Capítulo 24.
"Una hija es un tesoro y una causa de insomnio". Ben Sirach.
Lucecita.
Cuando menos lo creemos la vida nos pone pruebas que nos hieren el alma, pero que a la vez nos enseñan que no importan las tormentas que atravesemos o el dolor que nos consuma, si sostenemos la mano de la persona correcta podemos lograr lanzarnos a un tormentoso mar de emociones sin tener el miedo de naufragar en medio de la desesperación y soledad, pues sabemos que si esa persona nos sostiene, no hay tormenta que se compare al amor que existe entre ambos.
La vida siempre me había enseñado que no puedes dar pasos sin tener un plan trazado, durante los primeros 27 años de mi vida sabía que no podía dar un paso en falso o podía caer en la profunda soledad, siempre tenía un plan para cada movimiento, para cada paso yo trazaba cientos de planes en caso de que algo no funcionara.
Había entrado al mundo del BDSM por una tontería pero me había hecho sentir bien, pues dentro de ese mundo yo tenía el control de absolutamente todo, yo podía tener una vida completa y llena de control, nada dentro de ese mundo se me salía de las manos pues el dominio se encontraba dentro de mí, mi palabra era ley y mis planes las reglas, nadie las refutaba y eso de cierta forma me encantaba. Me convertí en una bestia dominante, un dictador dentro de ese mundo que nadie se me acercaba por el miedo del sadismo que representaba mi presencia, solo las mujeres realmente masoquistas se acercaban, buscando de una u otra forma experimentar lo que yo era, sin embargo, nadie duraba más de dos semanas.
Todo cambió cuando la conocí a ella, ella hizo que dejara de aferrarme a planes sin sentido y de buscar dominar en cada sentido de mi vida, ella con su hermoso cabello cobrizo y los preciosos ojos miel que —aun despues de 28 años de conocernos permanecían intactos y enamorándome día con día—, me habían hecho enloquecer y dejar de querer aferrarme a un ancla de madera, lanzándome a un mar tormentoso donde estaba seguro, ella me sostendría con fuerza.
Mi chiquita había sido la mujer que me había hecho querer ser un mejor hombre, que me había enseñado que una sonrisa es capaz de curar una herida de bala y un beso de sanar heridas del alma, ella me había enseñado que el sexo no tenía sabor sino habia amor, que el toque de la persona que amas no se compara con nada en el mundo terrenal ni en el celestial. Ari, mi hermosa reina me había enseñado a amar, había tomado mi mano y me había guiado hacía un camino donde todo era de colores.
Con ella había tenido a mi hijos, a mis pequeños bebés que me habían enseñado que el amor también tenía muchas formas, el amor de un padre hacía sus hijos no tiene comparación, con ellos sentía que el hogar que había construido con mi chiquita estaba completo y lleno de vida, que podían existir mil formas de ser feliz pero mi favorita era ver que mis hijos estaban sonriendo al lado de su madre.
Giandrick era el mayor, había sido el primero en nacer, cuando era un niño siempre había sido el más maduro, quien hablaba con propiedad y que con poca edad ya se sabía leyes de estado de memoria, nunca fue un niño aburrido, pero si centrado. Cuando crecieron se apropió del papel de hermano mayor y era el que aconsejaba a sus hermanos y el que tomaba las decisiones de entre los tres, también el más sobreprotector con su hermana.
Hunter Jr. era todo lo contrario a él, había sido el segundo en nacer, era el más desastroso de los tres, quien se metía en cientos de problemas desde el Kínder y quien no dudaba en embriagarse a pesar de que a su madre amenazaba con asesinarlo, pero también era el que nos sacaba una sonrisa en los momentos más tensos y quien nos había demostrado que la risa también es necesaria para triunfar.
Y mi Keylani, mi pequeña y hermosa florecita, la niña de mis ojos que siempre me había sacado canas verdes por ser tan intrépida y aventurada, a ella no le importaba rasparse las rodillas trepando un árbol o lanzarse a un acantilado por el simple hecho de sentir adrenalina.
Siempre nos sentimos orgullosos de nuestros tres hijos, todos de diferentes formas nos habían hecho sentir orgullo de ser sus padres, pero Keyli, ella nos había hecho sentir los padres más afortunados por tenerla, su bondad, valentía, alegría e inteligencia la destacaban sobre todas las personas, siempre tenía una sonrisa para dar o un consejo para ayudar, pero también estaba dispuesta a sacrificarse ella misma por salvar a los demás, a quienes ella amaba.
Quizás en el fondo siempre supe que un día yo sería esos padres a los que yo tenía que darles la noticia de que sus hijos habían muerto en batalla, sin embargo, no estaba preparado para serlo, no podía imaginarme algún día recibir las palabras que yo siempre daba <<Su hijo murió en batalla, es un héroe de guerra>>, pero cuando las había recibido, supe que un pedazo de mi alma había muerto, fue uno de los dolores más grandes que había experimentado.
Pero lo que más me había dolido, fue ver los ojos de mi chiquita sin color, esos ojos que siempre me había hecho sentir seguro se habían vuelto opacos, sin tanto brillo como los recordaba y claro que eso era algo que sabía que podía ocurrir, después de todo, ella era su madre, había llevado 9 meses en su vientre a Key y la había perdido en un suspiro. A pesar de que yo también sentía que una parte de mi alma se había muerto, trate de permanecer fuerte pero lloraba en silencio, cuando me acercaba a la que había sido su habitación no contenía las lágrimas y siempre prefería salir al jardín para poder llorar sin que mi chiquita me viera, ya estaba sufriendo demasiado como para que también sufriera por mí, por el dolor que sentía.
Los primeros meses fueron los más difíciles, mi esposa se levantaba gritando el nombre de nuestra hija todas las noches, había veces que se quedaba dormida mientras lloraba y otras, ella se encerraba en la habitación de nuestra pequeña sin querer decirnos absolutamente nada, la entendía, siempre había sido así para procesar la pérdida o el trauma, pero me dolía verla de esa manera, ver a mi chiquita rota era lo peor que podía sentir.
Los meses pasaron, mi esposa poco a poco se fue acostumbrando a no recibir las llamadas de su pequeña y yo también me obligue a no esperar las llamadas o los informes perfectos que ella siempre enviaba. Nos dimos cuenta de que su legado merecía continuar, él ejercito por el que ella había dado la vida no podía irse abajo, por lo que hicimos todo en nuestras manos para levantarlo, incluso hicimos que Mike y Avery tomaran el control, pero nisiquiera con ellos era posible hacer que él ejército que ella había levantado volviera a tener el nivel, eso era algo exclusivo de ella, de nuestra pequeña guerrera.
Nos acostumbramos a no sentir su presencia, porque sí, Keylani hacía notar que se encontraba en un lugar, era su hermosa energía o quizás su bella sonrisa lo que hacía que supieras que pisabas su mismo suelo y respirabas su aire, ella era tan brillante que podías sentirla desde lejos. Dejamos de sentir eso, nos acostumbramos a no ver luz en la vida y tratamos de adaptarnos por más dolor que nos causara.
No fue hasta que estuvimos en Suiza que volvimos a sentirla, así supimos que había algo extraño, Keyli se sentía en ese lugar.
Pero ¿Por qué?
Cuando Schiavone nos secuestró y empezó a interrogar a uno de los míos lo supe, Había luchado contra criminales más de la mitad de mi vida, ellos no secuestraban o daban un paso en falso sin saber o tener la certeza de qué lograrían algo con ello. Ellos no nos habían secuestrado sin antes haber investigado lo que ellos afirmaban, Dereck Schiavone, aunque me enervaba era uno de los mejores rastreadores en el mundo criminal, para él no había persona que pudiera ocultarse por mucho tiempo, por eso le era útil a su hermano.
Cuando me di cuenta de que ese hombre sabía algo sobre la ubicación de mi hija, no perdí las esperanzas a pesar de estar completamente indefenso, encadenado y drogado. Ellos no inventaban algo para doblegarte, tenían otros métodos en lugar de hacerlo con una tortura psicológica siempre recurrían a hacerlo con una tortura física, Por lo que era claro que ellos no nos iban a mentir con algo parecido, estaban diciendo la verdad.
Mo supe si pasaron días o meses en ese encierro, realmente mi cabeza no se encontraba en sus 5 sentidos para lograr procesar lo que ocurría, estaba confundido en la mayor parte del tiempo y drogado la otra parte, no sabía cómo había luchado contra una maldita droga que prácticamente dormía mis sentidos y despertaba un deseo incontrolable en mi ser, quizás había sido el recuerdo de mi chiquita, el saber que en casa tenía a la mujer más perfecta y hermosa del mundo. Pero gracias a eso, a Conall y a mi nos habían dado golpiza tras golpiza, mientras los otros se comportaban como animales con las chicas, nosotros éramos golpeados una y otra vez.
No fue este el día en que nos obligaron a tomar una ducha y a ponernos ropa para recibir a la reina, estaba drogado pero claro que tenía los sentidos aún, cuando esa gran puerta de la mansión se abrió y pude enfocar a mi pequeña hija caminando hacia el bastardo que le había hecho tanto daño no fui capaz de procesar todo, cientos de preguntas se clavaron en mi mente y sólo podía verla a ella, era mi hija, mi perfecta lucecita que sin decir una sola palabra lograba hacer que mi mundo volviera a girar.
<<Hola, papá... ya estas a salvo, es hora de que duermas>>
Esas fueron las primeras y últimas palabras que escuche, después de eso todo se volvió completamente oscuro. No había lógica en todo lo que había pasado, pero eso era algo que acompañaba a mi hija desde que tenía memoria, cuando ella estaba cerca todo perdía sentido que parecía que ella lograba tener el control de todo mundo.
—¿Cómo está mi paciente más revoltoso?—escuché una voz femenina, sabiendo perfectamente que se trataba de mi hija.
—Despertó dos veces más—murmuró mi chiquita, sentía su manita rodeando la mía.
—Eso una buena noticia mamá, con los exámenes que mandé a hacer de neurología, estará bien, sólo que la droga lo afectó bastante y ahora necesita que su cuerpo la deseche completamente, mi antídoto lo ayudará pero por lo que logramos averiguar a él le inyectaron una cantidad incluso mortal.
—¿Aun tiene esa mierda en la sangre?
—Esta mañana le hicieron otros estudios, sólo tenía un 2% y en los últimos que envié hace 2 horas, parece que mi padre está completamente limpio, así que no tardará mucho en despertar. Arniel ya despertó, esta confundido y tiene conjuntivitis, pero se recuperará—aseguró mi hija y sentí su cercanía.
Quería abrir mis ojos, quería comprobar que mi hija realmente estaba a mi lado no quería que fuese una simple ilusión que terminaría al despertar, aunque escuchaba su voz con claridad, sabía lo poderoso que era la mente para hacernos seguir con vida, por lo que era posible que mi mente me estuviese jugando una mala broma, por el simple hecho de querer que me levantara.
—Dios, realmente todos han sido fuertes... hablé con Archie y con Julia, les di un permiso especial para que puedan solucionar sus traumas, no me sirven en la base si ellos no van a poderse concentrar en más.
—No puedo imaginarme lo que sintió Julia al ver que su esposo se comportaba como un animal con otra mujer, Mar estaba dormida por las drogas y cuando Jacob se lo dijo, ella lo tomo con calma, pero de igual manera tomarán terapia de pareja...
—Eso también nos será útil en los juzgados el sábado, todo lo que esos bastardos hicieron servirá para poder refundirlos en la cárcel.
—Hunt será el representante de la IISMFCMO, si papá despierta y pasado mañana se encuentra en condiciones de ir, ambos serán los representantes de la IISMFCMO y del CMI, si no, yo entraré en el lugar de papá y estaré a tu lado.
—Creí que tú serías testigo, fuiste una de las víctimas que más sufrió en manos de esos bastardos...
—También puedo entrar de testigo aunque esté como representante, aunque claro que me gustaría hacer una entrada épica después de todos creen que estoy muerta, los únicos que saben que estoy con vida son ustedes los que están dentro del ejército y dentro de la base, pasado mañana asistirá toda la prensa y absolutamente nadie fuera de nuestro ejército sabe que estoy con vida.
—Hija, heredaste lo dramática de mí—aseguró mi esposa con una carcajada—. Deberías intentar dormir, puedo ver que tus ojos estan realmente agotados...
—No dormiré tranquila hasta que papá este bien—murmuró mi pequeña.
Me obligué a mí mismo a abrir los ojos, no me importaba que doliera como un jodido hierro ardiendo entrando en mis pupilas, solo quería comprobar que mi hija estaba ahí, Que el infierno que había vivido después de su muerte había terminado.
Lo primero que pude ver fueron los ojos que me habían vuelto loco desde 26 años atrás, esos ojitos que había extrañado durante un año y 9 meses que habían regresado a tener el brillo habitual al que estaba acostumbrado, ese brillo que me hacía sentir seguro y en casa. La perfecta sonrisa de mi esposa es el dibujo en su rostro, en el perfecto rostro que siempre había adorado y que me había hecho sentir el hombre más afortunado por tenerla a ella.
Parpadeé en varias ocasiones, me ardían los ojos y me costaba poder enfocar más allá de mi esposa, aunque, a decir verdad, no me importaba tener esa vista por el resto de mi vida; me encantaba ver su rostro y me enamoraba incluso estando bajo efectos de analgésicos o cualquier cosa que tuviese en mi cuerpo.
Sentí que algo húmedo pasaba por mis ojos, las lagañas desaparecieron y pude sentir en mi vista había regresado a la normalidad, fue entonces cuando vi a mi hermosa hija. Mi pequeña que había cargado en mis brazos por primera vez, la que me hacía sentir orgulloso a cada instante y quien había extrañado durante tanto tiempo, estaba parada frente a su madre, quien sonreía Seguramente al ver mi rostro de idiota.
—Bienvenido de regreso a la vida, Señor ministro—murmuró mi hija con una sonrisa de oreja a oreja—. Nos tenías realmente preocupados, papá...
—Hi...Hija...—susurré sin poder creerlo.
—No te esfuerces en hablar ahora—murmuró —. Es normal que te sientas confundido y que no sepas ni dónde estás. Logramos un rescate exitoso hace una semana, les inyectaron una droga muy poderosa por lo que Conall y tú, fueron los más afectados, claro eso sin mencionar que les dieron una paliza o muchas. Estás en el hospital militar de la gran ciudad. Tuviste un par de cirugías y ahora te estas recuperando de la droga que te inyectaron.
—Estas a salvo aquí, amor—murmuró mi esposa aferrándose a mi mano.
—E...Estas con vida—susurré sin poderlo creer aún.
—Si, papá—murmuró acariciando mi mejilla —. Estoy con vida, pero ya habrá tiempo de hablar sobre ello, ahora lo importante es que te recuperes y que logres tener la fuerza necesaria para superar todos los golpes que esos malnacidos te dieron.
—E...El juicio...
—¿Así que si escuchabas los que hablábamos? —preguntó mi esposa soltando una pequeña risa —. Primero debemos asegurarnos de que estes completamente sano, después de eso Charly y Key te analizaran y van a determinar si puedes salir del hospital o debes quedarte aquí por un par de días más.
—Tuviste demasiados golpes, además de que la droga que te inyectaron fue demasiado para tu sistema y casi te mata, si no hubiese sido por el antídoto que cree, seguramente Conall y tú hubiesen muerto. Así que ahora, lo primordial es que te recuperes.
—T...tu entrada...—murmuré odiando que mí voz no saliera con claridad—. De...Debe ser épica.
—Ya sabes que con tu hija y con tu esposa todo es épico—murmuró mi esposa besando mis nudillos —. Ahora sí, prometiste que irías dormir cuando tu padre despertara, así que hazme el favor y ve a dormir, no debes tener tantas emociones de junto.
—Estoy bien, mamá—aseguró mi pequeña —. Debo asegurarme de que mi tío regresará pronto para poder dejarlos sin supervisión a todos.
—¿Por cierto, donde esta Nick?
—Con Conall y Arniel—murmuró ella —. No digas nada mamá, aún estoy tratando de procesar lo que me está ocurriendo.
—N...No vuelvas a ocultarnos nada—murmuré —. N...No importa lo que sea, sabes que no vamos a juzgarte y te...te apoyaremos en lo que sea...
—Me la he pasado repitiéndole ese mismo mantra durante todo este tiempo, tu hija es necia y siempre lo será, pero más le vale no volver a ocultarnos nada.
—Lo prometo mamá, lo prometo papá. No volveré a ocultarles nada—murmuró mi hija con una sonrisa—. Dejaré solos por unos minutos debo ir a revisar a mi hermano, a Jerry y a Álex...
—Ve tranquila hija, cualquier cosa, el coronel nos dio la forma de traerte rápido.
—¡No! Dios, no más infartos por hoy, al parecer a Conall le encanta estar picando ese bendito botón azul.
Mi esposa soltó una carcajada, mi hija me dio un beso en la coronilla, se despidió de su madre y sin decir una sola palabra, salió de la habitación con suma elegancia. Seguía sin poder creer que ella estaba con vida, sentía que en cualquier momento ella podía desaparecer y dejarme nuevamente con el vacío de la ausencia de mi hija.
Pero mi esposa parecía completamente diferente a la mujer que había estado conmigo durante el último año y 9 meses, su sonrisa había regresado y el brillo de sus ojos era capaz de iluminar todo mi mundo, mi chiquita era todo para mí y poder verla recuperada era la mejor sensación. No me importaba estar en una cama de hospital con cientos de cables conectados a mi cuerpo, con tenerla ella a mi lado tomando mi mano y haciéndome sentir seguro con su mirada brillante, era suficiente para saber que estaba vivo y tener la fuerza para sanar.
—¿Cómo te sientes, mi amor? —preguntó ella después de un rato de completo silencio.
—Me siento bien si estas a mi lado—murmuré, sintiendo mi voz más recuperada.
—No me alejé durante todo este tiempo, mi amor. Tuve mucho miedo de perderte, tuviste un par de infartos, hace menos de 48 horas nos dieron una probabilidad de vida menor a un 30% y nos dijeron que tú podías morir en cualquier instante...
—Mi chiquita—murmuré, cuando vi que sus ojitos comenzaron a llenarse de lágrimas.
—Me asustaste Hunter, no podía perder a mi esposo cuando apenas acababa de recuperar a mi hija, no podía imaginar una vida sin ti y aunque trate de ser fuerte por nuestros hijos, sentí que mi mundo se caía cuando un Charly nos dijo que tú no podías vivir, la droga te estaba matando por dentro, estaba destruyendo cada uno de tus órganos y estaba haciendo que de paralizarlas completamente. Tuve mucho miedo.
—Mi chiquita—murmuré y sin importarme el dolor que sentía, tome su mano y la jale hacia mí.
—¿Q...Qué haces? Puedes lastimarte.
—Necesito abrazar a mi esposa que tuvo miedo—murmuré.
Ella no quería, pero con la poca fuerza que tenía, me hice un lado y la recosté a mi lado, antes de que pudiera negarse o darme alguno de sus argumentos que me harían ceder, la envolví en mis brazos, repartiendo varios besos por sus mejillas.
—Recuerda que nos prometimos algo, mi amor; ninguno de los dos puede irse sin despedirse y yo no me había despedido de mi chiquita, así que sin importar nada, yo tenía que regresar para poder tener a mi esposa entre mis brazos—murmuré sintiendo sus sollozos contra mi pecho.
—Te extrañé—murmuró —. No podía haber recuperado a mi hija pero perder a mi esposo, a mi razón de vivir...
—Mi amor, hace falta más para terminar conmigo—murmuré besando la coronilla—. No te preocupes, te aseguró que no volveré a darte un susto de estos y te prometo que siempre buscaré la forma de regresar para darte todo el amor que te tengo, no importa cómo, pero te prometo que tú y yo podemos superar hasta la muerte, lo hemos hecho toda nuestra vida.
—Tonto—susurró mi chiquita.
Que ella se encontrara mejor era un respiro a mi alma, no me importaba sentir que cada uno de mis huesos se partía por el dolor que me provocaba la recuperación por la droga, en realidad nada más tenía sentido sólo ver sus hermosos ojitos iluminados, quizás eso era lo que me había mantenido con vida dentro del pozo.
—Ahora necesito una explicación de por qué nuestra hija esta con vida.
—Sabes lo intrépida que es y lo dispuesta que está a sacrificar todo por proteger a quienes ama, eso lo heredó de nosotros y no podemos hacer nada para quitárselo.
—¿Cómo la encontraste?
—Sabes cómo son los mafiosos, Dereck me contacto diciendo que la única manera de que los volviera a ver era si le entregábamos a Keylani, en ese momento yo no sabía que nuestra hija estaba con vida, creí que ese hombre estaba volviéndose loco o que por algún motivo había confundido a nuestra hija con alguien más. Me negué a hacer cualquier intercambio y tratamos de planear alguna estrategia que nos ayudase a salvarlos a ustedes, pero absolutamente todas tenían menos del 50% de probabilidades de funcionar, en todas moríamos.
—¿Nadie te dio una buena estrategia?
—Solo nos encontrábamos Charly, Mike, Berto, Avery, Kennett y Hunt para planear una estrategia, por cierto, antes de continuar todos absolutamente todos deberán rendir nuevamente el examen de aprobación, no me va a importar si tienen apellidos de alcurnia o no, quien no lo pase se va a ir a la mierda.
Solté una pequeña risa al escuchar a mi reina hablar tan decidida, ella no hablaba con groserías a menos que se encontrara realmente enojada y podía ver en sus ojos que todos los soldados pagarían la ira de mi chiquita.
—Entendido, ministra Kim—murmuré besando su frente.
—No tenía idea de qué podíamos hacer para salir victoriosos, llamé a Bausili para que dejara sus vacaciones del lado y viniera a ayudarnos, todo era un completo lío nadie sabía decir algo coherente. Pasaron interminables horas en las que no podíamos planear nada que nos ayudara a salvarlos a ustedes, todo el mundo decía sólo incoherencias y no ayudaba con lo que necesitábamos realmente.
—¿Entonces...?
—Cuando estaba a punto de rendirme, Charly, Hunt, Bausili y Kennett, me dijeron que había algo importante que decirme, me dijeron que ellos tenían la respuesta que necesitábamos y la única persona que era capaz de planear una estrategia en tiempo de guerra, sin importar nada esa persona era capaz de derrotar a 5 ejércitos con las manos en la cintura, ahí supe que podían estar hablando de nuestra Keyli—murmuró alzando la mirada para verme—, me subieron al Jet y me llevaron a Suiza, en cuanto aterrizamos y supe dónde nos encontrábamos, sabía que nuestros instintos no se habían equivocado, no sólo la habíamos sentido...
—Ella estaba ahí—complementé.
—¿Recuerdas que cuando fuimos el chico Nikolai nos mencionó a Venus Hoffman.
—¿La doctora del informe del antídoto contra el SX1?
—Si—murmuró mi chiquita.
—Espera—la detuve—. ¿Nuestra hija es una genio de la ciencia que creo un antídoto contra la droga más letal? Bueno la segunda más letal.
—Te alegrará saber que tu hija también creó un antídoto contra la droga más letal, gracias a ella estás aquí, ella creo un antídoto en menos de 36 horas.
Abrí los ojos sin poder creerlo, claro que sabía que mi hija poseía una inteligencia mayor a cualquier persona, pero no sabía que también podía ser capaz de crear un antídoto que habían estado investigando los mejores científicos del mundo, ella ni siquiera tenía un título en bioquímica pero lo había logrado.
—¿Cómo?
—Tú hija merece el premio nobel—aseguró mi esposa besando mi mejilla —. Esa inteligencia seguramente la sacó de ti...
—No—murmuré besando su coronilla—. En definitiva la saco de ti, mi hermosa chiquita—aseguré.
Ella soltó una pequeña risa y se abrazó a mi pecho, no me dolía su toque, realmente me gustaba sentirla cerca, era como una curita que me protegía y sanaba las heridas.
—Cuando me llevaron a la base de Suiza, no podía creer todo lo que mis ojos veían, me mostraron su trabajo e incluso vi su presentación al consejo de científicos, ella realmente es una mujer inteligente...
—Por supuesto que lo es, lo saco de ti, mi amor...
Soltó una pequeña risa, aferrándose a mí.
—Ella al principio se negó en regresar, yo no le quería decir de golpe lo que estaba ocurriendo, pero sabes que con ella debes saber cómo convencerla de las cosas y solo su hermano puede hacer eso...
—Uno siempre hace lo que los otros dicen—murmuré.
—Exacto, ella acepto regresar, mando a freír espárragos a la mitad de nuestras tropas y creo que despedirá a la otra mitad.
—Bueno, somos buenos ministros, pero perdimos el toque de seleccionar a los mejores...
—Es solo que ella sabe quiénes son los mejores, sabes que a ella no le gusta tener pantomimas, ella necesita personas que estén dispuestas a sacrificarse por recibir justicia...
—Sí, en eso tienes razón... Nos faltó un pequeño detalle para la selección de los soldados.
—Nos faltó ella—aseguró mi chiquita —. Yo tampoco podía creer que ella estaba con vida, no fue hasta que empezamos la misión que supe que todo era realidad...
—Yo sigo sin poder creerlo, si no me lo estuvieras contando tú créeme que creería que todo fue una ilusión de mi cabeza...—murmuré —. Por cierto, ¿Quién es Nick?
—Nikolai Pávlov, hijo del general de FEIC—murmuró mi chiquita.
—Si se quién es—murmuré sabiendo que evadía la respuesta —, pero me refiero más bien a ¿Qué es?
—Un humano—murmuró mi chiquita besando mis labios fugazmente.
—Amor...
—Es tu yerno—aseguró con una sonrisa—, por lo que tengo entendido iniciaron una relación el día en que nosotros estuvimos allí, así que creo que tenemos un nuevo yerno, pero créeme que es un hombre bastante inteligente y merece un lugar en el ejército Alpha.
—Lo noté desde que estuvimos allá, fue el que mejor desempeño tuvo...
—Exacto—aseguró mi chiquita—. Pero eso ya lo veremos después, ahora necesitamos que tú y los chicos se recuperen, pasado mañana es el juicio contra los Schiavone...
—¿Ella los capturo?
—Si—murmuró mi esposa—. Creo que debemos inventar otra medalla, ella ya tiene absolutamente todas.
—O un nuevo puesto—murmuré riendo —. Quizás merezca no ser una general, sino una ministra de la IISMFCMO, ya sabes, nosotros ya tenemos al CMI a nuestro poder.
—Esa no es una mala idea—aseguró riendo —. Aunque con las leyes que se aprobaron, ella tendría que competir contra otros candidatos, así que por el momento, dejemos que nuestra pequeña disfrute del puesto de general y siga enorgulleciéndonos.
—Ella lo hace con solo respirar—aseguré.
El resto del día la pasamos abrazados, sentir su cuerpo junto al mío era necesario para poder sanar y me hacía sentir completo nuevamente, no importaba todo lo que había vivido en el pozo o el dolor que había sentido tras la muerte de mi hija, solo tener a mi chiquita entre mis brazos era necesario para saber que estaba vivo y que tenía las fuerzas para continuar.
Las revisiones periódicas de mi hija y de mi cuñado se me hacían eternas, incluso cuando mi hija se había ido con nosotros y había dormido en el sillón, ella realmente estaba cansada y me preocupaba su salud, por más que le había pedido a mi esposa que me contará todo lo que ella habia pasado, me había dicho que la única que podía contarme era Keyli, pero no quería abrumarla más, estaba lo suficientemente preocupada por los chicos y por mi como para hacer que me dijera todo lo que ocurría.
—Bien—murmuró Charly —. Tus últimos análisis son realmente buenos, tienes un 0% de drogas en tu sistema y hemos logrado reducir las infecciones a nada, deberás tomar vitaminas todos los días durante un año por toda la droga que consumiste esto puede afectarte a largo plazo, por suerte no desarrollaste ninguna adicción, la droga no es para volver a adictas a las personas sino para matarlas y ya tenemos los análisis que comprueban esto.
—Las necesitamos para pasado mañana en el juicio—murmuró mi esposa.
—Ya las tenemos listas para llevarlas, de hecho, Keyli eso ha estado haciendo, está preparando todas las pruebas necesarias para ganar.
—Entiendo—murmuró mi esposa—. ¿Entonces, cuando podemos ir a casa?
—De hecho para eso venía, sólo necesito que firmes algunos papeles. Serás dado de alta enseguida claro que al igual que los coroneles debes de tener sumo cuidado con todo, tu alimentación va a ser más balanceada que antes, necesitamos que tus defensas vuelvan a estar en el nivel correcto, pasado mañana debes de presentarte al juicio por lo que es necesario que utilices una máscara de oxígeno, tú y Conall la utilizaran, ya que sus sistemas siguen vulnerables y no podemos arriesgarnos a que contraigan alguna enfermedad viral...
—Entiendo—murmuré.
—Bien—murmuró Charly—. Keyli ya firmo los papeles de los coroneles y capitanes ¿Tienen espacio para todos en el castillo?
—Es un castillo, hermano—murmuró mi esposa soltando una pequeña risa —. Seguro podemos hospedar a todos...
—Ya saben cómo es Keylani, no dejará que los demás vayan a sus casas, quiere mantenerlos observados.
—Pues entonces... creo que debemos apoyar a nuestra pequeña—aseguró mi esposa besando mis labios—. Iré a firmar los documentos y en cuanto termine nos vamos ¿De acuerdo, amor?
—Si—murmuré besando sus labios.
Aún tenía que aclarar demasiadas cosas con mi hija, realmente quería conocer qué había pasado durante todo ese año y 9 meses que se había ido, había regresado siendo una mujer completamente diferente a la que recordaba, más valiente, tenaz e inteligente, pero sabía que algo la había llevado a ser así y no pensaba volverla a dejar sola en un problema, ella era mi pequeña florecita, la lucecita de mi vida.
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¿Qué les pareció este capítulo?
¿Qué piensan de nuestro Hunter?
¿Lo extrañaban?
Holi mis muñequitos, ¿Cómo estan? Yo medio muriendo, pero aquí andamos en otro capítulo. Espero lo hayan disfrutado, nos vemos en el próximo capítulo, preparen sus pañuelos porque nos enteraremos de cositas importantes. <3
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