Capítulo 26.
"La mejor venganza, como el mejor sexo, se realiza lentamente y con los ojos abiertos."~Gregory David Roberts
Verdugo.
Tercera persona.
Para muchos la vida lograr la libertad, cuando no tenemos la libertad de ser quienes somos, sentimos que nuestra vida está incompleta y eso es algo correcto, no puedes vivir la vida si estás encerrado en un lugar por eso para muchos ese es el mayor castigo que pueden tener; quizás por eso el castigo de los reos es permanecer eternamente en la celda y la muerte muchas veces es su mejor opción. La justicia se presenta de muchas formas, pero la mejor de todas ellas es cuando los bastardos que dañaron vidas quedan encerrados y no pueden salir durante años, o quizás que jamás volverán a ver la luz del sol.
Para Keylani ese era el mayor logro, quería hacer pagar a los malditos bastardos que habían dañado a su familia y que la habían obligado a ella a irse de su lado, no le importaba cómo pero ella estaba segura de que lograría encerrar de una vez por todas a los malditos hermanos Schiavone, no se arrepentía de no haberles metido un tiro cuando tenía la oportunidad, ella pensaba que no merecía pasar encerrada en una cárcel por quitar una escoria, pero ellos merecían el sufrimiento de perder toda su libertad.
Tenía todo un ejército de abogados listos para buscar la mejor estrategia con el fin de acabar con el maldito clan de Schiavone, a ella no le preocupaba en lo más mínimo Alexei, sabía que sin Magnus o Dereck él no era más que una basura. Ya tendría su dosis de justicia después de buscarlo y hacerlo pagar por sus crímenes de traición.
Ella siempre había sido defensora de que la justicia debe de hacerse clara, por lo que no permitiría que nadie comprara de juez que llevaría el caso ni siquiera cuando uno de sus hermanos lo había propuesto para tener seguridad de que lograrían ganar, ella estaba confiada en sus capacidades y en las capacidades de los abogados que los representarían. Como lo había dicho Giandrick, ella no entraría en la primera parte del juicio, pues no querían que el lado sádico y obsesivo de Magnus fuera a ponerla en peligro.
Claro que ella no tenía miedo de pararle frente, de ponerse frente a él. Ella ya no era la misma niña cobarde de un año y 9 meses atrás, si era necesario se pararía enfrente y le diría todo lo que le había hecho describiendo sus malditos sentimientos uno por uno, pero nadie quería ver arder el mundo tan pronto, por lo que incluso los ministros habían apoyado la idea de sus hijos. Al principio Keyli se había negado al plan, ella queria ver retorcerse a los dos bastardos en el fango, pero era necesario.
Aunque la estrategia de hablar sobre lo que le habían hecho a ella era un plan B, todo mundo sabía que incluso necesitaban un plan C, Schiavone era una de las personas más ricas del mundo sin mencionar el control que tenía, todos sabían que no podían meterse con él, pues si en algún momento salía con vida o libre de la cárcel se encargaría de matar a todas sus familias, por eso sabían que el juez quizás ni siquiera iba a intentar encarcelarlo, por eso también había nombrado un parlamento, compuesto por todos los países que querían hacer justicia y esos eran más de los existentes.
El Juicio era en uno de los juzgados más respetados de la Gran Ciudad, en el juicio sólo tenían acceso determinadas personas, a pesar de que era un juzgado con capacidad para hasta 500 personas, no podían arriesgarse a que alguien se colara y armara alborotos, sólo la prensa, miembros del parlamento, el consejo del CMI y los afectados por Magnus y Dereck Schiavone tenían acceso.
Todo el ejército Alpha se encargaría de mantener el orden.
Keylani a pesar de estar molesta con todo el ejército por no ser capaces de hacer lo que se suponía que debían hacer, ella les daría una oportunidad de demostrar lo que eran y eso lo haría en su campo de entrenamiento, pero primero debía encerrar por muchos años al bastardo que la había dañado.
Todos se encontraban en el castillo arreglándose para poder acudir al juicio, no sería un juicio de audiencia, era un juicio especial en donde se condenaba o se liberaba y por eso era tan importante tener las bases correctas para enviar de una vez por todas a Schiavone a cadena perpetua, además de evitar la extradición a otro país, pues todos sabían que si lo enviaban a Rusia, Italia o cualquier lugar que tuviera mafia, él saldría libre en pocos días, a pesar de que había perdido poder seguía siendo el maldito rey de la mafia.
Conall, Arniel y Nikolai vestían trajes similares, si los veías juntos podía confundirlos con adonis que les encantaba embrollar al género femenino, los tres eran tan apuestos que lograban hacer fantasear a más de una, hasta la mujer con los pensamientos más puros podía verse envuelta en un mundo lleno de fantasías por ellos, Keyli no era la excepción, mientras desayunaba lo que su madre le había preparado a ella y a todos los presentes en su hogar, ellos bajaron y casi se ahogó con el zumo de naranja.
A pesar de que Arniel estaba en silla de ruedas y Conall en muletas, no se les quitaba el atractivo que tenían, Nick lucía guapo por naturaleza al igual que ellos, para Keylani ver la imagen de los tres juntos era algo que averiaba su cerebro y que le preocupaba tener una reacción así frente a más personas que no fueran su madre.
—Deja de pensar en cosas tontas y ponte a desayunar—murmuró su madre regañando a su hija.
Claro que la amaba y la había extrañado con su vida, pero a veces era necesario que le hiciera entrar en razón para que pensara en lo que era importante en ese momento, y esos tres eran una distracción para ella. Keylani se llenó la boca de comida, tratando de espabilar el calor de sus mejillas al ver a tres Dioses griegos entrar a su cocina.
Lo que ella no sabía era que ellos tres habían tenido la misma reacción con ella, verla vestida con ese precioso traje rojo que ceñía perfectamente a sus curvas los hacía fantasear con lo que ellos ya habían probado, no les importó parecer idiotas mientras la detallaban. Sus miradas no eran tiernas, eran de tres hombres que deseaban a una sola mujer, una mujer que estaba en sus fantasías.
Keylani notó la mirada de los tres y no pudo evitar que las mejillas se le encendieran, era la mirada de tres lobos dispuestos a devorar a una conejita. Terminó de desayunar a la velocidad de la luz y se puso de pie para ayudar a su madre a servir los platos de todos los que comenzarían a bajar.
Cuando se puso de pie todos ellos parecieron quedar sin habla, verla sentada era una cosa pero parada hacía que todas sus fantasías crecieran y crecieran, ella era preciosa en todos los sentidos, y apenas tenían cabeza para procesar todo lo que veían, el traje consistía en dos piezas, era un traje sastre hecho a su medida, una falda de tubo se Ceñía a sus torneadas piernas, tenía una ligera abertura en la pierna derecha haciéndola lucir sensual, llevaba una blusa hermosa que resaltaba sus atributos y para complementar un blazer rojo que la hacía lucir elegante y sofisticada, los altos tacones negros eran toda una fantasía para ellos, verla era la perfección andante.
—¿Pueden dejar de tener pensamientos impuros sobre mi hija y concentrarse en desayunar? —gruñó el ministro notando a los tres idiotas que se habían quedado parados como tontos en medio de la sala—. Debemos partir a los juzgados cuanto antes.
—¡Papá! —chilló Keylani sintiendo las mejillas más rojas que su traje.
—A desayunar todos—ordenó y aun sin poder hablar se acercaron para devorar el desayuno.
Los demás los siguieron, estaban nerviosos pues sabían que tenían muchas cosas en contra, sin embargo, también sabían que podían ganar con la mano en la cintura, el parlamento no dejaría que no se hiciera justicia y ya tenían más de un 80% de votos para que fuera encerrado en el Iron Pentagon Cage, la cárcel que estaba a cargo de la IISMFCMO.
Nick preparó las camionetas, todos abordaron y se dirigieron a los juzgados, era claro que el nerviosismo los consumía a todos pero debían permanecer fuertes para el momento en que tuvieran de frente al mayor bastardo, todos sabían que podían salirse las cosas de control, por lo que discretamente y sin decirle a Keylani, llevaban armas para poder defenderse en caso de ser necesario. Schiavone era un suicida y podía hacer de todo con tal de lograr su cometido.
Cuando llegaron a los juzgados, Nick, Arniel y Conall obligaron a Keylani a entrar a la sala continua de los juzgados, claro que no querían que ella fuera vista por el bastardo que le había hecho tanto daño y si tenía que atestiguar, los tres entrarían como protectores.
Por otra parte, Schiavone sonreía como un demente en la camioneta que los guiaba a los juzgados, tenía la confianza de que su hombre guiaría un ejército que los rescatará a él y a su hermano, sabía que no duraría mucho tiempo dentro de ese lugar, no había persona cuerda que se atreviera a tocarle un solo cabello a Schiavone, quien lo hacía tenía por seguro la muerte con una bala en el cráneo.
No tenía miedo, él sabía que nadie se atrevería a condenarlo, nadie era tan idiota como para condenarlo cuando su cabeza y la cabeza de toda su descendencia estaba en juego. Pero lo que Schiavone no sabía era que se había metido con las personas equivocadas, su obsesión con Keylani lo había llevado a la ruina, no tenía tanto poder como antes y si lograban encarcelarlo dentro de la Gran ciudad, nadie podría ayudarlo, pues nisiquiera se le permitirían visitas.
En los juzgados, todo era una gran conmoción, los interesados querían un lugar dentro del parlamento pero eso no era posible, no había nadie que pudiera entrar sin haber sido invitado. Los ministros se encontraban al frente junto con sus dos hijos.
—Todos de pie, para recibir al Juez Farjat—avisó uno de los custodios.
Todos dentro de la sala se pusieron de pie, esperando a que el Juez entrara y pusiera orden, la prensa no podía grabar, solo tomar fotografías y estas debían ser aprobadas por los máximos jerarcas del CMI. Todos trataban de permanecer cuerdos con todo lo que estaba ocurriendo, sabían que con Schiavone nada era seguro y el juez podía simplemente dar un veredicto para cuidar su cabeza.
Keylani era un mar de emociones, trataba de concentrarse en ver lo que ocurría frente a ella, la sala continua tenía una especie de pared que dejaba a la vista todo el lado del juicio, ella podía ver todo, pero nadie los podía ver a ellos y eso la hacía sentir segura.
—Siendo las ocho de la mañana del día 08 de abril del año en curso, damos inicio al juicio definitivo contra Magnus Schiavone y Dereck Schiavone, ambos acusados pertenecen al clan Schiavone y son hijos de Hugo Schiavone, serán juzgado por los crímenes de: Trata de personas, compra y venta de órganos humanos, compra y venta de armas en el mercado negro, tráfico de drogas, creación de drogas: SX1, CM2 y los últimos descubiertos HACNSE21 Y HACNSE28, privación de libertad de tres Concejales, privación de la libertad a miembros del ejército Alpha y secuestro, violación y adicción de varias mujeres alrededor del mundo—comenzó el juez —. La parte acusada tiene derecho a defensa, por lo que pedimos el acceso de los abogados Potisek por parte de Magnus Schiavone y Ahlf por parte de Dereck Schiavone.
Las puertas se abrieron dejando paso a dos hombres imponentes, ambos con barba de candado, ojos oscuros y piel bronceada, eran los abogados que habían servido toda la vida a la familia Schiavone, nunca habían perdido un solo caso y eso era algo que todos dentro de esa sala conocían.
—Gracias, señor juez—contestaron a la vez —. Pedimos que autoricen el ingreso de nuestros clientes, se estan violando sus derechos al no permitirles la entrada.
Claro que era una ridiculez que dijeran que violentaban sus derechos, pero no podían hacer nada con personal de los derechos humanos en la misma sala.
Del otro lado de la pared, Keylani se aferro al brazo de su novio, sabiendo que vería a su mayor verdugo entrar por la puerta, ella no le tenía miedo por que pudiese hacerle daño a ella, pero temía que les hiciera daño a las personas que amaba, esa era la razón por la que había regresado, porque los bastardos sabían que la única forma de que ella entrara en razón y diera su brazo a torcer era si la amenazaban con su propia familia.
En los juzgados, todo se convirtió en murmullos al ver entrar a los dos hombres que causaban tanto dolor y desdicha a cientos de personas, ambos vestían completamente de blanco, disfrazando los demonios que eran de un color tan puro. Magnus sonreía con suficiencia detallando a todos, jurando mentalmente que a todos les metería una bala en la cabeza y Dereck por su parte, queria carcajearse al ver el rostro asustado de todos, él amaba tener el control y saber que podían causar terror en las personas, le encantaba oler el miedo en sus víctimas, eso era más adictivo que cualquier droga.
Ambos hombres entraron a la sala, siendo seguidos por todo un escuadrón de soldados del ejército Alpha, todos con los rostros cubiertos para no ser identificados por los hombres, claro que también tenían miedo por su vida, pero no podían negarse a las órdenes de los ministros. Todos ellos eran los más fieles. El juez no se inmuto cuando el Schiavone lo miro en advertencia, el hombre nisiquiera chisto que tenía miedo, era claro que eso no funcionaba con él y tampoco tenía información del juez, pero sabía que no era tan tonto para condenarse a él mismo a una muerte dolorosa.
—Con ambas partes presentes, procedo a leer la carta de delitos cometidos por ambos hermanos. Magnus y Dereck Schiavone son hijos de Hugo Schiavone, ambos llevaban el control del clan Schiavone y se autonombraron reyes de la mafia. Los crímenes cometidos en 172 países son: Trata de personas, compra y venta de órganos humanos, compra y venta de armas en el mercado negro, tráfico de drogas, creación de drogas: SX1, CM2 y los últimos descubiertos HACNSE21 Y HACNSE28, privación de libertad de tres Concejales, privación de la libertad a miembros del ejército Alpha y secuestro, violación y adicción de varias mujeres alrededor del mundo.
El juez lo dijo sin miedo, sintiendo asco en su interior al decir tantas barbaridades cometidas por dos hombres, realmente no debían nisiquiera tener un juicio, para él, debían ser condenados a la silla eléctrica sin decir absolutamente nada, pero los derechos Humanos habían apelado, diciendo que eran humanos y tenían derechos a un juicio digno con defensa.
—Señor juez ¿Usted sabe con quién está tratando? —preguntó su fiel consejero.
—No me da miedo, no tengo nada que pueda quitarme—aseguró.
El hombre asintió, temiendo que Schiavone pudiera leerle la mente y saber el miedo que tenía, pero Schiavone nisiquiera le prestaba atención al frente, solo sonreía a un punto en la pared, sabiendo que detrás de ese falso plafón se encontraba su ptichka, era sencillo saber que ella se encontraba en un lugar, era como si se desprendiera una luz que lo hacía sonreír.
Keylani no tenía miedo, ella queria traspasar esa pared y matarlo a golpes por el daño que le había hecho a su familia, pero no podía hacerlo sin terminar ella en la cárcel por asesinato.
—¿Cómo se declaran los acusados? —preguntó el juez siguiendo la rutina.
—Mi cliente se declara inocente—murmuró el abogado de Magnus.
—Mi cliente se declara inocente, niega cualquier contacto con Hugo Schiavone.
El juez suspiro, le sorprendía la maldad que había esos bastardos. Habían arrebatado familias y había hecho sufrir a cientos de personas, era imposible que se declararan inocentes de todos sus crímenes. Él mismo queria mandar a la jodida los protocolos y condenarlos a una muerte lenta y dolorosa.
—Parte víctima, viendo la negativa de los acusados, tienen oportunidad de presentar las pruebas de culpabilidad de acuerdo con el estatuto de leyes internacionales, todas las pruebas presentadas dentro de la corte deben tener fundamentos, testigos y pruebas físicas, fotográficas o de video, estas deben haber sido obtenidas de manera legal. Si tienen testigos de primer orden estos deben de dar una declaración formal y permitir preguntas de ambas partes. Comencemos con las pruebas, señores abogados.
Toda la sala guardó silencio y tomaron asiento cuando el juez lo hizo, claro que debían tener en claro lo que estaba ocurriendo.
—Buenos días, jurado, parlamento y audiencia en general, nombraré las pruebas en el mismo orden que el juez menciono los delitos para que puedan tener una mayor entendimiento, todo lo que mostremos y las declaraciones de víctimas son verídicas y fueron analizadas por peritos del estado internacional y también por peritos de la IISMFCMO.
—Adelante, abogado Kim—murmuró el juez.
—Comenzaré con Trata de personas y compra y venta de órganos humanos. Recientemente agentes de la IISMFCMO descubrieron que los hermanos Schiavone son parte de un grupo nombrado La cacería, estas personas se dedican a secuestrar, traficar y cazar por deporte a personas de bajos recursos, se aprovechan de que estas no pueden pedir ayuda por la lejanía de los lugares en que habitan. Cuando lo cazan, ponen a la venta sus órganos en el mercado negro, a algunas personas las trafican para el uso de sus órganos y a las mujeres en general, las venden como esclavas sexuales y de carga, es decir mujeres que son abusadas para concebir hijos—murmuró Hunter Jr. tratando de sonar lo más seguro posible, no podía imaginar que su hermanita había estado en manos de ese degenerado.
—No todas las personas son compradas completas, se convierten en sacos de órganos que venden en precios millonarios—continuó Giandrick —. En nuestras investigaciones en el mercado negro, descubrimos que para ellos la trata de órganos es como si seleccionaran carne.
El juez se sintió asqueado, queria condenarlo desde el primer momento y con escuchar las primeras declaraciones, ya sentía que su desayuno amenazaba con salir de su boca.
—¿Tienen algún testigo?
—Eso es correcto—aseguró Hunter —. La señorita Liana Frederic fue secuestrada y vendida como esclava sexual por el señor Magnus Schiavone hace tres años, ella logró escapar de su captor y la IISMFCMO la ingreso al programa de protección a testigos.
Una chica rubia entro, todos soltaron exclamaciones de terror al ver a la mujer con el rostro desfigurado y sin la mitad de su cuerpo inferior, sus piernas parecían haber sido cortadas en si totalidad, dejando solamente los muñones pegados a su cintura.
—El señor Magnus Schiavone me secuestro cuando era menor, primero me ofreció como mula pero era demasiado bonita como para ser mula, por lo que me obligaron a prostituirme, fui abusada por tantos hombres que perdí la cuenta en trecientos, al día me abusaban más de diez, todos le torturaban y me abusaban con salvajismo. Me vendieron a un hombre que se obsesiono conmigo pero antes de que pudiera irme me cortaron las extremidades inferiores para que me fuera imposible escapar—terminó su declaración, una historia corta pero realmente triste, a todos los habia dejado llenos de lágrimas.
—Tengo suficiente para declararlo culpable por un acto tan atroz.
Para todos fue doloroso tener que escuchar las declaraciones de mujeres inocentes, de personas que habían sufrido tanto que no había comparación, fueron condenando acto por acto, todos estaban llenos de lagrimas por las declaraciones y coincidían que ese hombre merecía una muerte rápida y dolorosa, pero su hermano no se quedaba atrás, cientos de mujeres afirmaban que él era el control de calidad, había abusado de todos y las había hecho mierda, todas tenían traumas tan grandes que era imposible que ellas pudieran sentirse bien con ellas mismas después del daño que ese bastardo les había hecho.
—Tráfico de drogas, creación de drogas: SX1, CM2 y los últimos descubiertos HACNSE21 Y HACNSE28. ¿Cómo se declaran?
—Inocentes—murmuraron los dos abogados.
—Adelante—murmuró el juez, harto de que ellos no supieran decir nada más que inocentes.
—La primeras dos sustancias son de conocimiento mundial, estas dos drogas tienen la capacidad de controlar mentalmente además de que poseen un alto contenido de adictivo que libera la dopamina del cuerpo, por lo que su uso las hace extremadamente peligrosas—murmuró Hunter —. Sin embargo, las últimas dos sustancias demuestran que han sido combinadas con otras sustancias, haciendo un producto más peligroso y nocivo para la salud, el HANCNSE21 Es un compuesto SX1, CN2, esteroides, anfetaminas y heroína, es tan peligroso que puede causar una fuerte adicción con el simple hecho de consumirla un par de veces.
—No tienen pruebas de la existencia de tal sustancia o de que el SX1 es propiedad intelectual de mi cliente—murmuró el abogado de Schiavone —. No tienen manera de probar nada, esta sustancia existe desde años atrás y nadie lo había puesto en consideración ¿Qué hay de diferente ahora?
—Qué fue usada para drogar a una de nuestras agentes, causándole una adicción que casi termina con su vida.
—¿Y cómo mi cliente drogaría a alguien que no conoce? ¿Cómo lograría drogar a una supuesta agente sin tocarla? Es una ridiculez.
—Dice que no la toco ¿cierto? ¿Por qué no le pregunta a su cliente sobre la agente que secuestro, drogo y violo?
—Abogado, no puede hacer acusaciones sin fundamentos o testigos—intervino el juez.
—Señor juez, nuestra testigo se encuentra en peligro, por lo que su presencia solo será solicitada en caso de que sea requerido por el parlamento—murmuró Giandrick, no queria que su hermanita respirara el mismo aire del bastardo de Magnus Schiavone.
—Bien—murmuró el juez—. Habiendo escuchado todas las declaraciones y comprobando las pruebas presentadas, declaró a Magnus y Dereck Schiavone culpables de todos los delitos que fueron acusados en primer instancia, condenándolos a cadena perpetua en la cárcel que sea decidida por el parlamento.
—Mi cliente solicita una apelación al veredicto, quiere ser juzgado por las leyes dentro de alguno de sus países.
—El parlamento lo decidirá—aseguró el juez—. Pero antes de continuar, quiero escuchar un poco más de la agente que fue secuestrada por este hombre, yo puedo tomar la decisión de encarcelarlo en un determinado lugar.
—Por supuesto—murmuró Giandrick.
—Es ridículo, mi cliente ya fue juzgado demasiado por situaciones absurdas, es idiota que quieran seguirlo juzgando por algo que no tiene sentido.
—Abogados, hablen.
—La agente en cuestión es la coronel Keylani Kim, la mujer que fue secuestrada, drogada y violentada por este hombre—murmuró Giandrick.
—NO hay pruebas de esa acusación, la mujer en cuestión está muerta.
—¿Está muerta? —preguntó el juez con sorpresa.
—Puedo asegurarle que no—aseguró Giandrick —. Solicito la presencia en la sala de la coronel Keylani Kim Rossi, víctima del señor Magnus Schiavone.
Todos se pusieron de pie a excepción de los conocidos, todos sabían que ella estaba muerta, lo habían pasado en todos los noticieros militares, ella había muerto en batalla, su funeral había sido hermoso y no podían creer que estuviera con vida, era algo imposible que esa situación fuera verdadera. Los ministros sonrieron, sabían que su hija no bajaría la cabeza por más que se enfrentará a Magnus Schiavone.
Las puertas hicieron un estruendo al abrirse y dejaron paso a la hermosa mujer, sus ojos verdes brillaban como dos luceros mientras se deslizaba con habilidad por el centro, tres hombres la seguían, dos de ellos malheridos pero igual que el tercero dispuestos a volarle la cabeza a quien se atreviera a tocarla. Ella se sentía segura al caminar, no tenía miedo ni razón para bajar la mirada.
Los flashes enloquecieron, tratando de enfocarla de la mejor forma posible, su rostro saldría en todas las portadas de los periódicos era algo totalmente sorprendente que ella siguiera con vida, se escucharon aplausos y gritos al ver entrar a la mujer que era leyenda dentro de toda la milicia, incluso si no eran partes del ejército de la IISMFCMO, todo mundo conocía su nombre y sabían el tipo de mujer que era, la mujer que había destronado de todo al malnacido de Magnus Schiavone.
Todos aplaudían, no podían creer lo que sus ojos veían, era la mujer más hermosa de la tierra, su caminar era seguro y su cuerpo enfundado en la tela roja era como decir que había regresado de la muerte victoriosa y lista para matar a cada uno de los bastardos que la habían dañado, se habían metido con el diablo y Keylani les demostraría que con ella nadie jugaba.
La hermosa y preciosa diosa de ojos verdes entro al tribunal, dejando completamente idiotizados a todos los presentes, todos al verla creían ver a un fantasma, al fantasma más hermoso sobre la tierra. Pero un par de mujeres, seguían sin entender por qué sus novios estaban al lado de ella, porque tenían que protegerla o el motivo por el que parecían perros guardianes.
Magnus parecía idiotizado por ella, trato de caminar en su dirección, pero dos pares de manos lo tomaron por los hombros obligándolo a sentarse, Conall Y Nick no dejarían que el bastardo se le acercará a menos de tres metros, si era necesario estaban listos para volarle la cabeza.
—Señor Juez—saludó con voz firme pero de igual forma delirante, algo que hacía que cualquiera se sintiera idiotizado por su presencia—. Me presentó, soy Keylani Kim, la mujer que fue testigo de los actos más atroces de este hombre.
Nadie podía creerse que ella estaba dentro de ese lugar, era imposible concebir que la mujer que habían creído muerta estaba frente a ellos y dispuesta a encerrar un mal nacido que le había hecho daño, ella no tenía miedo el levantar la cara de decir todo lo que el bastardo le había hecho en su encierro.
Las lágrimas se desbordaban por todos lados, todo mundo estaba en shock al escuchar lo que ella había tenido que vivir, desde la primera droga que le habían inyectado hasta la violación que Magnus había hecho, nadie podía creer que esa misma mujer se encontraba parada frente a ellos declarando y diciendo, contestando las preguntas que eran malintencionadas por los abogados de los bastardos, claro que lo que querían era que ella dijera alguna palabra mal, pero que ella no estaba dispuesta a perder, no le importaba ver el rostro de todo mundo quebrándose ella seguía respondiendo y respondiendo.
—¿Si fue tan violentada, por qué está de pie?
—Por qué no me iba a quedar tirada en el fango donde su cliente me dejó, sufrí cuando fui violada y donde me arrancaron todos mis sueños.
—Nadie puede tomar en serio sus declaraciones, una mujer que fingió su muerte...
—¿Quieres saber por qué fingí mi muerte? pregúntele a su cliente, me envió una carta de la cual ya se la entregó copia al jurado, en esa carta describió cada una de las muertes de mis seres queridos y yo no podía quedarme viendo cómo los asesinaba cuando estaba débil, drogada y era adicta a una droga que apenas estaba experimentando.
—Fue una adicta, quien nos dice que usted...
—En su vida vuelvo a llamarme adicta, en su maldita vida vuelve a dirigirse a mí con ese nombre, que por culpa de su cliente tuve que pasar 6 malditos meses dentro de un centro de desintoxicación, no soy una adicta y usted no tiene el mínimo derecho de llamarme así aunque lo fuera. No pienso contestar más preguntas de este abogado que sólo se la ha pasado tratando de incriminarme y hacerme ver a mí abusadora—contestó con firmeza.
Toda la sala estaba llena de lágrimas, lloraban algo que ni siquiera habían vivido ellos pero qué había pasado una mujer y no tenía la menor idea de cómo había sobrevivido, la consideraban una leyenda antes y después de conocer la verdad era como si la hubiesen subido a un pedestal, nadie en ese lugar era capaz de soportar la tortura que ella había aguantado.
—No quiero seguirle dando vueltas al veredicto, si concedo la extradición a alguno de los países natales todos sabemos que este hombre saldrá libre en menos de 2 semanas, además considerando los delitos que se realizaron a ciudadanos de la Gran ciudad, lo mejor es que paguen sus delitos y su condena dentro de las tierras de la Gran Ciudad y bajo el mando de la IISMFCMO, sin más que decir. Declaro culpables a ambos hombres y los condeno a cadena perpetua sin derecho a disminución de condena o a fianza, pagaran sus crímenes dentro de la prisión del Iron Pentagon Cage.
Todo se volvió un mar de gritos de emoción, todos estaban felices por la declaración del veredicto, todos sonrieron, sabiendo que se había logrado justicia. La hermosa mujer que habia dejado idiotizado a la mitad del jurado y a cada soldado en el interior, sonrío con tanta alegría que se sintió como si todo se hubiese iluminado.
Conall sonrió al mirar a Keyli, supo en ese instante que ella era su luz, ella era lo único que necesitaba para sonreír. Arniel por otra parte estaba en shock, sin creer el resultado del veredicto, su corazón se sentía extraño.
Nick solo pudo sonreír por su novia, estaba feliz de que la mujer destrozada que él habia consolado tantas noches, por fin volviera a sonreír de una forma real, no para fingir apariencias. Queria correr a abrazarla, llenarla de besos y amor, pero dentro del jurado eso no se vería bien, menos un capitán besando a una general.
—¡Keylani!
El grito desconcertó a todos, fue como un grito de declaración de guerra, algo tan sádico que no tenía descripción, todo se descontrolo, las manos que sostenían a Magnus Schiavone lo dejaron libre por el pánico de la voz. El hombre no dudó ni un segundo en moverse con rapidez hacía la mujer que consideraba suya, todos se quedaron totalmente quietos, sin saber que hacer realmente para detener lo inevitable. Todos creyeron que Keylani bajaría la mirada, después de todo lo vivido cualquiera se derrumbaría al volver a ver a su captor, pero no ella.
—Mi ptichka—murmuró Magnus acariciando su mejilla.
Keylani le dio una sonrisa sádica, con toda la ira flotando, era una bestia disfrazada de mujer, una bestia que habia sobrevivido a las peores torturas. Levantó la mirada, pintando esa dulce mirada esmeralda de un rojo como la sangre, la furia latía a su alrededor y todos sabían que ese bastardo había cometido el peor error de un ser humano. Jugar con el diablo o en ese caso con la reina del infierno.
— Da zdravstvuyet koroleva. Smert' korolyu, chertov ublyudok (Larga vida a la reina. Muerte al rey, maldito bastardo)—murmuró Keylani con una sonrisa llena de sadismo.
Sin pensarlo un segundo, sacó el arma que habia guardado discretamente debajo de su falda, como si se tratara de una película de acción, sometió al hombre debajo de su menudo cuerpo, todos la miraban con admiración y a la vez con emociones inexplicables, esa mujer era una diosa en todo el sentido de la palabra.
—¿Qué? —murmuró Magnus confundido, pero a la vez excitado por esa mujer.
—Soy la puta reina del ejército, Magnus—gruñó—. No volverás a tocarme un solo cabello, antes me aseguraré de volarte los sesos... espero tengas una larga vida en la cárcel, mi rey—se burló.
Kennett, Avery y Berto inmediatamente entraron en escena, apresaron sin temor a Schiavone, valiéndoles una mierda sus amenazas, habia quedado más que claro que ese bastardo jamás los tocaría.
—¡Siempre voy a estar detrás de ti Keylani! ¡Tú eres mía!
Tres puñetazos impactaron con el rostro del bastardo y nadie lo defendió, Conall, Arniel y Nick fueron los autores de los moretones que lo acompañarían en su primer mes en la cárcel, los guardias lo jalaron como si fuera un vil animal, a nadie le importaba hacerle daño pues sabían que ese hombre se quedaría de por vida en ese lugar.
Todos estaban realmente felices por lo que estaba ocurriendo, habían logrado lo que querían y el juez ni siquiera le había importado que golpearan al recién condenado, él mismo se encargaría de que sufriera más en la cárcel, no merecía ningún trato especial.
<<Lo logramos>>
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¿Qué les pareció este capítulo?
¿Esperaban más acción?
¿Creen que logren tener a Magnus encerrado?
Holi! Espero hayan disfrutado este capítulo cargado de emoción, esta autora esta medio muriendo pero acá sigue.
Los quiero muñequitos, gracias por seguir acá. <3
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