Capítulo 15.
"Al fin y al cabo, todos somos seres humanos, y la gente tiene sus luchas y sus demonios internos". Jessica Origliasso.
¿Quién eres?.
Hay veces que el dolor de la traición no nos deja procesar lo que ocurre, nos convertimos en máquinas incapaces de asimilar las situaciones que acontecen y en su caso de entender los motivos de la traición de las personas que queremos.
Toda mi vida crecí dentro de una mentira, primero con una familia que solo aparentaba ser perfecta para ganar los elogios de su círculo social, después dentro de un maldito culto que había matado a mi hermanito y por último en los hogares de acogida, donde quienes me "adoptaban" solo buscaban beneficiarse con lo que les daba el gobierno.
Mi vida había estado cargada de mentiras, siempre me habían traicionado y abandonado de las peores maneras, realmente estaba acostumbrado a ello pero aun así, cada que alguien me mentía sentía que era una puñalada al corazón.
No debía sentirme tan mal cuando estaba acostumbrado a sufrir abandonos y en sus momentos a vivir en la desesperación que me provocaba el ser traicionado por quien le había entregado mi confianza, pero no era como el viejo dicho de <<Una raya más al tigre no se nota>>, para mi si importaba, pues me costaba confiar en las personas pero aun así seguía creyendo que existía un lado bueno en las personas.
La noche anterior me habia dejado pensando en demasiadas cosas, no entendía porque Vee seguía cerrándose a decirme lo que le ocurría o lo que sentía, no sabía si yo no le daba la confianza necesaria o si se sentía cohibida por alguna actitud mía, traté de no pensar mucho sobre ello durante toda la noche que la hice mía, pero inevitablemente, en la mañana la realidad me golpeo.
Al despertar, pude ver un tatuaje en su espalda, un tatuaje que estaba seguro solo portaba los pertenecientes al ejército Alpha, era un tatuaje que utilizaban ellos para ser identificados en caso de morir en el campo. Confiaba en ella y no buscaría información que no fuera la que ella me diera, era mi novia y debía tener sus motivos para no decirme lo que le ocurría. El tatuaje tenía grabado un apellido que apenas podía ser leído, pero era suficientemente claro para que yo pudiera descifrarlo.
<<Kim K.>>
<<Ese es el apellido de los ministros ¿Por qué Vee tendría tatuado el apellido de los máximos jerarcas?>>
Decidí no hacer mucho caso, hasta que sobre la mesita de noche vi unas pastillas y un diario que parecía ella estaba escribiendo, cuando estaba a punto de agarrarlo, me golpeé la mano a mí mismo, eso era desconfiar de ella y traicionar su confianza, si quería que me contara lo que le ocurría debía esperar a que ella lo hiciera.
Sin querer, me grabe el nombre de las pastillas, Txv28, no tenía idea de lo que eran pero quizás podría sacarme de dudas con alguno de los científicos, quizás ella tenía alguna enfermedad terminal y si era así, yo quería formar parte de su recuperación y ayudarla si lo necesitaba.
Decidí no pensar más en eso, me puse de pie y fui directamente a mi habitación, tomé una rápida ducha y envolvió una toalla sobre mi cadera, a pesar de que afuera estaba nevando adentro era demasiado cálido por la calefacción que siempre manteníamos encendida.
Bajé las escaleras dispuesto a preparar nuestro desayuno, me encantaba ver cómo disfrutaba de las pequeñas cosas, cada que yo le preparaba el desayuno ella sonreía como si fuera una niña y lo devoraba como si fuera su última comida, me encantaba ver que le gustaba lo que yo le hacía.
Nunca creí que podría llegar a ser mi novia, a decir verdad en mis estándares ella quedaba muy lejos de lo que yo merecía, era perfecta en todos los sentidos desde sus hermosos ojos azules hasta su hermosa forma de querer ayudar a todas las personas, de querer ser el Ángel de la guarda de las personas que más lo necesitaban, claro que siempre había notado en ella algo de tristeza en sus ojos, pero de igual manera quería que ella se abriera a mí me dijera lo que pensaba o lo que le había ocurrido en el pasado.
Subí a La Habitación, ella seguía durmiendo plácidamente y me encantaba que su sueño fuese un poco pesado y no se despertara a cada nada, la noche anterior había sido la primera en donde no la había escuchado llorar a mitad de la Madrugada, pues desde que la conocía siempre había escuchado sus gritos o sollozos; pero ella lo negaba cada mañana, así que dejé de insistir. Lo único que podía hacer era ir todas las noches era ir a su lado y tratar de consolarla hasta que volvía a conciliar el sueño, quizás eso ella no lo recordaba al amanecer, pero yo no quería que lo hiciera, me gustaba ser el Ángel de mi Ángel.
Sonreí cuando la vi removerse lista para levantarse. La recibí con una gran sonrisa tratando de evitar que mis pensamientos volvieran a hacerme preguntas idiotas, si ella no me decía su pasado debía ser porque era demasiado doloroso y no la presionaría, yo sabía lo que era tener un pasado del que no puedes ni siquiera hablar.
—Buenos días, mi hermosa osita—murmuré besando sus labios con delicadeza.
—Buenos días, osito—murmuró.
—¿Cómo amaneciste? —pregunté con una sonrisa, ella tenía sus hermosos ojitos moviéndose por toda la habitación y me encantaba ver eso en ella.
—Bien—murmuró con una sonrisa, probando el desayuno que le había preparado—. Es delicioso...
—Me encanta que disfrutes de mi comida—aseguré.
le sonreí con ternura y corté un pedazo del panqueque para llevarlo a sus labios, era una acción tierna que siempre habíamos hecho desde que la conocía, pero en esos momentos al ver su cuerpo totalmente desnudo y con una pequeña marca en su cuello que yo había creado en nuestra primera noche juntos, causó estragos en mi interior.
<<Mejor piensa idioteces>>
Me regañé.
—¿Iras a San Galo? —traté de cambiar la conversación.
—Si—murmuró —. Tú padre me prestó uno de los helicópteros, tengo que ir a comprobar mi antídoto con ese hombre... Funciono con todas las pruebas, pero ahora necesito un cuerpo vivo, ya fue aprobado por la OMS y tengo la aprobación de todos los biólogos y científicos de la base...
—Sin mencionar que también el apoyo de los dos coroneles con mayores títulos obtenidos—aseguré—. Ellos realmente quieren ver que tan útil es tu antídoto...
Con la mención de los dos coroneles, pude ver un atisbo de miedo en su mirada sin mencionar que su piel se tornó incluso un poco pálida como si el recuerdo de esas personas no le fuera grato, pero hasta donde tenía entendido ella nunca había intercambiado ni siquiera palabras con algún miembro del ejército Alpha.
—Si—murmuró, pero era una sonrisa falsa la que me dio —. Pero primero quiero comprobarlo, no quiero decepcionar a los que confían en mí.
—Es imposible que decepciones a alguien, osita—murmuré besando sus labios, quizás por eso había notado tantas reacciones cuando mencioné a los hombres que estaban interesados en su cura —. Yo iré a la base para revisar un par de expedientes, la base Alpha solicito un nuevo armamento y debo investigar para que lo requieren.
—De acuerdo—murmuró, debía vestirme así que me puse de pie después de darle un pequeño beso en los labios—. Oye...
Interrumpí mi caminar
—¿Sí?
—Quiero decirte algo importante...
—¿Qué te parece si lo hablamos hoy en la cena? Mañana es sábado y podemos dormir hasta tarde... así que hablemos de lo que desees en la cena...
Lo miré por un par de segundos y nuestras miradas chocaron, por sus ojos podía ver que lo que debía decirme era algo importante, pero por ese mismo motivo no era bueno abordarlo cuando ambos acabamos de despertar de nuestra primera noche, además no quería que ella se desconcentrará de su prueba
Puedes vestirme, ambos tomamos el auto y nos dirigimos a la base, nuestros viajes la mayoría de las veces eran en silencio, pero no un silencio incómodo sino que era más que nada disfrutando de la compañía del otro.
—Te veo en la noche—murmuró cuando la acerqué al helicóptero.
—Contaré las horas hasta entonces, mi osita—murmuré besando fugazmente sus labios —. Te quiero.
—También te quiero—murmuré.
ella me regaló una última sonrisa y subió al helicóptero, sabía que tenía un par de dotes de piloto, así que eso no era de extrañarse. el soldado que le acompañaría subió al helicóptero y antes de que pudiera decir algo, ella se elevó, dejando atrás una gran nube de Tierra y pasto.
—¿Así que tengo nueva nuera? —preguntó mi padre.
—no empieces papá—murmuré riendo —. Es solo Vee—aseguré con una sonrisa.
—¿Solo Vee? por Dios, bien sabes que Vee es algo más que sólo Vee—murmuró —. Pero no puedo evitar ver en tus ojos que tienes muchas preguntas sobre ella, si no te conociera lo dejaría pasar, pero te conozco perfectamente así que habla.
—sólo son tantas ideas papá, la noté muy nerviosa ayer que la llevé al bar para que conociera a los coroneles, creo que fue mala idea hacer la que fuera no sabía que iba a reaccionar de una mala manera.
El rostro de mi padre se volvió completamente serio.
—¿Ellos la vieron a ella?
—Si—murmuré—. ¿Por qué?
—Hijo, escúchame porque esto solo te lo diré una vez, no busques información sobre su pasado o presionarla para que te lo diga, ya sufrió bastante, así que si ella no quiere contarte o decirte la razón por la que reaccionó de alguna u otra manera, no la vayas a investigar.
—¿Tú sabes algo que yo no?
—Eres mi hijo, y si no te digo lo que yo sé es por una buena razón, ella te contará todo cuando esté lista, así que no se te ocurra investigarla o presionarla para que te diga lo que le ocurre.
—¿Tiene alguna enfermedad terminal? —pregunté —. Encontré unas pastillas y...
—Ella te lo dirá cuando se sienta en confianza—murmuró mi padre —. Nada de jugar al detective, recuerda que puedes dañar a quienes amas si no esperas a que ellos te digan lo que ocurre...
—Está bien papá, esperaré a que ella me lo diga...
Claro que eso solo lo decía para que mi padre no me fuera regañar, no investigaría cosas sobre su pasado pero las pastillas me causaban intriga, si ella tenía alguna enfermedad con la cual debía lidiar quería ser parte de su recuperación.
Olvidé por completo todo lo que debía de hacer en la base, realmente quería hacer el apoyo que ella necesitaba y aunque no me dijera su pasado no quería descubrirlo, podría ser doloroso para ella decírmelo y no la presionaría.
—Hola, Doc. —saludé a uno de los científicos que estaban encargados del área de la salud.
—¡Nick! ¿Cómo estas, muchacho? felicidades por tu nueva novia...
—Las noticias en este lugar vuelan—murmuré riendo.
—¿Dime en qué te puedo ayudar? todo para el novio nuevo...
—Recibí un informe de la base de Francia, quieren que les mande un análisis sobre unas pastillas... pero sinceramente no encontré nada en internet ni tampoco nuestras bases de datos... así que supongo tú puedes decirme de que se trata.
—¿La doctora Hoffman no te ayudo?
—Está en su ensayo clínico y no quiero molestarla con este tipo de cosas, estaba demasiado feliz como para arruinarle con preguntas absurdas.
—Vaya que novio tan considerado. ¿Cuál es el nombre de las pastillas?
—Txv28—murmuré—. Son de una caja amarilla...
—Entiendo—aseguró tecleando en su computadora —. Bueno estas pastillas solo son recomendadas por el CTRATA, Centro de Tratamientos para la Rehabilitación de Adicciones, Tratamientos Avanzados, en el norte de Suecia—murmuró.
—Conozco esa clínica—murmuré —. ¿Se los recetan para algo en específico?
—Estas pastillas solo las toman los adictos que se recuperaron de drogas que son neurológicas, qué afectan de una u otra forma el pensamiento y alteran también los órganos internos—murmuró —. Estas pastillas se recetan más que nada para los adictos al TX1, ya que sus cuerpos quedan tan afectados que es imposible que puedan llevar una vida sin estas pastillas, estas pastillas ayudan a regular todo su sistema y las indicaciones siempre son que no deben de suspenderse el tratamiento.
—¿Dónde los consiguen?
—en realidad no hay forma de conseguirlas, sólo tienen acceso a ellas las personas que son tutores de los rehabilitados—aseguró —. Incluso si nosotros hiciéramos el pedido de alguna de esas pastillas, tendríamos que hacer un proceso realmente largo sin mencionar que necesitaríamos la aprobación de los ministros para tener estas vitaminas, pues no se hacen muy fácil y son exclusivas del centro.
—¿Para todos es el mismo proceso?
—A menos de que la persona que las tenga sea los ministros del CMI, no hay forma que algún científico o criminal las tenga, solo los tutores de los adictos tienen acceso a ellas—murmuró —. Pobre hombre el que toma esas pastillas significa que está encadenado de por vida a una adicción sin precedentes.
Sentí un extraño y amargo sabor en mi garganta, no tenía idea de por qué mi novia tenía esas pastillas si eran tan exclusivas, además de que la había visto tomar una que otra vez las pastillas. le agradecí al colega y salí de ese lugar tratando de pensar con claridad, es que no me mentiría con algo así.
Tenía que ir a casa para procesar lo que estaba ocurriendo, estar en el centro sólo me ayudaba enloquecer más y más. Subí a mi auto y sin decirle a nadie que me iba manejé hasta el pueblo, estaba realmente abrumado con lo que había descubierto y más que nada quería saber si podía ayudarle en algo, no la juzgaría por lo que le hubiera ocurrido en su pasado, pero quería saberlo para poder tomar su mano y ayudarla.
Mientras manejaba mi cabeza hacía miles de conexiones, quizás por eso ella se encontraba tan obsesionada en encontrar un antídoto para el TX1, quizás era el motivo por el que cuando trabajaba con esa sustancia parecía que estaba en una guerra nuclear con tantos trajes químicos que tenía sobre su cuerpo, posiblemente ella era una ¿adicta?, no la juzgaría, por supuesto que no, pero quería saber que mierda ocurría.
Entré en la casa tratando de respirar profundo y no ir a su habitación, para comprobar que esas pastillas eran para una adicción, pero el sonido de algo moviéndose en el piso de arriba me llamó la atención y supe entonces que no estaba completamente solo.
Tomé el arma que siempre guardaba en los cajones de la cocina, subí las escaleras con sumo cuidado mientras escuchaba susurros que salían desde La Habitación de ella, eran susurros de un hombre y una mujer, quienes parecían discutir sobre algo que debían hacer o no hacer.
Pateé la puerta para que ésta se abriera y los apunté a ambos, encontrándome con mis mejores amigos en La Habitación de mi novia, Juls y Jo, se concentraban en el piso mientras una caja que desconocía se encontraba tirada en el suelo, de ella salían varios diarios con diferentes números en una perfecta letra dorada.
Ambos levantaron las manos con los rostros llenos de miedo.
—Prometo que podemos explicarlo—murmuró Jo.
—Pues comiencen a hablar porque no estoy de humor para aguantar juegos ¿Qué mierda hacen en la habitación de mi novia?
—Prométenos que nos escucharás cuando bajes esa arma—murmuró Jo—, todo tiene una explicación...
—Pues hablen—gruñí.
—te dije que había algo malo con ella, te lo dije desde que llegó pero no me hiciste caso—murmuró Juls—, ella nos ha estado mintiendo a todos en la cara, dice ser una persona cuando no lo es y quién sabe con quién mierda has estado compartiendo tu casa.
—¿A qué te refieres?
—busqué antecedentes de Venus Hoffman o Priscila Hoffman quien se supone es su madre ¿Y adivina? No existe nadie que se llame así, no hay ninguna Venus Hoffman en el mundo y menos una Priscila.
—Ella estaba en el ejercito Gamma, es claro que no hay muchos expedientes de ella, estaba en el escuadrón G265...
—¿Estás seguro de eso—murmuró —. ¿No será que tenemos a una maldita mentirosa entre nuestras filas?
—¡No la insultes! —gruñí —. Es mi novia y no me ha dicho cuál es su pasado es por una razón, ¿Recuerdan cuando yo tampoco podía hablar de mi pasado? bueno pues eso es algo parecido, ella tampoco sabe todo de mi pasado y aun así no duda de mí.
—pero sabe quién eres—murmuró lanzándome unas hojas arrugadas.
En todas ellas había información sobre mí, desde dónde me había criado hasta quién era y cómo había logrado el cargo de capitán en el FEIC.
—Julián, te dije que todos investigamos a todos, somos de inteligencia—murmuró Jo.
—Pues para ser sólo una doctora parece que tiene muchos dotes de investigación, tú no eres el único que está en sus expedientes todos, los 246 que habitamos en este lugar estamos en sus expedientes, a todos nos levantó investigación; sabe todo, hasta cuándo dijimos nuestra primera palabra.
—todos nosotros al llegarnos nos investigamos, eso no es algo raro—murmuré.
—¿Y no se te hace raro que solo lo que ella nos ha dicho es lo que hay en su expediente?
—como ya lo dije, estaba en el escuadrón G265, todos son fantasmas que no tienen un precedente—murmuró.
—¿Y qué dirías si te digo que tu novia está muerta? ¿Qué has estado con un maldito fantasma?
—¿Qué? —preguntó Jo —. Eso no me lo habías dicho...
—Alguien corrompió los archivos del G265 y descubrí que quien supuestamente es tu novia se robó la identidad o por lo menos el rostro de una mujer que murió hace un año y medio.
—¿Qué?
—Su nombre era Montserrat Villaseñor, era nativa de Canadá pero murió en un tiroteo—murmuró dándome una fotografía.
Vee se parecía completamente a ella, aunque los ojos de la de la foto eran más claros y tenía una ligera cortada en el cuello, que claro que mi supuesta novia no tenía, era una cortada que por más cosas que aplicara, la cicatriz no desaparecería completamente y yo estaba seguro de qué esa cortada no la tenía Venus.
—Chicos, creo que lo mejor es que le preguntemos a ella, seguramente tiene una buena explicación para todo esto... —murmuró Jo.
—¿A si? ¿Cómo cuál? Hemos estado confiando en una desconocida desde hace un año y medio, una desconocida que no nos ha dicho quién mierda es y que sólo se ha enfocado en mentirnos. Es una desconocida, que nos investigó a todos y aparte de que su historial es malditamente falso.
—Todo debe tener una explicación—murmuré—. Lo mejor es que le pregunté y...
—¿Y crees que te va a decir la verdad? si nos ha estado mintiendo por tanto tiempo dudo que nos lo diga en un solo día.
—Tú no tienes por qué saber lo que ella no quiere que sepas, yo soy su novio y confío en ella cualquier cosa que me esté ocultando, estoy seguro de que lo hace por una razón—murmuré.
—Cómo quieras, pero Venus Hoffman es un maldito fantasma y aparte de todo, una drogadicta.
—No la llames de ese modo—gruñí.
—Acéptalo, Nikolai, no sabes ni con quien mierda te acostaste anoche. Ella es un fantasma que se la ha pasado mintiéndote desde que te conoce, no sólo eso también tu padre te ha mentido porque seguramente él sí sabe quién mierda es esa mujer.
—Chicos...
—No te atrevas a insultarla a ella o a mi padre, Si ocultan algo es por una buena razón—murmuré—. Largo de mi casa, los dos...
—Con gusto—murmuró Julián—. No quiero intoxicarme con una mentirosa.
Ambos salieron de la habitación y escuché minutos después que se cerraba la puerta.
Me he sentado en el suelo, con la espalda recargada en la pared tratando de razonar que era lo que estaba pasando, pero por más que me carcomió la curiosidad de leer los diarios no traicionaría su confianza de esa manera.
No supe si pasaron horas o minutos, pero cuando me di cuenta de la hora traté de guardar los diarios, pero de repente una fotografía de una chica de cabello negro y ojos verdes salió hacia el suelo, a su lado estaban los 2 ministros mientras la abrazaban con fuerza y a sus lados podía ver también a los coroneles que nos habían visitado.
<< ¿Por qué tiene una imagen de ellos?>>
Giré la fotografía al sentir el relieve de unas letras.
<<Te amo mi pequeña florecita, eres lo mejor que nos pasó en la vida. Keyli, recuerda que papá y yo siempre te protegeremos. Con amor, Mamá y papá>>
—¿Por qué ella tiene una imagen de los ministros con una desconocida? —me pregunté tomando la fotografía.
Antes de que pudiera pensar en algo más, mi celular sonó, lo contesté rápidamente al ver que era mi padre y a pesar de que quería hacerle todas las preguntas que se acumulaban en mi cabeza, sabían que no me las contestaría y sólo había una persona que podría aclarar todas mis dudas.
—Nick, ¿Dónde estás?
—Vine a la ciudad a buscar algo—mentí —. Ya sabes, una sorpresa para Vee...
—Oh—murmuró —. Ella ya va para su casa, esta super feliz así que no se te ocurra hacerla Pasar un mal rato con tus preguntas tontas, su ensayo salió perfecto...
—De acuerdo...voy de regreso entonces...
Colgué la llamada, no le diría de sus diarios, no era una persona mala y confiaba en que ella me diría lo que realmente estaba pasando. Comencé a guardar las cosas y fue cuando me di cuenta de que hacía falta las pastillas que había visto en la mañana, y estaba seguro de que ella no se las había llevado.
—Juls—murmuré.
Guardé rápidamente todas las cosas y salí corriendo para poder alcanzar a mi supuesto amigo, lo conocía y él odiaba que alguien le dijera alguna mentira. Manejé hasta donde vivían Juls y Jo, no estaba a más de 25 minutos de mi hogar pero de todas formas no tenía tiempo para caminar, más si ella estaba en camino a nuestra casa, además el camino era un poco difícil, estaba lleno de terracería.
No me detuve ni un solo minuto en tocar la puerta, cuando estuve frente a su casa.
—¿Nick? ¿Qué paso?
—¿Dónde está Juls? —interrogué.
—Salió—murmuró —. Oye... perdón por lo que ocurrió hace unas horas... sabes que Juls se obsesiona por cosas estúpidas... creo fue a disculparse contigo por eso salió ahora.
—No fue disculparse—murmuré sintiendo pánico —. Fue a enfrentarla...
—¿Estás seguro?
—Si, sube al auto—murmuré.
Conocía mi mejor amigo y sabía que no se andaba con tonterías, si sospechaba algo no descansaba hasta obtener respuestas. Manejé lo más rápido posible, pero aun así, los minutos de viaje no se acortaban, pues la terracería y restos de nieve, no ayudaban para poder desplazarme con mayor facilidad.
Cuando llegué a mi hogar vi el auto que Venus siempre utilizaba y el auto de Juls mal estacionado a mitad de la calle, miré a Joey y ella asintió, era claro que mi amigo no había ido para hablar, sino para enfrentarla y sacarle la verdad a las malas.
Saqué el arma que siempre llevaba conmigo, conocía a Juls y lo impulsivo que podía llegar a ser, Joey pareció entender lo que pensaba y también sacó su arma, era nuestro amigo pero también la persona más terca y necia del maldito mundo, si se le metía algo a la cabeza, no había poder humano que se lo sacará.
Ambos avanzamos hacia la puerta de mi casa, ahí pude ver el rostro de mi osita demasiado asustada mientras levantaba las manos en alto por el arma que la apuntaba directamente a la cabeza.
—¡Responde! ¡¿Quién mierda eres?!
—Juls—murmuré—. Baja el arma—gruñí.
—¡Responde, maldita perra! —gritó —. No temo en jalar el gatillo.
—Juls... Baja el arma—trató de razonar Joey —. Nosotros no somos así, dijimos que la dejaríamos explicar lo que le ocurriera...
—¡Ustedes no me creyeron! ¡Ella no es quien dice ser! —gritó —. ¿Quién mierda eres?
—No... no sé de qué hablas—murmuró Vee.
—¡Habla! ¡Le chingaste la identidad a un fantasma! ¡No existes en ningún lado!
—Vee ¿Estas bien? —pregunté.
—¡Deja de llamarla así, ese no es su puto nombre!
Juls se giró en mi dirección y en ese momento, todo ocurrió demasiado rápido, antes de que pudiera reaccionar o hacer algún movimiento, Vee se lanzó sobre él, tirándolo en el suelo y agarrando sus manos contra la espalda.
—Llévenselo—murmuró una voz fuerte detrás de mí.
Gire mi rostro y mi padre me miraba con un aire de decepción en sus ojos, como si estuviera molesto conmigo por no haberle hecho caso en no investigar una mierda.
—Papá...
—Te dije que nada de investigaciones—escupió —. Si el doctor Leopold no me hubiera dicho que le hiciste una pregunta extraña que después repitió este idiota, no me habría dado cuenta de que había algo mal ¿Sabes que pusiste en peligro a todo el pueblo?
—Yo...
—Vee ¿Te encuentras bien?
—Si—murmuró con la mirada firme —. Siento haberlo molestado...
—Como lo dije cuando llegaste, te protegeré—murmuró mi padre entregándole una caja de vitaminas —. Tómalas...
—Gracias—susurró.
—Tú y tú—nos señaló a Joey y a mi —. Quedan suspendidos por una semana por levantar investigaciones no autorizadas contra Venus Hoffman.
—No—murmuró Vee atravesándose —. No los afecte, Nick es mi novio y ella es de mis mejores amigas, no tienen por qué ser castigados por tener curiosidad sobre mi pasado...
—Vee...
—Se los quiero contar...—murmuró hacia mi padre.
—Háblalo con Nick, yo le diré a Joey solo lo que debe saber, no más, no puede haber más de diez personas que lo sepan, sabes lo que puede pasar.
—Gracias, Andrew—murmuró Vee con una sonrisa —. Y no seas muy duro con Juls...
—No lo seré porque te investigo, sino porque te amenazo, somos una familia —murmuró —. Tú, más te vale que la escuches y no hagas ninguna tontería, querías que te contara lo que le ocurre, así que ahora te toca escucharla.
—Si—murmuré bajando la mirada —. Lo haré.
Mi padre se alejó de la puerta de nuestro hogar, mientras ella se enfocaba en recoger las cosas que Juls le había tirado a los pies, podía escuchar un pequeño sollozo mientras lo hacía, pero no sabía cómo reaccionar, no sabía si debía abrazarla o quedarme completamente callado. Me agaché a su altura para ayudarle a recoger las cosas que estaban en el suelo, no me importaban los informes o que nos hubiese investigado a todos, ni siquiera que fuera otra persona la que ella me había dicho que era.
Confiaba en ella y sabía que si tenía algo que ocultar era por una buena razón.
—Vee...
—Quería decírtelo esta noche, esto era lo que quería decirte en la mañana, somos una pareja y quería que tú supieras por qué me oculto tanto o por qué nunca hablo de mi pasado...
—No tienes que hacerlo si no quieres... perdón por haber investigado sobre qué eran esas pastillas, pero tuve miedo de que tuvieras alguna enfermedad terminal y no me lo dijeras y yo quería ayudarte.
—Debí haber sido sincera desde el principio, pero no quiero involucrar a más personas porque si lo hago sé que entre más personas sepan quién soy más personas están en peligro, si en estos momentos alguien se entera del mundo exterior que yo estoy aquí, él me va a cazar y va a matar a todos los que lo impidan...
—¿Él?
—Prepare de cenar, sé que es tonto y no debes de tener hambre, pero sé que quizás después de que te cuente todo lo que he estado ocultando tenga que marcharme de aquí y quiero por lo menos tener una última cena contigo nuestra, primera cena como novios.
—¿Irte? Nadie hablo de eso—murmuré con temor.
—Cuando te cuente entenderás por qué nadie puede saber que yo estoy con vida, incluso tendré que matar a Vee para poder seguir viviendo y que todas las personas que me conocen estén a salvo.
Aunque me llenaban de pavor sus palabras, sabía que debía escucharla y no sólo eso sino también tratar de entenderla, como mi padre ya lo había dicho ella sufrió bastante y aunque no sabía aún todo lo que le había ocurrido, ella me tendría la confianza de contarme y si era necesario yo también iría con ella para protegerla.
Sin decirme nada ella comenzó a preparar los platos después de levantar sus cosas, tenía miles de preguntas en mi cabeza, pero lo único que podía hacer era callarme, pues no quería abrumarla con preguntas estúpidas que sólo le hicieran sentir insegura cuando me contara cuál era su pasado, yo realmente estaba dispuesto a esperar a escuchar su historia y no quería verla quebrarse frente a mis ojos, pero sí ella me tenía la confianza de decírmelo e incluso ya había planeado decírmelo antes de lo que ocurriera con Julián
Sirvió los platos y los puso en el comedor que ella había adornado hermosamente, no sabía de dónde había sacado flores pero estas inundaban de un hermoso aroma toda la cocina, y me sentí un tonto por no haber desconfiado de ella y por tener que estar en esa situación en el momento menos indicado, debíamos estar celebrando por su triunfo pero en lugar de eso ella estaba a punto de abrirse frente a mí y decirme todo lo que la atormentaba.
—Por favor olvidemos por unos minutos lo que pasó o lo que tengo que decirte, disfrutemos un poco de la cena y el triunfo que tuve hoy... te prometo que después te diré todo lo que soy y quién soy sin una sola mentira.
—no tienes que decírmelo si no quieres o si no puedes, sé lo que es tener un pasado doloroso y si tú no quieres hablar de ello no te presionaré. yo tampoco te he dicho toda mi historia sólo conoces como un 10% de lo que sufrí, así que ambos tenemos secretos y no te voy a presionar para que me lo digas.
—te lo diré porque quiero hacerlo porque no quiero que pienses que soy una mala persona por ocultar quién soy... pero por ahora por favor olvidemos ese tema y disfrutemos de la cena.
—De acuerdo—murmuré.
Ninguno de los 2 mencionó nada y le escuché con atención mientras me platicaba con tanto orgullo lo que había ocurrido con el paciente mencionó a un par de personas que me dijo que eran importantes en su vida y que también lo serían en la historia, que tenía que tener la mente abierta en el momento que me contara todo su pasado y yo también estaba dispuesto a decirle todo lo que había ocurrido en mi pasado no le había contado la parte más dolorosa pero estaba seguro de que ambos estamos igual de rotos.
<< como dice el viejo dicho, siempre hay un roto para un descosido>>
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¿Qué les pareció este capítulo?
¿Creen que Key le diga toda la verdad?
¿Quieren conocer el pasado de Nick?
Holi! ¿Esperaban actualización doble?
Los quiero mucho, muchas gracias por su apoyo <3 Feliz Día del niño! Se los deseo ahora porque el domingo voy andar ocupada <3
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