Capítulo 60.

Consigliere.

"Cuanto mayor es el poder, más peligroso es el abuso." ~ Edmund Burke.

*Advertencia: Escenas gráficas de tortura explicita, se recomienda discreción 

Muchas veces los que llegan a puestos grandes no es porque tengan una real convicción de serlo, la mayoría de estas veces no es porque tengan como meta llegar ahí, sino porque obtendrán algo mayor que sólo poder, por eso siempre es importante saber quiénes van a estar al frente no sólo de las organizaciones mundiales, sino de nuestras vidas también.

Mi madre siempre me había dicho que era una gran responsabilidad ser ministro, no era un juego de pararse frente a 3 ejércitos y ordenar lo que se nos viniese a la cabeza, era plantarles frente a criminales de talla mundial que tratarían de asesinarte cada minuto de tu vida, exponerte y exponer a los que amabas de una forma que realmente no tendrías control sobre ello, tu familia peligraría y eso es realmente era una mierda.

Mi sueño nunca había sido ser ministro, realmente yo siempre había pensado que mis padres seguirían como ministros de la IISMFCMO hasta su muerte y después de ellos, alguno de mis hermanos tomaría el poder, a mí no me gustaban los trabajos administrativos, me gustaba tener el control de las misiones y las estrategias, prefería salir a campo antes de quedarme viendo desde una pantalla lo que ocurría. Sí, eso ponía en peligro mi vida a cada 2 segundos, pero realmente era algo interesante y era lo que a mí me apasionaba.

Pero cuando mis padres dieron la noticia de que ellos dejarían de ser ministros, aunque no me gustaba la idea de postularme no iba a dejar que el poder quedara en manos de cualquier persona, ahí estaba el legado de toda mi familia, mis abuelos habían creado esa organización para proteger al mundo y si alguien más tomaba posesión de ella seguramente no lo haría como ellos habían planeado desde un principio.

Mi madre siempre me había dicho que el poder enferma, que la ambición y la obsesión por obtener puestos más altos enferman al corazón, doblegan al alma y hacen que ésta se convierta en una profunda oscuridad. Ellos no habían cambiado lo más mínimo desde que se habían convertido en ministros, a pesar de que tenían más poder que cualquier Presidente, no se le había subido a la cabeza y seguían rigiendo como lo mandaba la ley, procuraban la justicia y todo el tiempo lo hacían de manera limpia.

El ejército Alpha, a pesar de que solamente debía encargarse de crímenes de mafiosos, narcotraficantes y trata de personas, había veces que eran requeridos para la protección de ciertos políticos que estaban con la vida en juego, o también para la investigación de ellos con las lazos que podían tener con los mafiosos a cambio de protección. Eso era algo realmente basura.

Pero precisamente por ello el poder de la IISMFCMO no podía quedar en manos de cualquier persona, no es que no creyese en las demás personas, incluso reconocía que ellos también tenían sus logros a pesar de no ser en campo; pero realmente no quería arriesgarme a que el poder que quiera en manos de alguien que pudiera corromperse, no podía permitir que alguien deseoso de poder quedará en el puesto porque no solo no sería un buen líder, sino que sería capaz de traicionar a la IISMFCMO por obtener más poder.

Quizás era realmente egoísta pensar que nadie más debía estar en el puesto, y no es que yo quisiese o tuviese la ambición de llegar ahí, pero realmente no podía dejar que alguien más quedará en el puesto e hiciera daño a todas las personas que confiaban en nosotros, porque no sólo éramos ejércitos, en nuestras manos estaba la vida de millones de personas, debíamos tomar las cosas con precaución y hacer lo correcto para salvar a las personas como siempre lo habíamos hecho.

Sabía que el lío de una campaña sería realmente grande, además no podíamos centrarnos solo en ello, seguíamos siendo un ejército y teníamos que continuar con las misiones que teníamos ya programadas o en curso, debíamos investigar los lazos de varios presidentes que habían tenido contacto con los Schiavone y asegurarnos de que pagaran por sus crímenes, debíamos perseguir a los nuevos mafiosos que tras la captura del rey habían buscado obtener más poder, no podíamos dejar que ese fortalecieran porque se convertirían en un problema.

Los Lombardi habían sido una de las familias italianas más poderosas en el mundo de la mafia, pero habían sido derrocados del poder por Hugo Schiavone, él había tomado poder 25 años atrás, pero se había mantenido en las sombras y realmente había sido difícil seguirle la pista, sin mencionar que el antiguo ministro del CMI estaba coludido con ellos y por ese motivo habían logrado permanecer durante años en la cima.

Y sí, ese era otro de los motivos por los que había aceptado que me propusiesen como candidata para ministra, porque si habían logrado sobornar y tener de su lado al líder político y militar más grande de la Tierra, sería pan comido corromper a uno de los hombres que solo estaba deseoso de poder, no podía permitir eso porque no iba a dejar el legado de toda mi familia y mis antepasados en manos de alguien que no sería capaz de regir con los valores que teníamos, quizás era algo exagerado, pero cuando estás en ese mundo te das cuenta de que realmente todo puede ser una mierda y quiénes crees tener de tu lado pueden traicionarte en cualquier momento, si en algún lugar les ofrecen más poder aunque sea sucio.

Sabía que también estar en una campaña ponía en peligro a toda mi familia, no es que pensásemos mal los demás candidatos, pero era claro que la mafia no me querría en el poder, si siendo general había encerrado su rey, siendo una ministra tendría más poder, no podíamos decir que alguno de ellos tenía lazos con la mafia porque se suponía que todos tenían un juramento de lealtad, pero no estábamos absueltos a que algo así ocurriera, sabía que intentarían dañar a mi familia o quizás a las personas que quería o las cercanas no sólo mías, sino también de todos los candidatos.

Era una real mierda todo eso, el poder enfermaba y realmente lo habia comprobado a lo largo de toda mi carrera militar, quizás a mí no me habia ocurrido, pues mis padres siempre habían estado a mi lado, aconsejándome y diciéndome todo lo que era necesario para mantener la cordura con un poder tan grande entre mis manos.

—¡Mami, mami, mami! ¡Levanlale! —gritó Niall saltando en nuestra cama.

Solté una pequeña risa al ver al pequeño niño con una sonrisa en sus labios, miré a Conall a mi lado, quien tenía una mueca de cansancio, eso nos pasaba por quedarnos despiertos hasta mitad de la madrugada.

Agarré al pequeño niño en brazos, haciéndole cosquillas. Sus carcajadas eran fuertes, pataleaba mientras repetía una y otra vez mami, no me molestaba que me llamara de esa manera, en realidad me agradaba bastante.

Agradecí haberme cubierto con una de las camisas de Conall al terminar de toda nuestra ajetreada noche. Cuando solté al pequeño niño, corrió a brazos de su padre.

—¿Por qué estas despierto tan temprano, pequeño torbellino? —preguntó Conall.

—Titi no estaba en mi cama—murmuró con un puchero.

—Tikka a veces quiere un poco de privacidad—murmuré—. La buscaremos cuando amanezca, enano.

Suspiré cansadamente al ver que el reloj marcaba las cuatro de la mañana, no habíamos dormido ni un par de horas.

Envolví al niño en mis brazos y no tardó mucho en dormirse, solté una pequeña risa cuando Conall nos envolvió a ambos y me sentí calientita, realmente en mi lugar seguro, Conall lo era y siempre lo habia sido. No supe el momento en el que volví a dormir.

—¡Keylani Kim! ¡Levanta el trasero ya! —gritó mi madre.

Abrió las cortinas de golpe dejando que la luz entrara a mis ojos, no habíamos dormido más de cuatro horas y por el rostro de mi novio, podía averiguar que se encontraba igual de cansado.

<< ¿En esta casa no hay privacidad?>>

Pataleé en una rabieta, queriendo que mi mamá dejase de molestarme y me permitiese dormir un par de horas más, pero sabía que los berrinches habían dejado de funcionar con ella y los únicos que lograban tentar su corazón, eran los del pequeño niño que dormía plácidamente.

—¿Abe? —preguntó el niño abriendo un ojito.

—No le hagas caso, volvamos a dormir—murmuré.

—¡Abe!

—Pequeño traidor—murmuró Conall.

—¡Mamá! —chillé arrastrando las a—, no estás respetando la privacidad de mi casa.

—Fuera de la cama ¡Ahora! — ordenó, valiéndole un comino mi reclamo.

No pensaba levantarme de la cama tan temprano, claro que teníamos cosas que hacer en la base pero no comenzaba hasta las 8:00 de la mañana, podíamos dormir otra hora y despertarnos a las 7:00 y llegar perfectamente a la academia y a la base. Mi madre era cariñosa y compresiva, pero cuando alguien la sacaba de sus estribos realmente hasta el diablo salía a ocultarse de la furia de la gran ministra Kim.

De un momento a otro, mis pies fueron jalados con tanta fuerza que caí de la cama con el culo al suelo, escuchando un pequeño crujido seguramente de mi columna rompiéndose por semejante golpe que me habia dado a causa de mi madre.

Abrí los ojos con rapidez, topándome con el miel de los ojos furiosos de mi madre, quien me miraba amenazadoramente, como una presa a un débil conejo, en ese momento me sentí el conejo más pequeño e insignificante de la tierra y podía jurar que hasta el diablo se habia ocultado en lo más profundo de sus dominios para no ser testigo del regaño que estaba por salir de mi madre.

—¡KEYLANI KIM ROSSI! Tienes dos minutos para bajar a desayunar—gritó —. ¡Y tú también, Conall Harrison!

—Tengo un Déjà vu—murmuré.

—¡Ahora! —chilló mi madre.

Solté un suspiro cansado mientras ella cargaba en sus brazos al pequeño niño y lo sacaba de nuestra habitación, dejé caer mi cabeza en el suelo frío estaba agotada y lo único que quería era dormir, pero sabía que enfurecerla más de lo que estaba solo provocaría peores cosas que partir mi culo con el piso.

Conall salió de la cama y corrió a ayudarme.

—Eso debió doler—murmuró.

—Dios, partió mi culo—gruñí—. No sé qué diablos le ocurre.

—Dijo que vendría a hablar unas cosas—murmuró besando mis labios mientras nos levantaba—. ¿Estas bien?

—No es la primera vez—murmuré riendo —. Es gracioso porque el día después de que nos encontramos en el bar, en Corea, hizo exactamente lo mismo...

—¿Te desvelaste esa noche?

—Mucho—murmuré—. No salías de mi cabeza.

—No me tientes, muñequita, porque soy capaz de retrasarnos media hora para cumplir las fantasías que pensabas.

—Ya no tengo mi auto—murmuré—. Te imagine entre mis piernas mientras me follabas contra el capo de mi convertible rojo...

—Te dije que no me provocaras—murmuró y solté un chillido cuando me llevó directamente al baño.

Realmente me encantaba que podíamos compartir cualquier fantasía que tuviésemos y no éramos de reprimirnos, éramos activos, muy activos sexualmente y era claro que nada nos detenía para tener sexo en cualquier lugar que se nos ocurriera.

Me abrió de piernas y por algún motivo, siempre estaba preparada para él, mi cuerpo se adaptaba perfectamente a él, mi cavidad lo recibía como si estuviese completamente diseñada para él. Mi respiración se agitó y pronto me encontré a mí misma gimiendo su nombre, mientras él soltaba gruñidos sobre mi oído, penetrándome con fervor, con embestidas duras y profundas.

Su mano agarraba mi cabello en un puño, obligándome a mirarlo a los ojos y eso era realmente excitante, podía ver como su frente sudaba y sus ojos brillaban llenos de excitación, yo no podía parar de gemir, encajaba mis uñas en sus hombros y a él no le importaba, ambos parecíamos dos jodidos animales que no podían parar de darse placer.

Exploté no mucho después, apretando mis paredes y sintiendo sus descargas calientes en mi interior, solté una pequeña risa, recargándome contra su pecho desnudo y con varias gotas de sudor cayendo por sus pectorales.

Ninguno nos preocupábamos por no usar condón, él tenía la cirugía y yo era infértil, además de que ambos llevábamos un control obligatorio en la IISMFCMO sobre enfermedades y ambos estábamos completamente limpios.

—Buenos días—murmuré riendo.

—Buenos días, muñequita—murmuró.

Ambos soltamos una carcajada, nos metimos a la ducha y minutos después salimos para podernos arreglar, su estilo me gustaba, era formal y casual a la vez, realmente me gustaba verlo con trajes, camisas o Jeans, todo le quedaba perfecto.

Me coloqué un vestido beige suelto, unas sandalias con un pequeño tacon y me hice dos trenzas perfectamente acomodadas. Ambos salimos de la habitación a la vez, para no demorarnos más tiempo.

Cuando bajamos, Niall ya se encontraba sentado en la lujosa mesa de mármol, con un enorme plato de panqueques, una mujer desconocida nos dio una pequeña sonrisa, dejando dos tazas de café frente a nosotros y de la misma forma, platos de Panqueques y fruta.

—Disculpa ¿Quién eres? —pregunté extrañada.

—Su nueva empleada—murmuró mi madre.

—Mamá—murmuré —. No te ofendas, pero si no queremos tener una empleada no es una decisión que tu debas tomar... entiendo que te preocupes, pero nosotros podemos hacernos cargo de la comida.

—¿Sabes lo que implica una candidatura? —preguntó mi madre—. No estoy siendo una perra que no respeta sus decisiones, hija, pero no van a tener tiempo ni para hacerse de comer... solo ayudo con lo que a mí me hubiese gustado que me ayudaran cuando fueron las candidaturas para viceministros del CMI.

—Jamás pensaría eso—murmuré—. Pero realmente no estamos acostumbrados a tener servicio...

—Pues ahora lo tendrán—aseguró—. Liana se encargará de prepararles comida, de lavar y limpiar, es de completa confianza... Se que no debo tomar decisiones, es su casa... pero quiero ayudarlos a que la carga sea menos.

—No es mala idea—murmuró Conall—. Amor, tu mamá tiene razón, será realmente agotador estar en la campaña, apenas y tendremos tiempo de dormir, no nos vendrían mal un par de manos que nos ayuden con la limpieza.

—¿Tú sabias?

—Tu mamá lo consulto conmigo—murmuró —. Sabía que te ibas a negar, pero creo que es necesario que alguien alivie tu carga, cuando quieras cocinar, Liana dejará que lo hagas.

—Está bien—murmuré suspirando—. Dijiste que debías hablar algo con nosotros...

—Son varias cosas de hecho... era más que claro que elegiríamos tu candidatura para apoyarla, no solo porque eres nuestra hija sino que eres quien tiene un rango mayor y quien puede llevar con sabiduría y certeza el ejército... pero no sólo vamos a apoyar tu candidatura, vamos a hacer que ganes las elecciones...

—¿Cómo?

—Ganándote a los ejércitos—murmuró—, tu padre y yo nos tomamos la libertad de contratar a un representante para poner de nuestro lado a todos los soldados, pero también a que tú fortalezca tu campaña, este representante a ayudado a los más grandes políticos a conseguir puestos, estos políticos son los más leales que tenemos, personas que en su vida han cometido un acto de corrupción y realmente buscan justicia.

—¿Un agente representante?

—Como un Manager—murmuró—. Será tu jefe de campaña, te aconsejará, analizará a los demás candidatos y sobre todo, hará que tu campaña sea la más preparada... ganaremos con él.

—No, gracias—murmuré.

—Hija.

—Mamá.

—Key, no dudo de tus capacidades y eso bien lo sabes, sé que eres capaz de ponerte en el número uno de las listas y ganar las elecciones, pero el problema de todo esto es que necesitas un jefe de campaña, alguien que lleve tu itinerario y también te diga que cosas podrían ayudarte a tener más votantes.

—Prácticamente comprar a los soldados con falsedades y adulaciones—murmuré.

—Hija

—No, mamá. Sé cómo es esa mierda de las campañas y si acepte ser la elegida, fue porque realmente no quiero que alguien manche el gran legado de nuestra familia—murmuré—. Pero se me hace algo completamente estúpido lo que dices...

—Se que no te agrada la idea, amor—murmuró con voz mediadora—, pero si quieres ganar y como dices, no dejar que alguien manche el legado familiar, esa es la única manera...

Bufé dejándome caer en la silla, sabía que mi madre tenía razón, la única manera de ganar era ganándome no solo la confianza de los soldados, sino mostrando un rostro amable y dejando que alguien manejara mis discursos, mis entrevistas y prácticamente... mi vida.

—¿Ganaremos?

—De manera limpia—aseguró mi madre—. Tienes muchos seguidores, muchos estan realmente entusiasmados por que tú seas la próxima en la línea...

—Bien—murmuré—. Pero no quiero que se meta en mi vida privada, yo decido lo que quiero hacer con lo que me convenga.

—Hija...

—Eso o nada—murmuré.

—Bien—se dio por vencida.

Esperamos unos cuantos minutos hasta que mi padre entro con un hombre castaño y ojos caramelo, hablaban en ruso, por lo que no era difícil adivinar de donde era el hombre. Conall me miro con una pequeña sonrisa, como queriéndome dar fortaleza a todo lo que estaba ocurriendo, no era una buena idea ponerme en contra de mi madre o hacerla enfadar, además de que era realmente sustancial ganar las elecciones para no dejar que le arrebataran el legado a toda mi familia.

—Hola, florecita—murmuró mi papá con una sonrisa—. Conall.

—Buenos días, señor—murmuró Conall.

—Te presento a Luca Kozlov, representante de campaña...

—Señorita—murmuró el hombre acercándose a mí, haciendo una reverencia en el proceso.

—Señor Kozlov—murmuré—. ¿Cuáles son sus técnicas? Tengo buenas referencias de usted...

El hombre me dio una pequeña sonrisa mientras se sentaba al lado de Conall.

—Tengo varias técnicas, pero la que puede ser más útil, es dar una buena imagen de su candidatura, poner a un equipo de confianza en la campaña...

—No tenemos tiempo como los políticos—murmuré—. Me interesa ganar, pero soy una general y no puedo estar todo el tiempo dando conferencias o entrevistas sin sentido...

—Eso lo sabemos—murmuró—. Por eso la idea, es hacer su campaña con la prensa dentro de su trabajo y su vida, que hace dentro, los entrenamientos, las misiones. También lo que hace afuera, con quienes pasa su tiempo libre, sus relac...

—Momento—murmuré —. Nada de mi vida privada, no quiero cámaras atosigándome todo el tiempo...

—Es esencial para ganarse a la prensa—murmuró—. Si nos ganamos a la prensa, nos ganamos a más votantes porque hablaran bien de usted, además, si los votantes conocen más de su vida privada, les generara confianza...

—Pero es mi vida—murmuré.

—Lo sé—murmuró el hombre—. Pero un candidato pierde su vida privada... siempre es asi, los políticos lo saben y...

—Yo no soy un político—gruñí —. Si hago esto es porque quiero que el legado de mi familia no sea ultrajado, no por ambición al poder o algo por el estilo...

—Lo sé—murmuró —. Pero no hay otra manera para ganar, es la técnica que le propongo y le aseguro por lo menos un 70% de votos totalmente limpios de corrupción.

—¿Corrupción? Se supone que esto va a ser una votación limpia, estamos en la IISMFCMO...

—Hija—murmuró mi padre—. Eso lo vamos a controlar, pero sabemos que nisiquiera en la IISMFCMO estamos libres de eso, hace dos años creíamos ser un ejército totalmente leal y nos traicionaron por lo menos cincuenta de nuestros soldados, no solo del ejército Alpha, sino también del Gamma y Delta. Así aunque mantendremos el control de eso, debemos asegurarnos de ganar de forma limpia.

—Ya lo has dicho, amor—murmuró mi madre—. Quieres mantener el legado en nuestra familia, debemos hacer todo para ganar votantes...

—Si no hubieran cambiado la ley...—me mordí la lengua.

—Hija—murmuró mi padre—. ¿Pueden darnos unos minutos a solas?

—Vamos al estudio—murmuré—. Enano, deberías ir a vestirte después de desayunar.

—Si, mami—murmuró el niño con una sonrisa y un bigote de chocolate.

Quizás era un niño demasiado pequeño para todas las cosas que sabía hacer, pero mi madre incluso había bromeado diciendo que realmente tenía sangre Kim, pues se parecía demasiado a mi cuando era una niña, quizás me habia quedado estancada en estatura, pero a los dos años yo ya era capaz de mantener una conversación fluida, entendible y sin muletillas, me cambiaba y comía sola, además de que no me costaba aprender a hacer cosas y el pediatra, habia dicho que yo era una niña genio, quizás Niall habia heredado de alguna manera ese dote mío.

Me puse de pie y guie a mis padres al estudio que compartíamos Conall y yo, lo usábamos más como biblioteca, pues procurábamos terminar todo el trabajo en la base, de esa manera pasábamos la noche con el pequeño Niall.

—¿Qué ocurre? —pregunté sentándome en el sillón individual.

Mis padres tomaron lugar en el sofá más grande, por sus rostros sabía que la declaración no sería algo bueno, era claro que habia algo que los molestaba, que en definitiva me involucraba a mí y a la candidatura.

—No quisimos hacer esto solo porque realmente es un gran trabajo estar como ministros del CMI—murmuró mi madre—. No sabemos de dónde o por qué, pero los últimos meses comenzaron a llegar cientos de quejas al CMI respecto a que nuestro puesto en la IISMFCMO era más parecido a una dictadura a pesar de que existe una ley que dice que los ministros serán removidos hasta su muerte.

—Es algo complicado—murmuró mi padre—. Al principio pensamos dejarlo pasar, pero Kennett nos aconsejó que debíamos adelantarnos antes de que el consejo decidiera hacer cambios, si el consejo decidía hacer algo respecto a ello, nosotros como ministros habríamos perdido todo poder en las decisiones.

—¿Creen que alguien del CMI los quitar del puesto de ministros de la IISMFCMO?

—Estos dos años que no estuviste, nos dedicamos a cazar a los traidores... pero es claro que no nos deshicimos de todos, así que puede haber varios que nos quieren fuera del poder

—Se adelantaron a los hechos—murmuré —. Si el CMI tomaba la decisión pondrían a quien ellos eligieran, no darían oportunidad a voto y podrían poner a alguien que llevará a la ruina a la IISMFCMO...

—Sí—murmuró mi madre—. Por eso cambiamos las leyes antes de que algo así ocurriera...

—Esto no es solo por quien gana las elecciones, ¿cierto?

—Debemos cazar a todos los traidores, enjuiciarlos y llevarlos tras las rejas, como lo merecen.

—Bien—murmuré—. Entonces... hagámoslo, cooperaré, pero debemos ganar las elecciones a toda costa.

—Esta mañana daremos el anuncio oficial de nuestro apoyo a tu campaña—murmuró —. El informe de la última misión ¿está listo?

—Si—aseguré —. Lo terminamos ayer con cada detalle, Conall organizo un interrogatorio esta mañana con Guilo, vamos a hacer que hable para que podamos enjuiciarlo y evitar un traslado.

—¿Quiénes estarán presentes?

—Conall y yo lo interrogaremos, ayer se negó a hablar con psicología.

—Bien—murmuró mi madre—. Se que te será difícil adaptarte a dar a conocer tu vida privada... pero lograras hacerlo... todo es por el bien de nuestro ejército.

—Si—murmuré—, entonces... me resignare a que seré perseguida por periodistas de la IISMFCMO, son peor que los civiles...

—Ni lo digas—murmuró mi madre —. Me arrepiento del momento en que dejamos que se creara un sindicato de prensa dentro de la IISMFCMO

Solté una pequeña risa.

—Bien, entonces... hagamos esto, solo porque realmente quiero mantener nuestro legado—murmuré.

Salimos de la oficina minutos después, me encontré a Conall y al pequeño Niall completamente arreglados, Niall lucía perfectamente el uniforme de la academia, realmente lucia como un soldadito.

—¡Mami!—chilló lanzándose a mis brazos—. Papi dijo que vas a sel ministla... ¿Puelo leciles a mis compañelos?

—Aun no, pequeño—murmuré —. Mami primero tiene que ganarles a dos compañeros que también quieren ser ministros.

—¡Yai! Mami va a sel ministla—solté una pequeña risa.

—Luca—murmuré —. Hagamos las cosas como tu digas, pero tenemos que conseguir ese puesto ¿De acuerdo?

—Por supuesto—murmuró —. Programaré la presentación de su campaña para el sábado, la presentación del primer candidato es el viernes, así que la nuestra será el sábado, mil veces mejor.

—Hazte cargo—ordené—. Liana ¿Cierto?

—Si, señorita...

—Limpia toda la casa, la habitación principal déjala como esta, nosotros podemos encargarnos de ella, llegaremos aproximadamente a las ocho de la noche, hay una lista de comidas prohibidas en la alacena y del resto, puedes preparar lo que desees. Las mascotas pueden salir al jardín y dales de comer solo lo indicado en el horario.

—Si, señora—murmuró.

Salimos de nuestra casa, mis padres abordaron su auto y los escoltas los siguieron, Luca abordo un auto y se despidió de mí, asegurando que nos veríamos en la base y Conall y yo, subimos junto con Niall a nuestro auto, mis escoltas inmediatamente hicieron la formación a la que ya me encontraba acostumbrada.

No dijimos mucho durante el camino, le conté un poco de lo que estaba ocurriendo con mis padres y el motivo de la decisión, al igual que yo, concordó que realmente debíamos ganar las elecciones, pues estábamos rodeados de lobos que podían estar acechando una oportunidad. Quizás no lo harían los candidatos, pero si las personas que los apoyaban podían tratarse desde militares corruptos hasta pertenecientes activos de la mafia.

Cuando llegamos a la base inmediatamente nos dirigimos a la sala de interrogatorios, Marlen había tratado de sacarle información a Guilo, pero no habíamos obtenido más que negativas, por lo que era momento de sacar la fuerza antes de que alguien se atreviese a pedir una extradición.

—Apaguen cámaras y nadie tiene acceso—ordenó—. Cuando les de la señal activan el sistema.

—Si, general—murmuraron Nick y Archie a la vez.

Sestra, tú das miedo—murmuró Álex y solté una carcajada.

—¿Nuevo apodo?

—Si—murmuró —. Hermana.

—Sí, se ruso—murmuré riendo—. Brat.

—Suena a nombre gringo sin cerebro—murmuró y solté una carcajada sin poder evitarlo.

Las cámaras de la sala de tortura se apagaron, dejando solo una pequeña luz al centro de la habitación, que aluzaba al hombre. Miré a Conall y ambos sonreímos, era algo que no habíamos hecho en años.

—Vaya, hasta que se digna a aparecer, majestad—murmuró el hombre al verme entrar por la puerta—. Todo mundo la admira, no cualquiera logra ser reina de la mafia.

Solté una risa sarcástica.

—Por supuesto, ese solo es un talento mío.

—Mi señor debería estar agradecido con usted, gracias a su captura exitosa de Magnus Schiavone, logramos nuestro cometido de recuperar el poder.

—Claro—aseguré.

—Coronel Harrison, también es un gusto por fin conocerlo, es toda una leyenda—murmuró.

—¿A si?

—Por supuesto, el hombre que torturo a cientos de mafiosos por encontrar a su mujer—aseguró.

—Entonces deberías estar intranquilo sabiendo lo que puedo hacer—murmuró Conall, acercándose a uno de los carritos donde habia un par de instrumentos de tortura, nada que dejará evidencia—. A mí me gusta jugar.

—¿Policía bueno y policía malo?

—Yo lo llamaría, policía malo y policía sádico—aseguró Conall, tomando una pequeña cajita que parecía hecha de oro, útil para romper cualquier hueso.

—Si me torturan, estarían violando mis derechos—murmuró.

—¿Derechos? —pregunté—. Tienes derechos en la sociedad, no dentro de aquí, ¿Has escuchado el dicho de mi casa, mis reglas? Bueno, esta es mi casa y mis reglas, así que puedo hacer lo que se me plazca contigo, quizás inventarte un suicidio en la celda o algo por el estilo...

—No se atreverían, saben que si me matan pierden cualquier conexión.

—No lo creo—murmuró Conall.

Se sentó en la silla frente a él, con una sonrisa realmente sádica surcando sus labios.

—Yo haré las preguntas y tú nos darás respuestas, si no escuchamos una respuesta satisfactoria, te romperán cada dedo de la mano derecha y después de la mano izquierda—murmuré—. ¿Está listo, coronel?

—Por supuesto—aseguró con una sonrisa en mi dirección.

—Encontramos cosas que te incriminan como consigliere de la familia Lombardi—murmuré—. Al principio creímos que eras el Cassetto, por todo el lavado de dinero que habia en tu cuenta... pero conforme escarbamos más, nos dimos cuenta de que un simple Cassetto no tiene el poder de hacer lo que haces... Así que ¿Eres tú, el consigliere de la familia Lombardi?

—Soy consigliere, pero no te diré la familia—murmuró con una sonrisa burlesca.

—De acuerdo—murmuré.

El primer grito desgarrador del hombre sonó en toda la habitación, después de un crujido del primer dedo roto.

—Lo preguntaré una vez más—murmuré—. ¿Eres el consigliere de la familia Lombardi?

—¡No voy a decir...Puta madre... Sí, lo soy! —gritó cuando el segundo dedo fue presionado por la cajita de Conall.

—¿Ves que no es difícil hablar? —pregunté con una sonrisa—. Ahora dime ¿Para qué estan usando su poder? ¿Drogas, trata de personas, lavado de dinero?

—Ya nos investigaste, Cagna—gruñó.

—Vuelve a decirle así una sola vez y lo próximo que sabrás de ti es que rompí cada uno de tus huesos y despiertas en el puto infierno—gruñó Conall, rompiendo su tercer dedo—. Contesta o te causaré tanto dolor que vas a desear morir.

—¡Bien! —chilló —. Droga y trata de personas, el lavado de dinero era algo que yo hacía para desviar la atención.

—Para ser consigliere tienes una lengua muy suelta—murmuré—. Bien... Ahora, la pregunta del millón ¿Quién es el Boss, Rey, capo o como mierdas lo llamen?

—Mátame—murmuró—. Pero no diré ni una sola palabra...

—Lo repetiré una vez más—murmuré —. ¿Quién es el líder de la familia?

—Mátame—gruñó.

—Una última vez, para que veas lo bondadosa que soy—murmuré, acercándome a la mesita.

—Vete a la mierda, Cagna—gruñó.

Escuché un fuerte alarido de dolor que se prolongó por casi media hora. Conall se encargó de dejar inservibles sus manos, rompiéndole cada maldito hueso que tenía, no le salía ni una sola gota de sangre, lo que seguramente le estaba causando aun mayor dolor, me giré en su dirección, cuando parecía haber terminado de gritar y solo sollozaba.

—Bien—murmuré—. ¿Quieres que te cuente una historia? —pregunté.

—¡Mátame! ¡No diré nada!

—No lo creo—murmuré—. Una vez, alguien me reto y me dijo que no era capaz de jalar un gatillo y no lo hice... jugué con esa persona hasta que me cansé y la hice suplicar por piedad hasta volarle los sesos.

—¿Q...Qué? —preguntó.

—Yo no me ando con juegos—murmuré colocando una revolver en la mesa, donde él tenía esposadas sus manos completamente destruidas—. Aunque, tengo un juego preferido, seguro en la mafia lo conocen...

Dejé los cartuchos del revolver sobre la mesa, Conall me dio una pequeña sonrisa, levantándose.

—Adelante... mátame.

—Si algo he aprendido de la ruleta rusa, es que no sabes cuando morirás y eso te provoca más ansiedad que nada...—murmuré —. ¿Qué te parece si jugamos una ronda? Pero hagámoslo más entretenido... Cada que te niegues a responder una pregunta, voy a meter una bala...

—Estas loca.

—Lo estoy—aseguré —. Empezaré yo...

Puse una bala y giré el tambor. Apunté mi cabeza y tiré el gatillo.

Los ojos del hombre me miraron con pavor.

—Tu turno—murmuré.

Coloqué el arma en su entrecejo y sonreí antes de disparar, él hombre me miro con terror y así continué, hasta que solo quedaban dos espacios de cinco.

—Vaya, eres un tipo con suerte—murmuré colocando la cuarta bala—. Hay pocas probabilidades...y debo decirte que yo tengo una suerte demasiado buena...

Puse el arma en mi cabeza y disparé sin miedo. Le sonreí al hombre, antes de girar nuevamente el tambor. El hombre era un miedoso, habia comenzado a llorar desde la segunda bala, pero seguía sin abrir la boca y sin decirme lo que queria escuchar.

—Bueno—murmuré—. Nos vemos en el infierno.

Quité el seguro y lo puse en su entrecejo, con una sonrisa sádica, era uno de los que más habia aguantado, pero en sus ojos, era claro que tenía miedo.

—¡Bien! —gritó —. Baja la puta arma, voy a hablar...

Sonreí, bajando el arma y la coloqué en la parte trasera de mi cintura, le hice una discreta señal a Nick para que encendiera las cámaras para la declaración del hombre.

—Adelante... ¿Quién es el líder?

—No conozco su nombre, nadie lo conoce, es el hijo Giuseppe Lombardi, quien murió a manos de Hugo Schiavone, el señor era un niño cuando su padre murió, lo llevaron a un orfanato, le cambiaron el nombre y nadie sabe quién es o donde está ahora...

—¿Me estás diciendo que hay un fantasma rigiendo a los Lombardi?

—Si—murmuró —. Nadie lo conoce, nisiquiera yo... mi padre fue consigliere de Giuseppe, por lo que mi lealtad esta con los Lombardi, con una llamada tuve mi puesto como consigliere de la familia.

—El que hace el trabajo sucio y aconseja al Boss—murmuré —. ¿Cómo es posible que no lo conozcas? ¿Cómo recibes ordenes?

—Por teléfono—murmuró.

—¿Estabas con los Schiavone antes?

—Si—murmuró—. Mantenía contacto para recibir protección... pero cuando atraparon a Magnus, quede desprotegido por un par de días, después Lombardi se contactó conmigo...

—¿Cómo se llama?

—No hay nombre, no hay rostro o descripción—murmuró.

—Bueno, entonces podemos ver si sigues con suerte...

—¡No! —murmuró —. ¡Lo juro!, no se su nombre, solo se presentó como Lombardi, el nuevo Boss...

—¿Y qué idiota sigue ordenes de un desconocido?

—No quiero morir—murmuró —. Tengo una familia, tengo dos bebés... Jamás he matado a nadie y solo doy las ordenes que recibo del Boss...

Miré a Conall, ambos intercambiamos una mirada, él hombre no estaba mintiendo, nadie tiene cerebro para mentir cuando le han roto todos los dedos de la mano y lo amenazan con volarle los sesos.

—Bien—murmuré—. Te voy a creer, pero si estas tratando de engañarme y yo me entero de eso... sabes lo que haré...

—C...Cooperare

—Más te vale que sea asi...—suspiré saliendo acompañada de Conall—. Qué atiendan sus manos y llévenlo a máxima seguridad. Smirnov, encárgate de hacer un perfil del primogénito de Giuseppe Lombardi, lo creíamos muerto.

—Si, señora—murmuró.

Suspiré, era real que estábamos enfrentando a un nuevo mafioso, sin tener la menor idea de quién podía ser. Manejaba los hilos desde la oscuridad y era claro que no se dejaría ver tan pronto, pero no habia nada imposible.

<<Bueno, empezamos con un nuevo mafioso>>

.

.

.

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Creen que encuentren al nuevo mafioso? 

Holi mis muñequitos, espero hayan disfrutado este capítulo, el viernes tendremos un perfecto maratón, que lo disfruten mis criaturitas perversas <3 los adoro. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top