Capítulo 34.
Ardiente amor.
"Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos lo hará" ~ Julio Cortázar.
*Disfruten y lean en un lugar donde no los vayan a cachar ;) esto se puso Spicy🔥🔥.
Cuando menos crees que las cosas pueden ser como tú las tienes planeadas, llega el momento en que la vida te sorprende mostrándote cosas incluso mejores de las que tú habías imaginado, te das cuenta de que todo lo que sufriste en el pasado o lo que tuviste que atravesar para llegar a cierto momento no fue nada comparado con lo que tienes en ese momento, te das cuenta de que valió la pena cada sacrificio y que todo lo que ocurrió tenía un sentido de ser.
Toda la vida mi madre me dijo que siempre tuviera la confianza en el amor de que podía mover barreras y crear huracanes, no importaba cuánto tiempo pasará todos teníamos a alguien destinado y que esa persona por más que muchos dijeran que no era cierto, era quien te completaría y te haría sentir feliz con un simple detalle, quién te haría sentir que todo tu mundo se ponía de cabeza y que sé coloreaba de un hermoso tono rosa, eso me hacían sentir ellos, que por un momento yo podía amar sin mirar y que recibiría el mismo amor por parte de ellos del que yo entregaba.
Jamás creí que entregarme a alguien me haría sentir también y que me haría creer que el amor era más que lo que podía pensar, la vida me había mostrado que hay muchas veces en las que no tenemos una idea correcta de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, sin embargo parece como si las estrellas se alinearan a nuestro alrededor para llevarnos a un camino en donde nosotros sabemos que seremos felices y eso es en realidad lo que nos hace humanos, el saber que en cierto momento de nuestra vida tendremos todo lo que hemos anhelado y todo lo que queremos para nuestra vida.
cuando ellos habían llegado a mi vida habían llegado como una tormenta que destruía todo a mi alrededor, habían destronado cada una de mis creencias y me habían hecho sentir como si todo a mi alrededor fuera algo completamente diferente. Me encantaba saber que así como ellos eran todo para mí yo lo era todo para ellos, me llenaba el corazón saber que amar si podía ser recíproco, recibía lo mismo que daba y eso me encantaba.
Quizás había sido bastante inesperado lo que estaba ocurriendo pero eso era lo que me llenaba el corazón porque me indicaba que ellos realmente me amaban, yo sabía que en sus corazones estaba yo tatuada al igual que ellos estaban tatuados en el mío, los amaba y claro que quería permanecer durante el resto de mi vida a su lado y que si existían más vidas quería encontrarlos en cada una de ellas para poder seguirlos amando.
Para mí ellos se habían convertido en mi todo y realmente lo que había sufrido estando lejos de ellos se comparaba bastante con lo que ellos habían sentido, habíamos sentido que nos faltábamos, necesitábamos el calor que nos podíamos brindar, ellos me daban un calor inigualable que ni siquiera había encontrado en los brazos de alguien más, sabía que eso se debía a que mi corazón les pertenecía y que más que un capricho era amor lo que sentía realmente por ellos.
No importaba nada más, sólo saber que ellos estarían a mi lado abrazándome y dándome el calor que necesitaba para sentirme segura, los elegí a ellos una y otra vez sin importar nada y no me importaba si alguien nos iba a juzgar, porque esa relación era nuestra no era de nadie más y si alguien quería juzgar que entonces entendiera lo que era el amor, sólo así aceptaría alguna crítica contra mí.
Estaba completamente paralizada claro que tenía la respuesta de lo que quería decir pero simplemente no salían palabras de mi boca, lo único que podía sentir eran mis mejillas totalmente inundadas de lágrimas, pero eran lágrimas de felicidad al saber que estar ahí en significaba que estaba con vida y que habían logrado encontrar el camino a casa, el camino que me llevaba a su lado.
Claro que quería gritar la respuesta, creía que todo el maldito mundo se enterara que yo era de esos hombres y que ellos eran totalmente míos, que no importaba si había mil tormentas ellos me protegerían en cada una de ellas y que yo también sacrificaría cada cosa del mundo por protegerlos, porque si mi madre algo me había enseñado era proteger a quien amaba, ella me había dicho que cuando encuentras a la persona indicada no importa nada a tu alrededor sólo sabes que es ella y luchas y sacrificas hasta tu propia vida por salvarlos.
Así que si ellos estaban dispuestos a quemar al mundo por mí, yo estaba dispuesta a quemar al maldito infierno y volverlo cenizas para poder regresar una y otra vez con ellos. no me importaba nada más en el mundo solo tenerlos a salvo y tenerlos a ellos sosteniendo mi mano para darme las fuerzas que necesitaba para enfrentar cada uno de los retos que la vida me ponía.
Traté de dejar de llorar para poder decir las palabras que tenía en la boca porque si no las decía ellos podían malinterpretar mi silencio y creer que no quería pasar la vida entera con ella. los miré a los 2 tratando de ubicar en mi campo visual a ambos hombres que me hacían sentir única, que me amaban a pesar de que no era la única mujer sobre el mundo, que me elegían una y otra vez, y que sin saberlo me habían esperado porque algo en el fondo de sus corazones quizás les decía que yo seguía con vida.
—Conall... Arniel— murmuré—. Jamás había amado a nadie como los amo a ustedes, jamás había estado dispuesta a sacrificar todo por salvarlos y tampoco había sentido la desesperación de creer que no podía volver a verlos, ustedes me enseñaron cientos de maneras para amar y créanme cuando les digo que en cada una de ellas sólo han sido ustedes los que me han hecho sentir una mujer única.
—¿Eso es un sí?
—Eso es una declaración de amor, porque les estoy diciendo que los amo con toda mi alma y que quiero estar a su lado sin importar nada, quiero que ustedes sean los hombres a los que vea al despertar y los que me llenen de calor todas la noches. Acepto ser su mujer si ustedes aceptan ser mis hombres, porque ustedes saben que mis contratos no son de unos días y si aceptan estar a mi lado se estarán encadenando para siempre porque no pienso volverlos a dejar ir.
—Entonces, aceptamos ser tus hombres porque también te encadenaremos a nosotros si intentas volver a escapar—aseguró Arniel.
—Y te traeremos una y mil veces a esta isla si vuelves a intentar irte de nuestro lado—complemento Conall.
—Entonces acepto, porque jamás podrán alejarse de mí, ya no más...
Ambos sonrieron y colocaron los anillos en mi dedo anular izquierdo, haciéndome sentir amada por poder tener tan hermosas joyas sobre mi piel, me hacían sentir amada con cada jodido detalle y saber que ellos estaban igual de dispuestos para amarme como yo lo estaba con ellos, me hacía sentir la mujer más afortunada de la tierra, no me importaba si la vida se empeñaba en joderme, si los tenía a ellos no importaba nada más.
Antes de que pudiera reaccionar los brazos de Conall fueron los primeros en atraparme, obligándome a rodear mis piernas sobre su cintura, quizás era una de las posiciones más incómodas considerando que tenía un maldito vestido enorme y pesado, pero cuando sus labios tocaron los míos fue como si de repente estuviera flotando en el aire. Sentí que no había pasado ni un solo día desde la última vez que sus labios habían estado sobre los míos, no había nada más a excepción de sus labios que existían en ese momento.
Aún seguía sorprendiéndome la capacidad que tenían de comunicarse sin decir una sola palabra, Conall se separó de mí dejando un pequeño vacío al dejarme sobre el suelo, sin embargo mi cuerpo fue nuevamente levantado por mi segundo hombre, quien sin dudarlo hizo que nuestros labios se juntaran causando un ligero baile y tan delicado que hacía que todo mi cuerpo se sintiera nuevo. Era como si en realidad no hubiese pasado todo el tiempo que había pasado sin haber probado los labios de mis hombres, se sentían como en la primera vez que los había tocado y me sentía tan enormemente feliz de tenerlos que las ganas de llorar me inundaban, pero a la vez quería ser feliz y no volver a derramar una sola lágrima por nada, pues sabía que estando con ellos sería completamente feliz.
Ellos me llenaban el alma de mil maneras distintas y hacían que mi corazón latiera con cada una de sus palabras. Me hacían sentir única y como si todo a mi alrededor tuviera sentido de repente pero a la vez no tuviera ni un poco de lógica, era un sentimiento que jamás había tenido pero que me llenaba completamente el corazón de amor.
Cuando Arniel se separó y me dejó sobre el suelo, me dedico una pequeña sonrisa cargada de lasciva, solté un pequeño jadeo sin poder evitarlo al sentir que mis pulmones volvían a llenarse de aire, pero a decir verdad me encantaba la sensación que dejaba en sus besos era un delicioso ardor en mis labios y a la vez como si mi cuerpo hubiese perdido la capacidad de respirar por sí mismo.
Los miré, mi respiración se encontraba agitada y apenas era capaz de poder hablar con coherencia.
—Me sigue encantando cómo nuestros besos te dejan tan atontada—murmuró Arniel.
—Es nuestra muñequita, claro que nuestros besos la dejan completamente sin habla—aseguró Conall —. Escucha... teníamos otra sorpresa para ti esta noche, pero si no quieres que hagamos nada de eso, es completamente entendible y esperaremos hasta el momento en que tú lo decidas ¿De acuerdo? —murmuró mientras se acercaba a mi—. No queremos presionarte para nada, realmente queremos que disfrutes de lo que te tenemos preparado y...
Besé a Conall antes de que continuara con su discurso, lo conocía y sabía que las palabras que queria decir solo eran porque no quería incomodarme, pero yo no podía incomodarme si llevaba meses deseando tenerlos de nuevo entre mis piernas, ellos me habían convertido en una ninfómana y más les valía hacerse cargo de ello.
Él soltó una pequeña carcajada y antes de que pudiera hacer algo, me llevó escaleras arriba mientras Arniel nos seguía de cerca, eso no había cambiado en lo más mínimo, no se molestaban si yo estaba con uno de ellos nada más o si le daba más besos al otro, siempre encontraban la forma de estarme tocando los dos y eso era algo que a mí me encantaba.
Conall dejó mi cuerpo con delicadeza cuando subimos a la segunda planta, sólo había 3 habitaciones en toda la planta de arriba por lo que estaba segura que eran enormes, podía ver al final del pasillo uno de los ventanales que había visto al entrar a la propiedad.
—Es hermoso—murmuré.
Bajé la mirada hacia el suelo encontrando un hermoso camino de pétalos de rosa que llevaban directamente a lo que suponía era La Habitación más grande, pues era la única que se encontraba del lado derecho del pasillo.
—Esa es nuestra habitación—murmuró Arniel besando mi cuello con ternura—. La diseñamos específicamente con todos tus gustos.
Sonreí y camine hacía ella.
Al abrirla solté un pequeño jadeo, La Habitación era enorme casi como todo mi departamento, tenía un sofá interior que al igual que los del piso de abajo estaba construido de oro blanco y con hermosos acojinados rojos. No había muchas decoraciones, pero podía ver dos puertas que seguramente eran la ducha y el vestidor, era tan hermoso que no podía pensar en nada más al verlo.
Mi vista se dirigió a la cama, era como si hubiesen juntado dos camas King Size, del techo colgaban un hermoso dosel de seda rojas, las sábanas eran completamente blancas con un edredón rojo que marcaba todo preciosamente. Había un enorme televisor frente a la cama. También había una enorme ventanal que iluminaba con la luna toda La Habitación, y podía ver que las cortinas rojas también podían cerrarse para evitar cualquier luz dentro.
—Me encanta—murmuré.
Sonreí girándome hacia ellos, Justo cuando estaba por besar los labios de Arniel, él mismo me detuvo, negándose a que besara sus labios como tantas ganas tenía de hacerlo. Lo miré sin entender.
—¿Van a seguir siendo mis Amos también? —pregunté divertida—. Porque eso no me molestaría en lo absoluto, pero quiero que me lo digan...
—Por supuesto que seguiremos siendo tus Amos, pequeña conejita—murmuró Conall parándose detrás de mí—. De hecho... para mañana tenemos otra pequeña sorpresa para demostrarte lo mucho que podemos ser tus Amos.
Sentí como sus manos se posaban sobre mi vestido, y comenzaban a desatar los nudos que Marlen se había encargado de poner, en el corse que se ajustaba perfectamente a mí cintura. Sentí un pequeño escalofrío cuando Arniel comenzó a pasear sus dedos por mis labios, tentándome pero sin besarme.
—Tenemos que tomarnos con calma que nuestra conejita está de regreso, amor—murmuró rozando sus labios con los míos—. También debemos enseñarle cuánto le extrañamos...
Sus dedos bajaron por mi escote, delineando con delicadeza el borde del vestido que apretaba perfectamente mis pechos, dejándolos incluso más apetecibles, siempre había tenido pechos voluminosos y era algo que me encantaba, pero a ellos parecía fascinarles.
Mi cuerpo realmente parecía necesitado por ellos, sentía como cada una de mis células vibraba al escuchar sus roncas voces. Cuando Conall terminó de desatar los hilos del corse, Arniel se encargó de bajarlo, dejando mi cuerpo únicamente con la lencería que mi mejor amiga me había obsequiado, era prácticamente de encaje, tan hermosa que brillaba en la oscuridad de la noche.
—¿Venias preparada? —interrogó Conall, delineando mi silueta con sus manos.
—A mí me parece que nuestra muñequita venía preparada para que sus hombres la tocarán, es fácil adivinar cuando viste una ropa tan divina.
—M...Mar...—susurré al sentir los dedos de Arniel sobre mis pechos.
—Entonces... debemos darle algo a Mar por habernos enviado tan divino regalo.
—D...Dijo que no la rompieran... es de oro...
—No pensábamos romperla, amor—murmuró Conall.
Conall me cargo sin la mínima dificultad sacando mis pies del vestido que había quedado hecho bolas en el suelo, solté un pequeño jadeo el sentir la erección rozando mi intimidad aún sobre la tela, había olvidado completamente, lo que se sentía tenerlos a ellos tan cerca y lo dotados que eran.
Me dejó con delicadeza sobre la cama, trague saliva al sentir como ellos se posicionaban frente a mí dejándome ver todo su cuerpo enfundado en el traje negro. Cuando estaba a punto de extender mis manos para poder tocarlos, ambos me detuvieron y se relamieron los labios indicándome que ellos tendrían el control esa noche y a decir verdad no me molestaba eso, siempre me había gustado que ellos me mantuvieran a control cuando yo ni siquiera podía mantenerme cuerda cuando ellos estaban cerca.
Vi como a la par comenzaban a desnudarse, primero sacando el saco que cubría sus pechos y desabotonando uno por uno de los botones de la camisa, parecía que estaban completamente coordinados pues lo hacían a la vez.
Casi me atraganté con mi propia saliva al ver que ambos quedaban completamente desnudos del torso, claramente se habían ejercitado muchísimo en mi ausencia no parecían afectados a pesar de haber estado en cama dos semanas, ellos parecían no haber perdido ni un solo gramo de musculatura desde que lo recordaba, en su lugar habían ganado y tonificado incluso más sus torsos, Arniel tenia un perfecto paquete de seis, pero Conall tenía un hermoso paquete de ocho, lo que me parecía jodidamente increíble. Mi boca perdió comunicación con mi cerebro y se abrió por completo, dejando mi mandíbula casi en el suelo.
<<Dios, cierra la boca Keylani>>
Era imposible no babear al ver a ambos hombres con el torso completamente desnudo, eran como la fantasía favorita de cualquier mujer, me sentí incluso atontada al verlos como si mi cuerpo reaccionara inconscientemente a su cercanía. Sentía como la saliva se atoraba en mi garganta y como si no existiese nada a mi alrededor más que ellos, solo era capaz de pensar en lo deliciosos que se veían, sus pantalones estaban apretados por la erección que se alzaba y era la imagen completamente perfecta.
Tragué saliva cuando a la par comenzaron a deshacerse de sus cinturones y desabotonaron sus pantalones, sentí como si me ahogara con mi propia saliva cuando los pantalones cayeron a la par, dejando al descubierto los bóxer que cubrían sus erecciones. Eran tan perfectos que mi corazón no podía parar de latir, los tres nos encontrábamos con solo la ropa interior cubriendo nuestros cuerpos y eso en definitiva era tremendamente delicioso.
Ellos habían dicho que yo era su fantasía favorita, lo que les hacía fantasear en cada instante; lo que ellos no sabían era que yo tenía el mismo impacto con ellos, con sólo verlos podían desatar todas las perversiones más profundas que tenía en mi mente, me hacían salivar con el simple hecho de verlos y eso era condenadamente jodido.
—Amor...—murmuró Arniel colocando un dedo sobre mi barbilla para que pudiera verlos a los ojos.
—Esta noche puedes gritar todo lo que quieras, nadie te escuchará, solo nosotros y créeme cuando te decimos que te vamos a hacer gritar muchísimo.
Jadee al sentir como sus dedos se deslizaban por mi cuello y descendían al inicio del brasier. Ambos, como si estuviera coordinados Empujaron con delicadeza mi torso para que quedara mi espalda completamente recostada sobre la cama que realmente era cómoda. Solté un pequeño jadeo cuando vi a Conall sonreír con malicia y solté un chillido cargado de placer cuando las bragas fueron arrancadas de mi cuerpo.
—Dile a Marlen, que tus hombres pueden comprarte cientos de estos—murmuró Arniel, haciendo lo mismo con el brasier.
No tenía cabeza para reclamarles o para decir nada coherente, sentir que sus dedos bailaban sobre mi piel debía ser considerado uno de los mayores placeres de la vida, sentí que mis jadeos eran interminables, como si no fuera capaz de pensar con normalidad. Ni siquiera habían comenzado con lo verdadero, simplemente estaban jugando conmigo, provocando todos mis sentidos y alterando cada una de mis señales.
—No sabes lo mucho que extrañé esto—susurró Conall entre mis piernas.
Antes de que pudiera darme oportunidad de reclamar algo, mis piernas quedaron sobre sus hombros y solté un fuerte jadeo cargado de placer al sentir que sus labios se posaban sobre mi intimidad, me sentía como una olla de vapor que podía explotar en cualquier momento. Apreté los ojos con fuerza y traté de aferrarme de las sábanas, era increíble cómo sus labios podían causarme tanto placer con el simple hecho de rozar mi piel, escuché una pequeña risa de Arniel justo cuando estaba por preguntarle qué ocurría, se prendió en mis pechos como si fuese un bebé.
Estaba segura de que la habitación se había convertido en una orquesta donde mis gritos eran los protagonistas, estaba segura de que ni siquiera me estaban dando la mitad del placer que siempre me daban, pero por el simple hecho de estarme tocando, yo me convertía en una bola caliente que solo deseaba más y más placer.
Mis manos se aferraban a los cabellos de ambos hombres, mis caderas buscaban más contacto mientras mi cuerpo parecía ser poseído de placer, era mejor de lo que recordaba, todas esas noches donde me había tocado con su recuerdo no se comparaban con lo que estaba ocurriendo en ese momento. Soltaba gritos y jadeos mientras sentía como ambos adoraban mi cuerpo como si fuese la más fina obra de arte, sentía los labios de Conall sobre mi intimidad y los de Arniel en mis pechos.
Cuando creí que habían parado, solo los descubrí cambiando de posición, los labios de Conall buscaron los míos. A recibir un ardiente beso que podía proporcionar, sentía que todo mi cuerpo ardía y se encendieron un fuego imposible de apaciguar, estaba tan malditamente caliente que no tenía la menor idea de cómo controlar todo lo que mi cuerpo estaba sintiendo, pero decir verdad tampoco quería controlarlo, quería seguir sintiendo cómo explotaba en cientos de micro orgasmos, por el simple hecho de tener a mis hombres tocándome.
Sentí que a la par se alejaban de mí y no pude reprimir un jadeo al saber lo que continuaba. Ambos se pararon frente a mí y yo con las pocas fuerzas que tenía, sabiendo que apenas era el comienzo de todo, me enderecé para ver como a la par, bajaban los bóxer que me habían evitado deleitarme con sus deliciosas erecciones, eran tan jodidamente grandes que no tenía idea de la manera en que podían ponerse tan duros con solo tocarme, ambos estaban dotados y cuando les había hecho la pregunta habían respondido con simpleza un <<26, muñeca>> era increíble como esos hombres hasta para el tamaño parecían haberse puesto de acuerdo.
Tragué saliva, queriendo volver a saborearlos, pero sabía que ese día no me lo permitirían, ese día me darían el placer que habían querido darme durante tantos meses. Conall fue el primero en tomarme en brazos, solté un enorme jadeo al sentir como la punta de su erección rozaba mi clítoris, era como sentir que todo mi mundo se convertía en pequeñas lucecitas que explotaban en cientos de colores llenos de placer.
Sabía que me esperaba uno de los momentos más deliciosos con ellos, pues no había nada que me hiciera sentir más amada y deseada que tenerlos conmigo, dándome placer a la misma vez, Conall me miro con su intensa mirada de color tormenta, era tan perfecta que me hacía jadear por el simple hecho de tener su brillo sobre mi mirada, ambos eran perfectos para mi.
Los labios de Conall se posaron sobre mi cuello, comenzando a pasar la lengua húmeda por mis clavículas y subiendo poco a poco por mi barbilla hasta llegar a mis labios, los cuales beso con tanta benevolencia que me sentía completamente aturdida, más incluso cuando los besos de Arniel comenzaron a ser repartidos por toda mi espalda, porque estábamos de pie mientras yo era besada por ambos sobre el cuerpo de Conall, quien sujetaba mis piernas y yo rodeaba su cintura con ellas.
Pronto sentí a Arniel posarse a mi lado y no dude en atacar sus labios, sentí los labios de Conall posarse sobre mis pechos mientras mis dedos se aferraban al cabello de Arniel. Me encontraba completamente perdida en todas las sensaciones que esos dos hombres me hacían sentir, era como si mi cuerpo los reconociera y los recordara de la primera vez que habíamos estado juntos y como si ésta se sintiera completamente nuevo a la vez, era claro que mi cuerpo los había extrañado tanto como yo.
—No podemos hacerlo con prisa—susurró Conall en el momento que mis labios se separaron de Arniel —. ¿Recuerdas lo que te dijimos la primera vez que te hicimos nuestra? ¿La primera noche en que nisiquiera vimos nuestros rostros.
—S...Si—susurré —. Yo les dije que era virgen... y ustedes me dijeron que debía poder con ambos... tú...tú entraste primero y después Arniel.
—Y así será esta noche—aseguraron a la vez.
—Esta noche te haremos nuestra como la primera vez, tocaremos tu cuerpo con delicadeza y te mostraremos todo el placer que solos capaces de darte si te entregas completamente a nosotros—murmuró Conall.
—S...Soy suya—murmuré.
—Lo sabemos amor, por eso te daremos tanto placer que gritaras nuestros nombres.
Solté un jadeo de impresión al sentir los dedos de Conall comenzar a introducirse dentro de mí, mis ojos se pusieron en blanco y no tenía la mínima idea de que se podía sentir tanto placer con esa simple acción, pero así eran ellos, así me hacían explotar en cientos de orgasmos que nublaban mis sentidos. Jadeé en la boca de Conall, cuando sentir los dedos de Arniel, también posarse entre mis pliegues.
—Me encantan tus gemidos, conejita—murmuró Arniel acercándose a mi oído—. Pero me gusta más cuando gritas...
Ambos parecieron tomar esas palabras como una señal, sentí como alejaban sus dedos y cuando creí que me darían tiempo de recuperarme, el glande de Conall se posó en mi entrada y solté un fuerte gemido mientras me aferraba a su espalda y rasguñaba su piel, cuando también sentí la erección de Arniel entre mis pliegues, nisiquiera entraban, solamente se posicionaban en el lugar indicado, abriendo solo un par de centímetros dentro de mis pliegues.
—Baja tu cuerpo, muñequita, tú tendrás el control por ahora...—susurró Conall sobre mis labios.
<<Joder, no los recordaba tan malditamente grandes>>
Suspiré armándome de valor, estaba tan mojada que estaba segura con un solo movimiento ambos entrarían dentro de mí, pero a la vez estaba nerviosa por volverlos a sentir. Pero no me acobarde, ambos me amaban tanto como yo los amaba a ellos, ellos me amaban y me protegerían de todas las cosas que quisieran dañarme, yo los amaba y estaba dispuesta a volver a entregarme en alma, corazón y cuerpo.
Bajé mis caderas poco a poco, sintiendo como mis pliegues se abrían recibiéndolos como si fueran lo que más habían extrañado, mi cuerpo se acoplaba perfectamente a ellos, sentía los labios de Conall sobre mi coronilla y los de Arniel sobre mi cuello, algo que me hacía sentir completa sin importar absolutamente nada.
Era como si mi cuerpo estuviese creado para recibirlos, para sentirlos como los sentía en ese momento, mi cuerpo los anhelaba y no había absolutamente nada más que deseara en ese momento, solo sentirlos dentro de mí, haciéndome explotar en cientos de orgasmos como siempre lo habían hecho, los amaba y ellos me amaban a mí, no necesitaba absolutamente nada más para sentirme completa.
Me deje caer de golpe, rodando los ojos y lanzando un alarido tan fuerte que estaba segura cualquier marinero podía confundir con el canto de una sirena aun estando a Kilómetros de nosotros, se sentía tan bien que nisiquiera dolía, era como si mi estreches estuviese acostumbrada a recibirlos.
La Habitación en donde nos encontrábamos siguiéndote gemidos y gritos por parte mía, yo movía mis caderas buscando el placer que ellos podían darme y lo hacían, aunque parecían dos estatuas sus dedos tocándome eran suficiente para hacerme explotar. Me aferraba a los hombros de Conall mientras sentía como Arniel tomaba mis caderas, seguramente comprendiendo que ya me encontraba cansada cuando ni siquiera llevaba un par de minutos moviéndome.
—A...Amor... M...Más despacio—susurró Arniel.
—P...Puedes lastimarte, amor—susurró Conall, pero mi cuerpo no queria despacio.
Los había extrañado tanto que parecía que estaba listo para recibirlas de la manera más carnal y ruda que ellos podían darme.
—Q...Quiero m...más—murmuré gimiendo —, quiero sentirme como solo ustedes saben hacerlo...
—¿Estas segura? —Preguntó Conall.
—¿Segura, amor?
La voz de ambos será completamente agitada, escuché pequeños gruñidos salir desde lo más profundo de su garganta cada que movía mis caderas, pero realmente necesitaba sentirlos para volver a sentir que ellos eran completamente míos y que yo era totalmente suya. Quería sentirlos la forma más carnal posible, de la forma que ellos me hacían sentir totalmente descolocada y me hacían navegar entre las estrellas.
—L...Los a...amo y los necesito—susurré.
Sentí la mirada de ambos sobre mí, realmente los necesitaba como ellos me hacían sentir la mujer más deseada del mundo y la que podía romper miles de barreras con tal de estar a su lado, mi cuerpo necesitaba sentir los de la forma más carnal posible y recordarme cómo era que yo me sentía cada que ellos estaban dentro de mí. Cada que ellos hacían eso yo me sentía única, amada y llena de vida, no existía nada más que me importa así que ella y quería volver a sentirlo, quería ser totalmente suya de nuevo.
Los Labios de Conall se apoderaron de los míos y entonces lo hicieron, sus cuerpos comenzaron a impactar contra el mío con tanta rudeza que sentía que me deshacía en cada uno de los embates. hoy lo único que podía escuchar serán nuestros gruñidos, gemidos y el roce de nuestros cuerpos al chocar entre ellos, el sonido del mi intimidad al ser llenada por ambos era algo inigualable.
No había tiempo ni espacio y estaba segura de que la gravedad se había convertido en nada, sentía que estaba volando en el infinito y entonces supe que me encontraba en el subespacio, en ese lugar donde sólo ellos eran capaces de llevarme y donde no existía absolutamente nada más que eso.
Era consciente de absolutamente todos los movimientos en mi cuerpo, sentía como entraban y salían de mí a la vez, como sus manos tocaban cada centímetro de mi ser y lo recorrían como si fuese la más bella obra de arte, mis gemidos se escuchaban en todo el lugar y no podía parar de mover mis caderas en búsqueda de más y más placer. sólo ellos eran capaces de hacerme sentir así con simples toques.
Me perdí en un limbo, limbo en qué completamente estaba perdida en mis propios pensamientos en donde ellos mirando los protagonistas. El mayor orgasmo que había experimentado en toda mi vida se acercaba, lo supe en el momento que mis paredes se comenzaron a contraer, todo mi cuerpo comenzó a temblar sobre el de ellos y parecieron entender lo que me sucedía, aunque no estaba segura si habían pasado minutos o quizás horas estando en esa misma posición, era tan placentera que no quería moverme jamás de ahí.
—¡Los amo! —chillé.
Toda la tensión que mi cuerpo estaba almacenando explotó en un solo gemido, mi cuerpo tembló con tanto fervor sociedad que sentí que me resbalaba del cuerpo de ellos pero no era así, ellos me sostenían con fuerza mientras aceleraban los embates prolongando mi orgasmo. Gemí con tanta fuerza que sentí mi garganta reseca.
Todo se volvió completamente negro en el momento que sentí que ambos se descargaban en mi interior, con tanta fuerza que sentí como mis paredes eran pintadas por ellos, no me importaba absolutamente nada más que sentir a mis hombres como los había sentido, solo ellos eran capaces de darme ese delicioso placer.
Después de ducharnos, yo aun con todos mis pensamientos nublados y mi corazón embalsamado de amor, nos acostamos en la cama, ambos me dejaron en medio de sus cuerpos.
—No se atrevan a romperme mi corazón—murmuré.
—No lo haremos, princesa—murmuró Conall y sonreí, mantendría su promesa.
—Nunca—confirmó Arniel y mi corazón palpitó.
Me dejé llevar por la sensación de estar entre sus brazos, con esa hermosa promesa en donde ellos no me lastimarían, donde yo ya no tenía miedo de entregarme porque sabía que ellos me cuidarían.
Los elegía una y otra vez, no me importaba nada más, estaba dispuesta amarlos el resto de mi vida.
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¿Qué les pareció este capítulo?
¿Qué creen que ocurra?
No se preocupen, les prometo que tendremos varios capítulos llenos de amor y calentura de estos tres, creo que ya los hice sufrir suficiente por un ratito, merecen ser felices. <3
Por cierto, perdonen por no subir capítulos esta semana, tuve un colapso por todo el estrés que sufrí, estuve en reposo total y no pude.
Pero aquí estoy de regreso y vamos a tener un precioso maratón hoy <3 y posiblemente la siguiente semana (motivo del cumpleaños de su loca autora el 16 de Julio ;), tendremos nuestro super maratón. Aun lo estoy gestionando, pero es posible el que ya les habia prometido de 10 capítulos seguidos, así que esten pendientes.
Los quiero mucho, muñequitos y porfis disfruten estos momentos de tranquilidad, sé lo que les digo. 🔥🔥
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