Capítulo 54.

Descerebrado.


"La pena puede ser una carga, pero también un ancla. Te acostumbras al peso, cómo te mantiene en su lugar."~ Sarah Dessen.

La vida muchas veces nos enseña que pone trabas para que podamos aprender a vivir y crezcamos como personas, nos enseña que los momentos de vulnerabilidad realmente no son malos porque eso nos hace ser humanos, no está mal llorar o dejar que las personas que amamos nos vean tristes o rotos, eso en realidad nos hace valientes porque estamos mostrando la parte más delicada de nosotros y eso está bien, no tenemos que ser una máscara de hierro todo el tiempo.

Toda mi vida había crecido sin saber cómo lidiar con el dolor, había tenido que aprender a las malas a qué mostrar mi debilidad era darle un punto bajo a las personas que querían dañarme, por eso a mí mismo me habían mostrado que no debía bajar la mirada, tenía que poner rostro duro y seguir adelante a pesar de que estuviera desmoronándome por dentro, debía ser fuerte y no mostrar lo que me dañaba a nadie, porque eso era darles un motivo para hacerlo, para encajar la daga en el punto más sensible de mi ser.

Era un pensamiento completamente idiota, pero había crecido con esa idea porque realmente jamás había querido darle problemas a mi tío o a mi abuela, odiaba realmente la idea de que ellos se preocuparan por mí o de que vieran la parte vulnerable que ya me hacía sentir dentro del ejército, en el ejército no es como lo pintan en las películas o en los libros, no es llegar y tener una vida completamente feliz en donde vas a poder superar todos los retos, en el ejército hacen que llores y te quiebres hasta sentir que toda tu vida se va, te exigen para que tú aprendas a exigirte a ti mismo y que sepas ocultar tus sentimientos sin borrarlos.

Una enseñanza que te dan en el ejército, es que no está mal sentirse vulnerable o mostrar tus emociones, pero debes saber el momento en el cual debes hacerlo, pero te enseñan que está mal refundirte en tu propia miseria porque de esa manera no vas a lograr salir más allá del punto en el que te encuentras, te revolcaras una y otra vez en la mierda que es has creado, si no deja salir esos sentimientos, te van a consumir y convertirte en una verdadera bestia incapaz de ser controlada.

Pero gracias a eso yo había comprendido que no estaba mal sentirme mal, que realmente mostrar mis emociones no me hacía vulnerable siempre y cuando supiera los momentos en los que podía demostrarlo, no debía tragarme mis sentimientos, pero debía mostrarlos en el momento correcto, si estaba secuestrado no podía quebrarme en este momento, porque mi cerebro dejaría de funcionar y no tendría la habilidad de supervivencia, pero cuando fuera rescatado o yo mismo lograra librarme de ese secuestro, podía quebrarme las veces que yo quisiera, podía llorar, maldecir y refundirme en mi miseria, siempre y cuando regresar a ser yo.

La vida es una mierda, realmente lo es, toda mi vida crecí solo y lo único que tenía para acompañarme era mi mejor amigo, a mi abuela y a mi tío, mis padres me habían abandonado en búsqueda de algo que nisiquiera estaban seguros de querer, pero que ellos estaban seguros de necesitar. Habían querido controlar mi vida cuando se dieron cuenta de que realmente habían hecho un mal al irse, por eso siempre había pensado que jamás quería tener hijos si yo no me sentía con las habilidades y las capacidades necesarias para cuidarlos y darles el amor que merecían, quizás ese había sido el motivo por el que en el momento que me enteré que era padre, no había negado ni un solo minuto ello, estaba dispuesto a hacerme cargo de un niño para darle el amor que merecía.

Quizás muchos pensaban que lo abandonaba la mayor parte del tiempo, estaba en la base o tenía que viajar, pero no era asi, dividía mi día para estar con él, hacerme cargo de mi trabajo y amar a mi muñequita, además habia notado de Niall era realmente independiente, él no necesitaba tenerme a su alrededor todo el tiempo y no me odiaba cuando mi abuela se ofrecía a cuidarlo, él era feliz con las galletas de la gran Varonesa Harrison. Así que eso no me preocupaba, sabía que estaba dándole un buen ejemplo a mi hijo y que él crecería con todo el amor de su familia.

Pero lo que en ese momento me preocupaba era mi mejor amigo, lo había visto así el día que habíamos creído que nuestra muñequita había muerto, había sido realmente difícil tener que lidiar con mi propia depresión y la de él.

Arniel quizás era el que mostraba más amor y era más cariñoso, incluso yo notaba que cuando mi muñequita queria amor no me lo pedía a mí, sino a él, y no me sentía celoso de ello, quizás ese era el motivo por el que congeniábamos a la perfección, yo era su la casita que buscaba cuando necesitaba consuelo y él la casita que le brindaba amor y eso estaba bien. Pero él, también era una mierda si de sentimientos negativos se trataba, era peor que yo al controlar sus emociones y entendía que fuese así, yo sabía que mis padres me odiaban por lo que ni siquiera esperaba tenerlos a mi lado, pero él tenía su padre quien no lo recordaba y que de una u otra forma lo rechazaba, además tenía una madre ausente que sólo lo buscaba cuando quería sacarle dinero a su padre y eso era una verdadera mierda para él.

Arniel no sabía cómo lidiar con las emociones negativas que estaban dentro de él, cuando creímos que nuestra muñequita había muerto, él se había mostrado incluso más afectado que yo, había dejado de comer por más de dos semanas, se emborrachaba todos los días y no dormía más de un par de horas, quizás yo me encontraba de una manera parecida, pero sabía lidiar un poco con el dolor, por lo que me había obligado a mí mismo al levantarme y continuar, realmente teníamos que vengar la muerte de ella, pero en el momento que lo visité y me di cuenta de en toda la mierda en que estaba, realmente sentí que estaba haciendo mal mi trabajo como mejor amigo, se supone que un mejor amigo te acompaña y te da la fortaleza que necesitas, pero yo en ese momento no podía hacerlo y me sentía culpable.

Quizás no fue la mejor forma pero halle una manera de sacarnos a los dos de la mierda que estábamos viviendo, pero en ese momento en el que él era el único que estaba sufriendo realmente no tenía idea de cómo ayudarlo, más si me había alejado junto con nuestra muñequita y yo me había alejado por ella, porque sabía que quedarnos ahí realmente haría que la lastimaran. Conocía a Arniel y a su duelo autodestructivo, no quería abandonarlo e incluso pensé en mandar a Key sola a casa, pero sabía que eso sería una herida imposible de sanar, ella ya había sufrido demasiado y tenía un infierno en su cabeza como para tener que lidiar con dos esposos que la abandonaban a menos de una semana de haberse casado, por eso me había debatido entre ayudar a mi mejor amigo o cuidar a la mujer que amábamos. No era algo egoísta o porque yo quisiera llevarme el mérito de salvarla, pero no quería que Arniel la dañara con su mierda al explotar.

Ella no merecía el dolor de sentir que la abandonábamos, ya había sufrido bastante durante toda su vida, como para tener que sufrir el abandono de las personas que amaba. Me dolía verla triste todo el tiempo y quería regresar a Italia para llevar a mi mejor amigo de las orejas hasta casa, la estaba dañando y no habia manera de que pudiera controlarlo.

Pero también sabía que era necesario darle su espacio para que él sanara, estaba seguro de que regresaría y en el momento que lo hiciera yo estaría preparado para recordarle lo idiota que había sido al creer que podía alejarse de ella y de mí, era mi mejor amigo y habíamos sufrido bastantes cosas juntos, sabía que lo que él sentía en su corazón era culpa, necesitaba dejar de culparse a sí mismo por la muerte de su padre y darse cuenta que él no podía hacer nada para evitarlo, había hecho lo único que podía y era darle unos últimos días realmente felices, esa era la única manera en la que podía ayudarlo de alguna forma.

Trataba de consolar a mi muñequita todo el tiempo, la amaba como a nada y me dolía verla lastimada, eso solo me daba motivos para que al ver a mi mejor amigo le reventara un verdadero puñetazo que le rompiera por lo menos la nariz, nosotros habíamos prometido jamás dañarla y esa promesa había sido rota en poco tiempo por él. Sabía que ella también trataba de ocultar sus sentimientos, creía que era una carga para mí con todos sus ataques de ansiedad y pánico que tenía, pero no era así, no me alegraba que lo estuviera, pero se sentía bien que me hiciera parte de su dolor.

Quizás era algo tonto y realmente regañaría mi mejor amigo al regresar, pero sabía que él al ser un dominante creía que debía mantener el control de todo, que no podía mostrarse vulnerable frente a una muñequita de ojos verdes o frente a mí, pero era parte de su naturaleza sentir que él debía tener el control todo el tiempo, por eso cuando sintió que sus emociones los sobrepasaban su mejor idea fue alejarnos para no perder el control con nosotros y era algo realmente estúpido, porque como lo había dicho ella no era una niña y no necesitaba ser contenida todo el tiempo.

—¡Niall, Conall! ¡A desayunar, se nos hará tarde! —gritó mi muñequita mientras yo terminaba de arreglar a mi hijo con un hermoso trajecito café con tirantes y una camisa azul lisa.

—¿Cuándo va a venir papá Aniel? —preguntó mi pequeño niño con sus ojitos brillantes.

No tenía idea de cómo había logrado llamarnos papá a ambos y a mi muñequita mamá, lo había consultado con su terapeuta y me había dicho que no había problema que el niño comenzará acostumbrarse a eso, para que cuando creciera pudiéramos hablarle completamente de la relación que teníamos sin que él entrara en pánico.

—Está un poco ocupado, peque—murmuré —. Por supuesto que quiere venir a casa, pero necesita sanar su corazoncito para poder venir...

—¿Su papá hilió su colazoncito?

—No, peque—murmuré peinando su sedoso cabello cobrizo—. Su papá se fue al cielo y él lo extraña mucho, así que necesita estar un tiempo solo para sanar el dolor que siente en su corazoncito por el adiós de su padre.

—¿Yo le puelo plestar a uno le mis papis? —preguntó.

Miré sus ojitos verdes llenos de brillo, or alguna razón se parecían tanto a los de mi pequeña que sentía que estaba viendo a una copia pequeña de ella, en niño.

—No, amor—murmuré arreglando su corbatín—. Pero cuando regrese seguro va a llevarte a comprar muchos chocolates.

—¡Si! ¡Quielo chocolates! —chilló.

Tomó su pequeño mochila que le habíamos comprado para poder ir a la guardería y salió corriendo en dirección a donde se encontraba mi pequeña, escuché sus pequeños pasitos bajar las escaleras y un pequeño <<Hola, mami>>, mi hijo realmente quería mi esposa como su madre y eso me gustaba, también había mencionado eso con la terapeuta de mi hijo y me había dicho que estaba bien que él tuviera una figura materna, de esa forma no crecería con traumas y más.

Sin embargo, la mujer me había dicho que no debíamos mentirle y decirle que ella era su madre, cuando creciera y tuviera un poco más de conciencia debíamos explicarle que él había sido creado en un laboratorio y puesto en el vientre de una mujer que tenía problemas mentales, de esa manera, él lo entendería. Pero primero debíamos lograr que él tuviera una relación bastante estrecha con nosotros para que nos siguiera teniendo confianza después de decirle la verdad.

Tomé mis cosas y seguí a mi pequeño por las escaleras, encontrando a mi muñequita cargando a mi hijo mientras ella parecía voltear algunos panqueques que tenía en la estufa. Sonreí mientras me acercaba a ella, la vi tomar un panqueque entre sus dientes y antes de que pudiera meterlo completamente a su boca, ataqué sus labios para robarle un pedazo, pero también para besar sus delicados labios por decima vez en la mañana.

Mi hijo comenzó a aplaudir mientras soltaba pequeñas risas llenas de emoción al vernos, parecía ser el fan número uno de vernos besar, sonreí al separarme y le di un beso en la mejilla a mi pequeño.

Mi muñeca bajó a mi hijo de sus brazos, quien sin dudarlo corrió hacia el jardín para poder levantar a nuestras mascotas, él siempre lo hacía y Persi, Hades y Tikko, parecían cuidarlo demasiado todo el tiempo, no se separaban de él cuando estábamos en casa y siempre querían estarlo rodeando.

—Señor Harrison, debería tener cuidado con sus besos mientras estoy comiendo—murmuró —. No vaya a ser que se me atraviese una zanahoria—dijo cruzando sus brazos por detrás de mi cuello.

—Hoy te levantaste del lado descarado, amor—murmuré —. Te está afectando no tener castigos, quizás estoy siendo muy blando... —contesté posando mis manos sobre sus caderas—. Quizás mi muñequita necesita un castigo que la haga recapacitar su actitud.

Ella me sonrió y ambos nos fundimos en un delicioso beso lleno de amor, siempre trataba de mantenerla ocupada y pensando en otras cosas para que no se sintiera deprimida todo el tiempo, la besaba y trataba llenarla de amor, para que no se sintiera sola y no siguiera sintiendo que tenía la culpa de que él se hubiese alejado. Mi muñequita creía que había sido demasiado intensa y por eso él no podía contenerla.

Habían pasado ya cinco semanas desde la muerte del señor Vallarelli y nosotros seguíamos sin tener una sola noticia de él, lo único que sabíamos era lo que Álex nos había dicho al regresar.

<<Mi hermano es solo una cascara de lo que era, es tóxico estar a su lado en este momento, sé que quizás quieren estar con él pero es dañino para ustedes y para él que estén ahí, amo a mi hermano pero realmente necesita estar solo y sanar por su cuenta, por eso tampoco insistí en quedarme más tiempo, es un ambiente demasiado tóxico y aunque yo traté de ayudarlo haciendo miles de cosas, nada lo va a ayudar si él no quiere salir de ahí>>

Mi muñequita también se había preocupado por lo que había ocurrido con su padre, ella creía que había sido su culpa de que alguna manera despertarlo tan temprano le hubiese afectado, pero habíamos descubierto o la autopsia había revelado que él en realidad no había dormido en toda la noche antes de que lo fuéramos a ver antes de partir a las colinas.

<<Mi padre murió sin dolor, la autopsia declaro que él no viviría más de veinticuatro horas si ese infarto no le hubiese llegado, Sus riñones dejaron de funcionar y su cuerpo estaba colisionando, según lo que nos dijeron se quedó completamente dormido y ya no despertó más. No te preocupes Zolovka, mi padre era terco y no fue a dormir cuando debía, nos dijeron que se la pasó despierto toda la noche y seguramente fue a dormir poco antes de que ustedes salieran de su habitación>>

Era realmente triste saber que un señor que apenas estaba comenzando a vivir y que tenía realmente ganas de hacerlo había muerto de la peor forma posible, ni siquiera había tenido tiempo de despedirse bien de sus hijos y había dejado un gran hueco en los corazones de ellos, además de que había herido a la mujer que se había encariñado bastante de él.

<< Él ya no estaba viviendo, sólo tenía demasiado dolor todo el tiempo y lo ocultaba cuando estaba con nosotros, no puedo decir que me alegro de que haya muerto, pero por lo menos sé que ya no está sufriendo más y eso es lo que mi hermano no entiende, cree que mi padre estaba triste porque lo había dejado por un par de horas, pero los doctores dijeron que aunque todos hubiésemos estado en la misma habitación que él, el infarto hubiese llegado de todas formas y su corazón ya no resistía otra reanimación>>

Mi muñequita se había deprimido otro par de días por ese motivo, sentía que realmente había tenido que estar con él en el momento que había dejado de respirar, pero como los doctores lo habían dicho no éramos Dios como para evitar la muerte de un señor al que su cuerpo ya no le servía, su cuerpo estaba tan dañado que vivir era una tortura, no era de alegrarse que hubiese muerto pero sí sentir empatía porque ya no estaba sufriendo, y eso era algo que mi mejor amigo debía comprender pero era tan cabezota que no lo haría.

Salimos a ver a casa después de terminar de desayunar, mi pequeño amaba los panqueques de mi muñequita y era imposible hacer que dejara de comerlos a cada hora, ella era feliz cocinando y a él le encantaba comer la comida de ella, amaba los momentos en los que ambos cuando se ponían a gritar o saltar, me llenaba de alegría que pudieran tener un poco de amor entre ellos.

Como se había convertido en una rutina, Keyli y yo íbamos al frente del auto y Niall se sentaba atrás con todas las mascotas, al ser lunes las llevaríamos a la base para que pudiéramos atenderlas mientras estábamos allí y a mi pequeño de la misma forma lo llevábamos a la base o más bien a la Academia Jr. , Habían pasado demasiadas cosas en el tiempo que Arniel no habia estado, Niall habia sido aceptado por su inteligencia y comportamiento en la academia Jr., ahí debía comenzar con su entrenamiento militar.

A pesar de no haber cumplido los 2 años lo habían aceptado, no sólo porque era "nieto" de los ministros, sino porque le habían hecho las pruebas necesarias para saber si estaba apto para ingresar ya al sistema militar y mi hijo las había probado todas sin un solo problema.

Sería su primer día en la academia y realmente estábamos nerviosos de que pudiese ocurrir algo, era claro que sería el más pequeño que todos sus compañeros y no sabíamos si lo respetarían o no, pero esperábamos que él se divirtiera y realmente le gustaría estar en la academia, nos habían informado que tendría que quedarse con nosotros los primeros días, para saber si reconocíamos algún comportamiento extraño o algo por el estilo, pero si él lograba adaptarse, podría ingresar al tiempo completo al cumplir los dos años de edad.

Mi hijo tenía su cerebro más desarrollado, incluso Keyli bromeaba con que habia heredado su inteligencia sin ser su madre y que tenía sangre perteneciente a un genio, con solo un año y once meses, realmente tenía la capacidad de pensar por sí mismo, hablar e incluso resolver problemas, no habia aprendido a leer, pero Keyli decía que era cuestión de tiempo para que fuera un mini Einstein.

La academia no se encontraba muy lejos de la base, estaba por el mismo camino y tenía la misma seguridad que la base, sólo entraban personas que tuvieran hijos dentro y en su mayoría eran militares.

Estacioné el auto en la academia, pudimos ver que varios padres se despedían de sus hijos, mientras nosotros no sabíamos cómo haríamos para dejar a nuestro pequeñín que nisiquiera tenía dos años. Sonreí al ver a mi hijo saltar a los asientos delanteros con emoción. Bajamos del auto y Key agarró de la mano al pequeño que anhelaba salir corriendo.

—¿Te acuerdas lo que estuvimos platicando? —preguntó mi muñeca poniéndose de cuclillas frente a él—. Hoy vas a entrar a la escuela de espías, pero cualquier cosa que te digan, hagan o te haga sentir mal, debes decirnos ¿Sí?

—Si, mami—murmuró —. Nadie puele tocalme si no quielo, no debo aceptal nada de nadie y debo de deciles si alguien me molesta.

—¿Estás seguro de comprender todo eso? Eres muy pequeño—murmuró abrazando a mi niño—. Creo que podemos retrasar tu entrada a la milicia...

—Amor—murmuré riendo—. Él estará bien, o no, mini Capitán.

—¡Si, señol!—murmuró haciendo una pequeña pose militar.

—Deja de preocuparte por nuestro pequeño va a estar bien en esa escuela... ya sabes que debes decir si alguien te molesta ¿Verdad?

—¿Debo decir lo que uteles me lijelon o lo que me ligelon mis lios?

—¿Qué te dijeron tus tíos? —pregunté frunciendo el ceño al igual que mi pequeña.

—¡¿Sabes qlien es mis papis?!¡¿Sabes qlien es mis lios?! ¡¿Sabes qlien es mis Belitos?!

Gritó mi hijo parándose retadoramente y apuntando con un solo dedo mientras producía su pequeño ceño que realmente no lo hacía lucir enojado si no que lo hacía lucir realmente tierno y abrazable, tenía perfectamente claro quién le había dicho eso.

—Voy a matarlos—murmuró mi muñequita apretándose el puente de su nariz—. No mi amor, debes decirles que no te molesten y...

—¡Mis abelitos son los minitlos! ¡No te metas conmiglo!

—Ese fue mi papá—murmuró mi pequeña golpeando su frente con la mano—. Peque, no debes responder sus amenazas, siempre que alguien te diga algo debes ir con el capitán y decirle lo que te están haciendo y si el capitán no te hace caso vienes conmigo y me lo dices a mí.

—Si, mami...

—¿Entonces quedamos claro que no les vas a decir quiénes son tus tíos, tus papás o tus abuelos?

—Pelo yo quielo decilo.

—Amor—murmuró mientras yo me hincaba a la altura de mi hijo—. Está bien que te defiendas, pero eres muy pequeño y no puedes meterte en problemas, el capitán va a estar cuidándote porque eres el más pequeñito del grupo, pero si en algún momento él no puede cuidarte y alguien te molesta debes de decírselo a él, no debes de amenazar con quienes son tu familia... ¿Lo entiendes, amor?

—Si, mami—murmuró haciendo un puchero.

—Está bien puedes decir quién es tu familia pero no como amenaza—murmuró.

Mi hijo sonrió.

—¿Puedo hacelo, papi?

—Si, peque, pero sin amenazas ¿Si?

—¡Si!

Mi hijo se abrazó a nosotros con fuerza ingeniándoselas de alguna manera para abrazarnos a los dos a la vez, se veía realmente hermoso con su pequeño trajecito café y estaba seguro de que se vería mejor con el uniforme de la academia, realmente nosotros nos habíamos negado al principio a ingresarlo, pero nos habíamos dado cuenta que realmente necesitaba aprender a defenderse aunque fuera un bebé, además los ministros habían insistido que era mejor iniciar su educación militar desde pequeño, como ellos lo habían hecho con sus hijos y realmente yo sabía que esa era la mejor opción, mi hijo después podría elegir si quería continuar como militar o quería dedicarse a otra cosa.

—Mi general—murmuró una chica —. Mi coronel.

—Soldado—saludó mi pequeña.

—Lamento interrumpirlos, pero yo soy asignada para estar con su hijo. Seré su tutora personal y yo me encargaré de que se encuentre bien en toda su estancia, por lo que me informaron no se quedará a dormir los primeros meses hasta que cumpla los 2 años... así que la hora que deben recogerlo es a las 5:00 de la tarde.

—Si, nos informaron de ello—murmuré —. ¿Debemos venir nosotros o puede venir alguien por él? Ya sabe, a veces no podemos venir por la carga de trabajo que tenemos con nuestros puestos.

—De hecho sale un autobús de aquí hacia la base principal a las 6:00 de la tarde, en caso de que no puedan venir a recogerlo sólo les pediremos que nos llamen y autoricen que el niño vaya en el autobús, y no se preocupen por eso yo lo acompañaría y lo dejaría hasta que esté con ustedes o con algún responsable ya sean sus tíos o sus abuelos.

—¿Es una buena edad para que entre?

—En realidad es una edad excelente que entre a este tiempo, podrá comenzarse a formar antes que muchos y podrá tener habilidades que no conocen, el plan de estudios para niños tan pequeños es un poco más reducido sin embargo tratamos de enseñarles todo lo necesario, por el momento la mayoría de las cosas serían teóricas, no podemos ponerlos a disparar un arma cuando claramente no van a poder soportar ni siquiera el peso de ella.

—¿Disparar un arma? —preguntó mi pequeña.

—Tranquila, general—murmuró con una sonrisa—. No son armas verdaderas, son una copia que pesan el mismo tamaño y realizan la misma acción que un arma normal sin embargo las balas que arrojan son de esponja totalmente inofensivas, en toda la academia no tenemos ni una sola arma verdadera y las que tenemos nosotros están totalmente guardadas en nuestras oficinas o en la sala de armas a la que sólo tenemos acceso a los profesores o tutores.

—Dios, parezco una mamá de verdad—murmuró mi pequeña.

—Es normal—aseguré con una sonrisa besando su mejilla—. Nos llamarán si ocurre cualquier incidente ¿Cierto?

—Si—aseguró —. Pero no deben preocuparse por eso, tenemos un gran control con todos nuestros alumnos, además que como saben el programa les enseña a tener respeto por todo mundo y una sola falta provoca la expulsión total, son futuros soldados y no pueden tener indisciplinas aquí. Más adelante les hablarán de las clases extracurriculares, como idiomas o deporte, incluso algo de cultura como baile o canto, no sólo les enseñamos a ser soldados sino que los enseñamos a tener una buena vida.

—Cuando estaba aquí no había ni siquiera eso—murmuró risueña mi pequeña—. Creo que me quedo más tranquila.

La mujer nos sonrió hizo un pequeño saludo militar antes de ponerse de cuclillas para ver a nuestro pequeño.

—Hola, soldadito—murmuró.

—Solalo Keyniall Hallison—dijo mi niño haciendo una pose militar.

—Bueno, les sorprenderá si les digo que ni siquiera un niño de 6 años es capaz de decir esto, normalmente tardamos una o dos clases para que se presenten de esa manera. Pero supongo que heredó la valentía de sus padres—murmuró con una sonrisa—. Despídete de tus padres y vamos a la formación.

—¡Si, señola!

Solté una pequeña risa cuando mi hijo se lanzó a mis brazos y yo lo abracé con fuerza, realmente estamos felices porque pudiese comenzar con un entrenamiento militar, en nuestro mundo no sabíamos en qué momento podían atacar los malhechores y tenerlo entrenado era algo bueno.

Cuando se separó de mí se lanzó a los brazos de Keyli, después de decirle varias cosas que yo claramente no entendía, se separó de ella y bajó para caminar hacia la mujer qué era su tutora. nos habían explicado la dinámica de la academia, para los menores de 5 años siempre era necesario tener un tutor personalizado, para que pudiera acompañarlo hasta que pudiese hablar completamente si algo malo ocurría.

Nos despedimos del pequeño Niall y lo vimos alejarse junto con la soldado sin decir una sola palabra, nos quedamos por varios minutos esperando a que el pequeño regresará corriendo, pero no lo hizo, cuando nos acercamos un poco más a los campos nos dimos cuenta de que él corría junto con todos los demás, no se quedaba atrás a pesar de que sus piernitas estaban más cortas que las de los otros.

—Te dije que heredo todo de mi—murmuró mi muñequita riendo.

—No diría eso, general—murmuré besando sus labios —. ¿Qué te hace creer que yo no era igual de inteligente cuando era un niño?

—No lo sé—murmuró pensativa—. Algo me lo dice, coronel...

—Eres tremenda—murmuré riendo.

Ambos caminamos a nuestro auto, subimos y los escoltas inmediatamente comenzaron a rodearnos para poder avanzar hacia la base, realmente ya no era molesto tenerlos alrededor, de alguna forma sabía que podían proteger a mi pequeña en caso de un ataque. Así que eso realmente ya no me preocupaba mucho.

Llegamos a la base y ambos entramos en emoción al ver un auto que claramente reconocíamos como el de Arniel, el Jaguar que habia dejado en su antiguo departamento después del regreso de Keyli. Ni siquiera tuve que decir una sola palabra, ella bajó del auto y sin importarle traer tacones o no estar con el uniforme se adentró en el lugar donde estaban las oficinas. Le lancé las llaves a uno de los escoltas para que se encargara de cerrarlo mientras yo la alcanzaba, realmente sentía que mi corazón latía ferozmente y necesitaba volver a ver a mi mejor amigo para saber que todo estaba bien, para sentir que mi pequeña volvía a estar en paz.

Ni siquiera presté atención a que todas las tropas sean encontraban entrenando o que no habia ni una sola alma en el edificio principal. Subí por las escaleras de servicio al ver que ella había tomado el elevador.

Mi alma se congeló completamente al ver la imagen frente a mí, no podía darle crédito lo que veían mis ojos y podía escuchar el corazón de mi pequeña partirse en mil pedazos, al ver a Arniel con una mujer rubia de la mano, sentía que mis ojos picaban y podía escuchar la respiración pesada y las ganas de llorar de mi pequeña.

Ella se giró a verme buscando una explicación y aunque realmente quería dársela para no sentir cómo su corazón se partía en mil pedazos, yo realmente no tenía una explicación a lo que veía, Arniel no tenía el anillo de matrimonio de Keyli, en su lugar tenía un horrible anillo de oro barato, era claro que habia algo mal, que realmente no habia algo correcto ahí ¿Por qué carajos no tenía nuestro anillo?

—A...Arniel—murmuró mi pequeña.

—¡Hola! —chilló la mujer—. Debes ser Keylani. ¡Soy Anya! Su esposa...

Ella se abrazó a mí como si estuviese buscando consuelo y yo realmente quería dárselo porque no tenía la mínima explicación a todo lo que estaba ocurriendo en ese momento, me sentía como si estuviéramos en un sueño que realmente yo no era capaz de distinguir, Arniel lucía diferente, no como un hombre deprimido, más bien como un hombre al que el alma se le habia apagado al igual que los sentimientos.

No teníamos que ser muy inteligentes para ver lo que estaba ocurriendo y sentí que mi alma se partía cuando mi pequeña se aferró a mi pecho por la mirada gélida que le lanzaba Arniel, ese no era mi mejor amigo, no era el niño con quien había compartido mi infancia y la mayor parte de mi adolescencia, era un hombre lleno de sadismo y con un alma sin luz.

Bien dicen que la pérdida de alguien puede hacerte convertirte en el héroe o en el villano que todo mundo teme, bueno, mi mejor amigo era el segundo caso, no podía ver el mínimo rayo de luz en su mirada, no había nada y sabía que no estaba fingiendo, lo conocía.

<< ¿Qué mierda está ocurriendo?>>

.

.

.

¿Qué creen que esté ocurriendo?

¿Qué creen que ocurra?

¿Estan listos para lo que se viene? 

Holi mis muñequitos, aqupi estamos de regreso! Perdón por no publicarles nada antes, pero salí de vacaciones familiares. Así que aquí tenemos nuestro maratón de la semana<3 

Los quiero, muñequitos<3.

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