Capítulo 06.
"Siempre que hablo contigo acabo muriéndome un poco más." ~ Frida Kahlo
Una nueva página.
Maddison.
La vida da muchas vueltas, nos hace darnos cuenta de muchas cosas que nosotros creíamos enterradas en el pasado, los sentimientos que nunca creímos tener por alguna persona se despiertan en los momento más idóneos y aunque a veces los fantasmas del pasado te persiguen, sabes que puedes hacer un exorcismo y borrar a esas mierdas que no te dejan ser feliz.
Desde que era una niña, recuerdo mi enamoramiento por Conall, un enamoramiento que nunca habia sido correspondido por él a pesar de que cuando éramos pequeños nuestras madres nos habían presentado, quizás él no lo recordaba pues habia decidido borrar todo recuerdo de su madre, pero yo si lo hacía porque desde el momento en que lo habia visto con ese traje de marinero me habia quedado completamente idiotizada de él, no me importaba que él no me volteara a ver, con el simple hecho de verlo me era suficiente.
Me conformé con verlo de lejos durante toda la academia, lo vi crecer y volverse un hombre tan guapo que no tenía comparación con nadie más, su mirada gris como la tormenta eléctrica más poderosa hacía que todo mi cuerpo temblara ante él y tontamente nunca pude olvidarlo, incluso después de que se marchó para perseguir su sueño.
Arniel volvía loca a mi mejor amiga, Selene. Ella y yo nos habíamos criado juntas desde pequeñas, habíamos estado unidas desde que teníamos uso de razón y era imposible que ambas no nos enamoráramos de esos dos adonis que nos robaban el aliento. Arniel era guapo, pero en su mirada no habia esa ferocidad que me encantaba de los ojos de Conall.
Ambas nos habíamos reservado para ellos, habíamos tratado de mantener nuestros cuerpos intactos desde que supimos lo que era el sexo pues queríamos que ellos fueran los primeros. No logramos conquistarlos en la academia y en nuestra llegada al ejército, tampoco lo habíamos logrado, pues parecía que ellos eran inmunes a nuestro encanto.
Lo habíamos intentado una y otra vez, pero las palabras de todos los que se habían dado cuenta de nuestras intenciones habían sido "No lo intenten, ni mil de ustedes podrían ocupar el lugar que dejo ella, así que mejor búsquense alguien más accesible, ellos no van a tener nada con ustedes".
No entendíamos quien era ella, cada que preguntábamos nos mandaban a la mierda diciendo que si no conocíamos de quien hablaban nisiquiera se nos ocurriera abrir la boca para mencionarla. Estábamos enteradas de todo lo que acontecía en sus vidas, pero ninguna de las dos habia logrado averiguar quién era ella, o cual era la historia que todos los cercanos a ellos conocían.
No nos daríamos por vencidas, así tuviésemos que pisotear un fantasma inexistente, lograríamos que esos hombres fueran nuestros y que solo nosotras ocupáramos sus mentes, yo amaba a Conall y ella a Arniel, ambas estábamos dispuestas a todo por ellos.
Abrí los ojos, sintiendo la luz del varios focos sobre mi cabeza, inmediatamente identifique que nos encontrábamos en el hospital mientras varios cables se conectaban a mi brazo, ardiendo como la jodida cada que el líquido entraba a mi sistema, sentí mi garganta reseca y como si mis ojos no pudieran acostumbrarse a estar abiertos y sólo pude pensar en una cosa.
<<Estoy drogada>>
Conocía esa horrible sensación, en la novatada de la IISMFCMO se me habia ocurrido fumar y al día siguiente me sentía horrible, así que sabía que me encontraba realmente drogada con algo que desconocía.
Vi a Selene a mi lado, ella estaba igual de confundida que yo y al ver sus ojos me di cuenta que ambas teníamos las pupilas dilatadas, señal de que teníamos droga en nuestro sistema.
—¿Sel?
—Tranquila—murmuró con una dulce sonrisa —. Se que estas un poquito asustada como yo, pero nos drogaron y ahora nos estan haciendo muchas pruebas para saber qué diablos nos dieron... ¿Cómo te sientes?
—Me duele la cabeza—murmuré.
—Es algo normal—aseguró —. Se pasará cuando menos lo pienses y este será solo un recuerdo x.
Uno de los doctores entro a nuestra habitación, con una pequeña sonrisa. Era un hombre alto, con la mirada miel y el cabello cobrizo, era guapo y estaba seguro de que era un hombre bien conservado, pues no cualquiera puede ser un médico de la IISMFCMO, debía rondar entre los 45 o 50 años, pero no aparentaba más de 35, al igual que los ministros o en general cualquier persona en la IISMFCMO.
—¿Cómo se sienten? —preguntó el hombre con una sonrisa —. Fueron las ultimas en recibir la droga, por eso mismo son las únicas que quedaron hospitalizadas...
—Me duele la cabeza—murmuré.
—Es algo normal, Maddison. Les dieron tres mililitros de HACNSE21, una nueva sustancia distribuida por Magnus Schiavone, los ministros les darán más información cuando se reintegren al comando... por ahora, deben ir a descansar y reposar un poco de todo lo que vivieron esta noche, por suerte ninguna de las dos resulto herida.
—¿Y...y los coroneles? —preguntó mi amiga.
—Ellos estan bien—aseguró—. No puedo darles más información... pero ellos estan bien y han sido dados de alta hace unas horas...
—¿C...Cuando podremos ir a casa? —pregunté.
—En un par de horas, solo requerimos que los análisis de toxicología lleguen... ¿Tuvieron alguna descarga de adrenalina antes de consumir la droga?
—No—mintió mi mejor amiga.
Era claro que el sexo con los coroneles habia sido más que una maldita descarga de adrenalina, nisiquiera tenía nombre todo lo que Conall me habia hecho sentir, aunque había algo que me molestaba, nunca dijo mi nombre, solo repetía seudónimos como "muñequita, nena, conejita" pero nada de decir mi nombre o cualquier otra cosa que fuera mía.
—Bueno—murmuró entonces, las dejaré para que descansen un poco y despues vendré para hacerles un último chequeo, así podrán ir a casa a descansar, seguramente deben estar exhaustas.
—Lo estamos—murmuré.
—Bien, en una horas regresaré. Pueden comer cosas ligeras, le diré a una de las enfermeras que venga a darles alguna gelatina o sopa ¿De acuerdo?
—Gracias...—contestamos a la vez.
El doctor asintió sin decir una sola palabra y salió de nuestra habitación, estábamos completamente solas y seguramente nuestros familiares nisiquiera estaban enterados de los que nos ocurría, mi padre me habia desconocido como su hija cuando me escape para no casarme con un completo desconocido y mi amiga jamás habia conocido a su familia, así que solo nos teníamos a nosotras dos, nadie más era parte de nuestra pequeña y rota familia.
—Dime que fue parte de las alucinaciones...—susurré.
—Quisiera, piojito—susurró —, pero no teníamos ni un poco de droga en nuestro sistema cuando eso paso... realmente nos entregamos a ellos... les dimos nuestra virginidad y nos comportamos como unas auténticas zorras...
—¡No me jodas! —murmuré enterrando la cara entre mis manos—. Si nos odiaban... nos van a odiar el triple.
—Ellos fueron los que nos pidieron sexo... ellos fueron los hombres que dejaron que los montáramos y luego nos follaron como locos...
—¡Ese es el problema! —dije sintiéndome mal por lo que habia hecho.
Mi difunta madre me había criado para ser una mujer de bien, ella siempre me habia dicho que si me enamoraba de alguien me esperara a ser correspondida pues en el amor es o no es, no hay un intermedio. Conall estaba enamorado de alguien más y yo habia ido como una zorra a meterme entre sus piernas.
— Tranquila, piojito—murmuró mi amiga—. Quizás debamos ir a disculparnos cuando salgamos de aquí.
—Esa es una buena idea... quizás debamos disculparnos por lo que hicimos. Así también podemos evitar una sanción, estaban muy molestos según lo recuerdo...
—Cuando regresemos al comando, nos disculpamos con ellos... seguramente ellos entenderán lo que ocurrió y nos perdonaran... solo debemos hablarles con la verdad y aclarar las cosas, no fue muy grave lo que ocurrió, en todo caso nosotras somos quienes deberíamos estar molestas, nos quitaron la virginidad, algo sagrado para nosotras...
—Si, pero eso no quita el hecho de que aceptamos dejar que nos cogieran—murmuré.
—Arniel me llamaba de una forma muy peculiar... aunque me gustó... me decía muñequita...
—A mi Conall me decía de la misma manera... quizás debamos preguntarles por qué ese apodo...
—Vamos paso a paso, liebrecilla—murmuró mi mejor amiga.
Asentí sin decir nada, quizás lo que estaba ocurriendo no era lo más propio, pero cuando Conall habia estado entre mis piernas sentí que me miraba de otra manera, lo hacía con amor y como si yo fuera el tesoro más grande del mundo y en eso no se podía mentir, por supuesto que ese hombre sentía cosas por mí y me aseguraría de que esas cosas las sintiera con mayor intensidad, quizás así él aceptaría amarme.
La mañana transcurrió en cientos de exámenes clínicos, el doctor nos dio el alta después de recetarnos un par de vitaminas que ayudarían a nuestro cuerpo a luchar contra los malditos efectos del HACNSE21, era una droga muy poderosa y sería difícil que nuestros cuerpos la desecharán.
Llegamos al pequeño departamento que compartíamos en el centro de la gran ciudad, era uno de los departamentos que eran otorgados a los reclutas de la IISMFCMO, eran lujosos y bonitos, pero no lo eran tanto como los que los altos oficiales lograban comprarse. Llegamos a esa base con un honorifico puesto de Capitanas gracias a la gran hazaña de la captura de uno de los cabecillas del ERR, claro que después todo se salió de control, pero eso nos impulsó en la carrera de ascenso e ingreso en el ejército Alpha.
Nuestro descanso fue renovador, al día siguiente ambas nos presentamos en nuestro puesto totalmente cuerdas y con los ánimos al mil. Los coroneles nos ignoraron en todo momento, incluso cuando nosotras tratamos de llamar su atención en una de las reuniones de planificación, ellos se habían vuelto a comportar como ogros sin darnos la mínima oportunidad para poder charlar o de expresar lo que sentíamos por ellos.
—Debemos hacer algo—murmuró Selene a mi lado —. No pueden cogernos y después fingir que no pasa nada...
—Pueden hacerlo—murmuré—. Ellos no estaban conscientes de lo que hacían... estaban drogados... debemos pedirles disculpas, no hacerlos enfadar más...
—Tienes razón—murmuró —. Podemos hablar con ellos esta noche... o ahora...
Asentí, ambos nos acercamos a ellos, quienes charlaban animadamente entre ellos, parecía que eran como familia pues compartían absolutamente todo, incluso no habia hora del almuerzo en la que no los viéramos juntos.
—Mejor cállate Vallarelli, que tú también hablas cuando estas dormido.
—Aja, pero yo no me la paso llamándola en quien sabe que mierda de perversión...
—¡Estábamos viendo su película!
—No recuerdo que exista una versión para adultos de...
—Coroneles.
La voz del ministro nos hizo retroceder a nuestro acercamiento, ambas nos miramos y fingimos tener una conversación mientras ellos le hacían un respetuoso saludo a los máximos jerarcas. La ministra llevaba un nuevo niño en brazos, mientras el pequeñín jugaba con su hermoso y sedoso cabello.
—Hola, enano—saludó Conall.
—Papá—murmuró el bebé extendiéndole las manos.
—¿Conall es papá? —pregunté con sorpresa.
—Al parecer no sabemos todo de ellos—susurró Sel—. Como te decía, la moda de otoño...
Perdí la concentración en ella, en la milicia nos enseñaban a perder la concentración en algo para poder prestar atención en otra cosa y en ese momento esa habilidad era necesaria.
—¿Cómo se portó el pequeñín?
—Este niño es más inteligente que mis dos hijos juntos—aseguró riendo la ministra —. Solo mi Keyli podía ser tan inteligente, nos pidió cereal con leche.
—Al parecer, parece que Keyli si reencarno en este pequeño enano—aseguró Arniel cargando al bebé—. Descubrimos que la foto con la que estaba dormido el sábado era de ella...
—Nuestra Keyli sigue estando con nosotros—aseguró la ministra—. Pero, ayer les dije algo importante... tómenlo en cuenta.
—Gracias por el consejo, ministra... pero por ahora estamos bien así—contestó Conall.
—Son más necios que las mulas—murmuró la ministra—. Conall, esta noche vendrá la madre de Hunter a la ciudad y nos gustaría que conociera al pequeño Niall... sé que quizás no te agrada la idea... pero...
—No tengo problema—aseguró Conall con una sonrisa muy rara en él, jamás lo había visto sonreír con tanta energía—, pero estoy un poco cansado para salir esta noche, además mañana Arniel y yo viajaremos a Washington...
—¿Tienes problema si nosotros lo llevamos?
—Son sus abuelos—aseguró Conall con una sonrisa —. Así que pueden tenerlo cuanto quieran, solo que no coma muchos caramelos.
—Conall, como sus abuelos es nuestro deber malcriarlo y darle muchos caramelos... —aseguró el ministro —. Así mi madre malcrió a mis hijos, así que en nuestro deber malcriar al tuyo...
Conall soltó una pequeña carcajada, no puse más atención en su conversación, había demasiadas cosas que debía averiguar, pero primero queria pedirle perdón a Conall, quizás así podía abrirme una pequeña brecha en su corazón de hielo y lograr lo que muchas solo habían soñado.
—Tengo la idea perfecta—murmuró Melanie, mostrándonos dos bolsas.
Mel era una de nuestras amigas más cercanas, era alegré y tenía una hermosa chispa latina, ella era perfecta en todos los sentidos, era como una tercera hermana y también parte de nuestra pequeña y rota familia.
—No—se negó Selene—. No me vestiré como puta para pedirle perdón.
—Es lo mejor que puedes hacer—aseguró Mel—. Ellos piensan con la polla, así que si quieren que caigan redonditos, tienen que provocarlos...
—No—me negué—. No voy a vestirme así para él, me tomará por puta y...
—Amiga... no quiero que te ofendas, pero ya te considera eso desde el momento que te le abriste de piernas para dejar que te cogiera en medio de una discoteca...
—Ya lo sé... pero...
—¿Lo van a hacer o se van a rajar? Porque no quiero perder mi tiempo con ustedes si no van a aceptar que ellos las quieren, sino no se las habrían cogido, ellos quieren que los busquen y eso harán, o llegarán otras que si lo hagan...
—¿Y si nos rechazan? ¿Qué pasa si no quieren?
—No se resistirán si las ven con esa ropa... ni yo me resistiría si las viera tan deliciosas y sexis...
—Deja tu bisexualidad para otro momento—gruñó Sel.
—Solo digo—aseguró riendo —. Pónganse esto, se desnudan frente a ellos y se las van a volver a coger, después de eso van a ver que ellos caerán redonditos a sus pies...
—¿Les estás haciendo un amarré, bruja?
—Quizás—aseguró con una sonrisa ladina—. Ustedes no se preocupen por el proceso, solo disfruten de los resultados.
Después de horas y horas de insistencia, ambas aceptamos ponernos la ropa que ella nos habia indicado, era lencería fina de color azul rey, me encantaba ese color y mis amigas lo sabían. Sin decir mucho, Mel nos corrió de mi camarote y sin más que hacer, nos dirigimos a las habitaciones de los coroneles.
La mayoría de los soldados estaban dormidos, por lo que no fue muy difícil llegar hasta su piso, sus camarotes eran los más grandes y lujosos dentro del comando, los habia visitado en una ocasión cuando habia sido castigada para realizar limpieza obligatoria.
—Ve tú primero—murmuró Sel.
—¿Por qué yo?
—Porque si te corre a ti, yo mejor ni lo intento—murmuró riendo.
Bufé molesta, la amaba pero odiaba que siempre me pusiera primero. Avancé hasta el camarote del coronel Harrison, su simple apellido grabado en la puerta con letras doradas era suficiente para hacer que mis piernas temblaran y mi intimidad chorreara.
<<Se valiente y toca la maldita puerta>>
Suspiré y sin demorarme mucho, toqué la puerta.
Mientras esperaba pude ver que entre ambas habitaciones había una tercera puerta que tenía una enorme K al centro, suponía que se trataba del camarote de los ministros.
La puerta se abrió después de un par de minutos, el hombre salió con una toalla envuelta alrededor de la cintura, el pecho descubierto y algunas gotas de agua cayendo por su perfecta y deliciosa piel, las ganas de querer probarlo hicieron agua mi boca y fue como si de repente me atragantará.
—Eres tú—murmuró con fastidio —. ¿Qué quieres?
—¿P...Puedo pasar?
—No—gruñó estrellándome la puerta en la cara.
Solté un suspiro, pero volví a tocar, no me daría por vencida y trataría de hacer que él me escuchara, tenía que decirle lo que sentía y lo que necesitaba para hacerlo feliz, yo podía hacerlo olvidar a quien estuviera en sus pensamientos.
—¿Qué?
—Déjame hablar... por favor—murmuré.
—¿Qué quieres decirme?
—Te diré la verdad—murmuré —. Por favor... déjame decir lo que siento y lo que paso, te prometo que después de que me escuches me iré...
—Tienes dos minutos...
—¿Puedo pasar?
—No necesitas pasar para hablar—gruñó con frialdad—. Habla o no te daré otra oportunidad para aclarar las cosas, a mí me importa una mierda lo que paso y puedo mandarte con una suspensión en cuestión de segundos...
—Es que...me da pena—murmuré—. Por favor, déjame pasar.
Soltó un suspiro, seguramente cansado por mi insistencia, pero asintió y se hizo a un lado para dejarme pasar.
Su habitación era igual de fría que él, los colores neutros eran horribles y me hacían sentir deprimida, se notaba que el hombre estaba triste aunque tenía varias fotos que demostraban lo contrario, en la mayoría él sonreía mientras una chica lo abrazaba a él y a Arniel, ella era hermosa y pude identificarla como la mujer que todos conocían como una leyenda.
—Habla—ordenó.
—¿Puedo sentarme? —pregunté señalando el colchón.
—Siéntate—murmuró —. Si estoy haciendo esto es porque no quiero que haya malentendidos y porque quiero saber la versión lucida, ya que nosotros nos encontrábamos drogados.
—Lo sé—murmuré —. Bueno, supongo que cuando los drogaron ambos comenzaron a sentirse mal, nosotras notamos que todo mundo comenzaba a enloquecer, incluso vimos en un momento que todos tenían sexo con todos, nos alejamos pues vimos que ustedes estaban igual de mal que ellos.
—¿Cómo?
—Estaban hablando incoherencias y parecía que ambos miraban a la nada mientras sonreían... nosotras nos acercamos para ver si podíamos ayudarlos y vimos algo completamente diferente en ustedes, no nos veían con el desprecio que normalmente lo hacían... entonces...
—Nos llevaron a una habitación—complementó —. Si se dieron cuenta de que habia algo mal no debieron continuar con nosotros, debieron llamar a los ministros e informar lo que estaba ocurriendo, pero en lugar de eso se les ocurrió meterse entre nuestras piernas y dejar que las folláramos...
—Pero...tú dijiste que era hacer el amor—contesté con decepción.
—Yo no hago el amor—contestó con frialdad —. Ya escuché lo que ocurrió... Ahora vete...
— ¿Por qué eres tan frio conmigo? ¿Por qué no puedes mirarme como me miraste esa noche?
—Porque si te toque, fue porque no estaba pensando en ti—gruñó.
—¡Escúchame por una maldita vez! —grité, presa de la decepción—. ¿No puedes entender que yo te amo? ¿Qué yo te deseo? ¿Qué fuiste al hombre al que le entregué mi virginidad? ¡No quiero ser una más!
—Pues ahora te estas comportando como una más—dijo rodando los ojos —. No me interesa una relación de cualquier estilo, no te amo y jamás podría sentir más que amistad por ti—gruñó.
—Sólo mírame por un momento, no se quien esté en tu mente pero estoy segura de que puedo ser mil veces mejor—murmuré quitando las tiras del vestido.
Lo dejé caer al suelo, quedando casi desnuda con la lencería que cubría mi cuerpo, pude ver que bajo la toalla algo crecía y sonreí satisfecha, quizás lo que hacía no era moralmente correcto pero no estaba dispuesta a perder, yo era una mujer hermosa y no iba a dejar escapar a ese hombre.
—¿Qué haces? —preguntó tratando de alejarse cuando comencé a caminar hacia él—. Vístete y largo.
—Dame la oportunidad de demostrarte que yo puedo darte placer, que puedo hacerte tocar las estrellas y que puedo sostener tu mano, tú no mereces estar triste y yo puedo ser ese calor que te falta.
—No...
—¿No quieres o no puedes? —interrogué zafando el nudo de su toalla, dejando que la gran erección saliera a flote —. Déjame demostrarte que yo puedo ser mejor, que puedo ser lo que necesitas.
No tenía idea de donde mierda habia sacado tanta valentía o si un demonio lujurioso me había poseído, pero de cierta manera eso era lo que deseaba, quería que ese hombre me amara y se entregará a mi como yo lo hacía, quería que bajara la guardia y me hiciera su mujer, lo habia deseado desde que era una niña y ese sueño no habia cambiado ni un poco.
Lo empujé en la cama y como lo habia visto en cientos de videos, bajé por su cuerpo hasta dejar mi boca a centímetros de su falo erecto, lo toqué por encima, sintiendo el calor y las pulsaciones que emanaba su miembro.
<<Es tu momento>>
No sabía qué diablos me estaba ocurriendo, pero de alguna forma sentí que mi cuerpo estaba respondiendo al tacto de esa mujer, no era como lo que habia sentido en su momento con mi muñequita, pero no podía seguir atascado en el hoyo de la tristeza en el que no sabía cómo avanzar, quizás era momento de dar el siguiente paso, dar vuelta a la página y continuar con nuestras vidas como ella hubiese querido.
No sería fácil, pero Maddison era bonita, tenía ojos de un bonito café y aunque no era como ella, quizás encontrar a alguien diferente me haría dejarla solo como un hermoso recuerdo de mi pasado. Arniel y yo lo habíamos hablado, quizás la promesa que habíamos hecho meses atrás nos habia estancado y era momento de continuar, de dar vuelta a la página y quizás comenzar a escribir una nueva historia, claro que me dolería como nunca antes, pero debía dejarla ir para que ella pudiera descansar en paz.
Quizás no podía amarla, pero me gustaba aunque me hubiese negado a ese sentimiento durante días. Era bonita y tenía una sonrisa hermosa, quizás de esa manera podría ser capaz de ver en otros ojos lo que habia visto en los hermosos esmeralda que jamás podría remplazar.
—¿Le gusta como lo hago? —preguntó con una sonrisa coqueta mientras tocaba mi miembro.
No le permití tener el control, si, quizás era tonto pero no habia excepción alguna en que la protección ante todo, más cuando habia resultado que era padre de un hijo del que nisiquiera era consciente habia procreado.
No puedo decir que fue una noche maravillosa, pues el peso de la culpa no me dejaba disfrutarlo como se debía, pero era algo completamente normal considerando que aun amaba a Keyli y aún tenía su nombre tatuado en mi corazón, pero no tenía la intensión de borrarlo, quizás tener a alguien me haría sobrellevar el dolor y aprender a vivir con la ausencia de quien amaba.
Disfruté, pero no como lo hacía con ella, pero debía aprender y hacer entender a mi corazón que ella no regresaría, debía superar su muerte y dar un paso a la felicidad, aunque claro que en ningún momento la olvidaría, siempre la llevaría en mi corazón y buscaría vengar su muerte aunque fuese lo último que hiciera en la vida.
La mujer, a pesar de no haber tenido sexo en su vida parecía ser una experta, se movía con maestría pero habia algo que me molestaba... no era ella, no eran sus gemidos y no era su calor, en realidad con esa mujer sentía frio, era como si mi cuerpo no la reconociera.
Lo dejé pasar, quizás se debía a que era nuestra primera vez juntos, era la primera noche que compartíamos cama estando completamente cuerdos. Debía reconocerlo, la chica tenía aguante, después de tres veces haciéndolo, logré correrme por primera vez y pude desahogar un poco el deseo atorado en mi pecho.
Abrí los ojos, todo se encontraba a oscuras y lo único que habia cerca de mí era la pequeña lamparita que habia conservado de ella, iluminaba un poco y sus inconfundibles esmeralda me miraban como la primera vez, brillaban como nunca y eran tan perfectos que no existía comparación con nada.
Me dio una pequeña sonrisa, mientras se sentaba a mi lado, analizando mis expresiones.
—Hola, amor—murmuró mi muñequita con una pequeña sonrisa en sus labios —. Buenos días...
—Key—susurré sintiendo que las lágrimas bajaban por mis mejillas —. Mi muñequita... yo... perdón, te fui infiel...
—Amor... no lo fuiste...—aseguró besando mis labios —. Debes avanzar como yo lo he hecho, debes tener una vida y volver a sonreír, ella parece ser buena chica.
—No hay nadie como tú...
—Y más te vale que no intentes tener a nadie como yo, o me aseguraré de volver como demonio y cortarte las bolas—aseguró risueña —. Debes seguir, amor... tú fuiste el amor de mi vida pero debes continuar con tu vida, debes dar el siguiente paso...
—Pero es difícil y duele...
—Claro que duele—murmuró acariciando mi rostro —, y siempre te dolerá... pero debes aprender que yo estoy en un lugar mejor y que te cuido desde arriba, igual a ese pequeño muñequito, es el angelito de tu vida...
—Te extraño... te extrañamos...
—Lo sé—murmuró—. Yo también los extraño, pero ya no estoy ahí, no puedo volver y lo mejor es que ustedes continúen, pero más te vale que cumplas tu promesa...
—¿Cuál promesa?
—Que me buscaras en mil vidas más...
—Amor... regresa.
—Debes continuar, ahora tienes una nueva razón para vivir—susurró —. Siempre te amaré, pero es hora de que des vuelta a la página, que continúes con tu vidas y la vivas al máximo, ten fe de que en la próxima nos encontraremos y seremos felices... Es momento de que me superes y vivas la vida que te mereces—murmuró besando mis labios con delicadeza.
Vi como comenzaba a esfumarse, un miedo enorme me embriagó y sentí que la vida volvía a irse de entre mis manos, por más que le gritaba que se quedará ella no me escuchaba y como cada noche, ella se iba de mis sueños.
Abrí los ojos de golpe, sintiendo como las lágrimas bajaban por mis mejillas.
<<Ella se despidió de mi>>
Pensé.
Quizás, como ella lo había dicho era momento de avanzar y de tomar nuevos riesgos, era momento de volver a ser fuerte y de tomar las riendas de mi vida.
Antes de pensar en levantarme, descubrí que Maddison estaba dormida, totalmente desnuda a mi lado, no le di los buenos días o le hice algún comentario para despertarla simplemente me puse de pie para darme una ducha y relajarme un poco, estaba agotado y era claro que mi cuerpo se sentía extraño por el sexo después de meses de abstinencia, pero me sentía bien.
Me di una ducha, dejando que el agua limpiara mi cuerpo del sudor que se habia acumulado sobre mi piel, no podía dejar de pensar en mi sueño y en lo que ella me había dicho, era como si de alguna forma me hubiese dado permiso para continuar con mi vida, para darle permiso a mi corazón de amar a alguien más, para entregarme como lo había hecho con ella, claro que me dolería, pero debía continuar pues Keyniall no merecía tener un padre que viviera en el pasado.
Sentí las manos de Maddie rodearme por la espalda, a pesar de que quería dar vuelta a la página no estaba listo para volver a querer a alguien más allá del sexo, sí, era bonita y seguramente le daría estabilidad a mi vida, podría darle incluso una buena madrastra a Niall, pero no podía amarla tan rápidamente.
—Buenos días, coronel—murmuró con voz melosa.
—Toma una ducha y vístete—dije.
Terminé de enjuagar mi cuerpo y salí envuelto con una toalla en la cintura, no me espere nisiquiera a que ella saliera, me puse el uniforme reglamentario y me peine para lucir menos estresado en el día, teníamos demasiadas cosas por hacer como para pensar únicamente en el sexo de la noche anterior.
—¿Hice algo mal? P...Pensé que anoche...
—No te confundas—murmuré colocándome las botas—, que me haya acostado contigo no significa que seamos una pareja o algo por el estilo, yo no soy de tener novias y de andar por la base agarrado de la mano de alguien... así que no confundas lo que paso, no puedo ofrecerte más que sexo y si deseas estar conmigo, eso es lo máximo que recibirás, porque el amor que habia en mí se esfumo.
—¿Quién te hizo tanto daño? ¿Por qué no puedes amarme?
—Como ya lo dije... lo único que puedo ofrecerte es sexo, tú decides si lo quieres o no—murmuré con indiferencia —. Pero no quiero dramas o algo por el estilo...
—Yo...
—No pienses que serás la excepción, porque mi excepción ya llego y no pienso volver a abrir mi corazón de nuevo, si aceptas esto es porque también eres consiente que no te daré más que sexo y lo único que recibirás de mi serán orgasmos.
—Si—murmuró —. Acepto...
—Bien—contesté —. Vístete y te veo en la sala de planeación, que me acueste contigo no quitará ningún castigo o te dará preferencias.
Sin decir nada, salí de mi habitación. No tuve que dar explicaciones o algo a Arniel, pues por su rostro pude darme cuenta de que él también habia pasado la noche con alguien, pero lo conocía tan bien que sabía que sus palabras habían sido parecidas a las mías, no podíamos ofrecer más porque dentro de nuestros corazones no existía lugar.
<<Perdón, mi muñequita... pero ambos debemos avanzar>>.
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¿Qué les pareció este capítulo?
¿Creen que necesiten avanzar?
¿Qué piensan que ocurrirá?
No me odien, les prometo que los compensaré jajaja.
Aun falta un capítulo de este maratón <3 Disfruten<3
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