Capítulo 63.
Chantaje.
"La sangre es el precio de la victoria. "~ Carl von Clausewitz.
En la vida no es un determinado todo lo que puede ocurrir en un momento u otro, en realidad nunca sabemos si lo que estamos viviendo es temporal o permanente, si la tranquilidad por la que estamos atravesando permanecerá durante un par de días o quizás un par de décadas, porque la vida es así, tan impredecible que realmente no sabemos en el momento que todo se joderá y los esfuerzos realizados para tener una vida tranquila se irán por el caño.
Realmente siempre había odiado las historias con final feliz, sin embargo también había odiado siempre aquellas con un final trágico en el que los enamorados se sacrificaban para proteger al otro, quizás era algo hipócrita de mi parte considerando que yo me había sacrificado y había sacrificado mi vida para poder mantener a salvo a las personas que yo amaba.
El libro que más había odiado era Romeo y Julieta, me gustaba Shakespeare, ese trágico final era tan fantasioso como el felices para siempre y aunque en realidad jamás había tenido un género literario favorito, detestaba los dramas y los cliché con felices para siempre, pero todo cambió cuando conocí al amor de mi vida, con él quería que tuviésemos uno de esos finales en donde todo se convertía en magia y felicidad después del primer te amo, quería que todo se resolviera y pudiese vivir el amor con él, el amor que nos teníamos uno al otro.
Pero eso era algo prácticamente imposible considerando todo lo que estaba nuestro alrededor, cosas que se empeñan en jodernos la vida y que no podíamos hacer nada al respecto para cambiar ese destino o esas cosas qué ocurría en los momentos menos indicados. No podíamos encerrarnos en una isla para no vivir nada del dolor que el mundo exterior implicaba, sin embargo, estaba deseando que por primera vez la vida me escuchaste y me dice la tranquilidad que necesitaba para poder vivir al lado del hombre que amaba y del pequeño niño que consideraba mi hijo.
Pero la vida es caprichosa y claramente eso no me lo daría, me haría sufrir realmente y yo no podía hacer nada al respecto. Sabía que todo lo que habíamos enfrentado antes no se compararía con lo que estaba por ocurrir en ese momento, era como si algo nuevo en mi corazón se hubiese despertado y me alertara de todo lo que estaba a punto de estallar, las bombas que explotarían por la envidia y el deseo de poder.
Verdaderamente todo lo que ocurre en la vida era algo que estaba destinado a ser, todo lo que había en el nuestro alrededor yo era consciente de que realmente pase lo que pase siempre ocurriría algo que me haría reflexionar sobre lo vivido, y no existía una especie de amuleto para llamar a mi vida lo malo con mis pensamientos o de cierta forma con negatividad, pero toda mi vida había sido así, cuando disfrutaba de un momento de tranquilidad, sabía que estaba a nada de vivir en una tormenta.
Los periodos de felicidad normalmente eran más cortos que los períodos de tormenta, era como si la Primavera durase un par de semanas y el resto de año se convirtiese en un crudo invierno, eventualmente así como la calma llega también se va, así que no podemos hacer nada contra la naturaleza y menos contra un sentimiento que realmente es escaso en la vida.
Sabía que el entrar como candidata era ponerme en las primeras filas de los mafiosos que estaban buscando destronarnos del trono, por qué nadie sacaba de mi cabeza que las cartas que habían llegado supuestamente al CMI, era de mafiosos a los que mis padres eran un estorbo que siempre terminaban con el fracaso de sus cientos de planes para la conquista del mundo. Así que era claro que otra Kim en el poder implicaría su desgracia.
Era consciente de que se meterían con mi familia, era una ley de vida que hicieran eso, los mafiosos fichaban a la familia como los que les estorbaban y no les importaba matar con tal de conseguir lo que deseaban.
Lo que habia iniciado como la presentación de una campaña, terminó con una ira desatada por la noche. El panorama al llegar al residencial no era muy alentador, todo lo contrario, parecía que en ese lugar habían explotado cientos de bombas que habían destronado completamente el momento feliz que estábamos atravesando. La casa, donde se suponía se encontraba Nial, Lucy y Katy, estaba completamente destruida, salía humo por las ventanas, señal de un incendio devastador.
Incluso, el auto de los escoltas que habia enviado para cuidar al pequeño niño y a las nanas, estaba lleno de plomo, las perforaciones se extendían por las puertas y no era muy difícil ver que habían destruido por completo el motor del auto. Podía sentir a Conall temblar a mi lado, se trataba de su hijo y también del niño que yo también consideraba mío, era algo completamente mierda, saber que podía estar indefenso o carbonizado.
—Quiero el reporte—ordené a Nick.
—Key...—murmuró, tratando de convencerme de dejar el caso.
—Aun nada me une a él—murmuré —. Puedo trabajar en la búsqueda.
Nick suspiró, pero no se negó.
—La guardia civil, recibió una alerta de incendio hace un par de horas, como es debido, nos informaron solo por protocolo, no nos percatamos de que era en este lugar hasta que uno de los nuestros vino a revisar—murmuró —. La casa es de uno de los sargentos de la base, Dylan Friedman. Su hijo es amigo de Keyniall.
—Lo sé—murmuré—. Nosotros le dimos permiso para venir... pero ¿Qué fue lo que ocurrió para llegar hasta aquí?
—Nadie sabe, los bomberos y el cuerpo de rescate de la IISMFCMO, ya buscaron sobrevivientes, pero no hay...
Sentí una pequeña punzada en mi corazón, no podía imaginarme una vida sin ese pequeñito que se la pasaba jugueteando todo el tiempo y pidiendo pastel de chocolate. Sentí que Conall apretaba más mi mano, en señal de que se encontraba vulnerable.
—Sin embargo...—Mik, la novia de Nick se internó en la conversación—. Tampoco hay restos humanos o materia biológica, no importa el tipo de flamante que utilizaron, incluso si fue una bomba, hubiésemos encontrado algo.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Conall, regresando a sí mismo.
—Qué el incendio se produjo sin que nadie estuviera dentro—aseguró—. Por lo que suponemos, puede tratarse de un secuestro y el incendio sólo fue una distracción, querían que supiéramos lo que ocurría.
—¿Dónde está el sargento? —pregunté.
—Tratamos de localizarlo, pero al parecer, también se encontraba con ellos—murmuró Nick.
—He rastreado los chips de todos—murmuró Archie—. La última ubicación es del otro lado de la ciudad, lo que significa que pudieron detectar los chips y extraerlos o estan dentro de un campo magnético.
—¿La tecnología de Schiavone? —pregunté.
—Si—aseguraron, Nick y Archie.
—General—saludó Álex—. Encontramos esto en la revisión...
Álex me mostro una memoria USB, algo que claramente había dejado de existir desde casi diez años atrás, pero algunas mafias seguían usándola como parte de amenazas o detonadores de bombas. La memoria USB, tenía el logo que claramente pertenecía a los Schiavone, pero también, habia un logo, con una corona dorada que rodeaba una L, de la que se desprendían lo que parecían ser enredaderas de espinas.
—Schiavone y Lombardi—murmuré.
—Quieren que sepamos quienes estan detrás de todo—murmuró Nick.
—Coincido—murmuró Conall—. Deben estar enterados de todo lo que nos ha estado ocurriendo estos meses, por eso se llevaron a Niall.
—En estos momentos, es el más vulnerable—murmuré—. Conall... sabes que...
—Muñequita—murmuró —. No voy a dejar a mi hijo solo, se las reglas y si quieres...
—No iba a interponerme—murmuré —. Solo te iba a decir que sabes que el proceso debe comenzar en cuanto antes.
Conocía las leyes de la IISMFCMO, donde no podía haber privilegios y cosas por el estilo, pero no le prohibiría a mi novio buscar a su hijo y yo tampoco dejaría de buscar a Niall, ni aunque tuviésemos todo en nuestra contra dejaría que el pequeño Niall sufriera las consecuencias de la ambición, sabía que todo estaba conectado con la campaña y con mayor ímpetu queria ganar el puesto, solo de esa manera lograría garantizar la seguridad de las personas que amaba, no dejaría solo a mi pequeño Nial.
—Quiero equipos recorriendo las calles—ordené—. Rastrea como sea posible los chips, usa los satélites de ser necesario, pediré permiso a las potencias para hace uso de ellos. Todos son rehenes y los traeremos de regreso.
—Si, señora—murmuraron Nick, Álex y Archie.
—Conall—murmuré—. Debemos encontrar todas las redes que conecten a las Schiavone con los Lombardi.
—Key—murmuró Mar, antes de que pudiera continuar—. Encontramos esto, es claro que fue algo personal, pero lo extraño, es que no sabemos cuál de las mafias está detrás de esto... La memoria USB tiene los logos de los Lombardi y los Schiavone, pero esto tiene el sello que claramente es de los Nikolaev
—¿La Bratva? —pregunté.
—Eso parece...
—¿Por qué tres mafias diferentes estarían planeando esto? —preguntó Conall—. Lo increíble es que pensaran en atacar al mismo tiempo y...
—Quizás lo hicieron juntos—murmuré—. Quizás, no nos hemos dado cuenta de que ellos han estado trabajando en nuestras narices—murmuré—. Puede que las tres mafias estén coludidas en una sola, estan...
—Buscando volver a la monarquía—complemento Conall.
—Si—aseguré—. Perdieron a su rey, pero no pueden tener tanto poder si no tienen un regente que no tenga miedo a morir, necesitan a alguien que los represente y en estos momento Schiavone no tiene gente, por lo que puede que los Lombardi, hayan tomado el poder del clan mientras llega alguien que pueda regir el imperio Schiavone.
—Eso tendría sentido del por qué la memoria tiene los dos logos—aseguró Mar—. Estan trabajando juntos...
—¿Una tregua? —preguntó Alex.
—Puede ser—murmuré—. Smirnov, has un análisis completo de las probabilidades de una unión, además de un análisis de los lugares donde pudieron haber ocultado a los rehenes. Necesito a tres equipos buscando por cada rincón del planeta, los demás, esperan indicaciones.
—Si, general—murmuró Archie con un saludo militar.
—Álex, quiero que investigues cualquier conexión que pueda llevarnos a los criminales que secuestraron a personas indefensas y el motivo por el que también se llevaron a uno de nuestros sargentos.
—Si, señora—murmuró.
—Marlen—llamé—. Interroga a Guilo, que nos de información...
—No ha querido hablar desde que estuvo con ustedes...
—Tienes permiso de tortura—murmuré—. Saca toda la información que puedas, si no coopera, iré yo...
—Si, señora—murmuró —. En estos momentos es nuestra única conexión ¿Cierto?
—De hecho—murmuré —. Preparen una entrevista con Schiavone—ordené.
—No—gruñó Conall—. Ese idiota no puede comunicarse con nadie, seguramente...
—Conall—murmuré—. Debemos de agotar todas nuestras posibilidades para traer a salvo a Niall y a todos los rehenes, eso implica que tenemos que comunicarnos con Schiavone, lo conocemos y sabemos que puede tener contacto con alguien de afuera... No va a querer revelar información a nadie, solo a mí y...
—No—gruñó —. Me niego a que ese hijo de puta este cerca de ti.
—Conall tiene razón—murmuró mi padre, quien nisiquiera habia notado que se encontraba a unos pasos de distancia.
—Papá...
—No—murmuró—. Nadie va a tener contacto con ese bastardo, menos tú que sufriste cuando te secuestro.
—Precisamente, porque me secuestro y estuve a su lado durante casi dos semanas, se de lo que es capaz ese bastardo, sé que puede dar órdenes que van a seguir al pie de la letra y sé que no se va a quedar quieto aunque este en ese lugar. Conocí su sadismo y sé que es un hijo de puta que no se va a tentar por nadie...
—Exacto—gruñó—. No se tienta con nadie... va a hacerte daño si te acercas a él, va a revivir tus más profundos temores y...
—Perdí el miedo de eso hace mucho—murmuré con determinación—. Ese bastardo ya me ha jodido la vida como para que aun en la puta cárcel lo siga haciendo...
—Yo puedo interrogarlo—murmuró Nick—. Yo tampoco estoy de acuerdo en que te arriesgues asi... pero te conozco como para saber que nada ni nadie te sacará la idea de la cabeza. Yo puedo interrogarlo mientras tú supervisas todo... No le tengo miedo a ese criminal y se hacerlo hablar... tú podrás estar detrás del cristal de interrogatorios...
—Eso me parece algo más razonable—murmuró mi madre—. Eres una general, pero sabes que ese monstruo sigue obsesionado contigo y es un peligro que estes tan cerca de él...
—Bien, está en el Iron Pentagon Cage en una celda común—murmuré—, debemos...
—Sobre eso... no está en una celda común...—murmuró mi madre—. Era demasiado peligroso para otros reos, por lo que fue trasladado a otra celda apartada...
—No hay celdas apartadas... solo la... ¿Lo llevaron a la VIP? Se supone que debía sufrir...
—Fue la única opción...
—¿Y por qué no me dijeron? —pregunté hacia mis padres—. Creo que ahora no es momento, pero en definitiva tienen que decirme porque rayos yo no estaba enterada de ello...
—Porque te negarías—murmuró mi padre—. Ambos se negarían...—afirmó, señalándonos a Conall y a mí.
Suspiré frustrada, odiaba que no me comunicaran ese tipo de cosas, más cuando se trataba de mi demonio personal que merecía el peor trato posible, pero que seguramente estaba teniendo una jodida celda llena de lujos descarados y quizás, con comunicación al exterior. La ley de la celda VIP, marcaba que cualquiera podía entrar a la sala e incluso tener comunicación vía telefónica de manera controlada, por lo que en ese momento, ya no se me hacía extraño que él estuviese detrás de todo.
—Programen una reunión a primera hora de la mañana—gruñí hacia Marlen—. Entrevista a Guilo y pongan a los candidatos a salvo, no sabemos si también van a tratar de atacarlos, a este paso, todo el mundo criminal quizás este enterado de las elecciones.
—Hija—murmuró mi madre—. Entiendo que estes enojada, pero...
—Es mi hijo—murmuré —. Ese pequeño también es mi hijo, aunque no sea mi sangre lo quiero como si yo lo hubiera dado a luz, asi que no voy a dejar que nada ni nadie lo lastime, no me importa si tengo que demoler al mundo para ello ¿Bien?
—Entiendo ese sentimiento—murmuró mi madre—. Has lo que sea necesario para traer a Niall de regreso, hagan lo que sea necesario para que este a salvo ¿De acuerdo?
—Si—murmuré—. Vayan a descansar... nosotros nos haremos cargo de todo lo que se deba hacer...
Suspiré, mirando en los ojos de mi madre la desesperación que ella habia sentido cuando yo habia desaparecido. Quizás a Niall y a mí no nos conectaba un lazo de sangre, pero si lo hacia el amor que le tenía, era un niño alegre que extrañamente se parecía a mí, su pequeña risa era suficiente para hacer que mi mundo se sintiera alegre y mi vida se llenara de bonitos colores.
Tomé la mano de Conall, diciéndole sin palabras que encontraríamos a su hijo, podía ver su mirada perdida y esos sólo significaba que tenía miedo de lo que pudiesen hacerle al pequeño niño, quizás era muy inteligente, pero nada quietaba el hecho de que estaba en un nido de víboras que eran sádicos y estaban llenos de rabia en su interior.
...
La noche fue desesperante, aunque me negué a dormir, Conall me habia obligado a hacerlo, alegando que ambos debíamos estar fuertes para el momento del rescaté y aunque no estaba del todo de acuerdo, sabía que eso era lo mejor, realmente debíamos estar con fortaleza al encontrar el rastro de Niall. Sabía que no tendrían piedad con nadie, nisiquiera con niños inocentes.
Lo primero que supimos al despertar, fue el llanto de dos parejas desesperadas por la desaparición de sus hijos, quienes estaban también dentro de la academia. Uno era hijo de dos tenientes del ejército Gamma y otro era hijo de uno de los soldados del ejército Alpha, todos esos niños, habían sido secuestrados junto con mi hijo y entendía la desesperación de los padres, porque Conall y yo sentíamos lo mismo.
Caminaba por las paredes, buscando una solución pronta a todo lo que estaba ocurriendo, sabía que Schiavone podía estar detrás de todo, considerando que se encontraba en una celda VIP, pero mi madre me habia asegurado que no tenía el mínimo contacto con el exterior, pues sabían de lo que ese bastardo era capaz. Solo habia recibido un par de visitas de sus abogados y eso era todo.
Sabía que la calma que me habia mostrado la vida, solo había sido un pequeño descanso a la ira que se desataría. No podía evitar recordar los momentos en los que había estado abrazada de Conall, mientras el pequeño niño venía una película con nosotros. O la primera vez en la que me habia llamado mami, sí, quizás no era de mi sangre, pero siempre habia pensado que el lazo sanguíneo era lo que menos importaba cuando existe un verdadero lazo de amor y estaba segura de que Niall también sentía eso, a pesar de ser un bebé próximo para cumplir apenas dos años de vida.
—Quiero ir contigo—murmuró Conall, acunando mi mejilla en sus manos, que me daban el calor necesario para poder enfrentar miles de tormentas.
—Debes quedarte aquí—murmuré —. Nick y Álex estarán conmigo... yo no entraré al interrogatorio...
—Está bien, amor—murmuró, dejando un delicado beso sobre mis labios—. Te amo...
—Yo te amo más, Conall... —le devolví el beso, para tranquilizarlo—. Tienes permiso para autorizar cualquier orden respecto a la misión... Mis padres llegaran en una hora, el consejo autorizo la estrategia de rescaté, pero tienen que informarlo.
—Cuídate—murmuró.
—Tú también... lo vamos a encontrar.
Me puse de puntitas para besarlo una segunda vez. Nuestros labios parecían hechos para el otro, por lo que realmente era hermoso saber que ambos nos pertenecíamos y que deseábamos estar al lado del otro. Sabía que quizás el anuncio de nuestra relación era lo que habia desencadenado la ira de la mafia, pero no me importaba eso, éramos él y yo contra el mundo y eso habia dejado de importarme desde mucho tiempo atrás, ya me habia obligado a mí misma a dejar de amarlo, así que no estaba dispuesta a volverlo a dejar atrás, lo amaba y no lo ocultaría.
Salí del comando, en una de las camionetas junto con Nick y Álex, ambos lo interrogarían, pues no teníamos permitido llevarlo a una sala de interrogatorios por el peligro que representaba, lo tendrían que interrogar en su celda y yo me encontraría en la celda continua, viendo todo el interrogatorio por la pared que tenía visión al otro lado. No podía intervenir y yo era consciente de ello, pero sabía que si ese bastardo decía algo que me llevara a Niall, ignoraría las promesas a mis padres y a Conall, en ese momento me importaba más el pequeño niño que era como mi hijo.
Llegamos al Iron Pentagon Cage como era nombrada una de las cárceles de máxima seguridad en la Gran Ciudad por su peculiar forma de pentágono y estaba construida en su totalidad de hierro, lo que era un material realmente resistente e impedía cualquier forma de escape, era como una jaula enorme, por lo que era imposible para los reos cavar para escapar. Era la cárcel donde habíamos enviado a los Schiavone, no solo para mantenerlos en la Gran Ciudad y evitar una extradición, sino para evitar una fuga planeada.
Para entrar, se realizaba un riguroso registro, donde te revisaban hasta el historial de entradas al sanitario, algo que realmente era necesario, considerando que se encontraban desde psicópatas internacionales hasta mafiosos atrapados. Era parte de la IISMFCMO, pero también estaba en administración del CMI y de la FEMR.
Nos revisaron completamente, despojándonos incluso de nuestras armas reglamentarias, Nick y Álex se prepararon para entrar, mientras a mí, una de las tenientes del lugar, me guiaba a la celda continua, que era más bien una sala de control, donde se turnaban varios guardias para cuidar al bastardo, pues todos sabían lo peligroso que era ese hombre. Yo lo habia vivido en carne propia, quizás no directamente, pero si habia visto su sadismo.
Sentí que mis entrañas se removían al ver al hombre, tenía un moretón en el lado derecho del ojo y una cortada en el labio inferior, pero lucia completamente pulcro, no con un uniforme de reo normal, sino con un traje hecho a la medida y zapatos de diseñador, no tenía idea de porque tenía tantos malditos privilegios, pero parecía que causaba miedo a todos y por ese motivo lo atendían como si siguiera siendo el maldito rey de la mafia.
—¿Por qué no viste un uniforme? —pregunté.
—Tenemos indicaciones desde los ministros—murmuró la mujer—. Además, fue una demanda que el hombre hizo.
—Es un reo—murmuré —. No deberían conceder sus demandas...
—Cuando salga de ahí, todas nuestras familias van a peligrar, por supuesto que vamos a ceder... lo siento.
<<Debí matarlo cuando tuve la oportunidad>>
—Prisionero 20-04, tiene visitas—murmuró el hombre que llevaba a Nick y a Álex.
—¿A qué se debe el honor de tener a grandes mierdecillas en mis aposentos? —preguntó.
Ambos entraron a la habitación sin hacerle caso a sus provocaciones, ambos eran altos y fornidos, pero en comparación a Magnus, seguían siendo pequeños, ambos. Suspiré, sentándome en una de las sillas que me ofrecía la teniente, me coloqué los audífonos para escucharlos con mejor claridad.
—Sabes porque estamos aquí—murmuró Nick—. Habla ...
—¿Los envió mi reina? —preguntó y por un milisegundo giro la mirada hacia el cristal y dibujo una sonrisa sádica —. Al parecer ella está aquí ¿No? Siento su aroma hasta aquí...
—Deja de decir pendejadas—gruñó Álex—. ¿Cuál fue tu maldita orden? ¿Dónde ocultan a los rehenes?
—Lo descubrieron muy rápido, para ser agentes de la IISMFCMO—murmuró Magnus—. Me sorprende de ustedes, pero es claro que mi Ptichka sabe que fue su hombre quien hizo lo que hizo ¿No, mi amor? —preguntó, mirando por segunda vez a la ventana, pero manteniendo la vista fija en un punto, como si supiera que estaba ahí.
—Deja de jugar y dinos por las buenas, ¿Dónde mierda los tienes ocultos?
—¿Yo? Bueno, solo di una orden, como siempre lo he dicho: Se il diavolo parla, i demoni tacciono e obbediscono (Si el diablo habla, los demonios callan y obedecen)
—Sabes que estas confesando un crimen ¿No?
—¿Y que tiene? Ya estoy en la cárcel, asi que ya no pueden darme un peor castigo—murmuró con osadía —. Debo de aceptar que se siente bien estar dentro del juego.
—Es un niño—gruñó Álex—. Mandaste secuestrar a niños y personas inocentes, hasta para ti es caer bajo.
—En mi lista no hay edades, sí implica un estorbo para mí, me deshago de él, y que si no quieren entrar a esa lista mejor irán y van a traer a la mujer que está del otro lado de esa pared para que hable conmigo, su esposo.
—Estas más enfermo de lo que pensamos—gruñó Nick —. No drogas, violas e intentas a asesinar a tu esposa...
—Detalles—murmuró con sorna.
—Dinos lo que vinimos a buscar...
—Denme a mi mujer—murmuró.
Clavó su mirada nuevamente en la pared, como si realmente estuviese seguro de que yo estaba ahí, su mirada ya no me hacía temblar y tenía tanta rabia en mi interior que si entraba en ese lugar estaba segura de que lo mataría, no sólo por todo lo que me había hecho en el pasado sino porque se había metido con mi hijo, que quizás no era de mi sangre pero que yo amaba con todo mi corazón.
—¿Dónde está Dereck Schiavone? —pregunté.
—Está en las celdas comunes, él no tiene privilegios.
—Este hombre tampoco debería tenerlos—murmuré—. Hablaré con los ministros para que lo envíen de regreso a una celda común.
—Eso... eso no es una buena idea... —murmuró —. Vera... la razón por la que está aquí es porque la ministra lo ordeno, después de que Schiavone atacara a dos reos solo porque se le quedaron viendo...
—¿Dónde estan esos reos?
—Uno muerto y el otro en coma—murmuró —. Es un peligro para todos los reos e incluso para todos nosotros... Según su perfil psicológico...
—Conozco su perfil psicológico—murmuré —. ¿Ha dicho algo relacionado con el secuestro? ¿O le dio alguna orden a los abogados que vinieron?
—No—murmuró.
—¿La pantalla está configurada?
—Sólo tiene acceso a ciertos canales, el noticiero de la IISMF, programas de entretenimiento y... solo eso...
—Como lo sospeché—murmuré—. ¿Sabe de quien es el niño? ¿Al que secuestraron?
—Anoche pregunto algo referente a ello. Todos sabemos que es del coronel Harrison, pero no quien es la madre...
—Bien—murmuré.
—¿Qué tiene pensado?
—Necesito que encienda las cámaras—ordené—. E intervengan cuando se los ordene...
—Si, señora—murmuró.
Solté un pequeño suspiro, recordé todo el dolor que habia vivido en mi soledad después de abandonar a mi familia, todo el dolor que habia atravesado en la rehabilitación e incluso el dolor de perder la esperanza de poder ser madre. Dejé que las emociones fluyeran y pronto mis ojos estaban llenos de lágrimas genuinas.
—Déjenme pasar—murmuré.
—¿Está bien? —preguntó la mujer con preocupación.
—No intervengan a menos de que yo lo pida—murmuré.
La mujer asintió notablemente confundida por mis repentinas lágrimas, no había nada que me hubiese desatado ese sentimiento de una manera tan rápida y estaba segura de que me consideraban una loca, pero en realidad eso no me importaba mucho.
La teniente, me guio hacia la entrada de la celda y pude ver la sorpresa en los ojos de Nick y de Álex, ambos totalmente descolocados por mi repentino plan de chantaje. Sabía cuál era una de las debilidades de Magnus Schiavone y esas eran las lágrimas en mis ojos, yo habia sido testigo de que una lagrima mía era capaz de dominar a ese hombre.
—Ptichka—murmuró Magnus.
Parecía completamente idiotizado por mi presencia, sus ojos bailaban por todo mi cuerpo, como si tratara de convencerse de que no era una ilusión y supe que yo tenía el control de la situación, sabía que tanto mis padres como Conall se molestarían por haber roto mi promesa, pero a decir verdad, eso era lo que menos me importaba, necesitaba tener la ubicación de Niall, rescatarlo del infierno que seguramente estaba viviendo.
—¿Qué haces? —logré descifrar en los labios de Nick, sólo negué con la mirada, esperando a que me siguiera el rollo.
—¿C...Cómo pudiste? —susurré, quebrándome falsamente.
Magnus me miró sin entender mis palabras, no sabía si habían estado informándole todo, incluso antes de mi aparición de entre los muertos, pero no podía perder más de lo que ya habia perdido.
—No llores, mi reina—murmuró, tratando de acercarse a mí.
—¡No te acerques! —chillé en un sollozo—. ¡Secuestraste a tu hijo! —grité y sus ojos se abrieron con real sorpresa, llenos de genuinidad.
Nick y Álex me miraron con cara de ¿estas loca?, pero los ignoré, sabía que Magnus estaba idiotizado y obsesionado conmigo, nisiquiera se detendría a averiguar si mis palabras eran ciertas, daría la orden de liberar al pequeño Niall y a todos los rehenes. El chantaje emocional siempre funcionaba con él, lo habia comprobado,
—¿Hi...Hijo? —preguntó.
—¡Si! Nuestro hijo—chillé.
<<Diosas, por favor, que se tragué el cuento>>
—¿Tengo un hijo? —preguntó —. ¿Tenemos un hijo?
—P...Por eso me fui, p...porque tenía miedo de que lo dañaras, es mi niñito, nuestro bebé—murmuré.
—P...Pensé que era de Harrison—murmuró.
—¡Eso le hice creer! Pero es nuestro, es nuestro bebé—murmuré—. Hice creer a todos que Cynthia se volvió loca.
—Pero tiene tres años—murmuró dudando de mis palabras.
Gruñí por lo bajo al darme cuenta de que sabía más de lo que creía, pero no me importaba cuantas mentiras tuviese que decir, lo haría si con ello lograba recatar a mi Niall.
—No podía arriesgarme a que supieras de su existencia—murmuré—. Le cree una nueva identidad, lo hice pasar por hijo de Harrison y así nadie hizo preguntas, todos creyeron que Cynthia era la madre y ella no pudo desmentirme por su locura. Pero... es nuestro bebito, tienes que hacer algo, es nuestro...
—¡Soy el hombre más feliz! —chilló de emoción y sonreí internamente, él hombre podía ser un mafioso pero era un real idiota.
—¡Lo van a matar! —chillé y pronto sentí sus brazos a mi alrededor, reprimí las ganas de vomitar.
—No te preocupes, ordenaré que lo regresen a salvo, a él y a todos.
Ese hombre estaba a mis pies y eso yo lo sabía, el chantaje funcionaba, no dejaría pasar la oportunidad, no sabía nada del pequeño Niall, pero se habia tragado la historia de que era su hijo, no era algo de lo que estaba orgullosa, ese hombre me habia hecho sufrir en grande, pero por lo menos podría regresar a Niall a casa.
—Quiero que lo lleven a casa...
—Eso quizás no sea posible, di la orden de que no lo liberaran por nada del mundo, sin embargo si tú vas, si das la orden de que lo liberen es posible que lo hagan, para ellos todo sigue siendo nuestra reina y algo importante es que no le van a hacer daño ahora que saben que es el fruto de nuestro amor, porque me aseguraré de que todo el mundo lo sepa.
Sentí ganas de vomitar en el momento que dijo esas palabras, por supuesto que no era su hijo ni siquiera era mío, pero eso él no lo sabía y estaba tan idiotizado por mí y obsesionado quien no se detendría a investigar las hechos, y era claro que quien le había dado toda la información sobre Niall, hoy tampoco tenía preciso quién era el padre y menos la madre. Así que tenía de ventaja ese factor.
—¿Qué es lo que debo de hacer? quiero que mi hijo esté de nuevo en mis brazos...
—Eso es algo fácil en realidad, tú no podrás contactarte con nadie de mis hombres pero ellos en cuanto reciban mi orden se contactarán contigo. Espero que esto no sea una trampa, Keylani, porque tú sabes de lo que yo soy capaz y si en estos momentos me has dado la esperanza de que tengo un hijo allá afuera, si me la arrebatas yo puedo arrebatarte todo por lo que has luchado.
—Sabes que yo no mentiría con algo así—murmuré—. Yo no estaba embarazada cuando estuve contigo, pero esa noche que estuvimos juntos tú sembraste tu semilla en mi vientre...
Reprimí una repentina arcada por el simple hecho de pensar en esa historia.
—Me alegra saber eso—murmuró con una sonrisa—. Cuando salga de este lugar, voy a ir a buscarte y los 3 podremos tener una vida tranquila por el resto de la eternidad.
Sabía que eso más que una esperanza para mí era una amenaza que él me estaba dando en señal de que si daba un paso en falso o me atrevía a traicionarlo, me buscaría para asesinarme como lo había tratado de hacer 2 años atrás y era claro que esa vez no fallaría la bala a mi cabeza.
<<Sigue cayendo a tus pies, pero tu cabeza está apuntada por su arma>>
.
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Creen que Key hizo lo correcto?
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