Capítulo 58.
Tormenta.
"Cada libro parte de las cenizas". Philip Roth.
A veces las nubes son demasiado oscuras como para indicarnos inmediatamente que se trata de qué se avecina una gran tormenta, aunque el Sol brille realmente fuerte nos damos cuenta de que las aves comienzan a refugiarse en los árboles, nos damos cuenta de que una tormenta se acerca por el horizonte, con vientos que destruyen todo a su paso y que son tan fuertes que son imposibles de detener para el ser humano.
Otras veces lo que nos indica que una gran tormenta está acechándonos es el aroma a Tierra mojada que llega de vez en cuando, traída por el viento que quizás es tranquilo pero poco a poco se va enfureciendo a su paso, quizás se debe a que la tormenta lo está empujando con tanta fuerza que incluso aunque quisiese detenerse no es posible.
Así es la vida, a veces a pesar de que nos damos cuenta de que la tormenta está acechándonos en el horizonte creemos que porque el Sol está del lado contrario brillando con tanta intensidad, la tormenta no va a llegar a nosotros y podremos permanecer en la tranquilidad que todos desean, sin embargo de repente nos damos cuenta dramáticamente de que estábamos realmente equivocados con lo que pensábamos, de un momento a otro las nubes colapsan sobre nuestra vida y se llevan todo a su paso con vientos feroces que son imposibles de detener para cualquiera.
Hay momentos en la vida que es tan ensordecedor el dolor que no podemos continuar sin sentir que el alma se nos parte en cada instante que damos un paso hacia adelante o hacia atrás, nos damos cuenta de que todo aquello que nosotros creíamos una verdad y algo que jamás se extinguiría porque existía amor o quizás era demasiado fuerte, en realidad era tan débil como una ligera rama de un árbol viejo, que con el mínimo peso se destruye y colapsa dejando absolutamente nada que nosotros podamos tener entre nuestras manos.
Dicen que hay momentos en la vida en los que debemos creer, en los que debemos rogar lo todos los santos que puedan existir, a las cientos de deidades que puedan escucharnos para solicitarles que la tormenta que está sobre nuestras cabezas desaparezca de un minuto a otro, que nos vuelvan a dar el control de nuestra propia vida y que no sea aquella condición que se nos puso injustamente quizás por creernos más valientes que el karma o el destino.
Nos damos cuenta de que en realidad no teníamos absolutamente nada estructurado en nuestras vidas, pues un simple relámpago llega y lo destruye absolutamente todo dejándonos sin nada a lo que nosotros podamos aferrar, llega y destruye absolutamente todo lo que puede existir en nuestras vidas y todo aquello que nosotros quizás sentimos era algo permanente.
La vida del ser humano es realmente frágil, por más que quisiésemos aferrarnos a la fuerza que puede existir en nuestro interior, no es posible hacerlo pues por más que queramos, la vida se vuelve completamente vulnerada y no podemos ser capaces de sobrellevar el dolor que implica la pérdida de algo o de alguien, porque aunque quisiésemos que todo lo que tenemos fuese eterno llega el punto en el que todo desaparece y aunque intentamos mantenerlo a nuestro lado, es completamente imposible hacerlo.
Por supuesto que si todos tuviésemos la oportunidad de elegir entre perder a alguien y perder nuestra propia vida, la mayoría de nosotros elegiría perder nuestra propia vida pues sí es alguien realmente importante, nos daremos cuenta de que si la sacrificamos nos servirá para absolutamente nada, por eso dicen que los villanos y los héroes son realmente diferentes, por qué un héroe es capaz de sacrificar a la persona que más ama para salvar al mundo y salvarse a sí mismo, pero para un villano, salva a quien más ama aunque sacrifique al mundo entero y su propia vida, no tiene valor igual.
Todos vivimos en un mundo en el que los héroes abundan, y donde se castiga al villano por el simple hecho de anhelar proteger a su flor amada, no se dan cuenta de que el verdadero villano es aquel mismo que se autonombra héroe, ese al que no le importa sacrificar a quien más ama con tal de regocijarse de haber ganado una batalla más.
Mi madre siempre me decía que condenaban al villano que protegía a su ser amado, pero vitoreaban al héroe al que solamente quería tener su nombre en estampillas, ella siempre me decía que cuando había conocido a mi padre, ella se había dado cuenta desde el primer instante que no era un héroe, él no se había ocultado tras una capa o tras una máscara de bondad, por el contrario le había mostrado su lado salvaje, el lado animal que todos tenemos para proteger a las personas que amamos y quizás eso era lo que había atrapado a mi madre.
Mi madre siempre me había dicho que no buscará un príncipe azul que estuviera dispuesto a pararse a mi lado para tomarse fotografías, que en su lugar me buscará un gran valiente Guerrero que estuviese siempre dispuesto a pelear mis batallas como si fuesen las suyas, a un hombre que estuviese dispuesto a volver cenizas el universo sin importar todas las represalias que eso conllevaría. Había encontrado a ese hombre y quería amarlo por el resto de mi eternidad.
Pero es cierto eso que dicen, que a veces cuando el Sol está brillando más fuerte en nuestras vidas y cuando creemos que nada puede hacernos perder La Paz que tenemos en nuestros corazones, llega algo y nos arrebata todo aquello que nosotros creíamos tener completamente estructurado. Nos damos cuenta de que el Sol en realidad estaba llegando a su ocaso y que las nubes negras que anunciaban una tormenta estaban más cerca que nada, en ese momento es cuando nosotros nos damos cuenta de que en realidad la tormenta siempre estuvo anunciándose, pero nosotros estábamos demasiado concentrados en ver la fabulosa luz del sol que no prestamos atención a ello.
Me había concentrado demasiado pensando que nuestras vidas estaban completamente tranquilas, que había olvidado por completo que para tener una vida tranquila necesitaba volver a nacer, no tenía ni la menor idea de qué era todo lo que estaba azotando a mi vida, después de creer que todo estaba completamente bien se había ido al carajo, absolutamente todo había colapsado frente a mis narices y no me había dado cuenta ni siquiera de todo el daño que se estaba provocando.
La tormenta no se forma de un momento a otro, necesita cientos de factores para llegar hacer una tormenta destructora, lo mismo pasa en nuestras vidas, una tormenta que llega a destruir todo lo que hemos construido no se forma de la noche a la mañana, quizás es algo que nosotros nunca prestamos atención o que creímos muerto, pero nos damos cuenta demasiado tarde de lo grande que se ha vuelto.
Quizás la vida nos advertía una y otra vez que estábamos a punto de enfrentar la tormenta más fuerte de nuestras vidas, que no se comparaba absolutamente nada con lo que habíamos vivido anteriormente, quizás era el último golpe que nos daría para después si sobrevivíamos dejarnos vivir con completa tranquilidad, o al menos eso era lo que le suplicaba al cielo, que ese golpe que nos había dado fuese el último para que pudiésemos están nuevamente tranquilos y poder construir todo aquello que nuestros corazones anhelaban.
Las tormenta había azotado de pronto en nuestras vidas ni siquiera habíamos estado preparados para el dolor que acarrearía esa tormenta, quizás porque creíamos que nunca más volveríamos a sufrir el mismo dolor que ya nos había azotado antes.
Había pasado justamente una semana desde que todo se había ido al carajo, una semana desde que había visto mi alma perderse tras ver a mi esposo conectado con cientos de cables por todo su cuerpo. Como lo había prometido mi tío, había salido bien de la operación que había tenido durante casi diez horas, pero por desgracia lo habían tenido que inducir al coma para que su cerebro se recuperara completamente.
Eso me tenía con un pie en la desesperación, pero la mayor parte de mí se encontraba en la cordura porque no podía dejarme caer cuando todos dependían de mí, mi padre y Lev habían sido dados de alta, ambos se encontraban con yesos pero aun así estaban a salvo y pronto podrían estar completamente recuperados para volver a la acción.
Mi madre y mi padre habían regresado a la Gran Ciudad, Claro que no querían dejarme sola en un momento tan vulnerable para mí, pero también habían coincidido en que nos funcionaban más estando en la base militar para ayudarnos a buscar a todos los bastardos que habían provocado el accidente, que sólo haciendo bola en el hospital de Rusia.
—Esta mañana se encuentra bien—murmuró Charly—. La inflamación ha reducido a un tamaño normal, así que retiraremos los medicamentos que lo inducen al coma, pero quizás ni siquiera despierte en las próximas 72 horas.
—De acuerdo—murmuré.
Como cada mañana mi tío le había realizado una evaluación a mi esposo, afirmaba que estaba recuperándose rápidamente y era algo completamente bueno porque pronto podría estar a salvo, en el momento en el que despertara todo estaría bien y yo estaba completamente segura de que mi alma volvería a estar completa.
—Quizás sea momento de que dejes de evadir a tu hijo, ese niño es listo y estoy seguro de que estás sospechando que hay algo malo que está ocurriendo, no debes ocultarle que su padre está herido.
—No quiero preocuparlo, por fin está teniendo una vida normal en un colegio y no quiero que sienta que estamos obligándolo a volver.
—Estoy completamente seguro de que tu hijo no piensa eso—murmuró—. Tú hijo ha estado en peores situaciones y siempre logra sobrellevarlo, creo que debes decirle lo que ocurre, no es un bebé.
—Tratare de encontrar las palabras para decírselo, ya ha tenido que enfrentar demasiado dolor con sólo cinco años, no quiero ponerle más sobre sus hombros.
—Tu hijo es inteligente, él entenderá completamente lo que tengas que decirle, pero creo que si no lo haces pronto puede que se enoje contigo, no deberías tomar la decisión de si él quiere estar aquí con su padre o no.
—No lo había pensado de esa manera... solo estaba protegiéndolo del dolor.
—Deberías llamarlo y decirle lo que está pasando... estoy completamente seguro de que tu hijo lo entenderá...
Asentí.
Mi tío salió de la habitación dejándome completamente sola con mi esposo, me dolía verlo ahí completamente quieto sin moverse, los moratones que tenía en su rostro habían cambiado notoriamente de color, sus heridas estaban sanando rápidamente y las quemaduras que tenía en su torso y algunas partes de sus brazos, también estaban sanando con gran rapidez.
—Dios... necesito que te despiertes para darle buenas noticias a nuestro hijo...
Sabía que Niall podía enojarse conmigo, que podía culparme por no haberle dicho que su padre estaba mal, pero lo había hecho porque no quería preocuparlo u obligarlo a que dejara toda su vida que estaba construyendo para ir con nosotros, él estaba convirtiéndose en un gran niño con una mente brillante, no quería arrebatarle eso que por fin estaba teniendo, una infancia como siempre debía haberla tenido.
Justo estaba pensando en ello cuando mi celular volvió a sonar, no había permitido que mi hijo hiciera videollamadas con nosotros, siempre le decía que habláramos por teléfono pues no había mucha cobertura en donde estábamos, le había estado mintiendo y eso realmente me dolía, pero no quería dañarlo o dañar su bonita infancia que estaba teniendo.
Suspiré y contesté la llamada.
—¡Mami! —chilló con alegría—. ¿Adivina qué? ¡Ya dieron los resultados del concurso y soy el primer lugar!
—Mi amor... estamos muy muy orgullosos de ti—murmuré borrando cualquier rastro de dolor de mi voz.
—¿Papá está escuchándome?
Sentí un pequeño nudo en mi estómago, sin pensarlo demasiado tiempo coloqué el icono para poner en altavoz la llamada.
—Ahora te está escuchando, pero no puede contestar...
—¿Qué ocurrió? ¿Por qué no puede contestar papá? Ahora que lo pienso no he hablado con él desde hace una semana ¿está todo bien?
—Cuéntale a papá que es lo que está pasando, quizás así lo ayudes...
Por más que quise evitarlo mi voz se quebró al pronunciar esas palabras, escuché del otro lado cómo se cerraba una puerta y estaba segura de que mi hijo se había alejado de todos los que estaban a su alrededor.
—¿Mami? ¿Por qué estás llorando? ¿Papá está bien?
—Mi amor... perdón por habértelo ocultado de verdad, no podía decírtelo porque...
—Porque no quieres arrebatarme la infancia que ahora me estás dando—murmuró—. Desde la primera llamada que hicimos, supe que algo me estabas ocultando... no eres muy buena ocultando cosas a tu hijo, mamá... ¿qué le ocurrió a papá?
—Tú sabes lo que somos nosotros, que siempre hay malas personas queriendo hacernos daño y esa era una de las principales razones por las que no quería enviarte a una escuela tan lejos de nosotros—murmuré—. La razón por la que tampoco quería que tus abuelos se fueran de casa o por la que no quería que tu padre viajara...
—Mami... ¿Atacaron a papi?
—Sí, pequeño—murmuré—. Ellos estaban camino al aeropuerto para regresar a casa y los atacaron, tuvieron un accidente y tu padre...
Mi corazón se hizo pequeño, no tenía ni la menor idea de cómo podría explicarle a mi hijo que su padre estaba vivo pero estaba completamente dormido y no sabríamos el verdadero daño que había en su cerebro hasta que despertara.
—¿Papi está bien?
—Tu padre tenía un golpe en la cabeza, por el impacto así que tuvieron que dormirlo para que sus cerebro sane.
—¿Tiene algún traumatismo craneoencefálico? El mejor tratamiento para ello es inducirlo al coma con medicamentos que harán que su cerebro se desinflame—murmuró—. ¿Le están aplicando ese tratamiento, mamá?
Sabía que a mi hijo no tenía que hablarle como si fuese un niño, eso lo había aprendido en la segunda semana de mi carrera, mi hijo lo había aprendido a la semana y media de haber cumplido 5 años. Claro que era algo de esperarse, mi hijo era realmente inteligente.
—Tuvo un traumatismo craneoencefálico—murmuré—. Tío Charly lo trato y como lo dijiste, lo indujo al coma para que su cerebro sanará completamente, no podíamos arriesgarnos a que si lo manteníamos despierto el daño empeorará.
—Hablaré con mis compañeros que están con medicina—murmuró —. Seguro de ellos pueden encontrar un tratamiento más rápido para que el cerebro de papá se desinflame...
—Perdón por no habértelo dicho antes, mi niño...
—No te preocupes mamá estabas preocupada por cuál sería mi reacción, aquí me han enseñado que debo mantener la calma incluso cuando sienta que estoy perdiendo nuevamente a todos los que amo—murmuró—. No te preocupes por mí, preocupante porque papi se recupere pronto y dime cuando sea así...
—Mi amor... es imposible que no me preocupe por ti, soy tu madre—murmuré.
—No te preocupes por mí, mamá, te prometo que aquí estoy bien.
—¿No quieres que envíe un jet para que te traiga con nosotros? —interrogué.
—Estoy bien aquí—murmuró—. Preocúpate por papá ahora mamá, yo estoy muy bien aquí y te prometo que no estaré todo el tiempo preocupado por papá, pero si voy allá... seguramente sólo me la pasaría preocupado por papá y no podría concentrarme en lo que me gusta.
—Eres mi pequeño gran valiente.
—Siempre dices eso mami—murmuró—. Eso significa que tú eres más valiente que yo, porque sin ti mami, yo no sería tan valiente... te amo, mami y te prometo que papá va a estar bien, pronto va a sanar y vamos a estar todos juntos de nuevo, o bueno ustedes dos estarán juntos y yo los veré juntos desde acá.
—Mi pequeño niño, tan inteligente—murmuré—. Estaré aquí cualquier cosa que necesites y creo que dadas las circunstancias de que nos atacaron creo que mandaré a alguien para que esté a tu lado ¿estás bien con ello?
—¿Eso te hace sentir tranquila a ti, mami?
—Me haría sentir muy tranquila, pequeño...
—Bien entonces envía a quien tengas que enviar, aunque te prometo que estoy completamente bien y aquí no hay ninguna amenaza, con todos los guardias que enviaste, es imposible que atraviesen los muros de la academia—aseguró—. ¿Papi me está escuchando?
—Estás en altavoz, pequeño.
—Papi... recupérate pronto para que mami ya no esté triste, te amo y prometiste que me enseñarías a jugar fútbol y dijiste que nunca rompes tus promesas. A ti también te amo, mami.
—Y nosotros te amamos a ti pequeño saltamontes—murmuré—. Prométeme que me mandaras mensaje si crees que estás en peligro. De todas formas, enviaré a personas de confianza para que estén al cuidado de ti.
—Está bien mami, te prometo que te llamaré si me siento en peligro... me sentiría bien si viniera a alguien que yo conozca.
—Enviaré a alguien que tu conozcas—murmuré—. Te amo demasiado mi niño.
—Y yo te amo a ti, mami...
Mi hijo cortó la llamada antes de que pudiera volver a despedirme de él, ese pequeño niño era realmente inteligente, me sentía realmente estúpida por haberle ocultado algo tan importante, pero también lo había hecho porque no quería que su cabeza pensara demasiado las cosas que estaban afectándome a mí. Pero también sabía que lo había hecho porque no quería que mi niño se preocupara demasiado, sabía que tenía una mente enorme y un corazón lleno de amor que no soportaba ver sufrir a los que amaba, parecía realmente lejano ese pequeño niño que aún lloraba cada que teníamos que salir lejos y no lo podíamos llevar ahí.
La puerta se abrió dejando paso a la enfermera que se estaba encargando de alimentarme por órdenes de mi tío, Le di una pequeña sonrisa mientras le señalaba la mesita de noche que había en la habitación, ese lugar se había convertido como en un pequeño hogar, dormía en el sillón que eres realmente cómodo, me alimentaba de la comida del hospital y tomaba duchas en el baño de la misma habitación, por el simple hecho de que me negaba a alejarme de mi esposo.
—El doctor ordenó que no alimentáramos a su esposo, ya que está recuperándose de los medicamentos que lo mantuvieron en coma, durante la evaluación nocturna el doctor nos ordenará si ya debemos alimentarlo o sí seguirá en ayuno hasta mañana—aseguró.
—Te lo agradezco—murmuré con una sonrisa—. ¿Volvieron a prepararme tortitas de avena con esta deliciosa espinaca? Que yo recuerde no sé encuentra en el menú.
—Todos queremos que su estancia aquí sea agradable, ya tiene suficiente con su esposo como para que también tenga que lidiar con muy mala comida—aseguró—. ¿Necesita algo más?
—No, gracias, Tatiana—murmuré.
—Sabe que si necesita algo más se lo traeré inmediatamente.
—Te lo agradezco.
La mujer mayor dio una gran sonrisa hacia mí antes de darse la vuelta y salir de la habitación, solté un suspiro cansado al darme cuenta de que todos estaban ahí conmigo haciéndome sentir mejor en todo momento para que dejara de pensar en que mi esposo estaba en coma, no sólo eran mis familiares y mi equipo, también eran algunos doctores y las enfermeras que se esperaban por tratarme bien, y no era porque fuese la reina de la mafia, porque de eso eran contadas las personas que sabían la realidad de mí.
Me acerqué al plato de comida que se había convertido en mi favorito durante toda mi estancia en ese lugar, realmente había comenzado a adorarlo y era mi parte favorita de la comida del hospital, ese es delicioso manjar hecho de avena con espinacas y jamón. Corté un pequeño trozo de las tortitas y la pinché con el tenedor, sin demorarme demasiado tiempo lo llevé a mis labios para probar el delicioso sabor.
Mastiqué disfrutando la delicia culinaria, pero antes de que pudiera pensarlo, todo mi estómago se revolvió y las náuseas llegaron a mí como si se tratase de una bola de boliche sin lograr detenerse. Cubrí mi boca en el instante que sentí que una arcada llegaba a mi ser, corrí inmediatamente retrete de la habitación.
Me puse en cuclillas antes de que todo bocado que había probado durante la noche anterior saliera de mi estómago como si no tuviese ni una sola retención, pronto las arcadas comenzaron a invadirme con más fuerza y sin darme cuenta estaba vomitando absolutamente todo lo que había en mi estómago.
—Mierda—murmuré al ver el desastre en el retrete—. ¿Qué mierda comí?
Me apresuré a lavarme los dientes y bajar la palanca del baño para que todo eso se fuese por el desagüe. Bufé al darme cuenta de qué había devuelto mi almuerzo favorito, esa comida estaba bendecida y realmente era estúpido no poder disfrutarlo.
—Eres un niño inquieto ¿no? —pronuncié las palabras a mi estómago.
Cuando dio un paso para salir del baño, mis propias palabras me golpearon con fuerza y una alarma se encendió en mi ser. Corrí rápidamente hacia mi celular para checar el ciclo de mi periodo y en el momento que vi 10 DÍAS DE RETRASO, todo a mi alrededor se convirtió en una nebulosa de probabilidades.
Mi corazón comenzó a latir con gran frenesí al percatarme de lo que podía significarse el hecho de que tuviese dos de los síntomas que la doctora había afirmado podían significar un embarazo, de repente sentí como mi respiración se agitaba y era como si todo a mi alrededor se convirtiese en lo que siempre había deseado.
No dude ni un segundo en marcar el número de mi ginecóloga, sabía que quizás era un acto completamente impulsivo, que no debía hacerme ilusiones porque podía ser que nuevamente fuesen derrumbadas catastróficamente como lo había sido durante los últimos meses, instintivamente tomé la mano de mi esposo, esperando la respuesta de la doctora.
Tras tres tonos escuché una suave melodía que seguramente se trataba de la música que siempre mantenía en sus consultorios, su voz suave inmediatamente llegó a mis oídos y me di cuenta de que realmente no lograba escuchar lo que me decía, mi mente se encontraba demasiado perdida en ello.
—Creo que estoy embarazada—murmuré.
—Repite lo que dijiste, querida.
—Creo que estoy embarazada—murmuré—. Yo... creo que estoy embarazada...
—Keyli, necesitas tranquilizarte y no entrar en pánico—murmuró—. Ahora dime qué es lo que está sintiendo para decir esto.
—Yo...
Ni siquiera yo sabía cómo explicar eso que sentía, de repente fue como si sintiese que realmente había algo en mi interior. Apreté con más fuerza la mano de mi esposo, esperando que volviera a estrecharme él con la misma fuerza que yo lo había hecho, una lágrima descendió por mi mejilla y el pánico de repente me embriagó, Claro que era lo que más había estado anhelando durante los últimos meses, pero tenía terror al saber que el hombre que amaba se encontraba en coma.
—Escucha, creo que te encuentras en un ataque nervioso y de pánico, necesitas estar con tu esposo para que te dé el reconforte que necesitas ¿Podrías ponerlo al teléfono, linda?
Ella sabía que me encontraba en Rusia pero no sabía a ciencia cierta cuál era el motivo por el que me encontraba ahí, había decidido que no quería que la noticia de mi esposo accidentado llegara a oídos equivocado, ya había alguien que había querido terminar con su vida y no podía arriesgarme a que alguien llegara y terminar el trabajo.
—Él... yo...
La puerta se abrió para mi sorpresa, dejándome ver el rostro juguetón de mi hermano, tenía una gran sonrisa como si hubiese encontrado el regalo perfecto para Navidad pero su felicidad se esfumó inmediatamente al ubicarme a mí, por supuesto que se había dado cuenta inmediatamente de que algo me ocurría.
—Keyli—murmuró Hunt—. ¿Te encuentras bien?
Sin saber qué hacer realmente, estiré al teléfono en dirección a mi hermano. No podía ni siquiera pensar coherentemente y mi hermano siempre había sido ese pilar que siempre me hacía entrar en razón. Sin dudarlo un solo segundo se acercó rápidamente y se lo colocó en el oído.
—¿Quién mierda habla? —gruñó, pero su mirada se suavizó completamente seguramente al escuchar la respuesta de la doctora—. No tengo idea, entré a la habitación y ella parece perdida en sus pensamientos... ¿Su periodo? La doctora pregunta si has tenido tu periodo recientemente...
—No—susurré con el nudo en mi garganta haciéndose cada vez más enorme.
—Ella dice que no... —contestó al teléfono—. La doctora dice que según tu calendario debió haber llegado hace 10 días ¿Has tenido algún síntoma extra? ¿Qué síntomas de que supone que debería tener?
Mi hermano abrió con mucha sorpresa los ojos seguramente al recibir la respuesta de la doctora, me miró con profundidad esperando a que respondiera a las preguntas que seguramente estaba haciéndose en la cabeza y fue como si un pequeño rayo de calor se instalar en mi pecho al ver su sonrisa soñadora.
—Náuseas y vómito...—susurré.
Los ojos de mi hermano brillaron con más emoción, y una gran sonrisa que extendió en sus labios en el momento en el que seguramente la doctora le dijo los pasos que debía hacer para asegurarse de ello. Ni siquiera se detuvo a darme mi teléfono, como si fuese un niño pequeño muy emocionado, salió corriendo de la habitación.
Me quedé completamente consternada sin saber qué hacer o decir, mi corazón latía frenéticamente y no tenía ni la menor idea de cómo se suponía debía actuar ante la noticia, Claro que era la noticia que más había estado esperando, pero no pude evitar que el miedo me embriagara completamente.
—Amor... prometimos estar juntos en el momento en el que viéramos la prueba—susurré—. Por favor, necesito que despiertes, te lo ruego...
Mi corazón latía frenéticamente sin poder contenerse, era miedo, pero a la vez era un profundo anhelo de que esa prueba saliera positiva, quería que algo bueno ocurriera en esos días, pero otra parte de mí se negaba a que llegara en el momento que me sentía más vulnerable. Apreté con fuerza la mano de mi esposo buscando un poco de reconforté y seguridad, eso que él siempre me brindaba sin importar absolutamente nada, lo que me hacía sentir en mi lugar seguro.
Mi hermano regresó con la misma velocidad con la que se había alejado, sentí mi corazón latir desbocadamente en el momento en el que vi una pequeña cajita entre sus manos, una exhalación salió de mis labios y el terror volvió a embriagarme sin que fuera capaz de mantenerlo en mi interior.
—Hunt...
—La doctora dijo que te realices esta prueba, ella vendrá en cuanto pueda pero tú necesitas estar tranquila y realizarte esta prueba, me pidió que le enviara el resultado ya que tú estás demasiado consternada y seguramente por el resultado y estarás más—murmuró.
—Hunt... yo...
—Ya habrá tiempo de explicaciones—murmuró—. La doctora me dijo que te negarías a realizarte un ultrasonido en un hospital que tú no conoces y por médicos a los cuales no les tienes confianza, pero Charly...
—Nadie más puede saberlo—susurré—. Promételo, que sea cual resultado no le vas a decir absolutamente nadie... no estoy lista para todo lo que conlleva esto, apenas puedo procesar...
—No se lo diré a nadie, si tú lo decides así, seré el único que lo sepa si así lo quieres—murmuró—. Pero no voy a dejar que pases sola por esto y respetaré todas las decisiones que tomes.
—Tengo miedo, cualquiera de los dos resultados me asusta... lo hemos estado esperando durante tanto tiempo, pero no me imaginé jamás que él estaría en coma...
—Él va a despertar...
—Prometimos que lo haríamos juntos... —murmuré.
—Keyli...—murmuró—. La doctora dijo que es importante saber si es un positivo o un negativo, no sé mucho de cuál ha sido el proceso que han llevado para llegar a esto, pero ella dijo que si era un positivo debías comenzar inmediatamente con un tratamiento que ella te daría, si es un positivo debo llamarla para que venga inmediatamente aquí.
—¿Y si solo tú ves el resultado? —pregunté.
—Si eso te hace sentir más cómoda y tranquila, por supuesto que sólo yo veré el resultado—murmuró—. Y puedo decírsela a este tonto, quizás decida que debe regresar ahora...
Solté una pequeña risa, mi hermano era capaz de aligerar cualquier ambiente por más tenso que estuviera. Me regaló una dulce sonrisa antes de entregarme la cajita. Me adentré en el cuarto de baño, parecía que mis pies pesaban cada vez más y realmente me sentía abrumada por lo que pudiese decir esa prueba.
<<Para mayor eficacia realizar la prueba con la primer orina de la mañana.>>
Me di cuenta de que no había hecho orina durante toda la mañana, me había levantado por el sonido de mi tío, mi hijo me había llamado poco después y después la enfermera había entrado para entregarme el almuerzo que había desencadenado todo, así que no había mejor punto para realizar la prueba.
Realicé las instrucciones tal como estaban escritas en el empaque de la prueba, ni siquiera era capaz de controlar los temblores de mis manos. Me lavé las manos después de terminar de hacer lo que debía y coloqué la prueba en un lugar fijo como lo indicaba, no me atrevía ni siquiera a mirarla y estaba completamente segura de que un ataque de ansiedad estaba frente a mí.
—Keyli—murmuró mi hermano—. Ya pasaron los quince minutos...
Cerré los ojos y le pedí a mi hermano que entrara al cuarto de baño, él sin dudarlo abrió la puerta y dio dos pasos dentro del lugar, no quería mirar la prueba y decepcionarme.
—No me digas el resultado, sólo sal de la habitación y llama a la doctora para informarle, por favor tampoco hagas ninguna expresión.
Escuché sus pasos acercarse al encimera en donde había colocado la prueba, tal como se lo pedí no hizo ningún sonido que pudiese decirme el resultado, tampoco lo dijo en voz alta. Sin embargo, lo sentí acercarse a mí y depositar un beso sobre mi frente, no sabía lo que significaba eso y cuando lo escuché salir del baño la confusión me invadió completamente.
No sabía si era correcto ver la prueba sin mi esposo, o si eso me convertiría en una perra fría que no había esperado a su esposo para ver la prueba de embarazo, algo que habíamos estado anhelando los dos. Solté un resoplido de frustración, por saber el resultado.
—¿Si lo veo frente a él, vale como verlo con él? —me pregunté en voz alta.
Antes de que pudiera pensar más la respuesta a mi pregunta, mis piernas ya se encontraban moviéndose dicción a mi esposo, llevaba la prueba en la mano cubriendo la pequeña ventanita que indicaba si estaba embarazada o no, el momento más importante estaba frente a mí y aunque sabía cuál era la respuesta que quería, no estaba segura de ser la que necesitaba.
Ni siquiera procesé demasiado las cosas, pero si de algo estaba segura era que quería grabar la reacción en caso de que fuese un positivo, mi esposo y yo lo habíamos hablado y habíamos dicho que cuando sospecháramos pudiera ser un positivo, grabaríamos la reacción de ambos, coloqué el celular para enfocarnos a ambos y sin pensarlo mucho apreté el clic para que comenzara la grabación.
—Sé que dijimos que esto lo haríamos los dos juntos, y lo estamos haciendo los dos juntos solo que tú estás dormido—murmuré—. Si vas a despertar más te vale hacerlo ahora, por qué quiero ver la prueba y saber si vamos a ser padres, nunca habíamos estado tan cerca y ahora...
Cerré los ojos y mostré la prueba a la cámara, tratando de tomar valor. Tomé la mano de mi esposo con fuerza, esperando que realmente su subconsciente me escuchara y de un momento a otro despertará.
—3...2...1—giré la prueba y todo mi mundo se volvió una nebulosa.
La palabra que habíamos estado esperando apareció frente a mí, solté un pequeño grito de emoción y las lágrimas comenzaron a fluir inmediatamente de mis ojos, un gran <<Pregnant 3-4 Weeks>> estaba marcado en letras rojas.
Ni siquiera pensé demasiado en lo que hacía, me abracé a mi esposo sintiendo su calor abrazando al mío, sentía mis manos temblar y todo mi cuerpo parecía estar en un trance, había estado esperando tanto ese resultado que no podía ni siquiera creérmelo, parecía como si el destino me estuviese jugando una broma, dándome esperanza para volvérmela a arrebatar.
Y cómo hubiese deseado que por primera vez el karma y el destino se apiadaran de mí.
Un ronco y fuerte susurro se escuchó en el aire, algo que logró destruir completamente toda la burbuja de esperanza y amor que se había creado a mi alrededor, algo que llegaba a destruir completamente eso que yo sentía estaba bien.
—¿Quién eres?...
.
.
.
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Qué creen que ocurrió con Conall?
Les prometo que no es por hacerlos sufrir <3 ¿O sí? Espero les haya gustado esté capítulo y estén preparados para las sorpresas que trae está loca autora. ¡Los quierooo!
*Huye antes de que la linchen*
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