Capítulo 17.
"Para cada uno de nosotros, llega un momento en el que debemos despertar y convertirnos en aquello para lo que hemos nacido."~ Seth Adam Smith
Desde las cenizas.
La vida muchas veces nos pone trabas, por más que queremos avanzar es imposible que lo logremos sin que algo nos ate al lugar donde estamos, muchas veces es necesario que regresemos a nuestro pasado para poder darnos cuenta de que en realidad lo que supuestamente creíamos haber construido no era más que una simple ilusión.
Mi madre siempre me había dicho que por la familia se hace todo, que por ellos se debe de estar dispuesto a saltar de un precipicio o a jalar el gatillo en caso de ser necesario, en ese momento te das cuenta de que debes de ser el héroe pero a la vez el villano que es capaz de matar a todo el mundo con tal de mantener a salvo a las personas que amas.
Mi padre siempre me lo dijo, él odiaba que lo trataran como un héroe porque no lo era, le había valido una mierda volver cenizas al mundo con tal de encontrar a mi madre cuando había sido raptada por la loca psicópata que estaba obsesionada con ella. A mi padre no le había importado convertir a todo el mundo de la mafia en una mierda, ni tampoco ganarse enemigos que seguramente podían hacerle daño, para él no importaba nadie más solo mi madre.
Quizás por eso siempre había sido una gran admiradora de su hermosa relación, porque para ellos a pesar de que existían miles de personas en el mundo, cuando estaban juntos sólo existían ellos y cuando nacimos nosotros habían creado un pequeño círculo de 5 personas que eran las únicas que les importaban. Claro que mi demás familia también les importaba, incluso eran capaces de quemar el mundo si alguno de ellos estaba en peligro, pero por nosotros serán capaces de hacer todo y nos habían inculcado eso desde que comenzamos a tener conciencia de los padres que teníamos.
Mi tío Charly, siempre había bromeado con que mis padres nos habían enseñado jalar un gatillo a quemar el mundo o a volvernos los villanos, en lugar de enseñarnos amor y bondad. Pero claro que eso solo era una broma de familia, pues mis padres nos habían enseñado desde pequeños que el amor era lo más importante y que un corazón bondadoso es capaz de romper barreras internacionales o incluso viajar a otra galaxia.
Ellos nos habían enseñado que el amor era la fuerza más poderosa que era capaz de unir reinos pero que también era tan poderoso qué podía hacer que naciones entraran en guerra, ellos eran la viva imagen de que esas dos cosas eran posibles, pues no les había importado acabar con los líderes de la mafia para poder reencontrarse, siempre había amado la historia de mis padres, esa en donde no les había importado nada se habían amado desde el primer momento que se habían conocido y habían luchado por estar juntos sin importar nada.
Mi madre siempre decía que cuando ella sintió que mi padre había muerto su vida se había acabado, que incluso se había imaginado una vida totalmente diferente a la que tenía en donde mi padre no estaba con ella, para mi madre, mi padre era toda su vida y siempre había deseado que alguien me amara así. Con Conall y Arniel creí encontrar ese amor, pero no había sido muy difícil adivinar que ambos habían continuado con sus vidas, había bastado un par de segundos de verlos, pero notar el anillo que llevaban en sus anulares. Parecía que ellos habían encontrado el amor.
Claro que no había aceptado a Nick por despecho o por algo parecido, incluso antes de verlos, yo había pensado en confesarle mis sentimientos a él, Nick era un hombre guapo, inteligente, cariñoso, de esos con los que está segura nunca te fallarán y que tomarán tu mano incluso en las tormentas de nieve más profundas, era el hombre que me había hecho sonreír cuando tenía una tormenta encima y que me había hecho volver a mirar el color de rosa que podía pintar a la vida.
Me había hecho sentir amada y aunque yo no podía decir que lo amaba con todo mi corazón, estaba segura de que podía hacerlo. Era el hombre perfecto y con quién estaba segura podía tener la tranquilidad de que jamás me lastimaría.
Abrí los ojos al sentir un pequeño beso en mi espalda, sonreí como una niña pequeña al ver al hombre que estaba ahí. Su sonrisa perfecta y sus hermosos ojos color caramelo me hacían sentir en casa, quizá ya no volvería jamás a mi hogar, pero estaba segura de que podía echar mis raíces en ese lugar y encontrar un nuevo hogar en Nick.
Giré en mi lateral para poder quedar frente a él, era guapo e incluso en las mañanas me hacía sentir la mujer más amada y deseada del mundo. Después de haber abierto nuestros corazones, ambos nos entregamos como una forma de sellar todo lo que habíamos hablado y las promesas que habíamos pactado. Pasamos nuestro fin de semana envueltos en las cobijas viendo películas, fortaleciendo el lazo de amor que ambos estábamos creando ya sin miedo de ser descubiertos o de ocultar verdades.
Había evitado comentar mi relación con los coroneles, realmente no quería que se marchara la imagen que tenía de ellos, ellos eran parte de mi pasado y él era mi presente y mi futuro, no tenía razón de mencionarlo si jamás en la vida volvería a verlos. Había intentado hablar con mi hermano o con mi tío, pero no había logrado establecer comunicación con ninguno de ellos, aunque no quería debía decirles que Nick estaba enterado de quién era, sabía que eso podía implicar que tenía que mudarme y volver a escapar, pero incluso podía ver la forma de que él fuera conmigo.
—Buenos días, mi hermosa osita—murmuró besando mi hombro descubierto —. ¿Cómo está la mujer más bella de todo Suiza?
—Buenos días—murmuré buscando sus labios —. No se, deberías preguntarle a la Miss Suiza—bromeé.
—¿Para qué si tengo a la Miss Universo en mi cama? —preguntó, girándonos a la vez y dejando mi cuerpo sobre el de él—. ¿Ya te dije que eres hermosa?
—Me encanta que lo digas, así que no pares de repetirlo o sacare mis dotes de agente Alpha—bromeé.
—No sabes lo bien que se escucha eso, osita—murmuró enderezándose para tomar mis labios en un delicado beso—. ¿Qué hora es?
—Hora de volver a nuestras vidas—murmuré riendo —. Tú padre nos asesinará si no llegamos a la reunión de hoy...
—Mi padre es el hombre menos puntual que conozco, estoy seguro ni siquiera él se ha levantado de su cama—aseguró riendo —. Mi padre es más flojo que yo cuando tenía 15 años...
—Que no te escuché el general porque me dejas viuda—murmuré riendo.
Me incliné a besar sus labios y sentí el delicioso sabor a chocolate que extrañamente siempre tenía en sus labios, me encantaba ese sabor y me sentía afortunada de tenerlo, en esos momentos no tenía más que desear, solo él.
—Déjame disfrutar un poco de mi mujer—murmuró acariciando mi mejilla —. En cuanto lleguemos a la base te perderé, todos los científicos van a querer hacerte miles de preguntas que no te hicieron el viernes y me abandonarás.
—Pero me tendrás en la noche todo el tiempo que quieras, además parece que mañana tenemos visitas de turistas, sabes que siempre que el general quiere reunirnos significa que tendremos días de descanso.
—Que Dios te escuche—murmuró.
De un solo movimiento me dejó bajo su cuerpo, sonreí al sentir como sus labios se apoderaban de los míos, me gustaba sentir su cuerpo y cómo su cariño lo demostraba con pequeñas acciones y caricias. Cuando mi mente trataba de compararlo con ellos pensaba en otra cosa o en el placer que él me hacía sentir, Nick, era único y no merecía que lo comprara con mi pasado, un pasado que yo había enterrado y que no estaba dispuesta a volver a revivir.
—Te prepararé desayunar, amor...
—Me gusta ese apodo—murmuré con una sonrisa —. Quiero Wafles, amor.
—Berrinchuda—murmuró besando mis labios fugazmente —. Pensaba preparara tortitas de maní.
—¡No! Quiero wafles—aseguré riendo —. O no hay besos.
Fruncí los labios y me crucé de brazos bajo de él, claro que mi falso coraje se acabó cuando sus labios se posaron sobre los míos.
—Pero preparare los wafles que mi hermosa osita quiere—murmuró soltando una pequeña risa —, duerme otro rato si quieres, te traeré el desayuno a la cama...
—Puedo ayudarte a preparar el chocolate—murmuré con una sonrisa —. Quizás no me queda tan bueno como a ti, pero entre los 2 podemos hacer el desayuno, realmente tengo miedo de que tu padre nos quiera asesinar.
—Como ya lo dije, mi padre es el hombre más impuntual y pacífico que puede existir, va a llegar después de que nosotros lo hagamos y seguramente no sabe ni siquiera agarrar un arma.
—De acuerdo—murmuré riendo—. Me daré una ducha y después bajaré a desayunar.
—¿No estoy invitado en esa ducha?
—No—negué —. Si entramos a la ducha, capaz nos tenemos que tomar el día.
Nick soltó una carcajada antes de tomar mis labios en un cálido y apasionado beso que me dejo sin respiración. Cuando nos separamos, él fue a cambiarse y yo me encargué de meterme a la ducha, mi cuerpo se sentía sudoroso y no quería dar una mala imagen cuando presentara los resultados ante los científicos.
Al salir me coloqué unas medias tono piel realmente gruesas pero discretas y una falda de tubo negra y un suéter cuello de tortuga blanco, por alguna razón que Nick supiera que era Keylani, me daba confianza de vestirme menos holgada, me coloqué un abrigo blanco encima y unas botas altas con un mínimo tacón. Quería vestirme como me gustaba como Keylani siendo Venus.
Solté una pequeña risa mientras me arreglaba frente al espejo al escuchar el violín en la planta baja, me encantaba la pequeña rutina que mi novio tenía todas las mañanas, no importaba si nos quedábamos en casa o teníamos que ir a la base, siempre me embriagada con la deliciosa melodía que tocaba. Me arreglé un poco de cabello en media coleta y bajé corriendo a ver a mi novio, quien tocaba con todo su corazón la mágica melodía.
—Me sigue sorprendiendo, señor Pávlov—murmuré acercándome a él para besar sus labios.
—Estoy inspirado—aseguró con una sonrisa ladina—. ¿Miel?
—¿Se acabo el chantillí? —pregunté.
—Alguien comió demasiado chantillí este fin de semana—murmuró besando mis labios —. Fui con Tina, pero ya no tenía... así que debemos conformarnos con miel hasta que le surtan chantillí a Tina...
—¿Y mermelada?
—Ya tienen, amor—dijo señalando el wafle con una deliciosa capa de mermelada de fresa —. Y piqué un poco de fruta, pero debemos comprar más en el mercado... comimos demasiado este fin de semana...
Fruncí mis labios, me encantaba vivir en ese lugar pero realmente era difícil conseguir comida cuando la tienda de Tina se encontraba cerrada o si no era miércoles de mercado.
—Al parecer, Mou tendrá clientes—aseguré riendo.
—Entonces, ya tenemos que cenaremos—afirmó con una sonrisa —. ¿Cómo te sientes?
—Estoy feliz y entusiasmada por presentar los resultados del antídoto.
—Estoy muy orgulloso de ti, mi pequeña osita—murmuró riendo —. Vas a dejarlos a todos con la boca abierta.
—Eso espero—aseguré riendo.
Terminamos de desayunar mientras bromeábamos y nos dábamos más cariño uno al otro, Nick me cierra reír todo el tiempo e incluso realmente imaginaba una vida a su lado, después de todo lo había elegido mi futuro y no importaba si era ahí o si tenía que mudarme vería la manera de que él estuviera conmigo.
Cuando terminamos de desayunar, los dos salimos de nuestro hogar y fuimos directo a la base en el auto, en el camino nos sorprendió haber pasado una de las camionetas que supuestamente eran de turismo, sólo las utilizaban en caso de que tuvieran que recoger a alguien en el aeropuerto de Zúrich y por lo que teníamos entendido nadie iba ese día.
Ninguno de los dos hicimos caso, estábamos disfrutando mucho de estar juntos sin mentiras y sin tener que ocultarnos las cosas, además que habíamos fortalecido nuestra relación en ese fin de semana.
Cuando llegamos a la base, ambos entramos tomados de la mano y agradecía por un momento que no fuese como en la base Alpha, donde las muestras de cariño estaban totalmente prohibidas, a mí me gustaba poder demostrar lo que sentía y con él no tenía miedo de hacerlo. Seguramente el rumor de lo que había ocurrido con Juls, ya se conocía en todo el lugar, pero estaba segura de que el general lo había controlado.
—¡Vee!
Jo corrió hacia mi abrazándome con fuerza, no entendía el motivo de su reacción.
—¿Qué ocurre?
—Perdón—susurró —. No debimos haber desconfiado de ti, no sabía que habías sufrido tanto... tener un padrastro así debe ser difícil...
—¿Eh? ¿Sí? —pregunté mirando a Nick quien lucía igual de confundido que yo —. No es nada, no me conocían...
—Lo siento—murmuró con un puchero—. La próxima vez que tenga una duda primero te preguntaré a ti antes de hacerle caso al idiota conspiranoíco de Juls.
—Les dije que yo confiaba en mi novia—aseguró Nick abrazándome por la cintura—. Ustedes por desconfiados quisieron investigar, yo solo quería saber si estaba bien su salud.
—Yo le dije a Juls que todo tenía una explicación, no sabía que tu padrastro fue el que te hizo tanto daño. No te preocupes, aquí todos te protegeremos...
—Gracias—aseguré con una sonrisa —. Debo ir a ver mis correos...
—¿Almorzamos juntos? —preguntó Nick.
—Si, búscame a las 11, amor.
Me alejé de ellos para poder ir a mi oficina, caminé por los pasillos de la base recibiendo saludos y felicitaciones, me gustaba poder hacer algo como Venus, algo en lo que pudiera destacar, llegué a mi oficina, donde guardaba la computadora y algunos expedientes sobre mis investigaciones y no pude evitar soltar un grito de frustración al ver que todos los expedientes estaban tirados sobre el suelo.
Mi radar de ira se encendió, odiaba que alguien se metiera conmigo y en esos momentos, alguien se habia metido conmigo y con mi trabajo, sin esos expedientes en orden no podía presentar mis resultados y era claro que la persona que había entrado a mi oficina lo sabía.
Nick llegó a mi lado con el rostro preocupado, seguramente mi grito se había escuchado en toda la base, pues había llamado la atención de más de un agente, comenzaron a formar un pequeño circulo a mi alrededor, seguramente tratando de adivinar lo mismo que yo. Era claro que alguien había frustrado y atentado contra mi investigación.
—Amor...
—¿Quién hizo esto? —preguntó Jo—. Juls... él no puso haber sido, lo suspendieron desde el viernes y tiene prohibido salir de la cabaña, el general incluso mando a un agente para que lo revisará todo el tiempo...
—¿Quién más pudo hacerlo?
—Nadie tiene acceso a la oficina de la doctora—murmuró uno de los científicos—. El general ordenó ponerle llave... solo él tiene acceso...
—Hablaré con mi padre—murmuró Nick—. Tranquila, resolveremos este lio de expedientes y podrás presentar tus resultados a la hora acordada...
Todos comenzaron a ayudarme, algunos movían los papeles, otros los ordenaban por alfabéticamente y algunos los iban colocando sobre mi escritorio, los expedientes eran necesarios para poder presentar el caso, incluso había usado mi recuperación con un seudónimo Kayla Kingston.
—Todo está en orden—murmuró Nick—. Tranquila, seguro mi padre tiene una buena explicación a esto o entrare al sistema de vigilancia para averiguar qué es lo que ocurre, tú no te preocupes por eso, mi amor...
—Gracias...
—No te preocupes, no sabemos que sea lo que ocurre, pero pronto lo averiguaremos—murmuró—. Hablaré con mi padre... tú ve a demostrar lo que eres...
Suspiré tomando los expedientes. Todos, incluido Nick, se fueron de mi oficina mientras yo trataba de organizar mis ideas para la exposición final, debía presentar mi antídoto frente al consejo de científicos de la base, yo no podía presentarlo como mío, pues si lo hacía podía poner el foco científico sobre mí y debía mantener un perfil bajo en el mundo, podía sobresalir en la base, pero no en el exterior.
Revise los correos y todo el estrés que tenía encima por los expedientes desapareció completamente, al ver el titular de uno de mis correos, era de la clínica de CTRATA.
<<Querida doctora Hoffman.
Le escribo desde Suecia para informarle que su paciente se encuentra recuperándose a la perfección, su antídoto funciona como desintoxicante y le aseguro que puede añadir a su informe que el antídoto Txv28 controla de igual manera el síndrome de abstinencia. El paciente se encuentra en recuperación de su salud, ya que le detectamos anemia y sus riñones se encuentran afectados por la droga consumida, pero con un buen tratamiento podemos darle una excelente calidad de vida.
Gracias por dar la oportunidad a una persona que la necesitaba.
Sólo usted es capaz de crear un tormento en una bendición.
Me comunicaré con usted el Martes para poder darle los avances. Es un ángel, doctora.
Atte. Doctor Reynols. Director General del Centro de Tratamientos para Rehabilitación de Adicciones. Tratamientos Avanzados. >>
Miré varias fotografías que se encontraban anexadas al correo, mi paciente se encontraba incluso sonriendo y disfrutando del viento en Suecia, su madre siempre aparecía en las fotos abrazándolo y podía ver que realmente el semblante de ambos era completamente diferente al que había visto tres días atrás. Aunque mi paciente tenía curitas por todo el rostro, podía distinguir que era el por el inconfundible tatuaje de un lobo en su clavícula derecha.
—Lo lograste—susurré hacia mí misma con una sonrisa.
Preparé el video que mostraría como prueba de los resultados, descargué las fotografías que me había enviado el doctor y preparé los expedientes. Sonreí con alegría al ver que tenía todo listo para ser presentado, el soldado que me había acompañado a realizar la prueba se acercó a mi para ayudarme con los expedientes, había hecho varias copias del video y los había guardado en diferentes lugares, no podía correr el riesgo de que alguno se corrompiera.
Entramos a la sala de conferencias, donde ya me esperaban varios de los miembros del consejo, todos me sonrieron al verme entrar y me sentí bien de saber que me recibían como si fuera una más de ellos. Por eso me había arriesgado a crear un antídoto contra lo que había sido mi mayor tortura, porque tenía el apoyo de toda la comunidad científica de la base.
Me coloqué mi bata y de la misma manera los guantes estériles para poder manipular todo lo que les mostraría, por obvias razones lo único que llevaba conmigo era el antídoto y no la droga, no podía estar cerca de esa cosa a menos de dos metros.
—Buenos días—murmuré con seguridad —. Como todos saben el viernes realicé mi primera prueba del antídoto Txv28 en un huésped vivo, ustedes aprobaron dicho ensayo clínico y me alegra anunciar frente a todo el consejo de científicos del FEIC, que los resultados que obtuvimos fueron victoriosos y superaron todas nuestras expectativas.
—¿Puede decirnos los resultados?
—Claro—dije con una sonrisa—. Como saben, contacte al especialista en adicciones del CTRATA, él realizó las pruebas del paciente después de inyectarle el antídoto, nuestro paciente tenía tres años de drogadicción con SX1 y según la experiencia del doctor Reynols una adicción de este tipo es difícil de tratar e incluso puede durar una desintoxicación de 5 a 10 años. Nosotros lo logramos en menos de 5 horas.
Uno de los científicos se puso de pie y sin poderlo evitar comenzó a aplaudir, siendo seguido por todos. No iba a negarlo, me sentía realmente orgullosa por lo que había logrado, había logrado convertir mi mayor infierno en una bendición para todos aquellos que habían sufrido lo mismo que yo. No pude evitar sentir como unas pequeñas lágrimas bajaban por mis mejillas, y la sonrisa en mi rostro me delataba.
—¡Felicidades a nuestra nueva científica! —exclamó uno de ellos con una enorme sonrisa.
Cuando todos se calmaron y volvieron a sus lugares, comenzaron a preguntarme cientos de cosas pero yo no me acobardé, contesté todas con claridad y tratando de resolver las dudas que todos tenían, claro que era difícil confiar en alguien que no conocían, pero les había dado las armas para que confiaran en mí y me dieran su apoyo en el momento de crear un antídoto contra mi mayor perdición.
—¿Cómo se encuentra el paciente ahora?
No dude en pedirle a mi ayudante que proyectarán las imágenes, el chico a quien había ayudado apareció en la pantalla enorme, mostrando a alguien completamente diferente al que les había enseñado al principio, aunque su rostro seguía un poco hinchado y podía verse incluso rojo, la sonrisa que tenía en el rostro era una muestra del trabajo que yo había logrado.
—Recibí un correo esta mañana, el doctor me informó que el paciente se encuentra en recuperación, ya que no podemos hacer nada por él daño que la droga había causado en su interior, sin embargo, no ha presentado ningún síntoma de abstinencia a pesar de que el antídoto fue inyectado hace más de 72 horas—murmuré.
—Doctora Hoffman—uno de los soldados entró a la sala de conferencias.
—¿Si? —interrogué.
—La solicitan en la oficina principal, ahora—murmuró.
—Estoy un poco ocupada—susurré —. Estoy en la presentación de mi antídoto...
—Capitana
El general apareció detrás del soldado, que me llamara por mi rango solo significaba que se trataba de algo serio. Lo mire por un par de segundos, tratando de adivinar qué era lo que estaba ocurriendo, en su mirada no había nada que pudiera descifrar.
—Entiendo que es una orden pero estoy en algo importante—murmuré.
—La reunión ha terminado—murmuró el general —. Quiero que todos vuelvan al trabajo...
Todos los científicos intercambiaron una mirada sin entender la actitud del general, él realmente siempre era amable y considerado, de todo el tiempo que llevaba en ese lugar nunca les había levantado la voz como lo había hecho, él ni siquiera daba ordenes la mayor parte del tiempo eran solo sugerencias para hacer mejor nuestro trabajo.
Decidí no hacer más solas, le di las indicaciones al soldado para que guardara todo lo que habíamos sacado para la presentación, ni siquiera me había dado tiempo de mostrar el vídeo que había tomado en el momento de inyectar el antídoto.
—¿Qué ocurre, Andrew? —pregunté.
Él pareció no escucharme, simplemente comenzó a caminar a paso veloz mientras yo lo alcanzaba dando grandes zancadas, no entendía su actitud y realmente me preocupaba que algo estuviera mal o que hubiese hecho algo que le molestara, pero él era quien había aprobado esa reunión con el consejo científico.
—Necesito que en este momento, te olvides de todo lo de tu antídoto o de cualquier cosa que hayas hecho aquí—murmuró —. Apoyare lo que tu decidas y...
—¿Qué ocurre?
—Escucha, lo que hay detrás de esta puerta te necesita y...
—Andrew, solo muéstrame que es lo que ocurre, soy un soldado, puedo soportar lo que sea—murmuré con firmeza —. Dime que es lo que está ocurriendo, porque así solo me estas poniendo muy nerviosa y no debo ponerme nerviosa, ya tuve demasiado con el viernes...
—Prométeme que escucharas—murmuró.
—Andrew, te considero como mi padre... bueno ahora eres mi suegro, pero te considero como una figura paterna desde que estoy aquí, así que dime que es lo que ocurre o quien está detrás de esa puerta para que tengas tanto misterio...
—Sólo escucha—murmuró.
Sin decir nada más abrió la puerta y lo primero que pude ver fueron unos profundos ojos miel detrás de unas largas y hermosas pestañas negras. Mi corazón comenzó a latir con frenesí y mis manos temblaron por lo que mis ojos veían, no era capaz de decir una sola palabra, solo sentía que mi cuerpo había dejado de funcionar y mi cerebro se había desconectado.
—¿Q...Qué hace aquí, ministra? — logré articular.
Quizás ella nisiquiera sabía quién era y estaba ahí por mi antídoto, traté de parecer lo más normal posible pero no podía evitar que el dolor en mi pecho se acrecentara. Sentía que las palabras se atoraban en mi garganta y mis ojos picaban por las lágrimas que amenazaban con salir.
—M...Mi niña—murmuró.
Supe que todo se había ido a la mierda, mi sacrificio se había acabado completamente y era claro que ella sabía quién era, no había forma de negar lo evidente.
Antes de que pudiera decir algo, mi madre me estrecho entre sus brazos con fuerza, uniendo todos los pedacitos rotos de mi corazón, era un abrazo de esos que había deseado durante tanto tiempo, ese abrazo que había esperado desde que me habían obligado a alejarme de ella y que había necesitado en mi rehabilitación y mi soledad.
De pronto todo el tiempo, el dolor y sufrimiento se redujeron a nada cuando sus brazos me estrecharon con fuerza. Sentí que las lágrimas brotaban incontrolablemente de mis ojos, no me imaginaba que podía volver a tener sus brazos rodeándome como cuando era una niña.
Volver a sentir el calor de mi madre era algo que había esperado desde el momento en que me dijeron que debía fingir mi muerte, de repente me volví a sentir una pequeña niña, una niña que cuando lloraba por el miedo de la oscuridad su madre la abrazaba con fuerza mientras le cantaba una dulce melodía.
De repente todo el frío que había sentido en su ausencia y en mi soledad desapareció, de repente volví a ser esa niña que corría tras de su madre para jugarle bromas junto con sus hermanos, volví a ser la niña a la que su madre le curaba las raspadas y le daba pequeños besos en las mejillas cada que lloraba.
No me importaba nada más, sólo los brazos de mi madre, las lágrimas caían por mis mejillas y no me importaba, los brazos de mi madre se habían convertido en ese momento en mi barco salvavidas, sentí que toda mi vida había cobrado sentido de nuevo.
Recordé los cientos de enseñanzas que mi madre me había dado cuando era una niña, recordé los cientos de carcajadas que me había sacado y las sonrisas que me había dado junto con sus deliciosas galletas de chocolate, las noches en que se había quedado a mi lado hasta que estuviera completamente dormida y las pesadillas no me atraparan, todos los secretos que le había compartido como mi madre y las veces que habíamos jugado bajo la lluvia.
<<Es mi mamá, mi mami>>
Un rayo de cordura me golpeó, que ella estuviera ahí solo significaba que estaba en peligro, la alejé queriendo olvidarme de lo que había ocurrido, aún podía negarlo e inventarme cualquier excusa con tal de alejarla, ella no debía saber que yo era su hija, podía decir que era alguien que se parecía o incluso mentir sobre alguna cosa, pero no podía ponerla en peligro a ella y seguramente a todos los que estaban ahí por mí.
—Es un honor tenerla aquí—murmuré con la voz más firme que pude.
—Keyli, mi Keyli...
—Me está confundiendo—murmuré alejándome —. Seguro está aquí por mi antídoto, si gusta podemos pasar a mi laboratorio para que se lo enseñe y hablarles sobre todos los beneficios que tiene.
—Hija, basta...
—o incluso le puedo pedir a uno de los científicos que les explique mejor, yo soy la de la idea pero no tengo muchos conocimientos sobre bioquímica y esas cosas así que...
—Amor...
—¿Dónde está el ministro? seguro también le gustará conocer mi propuesta del antídoto contra el SX1.
—Keylani, Basta—gruñó haciendo que me callará al instante —. Estoy aquí por eso, porque necesito a mi niña...
—Como ya se lo dije...
—Basta, hermana—murmuró Hunt entrando a la oficina —. Mamá lo sabe...
—¡¿Qué?! ¡Se supone que nadie debía saberlo! ¿Sabes en el peligro que la pusiste? ¿Sabes que todos corren peligro?
Mi respiración comenzó a volverse errática y parecía que la furia me consumía. Entre en razón, ella sabía que estaba con vida y eso solo la ponía en peligro, me había alejado para que ninguno sufriera la ira de Magnus.
—Key...
—¡Váyanse! ¡váyanse antes de que él lo sepa!
—Enana... Tranquila...
—¡Hunter! Sabias que no debían decírselo a nadie ¡Vete, mamá! ¡Olvida que estoy aquí!
—Peque...—murmuró mi tío entrando a la oficina —. Tranquila... debes escucharnos y...
—¡No! ¿Saben en el peligro que la pusieron? ¡Él puede enterarse! —grité —. ¡Llévensela, váyanse de aquí! ¡váyanse antes de que él lo sepa!
—¡Él ya lo sabe! —gritó mi hermano tomándome de los hombros —. ¡Por eso estamos aquí, Keylani! ¡Porque el hermano de ese bastardo secuestro a papá, a Giandrick y a todos los que amamos!
—¿Qué? —pregunté en un hilo de voz —. Se suponía que no debía enterarse...
—No sabemos cómo o por qué—murmuró Bausili entrando a la oficina —. Pero Magnus sospechó que estabas con vida y todas las mafias estan buscándote... Dereck quiere unirse a su hermano por algún motivo...
—Asi que secuestro a tu padre, a tu hermano y a toda los que forman el pico de la pirámide de la IISMFCMO...
—No—murmuré sintiendo pavor —. Eso no debía pasar...
—Pero paso y ahora tú eres la única que puede ayudarnos... tratamos de planear una estrategia con nuestro ejército que creíamos era el mejor, pero resulta que los que estan secuestrados son los que mantenían de pie al ejército, en estos momentos todos son una mierda con patas—murmuró mi Bausili—. Tú eres el cerebro de la IISMFCMO.
—Bien, pediré que me ayuden a planear una estrategia y todos se van, olvidan que estoy aquí...
—Key, debes volver.
—No—murmuré—. Necesitan una estrategia y yo les daré esa estrategia, después de eso se irán y olvidarán mi paradero...
—Keylani—murmuró mi hermano.
—Mi nombre es Venus—murmuré —. Les ayudare como doctora y estratega, pero no volveré, esa es la única manera de protegerlos.
—¡Keylani! ¡Ya no hay forma de protegernos, Magnus sabe que estas con vida y les puso precio a nuestras cabezas, Dereck es otro imbécil que piensa que somos trofeos, matará a cada persona que tiene secuestrada en menos de treinta y seis horas, empezará por papá si no hacemos algo! ¡Sabes que con la mafia no se juega y en esos momentos, tú eres la única que puede traerlos de regreso.
Lo miré por un par de segundos, no podía regresar, eso sería ponerlos en un mayor peligro, pero ya estaban en peligro las personas que amaba y todo lo que había logrado se había ido a la mierda.
—Hija—murmuró mi madre poniéndose frente a mí, vi sus ojos miel y supe que era momento de volver—. Se que tienes miedo y lo entiendo completamente, pero te necesito... necesito que regrese mi coronel que quema el mundo por quienes ama, necesito que regrese mi pequeña que es capaz de derrotar a criminales y la mujer de la que yo estoy tan orgullosa de llamarme su madre. Necesito que seas mi Fénix, que renazcas que las cenizas...
Miré a mi madre y supe que tenía razón, quizás era momento de que Keylani renaciera de las cenizas y que se alzará en un glorioso vuelo para proteger a todos los que amaba.
—Kennett—murmuré—. Llama a tu estilista, es hora de traer a Keylani de regreso.
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¿Qué les pareció este capítulo?
¿Qué creen que ocurra?
¿Necesitábamos a nuestra Key?
Holi, aquí esta nuestro segundo Capítulo, espero lo hayan disfrutado<3
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