Capítulo 34.
Karma.
"Aquellos que estén libres de resentimiento encontrarán la paz." ~ Buda
Dicen que muchas veces el karma está presente en nuestras vidas, ataca en el momento justo en el que sientes que has ganado todo, ataca cuando te sientes el rey del mundo y cuando has aplastado tantos corazones que es completamente imposible contarlos con los dedos de las manos, cuando estás en la cima del mundo por qué te has conducido por engaños y amenazas. De una manera sucia has llegado a tener el poder.
Dicen que el karma es la fuerza del universo que logra hacer que cualquiera se ponga de rodillas, no importa si has estado en el poder durante años o si te sientes completamente invencible a pesar de que te han demostrado que no eres más que un pedazo de mierda, el karma se encargará de hacer pagar cada uno de los daños que provocaste, cada una de las vidas inocentes que te cargaste y te hace pagar cada uno de los malos actos que cometiste, cuando tenías la opción de hacer algo diferente.
Dicen que a veces el karma es demasiado jodido, por qué si tu alma es tan oscura como para haber causado daño en tu vida pasada y en la presente, esa fuerza del universo se va a encargar de reflejar todo lo que hiciste en tu vida, se va a encargar de hacerte pagar sí hiciste daño a alguien o si opacaste su alma, hará que te arrepientas desde lo más profundo de tu ser.
Dicen que cuando actúas mal lo que obtienes será maldad, cuando actúas de una forma en la que sabes que vas a lastimar a más personas y aun así lo haces, estás sellando completamente tu sentencia para que el karma se haga cargo de ti. Cuando nosotros actuamos sabiendo que vamos a dañar no sólo a nuestra alma sino a más personas y aun así lo hacemos como si no importase ni valiese nada en el alma de alguien más, nos condenamos a nosotros mismos, porque quizás el karma no llega instantáneamente, pero sí lo hará cuando tú creas que todo está correcto, cuando creas que tu vida está tomando un rumbo completamente nuevo y que quizás, el karma ni siquiera pensó en hacerte daño.
Sin embargo, dicen que el karma está presente en todo momento, que sólo acecha el momento en el que sientas que toda tu vida está correcta, cuando tengas construido todo aquello que deseabas y anhelabas, que tengas el poder completo sobre tus manos y cuando menos te des cuenta, ataca. Hace que ese poder te consuma a ti, hace que todo lo que tienes a tu alrededor se convierta en una completa nulidad, es imposible que te vuelvas a poner de pie y toda tu vida, cae en picada.
El karma llega a destruir todas las bases que creías tener, te hace sufrir mil veces el dolor que tú provocaste, a esa fuerza del universo no le importa si la consideran cruel o despiadada, te muestra que el dolor que tú provocaste no es nada comparado con lo que te va a ocurrir por haber dañado a esas personas, sí causaste el mínimo daño, debes atenerte a las consecuencias que el karma te va a dar.
Cuando te sientes completamente invencible, entonces el karma hará su aparición y te hará sufrir.
Queria ser ese Karma para Schiavone y Lombardi, ambos habían sido mis supuestos amigos, pero me habían jodido a lo grande, los dos merecían sufrir por el daño que le habían provocado a mi muñequita y a mi familia, los haría pagar en todos los sentidos, sufrirían hasta el último instante de sus vidas. Ellos habían provocado dolor a cientos de familias, sin siquiera importarles un poco las consecuencias que eso podía atraer, ellos solo tenían un hambre avariciosa de poder, tenían ganas de dominar el mundo, no les importaban los métodos sólo el resultado.
Pero no descansaría ni un solo segundo hasta verlos totalmente derrotados, los haría pagar cada lágrima que mi muñequita había derramado por su culpa, cada uno de sus llantos y el dolor que le habían provocado, no importaba que tuviese que hacer para ello, pagarían en esta y mil vidas más.
Mi muñequita se había convertido en mi fuerza, en mi todo, lo único que necesitaba para iniciar una guerra si algo le llegaba a pasar, ella era mi todo y la amaba como nunca había amado a nadie, estaba completamente seguro de que por ella era capaz de destruir el maldito mundo, no dejaría que ninguno se esos bastardos volviesen a ponerle un solo dedo encima, los destruiría y acabaría con ellos.
Toda nuestra noche había sido perfecta, nos habíamos amado y ambos sin decirlo teníamos una promesa en nuestros corazones, después de que terminásemos con esos bastardos nos aseguraríamos de que cada noche fuese así de perfecta, que ambos pudiésemos amarnos de las mil formas que lo deseábamos, no importaba absolutamente nada, no dejaríamos que nada nos separara porque queríamos tener una vida llena de amor.
Cada palabra de amor, cada suspiro y cada caricia eran como el sello de que nuestro futuro sería mejor, que ambos encontraríamos la paz que necesitábamos y que nos amaríamos de la forma en la que nuestras almas y corazones lo querían, que no importaba que todo tuviésemos que hacer, nuestro corazón latería una y otra vez con la misma fuerza que nos haría ser completamente invencibles.
Miré su pequeño cuerpo desnudo a mi lado, con sus ojitos cerrados y sus mejillas aun sonrojadas, era la imagen perfecta, me hacía sentir dichoso, ella me hacía sentir que navegaba en un hermoso lugar en el que éramos solo ella y yo, en el que nuestros corazones vibraban en la misma sintonía y nuestros cuerpos encajaban perfectamente. La estreché contra mis brazos, sintiendo sus pequeñas manitas contra mi pecho, ella era perfecta en cada uno de los sentidos, ella me hacía sentir realmente alucinado con su existencia, la amaba y mi corazón la anhelaba de una forma completamente única.
La escuché removerse incómoda, cuando su manita se apretó contra mí torso, supe que quizás una pesadilla la estaba atormentando y como cada noche lo había hecho, la estreché con fuerza entre mis brazos Y besé su coronilla con completa delicadeza, pronto el agarre se soltó y la escuché dejar salir un suspiro de tranquilidad.
Acaricié su cabello y dejé que siguiera durmiendo, a pesar de que los primeros rayos de sol de la mañana comenzaban a salir del horizonte, sabía que debía dejarla dormir hasta que ella se sintiera completamente renovada, tendríamos un día largo con demasiadas emociones y no quería que ella sufriera un colapso. Sí, mi muñequita era más fuerte que todos nosotros juntos, pero sabía que necesitaba algo a lo que aferrarse y sentirse segura.
No podía parar de verla, incluso cuando mi cabeza me exigía dormir por lo menos unos minutos, no lo quería porque de alguna manera quería seguir mirando su rostro, quería seguir admirando esa belleza que solo ella tenía y que mi corazón se sintiera completamente seguro. La amada con cada gramo de mi corazón y no me importa absolutamente nada más, solo ver su perfecta y hermosa sonrisa.
Después de un par de horas, pude ver cómo sus ojitos preciosos y curiosos se abrían, con esa energía que ella me hacía sentir completamente alucinado, ella era perfecta en cada uno de los sentidos y lo era un más cada mañana al despertar, amaba ver su cabello completamente desordenado, sus hermosos ojitos lagañosos y sus mejillas sonrojadas, era la imagen más perfecta del mundo, no me importaba que tuviese que hacer para conservar esa imagen por el resto de mi vida.
La vi estirarse como un pequeño gatito, mientras un gemido salía de su boquita. Solté una pequeña risa sin poder evitarlo, mientras me sentí apegarse a mi cuerpo como si fuésemos 2 imanes que se traían al estar cerca. La abracé y le repartí pequeños besos en su coronilla, sintiendo su sonrisa contra la piel desnuda de mi cuello y torso.
—Buenos días, mi amor—susurré sobre su frente—. ¿Cómo dormiste, mi dulce princesa?
La escuché soltar una pequeña risita cómplice, aferrándose más fuerte a mi cuerpo.
—Hubiese podido dormir si alguien me hubiese dado la oportunidad, siento que todo mi cuerpo está agotado—murmuró con la voz más ronca y erótica posible.
—Te hubiese dejado dormir, sí alguien no hubiese pedido más durante toda la noche—me burlé.
—No me arrepiento de nada—murmuró riendo—. Aunque creo que tal vez nos van a asesinar, tenemos que partir antes para poder tener todo completamente ordenado a la hora de que comience el ataque.
—Sólo quiero disfrutar un poco de mi hermosa, perfecta y sexy esposa—murmuré besando sus labios con cada palabra—. No recuerdo que eso sea un delito
—Eso no es un delito, pero tener sexo en vía pública si lo es—murmuró —. Y ahora cualquier barco que pase frente a nosotros, verá que estamos desnudos.
—Si cualquier pescador te ve desnuda, me veré obligado a sacarle los ojos y borrarle la memoria, nadie mira a mi esposa, solo yo—murmuré.
—Entonces, cualquier mujer que se atreva a ver lo que es mío, terminará sin ojos y seguramente sin un solo recuerdo de su insignificante vida—murmuró posesivamente—. Exceptuando esta noche, sin embargo, si la perra de Maddison llega a ponerte la vista encima, créeme que voy a arrancarle los ojos con las uñas.
—Me encanta cuando eres así de posesiva, mi amor—murmuré—. Mi gatita feroz y territorial.
—No pienso dejar que nadie observe lo que es mío, soy muy posesiva con las cosas que son mías y cualquiera que se atreva a tocarlo o solo verlo, me aseguraré de cortarle la mano y arrancarle los ojos.
Solté una carcajada, girando nuestros cuerpos para dejarla debajo de mí.
—No importa quienes me tocaron, para mi siempre serás sólo tú, mi amor...—murmuré.
—Olvidaré a todas las del pasado, sí me haces el amor ahora—gruñó sobre mis labios.
—Bueno, tendré que convertirme en héroe para todas esas chicas que corren peligro por mi esposa, aunque no me molestaría que le arranques los ojos a esa mujer, ni siquiera estoy seguro sí ellos ya estaban trabajando juntos cuando llegaron a la base.
—No lo dudes—murmuró—. Pero dejemos de hablar de ellos, nos ocuparemos más tarde, ahora necesito a mi esposo.
Solté un gemido cuando su mano agarró con firmeza mi erección matutina, era tan jodidamente delicioso sentir el calor de la palma de su mano y la tentación de su cuerpo desnudo, que toda mi mente estaba completamente a punto de colapsar, la amaba con cada centímetro de mi piel y con cada célula de mi cuerpo, no me importaba una jodida nada más.
La volví a hacer mía, nuestras pieles se fundieron una con la otra, mientras sus manitas se aferraban con fuerza a mi espalada y sentía sus uñas encajarse en mi piel, cada embestida, cada beso o cariño era completamente único y diferente, era como si nuestros cuerpos estuviesen hechos el uno para el otro, como si no existiese nada más que nosotros en todo ese mundo, éramos ella y yo, nadie más y después del ataque, estaba seguro de que podríamos cumplir cada uno de los sueños de alegría que teníamos.
Cuando ambos nos recuperamos, nos arreglamos lo más presentable posible. Y caminamos como si no hubiese absolutamente nada más a nuestro alrededor, tomamos la mano del otro disfrutamos más de nuestro pequeño paseo matutino hacia la mansión. Sostener su mano se sentía cada vez diferente, era una experiencia completamente nueva cada que nuestras pieles estaban juntas, era como si la fuerza de atracción se convirtiese más y más fuerte.
Cuando llegamos a la mansión, pude darme cuenta de que todos seguían dormidos, a pesar de que teníamos algo urgente que hacer por la noche, todos necesitábamos descansar un poco para poder rendir, sería algo difícil primero adentrarnos al bar sin ser reconocidos y lo más complicado, sería atrapar a ese par de bastardos, sin que se escaparan. Tomamos una relajante ducha y ambos nos vestimos con ropa casual, queríamos estar lo más cómodos posibles pero también pasar desapercibidos en ese lugar y la única forma de hacerlo era mezclándonos con los turistas.
—¿Rojo? —pregunté.
Mi muñequita se colocaba una especie de spray sobre su cabello, convirtiéndolo de una tonalidad cobre rojizo, parecía realmente natural a pesar de que lo hacía con rapidez, ella me regaló una pequeña sonrisa. Tomó otro botecito y se acercó a mí como si no si estuviese a punto de hacerme una demostración.
—Nick los creo—murmuró—. Te pintaremos el cabello de rubio... necesitamos pasar desapercibidos y en Grecia hay tantos rubios que pasarás desapercibido, yo no puedo pintarme la de rubio porque ellos me reconocerían al instante, me conocen con el cabello rubio, pero no con la tonalidad pelirroja.
—Eres macabra, muñeca.
—Es a prueba de agua, no se caerá incluso cuando estén bailando, todos se lo pintaran de rubio, Peter dijo que tiene una especie de política en la que todos los bailarines son rubios, Al parecer los rubios son los que tienen más público.
—Muñeca—murmuré—. No vas a pintar mi cabello...
—Claro que lo haré—murmuró con un guiño—. Lo hacemos por las buenas o por las malas.
—¿Las malas?
—Si—murmuró—. Voy a amarrarte a la cama y te pondré el tinte falso.
—¿Eso implica tenerte desnuda sobre mí? —pregunté con una sonrisa ladina.
—No, pero si dejas que te lo pinte por las buenas, quizás todo el regreso a casa podamos encerrarnos en el camarote—murmuró con un guiño.
—Joder, eso sí me gusta—murmuré.
La tomé de la cintura e inmediatamente mi muñequita rodeo sus piernas sobre mis caderas, soltó un pequeño grito, aferrándose a mi cuello para no caer. Le sonreí, me encantaba sentir su cuerpo tan cerca del mío, me senté en la cama con ella sobre mí, sintiendo el calor de su cuerpo. Dejé que me hiciera lo que quisiese, sentí en sus pequeñas manos en mi cabello mientras el ligero sonido del spray inundaba toda la habitación.
—Te prefiero cobrizo—murmuró con un gesto—. Rubio pareces un niño mimado...
—¿Me acabas de decir niño mimado, muñeca? Si sabes que soy el Pakhan de la Bratva ¿Verdad?
—Y yo soy la reina de la mafia—murmuró mi muñequita con un guiño—. Así que estamos iguales.
Subí mis manos de su cintura a sus pechos, sintiendo su estremecimiento bajo mi tacto, esa manera tan perfecta y hermosa de retorcerse y de hacerme desearla incluso más de lo que ya lo hacía.
—Eres una muñeca traviesa, amor—murmuré riendo—. Aunque, me encantaría saber que travesuras puede hacer mi hermosa adorable esposa.
Su respiración se agito y sonreí, conocía el punto erógeno de sus pechos y a ella le encantaba saberlo y sentirlo.
—Joder, Conall... si sigues, voy a desnudarte y montarte hasta que la cama se rompa—murmuró.
Separé rápidamente las manos, cuando escuché la manija de nuestra puerta abrirse, quise gritar a la persona que estaba interrumpiendo nuestro momento, sin embargo cualquier rastro de molestia o enojo desapareció de nuestros rostros, al ver a nuestro pequeño hijo, siendo seguido por las mascotas.
Hades, sin dudarlo un segundo corrió en nuestra dirección y subió a la cama, comenzando a lamer nuestros rostros y reconociéndonos al instante. Solté una pequeña risa, cuando saltó al suelo y corrió al enorme ventanal, se habia vuelto fanático de la vista, al igual que todas las mascotas que sin dudarlo lo siguieron, a excepción de Tikka, quien simplemente saltó a la cama y busco la almohada para dormir.
—Pequeño, ya te he dicho que debes mantener a las mascotas en tu habitación, cuando hay mucha gente sabes qué se estresan—murmuró mi muñequita con la voz que me hacía suspirar.
—Perdón, mami. Ellos querían verlos, estaban ladrando y maullando, creo que querían asegurarse de que estaban bien—murmuró con sus ojitos llorosos.
—Ven acá mi amor—murmuró mi muñeca, separándose de mí y haciendo que quedase un hueco entre nosotros para nuestro hijo, Quien no dudó un solo segundo en subir en la cama y meterse en el espacio que le habíamos dejado—. ¿Qué es lo que está ocurriendo?
—Ayer escuché que mami y papi van a salir—murmuró con un puchero —. La Última Vez que los dos dijeron que iban a salir, mami regresó con una cortada en su cabeza y no despertó durante dos días y la otra vez cuando era más pequeño, me quedé con la tía Julia, mi papi no regresó.
—No pienses en eso, campeón—murmuré—. Tu madre y yo regresaremos sanos y salvos, debemos ir para terminar con la gente mala y que no nos hagan daño, pero regresaremos.
—Y cuando regresemos, pasaremos todo un día en la playa, comiendo gelato y le diremos a Nonno que prepare pizzas—murmuró mi muñequita—. ¿Te gusta esa idea, pequeño?
—¡Si! Mami—gritó mi pequeño.
—Pero, debes hacerle caso en todo a nonno, Julia y abuelita Tass ¿Sí? —pregunté con una pequeña sonrisa hacía mi hijo.
—Si, papi—murmuró con una dulce sonrisa—. Papi, ¿Por qué tu cabello y el de mamá es diferente?
—Porque quisimos hacer un cambio de Look—murmuré—. ¿Quieres intentarlo?
—¿Puedo, mami?
—Si, pequeño—murmuró mi muñequita con dulzura en su voz.
Solté una pequeña risa, cuando mi pequeño se sentó en las piernas de su madre quien no dudo en comenzar a colocarle el spray de tono rojo, mi pequeño sonreía con demasiada alegría, hasta que su cabello quedó hecho una explosión de colores, combinando ambos.
Los tres bajamos a la planta baja y nos encontramos a todos nuestros amigos y los que iríamos al lugar. Las tropas llegarían en aviones turísticos para evitar sospechas y como mi muñequita lo había previsto, no existiría ni una sola complicación al ingreso a Grecia.
—Ellos se encuentran en un hotel de la costa—murmuró Peter—. King tiene hombres vigilándolos, en cuanto se muevan, nos será informado.
—Bien—murmuró mi muñeca—. Todos tenemos un roll diferente, los hombres del Sacerdozio se quedarán aquí a excepción de Peter. Los demás, estarán al tanto de si se presenta alguna situación que no estamos previendo, no llevaremos todas las tropas, sin embargo, si las cosas se complican, pediremos refuerzo de las que se quedaron, envíenlas en el T127A, llegarán allá en media hora.
—Todos estamos listos—murmuré.
—Una de nuestras tropas esta entrenada para neutralizar a nuestros enemigos, se encargará de hacer que Schiavone y Lombardi queden sin refuerzos—murmuró Archie—. Ellos ya se encuentran en Grecia, estan realizando espionaje.
—¿Tenemos algo nuevo?
—Tienen tres tropas listas para su defensa, todas se encuentran en costa del mediterráneo, estan listas para atacar, pero las nuestras serán contención.
—Bien—murmuró mi muñeca—. Ofrezcan rendición, si no lo aceptan, no quiero ni un solo vivo.
—Si, señora—murmuró Archie.
—El Jet está listo—murmuró mi padre—. Nosotros nos quedaremos en el jet para la hora del despegué, Mike estará cerca de la costa para llevar a todos nuestros soldados a salvo, si las cosas se salen de nuestro control, loes estaremos esperando.
—Todo saldrá bien—murmuró mi muñeca—. Somos fuertes, el maldito ejército Phoenix, así que no queremos caídos y tampoco saldremos huyendo, veremos como arden esos bastardos y después disfrutaremos de un viaje de regreso a casa.
—Me gusta eso—murmuré y tomé su mano—. Bien, los que estaremos en el escenario, recuerden que las armas las ocultaremos en el suelo.
—Les enseñare como hacerlo, debemos tenerlas a la mano y ser rápidos, no se les permitirá la entrada a turistas o a ningún civil, King ingresará a sus hombres para que nadie sospeche.
—Bien—murmuró mi pequeña—. Madre, te encargarás junto con Marlen y Lizeth del rescate de las víctimas, tendrán toda una tropa a su disposición, pero si algunas tienen traumas, traten de hacerlas entrar en razón, no sabemos a quienes las hayan prometido.
—Estarán los norcoreanos, los Brasileños y no sabemos cuántas bandas más, así que si ellos se rinden ante la reina, deberán dar tregua, pero si no lo hacen, quiero muerte—murmuré—. Y recuerden, todos debemos protegernos con todo, la señal para que todo empiece, será nuestra reina cortando la garganta del guardia de Schiavone y Lombardi que se encontrará en el piso superior.
—Lo tenemos—murmuraron todos.
—Solo tenemos una oportunidad, vamos allá... no para vengar lo que me hicieron a mí y a mi familia, sino lo que han hecho a miles de personas inocentes, por las familias que han separado y por las personas que nos han arrebatado... ¿Estan listos? —preguntó mi muñeca con voz firme.
—Si, señora—murmuramos todos.
—Bien, acabemos con esos bastardos y volvamos a casa sanos y salvos, que tenemos toda una vida por delante—murmuró mi muñeca—. ¿Todo está listo?
—Si—murmuró el señor Kim—. Cargamos todo en el Jet, estamos listos para partir.
—Bien, en quince—murmuró mi muñeca.
Todos se alejaron, dejándonos solos a mi esposa y a mí, con nuestro pequeño hijo que parecía un pequeño koala en los pies de su madre. Sonreí y me agaché a su altura, de cierta forma sabía su miedo, no queria perdernos a ninguno de los dos y yo me aseguraría que así fuera.
—Hey campeón—murmuré.
—No quiero papi—murmuró—. No quiero que se vayan... no lo hagan... quédense conmigo.
—Mi amor—murmuró mi muñequita—. Escucha, pequeño, debemos ir para poder regresar contigo y poder tener una vida tranquila, si no lo hacemos, esas personas malas van a venir y nos van a querer hacer daño a nosotros ¿Lo entiendes? Debemos asegurarnos de que tú estarás a salvo y que nosotros podremos estar tranquilos para verte crecer... eres un niño super inteligente, sabes que no nos pasara nada.
—¿Segura, mami?
—Lo prometo—murmuró juntando sus frentes—. Ahora, recuerda que si tía Julia, Nonno o Abuelita Tass lo dicen, deben ocultarse en donde ya te he enseñado ¿De acuerdo?
—Mami... ¿Y si ustedes no regresan?
—Lo haremos, siempre regresaremos, pequeño—murmuré—. Somos tus padres y nunca te abandonaremos ¿De acuerdo?
—Si, papi—murmuró con una pequeña sonrisa.
—¿Qué te parece si lees tu libro favorito mientras nos esperas? Puedes leerlo y cuando termines, veras que estaremos de regreso—murmuró.
—¿El principito?
—Si—contestó mi muñeca—. O el de dragones o el de caballeros y princesas, el que te guste más, mi amor.
—¡Si, mami! —gritó con una sonrisa.
Mi muñeca llenó su rostro de besos, mi hijo soltó carcajada tras carcajada, mientras trataba de huir de los brazos de su madre. Solté una pequeña risa al ver la escena, lo que hizo que ambos pararan, se dieron una mirada cómplice y antes de que pudiera suponerlo, ambos se lanzaron sobre mí, repartiendo besos por todo mi rostro, haciendo que mi corazón se llenase de completa dicha. Soltaban carcajadas cargadas de alegría y llenas de amor.
Los estreché a ambos, inmovilizando sus brazos y fui yo el que comenzó a besar sus rostros, las dos luces de mi vida soltaban risas sin detenerse a nada, carcajeaban y trataban de contraatacarme. Los amaba y realmente queria que esas sonrisas existieran por siempre y estaba seguro de que mi muñequita deseaba lo mismo, una felicidad enorme en la que no tuviésemos que preocuparnos por sobrevivir, sino por vivir.
Los tres terminamos sobre el suelo, yo con mi espalda chocando con el suelo y ellos dos arriba de mí, mientras reíamos como si no hubiese un mañana. Los estreché a ambos, sintiendo el calor de sus cuerpos y mi corazón inundado de amor y felicidad.
—Les prometo, que después de esto, solo habrá risas—murmuré—. Nada nos va a volver a hacer daño...
—Nada nos hará daño—murmuró mi muñequita—. Te amamos mucho, Niall, nuestro pequeño gran valiente.
—Yo los quiero a ustedes, papis—murmuró abrazándose a mi torso y al de su madre—. Regresen a salvo ¿Sí?
—Si, pequeño—murmuré besando su cabeza.
—Lo haremos, pequeño y tendremos todo un día de spiaggia e gelato.
—Sì mamma, spiaggia e gelato
—Nuestro pequeño italiano—murmuré riendo—. Volveremos a casa, es una promesa.
Nuestro pequeño hijo sonrió, se puso de pie y con una enorme sonrisa en sus labios, extendió sus manitas para ayudarnos, ambos la aceptamos sin hacer real uso de su fuerza, solo dándole confianza de que él era fuerte.
—Enano—murmuró mi muñeca—. Haz caso a Nonno y a la abuelita Tass ¿Sí? Y Julia queda a cargo del cuarto de juegos...
—Si, mami—murmuró Niall con una pequeña sonrisa.
Mi esposa y yo lo abrazamos con fuerza, ambos amando a nuestro pequeño hijo con toda nuestra alma, Niall lo era todo para nosotros y lo que más anhelábamos era que él tuviese el resto de su infancia completamente feliz, sin tener que estar al pendiente de que ella o yo no regresáramos.
—Es hora de que se vayan—murmuró mi madre entrando a la sala—. Lo cuidaremos bien, Keyli.
—Lo sé—murmuró mi muñeca—. Regresaremos pronto, Niall debe ir a sus clases, comer sus verduras y dormir temprano, estará leyendo el principito, por lo que es posible que no quiera salir a jugar o a hacer otra cosa sin su libro, puede comer una barra de chocolate al día. Por favor entiéndalo si no tiene ganas de salir.
—Key—murmuró mi madre acercándose a mi muñeca—. En primera, deja de llamarme de usted, siento que soy una anciana y en segunda, te prometo que sé cómo cuidar un bebé, quizás no pude estar con mi hijo pero crie a los hijos de ese hombre y lo hice bien, porque ninguno de ellos siguió los pasos de su padre, así que no te preocupes, pequeña...
—Dios—murmuró—. ¿Segura?
—Si, tranquila—aseguró—. Él estará en buenas manos, nos aseguraremos de que nos les pase nada.
Mi muñequita asintió y abrazó a mi madre.
Ambos nos acercamos a nuestro hijo, quien tenía una madurez enorme, a pesar de que sus ojitos se llenaban de lágrimas, lo único que hizo fue sonreír en nuestra dirección, abrazarnos y caminar al lado de mi madre.
—Regresen a salvo, papis—murmuró con una dulce sonrisa —. Los quiero.
—Y nosotros te amamos—contestó mi muñeca.
Me despedí de mi madre y sin detenerme más tiempo, tomé la mano de mi muñequita y ambos caminamos hacía el lugar en donde debíamos abordar el jet. Keyli dio las ordenes de abordar y sin esperar más tiempo, hizo que todos nos encontrásemos listos para el ataque.
Como era previsto, nuestro vuelo no duro más de media hora, todos estábamos completamente tranquilos y listos para cualquier cosa que estuviese en nuestro camino, no presté atención a toda la belleza de Grecia y parecía que nadie lo hacía, todos estábamos concentrados en lo que debíamos hacer al llegar.
Cuando llegamos a la entrada trasera del Bar, Peter nos guio para que pudiésemos llegar al lugar. Nuestros hombres rodeaban todo el establecimiento y la única manera de entrar era por la puerta trasera.
—Señora, es un gusto por fin conocerla, solo me han descrito su belleza—murmuró.
Miré al hombre alto, su cabello rubio resaltaba sobre sus ojos azules y la sonrisa mordaz solo significaba lo que su mente estaba planeando con mi esposa.
—Usted debe ser el señor King—murmuró mi muñeca sin prestarle demasiada atención—. Escuché que se uniría a nosotros, ¿Cómo va eso?
—Directa, me gusta—murmuró el hombre—. Quizás podamos discutir la situación más en privado.
—No lo creo—murmuró mi muñeca—. Me gusta tratar las cosas junto con mi equipo y mi esposo, sé que es un hombre de confianza o estoy segura de que Peter no habría contemplado su participación... así que ilústrenos, ¿Qué lo hace parte de nuestro equipo?
—Mi equipo, tenemos el control de la costa, aparte de los hombres que usted tiene rodeando a esos bastardos, nosotros tenemos a otros tantos—aseguró —. Además, soy bueno en convencer a las personas de algo.
—¿Rechazo la oferta de Schiavone y Lombardi? —preguntó.
—No—aseguró—. Pienso comprar a las niñas que pueda para dejarlas en libertad, quizás piense que soy un bastardo desalmado por los enfrentamientos que llegamos a tener cuando usted era una coronel, pero siempre he estado en contra de la trata.
—Bien, en eso nos sirve—murmuró mi esposa—. Necesito que se escabulla y este junto esos bastados, necesitamos toda la información posible para rescatar a las chicas.
—Claro, puedo ayudar y estoy seguro de que también querrán ver a Peter.
—Puedo estar presente—aseguró Peter.
Todos nos dirigimos a nuestros puestos, cada uno tenía actividades. La madre de mi muñeca se encargaría del rescaté de las chicas, a las cuales habíamos ubicado en una bodega cercana, con ella estarían Marlen y Lizeth, ambas con experiencia en tratar traumas para evitar una crisis. Archie, Lev, Nick y yo, nos encargaríamos de realizar un baile de distracción sobre las tarimas, donde tendríamos más rápido acceso a los hombre cuando mi muñeca diera la señal.
Key, entraría desde el techo, donde asesinaría a los "Halcones" para evitar su reacción y todos los demás estaríamos listos para la señal, rodearíamos al par de bastardos, nos cargaríamos a Alexei y Maddison y terminaríamos con la vida de los bastardos mayores. Avery y Andrew se encargarían de colocar bombas en todo el edificio y las explotarían para asegurarnos de que esos bastardos murieran y no se atrevieran a levantarse de entre los muertos.
—Te amo—murmuré a mi muñequita.
—Yo te amo más—murmuró—. Prométeme que después de esto, ambos vamos a volver a casa, compraremos una mansión enorme en Sicilia y ahí criaremos a nuestro pequeño y a sus hermanitos.
—Lo prometo, mi amor—murmuré tomando sus mejillas entre mis manos—. Vamos a estar juntos, tendremos una vida hermosa y pronto tendremos pequeños corriendo por todos lados que te dirán mamá.
—Dios, sólo si tú eres el papá.
—Espero ser la única opción, mi amor, porque tú eres mi única opción, ahora y siempre.
—Joder, te amo—murmuró, atrapando mis labios entre los suyos.
No me negué, nuestros labios encajaban perfectamente, la amaba de mil formas distintas y no quería que nada cambiara, queria que nos amaramos eternamente, por siempre. Me separé con delicadeza de ella y ahí lo supe, en esa noche todo terminaría, no me importaba nada, ese beso sellaba la promesa de que volveríamos a casa para tener la vida que siempre habíamos deseado, la vida que siempre habíamos anhelado y que sin importar nada, tendríamos.
Aunque me negaba a separarme de ella, era necesario. La vi alejarse por los pasillos y desaparecer de mi vista, la música estruendosa se escuchaba a lo lejos y esa era nuestra clara señal de entrada.
La tardé paso como agua y tan pronto como anocheció, supimos que la hora había llegado, ese momento que todos habíamos esperado durante años y que por fin teníamos frente a nosotros estaba a punto de lograrse.
—Escuchen—murmuró mi muñeca por el auricular—. Si las cosas se complican, aborten misión, no quiero ni una sola baja de nosotros, así que asegúrense de que todo salga bien, vuelvan todos a salvo, es una orden—susurró y podía notar el miedo en su voz—. Tengo a los objetivos en la mira, tienen por lo menos todo un ejército rodeándolos.
—Copiado—contesté—. Escuchen, tenemos una oportunidad, así que acabemos con esto y regresemos a casa, el lugar que se convirtió en casa.
Todos sonrieron y se colocaron las máscaras que Peter nos había entregado, todas tenían la característica de parecer a la del hombre de hierro, pero de tono dorado y con pequeñas grecas y decoraciones en pedrería.
La música comenzó a sonar y todos nos adentramos en el escenario, estaba lleno de gente, pero sabía que todos eran aliados, a excepción del gran circulo que rodeaba a los bastardos, la ira se encendió en mí y el odio incluso más, los odiaba con todo mi ser, los despreciaba y estuve a punto de sacar un arma de las que estaban ocultas y volarles la cabeza, pero ese honor lo merecía mi muñeca, solo ella podía volarles la cabeza.
Mis pensamientos de ira se vieron opacados cuando levante la mirada y unos brillantes ojos verdes me atraparon, me volví inconsciente de mi cuerpo, mientras dejaba que se moviera con completa libertad. Mi muñeca me miraba con hambre, esos ojos que eran tan jodidamente expresivos y que amaba con todo mi corazón.
—Mío—pude leer sus labios.
Sonreí, mientras continuaba con el falso show y los gritos de las mujeres que se encontraban en el lugar inundaban todo el establecimiento, sonreí cuando un par de bailarinas de Peter entraron al lugar, luciéndose mientras tocaban a Lev, quien era el único al que podían tocar. Solté una risa al recordar las palabras de mi muñeca a las chicas <<Ellos tres estan completamente prohibidos, a menos que quieran terminar sin manos y sin ojos, tienen dueñas>>
—Joder, me quedaría aquí por siempre—murmuró mi primo, dejando que lo toquetearan por todas partes.
El baile sensual acompañado por la música de The weekend, era perfecta y estaba seguro de que estaba logrando su cometido. Levanté la mirada y pude ver ese brillo de lujuria en los ojos de mi muñeca, como si estuviese lista para devorarme. La vi morder su labio inferior y dirigirme un guiño.
<<Joder muñeca, voy a tomarte toda la puta noche>>
Mi pensamiento fue cortado, en el momento en el que con agilidad, colocó la preciosa daga de oro en el cuello del hombre que se encontraba frente a ella y con un corte limpio, vi la vida irse de los ojos del enorme gorila.
—Qué comience la diversión—murmuró.
El primer disparó cortó el aire y la pude ver moverse con agilidad por el palco superior, mientras todos los perros guardianes de Magnus y Massimo se ponían alerta, pero era imposible que nos detuvieran, habíamos empezado y ni un rayo era capaz de cambiar el rumbo. No nos detendríamos hasta tener la cabeza de esos bastardos ardiendo.
<<Ahora sí, hijos de puta, esto es por mi muñeca>>
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¡Ahora si vine lo chido!
¿Qué les pareció esta capítulo?
¿Estan listos para ver caer a los que les han hecho daño a nuestros protagonistas?
¡Los quiero, muñequitos, espero leer sus comentarios! <3
*Arriba como me imagino la escena donde Conall, Key y Niall juegan a las cosquillas.
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