Victoria.
"Pasamos mucho tiempo ganándonos la vida, pero no el suficiente tiempo viviéndola". ~Teresa de Calcuta.
Bien dicen que en las guerras sólo puede haber una victoria, porque no importa cuántas batallas ganemos y cuántas perdamos, el que gane la batalla final será el que saldrá victorioso sin importar absolutamente nada, así hubiesen ganado sólo una batalla durante toda la guerra, si esa batalla fue la final, salen victoriosos.
Dicen que las guerras normalmente se dan por lucha de territorio, porque unos quieren más territorio que otros o incluso porque saben que ese territorio les dará poder sobre todos los que están a su alrededor, sin embargo, algo que se debe tener completamente claro, es que también existen otros tipos de guerra, las guerras por la paz que normalmente son creadas por la venganza de un corazón herido.
Un corazón que había sido dañado y martillado por el abandono de la fe y la esperanza, un corazón que había sido dañado por la culpa de la avaricia de los seres humanos y que se había visto apagada la luz de su interior, por qué otras personas deseaban tener el poder de esa luz. Las guerras no simplemente se crean por hombres que quieren más y más poder, a veces también se crean por el corazón dañado de una mujer, que es capaz de pararse frente a miles de hombres y hacerlos arrodillarse frente a ella y jurarle lealtad.
Aunque había sido un completo idiota cuando era joven con las mujeres, yo era completamente consciente de que ellas tenían más poder que yo, pero en especial una, una hermosa muñequita de ojos verdes que había sido capaz de ponerme de rodillas frente a ella, una hermosa muñequita a la que amaba con cada célula de mi ser y a la que quería tener el resto de mi existencia a mi lado.
Ella me había demostrado que era completamente fuerte, que no importaba todo el dolor que la atravesara o cuántas veces la pisotearan, siempre se pondría de pie y daría la cara a los problemas, incluso cuando se había obligada a ocultarse para protegernos, lo había hecho con el rostro en alto y aunque ella lo había considerado un acto cobarde, para todos los que la queríamos, sabíamos que era todo menos una cobardía.
Ella había sido tan valiente como para renunciar a absolutamente todo lo que había construido durante años, había renunciado al amor de sus padres, al ver a sus amigos e incluso a estar conmigo y el bastardo traidor y sabía que para ello se necesitaba valentía.
Ella no tenía ni siquiera una descripción humana, tratar de describirla con palabras del diccionario era una completa tontería, ella no tenía una descripción mortal, porque simplemente no era de este planeta, su belleza era tan perfecta que sólo podía compararse con algo celestial, ella era perfecta y no se molestaba en ocultarlo. Pero no sólo era su belleza era lo que más resaltaba en ella, era su coraje de seguir de pie, no importaba si intentaban tirarla o si la jalaban con tanta fuerza para hundirla, ella nunca bajaba la mirada y eso era lo que más amaba.
Mi muñequita podía ser completamente frágil estando a mi lado, me mostraba su lado más vulnerable y me hacía amarla completamente, porque sabía que aunque frente a mí se convirtiese la mujer más dulce y vulnerable del mundo, frente a los demás sería esa mujer indomable que se ponía al frente de mil hombres y los hacía arrodillarse.
Quizás había sido un movimiento demasiado impulsivo y estúpido, interponerme nuevamente entre una bala y ella sabiendo que la última vez nos había costado dos años de nuestras vidas, pero simplemente la idea de saber que ella podía tener una mínima herida... había consumido mi corazón de una forma completamente calcinante. No tenía la fuerza necesaria para sobrevivir a ello, prefería morir antes de que ella tuviese un solo rasguño sobre su piel.
Realmente estaba dispuesto a todo para protegerla, lo había demostrado recibiendo una bala que iba dirigida a ella, no la pondría en el mínimo peligro a partir de ese momento, porque después de que me confirmasen que esos dos bastardos por fin estaban muertos, me aseguraría que nuestro futuro fuese completamente feliz y aunque nuestra vida tuviese altibajos, sabía que ambos sabríamos superarlos tomados de la mano.
La estreché con fuerza entre mis brazos porque no quería que se separara, ella era mi todo y realmente no estaba dispuesto a dejarla ir, la quería tener entre mis brazos durante el resto de mi vida y asegurarme de que nada ni nadie le hiciera daño, la amaba con cada célula de mi ser y me aseguraría de que a partir de ese instante, todo lo que estuviese en nuestra vida fuese solo alegría. No me importaba absolutamente nada más, lo único que quería era ver esa sonrisa en su rostro por el resto de mi vida, esa preciosa sonrisa que me hacía saber que todo estaba bien, que absolutamente todo estaba en orden.
Los dos deseábamos eso, poder tener un futuro en el que nada ni nadie nos separara y que no volviésemos a derramar una sola lágrima cuando el otro estaba herido o que no volviésemos a sentir el dolor en nuestros corazones creyendo que el otro había perdido la vida, nunca más, porque a partir de ese instante ninguno de los dos volvería a ponerse en un riesgo de muerte, no me importaba si volvíamos a crear la organización militar que antes éramos o si nos quedábamos como los reyes de la mafia que gobernarían todo, no volvería a dejar que nadie le amenazara y tampoco que atentara contra su vida, ella era mi todo y lo seria hasta el final de mi existencia, hasta que ambos nos convirtiésemos en polvo de estrellas.
Nos abrazamos durante horas, ni siquiera llevé una cuenta y en realidad no me importaba, tenerla entre mis brazos eran la sensación más perfecta del mundo, no importaba absolutamente nada más a nuestro alrededor y lo único que anhelaba era que siguiera de esa manera, nada más, el resto del mundo era una nulidad cuando ella estaba a mi lado. Solo ella y mi hijo era lo que me importaba, sólo ellos dos eran lo único que hacían el vibrar mi corazón de una manera única, y en ese instante en el que todo había terminado, me juraba a mí mismo que nos protegería a capa y espada.
Escuchaba sus sollozos contra mi pecho y sin darme cuenta yo también estaba llorando, pero no era un sentimiento de tristeza, más bien era de completa plenitud y felicidad, con ella era con la única persona que dejaba ver el lado más vulnerable de mi ser, con ella era con la única persona que dejaba a la vista esa parte de mí, por qué ambos podíamos ser vulnerables frente al otro, sabiendo que nunca nos dañaríamos mutuamente, por qué nos amábamos y ese amor era suficiente para romper barreras, ella era mi todo, nada cambiaria sin importar cuantos golpes nos diera la vida.
Ambos nos amábamos y eso era suficiente.
Escuché que la puerta de la habitación se abría, levanté la mirada para enfocar a la persona que había entrado, y pude ver la deslumbrante sonrisa de mi padre, esa sonrisa que me había hecho saber que estaba completamente bien en mis momentos más oscuros de la vida, cuando sentía que estaba perdido y absolutamente nadie estaba a mi alrededor, pero en realidad mi padre nunca me había abandonado, había sido el que había estado a mi lado durante toda mi vida y me había dado el amor que él y mi madre habían deseado darme desde el momento en el que se habían enterado de que yo estaba en el vientre de ella.
—Veo que ya despertaste y que ambos desobedecieron mis órdenes—murmuró mi padre de forma risueña.
—Fui yo, padre—murmuré.
Mi padre soltó una risa mientras caminaba a mi lado, miró al pequeño gatito tembloroso que se encontraba contra mi pecho y sonrió, mi muñequita, ni siquiera levantaba la vista porque seguía llorando y sabía que quizás había aguantado esas lágrimas durante todo el tiempo que yo había estado dormido, por eso no la detenía.
—Estarás bien. Dentro de un par de horas, podemos ver la manera de trasladarte ya a Sicilia, tienes una recuperación bastante rápida por lo que será fácil trasladarte, en el jet privado no corremos ningún riesgo y será mejor que estés en casa para la recuperación.
—¿De verdad todo terminó?
—Si—murmuró mi padre.
—¿La abuela?
—Ya nos estamos haciendo cargo de ello, tú no te preocupes por el momento, asegúrate de sanar completamente bien para que puedas disfrutar el resto de la vida.
—Jamás creí que llegaría a escuchar eso—murmuré.
—Ustedes lo merecen, merecen por fin poder amarse durante el resto de sus vidas, de una forma libre y sin que nadie los esté persiguiendo por la envidia que tienen, ustedes merecen todo y estoy completamente seguro de que él cielo volteara a mirarlos y les dará La Paz por lo que han estado luchando—murmuró con alegría—. ¿Aun quieres la cirugía que me dijiste hace unos días?
—¿La reversión? Por supuesto... ya lo hemos hablado...
—En cuanto te recuperes de la herida de bala y si aún lo necesitas y quieres hacerlo, dímelo, Claro que podremos hacer algo y también si quieren comenzar con la producción de nietos, hablaré con uno de mis amigos para que lleve el control de natalidad.
—Eso suena irreal—susurró mi muñequita contra mi pecho.
—Nunca ha sido tan real, mi amor—murmuré dejando un beso en su coronilla—. ¿Entonces también decidiste volver a aparecer?
—Creo que esa es una decisión que ustedes deben tomar, pero todos nosotros estamos listos para regresar de la muerte, por quienes fingíamos estar muertos ya no tienen injerencia en este plano terrenal y jamás volverán a hacerlo. Creo que es momento de que todos volvamos a sonreír y a tener la vida que siempre debimos tener.
—Si, es momento...
Antes de que pudiésemos seguir con nuestra conversación, un pequeño torbellino entró a la habitación en donde estábamos, mi muñequita al escuchar los pequeños pasos se enderezó a la velocidad de la luz y bajó de la cama para ver a nuestro hijo, solté una pequeña risa, al ver a mi pequeño torbellino corriendo en mi dirección.
—¡Papi!¡Mami! —chilló.
Mi esposa lo tomó entre sus brazos y escuché los pequeños sollozos de mi hijo, seguramente nadie le había dicho lo que había ocurrido, pero ese niño era completamente inteligente, era tan parecido a su madre que realmente me sorprendía, en segundos era capaz de averiguar lo que pasaba con sólo ver el rostro de alguien de nosotros.
—Tranquilo, pequeño, estamos bien—murmuró mi muñequita con una pequeña sonrisa hacía mi hijo.
—Papi—murmuró levantando la mirada hacía mí.
—Estoy bien pequeño, sólo fue un pequeño rasguño que tuve—aseguré —, pero te prometo que estoy totalmente bien ¿Tú terminaste tus libros? Recuerdo que mamá te dejó una tarea—murmuré, tratando de distraerlo.
—S...Sí, papi—murmuró—. Terminé mis libros dos veces, pero ustedes no regresaban y tuve mucho miedo, cuando llegó el tío Archie, tuve mucho miedo porque así fue como pasó el otro día...
Pude ver las lágrimas asomándose nuevamente en los ojos de mi muñequita, sin importarme el dolor que me causaba ponerme de pie, me enderecé y caminé a su dirección, me puse en cuclillas para verlos a ambos.
—Es momento de que ambos sepan, que a partir de este día ninguno de los tres volveremos a estar alejados, nunca más vamos a estar lejos del otro y les prometo, que nunca más volveremos a llorar porque alguno de nosotros esté en el hospital ¿de acuerdo?
—¿De verdad, papá? ¿Terminaste con los malos?
—En realidad, lo hizo la reina... yo solo protegí a la reina—murmuré besando la coronilla de mi esposa.
Antes de que cualquiera de los dos pudiera detenerme, los estreché con mi lado sano a ambos, sintiendo el calor de sus cuerpos llenar el mío y haciendo que toda mi vida cobrara el sentido que siempre había tenido, ellos dos eran la luz de mi vida y lo que me hacía querer destruir el mundo si algo los hacía llorar, no me importaba absolutamente nada más, sólo ellos y estaba seguro de que por fin, en ese instante se estaba firmando el capítulo más hermoso de nuestras vidas, el capítulo que duraría hasta el final.
—Dios, nunca te pido nada, pero que este sea nuestro para siempre—susurró mi muñeca.
—Dios nos va a escuchar, bebé—murmuré—. Ya nos ha puesto demasiadas barreras para poder vivir, estoy seguro de que a partir de ahora todo lo que viviremos será alegría.
La escuché soltar un suspiro cargado de alivio, y supe que ambos teníamos la misma idea, no importaba quién más vas a hacer en nuestras vidas, ambos queríamos que ese fuese nuestro para siempre, y nunca más tuviésemos que preocuparnos por proteger al otro y sacrificarnos.
Nuestro felices para siempre.
...
Después de todas las revisiones de mi padre y del tío de mi muñequita, me confirmaron que no había ningún daño mayor por el disparo, no había sido una cirugía mayor por lo que lo único que debía hacer era tener cuidado de no crear cosas pesadas con mi brazo izquierdo y no realizar movimientos bruscos con mi cuerpo, tenía prohibido hacer ejercicio durante un par de semanas, lo demás estaba completamente permitido.
Pudimos abordar un jet que nos llevaba directamente a Sicilia, dos horas después del alta. No me despegué ni un solo segundo de las dos personas más importantes de mi vida, mi muñeca y mi hijo, mi familia.
El vuelo fue demasiado tranquilo y corto, para ese momento la noticia de que mi muñeca había destruido a los dos bastardos que habían mantenido en el infierno a cada una de las naciones del mundo era algo que incluso los civiles podían saber. No la veían como una villana que había acabado con la vida de personas, la veían como la heroína que habían matado a los monstruos que habían acechado la Tierra durante meses e incluso años.
Mi heroína.
No podía sentirme más feliz porque sabía que regresar a ese lugar significaba la victoria, el simple hecho de saber que ese par de bastardos había muerto era suficiente para sentirme completo. Ellos merecían la muerte por todo el daño que nos habían causado, por cada lágrima que mi muñeca había derramado por el dolor. Aunque esperaba un poco de remordimiento por haberle hecho daño a quienes en algún momento de mi vida había considerado mis mejores amigos, no llegaba en lo más mínimo y estaba seguro de que a ella tampoco le llegaba, porque habíamos terminado con unas personas que ni siquiera merecían respirar.
Ver su sonrisa era lo único que me hacía saber que realmente había acabado todo, aunque había sonreído bastante desde mi regreso, en ese momento podía ver que su sonrisa era verdadera, no estaba fingiendo la felicidad y eso me hacía sentir completo, porque me había prometido hacerla sonreír el resto de mi vida.
Cuando el jet aterrizó en la pista privada del señor Rossi, la sonrisa de mi muñequita fue completamente genuina, todos nuestros soldados, a los que ella había entrenado durante casi un mes, se encontraban formados listos para recibir a su reina. Ella había sido una excelente soldado y coronel, había sido una general a la que todos le habían tenido miedo, pero en el momento en el que se había convertido reina, era como si su verdadera esencia saliera a la luz.
—¡Salve Regina!
Todos estaban completamente agradecidos con ella, no solo habíamos acabado con los bastardos que nos habían hecho la vida imposible, sino que también ella se había encargado de darle la seguridad a cada uno de esos soldados para que pudiese elegir su camino.
—¡Esta victoria le pertenece a cada uno de ustedes! ¡Todos lucharon por acabar con esos bastardos, pero aunque acabamos con la red mayor, ahora nos toca hacernos cargo de cada uno de los que estaban involucrados, recibirán sus órdenes durante el día, hagamos que nuestra unión sea la más fuerte de todas! —gritó para todo su ejército.
—¡Si, majestad! —contestaron.
Ambos bajamos del jet y subimos a la camioneta que nos esperaba para llevarnos directamente a la mansión. Ella se veía realmente feliz, nada podía ser capaz de arruinarle esa felicidad y estaba seguro de qué partir de ese momento lo único que recibiríamos serían buenas noticias.
—El conde de Dinamarca dio un discurso sobre ti—murmuró Archie—. No eres una criminal para nadie, eres la mujer que terminó con ese par de bastardos, tienes el respeto de incluso los gobernantes.
—¿Se encargaron que las personas que habían sido amenazadas fueran retribuidas?
—Fue lo que nos ordenaste. Ellos no sólo fueron retribuidos monetariamente, también se les ofreció ser parte de tú unión, todos han aceptado hasta el momento. No te ven como una criminal eres una heroína.
—¿Y todas las chicas que rescataron?
—Las que estaban limpias están en sus hogares, o fueron ubicadas en nuevos lugares para que puedan comenzar con una nueva vida, las que fueron drogadas están recibiendo tratamiento después de ser inyectadas con tu antídoto, la mayoría de ellas tenía SX1 en su organismo—murmuró Nick.
—Gracias—murmuró mi muñeca—. ¿Tu padre se hace cargo?
—Él, Avery, Berto y Mike, se están encargando de hacer que las chicas estén perfectamente bien, para mañana en la mañana, todo mundo se enterará de que estamos con vida.
—Lo sé—murmuró mi esposa con un suspiro de tranquilidad—. Quiero que reúnan al Sacerdozio, a las familias y envíen un memorándum a todos los que pertenecen a mi reino—murmuró mi muñequita hacía Archie—. Se permiten actividades como tráfico de armas, lavado de dinero y apuestas, cualquier otro acto será considerado traición, no quiero droga en mis territorios.
—Si, señora—murmuró Archie.
—De la misma manera, si tuvieron algo que ver sin ser amenazados por ese par de bastardos, quiero que los eliminen y si la generación que está como heredera no se rinde a mi autoridad y decide seguir los pasos de los bastardos que estaban a favor de ese par, quiero que también los maten y todo quedará bajo mi poder.
Ella quería limpiar todo su territorio del mal que esos bastardos habían provocado, me encantaba verla en acción porque era algo realmente perfecto, no bajaba la mirada y en ese momento en el que incluso los civiles la reconocerían como la heroína, ella se alzaría en el vuelo como la preciosa ave mística que era. Iba a limpiar cada uno de los actos que esos bastardos habían cometido, había comenzado con el rescate de todas las víctimas a las que habían vendido, ni siquiera habían pasado 24 horas y la mayoría de esas chicas ya habían encontrado nuevamente su hogar.
Estaba retribuyendo a la sociedad todo lo que le habían hecho. No tenía miedo de que alguien la viera como una criminal, eso era lo que menos le importaba, a ella le importaba darles a las personas que lo necesitaban un hogar en el cual habitar, un lugar en el que no tuviesen miedo y pudiesen vivir tranquilos, tal como lo que nos esperaba a nosotros.
Ella me dio una pequeña sonrisa, cuando terminó de dar las órdenes a todos sus hombres.
—Creo que deberíamos comenzar a planear, lo que ocurrirá después de esto—murmuró con una pequeña sonrisa.
—¿Qué ocurrirá? —preguntó nuestro hijo.
—¿Qué te gustaría que ocurriera?
—¡Quiero la casa de la playa que parece un castillo! Y muchos hermanitos—susurró las últimas palabras solo para mí.
—El primer punto lo podemos conseguir en cuanto lleguemos a la mansión—murmuré con una sonrisa—. Pero lo segundo debemos esperar un año.
—¿Qué es lo segundo? —preguntó mi muñeca.
—Algo para lo que Niall deberá quedarse con sus abuelos, bebé—murmuré guiñando un ojo.
Solté una pequeña risa cuando las mejillas en se tornaron completamente rojas. Las carcajadas de Archie y Nick inundaron la camioneta y mi pequeño hijo comenzó a celebrar, era un momento realmente hermoso.
Besé su mejilla, prometiéndole sin una sola palabra que a partir de ese momento nada más nos haría sentir desconsolados, no importaba absolutamente nada más, sólo que nuestras vidas fuesen completamente tranquilas y llenas de felicidad, aunque sabíamos que aún nos faltaba enfrentar algunas cosas, sabíamos también que pronto todo acabaría y podríamos tener la felicidad que estábamos buscando.
—¿Hermanitos? —preguntó mi muñeca.
—Muchos—murmuré con un guiño.
Ella soltó una pequeña risa. Antes de que pudiera decir algo se apoderó de mis labios con tanta pasión y amor que me hizo tocar las estrellas, ella era perfecta y era completamente mía, porque a partir de ese momento nada más nos separaría, incluso nos uniría más, porque si habíamos enfrentado la muerte, la separación y el dolor, éramos capaces de enfrentar cualquier otra cosa que la vida nos pusiese frente a nosotros.
Llegamos a la mansión después de unos cuantos minutos, junto con las camionetas que transportaban nuestras familias, ella sonrió cuando sus padres bajaron de la camioneta detrás de nosotros podía ver la alegría en su rostro y cada una de las expresiones que daba eran de completa armonía. Quizás no lo decía con palabras pero sus gestos eran tan expresivos al decirme que se sentía segura al saber que esos bastardos ya no compartían el mismo aire que nosotros.
—Bienvenidos—murmuró Vincenzo con una sonrisa.
—Nonno—murmuró mi muñeca—. Lo logramos...
—Lo sé, regina mia—murmuró con una sonrisa—. Estoy realmente orgulloso de todo lo que hiciste, pequeña. Merecías acabar con la vida de esos bastardos y por fin tener tranquilidad en tu vida. Aunque...
—¿Ahora qué pasó? —preguntó frunciendo el ceño inmediatamente.
—Creo que... hay unas personas que quieren verte... personas a las que rescataste sin saberlo.
—¿Quiénes?
Sostuve la cintura de mi muñeca al ver a las personas salir de la puerta principal de la mansión, escuché el pequeño jadeo de su madre y un chillido ahogado de mi muñeca, no podía creer a las tres personas que estaban frente a nosotros. Key, ni siquiera dijo una sola palabra, soltó mi mano y salió corriendo a unirse con esas personas.
El hombre imponente, su gran mentor, la estrechó con fuerza entre sus brazos, con una alegría incalculable reflejándose en su mirada. Ese hombre que nos había dado el primer consejo de amor entre nosotros dos, se encontraba de pie abrazando a mi esposa, era como un segundo padre para ella y lo había sido durante todo su entrenamiento como militar, no solo era el hecho de que se llevaba demasiado bien con sus padres, sino que él la había visto crecer y la quería como una hija.
Bausili la miraba como si fuese su adoración, como un padre mira a su hija, totalmente orgulloso de ella. Cuando se separó de ella, pude ver sus lágrimas brotando de sus ojitos, ella estaba completamente feliz de ver a ese hombre, al hombre que todos habíamos creído muerto.
—¿No hay abrazos para mí? Está bien que estoy en silla de rueda pero...
Giancarlo soltó una risa, mientras se acercaba Giandrick y Hunter Jr., ambos parecían estar viendo fantasmas y estaba seguro de que esa era la expresión en el rostro de todos, ninguno podíamos creer que ellos estaban frente a nosotros, los habíamos creído completamente muertos.
—Madre—susurró Hunter.
Miré nuevamente al frente, al ver a una mujer de cabello largo, salir del brazo de mi abuela.
—Abuela—murmuré.
Ambas mujeres parecían haber envejecido demasiado, sin embargo tenían el rostro lleno de alegría y despedían esa energía que sólo alguien con el corazón lleno de amabilidad era capaz de dar, sabíamos que había desaparecido junto con mi abuela, pero no teníamos idea de que había estado en el mismo lugar.
—Es ella, hermano—murmuró Isabella hacía Hunter.
Pude ver las lágrimas del gran señor Kim brotar de sus ojos, Él y su esposa corrieron en dirección de ambas mujeres y pude ver cómo mi padre lo seguía, para ver a su madre y mi abuela.
—Papi... ¿Ellas son mis abuelitas?
—Lo son, pequeño—murmuré.
Tomé su mano y nos acerqué al lugar donde se daban todos los reencuentros de las personas que habían sido arrebatadas en nuestro lado, incluso por más tiempo. Sonreí al ver a mi muñequita, tenía una sonrisa completamente genuina en sus labios, y sabía que yo mataría hasta que esa sonrisa se volviera eterna.
—Dios—susurró hacia mi—. Son ellos, Conall.
—Lo son, amor—murmuré.
Ella se abrazó a mi pecho, mientras todos se reencontraban, sin embargo, no pasé desapercibido el dolor en los ojos de un par de hombres, Hunt y Álex, quizás ambos con la esperanza de encontrar a las personas que amaban.
—Estoy muy confundida—murmuró—. Ellos...
—Existen los milagros—murmuré.
—Lo hacen—murmuró abrazándose a mi torso—. Joder, estoy tan confundida pero tan feliz...
—Lo sé, amor—murmuré besando su coronilla.
Todo estaba lleno de llanto y reencuentros, no importaba nada más, porque de alguna forma todos sabíamos que las cosas habían terminado, todo había pasado y por fin estábamos seguros. Estábamos a nada de poder tener una vida tranquila y un final feliz.
Todos soltaron una pequeña risa, cuando Mike apareció de la nada para abrazar a su hijo, mientras nos reuníamos bajo la pequeña palapa del jardín, éramos una gran familia, no tenía idea de cómo habíamos llegado a ese momento, pero nisiquiera buscaba una explicación, mi muñeca era feliz y eso me hacía feliz a mí.
—Aziz—murmuró mi muñeca—. Escuché cuando lo mataban...
Miré a los dos hombres que caminaban en nuestra dirección, no tenía idea de lo que estaba pasando, pero de alguna forma les agradecía infinitamente por poner la hermosa sonrisa en el rostro de mi muñequita, no importaba absolutamente nada más que eso.
—No me mataron—murmuró el hombre—. Cuando te di la clave, sabía que ellos la descifrarían, mis hombres estaban esperando el momento en el que fueran por mí, así que en cuanto dije la clave y ellos la supieron, hice que mis hombres entraran y mataran al hombre. Moví a mis hombres, sabía que la unión Árabe me había traicionado, me querían fuera.
—No comprendo...—murmuró mi pequeña.
—Cuando me llamaste, yo ya estaba enterado, Schiavone Y Lombardi querían la unión Árabe tanto como querían el Sacerdozio, pero lo segundo no lo podían tener, así que fueron contra mí, inventaron cosas al consejo Árabe y por supuesto, todos los que me querían fuera los siguieron.
—Y lo traicionaron—murmuré.
—Así es—aseguró—. Me hice pasar por muerto, mis hombres volaron el edificio en cuanto salimos de ahí...
—Cuando supe que mi señor había muerto, recibí una llamada antes de que ocurriera el atentado en la base—murmuró Nikolas acercándose a nosotros—. Debí decirlo, pero estaban pasando tantas cosas que no pude...
—Fue un milagro—murmuró Giandrick.
—Suena tan fantasioso—murmuró mi muñequita—. Faez... te busqué cuando supe que estabas con vida... tú no fingiste tu muerte, solo desapareciste.
—Lo hice porque fue necesario—murmuró—. Me iba a quedar a su lado, pero cuando mi señor me informó que estaba con vida y que estan planeando un atentado... fui el encargado de rescatar a todos...
—¿No estuvieron en manos de Lombardi y Schiavone?
—Aún no hemos llegado a esa parte—murmuró Aziz—. Cuando logré rescatarlos y estábamos camino a mi casa de seguridad, los hombres de esos bastardos nos interceptaron.
—Después los llevaron a donde nos tenían encerrados—murmuró mi abuela—. Éramos las más vulnerables. No nos hicieron daño, pero nos encadenaron como perros... cuando vi que Arniel era el malo...
—Siempre fue el malo—murmuró mi muñeca—. Los rescataron, pero luego todos fueron secuestrados.
—Los tenían en la isla del norte de Suecia—murmuró Avery—. Los rescatamos ahí.
—Los ocultaron a plena vista—murmuró mi muñequita—. Dios, díganme que no los torturaron o les inyectaron alguna mierda...
—No lo hicieron—murmuró Giancarlo—. No nos querían a nosotros, éramos su plan B, no éramos de gran interés, planeaban usarnos para chantajearte y hacer que cedieras ante sus demandas.
—Las chicas fueron su plan A—murmuré comprendiendo—. Querían atraerte con el trato de Bellas y bestias, si no cedías los habrían utilizado...
—Lo sospeché—murmuró—. No esperaban que me convirtiera en la reina y tuviera la mayoría de las mafias a mi lado...
—Exactamente—murmuré—. ¿No les hicieron nada?
—No—murmuró mi abuela—. Estábamos solos en esa isla, lo único que nos impedía escapar era que la isla estaba rodeada por tiburones y que no existía ni una sola forma de comunicación, solo había un doctor que atendió a Hunter.
—¿Hunter? —preguntamos mi muñequita y yo.
Aziz y nuestras abuelas compartieron una mirada, no lo entendía ni un poco.
—Hay más... —murmuró Aziz mirando a Hunt—. Ella te amó hasta el final, chico...
—¿Qué? —preguntó.
Mi muñequita me miró con sus ojitos llorosos y entendí lo que habia pasado. Nikolas desapareció por unos segundos, al regresar vi a un pequeño bebé de aproximadamente año y medio, su cabello era chocolate pero tenía unos brillantes ojos verdes, sin duda, idénticos a los de su padre.
—América... la recatamos cuando la enviaste a los forenses—explicó Nikolas—. Aziz ya me habia informado de todo, ella recupero la conciencia, así que la llevé con uno de los médicos que teníamos, ahí ella perdió prácticamente toda la movilidad de su parte baja, pero... descubrimos que estaba embarazada, quizás por eso se aferró a la vida.
—¿Quieres decir que ella...? —susurró Hunt.
—No—murmuró—. Tuvo un parto prematuro, las cosas se complicaron en el quirófano... lo siento, me gustaría decirte que América esta con vida.... pero murió al dar a luz a Hunter... Ella dijo que lo nombramos de esa manera.
—Si estaban secuestrados.
—No les importaba lo que pasara con nosotros... siempre y cuando no estorbáramos...
—Es mi hijo—murmuró Hunt.
—Y mi sobrino—susurró mi muñequita.
Vimos la tierna escena donde Hunt y su hijo se abrazaban por primera vez en la vida, mi muñequita sonrió con demasiada alegría, feliz porque por lo menos su hermano no lo habia perdido todo.
Sonreí al ver su alegría, ella me hacía sentir que flotaba por el simple hecho de sonreír, aunque en realidad esa acción era todo, menos simple. Era perfecto. Tomé su mano y la llevé a mis labios, quizás sellando una promesa silenciosa que a partir de ese momento lo único que habría en nuestras vidas sería la eterna felicidad de estar al lado del otro, lo único que ambos deseábamos con todo nuestro corazón.
—Te amo—murmuró.
—Te amo tres vueltas al universo a pasito de tortuga, mi amor—murmuré besando sus labios—. Por siempre y para siempre, hasta que nos volvamos polvo de estrellas y dejemos de existir en cualquier universo.
—Me harás llorar, idiota—susurró.
—No volverás a llorar, a menos que sea de felicidad, amor—murmuré.
Ella se abrazó a mi torso, mientras veíamos como todos se ponían al día, incluso nuestro hijo con el niño que recién había llegado era una copia exacta de Hunter Jr. No había duda de que ese niño de mirada ámbar era su hijo.
Mi muñeca me sonrió, abrazándose con más fuerza a mi torso, mientras me sonreía con esa energía que me hacía vibrar a niveles cósmicos, de una forma realmente perfecta y única, la manera en que solo ella era capaz de hacerme sentir que no era una bestia del todo. Besé con delicadeza su coronilla, estrechándola con mi brazo derecho, sintiendo su calor penetrando mis entrañas.
<<Por siempre y para siempre>>
.
.
.
¿Qué les pareció este capítulo?
¡Tenemos un Hunter Jr.Jr.! ¿Qué les parece?
¿Creen que por fin nuestros personajes puedan disfrutar de estar juntos?
¿Qué creen que pase ahora?
¿Se nos ha escapado algo?
¡Holi, mis queridos muñequitos! Espero les este gustando estos capítulos y tranquis, tendremos capítulos hermosos a partir de ahora ¿O no?
Deséenme suerte, esta autora tiene el examen más importante de su vida el Domingo y estoy que trepo las paredes de los nervios. ¡Los quierooo!
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