Capítulo 62.
Conexión.
"Somos como islas en el mar, separadas en la superficie pero conectadas en lo profundo". William James.
A veces la vida nos da pequeños respiros en medio de las tormentas, quizás lo hace para que podamos respirar un aire nuevo y no sintamos que nos consume el dolor o la pérdida, pequeños momentos en los que nosotros sabemos que podemos continuar a pesar de que podemos sentir dolor de vez en cuando, que podemos volver a ponernos de pie sin importar que el dolor nos haga trastabillar.
La vida muchas veces es dolorosa, no podemos tener el control sobre ello porque simplemente no tenemos el control sobre absolutamente nada a nuestro alrededor, la vida y el destino se encargan de mostrarnos diferentes cosas en diferentes momentos, se encarga de darnos paz o de hacernos caer para que nos demos cuenta de que estábamos yendo por el mal camino o de que quizás nos faltaba tener más confianza en las personas que amamos.
Pero también muchas veces nos da pequeños respiros en los que nosotros nos podemos dar cuenta de que la persona que amamos es lo más importante en nuestras vidas, incluso si perdemos el recuerdo de ellas o si ellos dejan de recordarnos, la vida nos muestra que el amor es más fuerte que cualquier otra cosa y el corazón puede recordar lo que la mente olvida, eso hace y logra que el amor fluya en el aire.
Muchas veces creemos que la vida nos está poniendo retos que nunca podremos superar, sentimos que a pesar de que nos ponemos de pie una y otra vez siempre volvemos a caer en picada y sin ninguna manera de poder detenernos, pero en realidad no es así, porque la vida siempre nos va a dar la oportunidad de seguir viviendo, aunque suene redundante, la vida no quiere que nosotros dejemos de existir, quiere que nos pongamos de pie y sigamos viviendo con la misma fuerza que ella nos ha dado.
Los baches que pone en nuestro camino no son más que simples formas de hacernos saber que nosotros podemos con todo, qué simplemente necesitamos pararnos firmes y levantar la mirada para eliminar todo aquello que puede hacernos daño. Nos damos cuenta de que la vida realmente quiere que nosotros seamos felices, pero que no podemos ser felices si no somos realmente fuertes, pues cuando trastabillé solo un poco, todo lo que construimos puede derrumbarse, por eso la vida quiere hacernos fuertes y hacer que no nos dejemos caer a pesar de todo lo que puede haber a nuestro alrededor.
Muchos creen que la fuerza del amor no es realmente verdadera, que es simplemente un invento de las personas románticas que esperan que el amor sea capaz de derrumbar cosas, de los amantes de Shakespeare que son los sueñan con un amor verdadero, pero en realidad la vida nos muestra que sí existe algo más fuerte que todo lo que conocemos, el amor es la fuerza más poderosa que puede hacer que cientos de cosas tengan sentido a pesar de que puede ser que el dolor sea demasiado fuerte, la vida nos da la oportunidad de volver a tener la fe en el amor, es decir que a pesar del dolor encontraremos una fuerza que nos hará continuar aunque queramos caer.
A veces la esperanza es lo único que necesitamos para saber que estamos a salvo, a veces la esperanza es aquello que nos va a mantener a flote incluso si sentimos que la vida se nos es quitada de golpe, para saber que el amor existe y que sí es la fuerza más poderosa en el universo, qué es lo que puede hacer y lograr que dejemos de sentir que el alma se nos parte a cada instante y que a su vez es aquello que nos hará sentir que la vida cobra un sentido nuevo.
Habían pasado justamente dos semanas desde que mi esposo había despertado, aunque creía que todo había cambiado en realidad se sentía como si jamás hubiese ocurrido un accidente, Claro que mi esposo seguía sin recordar, pero eso no quitaba el hecho de que seguía tratándome como si fuese su más preciosa posición, me amaba en todo el sentido de la palabra y me lo demostraba a cada instante.
Nuestra relación no era muy diferente a lo que había sido antes de que perdiera la memoria, él trataba todo el tiempo de hacerme sentir amada y eso realmente me gustaba, porque él me hacía amar cada segundo que estaba a su lado. Mi esposo a pesar de no recordarme se empeñaba en amarme y eso era realmente perfecto porque significaba que la atracción que sentíamos el uno por el otro, podía sobrepasar incluso las leyes de la naturaleza.
Por otra parte me encontraba más feliz que nunca, aunque Claro que los efectos secundarios del embarazo estaban siendo un real dolor de cabeza, trataba de contener todo lo que había en mi interior, pero eso no quitaba el hecho de que estaba realmente feliz, quería gritar a los cuatro vientos que estaba esperando un bebé del hombre que amaba, sin embargo el hombre que amaba ni siquiera sabía que estaba embarazada.
Debía tenerle la confianza para decirle que estábamos esperando lo que habíamos estado buscando durante meses, tenía que decirle que estaba embarazada para que él se sintiera tranquilo y me cuidara en todo momento, sin embargo algo me retenía a hacerlo, era como si sintiera que cuando lo hiciera, absolutamente todo se convertiría en algo doloroso, no era porque pensara que él reaccionaría de una mala manera, sino porque sentía que la vida no podía sonreírme tantas veces.
La doctora me había explicado cómo era mi embarazo y en realidad cómo se llevaban a cabo todos los embarazos, me había explicado que las semanas comenzaban desde la última menstruación lo que significaba que era dos semanas antes de la concepción, para ella yo tenía seis semanas de embarazo, pero desde que había un ser en mi interior apenas habían pasado cuatro semanas.
Sinceramente no estaba disfrutando mi embarazo, no estaba viviéndolo como lo había estado esperando durante tantos meses, porque por más que quería decirlo a mi esposo siempre había algo que nos interrumpía y además estaba el hecho de que no quería saber que nuevamente estábamos teniendo esperanza para que nos fuese arrebatada de golpe, no sabía si estaba completamente lista para recibir algo así, no me sentía preparada para soportar el daño que seguramente causaría un golpe en el que se me arrebatarán toda esperanza.
Aunque había algo que realmente me gustaba, mi esposo no me había dejado sola en ningún momento, incluso cuando yo había sugerido dormir en habitaciones diferentes, él me había levantado estilo princesa y me había llevado hasta nuestra cama, claro que eso le había cobrado factura al día siguiente pues habíamos tenido que correr con mi suegro para que revisara las heridas de su abdomen, sin embargo estaban perfectamente bien y nos habían dado la noticia de que se las quitarían inmediatamente, la estructura se estaban sanando como debían y el yeso sólo había funcionado para mantener todo en su lugar.
Dormir entre los brazos de mi esposo era algo realmente único, por supuesto que él me amaba incluso después de haber perdido la memoria y yo lo amaba más que nunca porque seguía ahí a pesar de que él podía irse, estábamos construyendo un nuevo amor y no sólo era porque estábamos nuevamente comenzando como si estuviésemos de cero, sino también se debía a que él y yo nos amamos con tanta fuerza que todo se volvía una nulidad a nuestro lado, todo perdía el sentido si él y yo estábamos juntos y eso era realmente perfecto.
Amaba a ese hombre con mi vida y realmente quería permanecer el resto de mi eternidad a su lado no me importaba absolutamente nada más, estábamos construyendo un amor nuevo sobre el amor que ya sentía y sabía que la próxima vez que la vida volviera a golpearnos, él y yo estaríamos lo suficientemente fuertes como para vencer cualquier problema.
Sentía el calor de los brazos de mi hombre rodearme, ese calor que me hacía sentir realmente amada en cada instante, hasta que sentí un fuerte olor llegando desde la cocina, no pude evitar que las náuseas llegaran a mí. Como pude me deshice del abrazo de oso de mi esposo, salí corriendo en dirección al baño sabiendo que estaba a punto de devolver todo lo que había en mi estómago.
Me recargué en el váter, expulsando absolutamente todo lo que había en mi interior. Sentía un asco terrible y realmente era jodido, no podía nisiquiera procesar la información, hasta que sentí que mi cabello era agarrado en una coleta mientras seguía expulsando absolutamente todo de mi estómago.
La pesada mano de mi esposo se colocó en mi espalda, dando pequeños golpecitos mientras seguía teniendo arcadas y expulsaba lo que había en mi estómago, jamás creí que un acto tan extraño me pareciese tan perfecto, tener a mi esposo a mi espalda cuidándome mientras vomitaba a causa de nuestro hijo, era lo más perfecto que podía pedir.
—¿Estas bien? —preguntó.
Me sentí una completa idiota, era claro que él comenzaría a darse cuenta de los efectos secundarios del embarazo y yo debía decirle lo más pronto posible porque no quería que sintiera que lo había apartado de algo tan importante, pero tampoco quería abrumarlo porque él se forzaría a recordar nuestra historia.
—Sí—murmuré—. Son nauseas...
—¿Comiste algo malo? —preguntó.
<<No precisamente, pero pusiste un bebé dentro de mí, así que es normal que tenga vómitos>>
—Supongo que me hizo daño la cena de ayer—mentí.
Me senté sobre mis rodillas y recargué mi cabeza en el pecho de mi esposo, él soltó una pequeña risa y asintió, mis antojos habían comenzado a ser demasiado extraños, tanto que la noche anterior que habíamos decidido salir a cenar por primera vez a Sicilia, había decidido combinar cosas que a mí me parecían realmente deliciosas, pero que eran extrañas en todo el sentido de la palabra.
—No volverás a comer pasta con helado—murmuró—. Eso debió ser lo que te hizo daño o quizás la hamburguesa con champiñones... Dios, eso daba cosa, no eran champiñones normales—murmuró riendo.
—No te burles de mis combinaciones, Conall—murmuré—. Son deliciosas...
—Dios... por supuesto que no lo son—aseguró riendo—. Pero... no me molestaría conseguirte esas extrañezas culinarias con tal de ver esa sonrisa en tu rostro.
—Dios, Conall—murmuré sintiendo que las lágrimas se acumulaban en mis ojos—. No puedes decirme esas cosas y esperar que mis emociones no reaccionen a ello...
—tengo demasiada curiosidad por saber cuáles son los motivos de tus emociones...
—Bueno será porque pusiste un b...
Antes de que pudiera terminar la frase, escuché que mi teléfono comenzaba a sonar desde la habitación, solté un bufido y me levanté rápidamente para correr a coger la llamada, me reprendí mentalmente ser tan descuidada y estar a segundos de decirle que estaba embarazada, Claro que quería que él lo supiera pero no quería que fuese de una manera ordinaria, cuando le dijese que estaba embarazada quería que fuera algo realmente bonito.
—¡Mami! —chilló mi hijo del otro lado.
—Hola, mi amor—murmuré poniendo el teléfono para ver su rostro alegre—. ¿No es muy temprano en Suiza?
—Mi día comienza a las 5:00 de la mañana, mamá, ya te lo había dicho antes—murmuró riendo—. ¿Recuerdas que hace un par de semanas te conté sobre que había un concurso de talentos en mi escuela?
—En donde tú eras el representante de uno de los experimentos de robótica más importantes ¿cierto?
—¡Sí! —chilló—. Mami... ¡Fui seleccionado porque soy el ganador!
—¡Oh, mi Dios! —grité llenándome de alegría—. ¡Muchas felicidades mi niño, debes estar realmente feliz por haber ganado, tenías mucha ilusión de ganar ese concurso y estoy realmente orgullosa de ti!
—Gracias, mami—murmuró—. Creí que no ganaría porque había muchos inventos más grandes que el mío pero gané, realmente gané y eso me gustó.
—Me dijiste que para tu premio tendríamos que ir tu padre y yo... eso es un poco difícil ahora corazón, tu padre...
—Tío Hunt me acompañará a recoger el premio, después de ello tendré vacaciones durante un par de semanas y después deberé regresar al siguiente semestre, pero mis maestros dijeron que puedo viajar a casa—murmuró—. ¿Puedo hacerlo mamá? No quiero llegar a interrumpir.
—Jamás nos interrumpirías mi niño, estamos realmente felices de que quieras venir con nosotros y por supuesto que te aceptaremos, solo diles a tus tíos que me informen cuando vengas a camino hacia acá, debemos tener demasiada seguridad después de lo que trataron de hacerle a papá...
—Lo sé, mami—murmuró—. ¿Papi está mejor? quiero hablar con él pero no sé qué puedo decir o que no me da miedo que no me vaya a recordar nunca más.
—Papá nos va a recordar algún día de estos—murmuré—, pero recuerda que no puedes decirle a nadie que papi no recuerda quién es ni quiénes somos nosotros, pueden usarlo en nuestra contra y eso sería muy feo.
—Mami no le diré a nadie—murmuró—. ¿Está ahí contigo? Quisiera saludarlo aunque no puedo decirle demasiadas cosas.
Me giré en dirección a mi esposo, quien me miraba desde la entrada del baño con una sonrisa, le hice una pequeña seña con la cabeza y él sin dudarlo se acercó a mí, puso su mejor sonrisa para ver a nuestro hijo y pude ver los ojos llorosos de Niall al ver a su padre frente a él.
—Hola, pequeño—murmuró Conall—. Estas gigante... te pareces demasiado a mamá...
—Normalmente todo mundo dice que me parezco más a ti, de mamá tengo los ojos y la nariz, pero de ti tengo todo lo demás y eso realmente me gusta, me gusta parecerme a ti papá y aunque sé que no me recuerdas, te prometo que vamos a hacer que nos recuerdes pronto, La Última Vez que hablamos te dije y te prometí que te haría sentir orgulloso, así que ese día llegó porque ahora tengo un gran premio por haber ganado un concurso de robótica—murmuró mi hijo.
—Oh, mi niño—murmuré.
—No la recuerdo, sin embargo estoy demasiado orgulloso de ti pequeño, lograste superarte a ti mismo—murmuró y pude ver sus ojos llorosos—, estoy completamente orgulloso de ti, me pequeño valiente.
—Gracias, papi—murmuró—. Debo dejarlos, solo quería avisarles que había ganado para que estén al pendiente, mis tíos me acompañarán a recoger el premio, pero después de eso viajaremos de regreso a Sicilia, llegaríamos mañana o pasado mañana... todo depende de la velocidad en la que nos entreguen el premio.
—¿Tan pronto viajarán?
—Mami llegué a mitad del semestre, aunque no me atrase demasiado porque logré ponerme al corriente, ya terminó y nos dan 2 semanas de vacaciones para que podamos ir con nuestras familias.
—De acuerdo... tus tíos llevan todo un equipo de seguridad en el jet, así que mantente cerca de ellos cuando estén viajando y cualquier cosa sabes lo que debes hacer.
—Sí mamá, sé lo que debo hacer así que no te preocupes y no sientas que tienes toda la responsabilidad sobre mí, te prometo que estoy bien y que vamos a vernos pronto—murmuró—. Papi, cuida a mami... llegaré pronto y podré cuidarlos a los dos.
—Te amo, mi niño—murmuré.
—Y yo a ustedes, papis—respondió—. Debo irme...
Antes de que pudiera contestarle alguna otra cosa la llamada se cortó, y fue cuando sentí que varias lágrimas resbalaban por mis mejillas, estaba realmente consternada por las palabras de mi hijo, él había tenido que crecer de golpe desde que era un bebé y eso era algo que me habían dicho los especialistas, Claro que era inteligente por sí mismo, era capaz de aprender cientos de cosas en una hora, sin embargo, también tenía que ver el hecho de que había crecido de golpe y que ni siquiera había disfrutado su primera infancia.
—Es demasiado inteligente—murmuró Conall—. ¿Qué ocurre?
—Sólo son las emociones que me golpean—murmuré—. Niall tuvo que crecer muy rápido desde que nació, desde que supe que es mi hijo me he culpado por no haber estado con él desde los primeros días de vida, él debió haber tenido una infancia feliz, sin embargo estuvo con los padres de tu exesposa, quienes lo obligaron a crecer demasiado rápido y después pasaron tantas cosas que él se obligó a ser un niño en lugar de un bebé—aseguré.
—Bueno, en definitiva sacó tu fuerza, mi muñequita—murmuró—. Ese pequeño niño jamás va a culparte por lo que le ocurrió, al contrario te va a agradecer porque en los años que has estado con él lo has criado como debió haber sido desde el inicio, es un niño inteligente y no importa la manera en que haya nacido, aunque tuvo un poco de inferencia el hecho de que haya tenido que crecer rápido, ese niño nació con una inteligencia realmente grande y estoy seguro de que proviene de ti.
—Dios, no puedes decirme esas cosas, de verdad terminaré deshidratándome—bromeé.
—Bueno, siempre estaré protegiéndote de todo, pequeña—murmuró—. ¿Qué quieres de desayunar?
—Parece que tu padre ya vino a cocinarnos, aunque no estoy segura de querer comer algo...
Mi esposo soltó una pequeña risa mientras ambos comenzábamos a bajar las escaleras, ya me había quitado la pena de que me vieran en pijama, en ese momento lo que menos quería era ponerme algo diferente, por alguna razón quería tener solamente una pijama que lograra cubrir mi cuerpo y no pensaba salir de casa porque realmente lo único que quería era descansar.
Bajamos las escaleras y como lo sospechaba mi suegro se encontraba cocinando, no era que estuviese invadiendo nuestra privacidad, sino más bien que se preocupa porque yo estuviese comiendo como debía, realmente se estaba convirtiendo como en un padre para mí, mis padres estaban lejos y aunque los quería cerca sabía que ellos estaban concentrándose en la organización militar que debían mantener a flote y además, mi suegro era una de las tres personas que sabía que yo estaba embarazada, por lo que era bueno tenerlo cerca.
—Buenos días—murmuró—. Estoy preparando huevos con bacón, espero realmente les gusten porque ha sido un poco difícil conseguirlo en domingo, pensaba en no venir a prepararles el desayuno, pero quiero asegurarme que ambos estén comiendo como deben, ayer no me dejaron prepararles la cena.
—Y ella se levantó con náuseas por no haber comido en casa—murmuró Conall.
—¿Nauseas? ¿Te sientes mal?
—No—murmuré riendo—. Estoy bien... son nauseas completamente normales porque ayer comí algo que no debía, sobrecargué mi estómago y simplemente me dieron náuseas, además sabes que eso es más normal de lo que creemos.
—¿Segura que no te sientes mal? Quizás los medicamentos comenzaron a caerte mal en el estómago y necesitamos cambiarlas inmediatamente ¿has estado tomando todo con regularidad?
—Lo he estado haciendo Ken—murmuré—. Te prometo que me encuentro completamente bien solo han sido algunos efectos secundarios que sabíamos tendría, estoy perfectamente bien y no quiero que te preocupes por ello ¿De acuerdo?
—Dios—murmuró—. No puedes pedirme que no me preocupe cuando...
Antes de que pudiera terminar la frase, mi esposo salió corriendo de la cocina, cubriendo con su mano su boca. Fruncí el ceño al darme cuenta de que esa era una acción que yo normalmente realizaba cada que quería vomitar, no me detuve demasiado tiempo y comencé a correr en dirección de mi esposo, para averiguar qué era lo que le estaba ocurriendo.
Lo encontré de rodillas frente al váter, devolviendo todo lo que había en su estómago igual que yo lo había hecho minutos atrás, me acerqué a él para dar pequeños golpecitos en su espalda y asegurarme de que no supiera que estaba ahí para él, eran realmente extraño que estuviese vomitando y eso me decía que quizás realmente la comida de la noche anterior había estado mal.
—Dios, no veas esto—murmuró.
—Tú viste lo mismo en la mañana... así que déjame estar para ti como tú lo estuviste hace rato, creo que en realidad sí nos hizo daño la comida...
—O está teniendo síntomas espejo—murmuró Kennett—. ¿Conall, has sentido algo más? No sé cómo antojo de cosas extrañas o quizás nauseas por algo que jamás te habían dado.
—¿Los panqueques cuentan? Tienen un olor demasiado dulce y me dieron asco, no es tu comida sino como que mi estómago está demasiado revuelto como para procesar que debo alimentarme de algo...
—Oh, Dios—murmuró riendo—. Había escuchado algo de los efectos espejo, pero jamás había visto un caso en persona.
—¿De qué hablas?
—solo yo me entiendo hijo, y dado que los panqueques te hicieron querer vomitar todo lo que había en tu estómago, me aseguré también de picar un poco de fruta y exprimir naranjas frescas, así que vayan a comer, mientras yo me encargo de limpiar todo esto—murmuró señalando la taza del baño—. Después me gustaría hablar un poco contigo Key... un pajarito me dijo que tenías cierto antojo de chocolates y creo que debemos hablar sobre ello.
Solté una pequeña risa y asentí, seguí a mi esposo hasta en la cocina para que pudiésemos comer algo después de vaciar todos nuestros estómagos en el váter, realmente parecía algo fantasioso que él estuviese experimentando náuseas al igual que yo y más aún con algo que nos encantaba, me había despertado por la mañana por el mismo olor a panqueques, era una broma demasiado dulce y parecía que a mi bebé eso no le gustaba.
Cuando terminamos de desayunar mi esposo se encargó de lavar todos los platos que habíamos utilizado, además de los sartenes que su padre había tomado para cocinarnos, realmente le agradecía a mi suegro que estuviese ahí para nosotros, era el único que sabía la realidad y me gustaba saber que podíamos tener la confianza necesaria para cuidar de nosotros y de nuestro bebé. Me encargué de tomarme las vitaminas, el ácido fólico y todo lo que me habían recetado para tener un embarazo tranquilo, pero apenas llevaba cuatro semanas de embarazo y ya pintaba que sería algo realmente memorable.
—Iré a hablar con tus padre, seguramente quiere hablar de algunos asuntos referentes a nuestro negocio, después podemos estar juntos y quizás planear algo para recibir a nuestro hijo ¿te parece bien?
—Por supuesto, muñeca—murmuró—. Ve, yo me encargaré de limpiar un poco la casa, no lo hemos hecho desde que llegamos, después me pondré a preparar la comida para que ambos nos alimentemos como es debido y quizás al final podamos ver una película ¿te parece bien?
—Suena un plan perfecto—murmuré con una sonrisa—. Iré a hablar con tu padre...
Mi esposo asintió, antes de alejarse de mí y caminar hacia la cocina dejándome completamente sola en el comedor, sonreí y me puse de pie para dirigirme a la biblioteca. Donde sabía mi suegro me estaría esperando, en cuanto entré me regaló una pequeña sonrisa y me señaló uno de los sillones que estaba vacío.
—¿Qué ocurre?
—Sólo quería saber cómo estás, sé que te cuesta hablar de ello frente a él porque sigues sintiendo que va a decirte o a preguntarte demasiadas cosas que no estás lista para responder.
— Tengo miedo de que cuando se lo diga todo se esfume y sea solo algo que mi cabeza está inventando para sobrellevar el dolor, sé que suena estúpido pero hemos pasado por tanto que... siento que la vida me lo va a arrebatar.
—No suena para nada estúpido, ustedes han luchado contra corriente durante toda su relación, han estado navegando a ciegas y después con demasiada luz, así que no es estúpido sentir que de un momento a otro se va acabar y te vas a quedar completamente sola, es algo que sientes por el simple hecho de que tienes miedo—murmuró—. Es normal tener miedo, es algo completamente normal hacerlo porque sin el miedo nosotros no podríamos avanzar, no existiría un sentido correcto al cual debíamos ir.
—Pero ese miedo me está bloqueando —murmuré—. No estoy disfrutando la etapa que tantas veces quise tener, no estoy disfrutando para nada el embarazo que había estado buscando con mi esposo durante meses...
—¿Y por qué no lo estás haciendo?
—Porque tengo miedo—murmuré—. Y además de eso por qué él no me recuerda...
—¿Vas a esperar que te recuerde para que tú le reveles que estás esperando un hijo suyo? —preguntó—. Creo que lo que la doctora te dijo la última vez que hablaste con ella es algo cierto, necesitas tener el apoyo de tu esposo ¿y ahora tú misma se lo estás negando, por el miedo irracional que sientes al creer que él te va a rechazar o algo así?.
—Ese era mi miedo antes, ahora sé que él no me abandonaría por qué me ha estado demostrando desde que despertó que me ama incluso sin saber quién soy, ese no es mi verdadero miedo, mi miedo ahora es que si se lo digo y si esto llega a salir mal, estoy segura de que me va a odiar.
—Estás cuidándolo de decepcionarlo—comprendió—. ¿Pero quién te está cuidando a ti de decepcionarte? No estás sola en el mundo y el trabajo de hacer un bebé fue cosa de ambos, así que no es porque sea mi hijo, pero creo que mi promesa de protegerte implica que también se lo digas, porque yo no estoy contigo todo el tiempo y él lo está, así que si queremos estar al tanto de ti y de tu bebé, tu esposo debe saberlo.
—Se lo diré la próxima vez que tengamos una cita con la obstetra—murmuré—. Amo a tu hijo como a nada en el mundo, sin embargo, tengo miedo de decirle que estamos esperando un bebé y después arrebatarle la esperanza.
—No vas a perder a este bebé—murmuró—. Estoy seguro de ello... ese bebé es más deseado que nada y estoy seguro de que Dios va a apiadarse de ustedes para que tengan lo que desean.
—Gracias, Kennett—murmuré.
—Lo que sea por mi nuera y mi nieto, ahora deberías ir a ver a mi hijo estoy seguro de que los síntomas espejo están siendo realmente duros para él—se burló.
—¿Dices en serio lo de los síntomas espejo?
—Cuando su madre estaba embarazada de él y comenzó a tener náuseas y ascos, éramos dos. Así que supongo que eso también es herencia—murmuró.
Solté una carcajada sin poder evitarlo, no estaba segura de que fuesen síntomas de embarazo lo que mi esposo tenía pero era realmente gracioso creerlo, después de todo nuestra conexión siempre había sido especial y en realidad no sonaba tan descabellado que tuviese los mismos síntomas que yo.
—Debo irme ahora, no te lo había comentado antes porque no quería que te sintieras abrumada, pero tus padres me solicitaron que vaya a la Gran Ciudad, les dije que por el momento hasta que mi hijo no recupere la memoria no voy a estar al 100% allá, sin embargo voy a estar dándome vueltas para poder ayudarlos con mantener a flote la base militar—murmuró—. Tus padres son los mejores ministros que cualquier organización militar pueda tener, sin embargo necesitan una mano, dado que su hija ahora es la reina de la mafia necesitan más apoyo que nunca.
—Lo sé—murmuré—. Si te soy sincera cuando comenzamos con ese tratado, quise por un momento dejar mi puesto como reina, pero también me di cuenta de que este siempre había sido mi lugar, en la milicia era feliz pero no me sentía yo y aquí....
—Por supuesto que siempre has pertenecido a la mafia, La mafia siempre estuvo a tus pies cuando eras soldado, solo necesitabas cambiar un poco de rango.
Solté una carcajada y asentí.
Después de unos cuantos minutos mi suegro salió de la biblioteca, tenía la intención de estar el resto de día con mi esposo, quizás podríamos recuperar el tiempo perdido, pues aunque me negaba cientos de veces, era Claro que lo deseaba, no era un pecado y tampoco era un delito, pero se sentía extraño desear a alguien que quizás no me deseaba como yo a él.
Escuché que mi suegro mantenía una conversación con mi esposo, me quedé pensando en la situación o en cómo podría abordar el hecho de que lo deseaba y que quería que me hiciera suya como tantas veces lo había hecho, era mi esposo después de todo pero quizás el pedirle que me hiciera suya podía abrumarlo.
Mientras esperaba me recosté un poco en el sillón, el cansancio cada vez se convertía en más y más, mi doctora afirmaba que se trataba de que mi cuerpo estaba cediéndole los nutrientes a mi bebé, por eso era algo completamente normal y como era de esperarse el cansancio volvió a consumirme y antes de que pudiera siquiera pensar en llegar hasta mi habitación, me quedé completamente dormida en el sillón de la biblioteca.
Dejé que mi cuerpo descansara, después de todo estaba produciendo vida en mi interior y necesitaba toda la fuerza que pudiese para hacerlo, al ser la cuarta semana estaba realmente feliz por ello, oficialmente había cumplido un mes desde el momento en el que mi hijo había sido concebido en mi vientre. Me sentía feliz, después de todo era lo que más anhelaba y lo que más había querido durante toda mi vida y aunque mi esposo aún no sabía que seríamos padres, estaba planeando decirle, necesitaba saber la verdad pues él también merecía sentir la alegría que yo sentía al saber que seríamos padres, no quería ser una perra egoísta que no dijese la verdad.
Sentí una pequeña tensión en mis muñecas, pero no hice demasiado caso a ello. Me acomodé un poco, sin embargo me di cuenta en ese preciso momento que estaba completamente atada, abrí los ojos de golpe al sentirme vulnerable y saber que si yo lo estaba mi hijo también estaba en peligro.
Unos ojos cafés aparecieron frente a mí y todo mi cuerpo tembló en terror, quise gritar en ese instante pero me di cuenta de que mi boca estaba cubierta por una tela sucia, ni siquiera sabía qué mierda estaba ocurriendo y el miedo me embriago completamente, en ese preciso instante pude ver detrás de ese maldito hombre a otros dos, los dos que me habían jodido la vida como nadie lo había hecho jamás.
—Mi pequeña cachorrita... ya te extrañaba—murmuró con sorna—. Aunque debo de ser sincero, no me sirves estando preñada, pero no te preocupes de eso nos encargamos nosotros.
Antes de que pudiera preverlo, vi como el otro par de bastardos, que tenían cicatrices por todo el rostro, se acercaban a mí y sin darme tiempo siquiera de tratar de alejarme o de proteger mi abdomen, encajaban en lo más profundo de mi ser las cuchillas que llevaban en sus manos. La sangre no tardó en brotar de las heridas, y el amargo sabor del miedo me hizo perder completamente la razón, el dolor era inhumano y lo único que podía hacer era llorar.
<<No, mi bebé no>>
¿Qué les pareció esté capítulo?
¿Estamos listos para lo que viene?
¿Me extrañaron? porque yo sí, he estado solucionando algunos problemas de los que más adelante les hablaré, les doy gracias por seguir acá, espero sigan disfrutando de cada uno de los capítulos que vienen.
Los quiero, muñequitos. Y pronto les tendré una sorpresita...Desde ya les adelanto que lo que se viene es algo que he estado esperando compartir con ustedes. Cada capítulo nuevo será una pieza de este rompecabezas que hemos ido armando juntos. Me emociona pensar en las sorpresas que les tengo preparadas, porque esto es solo el comienzo.
Admiro mucho su paciencia y amor incondicional, y quiero que sepan que cada comentario y cada mensaje que me envían son un gran impulso para seguir creando. Estoy trabajando para mejorar y ofrecerles siempre lo mejor, así que no se despeguen, que la aventura apenas inicia.
Así que abróchense los cinturones y prepárense para lo que viene. ¡Va a estar increíble, se los prometo! Gracias por ser parte de esto, son la razón por la que sigo aquí. Les mando un abrazo gigante a todos y nos vemos pronto con más novedades. ¡Los quiero, muñequitos!"
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top