Capítulo 27.

"Hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos". ~Gabriela Mistral.

Nueva vida.


La vida misma nos enseña que puede ser una tortura pero que a la vez puede ser benevolente y darnos tranquilidad por un largo tiempo, una tranquilidad que nos ayuda a poder aclarar nuestras ideas y a tomar en cuenta todo lo que hemos aprendido a lo largo de los años. Cuando creemos que estamos en lo más profundo, vemos la luz y logramos salir de ese profundo pozo de desesperación, sonreímos a la vida y nos damos cuenta de que lo que tenemos adelante realmente es mejor del pasado que vivimos y que nos hacía sufrir.

Durante toda mi vida crecí con la idea de que algo sí podía cambiar las cosas de un momento a otro, podías tener algo que te ayudará a ser feliz, podía regresar una persona de tu pasado que te hacía falta en la vida y eso era algo que te llenaba completamente. Nunca me sentí dependiente a las personas porque mi madre siempre me había dicho que la vida se dedica a arrebatarte a quien amas, pero por primera vez queria aferrarme a amar sin miedo, aferrarme a la ancla que me mantenía en la orilla.

Me sentía realmente feliz por todo lo que había ocurrido, aunque sabíamos que teníamos todas las de ganar aún quedaba el juicio. Haberlo ganado era algo que nos llenaba a todos y que nos hacía sentir seguros, claro que los criminales no se habían terminado, éramos soldados y a eso nos dedicábamos, a cazar a todos los malos que siempre trataban de joderle la existencia al mundo, pero habíamos encerrado a los mayores bastardos y sin un rey ellos no podrían continuar y se calmarían por un tiempo, lo que a nosotros nos daría tiempo de poder regresar a ser el ejército que éramos antes de mi muerte.

Claro que aún quedaban bastantes cosas que deberíamos aclarar, cosas que habían ocurrido en mi ausencia y que yo no sabía al 100%, pero que realmente quería estar enterada de lo que había ocurrido con mi familia y mis amigos, también era consciente de que debía aclarar mis sentimientos para no dañar ni a Nick ni a los hombres que eran parte de mi vida, los hombres que habían movido cielo, mar y Tierra para salvarme. No quería ser una perra que jugara con los sentimientos de otra persona menos con la de tres.

Estaba feliz de poder volver a la vida, todos estaban felices de tenerme de regreso y yo estaba feliz de no estar sola, de que por fin no tenía que llorar a escondidas para que alguien no se enterara de mi pasado porque ahí estaba mi pasado, mi presente y mi futuro, yo era feliz en ese lugar porque había sido en el lugar donde había crecido y donde había tenido los mejores momentos de mi vida, así que no pensaba cambiarlo y lucharía por no volver a alejarme, haría lo imposible por quedarme en ese lugar y poder ser realmente feliz.

Bien dicen que el hogar esta donde las personas que amas habitan, ese lugar se convierte en tu hogar, y yo no tenía la mínima intención de volver a dejar mi hogar, yo quería permanecer ahí y así lo haría, me aseguraría de mantenerme firme y lograr estar en el lugar que más amaba.

Habían pasado un par de semanas desde el gran juicio contra Schiavone, todos teníamos la libertad de ser felices, de sonreírle a la vida y tener tranquilidad en nuestras vidas, todos podíamos tener las vidas que queríamos, por supuesto que la vida no había terminado y aun nos esperaban cientos de cosas por vivir, pero todos queríamos que esa vida fuera lo menos ajetreada posible, anhelábamos poder sonreír con tranquilidad y sin miedo a morir en manos de un bastardo obsesionado.

Todos habíamos regresado a nuestras vidas antes de Schiavone, tratábamos de mantenernos alegres y con nuevas tradiciones, mi familia me habia contado que se reunían todos los meses en mi honor, era como para poder recordar lo felices que eran conmigo. Por fin había llegado el día de tan anhelada reunión, la primera reunión donde yo también formaría parte, todos habían regresado a sus hogares unos días antes, pues la mayoría se encontraban casi recuperados en su totalidad, solo con algunas heridas que cicatrizaban, pero todos podían tener una vida un poco más tranquila.

Por algún motivo no habia querido regresar a mi departamento, quizás había estado alejada de mi familia bastante tiempo como para volver a alejarme para vivir una vida independiente, quería permanecer el mayor tiempo posible con ellos, disfrutando de mis padres, mis hermanos y mis amigos.

Nick se convirtió en un gran amigo de todos, por alguna razón se había acercado demasiado a Conall y Arniel, de cierta forma temía que ellos por sus celos le hicieran algo, pero parecía todo lo contrario, incluso cuando alguno de los dos hombres hacía una broma Nick la complementaba y eso lograba sacarme canas verdes, no sabía si tenían alguna especie de complot contra mí o si estan planeando asesinar a mi nuevo novio y eso realmente me estresaba. Por lo que sabía, ellos dos no habían terminado sus supuestas relaciones y era raro tenerlos haciéndome cumplidos cuando dos mujeres de morían por ellos.

—¿Puedes explicarme por qué Arniel me envió un mensaje diciendo que me robaran a mi novio?

—Me invitaron a salir despues de la reunión—aseguró con una sonrisa de lado —. Y acepté ...

Sentí un beso en mi cuello desnudo y reprimí las ganas de golpearlo, conocía a Conall y a Arniel, podían estar tramando algo como desaparecer a mi novio o hacerlo ceviche para darlo de comer en el ejército y eso me alteraba a niveles cósmicos, los conocía perfectamente y su amabilidad sólo podía ser sinónimo de peligro, un peligro muy grande para mi novio.

Sentí sus brazos rodear mi abdomen desnudo, me había sorprendido mientras tomaba una ducha y ambos habíamos terminado haciendo de todo menos duchándonos como personas normales. Nick era de esos hombres que te hacía ver las estrellas, era el que lograba hacerme sentir amada con cada uno de sus toques y que podía hacer que mi cuerpo experimentase mil sensaciones diferentes en un solo minuto.

Sonreí recargando mi cabeza contra su pecho, sintiendo su calor bajo mi piel, me gustaba tener momentos así con mi novio, me sentía feliz y llena de vida, pero no podía evitar sentir que estaba jugando con él, sentía que sólo quería sacar dos clavos con un clavo, no podía evitar pensar que ellos tocaban a otra mujer como lo hacían conmigo, que ellos habían continuado su vida y yo también, pero eso no evitaba que sintiera desespero al saber que yo no era esas mujeres.

—Sabes que debemos hablarlo ¿Cierto? No puedes follarme cada vez que abordó el tema, debemos hablarlo en uno u otro momento—murmuré.

—¿Qué cosa se supone que debemos hablar, osita?

—Tú sabes de que—murmuré girándome en su dirección para quedar de frente a él mientras el agua golpeaba mi espalda —. Sabes que ellos fueron parte de mi pasado...

—No son parte de tu pasado—aseguró acariciando mi mejilla—. Sé que tu corazón sigue sintiendo cosas por ellos y yo no te negaré que al principio si sentí celos, pero sé que de una u otra forma ellos son parte de ti, ellos siguen ocupando un gran lugar en tu corazón y yo no puedo llegar a sacarlos a patadas.

—Pero...

—Sigues amándolos—aseguró besando la punta de mi nariz —. No voy a interponerme o a decirte que ahora yo soy a quien debes amar porque sé que eso es algo imposible y si los eliges a ellos, créeme que yo me largaré y te dejaré ser feliz, bueno no me largaré en el sentido real, simplemente me alejaré de ti y seguiré siendo tu amigo...

—Tú también formas parte de mi corazón—murmuré frunciendo los labios—. Tú me haces sentir con vida, también eres parte importante de mi vida y no pienso dejarte, eres el chico que me mostro que el cielo puede brillar incluso en la tormenta y quien me mostro que por más gris que sea el día una sonrisa puede hacer que se ilumine. Te quiero Nick y quiero que seas parte de mi vida...

—Pero también los quieres a ellos ¿Cierto?

—Nick...

—Sabes que es cierto, pequeña osita—murmuró besando mis labios con ternura—. No voy a obligarte a que los saques de tu corazón, eso es algo prácticamente imposible y tú debes ser feliz con la decisión que tomes... así que no importa cuál sea, créeme que yo voy a estar ahí para tomar tu mano y acompañarte.

—Nick...

—Deja de repetir mi nombre, amor—murmuró riendo—, los amas y eso no me molesta aunque creo que debería hacerlo... los amas tanto que sientes que tú los necesitas en tu vida y eso lo entiendo a la perfección.

—Pero debería molestarte...

—Quizás, pero no me molesta porque desde que los volviste a ver, tus ojitos se iluminaron y volvieron a tener la alegría que no había conocido.

—Es porque estoy de regreso en mi hogar—murmuré.

—No—susurró acariciando mi mejilla —. Brillan desde que los volviste a ver en el bar, ahí no viste a nadie más que ellos así que estoy seguro de que tus ojos brillan por ellos.

—se supone que deberías estarme reclamando y no alentando a que los ame más.

—Son parte de tu vida como lo soy yo y no vas a ser feliz si no los tienes a ellos, entiendo poco de cómo funciona el amor pero contigo he aprendido que es tan inequívoco y tan complicado que es difícil entenderlo, pero a veces es tan fácil que puedes hacerlo en la manera más simple, y en estos momentos la manera en que tú seas feliz, es sí ellos también son parte de tu vida.

—ellos ya me superaron, ya tienen a sus parejas igual que yo tengo la mía, te quiero y como te lo dije en Suiza quiero tener una vida a tu lado.

—Yo también quiero hacerlo pero no me molestaría compartir.

—¡Nick!

—¡Admítelo, amor! —chilló besando mis labios —. Te gusta la idea...

—¡Estas loco! —chillé soltándome de su agarre.

—Loco por ti, mi amor—aseguró —. Pero habló enserio, no me molestaría compartir si tú eres feliz.

Solté una pequeña risa ocultando mi rostro en su cuello, realmente estaba loco si pensaba que podía compartirme con ese par, ellos eran tan posesivos que no admitirían a alguien más o lo hacían pero podían terminar con la vida de él en un santiamén.

—¡Hey!¡Par de pervertidos, dice mamá que bajen ya a ayudarla a arreglar la mesa!

—¡Calla Giandrick! —gruñí.

—¿Así es siempre?

—Ahora somos adultos, cuando éramos adolescentes, este castillo parecía la casa de los locos Adams, así que no te preocupes por lo que escuchas—aseguré riendo—. Además Gian esta mejor, así que se va a comportar como el hermano mayor todo el tiempo...

—Ya me di cuenta de eso—aseguró riendo.

Ambos terminamos de ducharnos y salimos para vestirnos, yo me coloqué un ligero atuendo primaveral que consistía en un hermoso vestido suelto floreado, con hermosas maripositas por todo el vestido blanco, me encantaba ese vestido. También me coloqué unas sandalias de tacón y peiné mi cabello en media trenza, dejando que lo ondulado me hiciera lucir más bonita.

Maquillé mis labios con un tono Nude, sintiéndome bonita y llena de vida, mis pestañas no era necesario enchinarlas, se levantaban de forma natural y hacían lucir mis ojos verdes de un tamaño incluso mayor del que ya eran. Sonreí con alegría al verme frente al espejo, realmente ya no tenía miedo de ver mi reflejo, era yo, la mujer hermosa que era una fuerte guerrera, que estaba dispuesta a todo por su familia y no me importaba tener que tomar una espada y luchar como en la antigüedad, no dejaría que nadie volviera a separarme de mi familia.

Me sentía realmente feliz por poder volver a sonreír a mi reflejo, me gustaba nuevamente lo que venía frente a mí y no me sentía para nada esa chica enferma que había estado en rehabilitación, no era una adicta yo estaba segura de eso, era una mujer fuerte que había superado cientos de retos que la vida le había puesto enfrente a ella y hoy no volvería a tener miedo por lo que había sufrido; yo lo había superado y seguiría superándolo una y otra vez.

—Te ves hermosa—aseguró mi novio besando mi cuello desnudo—. Me encanta como te queda este vestido.

—¿Sabes que no serás el único?

—No tendré celos, osita—aseguró riendo —. Que vean que tengo a la mujer más hermosa a mi lado.

—Eres un tonto...

—Sobre lo que me dijiste en la ducha, acepte salir con ellos, es mejor tener al enemigo cerca.

—¡Nick!

—No te preocupes, prometo que ninguno sufrirá.

Solté una carcajada negando, él vestía unos vaqueros junto con una camisa negra que resaltaba su pecho. La cadena militar colgaba de su cuello y se veía realmente perfecto, era un hombre perfecto, un hombre que tenía una gran sonrisa que te hacía derretir pero unas manos expertas que te calentaban en segundos.

<<Igual que otras manos que bien conoces>>

Sabía que estaba mal comparar el amor de él con el de ellos, pero era imposible no pensar en las similitudes que tenían. No quise distraerme más, le di una rápido beso en los labios y corrí hacía el primer piso para ver a mi madre, ella se había encargado de los postres y no estaba segura de cómo eran esas reuniones, pero trataba de entender y acostumbrarme.

—Hija—murmuró mi madre besando mi mejilla —. Te ves divina—aseguró.

—Se ve hermosa, general—murmuró mi padre acercándose a paso lento.

—¡Hunter Kim! Te dije que nada de levantarte de la silla—grité.

—Ya estoy aburrido de tener el trasero en una sola posición, hija, necesito moverme o perderé mi toque—murmuró con calma —, además tu madre me cuida.

—¡Má!

—Sabes que tu padre es igual de necio que tú—aseguró soltando una carcajada—. Así que no te quejes, tu padre necesita levantarse de la silla de ruedas o se nos va a oxidar.

—Mamá, las personas no se oxidan, pero si se lesionan, sus pies...

—Yo le di la autorización, ratoncilla—murmuró mi tío Charly entrando a la cocina —. Ya extrañaba sus gritos...

—Tío... sabes que papá...

—Ya está bien—aseguró besando mi coronilla—. ¿Tomaste tus vitaminas?

—No soy una niña, recuerdo que debo tomar mis vitaminas—aseguré.

—¿Ves? A ti tampoco te gusta que te consideren una niña, tú padre necesita comenzar a moverse o se va a trabar, ya paso dos semanas de reposo, es necesario que comience a moverse distancias cortas.

—Estas usando la psicología en mi contra—aseguré cruzándome de brazos.

—Dejen fuera los títulos universitarios y los estudios por un lado—murmuró mi madre con una sonrisa—. Ya no tardan en empezar a llegar todos y necesitamos que la mesa este lista.

—¿Dónde ponen la mesa?

—Ya está puesta—aseguraron Hunter y Nick.

—¿A qué hora bajaste tú? —pregunté.

—Hace un par de minutos, pero entre tres es más fácil colocar una mesa—aseguró con una sonrisa—. Sólo falta que coloquen los manteles, los platos, cubiertos y copas...

—Yo puedo ayudar con eso—aseguró mi padre.

—No—me negué.

—Son igual de necios los dos—aseguró mi madre —. Hunter, has caso a tu hija y tú hija, deja que tu padre haga algo, puede ayudarte a llevar las cosas en las piernas.

—Bueno—murmuré.

Mi padre sonrió y con ayuda de mi madre, se colocó los platos y las copas en las piernas mientras la silla eléctrica comenzaba a guiarlo al exterior de la casa, lo seguí y ambos colocamos los manteles y todo lo necesario, era una mesa enorme, casi para cuarenta personas y no estaba segura de cuantos irían a la reunión, pero en definitiva eran más que sólo mi familia.

Nick y Hunter Jr. acomodaron todas las sillas y pusieron las decoraciones sobre la mesa, era realmente bonito todo.

Los primeros en llegar fueron Marlen y Jacob, ellos me abrazaron con fuerza mientras entraban a la casa junto con un gran plato de estofado. Todos contribuían con comida y otras veces alguien se ofrecía en preparar todo.

—¡Ya prepare la parrilla!—gritó Giandrick.

—¡Dios! Nadie en esta casa hace caso a las ordenes medicas—murmuré soltando un bufido de frustración.

—No te preocupes Zolovka, ni los que viven en esta casa o los que no—murmuró Álex, siendo los segundos en llegar, él y Jerry lucían felices mientras se tomaban de la mano.

—Se ven bien juntos—murmuré olvidándome de mi pequeño drama.

—Gracias, princesita—murmuró Jerry besando mi mejilla—. Estamos felices de tenerte con nosotros...

—Y yo estoy feliz de estar de regreso—aseguré con una pequeña sonrisa—. ¿Qué trajeron ustedes?

—Carne para asar—aseguró Álex con una sonrisa—. Es de la mejor carne que pudimos conseguir, queremos quedar bien con los ministros...

—¡Nada te quitará de mi lista negra, Alexander! —gritó mi padre.

—¿Qué le hiciste? —interrogué sin saber el motivo de la falsa molestia de mi padre.

—Choqué su Lambo...

—¿Su Lamborghini? ¿Cómo es posible que sigas con vida?

—Creo que tu padre estaba demasiado triste para matarme, pero ahora temo por mi vida—aseguró soltando una carcajada—. Así que Zolovka, evita que tu padre me asesine, realmente no quiero morir en manos del gran ministro Kim...

—No lo harás—tranquilicé.

—Sabes que necesito que tú me cubras, ¿Cierto? Tú padre me puede asesinar en cualquier momento y hacerlo pasar como un accidente, tengo miedo.

—Eso te pasa por chocar mi auto—murmuró mi padre desde el otro lado de la mesa.

—¡Papá! —chillé riendo—. Tienes toda una colección de Autos, no vas a matar a Álex por que chocó uno de los más baratos de tu colección.

—¡Gracias por decirlo, florecita! —murmuró mi madre risueña.

Solté una pequeña risa y me alejé hacía el castillo para seguir sacando varias cosas. Caminé al interior escuchando a lo lejos a mis hermanos que ponían música a todo volumen y a mis amigos que cantaban a una sola voz las canciones que se reproducían. Terminé de picar varias cosas y cuando estaba a punto de salir dos pares de ojos me hicieron perder por completo la concentración.

Conall y Arniel estan parados en la entrada de la cocina mientras me observaban con sus penetrantes ojos. Lo examiné por un minuto, ellos lograban hacer que mi cuerpo temblara por el simple hecho de tener sus miradas sobre mí. Temblé un poco en darme cuenta de que ellos estaban viéndome a mí las cosas que estaba haciendo, ellos me hacían sentir pequeña pero una vez me así en grande al saber que sus miradas estaban sobre mí, qué quiero ir a capaz de causarles diferentes cosas y la única que podía lograrlo.

De repente sentí que mis mejillas se encendían de rojo, cuando recordé el último día que habíamos estado los 3 misma cocina, completamente solos, cuando yo había olvidado a Conall, de igual Forma en una reunión así. No pude evitar recordar que en ese entonces, Arniel era mi pareja y nos había ganado el deseo, Arniel me había poseído de una forma tan carnal y sucia sobre esa barra que era imposible no recordarlo como uno de los mejores encuentros que había tenido con ellos.

—¿Qué estás pensando pequeña? —preguntó Conall acercándose a mi —. ¿Acaso tienes un deja vu?

—No los escuché llegar—murmuré tratando cambiar de tema.

—En realidad no quisimos hacer mucho ruido, queríamos ver trabajar a la muñequita que sigue en nuestros sueños.

—No pueden decirme esas cosas, saben que tengo novio y ustedes también tienen novias...

—Sabes que eso nunca ha sido un impedimento, Selene y Maddison no significan nada para nosotros y las podemos dejar en cuanto se nos antoje—murmuró Conall.

—¿Y Nick? no están pensando en que hay más personas involucradas, entiendo que lo que tuvimos fue algo muy grande, nos amamos, nos entregamos y nos deseamos, pero eso ha quedado en el pasado, los 3 tenemos que avanzar y continuar con nuestras vidas—murmuré —. No podemos simplemente pensar en que el mundo gira a nuestro alrededor, hay más personas que están ahora con nosotros.

—¿Cuándo vas a dejar de pensar en las demás personas? —preguntó Arniel —. Key, ya sacrificaste demasiado por los demás, es momento de que te concentres en lo que tú quieres y deseas, es momento de que dejes de pensar en que puede no agradarles a las personas o que puedes dañar al tomar decisiones, porque tú sabes que en el amor no se manda.

—Exactamente, no puedes pedirnos a nosotros que dejemos de amarte cómo lo hacemos o que dejemos de pensar como siempre estás en nuestras cabezas. Para nosotros es como si no hubiera pasado un solo día desde la última vez que estuvimos contigo ¿Qué tenemos que hacer para que entiendas? La única que amamos y deseamos es a ti.

—Ustedes también deben entender lo que siento—gruñí —. Si, los amo y no los he olvidado, Pero no puedo simplemente terminar una relación que tiene poco de haber empezado para ir con ustedes, ustedes ni siquiera han terminado con las personas con las que están, siguen estando con ellas y yo con él.

—¡Nick no es el problema en este momento! —gritó Conall mirándome con furia—. Con Nick podemos solucionarlo de otra manera, estamos hablando de ti y de lo que quieres, por una vez deja de pensar en los demás y enfócate en lo que tu deseas.

Los miré por un par de segundos sintiendo que mi corazón latía desenfrenadamente, me estaban acorralando para que pudiera decir lo que sentía, claro que no tenía miedo de gritarlo a los cuatro vientos que los amaba, por eso había sacrificado todo, porque no Podía imaginar una vida la que ellos estuvieran muertos.

los miré con rabia por saber leerme tan bien, sentí coraje contra mí misma por no poder ser capaz de decir lo que pensaba y lo que anhelaba. Debía ser capaz de hacerlo, debía tener el coraje de decirles lo que sentía y lo que deseaba, pero en esos momentos me volvía cobarde, la más cobarde de todos.

—¿Y qué si quiero una vida con ustedes? —pregunté sacando valentía de donde podía —. Aún sin las malditas leyes de por medio que nos impedían poder estar juntos, ustedes siguen con ellas cuando están diciendo que quieren estar conmigo, yo no voy a lastimar a Nikolai, él estuvo cuando mi mundo se caía a pedazos y lo quiero.

—¿Y a nosotros? —preguntó Arniel—. Dilo, sabes que a nosotros nos amas.

—¡¿Y que si lo hago?! Eso no cambia nada, eso no cambia el hecho de que tienen parejas y de que yo estoy con Nick.

—¡Carajo! Que esto no se trata de Nick, si tú lo amas somos capaces de hacer que también sea parte de nosotros, no nos cae mal y es un buen chico, así que no sería una molestia en lo más mínimo, pero queremos que lo digas Key, que nos digas que lo amas y listo.

—¡¿Y ellas?! ¿Les van a lastimar el corazón sólo por tener un maldito capricho conmigo?

—¿Un capricho? ¿Eso crees que tenemos contigo? ¿Crees que estamos encaprichados contigo? ¡Te amamos, Keylani! ¡Joder! ¡Te amamos como no tienes una maldita idea!

—Ellas no significan nada para nosotros, estuvimos con ellas es por qué, joder, la cagamos—gruñó Conall—. Fuimos a un maldito bar donde nos drogaron y creímos que te estábamos viendo a ti, ellas se aprovecharon y tuvimos sexo con ellas, después ambos creímos que debíamos avanzar, pero no podíamos amar a nadie, así que decidimos que tendríamos solo cama y ¿Sabes algo? Yo he tocado a esa mujer solo un par de veces además de esa noche, porque no despierta en mi nada, pero tú...

—Exacto, sólo las hemos tocado muy poco que tú eres la que está en nuestras mentes, es jodido y la aceptamos, se supone que debíamos soltarte y dejarte ser feliz, pero no podemos, sólo tú eres capaz de enloquecernos, sólo tú eres capaz de ser nuestra dulce tentación, nuestro dulce tormento y nuestra dulce perdición, sólo tú eres capaz se eso. Nadie absolutamente nadie es capaz de encender nos como tú lo haces, no podemos amar a nadie más—susurró Arniel, antes de darme tiempo a escapar, ambos me acorralaron contra la mesita —. Deja de huir, déjanos demostrarte cuanto te amamos, cuanto te deseamos y lo dispuestos que estamos de tenerte en nuestras vidas.

El aroma de ambos era mi total perdición, era como si de repente mi cuerpo les reconociera y se encendiera en segundos, mi corazón latía tan rápido que sentía que podía explotar en cualquier momento, con ellos no tenía miedo de poder subir a las estrellas y encontrar la más hermosa para tatuar nuestros nombres en ella, no tenía miedo de lanzarme al vacío por qué sabía que estarían ahí esperando, listos para tomar mi mano y ayudarme a aferrarme a la orilla.

Sus rostros estaban tan cerca del mío, que sentí que mi cuerpo dejaba de reaccionar, algo tonto considerando que estábamos en la cocina de mi hogar, pero una parte de mí quería que se sellara nuestro amor con un beso, qué me demostrara lo que yo ya sabía, que estaba completa y perdidamente enamorada de ellos.

—No quiero interrumpir—murmuró Nick en la puerta y sentí que todo mi mundo se derrumbaba.

—Nick...—susurré.

—Tranquila—murmuró con una sonrisa—. Yo los dejé entrar, tenían que hablar de muchas cosas...

—Espera...—susurré.

—Escuchen, creo que esto lo debemos hablar en privado, ahora es momento de que disfrutemos de que ella está de regreso con ustedes y después podemos arreglar las cosas, prometo que no me opondré a lo que deseen hablar.

—Pero hoy tenemos una salida de solo chicos —murmuró Arniel.

—No creo que...

—Todo lo contrario—aseguró Nick con una sonrisa—. Creo que nosotros debemos armar un club de fans de Keyli y pelear como gladiadores para saber quién se queda contigo.

—¡Dios! No se les ocurran esas tonterías.

—Tranquila—murmuró Conall —. No queremos abrumarte ahora con todo esto, y si queríamos hablarlo era porque queremos que tú seas feliz y si tu felicidad depende de que nosotros estemos lejos, Arniel y yo no nos opondremos a mudarnos.

—Nisiquiera piensen eso...—murmuré—. Salgan esta noche sirve que me dan oportunidad de pensar lo que yo quiero, no quiero lastimarlos a ninguno de los 3, son conscientes de que los quiero y que son parte de mi corazón.

—Entonces salgamos esta noche —aseguró Nick.

—Yo te apoyo—aseguró Conall—. No queremos presionarte, queremos que tomes la decisión que a ti te haga feliz y como te lo dijimos, no pienses en lo que la gente quiere o lo que dirá por lo que tú decías, hoy es momento de que te concentres en tu propia felicidad y qué piensas en que sólo tú disfrutarás o te arrepentirás de lo que elijas y solo importas tú cuando se trata de tomar una decisión del corazón.

—Ninguno de los 3 te va a presionar para nada, si quieres estar conmigo o quieres estar con ellos creo que es una decisión que tú debes tomar y ninguno de nosotros te juzgará por lo que decidas.

Asentí lentamente, no queria tener que elegir, Los tres ocupaban parte de mi corazón pero no estaba segura de lo que quería y no quería lastimarlos a ellos o a las chicas involucradas, yo no podía dejar de pensar en lo que sentiría que alguien estuviera conmigo solo por sexo, sin embargo, tampoco podía dejar de lado mis deseos, como ellos lo habían dicho, yo era la que viviría con la decisión.

Antes de que me dieran tiempo de poder decir algo, los tres salieron del castillo.

Tomé rápidamente lo que había picado y los seguí al jardín, todos se encontraban reunidos mientras charlaban y platicaban con demasiado entusiasmo, parecían realmente alegres de poder compartir y eso me hizo olvidarme por completo de todo, incluso mi abuela y tíos habían asistido, había sido un reencuentro muy sentimental, todos lloraban mientras me abrazaban y yo cambiaba de brazos de uno a otro.

Me sentía en casa y pude olvidar un poco lo que mi corazón estaba experimentando, un amor totalmente diferente a lo que yo siempre había querido, pero era tan único que no tenía miedo de lanzarme al vacío. Pero era una decisión que no solo me concernía a mí.

Tenía que tomar una decisión, pero como ellos lo habían dicho, la tomaría por mi misma, yo me decidiría por lo que me beneficiara a mí, si era necesario me lanzaría a conseguir lo que queria, pero no volvería a tener miedo. Ya no era la misma y eso también aplicaba en mis relaciones.

<<Bueno, la media naranja puede estar partida hasta en tres pedazos, así la comías cuando eras pequeña>>

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¿Qué les pareció este capítulo? 

¿Qué creen que ocurra? 

¿Creen que Keyli tome una decisión o se quede con todos? (Cof... Cof... felices los cuatro...cof...cof)

Holi muñequitos. 

Sólo quiero darles un pequeño aviso, dado que estoy en mis semanas finales se me complicará un poco publicarles, lo haré dentro de lo posible pero tendrán un capítulo por semana minimo, les prometo que al recuperarme de estos golpes de la Uni, me van a tener publicando como loca <3.

PD. No me maten <3 Acuerdense que a esta autora le falta un tornillo y le da giros bien raros jajaja. 

Los quiero, muñequitos.

Autora fuera. 

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