Capítulo 50.
Nuestro pequeño cerezo.
"Yo estoy en ti y tú estás en mi, mutuo amor divino"~ William Blake
Dicen que el amor que se siente por un hijo es único inexpresable, que cada momento es suficiente para dar el amor que se siente en nuestro corazón, que un hijo es la mayor bendición que puede existir, porque incluso aunque cuando crecen se vuelven un poco insoportables, todos pasamos por esa etapa.
Dicen que no es fácil criar a un hijo, es como criar a una pequeña semilla que va a absorber absolutamente todo lo que le digas y que quizás lo guardará en su memoria o que lo desechará cuando crea necesario, pero que sin importar absolutamente nada eso no quitará el vínculo que existe entre padres e hijos, pero que también es necesario alimentar ese vínculo, para que sea tan fuerte como para crear una confianza plena.
Es cierto que a veces es imposible criar a un pequeño como lo deseamos y que incluso es difícil desde el momento en el que se busca un embarazo, porque siempre existen miedos y dudas porque nadie nace sabiendo ser padre, son nuevos desafíos en los que iniciamos una nueva vida, pero que sin importar las incertidumbres sabemos que el amor será suficiente como para mantener a salvo a las personas que amamos.
El amor entre los padres y los hijos es el amor más puro e incondicional que existe, es hermoso ver cómo esa parte de ti va creciendo y se va convirtiendo en algo grande, Que cuando se hacen mayores son capaces de comprender el significado de tus palabras y que además se dan cuenta del mensaje que hay en tu corazón.
No puede existir un amor más hermoso y bello que el que se tiene a los hijos, porque el simple hecho de saber que es una parte de ti lo vuelve especial, se crea un sentimiento enorme De protección a ese pequeño ser que sin importar cuántos años tenga siempre se verá como un bebé.
Por eso todo mundo dice que ser padres es una de las experiencias más enriquecedoras de cualquier ser humano, aunque a veces cuesta encontrar las palabras para expresar el amor que se siente por los hijos, a veces las acciones son lo que más representan el amor que existe entre padres e hijos. Un hijo es la mayor bendición que alguien puede tener, se puede amar a un ser tan hermoso al mismo tiempo en el que se va formando.
A veces es difícil creer para el ser humano que el amor es suficiente para todo, que el amor es suficiente para amar a un hijo y para tener el amor incondicional hacia una persona, que el amor a veces es suficiente para romper barreras y que incluso debe de ser doloroso para mantenerse firme.
Aunque en realidad el amor no debe doler, el amor es algo que se debe disfrutar y que se debe querer, es algo que no necesita tener heridas expuestas para saber que se ama de verdad, porque así como el amor a veces es inexpresable, otras veces con simples acciones se demuestra cuánto amor existe en el alma.
El amor nos hace estar listos para sacrificar todo en cualquier momento, no importa absolutamente nada más a nuestro alrededor si se necesita proteger a quien más amamos, no importa si tenemos que luchar contra mil dragones o si tenemos que acabar con cientos de tornados para mantener a salvo a la persona que amamos, lo haremos sin rechistar y nos sacrificamos de ser necesario. Ese es el verdadero amor, en el que no importa y no se espera absolutamente nada a cambio y por eso el amor de un hijo y un padre es único.
Aunque siempre había creído que mis padres habían sido unos bastardos que me habían abandonado cuando era un niño, me había dado cuenta de que en realidad mi verdadero padre había estado todo el tiempo a mi lado y me había brindado todo el amor necesario para ser un hombre de bien. Ese hombre era el hombre que me había criado y me había dado tanto amor que había sido incondicional, no importaba si yo en mi adolescencia lo había despreciado como si fuese nada, él siempre me había seguido amando y me había protegido cuando había sido necesario.
Mi verdadero padre había sido duro conmigo durante toda mi crianza, a pesar de que no existía un mejor padre, tan amoroso y lleno de bondad, siempre había sido de mano firme en mi crianza, en cuanto había entrado a la academia, no me había dado ninguna preferencia, en su lugar me había exigido más que a todo el resto. Quizás porque él quería que me convirtiera en alguien mejor que él y lo habían logrado gracias a sus exigencias, cuando mi supuesta madre había regresado a mi vida ya había intentado meterse en ella, mi padre me había apoyado en todo momento para que yo continuara con mi formación militar y aunque había tardado sólo un par de meses en darse cuenta de lo que estaba haciendo, no le había dicho absolutamente nadie lo que estaba haciendo y eso no había cobrado sentido hasta el momento en el que me había enterado que él era mi padre, él quería que fuese un militar y no sólo para lucir un uniforme, sino para seguir sus pasos y convertirme en un hombre que luchara por la justicia.
Mi padre me había amado de forma incondicional, a pesar de que yo siempre había creído que me había abandonado. Me sentía estúpido por no haberme dado cuenta antes de todas las similitudes que compartía con Kennett, no era solamente el parecido físico, sino todo el carácter que compartíamos y eso debía haber sido una señal de que él era mi padre, pero nunca lo había pensado así.
Mi padre me había sacado de las dudas, porque sin importar qué hiciese de cierta manera sentía que lo estaba haciendo mal, sentía que no estaba siguiendo un orden para ser padre con mi hijo y no ayudaba el hecho de que había desaparecido de su vida durante dos años, claro que me quería y yo lo amaba incondicionalmente, pero aún sentía una especie de brecha entre nosotros dos, a pesar de que me tenía siempre la confianza de contarme absolutamente todo, no podía evitar sentir que había algo que no seguía separando.
Ese pequeño niño estaba a nada de convertirse en un hombre, incluso bromeaba con mi esposa al decirle que él nos sorprendería a los diez años diciendo que ya había terminado dos ingenierías industriales, tres doctorados y quizás un par de licenciaturas. Ese niño era realmente inteligente y había dejado de interesarse por libros infantiles, en la nueva biblioteca había encontrado cientos de libros de literatura y también de otras cosas, eso había ayudado a que nuestro pequeño hijo comenzará a desarrollar más su mentalidad y su inteligencia, en su última consulta médica nos habían indicado que nuestro hijo realmente podía ser un superdotado, como lo había dicho su doctor y que pronto las enseñanzas que estábamos dándole en casa no serían suficientes, incluso nos había recomendado un par de escuelas internacionales para que pudiésemos ingresarlo y que comenzara con una verdadera educación.
Mi muñequita realmente estaba pensando en ello, ella como yo, quería que nuestro hijo creciera con la mejor educación que pudiésemos darle, pero también nos preocupa dejarlo ir solo y no tener comunicación con él.
Habían pasado ya un par de meses desde la boda de Nikolai, pero todo habia cambiado en poco tiempo.
Mi padre me había dicho que era normal sentirme inseguro con el hecho de si estaba siendo un buen padre o no, aunque mi esposa siempre me decía que yo era un maravilloso padre, realmente me costaba creerlo por todo lo que había vivido en mi infancia. No había aprendido a ser un padre, pero de lo poco que recordaba de Kennett, creía que lo estaba repitiendo, después de todo él era mi verdadero padre y me había enseñado a ir por el camino del bien durante toda mi vida, incluso si yo no tenía la menor idea de que él era mi progenitor.
Dicen que en realidad se aprende a ser padre cuando lo eres, que no hay un manual que nos guíe durante toda nuestra vida para prepararnos al momento en el que tendremos a un pequeño nuestro y aunque las inseguridades a veces nos ataquen, debemos permanecer fuertes y creer que estamos haciendo lo correcto para guiar a nuestros hijos al camino del bien y por lo menos yo esperaba estar haciendo un buen trabajo con mi pequeño hijo.
Keyli y yo, le dábamos todo el amor que podíamos, todo ese amor que nos habían negado darle cuando había nacido y después cuando me habían obligado a mí a separarme de él, tratábamos de darle todo el cariño que merecía ese pequeño niño. Era un niño que estaba creciendo con todos los valores que un niño podía tener, además con una inteligencia superdotada que incluso a veces me sentía estúpido cuando hablaba con mi propio hijo, era inteligente y había heredado esa inteligencia de su madre.
Nos turnábamos para pasar tiempo con él, cuando ella estaba ocupada yo me encargaba de darle todo el amor y cuando yo tenía que ausentarme durante un par de horas en la casa, mi muñequita se encargaba de cuidar a nuestro pequeño y de enseñarle algunas cosas que sus maestros no le enseñaban. A veces era demasiado divertido ver sus clases, pues parecía que él enseñaba a sus maestros en lugar de que fuese al revés, con tan solo cinco años nuestro pequeño ya sabía leer a una velocidad mayor a la normal, era capaz de escribir con total coherencia y podía mantener un debate con una persona mayor, realmente cada día nos sorprendía nuestro hijo, pero a la vez también nos sentíamos tristes, porque sabíamos que pronto tendríamos que dejarlo ir a una academia en donde la educación fuese a su nivel.
Mi esposa insistía una y otra vez en que lo mantendríamos en nuestro hogar, que buscaríamos a maestros superdotados que le enseñarán todos los temas de su interés y que por mucho lo llevaríamos a una escuela normal cerca de nosotros. Eso decía la mayor parte del tiempo, pero cuando se daba cuenta de las aptitudes de nuestro pequeño, ella comenzaba a buscar academias que se adaptaran al nivel de IQ de nuestro pequeño hijo, no quería cortarle las alas a nuestro gran halcón.
Aunque queríamos permanecer a su lado durante el resto de nuestros días, sabíamos que tarde o temprano él tomaría la decisión de alejarse, incluso cuando era un niño pequeño. Nuestro niño era realmente inteligente, tanto que había comenzado a insistir durante toda una semana que quería asistir a academias de diferentes partes del mundo que se adaptaban y siempre impulsarían su inteligencia. Para nuestro pesar cada día existía una nueva academia, una mejor que la otra.
—¿Royal Academy?—preguntó mi muñequita con el ceño fruncido.
Era realmente intrigante como el nuestro hijo conocía tanta información del mundo, nunca lo dejábamos solo frente a un dispositivo móvil y a lo único que tenía acceso sin que nosotros lo estuviésemos revisando todo el tiempo, era los libros de la biblioteca, los cuales yo me había encargado de seleccionar y había dejado a los que sabía eran de su interés.
—Su programa de ciencias, termonuclear y micropartículas es realmente avanzado, mamá.
—¿Y tú desde cuando sabes sobre termonuclear? —preguntó mi muñequita incrédula.
—Lo leí en un libro, mami—murmuró con una sonrisa inocente—. Es una de las mejores academias que he encontrado hasta el momento, sé que dijiste que no me ibas a ingresar hasta que tuvieses diez años, pero también leí que si no desarrolló todo mi potencial puedo quedarme estancado en los cinco años a pesar de que mi cerebro funcione más rápido que el de los demás niños—explicó nuestro pequeño.
—Mi amor todavía no tienes los 5 años, en esta academia debes tener mínimo 7 años para poder ingresar.
—Pero también dice que pueden hacer excepciones si mi IQ es mayor al de la mayoría, tengo un IQ de 164, cuatro más que Albert Einstein—aseguró nuestro hijo—. ¿Puedes pensarlo, mami? Sé que te vas a sentir triste si me voy, pero te prometo que es porque quiero que te sientas orgullosa de mí.
—Mi amor, yo ya me siento orgullosa de ti—murmuró mi muñequita—. Pero tienes razón, no voy a retenerte cuando podemos atrasar tu aprendizaje, si es tu decisión que quieres entrar a una academia de este tipo, buscaremos la mejor para que estés a salvo, además recuerda que no puedes decir nuestro secreto, no puedes decir quiénes son tus papás y tampoco a lo que se dedican.
—Me dijiste que los secretos de mami nunca se decían a nadie, te prometo que nunca le voy a decir nuestro secreto a nadie—aseguró nuestro pequeño —. Sé que a lo que se dedican papi y mami no muchas personas lo ven bueno, pero Ustedes lo hacen para protegerme a mí y a toda nuestra familia.
—Lo hablaremos tu padre y yo, decidiremos cuál es la mejor academia para que tú ingreses, por lo que me has dicho te interesa demasiado la ciencia y todo este ámbito, así que buscaremos la mejor escuela que se adapte a ti—aseguró mi muñequita—. Pero una cosa te voy a decir, vas a tener guardias que te van a proteger todo el tiempo, incluso dentro de la academia, también buscaremos una academia que te forme conforme a los regímenes militares, queremos que aprendas también a defenderte y ser un hombre que va a tener nuestros puestos más adelante.
—Si, mami—murmuró—. Royal Academy está en Suiza... está cerca de aquí, quizás sea la que tenga todo lo que estamos buscando, estuve investigando y su programa de ciencias es el más avanzado que existe en el mundo ¿Sabías que incluso intentaron hacer los viajes en el tiempo?, además que estudia la mecánica cuántica a un nivel que nadie antes había explorado, me gustaría mucho entrar ahí.
—¿Y qué hare yo si un día te vas en un viaje del tiempo?
—Me aseguraré de regresar contigo, mami—contestó nuestro hijo.
—Tu madre y yo lo hablaremos, y cuando sepamos qué es lo mejor para ti, vamos a llevarte nosotros personalmente a la academia, ¿De acuerdo?
Nuestro hijo soltó un grito de emoción, mientras comenzaba a correr en dirección a la biblioteca, que era el lugar en donde pasaba el mayor tiempo posible. En cuanto se perdió de nuestra vista, escuché el pequeño sollozo de mi muñequita, ya no me sorprendía que en todo momento comenzará a llorar, me parecía algo habitual, pero a la vez seguía consolándola con la misma fuerza que la primera vez, no la quería dejar sola en todo el proceso.
—Ven acá, muñequita—murmuré jalando su pequeño cuerpo a mi lado.
Como si fuese un pequeño koala, se abrazó a mi pecho con toda la fuerza que tenía, enterró su rostro en este bíceps y comenzó a llorar largo y tendido. Sabía que era la noticia de que nuestro pequeño hijo, ya quería independizarse y comenzar con su educación, una educación que nosotros habíamos pensado tuviera hasta que fuese un poco mayor.
—No creí que se querría ir tan pronto—susurró—. Era diferente en la academia de la IISMFCMO, ahí estaba cerca de nosotros todo el tiempo, ahora se irá durante meses y no lo podremos ver hasta en las visitas familiares ¿Qué tal si tiene miedo por la noche? ¿O si no le preparan los panqueques como le gustan?
—Estoy seguro de que esas 2 cosas es de lo que menos te preocupas—murmuré besando su frente—. Supongo que algo así sintieron nuestros padres cuando nos pidieron tomar la decisión de seguir sus pasos o no, quizás es muy diferente porque ahora nosotros no tendremos el control de la institución en la que esté, pero siempre podremos comprar la escuela y asegurarnos de que nuestro hijo esté a salvo.
—¿Podemos?
—Podemos—murmuré—. Quizás debamos a hacer un par de llamadas, pero te aseguro que pronto tendremos en nuestras manos la escuela que elijamos para él... Después de todo, nadie le dice no a la reina de la mafia.
—¿Y si uno de nuestros enemigos lo encuentra? ¿Y si le hacen daño?
—Nadie se atrevería a tocarle un solo cabello sí saben quién es su madre. Créeme que nadie quiere desatar tu ira, te lo digo como tu esposo, pero también como el líder de una de tus mafias aliadas, prefiero revivir a ese par de bastardos, antes de hacerte enojar a ti.
Mi muñequita se quedó pensando durante unos cuantos minutos, frunció sus labios y su ceño en un gesto que conocía demasiado bien.
—Dilo—murmuré.
—¿Sabías que estaba interesado en la ciencia? ¿En la mecánica cuántica?
Solté una fuerte carcajada ante la pregunta de mi esposa, por supuesto que ninguno de los dos estaba preparado para que nuestro hijo resultara un amante de la ciencia, Claro que en la milicia nos enseñaban todo tipo de educación, pero yo nunca me había destacado en la ciencia, en la física o incluso en la química.
—De mi parte no heredó ese gusto, odiaba esas clases en la academia—murmuré.
—Entonces supongo que es mi culpa, yo amaba leer todos los libros de ciencia, era un ratón de biblioteca. Cuando fui traspasada de la academia Junior a la academia de adolescentes, tomé un gran gusto por la lectura de ciencia, pero ahora me arrepiento de ello ¿No podía elegir algo más fácil? ¿Quizás medicina? —preguntó con el ceño fruncido.
—Sólo tú ves medicina más fácil que cualquier otra cosa—murmuré—. Cuando me obligaron a estudiarla por un año me di por vencido, de verdad nuestro hijo sacó todo de tu lado, lo único que tiene de mí es el cabello.
—Y es un cabello hermoso—aseguró, con su sonrisa llena de picardía.
—¿Acaso me está seduciendo, señora Nikolaev?
—Dios, no sé porque me encanta como suenan esas dos palabras—susurró.
No tarde mucho tiempo en tomarla en brazos y llevarla a nuestra habitación, después de todo nuestro hijo cuando se perdía en la biblioteca era imposible sacarlo de ahí a menos que le dijésemos que íbamos a salir con sus abuelos. La hice mía como tantas veces lo hacía, sin ninguna prisa, incluso cuando tendríamos una reunión con todo el Sacerdozio al mediodía.
Cuando logré ver su rostro de satisfacción y tranquilidad, me di por bien servido y supe que estaba controlado todo el deseo por lo menos hasta que regresáramos a casa y tuviésemos la oportunidad de volver a estar juntos. Después de tomar una larga ducha, entre besos y caricias, ambos nos preparamos para poder partir al lugar de la reunión.
Mi muñequita se encargó de preparar a nuestro hijo, aunque a decir verdad ya no era necesario cuidar su vestimenta, él la elegía siempre un día antes por la noche, no era de los niños que combinaban prendas que no tenían sentido, en su lugar, él sabía cómo vestir con un buen estilo y seguía manteniendo su estilo de old money, en un perfecto estado.
Cuando los tres estuvimos listos, manejé hasta la mansión del nonno Vin. La mansión seguiría siendo el lugar de reunión de todos nosotros, su nonno era quien lo había establecido así, pues aseguraba que era una fortaleza en caso de que nos quisiesen atacar cuando nos reuniéramos.
Nuestro pequeño hijo no dudó en correr abrazos de nuestros padres, a pesar de que los padres de mi muñequita debían estar presentes en la reunión, se había decidido que primero se hablarían los asuntos de la mafia y después los haríamos entrar para que nos diesen el informe de lo que iba ocurriendo con la nueva reconstrucción de las bases.
En cuanto llegamos a la mansión, mi muñequita se vio atrapada entre todos los hombres que trataban de hacerle preguntas sobre las situaciones que debían resolver en sus clanes, me alejé de ella para poder resolver el asunto que tenía en mente. Tomé mi teléfono y llamé directamente a la persona con la que quería contactarme, después de todo como se lo había dicho, nadie le decía que no a la reina de la mafia.
—Señor Nikolaev—murmuró un hombre detrás de la línea—. Mi secretaria me informó que tenía una oferta para mí.
—Tengo entendido que usted es el dueño de Royal Academy—dije con voz tranquila—. ¿Cuál es el precio?
—¿De la colegiatura? Eso puede hablarlo perfectamente con nuestro contador, pero usted pidió una audiencia especialmente conmigo.
—Vamos, no se haga el tonto—murmuré—. Veo que en su historial hay un par de manchas, puedo ayudarle a borrarlas y cambio quiero que me dé el precio de la academia, quiero comprarla.
—No está a la venta—murmuró.
—Yo creo que si—murmuré—. No creo que su esposa este muy feliz al enterarse que tiene 3 hijos fuera del matrimonio, con su prima. Además, créame que no le gustará estar en la lista negra, quiénes están ahí no obtienen nada bueno. Seré justo con el precio, le daré el dinero suficiente para que no tenga que volver a trabajar en toda su vida y además estar lleno de lujos.
—¿Cómo sabe todo eso?
—Tengo mis métodos—murmuré—. Pero quiero un precio, a cambio... lo ayudaré a borrar todo registro que lo conecte con Elijah y Yanet, además de todo el oscuro pasado que tiene, yo que usted tomaba la oferta.
—¿Cuál es su oferta?
—Ochocientos mil—murmuré.
—Eso nisiquiera cubre una colegiatura—murmuró.
—Millones, señor Henkel —murmuré.
—¿dólares?
—¿Cuándo a escuchado que alguien de mi posición negocié con Dólares? —pregunté con fastidio—. Hablo de Euros, señor Henkel, puedo ponerlo a negociación, si me promete que dejará la administración actual, pero que también estarán abiertos a nuevos cambios.
—¿Por qué tanto interés en mi academia? Existen más en el mundo...
—No como la suya—murmuré—. Escuché que su programa de ciencias es único y prefiero mantener a mi esposa tranquila—aseguré.
—Ochocientos cincuenta mil millones—murmuró el hombre.
—Trato hecho—murmuré—. Espero los papeles, le depositare en una cuenta de Dubái.
Sin darle más oportunidad para que siguiese hablando, colgué la llamada y me adentro junto con los otros miembros del consejo. Yo no tomaba a broma las palabras de mi muñequita, ella quería que compráramos la academia y eso le daría si la mantenía tranquila, sabía que quería proteger a nuestro hijo y si para ello era necesario comprar una academia, no me molestaba y lo más mínimo ver su sonrisa.
—¿Qué estabas haciendo? —preguntó mi muñequita.
—Negocios, amor—contesté—. ¿Comenzamos?
Mi muñequita asintió, mientras se ponía de pie
—Doy comienzo a la sesión para que me informen todo lo que ha ocurrido en sus clanes, cada uno ha sido encargado de diferentes regiones, así que me imagino que los capos que están bajo su mandato les han informado que han presentado. Los escucho.
Todos se irguieron, ante la poderosa voz de mi muñequita. Realmente lo que le había dicho no había sido inventado, preferiría tener de enemigos a los bastardos de Lombardi y Schiavone que a mi esposa.
—En América, hemos estado cazando a los que no se adaptan a su régimen, les ofrecemos una oportunidad de que se unan a usted y le juren fidelidad, pero hay algunos que aún no quieren entrar, a ellos les estamos dando la última oportunidad, no queríamos tomar decisiones sin informárselo a usted—murmuró uno de los hombres.
—No los podemos obligar a que se unan a nosotros, no los vamos a eliminar, pero mantendremos nuestros ojos sobre ellos, al primer fallo que cometan lo usaremos como excusa para eliminar el clan. Sin embargo, sin romper las reglas, es decir, no se tocan inocentes—ordené.
—Mis hombres se han estado encargando de eliminar a todos los tratantes de persona en los países de más bajos recursos, de hecho, uno de ellos se topó con una periodista, que está escribiendo un libro sobre todos los que se dedican a la trata de personas ¿Qué deberíamos hacer con ella?
—No la detengan, incluso denle información de nosotros, no le digan nuestros nombres verdaderos, simplemente píntenlo como alguna organización de rescate de personas quién sufrido a manos de tratantes de personas.
—¿Cómo lo nombramos?
—Rescue of the rose—murmuré—. Sería un nombre perfecto y también le haríamos tributo al tratado que se firmó con los militares.
—Bien—murmuró el hombre—. Le pediré a mis chicos que hablen con la periodista para que tenga información sobre nosotros y para que no intervenga, aunque no pertenezcamos a los ejércitos.
—Quiero que le brinden protección, si esa mujer nos va a ayudar a destapar los crímenes en los que muchas personas son no son ciegos, debemos brindarle la protección de la mafia.
—Como ordene, majestad.
—¿Alguien tiene algo más que informarme? —preguntó mi muñequita.
—Creo que es todo—murmuró Peter—. Pero ya que estamos en informes, me gustaría darles una noticia... como todos saben recuperé hace poco a la mujer que amo, la había perdido en manos de esos hombres y creo que ya hemos perdido demasiado tiempo juntos, así que le propuse matrimonio y ella aceptó.
Mi muñequita soltó un grito de alegría por su amigo, aunque al principio me había sentido receloso de él, porque había intentado conquistar a mi mujer, de alguna forma le agradecía que hubiese apoyado todas sus ideas, por qué eso no sabía llevado a reencontrarnos. Antes de que cualquiera pudiera decir algo, mi muñequita ya estaba abrazando a Peter, mientras las lágrimas bajaban por sus preciosas mejillas sonrosadas.
—¿Se puede saber porque hay un maldito cargo de ochocientos cincuenta mil millones de euros en la cuenta del banco? —preguntó Lev.
—Compras—murmuré.
—¿Compraste todos los putos supermercados del mundo o que carajos?
—En realidad compré la escuela de mi hijo, además que pagué la primera colegiatura—murmuré con simpleza.
—¿Compraste una escuela para tu hijo? ¿Quién diablos hace eso? ¿No podrías ser alguien jodidamente normal y pagar una puta colegiatura?
—Mi muñequita no iba a estar tranquila si no sabe dónde se encuentra nuestro hijo, Niall quiere entrar a estudiar ya y no podemos detenerlo más tiempo, pero tampoco puedo darle más presiones a mi muñeca, así que simplemente me puse en contacto con el dueño, le ofrecí un precio justo y aceptó sin rechistar.
—Estas más loco que una puta cabra, Conall Nikolaev—murmuró—. ¿Tú mujer sabe de tu nueva adquisición?
—Aún no lo sabe—murmuré—. Me puse en contacto antes de entrar a la reunión.
—Te va a asesinar si se entera cuánto gastaste en eso, Dios—murmuró—. Doy gracias al cielo que eres casi trillonario o esto nos dejaría en la quiebra.
—Tengo para comprar más de 3000 academias, para quedar en la quiebra, Lev, deja de preocuparte.
—Me va a matar a mi—murmuró.
Solté una risa. Me acerqué a Peter y le di las felicitaciones correspondientes por su compromiso. Cuando toda la alegría inicial terminó, mi muñequita dio por finalizada la reunión y después de enterarnos todo lo que nos nuevos ministros tenían que decirnos, quedamos completamente libres.
—He estado pensando—murmuró mi muñeca —. ¿Crees que nos permitan tener los guardias de Niall dentro de la escuela? Si lo voy a dejar ir, no quiero que esté solo, me preocupa que aún es un niño muy pequeño y qué otros pueden aprovecharse de él, estamos luchando justamente contra eso y no me gustaría que mi hijo fuese parte de las víctimas.
—Podríamos preguntarle a la dueña—murmuré, esperando que captará la indirecta.
—¿Es dueña? Creí que era un dueño, lo que leí en la página decía que se trataba de un hombre de cuarenta y tantos años, fue el heredero de la academia y la ha manejado desde que tenía diecinueve años. Es un aficionado por la ciencia.
—Yo tenía otros datos—murmuré mirando los papeles que el hombre me había enviado por correo—. Una mujer hermosa de 27 años, aficionada por la ciencia y preocupada por su hijo.
—Vaya, no tenía ni idea de... Espera... ¿Qué hiciste, Conall?
—Te dije que haría lo necesario para hacerte feliz y tú no estarías tranquila si nuestro hijo estudia en una academia que no esté bajo tu poder, así que llamé al dueño antes de la junta, le ofrecí un precio justo y sin dudarlo aceptó.
—¿Lo amenazaste?
—Sólo desenterré un poco de su pasado, nada que le hiciese daño real, además le prometí borrar todo eso de su expediente—aseguré—. Royal Academy oficialmente pertenece a la Señora Keylani Rossi Kim.
—¡Conall! Solo bromeaba con comprar la academia, pobre hombre seguramente es lo único que sabe hacer, no puedes arrebatarle todo.
—No se quejó cuando le deposité los ochocientos cincuenta mil—murmuré.
—¡Eso nisiquiera cubre una colegiatura! —chilló—. Llama a ese hombre dile que te retractaste de tu oferta, no puedes arrebatarle por lo que ha luchado.
—Millones... amor—murmuré.
—¿Ochocientos cincuenta mil millones? ¿Te volviste loco?
Solté una pequeña risa.
—Alguien me preguntó si era posible comprar la academia en donde estudiara nuestro hijo, no te pude dar una respuesta correcta en ese instante, así que me esforcé en hacerlo, sólo fue necesario un par de llamadas inmediatamente me contactaron con el dueño. No te preocupes nadie perderá su empleo, conservaremos a los directivos y a la administración—murmuré.
—Dios—murmuró.
Sus ojitos volvieron a llenarse de lágrimas, pero no precisamente porque se encontraba molesta, porque si expresión detonaba toda la felicidad que sentía en su interior. Ese era el principal motivo por el que consentía todos sus caprichos, porque no existía precio más grande que ver su sonrisa y su rostro lleno de emoción.
—Nuestro hijo merece lo mejor de lo mejor y si queremos asegurarnos de que tenga una buena educación, debemos hacernos cargo nosotros mismos de la academia en donde estudie—murmuré—. Además, así podremos estar al tanto de su seguridad, podemos permitir que entre en nuestros guardias para protegerlo.
—Te amo... te amamos—murmuró.
—Son mi familia, siempre voy a velar por su seguridad y también por su alegría—aseguré besando su frente—. Ahora creo que es momento de que le demos la noticia a nuestro pequeño, está realmente emocionado iniciar el nuevo semestre en su academia.
Mi muñequita se abrazó en mi pecho con fuerza, agradeciéndome en silencio lo que estaba haciendo por nuestro hijo, era cierto que lo hacía por ver la sonrisa en su rostro y de la misma manera lo hacía para mantener seguro a nuestro pequeño. Tampoco confiaba demasiado en dejarlo en una academia que fuese de alguien más, nuestro hijo era demasiado inteligente y era Claro que llamaría la atención, pero estando dentro de nuestra academia, nosotros podríamos encargarnos de que estuviera seguro todo el tiempo.
Esa misma tarde le dimos la noticia a nuestro pequeño, le dijimos que habíamos decidido matricularlo en Royal Academy, ni siquiera fue necesario que le pidiéramos preparar su maleta, en cuanto le habíamos dado la noticia había desaparecido de nuestra vista y unos cuantos minutos después había aparecido con un par de maletas, con todo lo esencial para su estudio.
Aunque al principio, había notado triste a mi muñequita, ella se contagió por la emoción de nuestro hijo y el simple hecho de ver feliz a mi esposa era suficiente para saber que estaba haciendo lo correcto, ver su sonrisa era el motor que necesitaba para tomar mis decisiones, por qué ella de una u otra forma era lo único que me importaba y con ella estaba mi hijo, nuestro hijo cualquier decisión que ya tomaste estaba influenciada por ellos, porque siempre me empeñaría en protegerlos, no importaba todo lo que tuviese que hacer.
.
.
.
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Quién no quiere un esposo o papá como Conall? Está un poco deschavetado, pero así lo amamos<3
¿Qué creen que ocurra?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top