Capítulo 71.
Trampas.
"Di de vez en cuando la verdad para que te crean cuando mientes." ~ Jules Renard
Dicen que muchas veces el universo conspira a nuestro favor, nos deja conocer lo bueno de la vida para que podamos amarla y recordarla en los momentos en que verdaderamente necesitemos aliento, por alguna razón siempre existen momentos en los que la desesperanza llegará a atacar todo lo que tenemos a nuestro alrededor y acabará con aquello que amamos con toda nuestra alma.
Muchas veces la vida no es como nosotros la planeamos, nos sorprende un día y todo lo que hemos construido desaparece como si fuese una bola sin sentido, toda la vida que hemos construido alrededor de nuestros años en la existencia en la Tierra desaparece y nos damos cuenta de que nuestros cimientos eran tan débiles que era claro que con cualquier ventarrón iban a desaparecer, sin embargo tratamos de aferrarnos a aquello que nos hace bien, que nos hace sentirnos felices.
En la vida siempre existen pruebas, pueden ser pruebas pequeñas que nos hacen conocer el verdadero valor que tenemos en nuestro corazón, nos damos cuenta de que realmente no importa lo que hagamos, puede que todo lo que hayamos construido en nuestra vida se derrumbe de repente y no encontremos un solo motivo para poder continuar, sin embargo aquello que hay en nuestro corazón es lo que puede hacer que continuemos viviendo.
Cuando creía que no merecía ser amada, cuando creía que debía conformarme con malos tratos y una persona que simplemente me buscaba porque alimentaba su ego o que no merecía más que un hombre que me follara sin amor, llegó Conall a romper todas esas barreras que me hacían sentir completamente ensordecida, llegó para demostrarme que el amor es algo tan bello que no puede expresarse con palabras, que es tan único que realmente no importa lo que ocurra a nuestro alrededor, el amor es capaz de destruir todo lo que esté en nuestra contra.
Él había llegado en un momento en el que creía que mi vida se encontraba completamente estable y que no necesitaba nada más para sentirme viva, creía ciegamente que esa era la vida que yo deseaba y que necesitaba para sentirme bien, que no me importaba absolutamente nada más sí tenía un trabajo y un hombre que me follara, pero estaba realmente equivocada, porque Conall era eso que había necesitado durante tanto tiempo para poder sentirme realmente viva, para poder sentir que sin importar nada yo era una persona que merecía el amor.
Conall era como un torbellino, había llegado a destruir mi casa de paja para que pudiese construir un hogar realmente fuerte a mi alrededor, con cimientos fuertes que no se destruyeran al primer ventarrón y que se mantuvieran firmes aunque una tormenta azotara. Él era eso, mi seguridad, mi todo, mi vida. Se había convertido realmente en aquello que anhelaba y que deseaba cada momento de mi vida, que no importaba el tiempo que pasara seguía amándolo como la primera vez que lo había visto.
Quizás no era el único hombre al que había amado, pero él lo sabía y no le molestaba en lo absoluto que hubiese estado también con su mejor amigo, Conall me amaba de todas las formas posibles Y me dejaba amarlo tanto como mi corazón quería. Todo lo que habíamos vivido, toda nuestra relación era algo que nos había llevado hasta ese momento, el momento en donde estábamos completamente seguros de que nos amábamos y de que sin importar nada, si mil tormentas nos azotaban estaríamos completamente firmes para afrontarlas y no dejarnos vencer, estábamos completamente renovados para poder enfrentarlas tomados de las manos para no dejar que el otro sucumbiera en el abismo.
Lo amaba. No había otra respuesta para el sentimiento que tenía por él, quizás debería sentirme asustada por todo lo que sentía por él porque realmente eran cosas tan profundas e intensas que era incapaz de poder describirlas completamente. Me sentía incluso un poco aterrada por poder sentir tantas cosas, cosas que realmente eran nuevas y únicas para mí.
Conall causaba un completo desorden en mis emociones, pero realmente no me sentía asustada porque sabía que él cuidaba mi corazón, lo cuidaba y lo manejaba como si fuese lo más valioso que tenía sobre sus manos, me amaba y eso era más que suficiente para mí, solo deseaba tenerlo a mi lado el resto de mi vida.
El viernes llegó realmente rápido, apenas habíamos tenido tiempo para organizarnos y poder crear una supuesta coreografía para poderla presentar en el show estelar, nunca me había interesado el baile ni siquiera el ballet, ser una niña con tutús pequeños y completamente vestida de rosa no era lo mío, seguramente porque como lo había dicho mi madre siempre, yo era una mujer que estaba hecha para el ejército y eso era un gran orgullo para mí misma, porque realmente me gustaba ser parte de ese ejército que me había visto crecer y me habia formado como persona y mujer.
Con la llegada de Archie, Álex, Nick y mis hermanos, teníamos nuestro equipo completo y podíamos estar seguros de que les pateamos el trasero a todos los criminales que estaban buscando seguir traficando esa sustancia que estaba siendo tan nociva para la salud de muchos.
Era algo normal encontrar este tipo de fármacos en el mercado, y aunque esa división no pertenecía a nosotros, de vez en cuando hacíamos una especie de limpieza social para ayudar a todos aquellos que tenían problemas de ello. Era nuestro trabajo como ejército buscar el bienestar del mundo entero y eso también significaba tener que lidiar con pequeños narcotraficantes.
Habíamos dado pistas sobre que sufríamos problemas de insomnio o algo por el estilo en caso de que alguien de los trabajadores del lugar supieran algo, nos habíamos ganado la confianza rápidamente y aunque me negara, Arniel seguía siendo un buen soldado, especialista en infiltración.
No habíamos cruzado más palabras de las necesarias, ni siquiera cuando nos topábamos en el comedor que el mismo Andréi tenía en su edificio. Era realmente era extraño tener que convivir con él sin ese amor al que estaba acostumbrada, pero tampoco era algo que me hiciera falta.
Conall se encargaba de recordarme su amor por mí a cada dos minutos y eso me encantaba, de cierta forma, aunque debíamos concentrarnos en la misión, no podíamos hacer mucho durante los entrenamientos de Baile, así que normalmente despues de bailar durante más de cinco horas, ambos huíamos a nuestra habitación, donde descargábamos todo el deseo que sentíamos por el otro.
—Eres tan jodidamente estrecha—gruñó sobre mi oído.
Mi vista estaba completamente nublada, jadeaba tratando de aferrarme a sus hombros mientras nuestras caderas chocaban una y otra vez, con el agua mojando nuestros cuerpos. Debíamos encontrarnos preparándonos para el primer show que daríamos, pero en lugar de eso, estábamos en la ducha de nuestra habitación, completamente desnudos y follando como dos jodidos animales deseosos de el otro.
Sentía como entraba en mí, como me deshacía en cada embestida y como mi cuerpo se estremecía entre sus brazos. Mis gemidos eran incontrolables, su extensión se clavaba en lo más profundo de mi interior, me volvía una masa temblorosa entre sus brazos.
—A...Amor...
—Hazlo, amor—gruñó —. Córrete conmigo dentro de ti...
En un último alarido de placer, me dejé ir. Me retorcí entre sus brazos, llegando a un orgasmo tan explosivo que nuestra unión estaba completamente mojada y no precisamente por la ducha. Mis piernas rodeaban su cintura mientras buscaba aferrarme a su cuerpo para no caer.
Con tres duras embestidas, se liberó en mi interior, causando que soltara gemidos realmente altos por todas las sensaciones que me embriagaban, Conall era capaz de hacerme sentir jodidamente perdida y embalsamada entre sus brazos, sin importar absolutamente nada.
Se quedó en silencio un par de minutos mientras el agua limpiaba el sudor y jabón de nuestros cuerpos. Se sentía delicioso poder estar entre sus brazos, no importaba nada, me encantaba sentirlo completamente mío y sentirme suya de esa manera tan carnal.
—¡Oigan!¡Par de calenturientos, tenemos una misión! —gritó Hunt, seguramente del otro lado de la puerta.
—Que le den—gruñí, enterrando mi cabeza en el cuello de Conall.
La vibración de su pecho me hizo sonreír, más cuando su ronca risa salió de sus labios, extrañamente esa pequeña acción causaba cosas realmente extrañas en mí, me encantaba escuchar su risa, me hacía sentir en casa.
—Aprietas delicioso cuando escuchas mi risa—murmuró sobre mi oído, mordiendo mi lóbulo.
—¡Conall! —chillé.
—Justo así—aseguró.
Besó mis labios con pasión, de alguna forma realizando la despedida de siempre, nuestros cuerpos se anhelaban todo el tiempo y nuestros corazones se deseaban, por lo que estar separados por incluso un par de horas, era un completo infierno.
—Eres un tonto—murmuré.
—Tu tonto, mi amor—aseguró besando la punta de mi nariz—. Vamos, aun debes dar un par de órdenes a nuestro equipo antes de comenzar con la primera etapa de la misión.
Asentí.
Ambos salimos de la ducha e inmediatamente nos vestimos con la ropa que nos habia indicado Magali, era una lencería completamente negra la mía, con pequeños detalles que brillaban en la oscuridad y resaltaban mi anillo y mi collar. Aunque sabía que para entrar al baile debía quitármelos no me los quitaría hasta el último momento en que tuviese que hacerlo, tenía a mi hombre a mi lado, pero aun así necesitaba sentirlo realmente cerca de mí y con ese par de joyas era más que suficiente.
Me coloqué una bata para cubrir la lencería al igual que lo hizo él, ambos salimos de la habitación, encontrando un relajo en todo el pasillo de habitaciones, según lo que nos había explicado Magali, los chicos que habíamos conocido no eran los únicos bailarines, también había otros que iban solo de vez en cuando y parecía que todos habían decidido ir en ese día.
Conall y yo daríamos tres shows a lo largo de la noche, el primero con una canción de River, el segundo con Unsteady , y por ultimo iba a ser el cierre total de todo lo que presentarían en esa noche, al ser los estelares, todos los reflectores se fijarían en nosotros y por supuesto que era necesario que cerráramos el show con broche de oro.
Habíamos ensayado bastantes pasos como para poder presentarlos en un concurso, habían sido horas interminables de ensayos y estábamos completamente listos para todo lo que tuviéramos que hacer en nuestra presentación.
Llegamos a una pequeña sala que Andréi nos había asignado, con el fin de que pudiéramos hablar completamente en privacidad y que nadie nos molestará, ahí nos esperaba todo nuestro equipo, aunque era pequeño y no éramos muchos en realidad era lo mejor que podíamos hacer, pues de esa manera no llamaríamos demasiado la atención.
El club abría todos los días de la semana pero solamente existían shows viernes, sábado y domingo, habíamos logrado investigar y saber que existían personas que traficaban esa sustancia dentro del lugar, así que habíamos completado la primera fase de la misión, sin necesidad de infiltrarnos más allá de la cantina.
—Buenas noches—murmuré—. Esta es una misión sencilla qué se dividirá en 3 fases alrededor de este fin de semana... la primera es la ubicación de los objetivos, la cual ya fue completada las noches anteriores, encontramos quiénes están detrás de todo y quiénes están poniendo en peligro al mundo entero con la sustancia que estan distribuyendo. Smirnov y Pávlov, quedan encargados de la captura de los que ya ubicamos, de manera discreta y sin levantar sospechas.
—Si, señora
—El segundo paso lo realizaremos hoy mismo y si nos da tiempo realizaremos el tercero, el segundo se trata de canalizar y lograr ubicar realmente a quienes son los que lo compran y quiénes son los que lo distribuyen, tenemos el nombre del cabecilla que está detrás de todo sin embargo podemos tener en cuenta que hay más personas que están creando esta sustancia, así que alguien de nosotros comprará esa sustancia para saber quién está detrás de todo. Muni y Kim H, se encargarán de ello— ordené.
—Si, general—contestaron ambos a la vez.
—Mantengan los ojos bien abiertos, no queremos sorpresas desagradables, esta es una misión sencilla y mañana por la noche podremos estar partiendo a nuestro hogar. Así que todos hagan el trabajo que les corresponde y cúbranse la espalda si es necesario que lo hagan ¿Quedó claro?
—Si, general.
—Bien, nosotros nos moveremos desde el interior, pero estén pendientes a cualquier señal que les demos, si vemos que ocurre algo durante los shows se los haremos saber para que ustedes intercepten a las personas que han consumido esa sustancia o que en su caso la están distribuyendo, nadie hará un solo movimiento sin que sea autorizado por mí. Álex, encárgate de enterarte de lo más que puedas como Barman—ordené.
—Si, señora.
—Por último, Kim G, investiga quien es el cabecilla de los que estan aquí—murmuré —. Si lo encuentras esta noche, quiero que mañana lo busques por todos lados y me des la información necesaria para destruirlo.
—Si, general.
— El último paso, el que será el final de esta misión que nos hará ir a casa, es realizar la captura. Pero debe ser algo completamente discreto, sin causar conmoción, El coronel Harrison, el general Lombardo y yo estamos encargados de ello, todos los demás deben permanecer completamente con los ojos abiertos, no queremos ningún altercado.
—De acuerdo, señora—aseguraron todos.
—Bien, todos a sus puestos y recuerden, no realizan ningún movimiento hasta que yo lo autorice y lo escuchen por mi propia voz, no quiero sorpresitas que nos lleven a estar más tiempo en este lugar, terminemos con todo lo que tenemos que hacer y volvamos a casa para poder continuar con las misiones que tenemos en puerta. General Maxim, usted debe de permanecer atento para el momento de la captura, aunque pensándolo bien usted es de seguridad, así que cualquier cosa extraña no dude en decírmelo inmediatamente.
—Bien—aseguró con una mueca.
—Cuídense la espalda uno con otro, no bajen la guardia y volvamos todos sanos y salvos a casa—murmuré —. Es una orden.
—Si, general—escuché la respuesta de todos.
—Bien, vayan a sus posiciones, tenemos culos que patear.
Todos se pusieron de pie y comenzaron a salir de la habitación, todos a excepción de Arniel. Conall me miró por un par de segundos, preguntándome con la mirada si era buen momento para irnos o debíamos quedarnos, habían pasado meses desde que habia ocurrido su traición, pero era extraño estar a solas con él en una sola habitación.
—Creo que deberíamos ir a ensayar un poco más—murmuré.
Me puse de pie, seguida de Conall, no era que esperásemos que Arniel hablara, pero vagamente creíamos que podía ocurrir algo así y por eso no nos habíamos ido inmediatamente, sin embargo al ver que estaba igual que las otras veces que lo habíamos visto, no tenía el mínimo sentido tratar de entablar una conversación con él cuando parecía que nos odiaba, cuando él era el que nos había hecho sufrir.
—Keylani, Conall—llamó.
Ambos nos detuvimos al escucharlo.
—¿Sí? —preguntó Conall, tomando mi mano.
Se puso de pie pareciendo dudar sus siguientes palabras, quizás no expresaba demasiado con su mirada, pero podía ver en sus gestos que realmente quería decir algo que no estaba carcomiendo por dentro, quizás había cambiado pero seguía haciendo los mismos gestos desde que lo conocía.
—Hacen una hermosa pareja, como siempre debió ser—murmuró, sin decir nada más.
Antes de que cualquiera de nosotros pudiera decirle algo o responder al extraño halago, Arniel tomó camino y salió de la oficina, dejándonos completamente solos, con mil preguntas y ni una sola respuesta a lo que estaba ocurriendo.
—¿Qué rayos fue eso? —murmuré.
—No tengo ni la menor idea, amor—murmuró —. Fue realmente extraño, pero últimamente todo lo relacionado a él es extraño...
—Exacto—murmuré—. Creo que debemos dejar de pensar en eso, tenemos una misión en juego y despues debemos regresar a casa para continuar con las misiones asignadas...
—Si—aseguró besando mis labios con delicadeza—. Vamos, mi amor... demostremos la química que tenemos.
—Creo que no es necesario demostrarla—murmuré, recordando las palabras de los chicos—. Todos creen que tenemos una gran tensión sexual... así que no es muy difícil...
—Gatita, no me tientes—gruñó —. Porque soy capaz de tomarte sobre el maldito escenario.
—Ese es mi trabajo—murmuré guiñando un ojo—. Tentarte y hacer que me desees, amor...
—Sin que me tientes ya te deseo—aseguró, dejando otro beso sobre mis labios—. Eres mi jodida fantasía...
—La fantasía que puedes tener cuantas veces quieras—aseguré, devolviéndole en beso—. Siempre puedes follarme cuando tengas ganas, amor...
—No necesitas decírmelo, amor—aseguró —. Te deseo tanto que si pudiera, te llevaría a una jodida isla desierta donde solo estuviéramos tú y yo.
—Deberías considerarlo para mi próximo cumpleaños—murmuré guiñándole un ojo—. No sería mala idea poder estar en una isla desierta con mi novio.
—Tu Prometido, amor—aseguró, tomando mi mano izquierda donde estaba mi hermoso anillo —. Este anillo dice que eres mi prometida, sólo mía.
—Presumido—murmuré.
—Te gusta que lo sea.
—¡Tortolitos! —canturreó Archie—. No nos hagan esperar más, debemos empezar en show.
—Archie, a veces te odio enserio—aseguró Conall con un bufido.
—Me amas—murmuró riendo—. Hablo enserio, necesitamos comenzar con el show.
Solté una pequeña risa, sonriéndole a mi novio. Tomé su mano y nos dirigí a ambos hacia el pasillo donde Archie nos guiaba.
—¿Está todo listo?
—Si—aseguró —. Ya intervine en todas las redes y Nick está en la puerta, será fácil ubicar a nuestro objetivo.
—Bien.
Caminamos hacia el lugar indicado, a dónde se encontraban los camerinos donde estaban todos los que nos acompañarían en el show, Archie estaba encargado de toda la seguridad de los artistas, así que estaría con nosotros, demasiado cerca para reaccionar en caso de ser necesario.
—Bien, dejen que sus cuerpos los muevan y los guíen durante el baile, no piensen en que alguien los está viendo o que tienen a más de 1000 personas como público, sientan que sólo son ustedes 2 sobre ese escenario en donde cae agua. Véanlo como en la ducha, pero sin follar—aseguró Magali—. Ambos son grandes bailarines así que no le será demasiado complicado adaptarse a estar ahí enfrente.
Solté una pequeña risa. Esa analogía era demasiado asertiva, habíamos estado follando minutos atrás en la ducha y claro que habíamos dejado que nuestros cuerpos nos guiaran, no sería muy difícil hacer lo mismo en un escenario.
En cuanto nos acercamos más al lugar, escuchar la música sensual inundando todo el espacio donde se encontraría el escenario donde tendríamos que bailar, incluso aunque había una cortina que separaba a los camerinos del escenario podían verse las luces tintineantes de diferentes colores que iluminaban todo a su paso y a lo lejos bajo la música podía escucharse el murmullo de las gentes que seguramente estaban acaparando todo el club.
—Chicos, salen en diez—murmuró Magaly.
—Daremos la bienvenida y ustedes continuarán con el show estelar—murmuró Oscar—. Lúzcanse allá afuera, el escenario es suyo, levanten pollas y mojen coños.
—¡Oscar! —gritó Magali.
—Eso haremos—murmuré riendo.
La música comenzó a sonar dando inicio al show, en el participarían todos nuestros compañeros a excepción nuestra, pues al ser las estrellas estelares de la noche nosotros teníamos nuestro propio momento de baile, los demás se encargarían de distraer la atención de todos los clientes que había en el lugar.
—Key—murmuró Archie, acercándose a nosotros—. Nick capturó ya todos los que tenían ubicados, están arrestados en el cuarto donde llevamos a cabo nuestra planeación.
—¿Quiénes saben de ello?
—Si lo preguntas por Arniel y Maxim, no estan enterados—aseguró —. Las personas que lo saben son parte del equipo Alpha, tus hermanos, Nick, Álex y Muni.
—Bien. Que se mantenga así. Creo que después de todo nos iremos mañana por la mañana a casa, o quizás esta misma noche...
—Salgan a lucirse—aseguró —. Y por favor, no follen sobre el escenario.
—No me pidas cosas imposibles—murmuró Conall, mordiendo con delicadeza mi cuello.
—Joder, ustedes parecen malditos vampiros mordiéndose todo el tiempo—murmuró.
—Como si tu no lo hicieras con Julia—se burló Conall —. Amor, es momento de salir y demostrar lo mucho que nos deseamos.
—Creo que eso es fácil—aseguré, guiñando un ojo en su dirección.
Conall tomó mi mano, guiándome hacía el pasillo que llevaba directamente a los escenarios, por algún motivo sentía que volaba cada que su mano sujetaba la mía, por lo que nisiquiera sentía pánico escénico al caminar por el estrecho pasillo.
Me quité la bata al mismo tiempo que Conall, ambos quedando solamente con el vestuario que era necesario para el baile. Escuchamos la voz del presentador a lo lejos, marcando nuestra entrada.
—¡Fuego y Combustible, tentación pura! Amantes por la noche, pareja por él día ¿Estan listos para ver arder el escenario? Con ustedes, ¡Isla y Diesel! ¡La dulce tentación!
River comenzó a sonar en lo alto del escenario, mostrando que era momento de nuestra magnifica entrada, todos aplaudieron mientras nos habríamos plaza en el escenario. Bailamos, dándolo todo en el escenario y dejando que nuestros cuerpos bailaran de esa manera tan única que teníamos. Ambos desaparecimos cuando las luces se apagaron.
—¡Felicidades! ¡Echaron chispas! —chilló Magali.
En la segunda función, fue de la misma manera, ambos nos conectábamos perfectamente, haciendo crecer más y más el deseo entre nosotros, nuestras respiraciones agitadas y el deseo creciente se notaba desde lejos, era algo realmente único poder compartir eso con él.
Cuando desapareció a la mitad de la segunda canción, como estaba acordado, seguí con mi show hasta terminarlo. Recibí cientos de halagos y gritos eufóricos al terminar en una pose de derrota, al ser una canción que demostraba el terror al abandono, era perfecto.
—¿Alguien vio a mi novio? —pregunté al entrar a los camerinos, para poder cambiarme por un nuevo atuendo—. No tenemos mucho tiempo para prepararnos para el cierre.
—Él y Camille fueron por algo a las habitaciones—murmuró Magali—. Creo que Conall olvido su vestuario para el tercer acto...
—Entiendo—aseguré—. Iré por él, no tenemos mucho tiempo para que lleguemos al final del Show estelar.
—Chica, nos vas a traer cientos de clientes nuevos, tus shows estan arrasando con todo, ya van veinte hombres que preguntan por tus privados.
—No estoy interesada—aseguré con una sonrisa—. Ya tengo a mi hombre que me da privados...
Magali soltó una pequeña risa, regresando la mirada a Erick, quien se preparaba para su solo. Me encaminé a los pasillos en dirección a las habitaciones y encontré a Archie, quien llevaba un tercer hombre esposado.
—Nos quedan tres más—aseguró —. Nick está detrás de uno de ellos y Arniel está en el lado sur, tiene a la vista a uno.
—Bien—aseguré—. Vi otro en el palco VIP, has un rondín.
—Como lo ordene, jefa—aseguró con una sonrisa juguetona—. Por cierto, creo que has causado una gran conmoción allá afuera.
—Bueno, si no triunfo como general, quizás pueda dedicarme al Striptease—aseguré, guiñando un ojo en su dirección.
—No creo que tu prometido este muy de acuerdo con ello.
—Estoy segura de que pagaría todos los privados—me burlé.
—Por supuesto, es un maldito lunático posesivo.
Solté una carcajada y me encaminé hacia la habitación que compartíamos, esperaba poder encontrar a Conall en el camino o por lo menos a Camille, pero no habia rastro de ninguno de los dos.
Abrí la puerta de la habitación y me quedé completamente en blanco, Conall estaba completamente desnudo, parado frente a la cama mientras Camille estaba acostada, con las piernas abiertas y metiendo sus dedos en su coño.
—¿Qué mierda? —dije perpleja.
—Isla...—susurró Camille, cerrando las piernas.
—No es lo que piensas—se escusó Conall.
—¿No? —pregunté—. Ella, con las piernas abiertas sobre nuestra cama, el coño mojado y tu desnudo con la polla entre las manos. ¿No es lo que pienso?
—Yo...
—Lárgate, Camille o me asegurare de coserte el maldito coño de forma que no puedas volver a tener a nadie cerca ¡Largo!
La mujer soltó una exclamación de terror, mientras salía corriendo del lugar. Miré a Conall, no iba a reaccionar de una forma tonta antes de aclarar las cosas, sabía que podía haber una jodida explicación, pero no tenía la menor idea de que era lo que ocurría.
—Explícate—ordené.
—No paso nada, amor—murmuró.
—¿Entonces? ¿Qué hacia ella abierta de piernas y tú desnudo?
—Vine a cambiarme, olvidé mi vestuario. Ella me siguió y no me di cuenta, me concentré en buscar el vestuario y cuando me di cuenta, ella estaba desnuda, con las piernas abiertas sobre la cama—murmuró —. Yo ya me habia desnudado e iba a correrla, pero en ese momento entraste tú
—Chicos, salen en cinco—escuchamos la voz de Magali del otro lado.
—Deberíamos ir...
—No hasta que entiendas que jamás, ni aunque mi puta vida dependiera de ello, te seria infiel—gruñó, acercándose a mí, tomando mis hombros para que lo viera.
—¡Joder, Conall! No soy insegura, sé que no me engañarías, pero no puedo evitar sentir que los malditos celos me consumen cada que alguien se te ofrece.
—¿Y cuándo piensas entender que para mí no hay nadie más? ¿Cuándo vas a entender que sin importar que se desnuden frente a mí, me den maldito viagra o bailen eróticamente frente a mí, no van a causar una sola reacción de mi cuerpo porque la única mujer que es capaz de Excitarme y hacer que se me ponga dura es cierta muñequita de ojos verdes? ¿Cuándo vas a entender que me importa una mierda todas las mujeres a nuestro alrededor, nadie es capaz de ponérmela tan dura como tú o de hacer que mi corazón lata queriendo unirse al tuyo?
—Yo...
—Te amo, Keylani—susurró pegando nuestras frentes—. No tengo ojos para nadie, si estuviésemos en una habitación con cientos de mujeres desnudas, nisiquiera sería necesario que las mirara, porque te buscaría a ti una y otra vez, sin importar absolutamente nada, nisiquiera habría cuestión de elegir, porque yo te elegí desde el primer momento que tus ojos conectaron con los míos ¿Es tan difícil entender que yo te amo solo a ti? ¿Qué a la única que deseo es a ti? ¿O que tengo que hacer para demostrártelo? —gruñó, empujándome con delicadeza contra la puerta de la habitación—. Lo entiendo ¿Sabes? Sé que te pones celosa, poque yo me pongo igual cada que alguien se te acerca, cada que alguien respira a centímetros de ti tengo ganas de matarlos por atreverse a estar en tu campo de visión, pero aun asi, trato de controlar esos malditos impulsos y centrarme en que sólo me amas a mí... Te amo, joder, te amo tanto que deberían encerrarme en un maldito psiquiátrico, asi que dime ¿Cómo carajos te demuestro que eres la única?
—Conall...
—No me digas que no es necesario, porque es claro que lo es—aseguró —. Vamos a dar el show, hablaremos toda la noche sobre ello ¿Sí?
—Conall... Yo...
Tomó mi mano, sin darme oportunidad a hablar, nisiquiera me habia percatado de que se encontraba con el bóxer que utilizaría para el show. Queria llorar por ser tan malditamente celosa, pero me hervía la sangre saber que alguien más se atrevía a mirarlo cuando yo queria que él fuera solo mío.
Debía considerarme una completa lunática por tener ese tipo de pensamientos tan posesivos, él siempre me habia demostrado la fidelidad, en todo caso él debía ser el que me hiciera dramas por cualquier estupidez, considerando que yo me habia metido con su mejor amigo e incluso me habia atrevido a tener una relación con ambos.
Él pareció captar el hilo de mis pensamientos, tomó entre sus manos mis mejillas e hizo que lo mirara.
—Hey, nada de ir por ese lado—farfulló—. Escucha, no me importa si estuviste con ambos, fue algo que yo consensue y que él en su momento también lo hizo. Entiendo que tengas este tipos de ataques de celos porque yo también los tengo, cada que alguien, incluso Archie o Nick se te acercan, tengo ganas de cortarles la polla por mirarte, asi que entiendo perfectamente—aseguró —. Pero quiero que entiendas una cosa, jamás seré capaz de ver a otra mujer como te veo a ti, mi cuerpo no reacciona a nadie más y mi corazón no late por alguien más, solo por ti... así que grábatelo bien en tu cabeza y tu corazón, no importa si estoy en un lugar encerrado con mil chicas, siempre serás tú la que despierte todo en mi ¿Quedo claro?
—Sí—susurré.
—Eso no me suena convencido—murmuró—. Te lo demostrare...
Sin decir absolutamente una palabra más, tomó mi mano y nos guio a ambos afuera de la habitación. Debía concentrarme en la misión, para eso estábamos ahí, pero no podía con mi mente atacándome con cientos de inseguridades que era claro que se trataba de idioteces sin sentido.
—Isla—llamó Archie, seguramente refiriéndose a mi como general.
—¿Sí? —pregunté.
Conall me dio una pequeña sonrisa y antes de que pudiera hablar, se alejó de mí, dejando mi mano completamente vacía y un hueco en mi pecho aún peor. Me sentía abrumada, me estaba comportando como una maldita loca celopata, pero era imposible poder controlar mis acciones cuando habia visto a una mujer desnuda abierta de piernas a mi hombre.
—¿Me escuchaste? —preguntó Archie con una ceja levantada.
—No, lo siento...
—Son tal para cual—aseguró rodando los ojos —. Arniel descubrió que no solo son personas "ordinarias" por así decirlo, los que trafican la droga aquí adentró. Hay dos cabecillas en la sala VIP, que casualmente han quedado completamente idiotizados por ti y estan tratando de convencer a Andréi de que les des un privado.
Reprimí las ganas de sacar mi arma y descargarla contra los bastardos que estaban solicitando un privado. Sabía de qué iba el trabajo como bailarina en ese club, no era prostitución, incluso tenía entendido que en las reglas se especificaba que el cliente no podía tocar en lo más mínimo, pero me daba asco tener que bailar a dos desconocidos.
—Dile que acepté—murmuré—. Voy a entrar, interrogarlos e inmovilizarlos, es algo relativamente sencillo, así que no debo de tener tantos problemas para hacerlo... ¿Algo más que deba saber?
—Los ministros enviaron refuerzos, acabo de ver entre la gente a Lizeth y América.
—Bien—aseguré —. Tráelas a los camerinos despues del Show ¿De acuerdo?
—Si—aseguró con una sonrisa.
—Y distrae a Conall, se pondrá como fiera cuando sepa que daré un show privado.
—Yo quiero ver eso—aseguró riendo.
—Yo no—murmuré—. Le acabo de hacer una escena de celos...
—Todos lo escuchamos—aseguró —. Deben de ser menos intensos... joder, todo estaba ardiendo por su pelea, hasta miedo me dio.
—Que te den, Archie—gruñí.
—A ti es a la que te van a dar, princesita—aseguró riendo—. Anda, tu novio se pondrá celoso si te ve hablando demasiado conmigo, no entiendo cómo pueden congeniar tanto si ambos son más tóxicos que el jodido Chernóbil.
—Amenazó con cortarte la polla—murmuré.
—¿Ves de lo que hablo? Necesitan bajarle dos rayitas a su radioactividad, van a destruir el puto mundo si siguen así—murmuró y solté una pequeña risa.
—Isla—llamó Andréi, interrumpiendo mi conversación—. Sé que me diste ordenes específicas de negar cualquier privado, pero... bueno... te estan solicitando y tu gente afirma que se trata de los cabecillas en mi club... no me suena tan descabellado, ya que vienen todos los días...
—¿Un privado?
—Si—aseguró —. Nadie te tocara... no me importa en dinero en realidad, lo único que quiero es hacer que atrapen a los que estan jodiendo mi club...
—Bien—acepté —. Pero asegúrate de cobrarles bien a esos hijos de puta, de dejarlos en la quiebra.
—Me da miedo tu mente macabra—murmuró Archie a mi lado.
—Debería hacerlo—aseguré—. Prepara al equipo para la captura y trae a los refuerzos a los camerinos, necesitamos que interroguen a esos bastardos antes de llevarlos a los separos de la base en los Ángeles. También, informa a los ministros sobre lo que hemos encontrado e informales que tenemos a dos cabecillas, yo me encargo de ellos. Y algo más privado, mantén los ojos en Maxim y Arniel, tengo una mala intuición.
—Tus intuiciones dan miedo—murmuró—. Pondré atención en ello... Ve a dar tu ultimo Show.
—Yo me encargare de enviar a esos bastardos a un privado.
—Mantengan a Conall alejado—ordené—. No quiero que les corte la polla antes de tiempo.
Ambos hombres soltaron una pequeña risa.
—Como ordene, señora—aseguró Archie.
—¡Oh! y mantén a Camille lejos de mi prometido o haré que no quiera volver a tener nada a metros de su coño—gruñí.
Archie soltó una carcajada mientras me alejaba de ellos. Realmente tenía razón al decir que éramos más tóxicos que Chernóbil, no éramos celosos a un grado enfermizo, pero si que nos celábamos cada que teníamos oportunidad y era como una patada al hígado cada que alguno de los dos se sentía celoso, no era inseguridad, era más bien ese sentimiento extraño de querer pertenecernos y reclamarnos como nuestros.
.
.
.
¿Qué les pareció este capítulo?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top