Capítulo 52.
Soledad.
"En lo profundo de la tierra, mi amor está mintiendo, y debo llorar solo."~ Edgar Allan Poe
A veces el destino nos muestra que lo que teníamos planeado en nuestra vida era un simple espejismo, espejismo del que realmente no podemos escapar pero que es realmente complicado tener todo en su lugar, la vida siempre es complicada de mil formas distintas, cuando creemos que las estrellas sean alineado en nuestro favor, nos damos cuenta de que eso no es una realidad, nos percatamos que realmente todo lo que estábamos viviendo era una simple ilusión de lo que nos habíamos creado.
Cuando era pequeño mi padre siempre me había contado historias de lo que se sentía estar en el otro lado. Pertenecía a una de las familias que había iniciado Firenze, a pesar de que su familia no era muy reconocida, pertenecía una de las principales y me contaba historias de sus antepasados, quienes decían que realmente todo lo que se vivía despues de la muerte era parecido a lo que describía el maravilloso poeta, realmente jamás había creído eso, pero mi padre sí lo había creído durante toda su vida.
Mi padre había sido el hombre que me había enseñado a pintar, que me había guiado por el camino del arte y que a él siempre le había gustado ver mis pequeñas obras que me gustaba dibujar cuando le robaba sus óleos, pero él también me había inspirado a pertenecer al ejército, él había pertenecido al ejército en su juventud, pero debido a todos los problemas físicos que tenía lo habían dado de baja y él había regresado a su ciudad natal, donde había conocido a mi madre la mujer que él amaba, mi madre era una militar de alto rango en la FEMR, por lo que habían congeniado, sin embargo, no lo suficiente como para mantenerse juntos.
Mi padre siempre había sido un hombre que entregaba todo en el amor, a él no le había importado no ser correspondido, había amado a una sola mujer a pesar de que ella le hubiese pisoteado el corazón de la peor forma posible. Él se había entregado completamente y sólo la había amado a ella, realmente no era mi importado que mi madre se fuera con alguien más, él la siguió amando hasta el final.
Pero mi padre también me había dado una gran enseñanza , cuando amas a alguien y sabes que puedes lastimarlo con uno u otro comportamiento, lo mejor es alejarlo para no llenarlo de tu mierda, él me había dicho que si en algún momento yo sentía que podía explotar y estaba cerca de quienes amaba, el mejor acto de amor era dejarlos ir para que pudieran estar tranquilos no fueran parte de la bomba que estallaría frente a ellos. Él siempre había bromeado sobre la toxicidad que un Vallarelli tenía cuando soltaba su mierda, por eso él mismo había dicho que había alejado a mi madre en su primera recaída, pues no había querido que ella se diera cuenta del dolor que había tenido.
Él había alejado a mi madre por primera vez cuando mi hermano mayor había nacido, no quería dañarla ni a ella ni al pequeño, mi madre había dicho que lo amaba realmente y había regresado con él, supuestamente para cuidarlo el resto de su vida, pero cuando nací yo ese amor se le acabó, no duró nisiquiera dos años a mi lado, se marchó para perseguir al doctor que me habia traído al mundo.
Mi madre no había sido una madre ejemplar, no era por qué le guardará rencor de haberme abandonado, era porque ella misma se había ganado el título de la peor madre del mundo, sólo regresaba con mi padre cuando necesitaba dinero o se había quedado en la completa ruina por perseguir a un hombre que no estaba a su nivel. Lo había lastimado una y otra vez, pero mi padre aun así la habia seguido amando, pero cuando comenzó con los episodios, Mi madre se había marchado completamente y él había decidido saltarla pues sabía que manteniéndola a su lado podía dañarla.
Mi padre había sido mi ejemplo a seguir durante toda mi vida, quizás no había estado presente y la mayoría de las veces no me había recordado, pero para mí había sido el padre más amoroso y más bueno que podía tener. Por eso realmente cuando tuve la oportunidad de buscar tratamientos para él lo había hecho, no quería que siguiera sufriendo todo lo que sufría al tener cientos de enfermedades.
Todo a mi alrededor era completamente negro, no era capaz de discernir qué era realidad y que era producto de mi imaginación, y realmente no quería dañar a mi pequeña con esa mierda o a mi mejor amigo, sabía que si ellos se quedaban a mi lado serían los principales afectados por la onda expansiva que lanzaría todo lo que estaba en mi interior, yo era una bomba de tiempo que en cuanto a explotar crearía sólo dolor y un círculo vicioso de autodestrucción, realmente no quería que ellos se quedaran a mi lado porque los dañaría, peor que el puñetazo que le había dado a Conall, ni siquiera él conocía el monstruo que estaba dentro de mí.
Sabía que ella me odiaría y mejor amigo también lo haría, sabía que posiblemente los perdería pero realmente no quería que ellos estuvieran cuando toda la bomba explotará, ellos creían haberme visto mal pero yo sólo conocía el monstruo que podía llegar a ser al estar tan herido, no quería que ellos vieran esa parte tan horrible de mí. Sabía que los heriría a ambos al alejarlos, pero estaba seguro que ninguno sufriría igual si se quedaba, realmente los lastimaría y yo no podría perdonarme lo que les haría cuando no pudiera controlarme ni a mí mismo.
Era algo tonto, pero sabía que en ese momento no podía hacerme cargo de mi muñequita y aunque sabía que Conall estaría ahí para ella y para mí, realmente no podía dañarlos en esa magnitud, los necesitaba lejos, necesitaba que se alejaran para no quedar cubiertos de la mierda que yo representaría en el momento de mi propia explosión y colisión con el monstruo que había dentro de mí, ellos no merecían ver esa parte de mí.
Sabía que ella trataría de convencerme de quedarse, pero si realmente quería que se fuera debía lastimarla para que se alejara durante un tiempo y me dejará procesar todo lo que estaba ocurriendo, debía actuar antes de volverme una completa mierda y sabía que posiblemente los perdería a ambos, pero eso era mejor al daño que podía causarles estando a mi lado en esos momentos. No me importó nada, compré cuatro boletos en primera clase, para enviar a mi hermano, a Kris, a Conall y a Key lo más lejos posible, Kris podía ir solo como su escolta y los demás podrían seguirlos en el Jet, pero lo importante era enviarlos lejos de mí y sabía que en un Jet ella no se iría.
Imprimí los boletos, sabía que podía estarme ganando su odio, pero en ese momento la amaba tanto que no podía permitir que me viera hecho una mierda, también amaba a Conall como mi mejor amigo y como el hombre con quien amaba a la misma mujer, por lo que no podía permitir que me viera de esa manera, que se llenará de la mierda que sacaría al explotar, seguramente ninguno de los dos me perdonaría e incluso yo mismo no podría perdonarme, pero los necesitaba lejos para no dañarlos, estaba seguro de que el daño que les causaría al obligarlos a alejarse no sería nada comparado con lo que mi mierda podía provocarles.
Ninguno de los dos merecía la versión en la que me convertiría, los quería y por eso debía alejarlos.
Tomé la pequeña maleta de ambos, metiendo las cosas que habían comprado en la ciudad de Firenze, ninguno de los dos merecía el dolor que les causaría, no merecían la versión de mierda que sería cuando me convirtiera en el monstruo que del que yo también huía. Me odiarían, pero se darían cuenta de que había hecho lo correcto.
Tomé las maletas de Keyli y Conall, también los tiquetes de avión y salí de la habitación, tratando de controlar mi propia mierda para no explotar en la cara de ninguno de los dos, sabía que realmente les podía causar daño si eso ocurría.
<< ¿Qué mierda estás haciendo? ¡Da la vuelta con esas maletas y no jodas lo único bueno que hay en tu vida!>>
Los encontré a los cuatro en la cocina, todos tenían una taza de café o un chocolate entre sus manos, Conall mantenía sentada sobre su regazo a Key, seguramente controlando a la pequeña fiera que ella se convertía al querer protegernos, pero en ese momento, yo era quien necesitaba proteger a mi pequeña muñequita para no quebrarla con la mierda que estaba en mi vida, para no dañarla con la explosión de la bomba.
En la milicia nos enseñan a desactivar todo tipo de bombas, menos las emocionales y tampoco nos dicen que esas son las más difíciles de controlar y que si estallan, pueden causar un daño peor que cualquier bomba atómica.
—Deben irse—murmuré dejando las maletas en la entrada—. Preparé su equipaje...
—¿Crees que con eso vas a alejarnos? —preguntó con fiereza Keylani.
—Compré cuatro tiquetes de avión, salen en un par de horas—murmuré ignorando su reclamo—. Los compre directo a la Gran Ciudad...
—Solo gastaste tu dinero—murmuró rodando los ojos.
—El vuelo sale a las...
—¡A la puta mierda con los jodidos vuelos! —gruñó acercándose a mi como una fiera—. ¡Deja de comportarte como un maldito idiota, terco y estúpido! ¡No nos iremos y lo sabes, así que hazle como quieras, pero no me voy a ir y Conall tampoco!
—Kris—murmuré ignorando a la bola de fuego frente a mi—. Llévalos al aeropuerto.
—Señor...
—Dijiste que cualquiera de nosotros podía darte las ordenes que la mantuvieran a salvo, pues bien, llévatela porque yo en estos momentos no soy una persona que pueda mantenerla a salvo y puedo dañarla, así que llévatela para evitarme.
—¡¿Estas escuchando lo que dices?! Pareces un maldito loco.
—¡Y yo te estoy pidiendo que te largues! —grité—. No te quiero cerca Keylani, no quiero que estes cerca de mí en estos momentos, veté junto con Conall.
—Hermano...
—Lárguense, los tres—gruñí —. No quiero tenerlos cerca.
—¡No tienes que comportarte como un idiota! —gritó Keyli —. ¡Yo quiero estar a tu lado!
—¡Pero yo no te quiero a mi lado, Keylani! —escupí.
Sus ojitos se quebraron frente a mí, pude ver ese dolor que estaba evitando causarle pero realmente era necesario para hacerla irse, dañándola era la única forma para que me dejará solo, necesitaba estar solo para poder procesar todo lo que ocurría.
Ella me miró realmente herida, podía ver como su corazón se quebraba por medio de sus ojos, ella realmente me odiaría pero prefería eso a dañarla, me quité nuevamente mi anillo de matrimonio, quizás era algo idiota, no teníamos ni una maldita semana como esposos pero necesitaba alejarla para no dañarla con mi mierda.
—Prometimos amarnos en la salud y en la enfermedad, pero en estos momentos no puedo hablarte ni hacerme cargo de ti, Conall puede contener todo lo que tú tienes por dar y yo solo te heriría en estos momentos.
—Eres un maldito descerebrado—murmuró golpeando mi pecho con sus puños cerrados—. ¡Jamás me importo dejar que vieras mi mierda, me abrazaste cuando yo sentía que los estaba dañando y quería alejarlos porque yo sabía que podía dañarlos con la maldita mierda que me persigue, tú te quedaste y yo no te obligué a irte! yo debo dejar que me veas vulnerable pero tú te estás comportando como un maldito idiota.
—Entiende que...
—¿Qué quieres que entienda? —gruñó bajando la mirada para ver la punta de sus zapatos —. ¿Qué eres un maldito orgulloso que quiere alejarme cuando yo quiero estar a su lado? ¿O que no quieres dejar que te vea vulnerable porque eso heriría tu maldito orgullo de dominante?
—Key, no se trata de orgullo, no mereces ver esta parte de mí, ni tú ni Conall...
—¡Deja de decir lo que merecemos o no! —gritó estampando su puño sobre mi pecho—. Deja de creer que tienes el maldito derecho a ello, entiendo que estás herido, acabas de perder a tu padre, pero nada te da el derecho a decidir qué merecemos nosotros o si queremos quedarnos o irnos de tu lado ¡Tú no eres así!
Detuve sus manos, Conall me miró con la ira que seguramente estaba conteniendo y que le impedía partirme la cara a puñetazos, nuestro pacto de mejores amigos también incluía molernos a golpes si alguno de los dos perdía la cordura, pero estaba seguro de que en ese momento nisiquiera eso sería suficiente.
—Deja de ser cobarde—gruñó jalando a Key hacia su pecho, encerrándola en sus brazos—. Deja de comportarte como un verdadero idiota, deja de pensar que estas solo porque no lo estas y...
—¡Se que no estoy solo! —gruñí—. Pero quiero estarlo, porque te dañaré y la dañaré a ella.
—¡No puedes decidir qué cosas me dañan! tú estuviste ahí cuando tuve mis crisis de pánico y ansiedad, cuando me despierto todas las malditas noches sintiendo que ese bastardo me está tocando Y estuviste ahí cuando yo misma me odiaba ¡lo hiciste porque me amabas!
—¡Y te amo! —gruñí—. Te amo, nena... por eso necesito que te vayas, que regreses a la Gran Ciudad y continues con tu vida... Conall puede darte lo que yo en estos momentos no puedo...
—¡Somos esposos, carajo!
—Ahora no—murmuré —. Ahora no quiero que seas mi esposa, porque eso te va a dañar.
—¡El matrimonio no es algo de hoy sí y mañana no! —chilló con las mejillas infladas por la ira—. Se maduro y deja de comportarte como un niño.
—¡Estoy siendo maduro! Te amo y por eso necesito que te alejes de mí, necesito que te protejas de mí porque yo me voy a autodestruir y no quiero que estés en cuando me convierta en nada.
Podía ver cómo sus ojos se llenaban de lágrimas una y otra vez, pero no salían de sus ojos, en mi vida va con tanto dolor que estaba seguro que eso estaba partiendo mi alma, pero era necesario para alejarla y no llenarla de toda la mierda que sería en el momento que la bomba explotara, necesitaba que ella estuviera lo suficientemente lejos como para que no fuera llenada con mi dolor y mi autodestrucción, Conall podía protegerla, él podía hacerlo y darle la felicidad que merecía, algo que yo no podía hacer en esos momentos.
—¡Eres un maldito arrogante, hijo de puta y un estúpido descerebrado! —gritó con furia.
—Necesito que te vayas, Keylani.
—¡Deja de decir mi nombre como si fuera una maldita niña! —gritó—. ¡No me voy a ir!
—¡Vete! ¡Aléjate antes de que mi puta mierda apague tu brillo, Sé lo que va a ocurrir si te quedas y no quiero que eso pase contigo!
—¡Tú no decides que hacer por mí, no soy una niña!¡No pienso dejarte, porque eso es el verdadero amor!
—Te amo lo suficiente como para saber que en este momento que estén cerca de mí nos va a dañar a los tres, quiero a Conall como para saber que si se quedan, voy a volverlos parte de mi mierda—murmuré tomando sus mejillas entre mis manos—. Conejita, necesito que te vayas, Quiero protegerte de la mierda en la que me voy a convertir, quiero protegerte de mí y de la autodestrucción que seré.
—No... No nos hagas esto—murmuró y una primera lagrima salió de sus hermosos ojitos verdes.
—Vete, vete antes de que te hiera.
Ella me miró con dolor, era un dolor tan profundo que estaba seguro estaba destruyendo completamente todo lo que había en mi corazón, el poco amor que me quedaba se estaba destruyendo.
Realmente en ese momento no podía hacerme cargo de ella, no podía amarla como lo merecía y no podía entregarme completamente, no tenía el control ni de mi propia vida y sabía que entre más tiempo pasara y mi cerebro más lo procesará, la mierda cubriría todo lo que estaba alrededor de mi vida, por eso debía protegerla, ella y Conall eran lo que me quedaba, no quería dañarlos, tampoco quería llevarme entre las patas a Álex, tampoco merecía ver mi mierda.
—Te odio—murmuró.
—Lo sé—murmuré—. Es mejor que lo hagas en estos momentos...
—Arniel... no nos hagas esto.
Antes de que pudiera decir otra palabra, bese sus labios, el sabor a fresas había desaparecido y sólo era un sabor amargo, un sabor realmente doloroso, estaba seguro de que si existía un sabor para el dolor que estábamos atravesando era ese, le había prometido tomar su mano en cualquier tormenta, pero en ese momento realmente no podía hacerlo, la dañaría a ella y lo dañaría él. No quería dejarla ir, mi lado sádico queria mantenerla a mi lado, pero la cordura me obligaba a alejarla, no quería dañarla como lo haría si se quedaba.
Sentí que sus manos se aferraban a mi camisa, no quería soltarme tanto como yo no quería hacerlo, pero era lo correcto pues había que si la hería de la forma que lo haría si se quedaba, jamás podría perdonarme causarle tanto dolor, el dolor que le estaba provocando en ese momento no se veía nada comparado con lo que ocurriría si se quedaba a ver mi mierda.
Me obligué a alejarme de sus labios, le quité las manos de mi camisa y miré a Conall con determinación.
—Un día nos prometimos que si uno perdía la razón el otro lo molería a puñetazos, dejaré que lo hagas, pero a cambio llévatela lejos de mí.
—Eres un completo idiota, Vallarelli—gruñó con ira hacia mi—. Me la llevaré no porque quiera, lo haré porque la estas dañando como prometimos jamás hacerlo.
—Llévatela—gruñí.
—No es necesario que me lleve nadie—gruñó mi pequeña—. Un día me prometiste que tú jamás me harías daño, que jamás derramaría una lágrima por tu culpa...y dijiste que un Vallarelli nunca rompía sus promesas...
—No puedo contenerte en estos momentos, nena, no puedo ser lo que mereces... Lo siento, pero te estoy protegiendo.
Ella me miró con dolor, tomando entre sus manos la maleta rosada con un pequeño conejito dibujado.
—Yo siento haberte creído—gruñó —. Fui realmente estúpida al creer eso de alguien que está siendo cobarde porque cree que no puede contenerme... Adiós, Arniel...
—Adiós, Conejita—murmuré sintiendo que una parte de mí se iba con ella.
No dijo nada más, tomó la maleta y comenzó a caminar fuera de la casa. Fui testigo del momento en el que su corazón se rompió completamente al dejarme atrás, nisiquiera podía decirle que regresaría con ella en un par de semanas, porque nisiquiera yo sabía cuánto tiempo necesitaba para poder sanar y dejar de ser toxico para ella, debía alejarla porque no quería que nuestra relación fueron círculo vicioso en donde sólo le dañara o me comportara como un verdadero bastardo.
—Espero que cuando te des cuenta del error que estás cometiendo, no sea demasiado tarde—gruñó Conall poniendo la mano sobre mi hombro—. No sabes las ganas que tengo de meterte cientos de puñetazos por ser un idiota, pero no voy a hacerlo porque la dañaría ella y en estos momentos ya está bastante herida por lo que acabas de decirle, como para que yo la hiciera enemistándome contigo.
—Vete—murmuré.
—Alejarnos es lo más idiota que has hecho en toda tu vida, no puedes protegerla estando lejos y no estoy de acuerdo con nada de lo que estás diciendo en estos momentos, pero sé que no eres tú, es el dolor hablando por ti, realmente deseo golpearte hasta que entres en razón...
—Hazlo...
—No voy a hacerlo, eso la heriría—murmuró soltando un suspiro cansado—. Vamos a respetar tu decisión, aunque yo no esté de acuerdo en que la dañes de esta manera, yo puedo soportar que me dejes de hablar, pero ella es nuestra florecita y la estás marchitando, sé que entraras en razón pronto...
—No lo sabes...
—Quizás no sé en cuánto tiempo, pero sé que aunque eres un imbécil volverás a ser el Arniel de antes—murmuró —. Cuando entres en razón y vayas a casa, voy a esperarte para decirte lo bastardo, idiota, arrogante y dominante descerebrado que eres—gruñó —. Eres mi hermano pero en estos momentos no te reconozco y si me voy es porque quiero protegerla a ella...
—Conall...
—Realmente eres un idiota—murmuró con la voz cargada de dolor—. Le prometimos amarla y jamás romperle el corazón...
—Siento no cumplir esa promesa.
—Eres un maldito mentiroso—murmuró con furia hacía mí.
—Cuídala...
—Lo haré, no por ti, lo haré por ella, no merece que la trates de esta manera—murmuró.
Tomó su maleta y sin decir nada, siguió a mi pequeña por la puerta de la cocina, seguramente alcanzándola en el auto, sabía que estaba rompiendo el corazón de ambos, no sólo había quebrantado la promesa de no romperle el corazón a mi pequeña sino también la promesa de hermandad que habíamos hecho Conall y Yo, esa en donde no nos separaríamos por más mierda que tuviéramos sobre nuestros hombros.
Mi hermano no se movió ni un solo centímetro.
—Dije que queria lejos a todos...
—A ellos puedes decirle una misa—murmuró —. Pero estas en mi casa y si yo quiero, aquí me quedo—gruñó.
—Eres un arrogante
—Mira quien lo dice, el idiota que alejo a lo único bueno que tenía en su vida porque no se cree capaz de manejarlo.
Sin decir otra palabra se puso de pie y caminó hacia donde se suponía era su habitación, no lo detuve pues sabía que quizás a los demás podía alejarlos pero a él no, trataría de mantenerlo lejos de mi mierda, pero no podía prometer no dañarlo.
No me atrevía a levantar la mirada más allá del piso, ni siquiera cuando comencé de deambular por toda la casa mientras sentía que el fantasma de mi padre iba a mi lado, estaba enojado con todo, estaba triste por no haber podido controlar su muerte, estaba enojado con la vida por arrebatarle la vida a mi padre tan de repente, estaba molesto con él por no haber sido más fuerte y aunque era consciente que todas esas cosas serán totalmente estúpidas era la única forma en la que me podía mantener coherente.
Llegué hasta lo que habíamos compartido una vez como un estudio de Arte, el olor a pintura fresca inundó mis fosas nasales y sentí que la ira me consumía, mi padre no merecía haber muerto cuando apenas estaba comenzando a vivir, padre tenía ganas de seguir viviendo y me lo había demostrado los últimos 3 días, no merecía morir.
Tomé todas las pinturas que se encontraban cerca de mí, perdí completamente el control de mi cuerpo, la ira y el dolor tomaron todo el control de mí mismo, me hicieron perderme en una nebulosa donde lo único que podía pensar era en lo hijo de puta que había sido al alejar a mi muñequita y a mi mejor amigo, donde solo podía culparme por no haber llegado a tiempo con mi padre, donde culpaba a mi hermano mayor por no haber sido más consciente de lo que mi padre estaba sufriendo.
Todo me molestaba, los cuadros, los colores que estaban plasmados en ellos, me acerqué con furia a los caballetes de los últimos cuadros que habíamos pintado, incluido el del hermoso atardecer en el ponte santa trinità, donde mi padre y yo nos habíamos dibujado a los cinco. Justo cuando estaba por quebrarlo contra el suelo, pude ver la letra de mi padre, la letra en italiano que siempre me habia gustado leer detrás de sus pinturas.
Mi pequeño sapito.
Espero que realmente nunca tengas que leer este cuadro, me aseguraré de ocultarlo durante el resto de mi vida para que no puedas leerlo hasta que yo ya no esté en este plano existencial. Si estás leyendo esto significa que he tenido que partir antes de tiempo, por favor, No hagas nada de lo que se hace siempre, que es hacerle pasar a todos por la experiencia traumática de un velorio, sabes que yo siempre odié ver lágrimas en los ojos de otras personas, así que no te atrevas a juntar cientos de personas para que lloren mi muerte.
Mi pequeño sapito, quizás la vida me dio otra oportunidad de recordarte para poder despedirme de ti como era debido, durante 25 años le pedí a la vida diez segundos lúcidos para poder evocar a los que quise sin que llegue a atraparme la melancolía, pedí poder recordar al pequeño niño de ojos azules que siempre estaba en mi mente, pero que no podía recordar ni su nombre.
Soy consciente de lo que dijo mi médico, él te anticipó que yo podía morir en cualquier momento, era algo que yo ya sabía pues mi cuerpo se encuentra tan débil que puede fallar en cualquier momento. Me di cuenta de que estabas ocultando mi muerte cuando lo vi en tus ojos, sé que pronto llegará mi fin y no puedo detener eso. Los Vallarelli siempre nos caracterizamos por querer el control de todo, pero creo que en este momento realmente es imposible para mí hacer algo así, así que no te sientas culpable si estás leyendo estas palabras despues de mi muerte, no sé si moriré en unos días o en unos años, pero quiero que sepas que los últimos 3 días que has estado aquí en Firenze, han sido los más hermosos de mi vida... me permitiste conocer a las personas que Amas y sabes que sin importar que el mundo te abandone, yo no lo haré, no te juzgaré.
Vi tus ojos el amor que le tienes a esas dos personas, gracias por permitirme ver que mi hijo yo le enseñé y espero que realmente me perdones por haberte olvidado durante tantos años, te prometo que siempre pensé en el niño de ojos azules, el niño que me ayudaba a estar en mis tormentas más profundas. De lo que me di cuenta estos dos días que he estado conviviendo con ellos, es que realmente has encontrado las personas que son tu balsa, así que no te atrevas a alejarlos porque vas a arrepentirte de ello. Estoy feliz de saber que tu amor es correspondido y que seguramente podrás vivir eternamente al lado de las personas que amas, si muero mañana creo que estaría realmente feliz de ello, de que no te quedarás solo.
Antes de terminar este pequeño escrito, quiero darte unos cuantos consejos antes de mi muerte, ama tu familia, la familia que has deseado crear; decidiste pasar tu vida al lado de ellos así que hazlo y mantente fuerte a su lado: sé que no podrán tener hijos porque ella fue sincera conmigo por eso necesitas ser su fortaleza porque ella realmente tenía la ilusión de ser madre, siempre hay otras opciones; asegúrate de cultivar la amistad y sembrar la alegría en todos lados en donde estés, no importa que tan roto te sientas se amigo de tus amigos; vive para darle la fortaleza a los que la necesitan, no seas una pieza incompleta en algo; se solidario y compasivo, sé que eso no es nada complicado para ti porque eso eres si lo heredaste de mí, pero no olvides seguir mi ejemplo; dale lo mejor de ti y siempre ayuda a construir el mundo, eres un militar hice que me vas a hacer orgulloso esté donde esté pero es que esa noble labor sea constructora para el mundo.
Y por último pero no menos importante, aprovecha cada instante, cada momento para sentirte vivo y vivir al lado de las personas que te aman. Hijo, cuando parte de este mundo abraza a las personas que amas, por favor no me des coronas de flores, mejor hazme sentir orgulloso de que dejé en la tierra a un hombre que ama a pesar de estar roto.
Quizás no fui un padre ejemplar, pasé más de 25 años sin recordarte y llegué tarde para mostrarte el amor que te tengo, pero ten por seguro que lo hice cada instante de mi vida a pesar de no recordar tu nombre y que me iré de la Tierra sabiendo que mi pequeño hijo es un gran hombre. me permitiste ver el brillo de amor en tu mirada y eso es más que suficiente para hacerme sentir bien.
Sostén la mano de esa mujer, de la que tanto amas y que me demostraste que lo haces, si has decidido compartir el amor de una mujer con tu mejor amigo, asegúrate también de quererlo a él, no me refiero a que lo quieras como si fuera tu pareja, sino como un verdadero confidente, sabes que yo siempre fui liberal en el amor y jamás me atrevería a juzgarte, el amor es amor aunque esté de diferentes colores, así que no te importe nada, si tú los amas y los quieres en tu vida, entrega todo tu corazón.
No llores por mucho tiempo, sabes que es bueno expresar el dolor pero no te quedes estancado en ello, sigue avanzando y toma la mano de la mujer que amas, ella es una gran luz. Así que no te apagues, porque estoy seguro de que tú también eres para ella su fortaleza.
Mi pequeño sapito, te quiero y te querré siempre, aunque mi cerebro vuelva a olvidarte, mi corazón te seguirá recordando. Si has leído esto después de mi muerte, recuerda que siempre tendrás a tu viejo en las estrellas.
Con amor.
Papá.
Me quebré.
No soporté más el dolor, no resistí más la culpa.
Las lágrimas no paraban de salir de mis ojos, lloraba con tanta fuerza que sentía que me estaba deshidratando, me dejé caer de rodillas en el estudio mientras abrazaba el último cuadro que había hecho con mi padre.
El aire me faltaba especialmente sentía que mi corazón se había destruido en mil pedazos, no podía ser fuerte en ese momento, no podía ser la fortaleza de mi pequeña o de Conall, no podía cuidarlos y tampoco contener sus emociones, no podía hacerme cargo de un nosotros si no podía hacerme cargo de un yo, realmente necesitaba sanar para poder volver a ellos, para volver a tomar el control y las riendas de mi vida
Perdí completamente el control de todo, el control de mi vida, el control de mi ser y el control de mi corazón, Me convertí en la cáscara de lo que era y eso era de lo que yo quería proteger a mi pequeña, de la autodestrucción de mí mismo, de sumirme en el profundo hoyo de la soledad y desesperación, porque estaba seguro de que nadie podía sacarme de ese lugar, sólo yo.
La tormenta comenzó
Mi vida se quebró.
Mi pequeña se alejó.
Mi compañero se la llevó.
Y eso estaba bien... ¿No? Después de todo, les prometí protegerlos por el resto de mi vida y esa promesa no iba a romperla.
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¿Qué les pareció este capítulo?
¿Creen que Arniel lo supere y regrese?
Debo confesar que llore unas tres veces en menos de una hora. ¡Lo siento!
No me odien.
Holi muñequitos.
Espero hayan disfrutado este maratón <3 Plis, no maten a esta autora, todo lo que ocurrirá a partir de este capítulo es esencial 😉😉, no me maten y la explicación ya la sabrán conforme pasen los capítulos <3
Los quiero mucho<3
Autora fuera *Sale corriendo antes de que la linchen"
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