Capítulo 23.
"Un fantasma es una emoción totalmente deformada, condenada a repetirse una y otra vez hasta reparar la injusticia cometida."~ DANIEL KASH
Fantasma.
A veces la vida nos pone pruebas que no sabemos cómo podemos avanzar, creemos que nos quedaremos estancados en ese profundo dolor que sentíamos, pero lo que no sabemos es que cuando regresa el rayito de luz que nos iluminaba nos hace ver que estábamos sumidos en un profundo hoyo de que la prueba en realidad era sobrevivir el tiempo de su ausencia.
Toda mi vida había estado acostumbrado a las pérdidas pero incluso la había planeado llevar a conocer a mi padre y todos nuestros planes se habían ido a la mierda por el maldito bastardo que le había disparado, durante días yo no pude levantarme de la cama, lloraba día y noche queriendo sentir su calor a mi lado, sin embargo no estaba.
Sabía que Conall sentía lo mismo, ambos nos sentíamos totalmente rotos por dentro al saber que ella nunca volvería a nuestras vidas, que se había marchado y que no podíamos hacer nada al respecto, pues no teníamos el poder de revivir a los muertos. Durante meses nos emborrachamos lloramos, nos deprimimos, hasta que haya la forma de mantener su recuerdo vivo, por lo menos compartiendo hogar en el lugar donde ella nos había demostrado todo el amor que nos tenía y donde nosotros también la habíamos amado de la forma más pura y carnal que existía.
La vida post Keyli, era una maldita mierda y un real infierno, era horrible tener que despertar sin ver sus ojos o sentir que su sonrisa iluminaba toda la ciudad, el mundo el que yo había creído podría tener colores, se había vuelto completamente de blancos y grises.
¿Qué sentido tenía vivir sin motivo ya no estaba?
Quizás era un pensamiento tonto, considerando que la vida no se resumía una sola persona, pero para mí ella había sido eso que había llegado a romper todos mis esquemas y me había hecho sentir en un mar tormentoso de emociones pero a la vez que estaba anclado a la orilla, que estaba en el lugar seguro en donde nadie podría hacerme daño y donde sostener su mano era lo único que necesitaba para poder sobrevivir.
No podía imaginarme una vida sin ella, no podía imaginarme la existencia sin su hermosa sonrisa y menos cuando todo el mundo se había desmoronado el mil pedazos.
Quizás lo que me había mantenido con vida en el pozo, era la esperanza de que ella volvería a mi lado, a pesar de que Archie había negado que estaba con vida, lo conocía perfectamente y sabía que eso era una completa mentira.
No estaba seguro si la mente me había engañado, si había sido una simple alucinación por las drogas cuando la había visto en el jet mientras curaba mis heridas, no sabía si realmente la había visto o había sido una simple ilusión, pero de cierta forma eso lo era lo que me había ayudado a aferrarme a la vida, aferrarme tan fuerte que no pudiera soltarme.
Sentía como mi cuerpo dolía, como si un camión me hubiese arrollado y me hubieran inyectado cientos de sustancias en mi ser, me dolía como un carajo mover cualquier extremidad por lo que lo mejor que podía hacer era quedarme completamente quieto, para no sentir que el alma se me iba en cada movimiento.
Mis retinas picaban horriblemente, era como si la luz que entraba por mis párpados quemará en lo más profundo de mis ojos, me ardía como un carajo todo mi cuerpo y ni que decir de la garganta que la sentía completamente seca.
Abrí los ojos poco a poco, tratando de evitar el dolor que sentía en lo más profundo de mi ser, a pesar de que las retinas parecían ser derretidas con lava hirviendo trataba de averiguar en dónde diablos me encontraba, al ver las paredes blancas y las lámparas que alzaban directamente a mi rostro, supe que estaba en un hospital, la manguera que se encontraba conectada a mi mano derecha me lo confirmaba.
—Bienvenido a la vida, Coronel Vallarelli—murmuró el doctor Charly con una sonrisa —. Me alegró que este despierto por fin.
—¿D...Dónde e...esta?
—Estamos en el hospital militar de la gran ciudad, tuvo una cirugía de la cual se está recuperando, en su sistema hay un 2% de droga, sin embargo lo hemos tenido en observación pues ha presentado varias alucinaciones en períodos cortos de tiempo.
—¿E...Ella... d...donde...?
—General—murmuró una chica —. La doctora me pidió que le entregará los análisis del coronel Harrison, está limpio.
—Pide a la doctora una análisis completo del ministro, necesitamos saber cómo va su avance.
—Ahora mismo la doctora fue a descansar junto con el capitán Pávlov, ambos estan agotados...
—Entiendo, ¿Dijeron en cuanto tiempo regresan?
—Dos horas—murmuró —. La general se encontraba un poco mal, supongo por no dormir durante treinta y seis horas...
—Era de esperarse, el capitán Vallarelli ya despertó así que pide que lo trasladen a piso para que pueda estar tranquilo y lo sigamos teniendo en observación, llévalo a La Habitación de Conall, creo que es bueno que ambos compartan.
—De acuerdo—murmuró la enfermera —. Debería ir a descansar también, señor...
—Tranquila—murmuró con una sonrisa —. Revisaré a los demás pacientes y al ministro, queremos que todos estén saludables... Coronel Vallarelli, lo dejo en manos de la enfermera, lo subirán a piso y no dude en comentar cualquier malestar...
Sin darme tiempo de decir nada o de querer aclarar la situación que mi cerebro presentaba, se alejó de mi camino hacia la salida de La Habitación. La enfermera me regaló una pequeña sonrisa antes de colocar el suero en los tubos de la camilla y me guio por los pasillos del hospital, en dirección a un lugar desconocido.
En el trayecto pude ver que alguno de nuestros compañeros se encontraba en algunas de las habitaciones, no sabía cuánto tiempo había estado dormido pero al ver que algunos incluso ya tenían las heridas sanadas, podía deducir que se trataba de un par de semanas incluso.
—¿C...Cuanto...?
—Una semana desde el rescate, señor—murmuró la enfermera —. Usted es realmente fuerte, tuvo varios Shocks por las drogas, pero gracias al cielo la doctora logró salvarlos a todos.
—¿D...Doctora?
—El Ángel que llegó a salvar a todos—aseguró —. No se preocupe, la verá más tarde, solo que ahora estaba demasiado cansada y su prometido la llevó a la sala de descanso, no había querido dormir y al parecer eso le afecto en grande.
—¿Q...Quién es?
—Creo que debe verla para creerlo—aseguró con una sonrisa—. Traté de dormir lo más que pueda, debe recuperarse pronto...
—E...Es Key...
La enfermera sonrió y comenzó a empujarme por los pasillos hasta que llegamos a un elevador, marcó algunos números y pronto se abrieron las puertas en lo que parecía ser la sala VIP. Avanzó hasta una de las enormes habitaciones y entró sin detenerse un poco.
—Es un ángel—aseguró con una sonrisa cuando me acomodó—. Cualquier síntoma de dolor extremo, alucinaciones o mareos repentinos toque el botón y vendré enseguida.
La mujer salió de la habitación antes de que pudiera bombardearla con todas las preguntas que había en mi cabeza.
—¿C...Conall? —pregunté al ver a mi compañero en la camilla.
—Estas con vida—murmuró soltando una pequeña risa—. Creí que tendría que traerte de entre los muertos...
—E...Ella...
—Si—murmuró ante mi pregunta muda —. Pero ya habrá tiempo de que la veas... ahora debes recuperarte o no podremos abrazarla como tanto hemos soñado.
—¿E...Esta...?
—Si—aseguró —. Pero de verdad, trata de dormir, es más gruñona de lo que recordamos y se pudo más gruñona por mi culpa y la de su padre.
Tenía tantas preguntas en la cabeza que sea amontonaban como si fueran una avalancha, trataba de pensar en algo coherente o de imaginarme por qué razón ella estaría con vida y nosotros no teníamos idea de ello, había visto los ojos de Archie en la mansión, sabía que había mentido al decir que ella estaba muerta pero aun así no me cuadraba lo que estaba ocurriendo.
Antes de poderlo detenerme, caí en un profundo sueño, no sabía qué era lo que me pasaba pero mi cabeza no era capaz ni de mantenerse activa por más de 2 minutos, despertaba y volvía a dormir, además de que el dolor en mi cuerpo en cada momento que abrían los ojos era aún peor. Pero quería creer que eso significaba que mi cuerpo se estaba volviendo consciente de sí mismo, no sabía lo que había ocurrido sólo recordaba la droga que me habían puesto en mi sistema.
—Buenas tardes, doctora—murmuró quien suponía era una enfermera.
—¿Cómo estan nuestros pacientes?
<< ¡Es su voz!¡Es ella! ¡Abre los ojos!>>
—Yo estoy bien ya déjenme ir a casa, de verdad necesito dormir en una cama—murmuró quien suponía era Conall.
—Creí que queria quedarse aquí, coronel—escuché la voz de un chico —. En cuanto le den el alta puedo llevarlo a su casa, soy el chofer designado para todos los recuperados.
—Eso suena un buen plan—aseguró mi mejor amigo.
—Ustedes dos, dejen de hacer planes mientras no le doy el alta—escuché la voz de mi princesa—. ¿Tomaste las vitaminas que ordené?
—Si—murmuró mi mejor amigo —. Las tome como lo ordenaste.
—Bien—murmuró y escuché sus pasos cerca de mi —. Cuando se acabe la onza que le pusimos hace un par de horas, retira el suero y cambia de suministro, tal parece que ya se está recuperando y pronto lo tendremos consciente—ordenó y supe que había alguna enfermera.
Escuché un pequeño ruido de afirmación y después pasos apresurados.
—Ha estado despertando pero dura un par de minutos despierto y vuelve a dormir—murmuró Conall.
—Es algo normal las drogas le hicieron cosas raras, tú eras el más grave porque era una droga experimental y mortal, pero él tuvo una especie de reacción alérgica con el antídoto que le colocamos que lo puso a dormir.
—¿Yo fui el más grave? ¿Por qué desperté antes?
—La droga es muy agresiva y ataca el sistema inmunológico por ese motivo tuviste fiebre alta cuando veníamos hacia acá, tenías varias heridas infectadas además de que por algún motivo tenía influenza y eso te afecto incluso aún más. El antídoto que cree refuerza el sistema inmunológico además de que ataca las partículas de la droga que te fue inyectada, en los últimos análisis resultó que tenías muy poca sustancia aún dentro de tu cuerpo así que ahora después de haberte inyectado una segunda onza necesitamos ver cuánta droga sigue en tu sistema. Pero estas bien, despertaste porque te hizo efecto el antídoto. Pero Arniel tuvo una alergia al antídoto, así que por eso no pude crear un antídoto para el antídoto.
—¿Y tu padre?
—El gran ministro Kim sigue dormido pero suponemos que al igual que tú, despertará en un par de horas después de la tercera aplicación del antídoto, él tenía una bacteria en las heridas conocida como Streptobacillus moniliformis, causada por la mordedura de las ratas, ambos tenían sus niveles de defensas demasiado bajos ya que esta droga fue lo que les hizo, sin embargo nos damos cuenta que no es la misma droga que les inyectaron a todos los que estuvieron en riesgo en el bar, es una droga un poco más letal ya que no sólo provoca alucinaciones, deseo y todo lo que estas drogas provocan, sino que debilita el sistema inmunológico y daña los órganos desde el interior, no es una droga para comerciar, más bien es una droga para matar.
—¿Un nuevo plan de conquista de los Schiavone?
—No lo sé—murmuró Keylani—. Pero más les vale a todos poner sus traseros fuera de las camillas, tenemos el juicio de Schiavone el sábado por la mañana.
—Tienen que ayudarme a convencerla de que matar en la corte es un delito—murmuró una voz masculina que conocía pero que no recordaba mucho—. Quiere llevar un arma al juicio.
—Por supuesto que sé que es un delito, pero no me importa pasar un par de años en prisión si les vuelo la cabeza.
—Eso no es una buena idea, Keyli—murmuró Conall —. No te preocupes, trataré de levantar mi culo de esta camilla antes del sábado para evitar que cometa un delito en la corte.
—Me enerva que les hayan inyectado esa droga, ustedes nisiquiera sabían que yo estaba con vida—murmuró —. Necesita pagar por sus crímenes.
—Recuerda que una bala lo mataría al instante, ese hijo de puta merece sufrir más—murmuró Conall.
—Son un par de montoneros—murmuró Key—. En cuanto despierte me avisan, debo de ir a ver a los demás pacientes, la mayoría serán dados de alta...
—¿Cómo sigue Archie y Julia?
—Los canalice con psicólogos especializados en trauma—murmuró —. Ambos estaban demasiado afectados por lo que vivieron en el pozo...
—Avísame cualquier cosa en que pueda ayudar...
—En que te recuperes para el sábado—escuché la voz de Key—. Realmente necesitamos todas las pruebas contra esos bastardos, sus abogados quieren apelar para que les concedan la extradición a Rusia, pero sabemos que si eso pasa, es algo imposible que logremos tenerlos tras las rejas...
—Ahí estaré—aseguró Conall.
—Te lo dije—murmuró la voz del otro hombre—. Puedo cuidarlos unos minutos, ve a ver a tus demás pacientes...
—¿Seguro? ¿Pueden quedarse solos?
—No vamos a matarnos si nos quedamos solos—murmuró Conall soltando una risa—. Aunque sea un maldito, se reconocer cuando alguien te hace feliz...
—Dios—suspiró Keyli—. Regreso de la muerte y ustedes solo parecen armar un complot contra mí.
—Ve a ver a tus pacientes, amor, te prometo que no nos vamos a matar—murmuró el chico.
Ella soltó una tierna risa y escuché sus pequeños pacitos salir de la habitación. Quería abrir los ojos y averiguar que carajos estaba pasando. No tenía idea de nada y me sentía realmente confundido al escuchar la voz de Key pero también de otro hombre que la llamaba "amor".
<< ¿Siento celos?>>
—¿Te sientes mejor? —preguntó el chico.
—Si—contestó Conall —. Ella...bueno... es como mi medicina... ya sabes... seguro también debes conocer esa sensación.
—Debería estar partiéndote la cara en este instante por ver a mi novia como la estás viendo, pero extrañamente no siento los mínimos celos—murmuró el chico —. Ella es parte importante de su vida, tanto como lo es para mí...
—Ella es una luz...—murmuró Conall —. Créeme que ninguno de nosotros intentará algo con ella...si es feliz contigo...
—Es su decisión —murmuró el chico—. Creo que deberemos preguntárselo cuando las cosas se calmen, además, ustedes tienen parejas... aunque para ser sincero...
—Hemos caído bajo—complementó Conall—, nisiquiera lo menciones, te sorprendería la razón por la que estamos con esas chicas y nisiquiera son nuestras novias, yo se lo dije a Maddison, lo nuestro es solo cama... pero ahora se cree con el derecho de decir que es mi novia.
—Eso pasa cuando no dices las cosas con claridad—murmuró el chico —. No soy un experto en el amor, pero cuando sientes cosas por alguien es imposible que veas a otra persona con los mismos ojos.
—Nosotros—murmuró Conall —, no iniciamos ninguna relación durante todo este tiempo, yo no podía ver a otra mujer como la veo a ella y te debo confesar que aun sigo en shock, estuve tan perdido en el mundo cuando creí que había muerto que ahora siento que en cualquier momento puede desaparecer.
—Te entiendo—escuché la voz del chico —. Cuando la conocí como Vee, me puse tan nervioso que no paraba de sudar ni de hablar, parecía una maquina parlante.
—Ella tiene ese efecto en las personas—murmuró Conall—. O le cuentas toda tu vida o te quedas sin habla.
—¿Cuál te paso a ti?
—La segunda —murmuró Conall —. Cuando la conocí parecía un estúpido sin neuronas.
—Bueno, por lo menos no le contaste toda tu vida en instantes—murmuró el chico soltando una carcajada —. Debes comer la gelatina que ordenó para ti o se va a enfadar, no ha dormido bien, no prueba una hamburguesa desde hace una semana y dudo que haya comido chocolate, así que hacerla enfadar no es una opción.
—No quiero terminar peor que Schiavone, dame esa maldita gelatina de agua—murmuró Conall.
Traté de abrir los ojos nuevamente, sintiendo como mis parpados seguían tan pesados que era imposible abrirlos, me era imposible poderme concentrar en abrir los ojos cuando mi cabeza tenía cientos de preguntas por resolver. No tenía idea de quien era el chico o el motivo por el que le hablaba con tanta confianza a Conall, pero a decir verdad, tampoco tenía idea de cuantos días habían pasado y estar con los efectos de drogas y anestesia era una mierda, el tiempo pasaba de una forma demasiado extraña.
Hice todo mi esfuerzo por abrir los ojos, era consciente de todo mi cuerpo y del dolor que tenía, pero quería deshacerme de ese terrible dolor de una vez por todas, era horrible sentir que mi cuerpo se destruía poco a poco y se caía en pedazos.
Lo logré. Abrí los ojos de golpe tratando de enfocar más allá de la tela que parecía cubrir mis ojos, pero no era una tela, eran más bien lagañas que se encontraban estorbando mi visión.
—Despertó—murmuró Conall y por la voz supe que estaba comiendo.
—Bienvenido a la tierra, coronel—murmuró un chico que aún no lograba enfocar.
Sentí un paño húmedo pasar sobre mis ojos y las lagañas que me molestaban desaparecieron casi en su totalidad, el chico frente a mí era el mismo que habíamos visto en Suiza, era alto y sus ojos caramelo me miraban con curiosidad, era una mirada feroz, casi como la de Conall pero de diferente tonalidad.
—¡Hey, hermano!
—No hable con la boca llena, si se ahoga me asesina —murmuró el chico girando la mirada a Conall.
—¿C...Conall?
—Por fin despiertas—murmuró mi mejor amigo enderezándose en la cama —, pareces un bebé dormilón, ni Niall duerme tanto.
—¿Eh?
—Esta confundido, coronel—murmuró el chico ayudándome a enderezar la camilla —. La llamaré para informarle que se encuentra despierto...
—¿K...Key?
—Vendrá en un minuto—murmuró el chico.
—Oprime el botón azul, ella vendrá corriendo en cuanto le llegue la notificación.
—¿Cuántas veces la trajiste apretando el botón azul? —preguntó el chico hacia Conall —. Ese botón significa paro...
—Eso lo sé—aseguró Conall —. Pero era la manera más rápida de traerla.
—Bueno, cuando te estes muriendo de verdad y alguien apriete el botón azul, no creas que vendré corriendo—gruñó una voz femenina que conocía bien —. Suerte que iba pasando por aquí o no me hubiese enterado de que el botón azul era tu culpa.
—Lo siento—murmuró Conall —. Ya me comí la gelatina y la sopa.
Escuché los pasos de Key acercarse por la habitación y sentí que mi corazón se alteraba cada vez más, sentía como si de repente fuese a salir disparado de mi pecho por todas las emociones que de aglomeraban en mi interior, queria tenerla entre mis brazos como tanto lo había anhelado, pero mi vista no podía ver más allá del chico, pero lo veía incluso a él borroso
—Creo que tiene problemas para ver—murmuró el chico.
—Es normal—murmuró acercándose a mí.
Fue como si viera un hermoso ángel pararse a mi lado, estaba incluso más hermosa de lo que la recordaba, sus ojitos verdes brillaban preciosamente bajo las extensas pestañas negras, unas hermosas pestañas que había extrañado como nunca, sentía que mi corazón latía frenéticamente y como si no fuera capaz de controlar mis acciones. Debía parecer un estúpido con la boca abierta, pero no me importaba mucho, la había deseado tener entre mis brazos durante tanto tiempo que era imposible no reaccionar como tonto.
Una luz me cegó incluso más cuando apunto directamente a mis retinas, me ardía como la jodida pero suponía que se trataba de una revisión rutinaria.
—Necesito que me pases las gotas de la gaveta 41ac, tienen una R en mayúsculas en el centro del envase negro...
—Claro—murmuró el chico.
—¿Qué le ocurre?
—Conjuntivitis, es algo normal cuando tuvo los ojos cerrados durante tanto tiempo y además estuvo bajo el de una alergia—explicó —. Las gotas le ayudarán a que pueda tener el ojo más lubricado y las lagañas desaparezcan.
—E...Estas viva...
—Lo estoy—murmuró con una sonrisa que apenas podía ver—. Te pondré unas gotas, te arderá un poco pero en diez minutos puedes abrir los ojos y verás con total claridad...
Sentí sus delicados dedos abrir uno de mis ojos y un frio recorrió toda la pupila, obligándome a cerrar el ojo con fuerza, repitió el mismo proceso con el otro y realicé la misma acción. Sentir sus manos sobre mi rostro era algo que había anhelado por completo, era como si sus manos fueran la cura que necesitaba. Ella me hacía sentir completo, no existía dolor, no había pasado o soledad por su muerte, estaba ahí y eso era todo lo que necesitaba.
—¿C...Cómo?
—Ya he escuchado esa explicación muchas veces—murmuró Conall—. ¿Puedes llevarme a la cafetería? Quiero dar una vuelta por este lugar.
—Nada de alejarse mucho y camina despacio—sentenció Key —. Nada de soltarse de Nick o querer caminar más rápido que una tortuga.
—Eres más mandona de lo que recordaba.
—No la conoces...—murmuró el otro hombre.
—A ustedes dos lo que les voy a dar es un golpe para que sientan lo mandona que puedo ser.
—¿Q...Qué ocurre?
—Largo, estan alterando a mi paciente—gruñó Key.
Escuché dos risas masculinas y pronto los pasos de los hombres se alejaron, Conall sonaba bien, su típico descaro estaba presente en su voz y de cierta forma eso me hacía sentir bien, lo había visto tan mal después de estar con una de las chicas a las que los obligaban tocar que me hacía sentir enfermo el rostro de mi amigo, él no la quería tocar, pero era incapaz de controlar sus movimientos. Nisiquiera yo sabía cómo había logrado mantenerme firme en no tocar a ninguna mujer, pero a cambio de eso me habían inyectado una droga más fuerte y golpeado día con día.
—Doctora, aquí estan los exámenes que ordeno del coronel—murmuró una voz femenina.
—Gracias—murmuró Keyli —. ¿Cómo se encuentra el ministro?
—Esta desorientado, doctora, tiene lapsos cortos de lucidez pero se la ha pasado dormido la mayor parte del tiempo... pero no para de preguntar por usted... cada que despierta pregunta por su hija y cuando la ministra le explica, él se queda dormido y no vuelve a recordarlo cuando despierta.
—Necesito que le envíen una tomografía y un examen completo de sus funciones cerebrales—ordenó.
—Enseguida, doctora.
—¿Mi tío ya regreso de su descanso?
—En una hora regresa, dijo que iría a casa a tomar una ducha y cambiarse de ropa...
—Bien—contesto Key—. Yo dejaré de trabajar en un par de horas, no me iré del hospital pero quiero cuidar a mi padre y a mis amigos.
—Se lo informare al general Rossi cuando llegué.
—Por favor...—murmuró ella —. Envía esta muestra al laboratorio, lo saqué de los ojos del coronel Vallarelli, puede darnos otra pista de la mierda que les metieron. Realiza pruebas de ETS.
—Como ordene doctora ¿Dónde está el coronel Harrison?
—Le di permiso de ir a dar una vuelta, fue con Nick, pero asegúrese de que no esté comiendo nada en la cafetería... lo conozco...
—Por supuesto, doctora ¿Puedo ayudarla en algo más?
—Por el momento no—murmuró con su voz característica, llena de ternura y amabilidad—. También deberías ir a descansar, tu turno terminó hace seis horas...
—Lo haré cuando usted lo haga, doctora, soy su enfermera asignada.
—Entonces prepare sus cosas, en dos horas quedamos fuera de servicio—contestó ella, seguramente con su preciosa sonrisa dibujándose en su rostro —. ¿Todos los pacientes dados de alta ya se fueron?
—Si, solo se quedaron los capitanes Vallarelli, Kim y Muni...
—De acuerdo—murmuró ella —. Asegúrate de que hayan llegado con bien a casa...
—Si, doctora—murmuró la mujer —. Pido permiso para retirarme.
—Adelante, también coma algo, puedo ver lo pálida que esta.
Escuché que la enfermera soltaba una pequeña risa y por sus pasos supe que se había alejado. Tenía tantas preguntas en la cabeza que me era imposible poder decirlas todas de un solo golpe. Ella se acercó a mi sin decir una palabra, sentí algo frio en mi pecho y despues una ligera punzada en mi brazo, seguramente señal del aparato que me tomaba la presión.
—Tus signos vitales estan más regulares y la droga en tu sistema es de un 0%, así que por ahora de lo que debemos preocuparnos es de las bajas defensas y de la influenza que quiso dañarte. Esa droga es una mierda que termina con todo, es algo que acaba con toda la estabilidad de tu cuerpo y gracias a Dios había realizado todas las investigaciones del SX1, por eso pude crear un antídoto de emergencia tan pronto...
—E...Estas viva—murmuré tratando de abrir los ojos.
—No, no lo hagas Arniel...—murmuró colocando una de sus manitas sobre mis ojos—. Estoy viva... tuve que fingir mi muerte porque Schiavone me amenazó, me entregaba o los mataba a todos... además, tenía una fuerte adicción al SX1, fingí mi muerte, me interne en un hospital de adicciones, después entre al WPP y mi madre me encontró para pedirme ayuda, ustedes estaban en peligro y el ejército no podía hacerlo solo...
—T...Te f...fuiste...
—Como se lo dije a Conall, pueden decirme lo cobarde, idiota o estúpido que fue irme—murmuró —. Pero lo hice por protegerlos.
—N...Nunca te diría cobarde—murmuré —. F...Fue muy valiente lo que hiciste...
—Deberías descansar tu garganta—murmuró—. Estas muy dañado y lo mejor es que trates de no hablar, pediré que te suministren varios analgésicos.
—¿Él e...es tu no...novio?
—Ya habrá tiempo de presentaciones—contestó—. Ahora, realmente necesito que se recuperen, los necesito el sábado en la corte para poder refundir a los desgraciados que les hicieron esto, queremos buscar la manera de que los envíen al Iron Pentagon Cage con cadena perpetua. El Iron Pentagon Cage es de las cárceles más seguras aquí, sin mencionar que la IISMFCMO tiene todo el control de ella...
—A...Ahí estaré—murmuré.
—Debo ir a revisar a mi padre—murmuró cuando escuché algunos pasos —. Por favor, no se maten hasta que regrese y nada de abrumar a mi paciente, puede abrir los ojos dentro de dos minutos, no antes.
—¿T...Te vas?
—Ahora soy la que atiende a ustedes, los demás doctores se estan encargando de otros pacientes y mi tío no está... necesito revisar a mi padre, no ha despertado por completo y me preocupa su salud...
—Él estará bien, amor—escuché al chico —. Solo le está tomando tiempo adaptarse... quizás incluso se encuentre en Shock, no soy muy bueno con la psicología, pero estoy seguro de que saber que su hija esta con vida no es algo fácil de procesar.
—¿Un Pávlov sin saber de psicología? —se burló Conall —. Pero tiene razón el de los perros, tú padre debe de estar tratando de procesar que estas con vida, yo aun sigo en Shock y creo que esa es la razón por la que puedes mantenerme quieto en la cama.
—No me pareces en Shock—murmuró Key soltando una risa—. Nick, por favor encárgate, una de las enfermeras volverá a tomarles análisis completos... Necesito saber si puedo darles de alta mañana... en definitiva deberán pasar otra noche en observación.
—¡Pero yo ya estoy bien!
—No puedo partirme a la mitad para cuidar de los dos—murmuró Key —. O doy de alta a los dos o los dos se quedan aquí.
—¿Vas a ser nuestra enfermera? —preguntó coqueto.
—Hey, Harrison, mantén quietas las palabras y las manos—gruñó en chico—. Aun te falta un ojo morado.
—Seré su doctora porque ambos estan demasiado jodidos como para hacerse cargo de ustedes mismos, sin mencionar que tienes un hijo del cual cuidar y dudo que puedas hacerlo estando con una mano enyesada y un pie con heridas que tardaran por lo menos un mes en sanar— murmuró Key—. Además, se quedarán en el castillo de mis padres, así poder atender a los cuatro.
—Yo que tú no la hacía enojar más—murmuró quien recordaba como Nick.
—Escuché eso Nikolai Pávlov, ambos guarden silencio, que uno este herido y el otro sea mi novio no quita que sigo siendo su superior y en estos momentos el único que se está comportando es Arniel.
—Por qué esta medio drogado aun— murmuró Conall.
—Suficiente—gruñó —. No les hagas caso, parece que les dieron algo raro en la cafetería... trata de descansar lo más que puedas, la enfermera vendrá para hacerte varios análisis y yo regresaré en una hora ¿Si?
—T...Te extrañé...
—Yo también—murmuró, seguramente sonriendo.
Me sentía idiota por no poder decir muchas cosas más, pero aun sentía mi lengua dormida y como si doliera todo mi cuerpo. Sin embargo, saber que ella estaba con vida, que se encontraba en el mismo plano terrenal que yo y que seguía siendo ella, me hacia sentir completo y feliz, no importaba el dolor, solo ella.
.
.
.
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Qué piensan de la reacción de Arniel?
¿Qué creen que pase en el juicio de Schiavone?
Holi mis muñequitos<3
Espero hayan disfrutado este capítulo, espero poder publicar pronto los siguientes, les prometo que en cuanto me libere de este semestre les publicare cientos de capítulos <3
Los quiero mucho, muñequitos.
PDT. Plis no maten a esta autora universitaria que esta muriendo en sus últimos semestres <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top