin público, aunque claro... eso puede costarles un poco más.
—No se preocupe por el precio, cárguelo a mi cuenta—murmuré con una sonrisa.
La mujer dio una sonrisa y nos guío a la segunda planta, su sonrisa era perversa y solo podía indicarnos que esa mujer era tan macabra como cualquier otro psicópata en ese lugar, eran malditos enfermos a los cuales no les importaba hacerles daño a personas inocentes.
Entramos a la habitación que Olivé nos indicó, la mujer parecía realmente alegré. Miré la habitación con cuidado, tratando de encontrar cámaras o micrófonos que pudiesen estar ocultos dentro del lugar, era claro que esos eran unos pervertidos.
—Les traeremos a sus chicas en unos minutos—murmuró y salió de la habitación.
Le hice una seña a Archie y ambos comenzamos con una búsqueda más rigurosa, no habia cámaras o micrófonos en el interior, así que realmente nos encontraríamos completamente solos con las víctimas, incluso quizás no necesitaríamos causarles ni un solo rasguño.
—Cambiaste los planes—murmuró.
—No me sentía lista para entrar sola—murmuré—. Creí que habia dejado mi pasado enterrado, pero no puedo evitar recordar lo que Stefan y Dylan me hacían, yo estuve en el lugar de esas chicas.
—No estás sola—murmuró—. Debiste haberme dicho que te sentías así, no importa si eres una general y lo más probable, la futura ministra, eres humana y hasta ahora, la mujer que considero mi mejor amiga.
—Gracias, Archie—murmuré con una sonrisa.
—No hay de que, princesita—murmuró y solté una pequeña risa.
—Conall te va a asesinar si escucha que me llamas princesita—murmuré.
—Correré el riesgo—murmuró con una carcajada—. Arniel estaba destrozado cuando creyeron que estabas muerta, pero Conall... él fue otra historia, compartían un mismo dolor pero estoy seguro de que él sufrió más que nadie y no sé por qué, pero ahí supe que tú y él siempre estuvieron destinados...
—Sospechabas que Arniel...
—No—murmuró—. Siempre fue el más romántico de los tres, él que hablaba con poesía y entregaba todo al amar, pero la conexión que tenías con él era diferente a la de Conall, con Conall era más intenso que nada, algo me decía que siempre debieron ser solo dos.
—¿Lo dijiste a Conall?
—No—murmuró—. La única que lo sabía era Julia.
—Vaya... creo que tuviste razón, solo debíamos ser dos—murmuré—. Arniel no solo nos traiciono a nosotros, nos traiciono a todos, al ejército, a sus amigos, a su hermano... no le importó nada. Nisiquiera sé qué diablos paso allá en Italia, la última vez que lo vimos estaba destrozado por su padre, pero cuando volvimos a encontrarnos con él, no parecía el hombre que acababa de perder a su padre.
—Y nunca lo investigaron...
—Él tomo su decisión, lo que haya ocurrido seguramente tenía otra opción, sin embargo, decidió darnos la espalda, traicionarnos y ahora estar del lado de Maxim. Digo, sé que no hay lados, todos peleamos por lo mismo, pero se siente como una traición ¿Sabes?
—Si, se siente asi—murmuró—. Quizás...
La puerta lateral de la habitación se abrió, dejando paso a tres chicas demasiado pequeñas, delgadas hasta los huesos y aunque no estaban sucias, se podía ver que habían sido maltratadas de mil formas posibles. Las chicas no parecían tener más de veinte años, todas eran morenas y de piel pálida, pero con ojos negros como la noche, por las pupilas dilatadas, era claro que se encontraban bajo el efecto de una droga.
Vestían con poca ropa, con apenas una lencería de encaje y una bata transparente. Estaban prácticamente desnudas y los collarines en sus cuellos solo eran señal de que se encontraban completamente sumisas ante ellos.
—Trajimos su mercancía—murmuró Olive—. Lucen hambrientos...
—No queremos ser molestados—corté—. Si eso cuesta más, cárgalo a mi cuenta, pero no quiero que nadie este de intruso mientras jugamos, nos gusta la completa privacidad...
—S...Si, señorita, como lo ordene... —murmuró —. Ustedes, más les vale atenderlos como se lo merecen o me encargare de que las tres vayan a la fosa... ¿Quedó claro?
Las tres chicas asintieron con miedo. Olivé las miro con sorna y les hizo una seña a los hombres que las llevaban, ellos como si se tratara de animales, las dejaron caer en la alfombra y salieron de la habitación, siendo seguidos por Olive.
—Rápido—murmuré.
Archie y yo nos acercamos a las chicas para ayudarlas a levantarse, los ojos de las tres a pesar de estar dilatados ocultaban un gran terror y miedo, lo que confirmaba nuestra teoría de que las víctimas eran más que ajustes de cuentas, se trataba de personas vulnerables.
—Por los temblores de su cuerpo, puede tratarse de SX1—murmuró Archie.
Miré a las chicas, por el simple hecho de mirar las gotas de fluidos que resbalaban de entre sus muslos, era claro que se trataba de esa maldita droga, la droga de la que me habia hecho esclava y adicta.
—Si, es SX1—murmuré—. Necesitaremos paños húmedos y busca lo que sea que tenga alcohol, incluso perfumes—ordené.
—Si, señora—murmuró.
Archie se alejó de mí, corriendo hacía el baño para buscar lo que le habia solicitado, yo habia estado en el lugar de esas chicas y era claro que se encontraban completamente perdidas y llenas de dolor. Miré a la que parecía ser más pequeña, tenía varios moretones por su abdomen y la característica cicatriz, me hacía saber que habia sido operada de alguna manera en la parte baja.
—Hola—murmuré lo más bajito posible—. ¿Cómo te llamas?
—¿Qué ordena, señora? —preguntó con sumisión.
—No te van a contestar—murmuró Archie—. Estan asustadas y creen que pude tratarse de una trampa para probar su lealtad.
—Es posible—murmuré.
—Escuchen, chicas—murmuró Archie con una pequeña sonrisa—. No queremos hacerles daño, nosotros no somos malos como ellos, no vamos a dañarlas pero tienen que cooperar y decirnos algunas cosas que queremos saber.
—Él tiene razón, nosotros no les haremos daño pero deben de decirnos algunas cosas que necesitamos saber y también guardar el secreto de que nosotros las quisimos ayudar...
—S...Son los buenos—preguntó la chica a la que le habia preguntado su nombre.
—Carly, no—murmuró otra de las chicas.
—E...Ellos...
—¡No! —chilló la más grande—. Entiende que aquí nadie es bueno, si ellos estan aquí es poque pagaron por nosotras, nadie nos va a salvar, ni ahora ni nunca—gruñó—. Ustedes dígannos, con que debemos complacerlos hoy...
—Escuchen, nosotros...
—Eso no va a funcionar—murmuré—. Sé lo que es estar de su lado, sabes que cualquiera puede hacerte preguntas idiotas para hacerte caer, sabes que si dices algo a la persona incorrecta la tortura será peor. Lo sufrí cuando Stefan me secuestró, ellas no piensan en la salvación, sino en la supervivencia—murmuré mientras me inclinaba hacia la más grande—. No les causaremos daño, pero a cambio... deben de decirnos lo que queremos saber o ningún castigo se comparara con lo que yo les haré.
Odiaba tener que amenazar a esas chicas inocentes, pero sabía que de otra forma ninguna cooperaria, era el terror de ser atrapadas por su tortura. La más grande pareció entender mis palabras, era como si supiera que decía la verdad, pero que a la vez, era la única que podía causarles daño en ese momento.
—¿Te envió Olive?
—No—murmuré—. Me enviaron sus familias... todos quieren saber si ustedes estan bien—mentí.
—¿M...Mi papá me está buscando? —preguntó la más pequeña, con los ojos llorosos—. P...pensé que me habia abandonado, y...yo no queria salirme esa noche p...pero...
—¿Cómo fue que llegaste aquí? —pregunté.
La chica mi miró por un par de segundos, no pensando mucho en lo que hacía, me quité la mascará para darles un poco más de confianza, quizás era lo que necesitaban, pues las tres se relajaron inmediatamente. Le hice una seña a Archie y sin dudarlo se la quitó, las tres chicas lo miraron idiotizadas y casi suelto una carcajada, sabía lo que era tener la maldita mierda del SX1, cualquier hombre parece jodidamente atractivo.
—Les inyectaron algo—murmuró Archie—. ¿Pueden decirnos cada cuanto las inyectan?
—U...Una dosis antes de cada cliente—murmuró la chica que se habia quedado en silencio—. T...Tú t...te pareces a Tess...
—Si, me lo han dicho—murmuré, no era necesario decirle todo—¿Cómo llegaron aquí?
—¿Qué nos asegura que no es una trampa?
—Hace tres años fui secuestrada como ustedes, me alejaron de mi familia y del hombre que amo, así que las entiendo completamente, sé que ustedes estan aquí a la fuerza...
—¿Cómo lo sabes?
—Sólo lo sé—murmuré —. Archie... Dame un miligramo del antídoto, bajará los efectos pero no será detectado...
Archie me entregó una de las inyecciones y la más pequeña no se resistió, en cuento la inyecte pude ver como la consciencia llegaba a ella, no era un antídoto milagroso, pero combatía la droga instantáneamente. La más grande dudo en mostrarme el brazo, pero dejo que la inyectara con una segunda aguja y la tercera no fue difícil, simplemente puso la mano para ser inyectada.
—Estan conscientes, con esta cantidad permanecerán cuerdas por unos minutos.
—Bien, comencemos—murmuré—. ¿Cómo llegaron?
La chica menor me miró con los ojos llorosos, sabía el sentimiento que tenía en su corazón, era claro que el dolor la consumía y realmente deseaba olvidar todo lo que estaba en su vida. Tomé su mano instintivamente, transmitiéndole alguna emoción de paz para tranquilizarla.
—Estaba en una fiesta con mis amigas... siempre fui la becada del colegio, pero por fin hice amigas... ellas... ellas me dijeron que habia algo que hacían para probar la lealtad a ellas y yo... les pedí que me aceptaran...
—¿Una especie de ritual? —pregunté.
—Iniciación—murmuró la mediana.
—Una iniciación... ¿Qué ocurrió después?
—D...Dijeron que debía inyectarme algo y sobrevivir sola en el bosque...
—¿Dónde vivías?
—Port Angeles—murmuró—. Mi familia siempre fue de bajos recursos, pero podían pagar un poco de la colegiatura, pero aun así era becaria y muy pocas chicas se me acercaban, por eso... por eso caí en sus juegos.
—¿Qué ocurrió después de que te inyectaron?
—C...Comencé a sentirme mareada... y l...lo último que recuerdo es que un hombre pelinegro dijo que necesitaba probar la mercancía... y...yo era la mercancía... me... me...
—La violaron—murmuró la mayor—. Al igual que a todas nosotras...
—¿Cómo llegaste aquí? —pregunté a ella.
—Estaba en la universidad de Columbus, me quedé hasta tarde estudiando y ya no me permitieron la entrada a la residencia... pero... me encontré con algunas chicas, yo igual era Becada y tenía poco dinero para hacer cualquier cosa, no tenía nisiquiera para dormir en un hotel... ellas me invitaron a quedarme en un departamento en el centro de la ciudad, yo creí que era porque eran buenas personas...
Pude ver las lágrimas cayendo de sus ojos y entendí un poco del dolor que sentían, todas ellas eran estudiantes, les habían arrebatado sus sueños y yo sabía bien lo que se sentía ese dolor. A mí me habían arrebatado mi sueño de ser madre a ellas el de la libertad y el progreso.
—Tranquila—susurré—. ¿Qué ocurrió?
—No recuerdo mucho... ellas me invitaron a cenar y yo acepté... me quedé dormida en el restaurante y cuando desperté... estaba sola en el bosque, con una inyección en mi brazo y mi cuerpo cortado... me violaron mientras estaba inconsciente...
Sentí la mano de Archie sobre mi hombro, algo que me daba cierta seguridad, pero pude darme cuenta de la razón por la que hacía ese pequeño movimiento, mi mano tenía un gran temblor, lo que solo significaba la rabia que me consumía y la ira que tenía, además de la forma en que los malditos recuerdos me azotaban.
—Les inyectaron una droga conocida como SX1, es muy poderosa y mortal. ¿Qué es lo que sienten cuando se las inyectan? —preguntó Archie.
—Ganas de sexo—murmuró la mujer mayor—. Pero es mejor que cuando no nos la inyectan... a veces... ese es su castigo...
—¿Privarlas del SX1? —pregunté.
—Si—murmuró la chica—. Y...Yo estaba estudiando para química, es un poco de todo eso, así que a mi es a quien obligan a inyectar a las más pequeñas...
—¿Hay más pequeñas? —pregunté.
—Si—contestó—. Nosotras ya dimos suficiente información, así que ahora a ustedes les toca decir ¿Por qué mierda nos estan ayudando? si todos sabemos cuál es el final de esta maldita tortura, nos lo han dicho, somos los animales que van a cazar.
—Investigadores privados—mentí—. Sus familias de todas nos han contactado, todos tuvieron desapariciones similares.
—Si, nos engañaban y nos llevaban a un lugar alejado... pero aún no entendemos como esas chicas que nos engañaron fueron liberadas...
—Seguro como paga—murmuró Archie.
—Ellas no fueron liberadas—murmuró la mediana—. Vamos, Isabel, no me veas así... tú sabes que ellas fueron las primeras de la cacería.
—Eso es solo una teoría, no sabemos si es realidad...
—¿Qué cosa? —pregunté.
—Las chicas que nos hicieron esto, que nos entregaron o vendieron, no sé cómo decirlo, también vinieron aquí... las logramos ver una vez que a Olivé se le olvidó cerrar sus jaulas... Nos dimos cuenta de que a todos nos trajeron las mismas chicas... todos nosotros fuimos embaucados por ellas.
—¿Qué les hacían?
—Ellas eran las chicas princesas de la mafia, pero creo que las torturaban—murmuró la mediana—. Ninguno aquí tiene el mismo tiempo, todos llegamos durante un año... todos fuimos secuestrados en diferentes países, meses y días... y cuando las vimos... todos coincidimos que ellas eran las que nos habían puesto aquí... pero... estaban diferentes... tenían partes de sus cuerpos desagarradas.
—Eso es posible—murmuró Archie—. Si eran las princesas de la mafia, tiene sentido... la investigación...
Lo miré entendiendo sus palabras, no solo se trataba de una red de trata de personas, se trataba de chicas que habían caído en trampas de mafiosos y habían vendido su lealtad a ellos, el clan Denali no era solo ese apellido, eran por lo menos diez familias a lo largo de Europa y norte América.
—¿Tú como llegaste aquí? —pregunté a la de en medio.
—Mi padre—murmuró—. Me vendió para obtener dinero y pagar sus gastos, era un apostado compulsivo de los barrios bajos de Chicago... no recuerdo mucho, solo desperté con un fuerte deseo de ser follada y no tuve que esperar mucho... me violaron cuando recién desperté.
—Bien—murmuré—. Escuchen, podemos ayudarlas a salir de aquí, pero no ahora, nosotros les diremos cuando... pero ahora... ustedes deben de fingir dolor, nadie... absolutamente nadie, ni por más confianza que le tengan debe enterarse de que nosotros estamos como infiltrados.
—¿Nos pueden salvar?
—Si—murmuré—. Pero necesitan mantener un perfil bajo, no crear revueltas y obedecer en lo que les digan, las salvaremos pero nadie debe de saber que vendremos por ustedes. No estan solas, no más... las sacaremos de aquí a ustedes y a todos los demás.
—¿Segura?
—Si—murmuré—. Vendremos por ustedes de regreso, después las llevaremos a casa con sus familias y volverán a tener la oportunidad de vivir. Pero ahora... debemos causarles algún daño físico, eso es lo que esperan de nosotros.
—Podemos soportar lo que deseen darnos—murmuró la mayor—. Si nos hacen la promesa de que no nos dejaran morir, no me importa ser una adicta de por vida, quiero vivir.
Sentí un flechazo en mi corazón, un flechazo cargado de dolor recordaba que ese mismo habia sido mi ruego años atrás, yo queria vivir y me habia aferrado a la vida, no quería morir. Recordaba esa suplica entre sueños, cuando habia estado internada en el CTRATA, luchando contra la adicción.
—No morirán ni serán adictas—murmuré—. Pero deben de soportar el dolor ahora y también lo de los días posteriores, regresaremos por ustedes, pero deben esperar...
—Aguantaremos lo que sea necesario...
Las miré por un par de segundos. No quería causarles daño real, pero sabía que si no tenían una marca por lo menos, sospecharían y eso echaría atrás todo nuestro plan.
Me acerqué a uno de los cajones y como lo habia sospechado, habia floggers y todo tipo de cosas dentro. Solté un jadeo de inconformidad, realmente era horrible ver que cosas que podían causar placer, eran instrumentos de verdadera tortura.
El flogger no era normal, tenía lo que parecían ser navajas en las puntas y estaba segura de que causaban tanto dolor como mil clavos. Suspiré, tratando de encontrar algo más, pero no habia otra cosa que causara menos daño, incluso habia una pera medieval, pero con la diferencia de que tenía navajas incrustadas.
Esas personas estaban realmente enfermas.
—Lo siento—murmuré.
Cerré los ojos y lancé el primer golpe, no lo hice más de tres veces para no causar un daño real y agradecí que las cuchillas solo hubiesen causado pequeños cortes, realmente me sentía terrible al hacerles eso, pero sabía que sería necesario para seguir aparentando.
Las dejamos dormir un rato después de curar un poco sus heridas, las tres también estaban realmente cansadas, pues los bastardos nisiquiera las dejaban dormir más de dos horas antes de obligarlas a hacer cosas atroces. Eran personas que realmente estaban completamente enfermas y con trastornos psicóticos.
Después de unas horas, Archie les inyectó la sustancia para hacerlas olvidar un poco nuestra conversación y hacerlas creer que les habíamos causado un dolor real, odiaba tener que hacer eso, pero era claro que no podíamos confiar demasiado en ellas, sin embargo, no anularíamos la promesa de salvarlas.
—Se divirtieron, por lo que veo—murmuró Olivé viendo a las chicas, completamente desmayadas sobre la cama.
—Por supuesto—murmuré limpiando mis manos en el vestido—. Aunque, no me gusta ver marcas de otros en mi mercancía, así que asegúrate de que ellas tres estén completamente limpiecitas para cuando las volvamos a tener.
—Puedo apartárselas para la caza... si sobreviven, pueden ser sus perras de por vida—murmuró con sadismo.
—Estupendo—murmuré—. Las quiero a ellas, pero sin una sola marca o el trato se cancela ¿Quedó claro?
—Por supuesto, señorita—murmuró—. ¿Ya se retiran?
—Si—murmuré—. Fue estupendo, pero ahora queremos ir a liberar toda nuestra excitación a un lugar privado.
—Claro, es entendible ¿El señor participara en la cacería?
—Por desgracia, no—murmuré—. Él debe de estar en otro lado para representarme, pero estoy segura de que podrá llegar al momento de diversión.
—Por supuesto—aseguró Archie con una sonrisa, rodeando mi cintura con su brazo.
—Bien, entonces... espero verlos aquí la semana próxima.
—Por supuesto—murmuré con una sonrisa falsa.
Tomé el brazo de Archie y nos jale a ambos afuera de ese lugar, sintiendo aún más asco revolviendo mi estomago al ver todas las escenas asquerosas que se presentaban a nuestro alrededor. Caminamos lo más rápido posible hasta llegar al auto y sin pensarlo un momento Archie arrancó, listo para salir muy lejos de ese lugar horrible.
—Llamare a mis padres—murmuré.
—Ya activé el sistema anti-rastreo—murmuró—. ¿Estas bien?
—Si—murmuré—. Fue horrible, me recordó muchísimas cosas y eso me afectó, pero estoy segura de que lo superare.
—Si, yo también estoy seguro—murmuró—. Eres la invencible general Kim.
Sonreí y marqué el número de mis padres.
—Key—murmuró mi madre—. ¿Estan bien? No tuvimos noticias de ustedes durante cinco horas...
—Estamos bien—murmuré—. ¿Los chicos ya estan de regreso?
—Si—murmuró—. Todos estan de regreso.
—Es peor de lo que pensamos—murmuré—. Obtuvimos información de tres chicas, dos de ellas fueron embaucadas por las princesas de la mafia y no fue en un periodo de tres o cuatro meses, algunas de las victimas ya tienen aquí hasta un año...
—¿Un año? Dios... Nadie las ha reportado como desaparecidas...
—Quizás lo hicieron—murmuré—. Son chicas de bajos recursos, apenas tenían dinero para pagar la colegiatura de sus colegios y universidades, eran becarios o con padres con problemas económicos y de apuestas.
—¿Barrios bajos?
—Si—afirmé—. Todos ellos tienen en común eso y quizás haya algunos con ajustes de cuentas, pero en su mayoría no... y sobre los agentes de la INTERPOL no encontramos a nadie.
—Hicieron un excelente trabajo, general—murmuró mi padre—. Vayan a descansar y mañana nos dan el informe de todo ¿De acuerdo?
—Si, señor—murmuré—. Buenas noches.
—Buenas noches para ti, florecita—murmuraron al unisonido y reprimí una carcajada.
Colgué la llamada y solté un suspiro.
Archie entró en el estacionamiento subterráneo del hotel y me volví a sentir segura, por lo menos sabía que en ese lugar era imposible que los malos entraran. Bajé del auto y me despedí rápidamente de Archie, sin decir nada más, subí al elevador para poder llegar a mi habitación y dormir el resto de la noche.
Escuché una notificación de mi celular, pero nisiquiera le hice caso, tomé un gran respiró y marqué el número de mi novio, realmente estaba agotada y lo único que quería era escuchar su voz. Entré a mi habitación y fue entonces cuando miré la pantalla, era un numero desconocido; fruncí el ceño, sin entender muy bien lo que querían mostrarme al ver el archivo adjunto de una fotografía.
Abrí el chat, esperando a que mi hombre contestara.
—Amor...
Sentí la vista nublada al ver la imagen en la pantalla, no podía creer lo que veía y era claro que tenía una explicación razonable, pero no tenía ni idea de cual era esa explicación, era claro que quien se veía era mi prometido, el hombre con el que faltaban dos semanas para casarme.
—Quiero una explicación, Conall y la quiero ahora...
.
.
.
¿Qué les parecio este capítulo?
¿Qué creen que ocurrio con Conall?
¿Qué creen que vaya a pasar con el plan de rescate?
*NOTITA DE LA AUTORA.
Hola, mis queridos muñequitos.
Este fue nuestro ultimo maratón por lo que considero será todo un año, todos los que llevan tiempo siguiéndome saben que estoy a un año de graduarme de la universidad y sabrán que este año es lo más difícil de cualquier carrera.
El lunes comienza mi ultimo año como estudiante, por lo que mi horario será reducido a Estudiar, comer, estudiar, dormir (si me queda tiempo), así que es posible que estos maratones no sean tan recurrentes.
Espero que continúen aquí hasta que terminé esta grandiosa historia en donde más de una vez me han querido cortar la cabeza por hacerlos sufrir y continúen con el proyecto que ya les habia contado sobre una serie de historias independientes, estas vacaciones aproveché para escribir esas pequeñas historias y para terminar la tercera parte de esta trilogía, así que no se preocupen, no dejaré de publicar, solo que será con menos frecuencia.
Por el momento no les puedo decir que publicare como anteriormente lo he hecho, habrá semanas donde solo pueda publicar un par de capítulos, otras en donde quizás no publique ninguno, pero también haré el esfuerzo por publicarles algunas veces maratones.
Espero todos sigan por acá y sigan disfrutando de las locuras de esta autora a la que le falta un tornillo y seguramente se quemará las pocas neuronas que le quedan en la universidad, pero aquí seguiré y espero ustedes sigan por acá en las historias que con tanto cariño escribo.
A todos los que estan en la misma situación que yo o que a penas estan por ingresar o acaban de ingresar a la Universidad, les deseo mucho éxito en sus carreras y recuerden que no importa lo que queramos lograr, hagámoslo bien hasta que deje de ser un sueño 😉.
Los quiero mucho, muñequitos, realmente espero que continúen apoyándome y pronto nuestra pequeña comunidad crezca.
PD. Deséenle suerte a esta autora porque esta muerta de miedo por su ultimo año de universitaria.
Autora fuera. Los adoro!
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