Capítulo 29.
¿Ella?
"Quizás la mente es mucho más poderosa de lo que nos creemos y aísla los pensamientos negativos y los recuerdos traumáticos." ~ ARMANDO RODERA
Dicen que la vida a veces azota demasiado fuerte, que a veces llega un punto en el que es imposible que nos pongamos de pie sin sentir que nos desvanecemos, la vida a veces tiene que basarse en los recuerdos para poder seguir viviendo, porque sabemos que nuestra realidad actual puede ser un completo infierno y lo único que puede ayudarnos a sobrevivir, es el saber que tenemos a alguien a nuestro lado.
Muchas personas quieren luchar contra su dolor por sí mismas, creen que serán vulnerables si muestran eso que los hace sentir completamente solos, si dejan a la vista ese dolor que les provoca alguna situación, el dolor que los consume, que los hace sentir miserables o los seres más pequeños sobre la Tierra.
El dolor suele ser realmente asqueroso, el dolor es algo que el ser humano a pesar de los miles y miles de años de evolución, no ha logrado explicar y tampoco encontrar la fórmula perfecta para eliminarlo, no sólo el dolor físico, para ello a veces existen anestesias, calmantes o píldoras, pero para el dolor del alma y del corazón, no existe absolutamente nada que haga que ese dolor desaparezca, quizás puedes dormir durante un tiempo y lo olvidas en sueños, pero otras veces te das cuenta que ese dolor comenzó a consumir incluso esos sueños bellos que te hacían escapar de la realidad.
Todo el mundo dice que debes de ser fuerte cuando atraviesas algo, que debes encontrar la paz en tu interior y que debes de saber superar el duelo, el duelo de haber perdido a alguien es difícil, por qué te sumes en una profunda mancha que enferma tu corazón. Pero lo que no nos dicen es que el duelo por habernos perdido a nosotros mismos es más doloroso que cualquier otra cosa, perdemos aquello que nosotros formamos durante toda nuestra vida, sea el carácter, la dignidad o la valentía.
El duelo de saber que lo hemos perdido no por nuestra convicción, sino porque no la arrebataron es más doloroso que cualquier otro duelo, porque no podemos simplemente levantarnos e intentar seguir adelante, porque nos robaron nuestra esencia, nos robaron aquello que nos hacía sentir seguros en nuestro cuerpo, en nuestro hogar. Nuestra alma comienza a sentirse completamente desprotegida, vulnerable. Y es ahí cuando comienza el duelo, cuando nos damos cuenta de que en realidad lo único que es teníamos seguro se acabó.
Perdernos a nosotros mismos duele más que cualquier cosa, porque nos perdemos en un mundo en el que somos incapaces de sobrevivir sin sentir que el alma se nos agota a cada instante, nos perdemos en un mundo en el que no podemos sobrevivir sin saber que nos han arrebatado lo más importante sobre la Tierra. Perdemos nuestro lugar seguro y nuestra alma comienza a buscar uno nuevo, porque incluso cuando nosotros ya no tenemos fuerzas para continuar, nuestra alma se niega a morir, se niega a que le arrebaten todo a que la dejen sin nada.
Por eso dicen que todos tenemos almas fuertes, porque nuestras almas incluso cuando nuestros cuerpos o nuestros corazones dejaron de luchar, ellas no lo harán, no se dejarán caer porque ellas quieren sobrevivir, quieren seguir en la Tierra por más doloroso que sea estar sobre ella, no quieren volver al limbo para darse cuenta de que perdieron absolutamente todo, no importa la religión que profeses, todos creemos que existe algo después de la muerte, sea el limbo, el cielo o el infierno, quizás nosotros no lo sabemos pero nuestras almas sí saben a dónde Irán y por eso se aferran a la vida.
Mi madre siempre me había dicho que no importa en donde esté, realmente nunca iba a estar sola, incluso cuando el alma se me derritiera, ella siempre me decía que no importaba si iba al otro lado del mundo o si estaba en la Patagonia, tarde o temprano encontraría mi propia alma y me daría cuenta de la fortaleza que tenía en mi interior.
Ella siempre había sido de creer en que todos teníamos algo en nuestro interior que nos hacía ser fuertes, que no importaba cuántas veces nos pisotearan o nos hicieran sentir las hormigas más pequeñas del mundo, siempre sabríamos cómo levantarnos y poner en alto la frente, incluso si habían pisoteado nuestra dignidad, nuestra valentía o nuestras fuerzas para continuar, siempre había3 algo en nuestro interior que seguiría luchando durante cada instante, algo que no se rendiría a pesar de todas las pruebas que la vida pudiese ponerle.
La vida muchas veces nos pone en momentos en los que no podemos sopesar lo que ocurre, nos pone en momentos en que realmente el dolor nos consume completamente y es imposible continuar. Sentimos que el dolor nos ahoga a un punto en el que el agua nos llega hasta el cuello y sentimos que será de un momento a otro nuestro último suspiro, el dolor a veces nos consume a un punto en el que realmente es imposible retrasar lo inevitable. Nuestra propia muerte.
Hay situaciones en la vida que por más que tratamos de superar se quedan tatuadas en lo más profundo de nuestros corazones, se quedan en ese punto en el que no podemos seguir con nuestro corazón latiente como debería ser, pero continuamos, lo hacemos porque nos damos cuenta de que ese dolor es momentáneo, porque miramos a nuestro alrededor y nos damos cuenta de que estamos rodeados de personas que nos aman, de personas a las que no les importa si estamos dañados o defectuosos, estarán ahí para nosotros. Dándonos el aliento que necesitemos.
A veces es necesario que recurramos a personas que pueden ayudarnos, personas que tarde o temprano nos hacen sentir que el amor es suficiente para cualquier cosa, pueden ser nuestros padres o el amor de nuestra vida, pero siempre tendremos el apoyo de personas que estarán dispuestas a sacarnos del infierno en el que nuestra propia mente se sume, personas a las que no les va a importar mancharse las manos para ayudarnos a salir del dolor.
Nos damos cuenta de que realmente jamás hemos estado completamente solos, no importa si sentimos dolor a cada instante de nuestras vidas, ellos estarán ahí para hacernos saber que sin importar nada vamos a sobrevivir, porque ellos van a tomar nuestra mano incluso en el dolor.
Pero a veces perdemos a esas personas o las olvidamos y no existe dolor más grande que saber que no estás solo, pero también que no logras recordar a la persona que ha estado a tu lado durante todo el tiempo que lo has necesitado. Nuestra mente a veces logra bloquear los recuerdos que nos hacen felices, para protegernos de alguna u otra forma, no sabemos la razón, pero simplemente ocurre.
Repetimos el mismo procedimiento que con la primer chica, tenía heridas que si no eran atendidas se infectarían, tuvimos que realizarle cientos de exámenes porque la chica estaba tan desnutrida que estábamos seguros de que no reaccionaría a ningún medicamento, pero al igual que la anterior, tenía una fuerza jodidamente grande, tenía ganas de vivir y entendía completamente eso, porque a pesar de que las habían ultrajado de forma realmente asquerosa, querían seguir viviendo, querían recuperar lo que habían tenido.
—No tuvo ningún cambio durante la noche—murmuró Kennett—. Sin embargo, es una mujer demasiado fuerte, tiene ganas de vivir, no importa lo que le hicieron sigue luchando por su vida.
—Avísame en cuanto despierte, traeré a la otra chica para que vea si la reconoce o si nos estamos enfrentando algo más. ¿Llegó algún ferry hoy?
—No—murmuró Archie—. Bueno, no antes de la chica, se encontraba uno a diez kilómetros de la costa cuando lo encontramos—aseguró—. Aun así enviaré un equipo para que realice un examen completo ¿tengo autorización?
—Sí, pídeles que se aseguren de que no haya ninguna huella de esa chica y si no la hay, quiero que rastreen los dos embarques anteriores, se supone que viene directamente de Rusia, no tendría razón para esta chica estar aquí.
—No nos informaron ninguna parada—murmuró Conall.
—Es posible que la chica haya nadado desde una distancia realmente larga, tienen los músculos de la espalda destrozados, pero tenía ganas de vivir—murmuró Charly.
—¿Crees que haya venido en ese barco? —pregunté.
—No lo creo—murmuró—. Tiene desnutrición en grado tres, sin embargo consumió alimentos hace unas cuarenta y ocho horas, lo que puede significar que ella estaba con alguien antes de llegar a la costa... la chica que encontramos antes se coló en uno de nuestros barcos, no comió durante cuatro días, a pesar de que venía con enlatados.
—Entiendo—murmuré—. Evita que los turistas se acerquen a los embarcaderos...
—Bien—murmuró Archie—. ¿Traemos a quien manejaba el barco?
—Interrógalo, si detectan un solo comportamiento sospechoso, inmovilícelo y tráiganlo ante mí.
—Key...—murmuró Andrew—. Hice los análisis que me solicitaste, como lo pensábamos, la chica fue abusada sexualmente, hace menos de 24 horas... no importa donde estaba o cómo llegó aquí, había alguien con ella y sabía su ubicación.
—¿Sabes a quién le pertenecen los fluidos?
—Negativo—murmuró—. Estoy buscando huellas dactilares en la ropa que le encontramos, pero si nadó puede que cualquier huella se haya borrado...
—Bien—murmuré—. Quiero que todos los hombres salgan, la chica aún no tiene confianza completa en verlos a ustedes... Julia fue por ella.
—¿Estas segura, amor? —preguntó Conall con preocupación.
—Sé que si los fantasmas comienzan a torturarme, mi valiente diablo los va a ahuyentar—murmuré y besé sus labios con delicadeza—. Por favor, sé lo que es tener miedo a los hombres, la chica esta traumatizada, poco a poco la ayudaremos a que lo supere, pero en estos momentos no podemos arriesgarnos a que recaiga.
—De acuerdo mi amor, pero prométeme que si te sientes mal vas a salir de aquí.
—Lo haré—murmuré—. Nonno, por favor convoca a una reunión del Sacerdozio, esto se nos está saliendo de las manos y necesitamos idear un plan para parar las apariciones de las chicas. Archie, quiero que investigues si han encontrado a más chicas en esta situación a lo largo de las costas, si es así rastréalas y tráelas hasta aquí.
—Si, señora—murmuró Archie.
Todos los hombres salieron de la pequeña clínica, mientras Mik, Mar, la señora Nikolaev y mi madre, esperábamos la llegada de Julia y Lizeth con la chica nueva. Sabía que ninguno de los que estaba ahí se atrevería a ponerle un solo dedo encima a una mujer cuando no lo deseara, pero las chicas no lo sabían y yo sabía el temor que podía llegarse a tener a las personas cuando te habían lastimado a un nivel tan horrible.
—¿M...Me llamó? —preguntó la Chica.
—¿Cómo te has sentido estos días?
—Mucho mejor, cómo se lo dije cuando me trajo aquí, en cuanto usted me diga que puedo empezar a trabajar le prometo que seré una buena cocinera o sirvienta, lo que usted desee.
—Y yo te dije que no tienes que trabajar, concéntrate en sanar para que podamos encontrar más pistas sobre ti... ¿has recordado algo nuevo?
—No, señora, no puedo recordar nada... mi cabeza está en blanco completamente y duele, porque siento que he olvidado a alguien importante.
—Sé lo que significa eso—murmuré—. Te llamé por dos cosas, encontramos a otra chica en la costa, por lo que necesito que me ayudes a identificarla, que me diga si la conoces o la llegaste a ver alguna vez en donde te tenían encerrada y la segunda, es para decirte que pronto empezaremos con tu tratamiento para el trauma... ¿Crees poder hacerlo?
—S...Si—murmuró—. Usted dijo que ellos son buenos...
—Lo son—murmuré—. Todos ellos son algo nuestro, hombres que son buenos y que jamás harían algo para lastimarte, por el contrario, todos ellos estarían dispuestos a matar por ti... son los hombres más bondadosos que he conocido en mi vida, y como te lo dije hace unos días, yo también sufrí lo que tú... debes de dejarlo salir para poder continuar con tu vida, sé que ahora piensas que no hay una vida, que solo estás sobreviviendo, pero déjame decirte que es absolutamente todo lo contrario.
—Estoy lista para comenzar el tratamiento—murmuró la chica.
Realmente sentía algo bueno con esa chica, estaba superando su trauma poco a poco, pero lo estaba haciendo, los primeros días después de que había recuperado la conciencia, no decía más de dos palabras seguidas, como la habíamos tenido que mantener en la clínica, todos habíamos escuchado alguna vez sus gritos de ayuda, suplicando que pararan por la madrugada, después la trasladamos a una de las habitaciones de la planta baja la mansión, ella no salía de ahí por miedo de toparse con alguno de los chicos, yo sabía que ninguno de ellos le haría daño, pero también sabía que ella tenía un miedo enorme a cualquier persona que no fuese ella.
—Escucha sé que tienes miedo, pero te prometo que vas a volver a ser tú, vas a recordar quién eres y si tienes una familia regresarás con ella, si no te prometo que aquí siempre tendrás un lugar y todas las personas que lo habitan van a protegerte, como lo hacen con todos. Aquí todos protegemos a todos, así que no tengas miedo.
—Gracias—murmuró.
Tomé la mano de la chica y la guíe hasta la habitación donde reposaba la segunda chica que había llegado al lugar, realmente me sorprendía cómo era capaz de burlar toda la seguridad que teníamos, porque no sólo estaba dentro de la isla la seguridad, algunos barcos pesqueros que se encontraban en la zona nos pertenecían a nosotros, sólo eran fachadas para asegurarse de que nadie intentara acercarse a nuestro hogar.
Suspiré al ver a la chica que se encontraba sobre la cama. Estaba completamente lastimada por todo su cuerpo, aún tenía algunas heridas superficiales sobre su rostro y las que estaban más profundas, tenían gazas o vendas a su alrededor, mi tío y mi suegro se habían encargado de su suturar cualquier herida que pudiese tener un daño mayor.
—Oh dios, Aita —murmuró la chica.
—¿Sabes quién es?
—Si...—murmuró—. Ella era la que nos protegía a nosotras, aunque nunca logró hacerlo mucho, siempre era la que se ponía frente a nosotras cuando nos iban a golpear, aunque después de que terminaban con ella seguían con nosotras, se aburrían más rápido golpeándonos a nosotras...
—Primero la golpeaban a ella...—murmuré—. Ella necesitará ver rostros conocidos cuando despierte, puedes quedarte aquí, te prometo que si entra alguien yo vendré con él, mi suegro y mi tío son sus doctores, también fueron los que te trataron a ti... aunque yo estudié unos años medicina, no tengo tanta experiencia como ellos, ambos son médicos militares...
—¿Son buenas personas?
—Las mejores, poco a poco los irás conociendo...
—¿Puedes hablarme un poco de ellos?
—Bueno, empezaré por mi padre, él era el ministro de la organización militar más poderosa del mundo, y te puedo prometer que es uno de los hombres más fieles y bondadosos que he conocido, ama a mi madre como si fuera su mayor tesoro y coordinó a todos los ejércitos cuando a mí me secuestraron. Mis hermanos son mis gemelos se podría decir, somos trillizos, ellos nacieron antes que yo por lo que me consideran la más pequeña, Giandrick es un hombre muy bueno, siempre está pendiente de los demás y cuando estábamos en la milicia, era uno de los mejores abogados contra la trata de personas, encerró a demasiados criminales. Hunter Jr. es mi otro hermano, si quieres escuchar un chiste o te sientes mal puedes acudir a él, y siempre va a decirte algo que te haga sentir mejor.
—Se escuchan como buenas personas...
—Son buenas personas, de todos estoy completamente segura de que nunca le han tocado ni le tocarían un cabello a alguien que no lo quisiera...
—¿Puedes contarme más sobre ellos?
—Por supuesto— murmuré con una sonrisa—. Seguiré con Conall, él es el amor de mi existencia, siempre me ha protegido y cuando tengo ataques de ansiedad o no puedo dormir, él es el que me abraza y me hace sentir segura, mi corazón late desbocadamente cada que está cerca de mí y me ha hecho sentir que a pesar de que me sienta ultrajada, el ama cada una de las cicatrices de mi cuerpo y de mi alma, tenemos un pequeño hijo, aunque creo que esa es otra historia.
—Se nota que lo amas demasiado...
—Lo amo como a mi vida misma—murmuré—. Después está su padre, Kennett, durante todo el tiempo que creí que mi esposo estaba muerto, él me cuidó y estuvo a mi lado, protegiéndome y protegiendo al hijo de su hijo. Después esta Charly, él es uno de mis tíos y fue también tu doctor, es un hombre demasiado bondadoso, me protegió cuando nadie podía hacerlo. Mike también es mi tío, pero él ahora se encarga con mi tío Berto y Avery de hacer cosas fuera de la isla, así que no te los toparas muy seguido, pero de la misma manera, ellos son hombres bondadosos y con un corazón enorme, los tres protegieron a mi madre y después me protegieron a mí.
—Todos son buenas personas...
—Lo son—murmuré—. Después esta Archie, Álex, Nick y Kris, ellos son mis amigos y los primeros tres son los hombres a los que más les tengo confianza, pero de todas formas todos son buenos y siempre van a estar para apoyarte si lo necesitas... al igual que todos aquí. Por último esta mi nonno y el primo de mi esposo, a los dos les debemos la vida, el primo de mi esposo lo salvó y a mí me salvó lo que se traduciría con mi abuelo, así que les debemos la vida a ellos.
—Ahora que lo mencionas así, creo que ellos no me harían daño... me gustaría conocerlos. Quizás con una distancia prudente... siento que estoy demandando demasiadas cosas, pero les tengo terror a ellos porque aunque había demasiadas chicas que se encargaban de bañarnos, e incluso llegaban a golpearnos cuando teníamos la menstruación y no podíamos ser usadas, no nos hicieron tanto daño como lo hacían ellos.
—Tranquila—murmuré—. Te prometo que ninguno de ellos volverá a tocarte, sé que has bloqueado sus rostros y te entiendo, yo duré años sin poder ver la fotografía del bastardo que me hizo daño ... así que no te preocupes ninguno de nosotros te presionará para que los identifiques.
—Quisiera ayudar... ¿Tú puedes hacer algo, cierto? He visto de lejos como los hombres que andan aquí con uniforme y con pistolas te responden a ti, eres importante ¿cierto?
—Soy la reina—murmuré—. Y no lo digo como una especie de presunción, me nombraron reina de la mafia Siciliana y la Unión del Sacerdozio...
—Eso se oyen como títulos demasiado grandes... lo único que recuerdo de ellos era que se hacían llamar los reyes de la mafia... cada que nos tocaban, decían que éramos la mujer que ellos querían y que solo descansarían y dejarían de hacernos daño hasta que esa mujer apareciera.
—¿Odias a esa mujer?
—No... ninguna de nosotras la odiamos... sólo con pensar que todo lo que nos hacían a nosotras se lo pueden hacer en una sola chica es repugnante, por lo menos nosotras sufríamos en grupo, cuando se cansaban de una seguían con la otra y no la dejaban tan dañada... sí podían con 30 de nosotras, no me puedo imaginar el daño que le harían a la chica.
—Jamás la atraparán, me aseguraré de eso, no van a volverme a hacer daño.
—¿Volverme? ¿Tú eres la chica?
—Eso supongo, Massimo, fue mi pareja antes, Magnus se obsesionó conmigo y me secuestró hace 4 años, pero mi esposo me rescató junto con Massimo, que en ese momento era mi pareja.
—Me perdí—murmuró—. ¿Salías con ese sádico?
—Cuando lo conocí no era un sádico, un día de repente dejó de ser él, me hirió y rompió la amistad que tenía con mi esposo, se conocieron hace más de 20 años—murmuré—. Pero no le importó eso y la rompió y se unió al otro.
—Entonces supongo que si eres tú... uno de ellos siempre repetía que volvería a ser suya...
—Siento que hayan pasado por ese dolor por mi culpa...
—Algo me dice que no va a dejarse atrapar, así que... si usted los atrapa primero, por favor permítame hacerles daño... nosotras aunque no la conocíamos, resistimos el dolor pero nos dolía que cuando la atraparan le harían lo que a nosotras nos hacían...
—Estamos en eso, en cuanto los atrapemos los haremos sufrir y te prometo que te guardaré un asiento en primera fila...
Pasamos algunos minutos charlando sobre algunas cosas, trataba de desviar la conversación a cosas tribales para que ella no se sintiera abrumada, en su habitación le habíamos puesto incluso una televisión para que se entretuviera con algo, era agradable saber que veía películas infantiles incluso prometimos que algún día nos reuniríamos para ver alguna.
Era una chica noble, quizás no tenía recuerdos, pero su corazón era bondadoso y yo nunca me equivocaba con esas cosas, era una mujer amable que se había visto atacada por personas monstruosas, por demonios que la habían azotado y la habían hecho caer. Era doloroso pero cierto.
Unos pequeños golpes en la puerta de la habitación me hicieron girar la mirada hacia ahí.
—Adelante...
—Key—murmuró mi madre entrando a la habitación—. Peter ya llegó.
—¿tan rápido?
—Tomó un jet privado desde Grecia, además dijo que tenía otros asuntos que arreglar antes de que llegaran los demás, el Alemán y el Chino dijeron que llegarían esta noche, tienen asuntos en sus territorios.
—¿Conall?
—Fue a llevar a Niall con su maestra—murmuró mi madre—. Puedo quedarme con ella...
—En realidad...—murmuró la chica—. Todos son buenos, ¿cierto?
—Lo son, nadie te va a tocar si no quieres, te lo prometo...
—¿Ellos... te ayudaron a ti?
—Yo me oculte la primera vez, pero después... ellos me ayudaron, mi padre ahuyentaba mis pesadillas, mis hermanos hacían bromas, mis tíos me enseñaron a defenderme y mi esposo, me abraza cuando tengo miedo—murmuré—. Nadie te dañara aquí...
—Estoy lista—murmuró.
—¿Segura? —pregunto mi madre.
—Si—contestó
— Si te sientes incomoda o algo, mi madre te llevará a tu habitación ¿De acuerdo?
—Si—murmuró con calidez—. ¿Aita?
—Tranquila—murmuré—. Ella no despertara en un buen rato, después puedo hacer que te regresen aquí con ella.
—Gracias, señorita.
—No hay problema—murmuré—. Dime Key... así me dicen mis amigas.
La chica sonrió. Le ofrecí mi mano y la tomó con delicadeza, su progreso era realmente bueno, una chica delgada, desnutrida y con heridas de gravedad que había llegado semanas atrás, había comenzado a sanar incluso podía ver que tenía un poco más de músculo.
Caminamos hacia la mansión. A unos pasos pude ver a Peter con Archie y Nick, parecían tener una alegre conversación y estaba segura de que Peter estaba presumiendo sus nuevas adquisiciones, realmente me había dado cuenta de que ese hombre tenía un buen corazón, tan bueno que había amado a una sola mujer.
—¿Quién es él? — preguntó mirando al rubio.
—Peter, líder de la mafia griega, quizás te saque de tus casillas, pero te prometo que tampoco te va a tocar, ni ninguno de los otros miembros del Sacerdozio. Si lo hacen te prometo que lo pagarán demasiado caro.
—No lo decía por eso, sentí algo extraño al verlo.
—¿Algo extraño? ¿Cómo qué?
—Nada, creo que sigo teniendo efectos de las píldoras.
—Cuando sientas que quieres decir algo puedes decirme, no te preocupes te prometo que jamás te voy a juzgar...
—Sí solo que sentí algo extraño en mi corazón, ya sabes cómo sí lo conociera, pero no lo reconozco, me pasó lo mismo contigo y con todas las demás... pero no nos conocíamos de antes...
— Es normal que cuando pierdes la memoria intentes enlazar cualquier cosa que ves—murmuré—. Cuando yo la perdí y olvidé a mi esposo no tengo idea porque solo a él, fue difícil adaptarme porque yo sentía que me faltaba algo pero no sabía qué, sin embargo cada que lo veía mi corazón latía de una manera muy extraña, yo me empeñaba en decir que era algo normal, aunque ahora sé que no era para nada normal.
—Ya veo—murmuró con una mueca—. Es guapo...
Solté una pequeña risa, Peter era guapo, porque tenía un cabello rubio que se asemejaba a Los Ángeles, sus ojos se tenían una tonalidad perfecta y era un buen hombre, quizás al principio me había coqueteado más de lo normal, pero después de que ambos habíamos compartido nuestras historias, habíamos quedado completamente como amigos y me agradaba como amigo.
—¡Hey, Reinita! —gritó levantando su vaso de agua con gas al aire—. Tanto tiempo...
—Llama a mi esposa Reinita una vez más y te juro que vas a terminar como los hombres del sótano—gruñó Conall, apareciendo por el lateral de la mansión—. Oh, vaya—murmuró centrando su atención en mí y en la chica—. Hola, mi amor...
—Mi amor—murmuré con una pequeña sonrisa—. ¿Fuiste a llevar a Niall con la maestra?
—Así es, me aseguró que nuestro hijo pronto estará hablando un cuarto idioma, de verdad me siento extraño entre ustedes dos—se burló.
Se acercó a mí con paso rápido y antes de que pudiera decir algo, me cargó entre sus brazos y me dio vuelta.
—¡Conall! —chillé en medio de las carcajadas—. ¡Amor!
—No me culpes, te extrañé demasiado.
—¡Dios, fueron solo un par de horas! —chillé acunando sus mejillas entre mis manos y plantando un beso en sus perfectos labios—. La chica quiso salir—murmuré.
—La veo—murmuró bajándome de sus brazos—. Lo siento...—se disculpó ante la chica y sonreí.
—No hay problema—murmuró y pude notar una pequeña sonrisa en sus labios.
—Él es mi esposo, el hombre del que te hablé: Conall—murmuré—. Los chicos de allá son Archie y Nikolai o Nick como todos lo llamamos.
—Mucho gusto—murmuró haciendo un pequeño saludo tímido.
—¡Joder, ustedes me darán diabetes! —se burló Peter.
Bajo las escaleras que guiaban hacia el pequeño espacio en el que nos encontrábamos, su vista estaba posada en el celular mientras caminaba hacia nosotros, el elegante traje Armani se le ajustaba perfectamente al cuerpo, pero estaba segura de que no tardaría mucho en cambiarse por ropa veraniega.
—Peter—saludé—. ¿Por qué tan temprano?
—En cuanto me llamaron vine directamente, no tenía nada que hacer, pero resulta que ahora que no estoy en Grecia todo mundo necesita reuniones conmigo, pero ya las pospuse para pasado mañana así que no hay problema—murmuró aun sin levantar la mirada—. Soy todo tuyo hasta mañana por la noche.
—Cuida tus palabras, Stathoulis—gruñó Conall posesivamente.
—Oh, vamos Nikolaev, estuve en tu boda, y mi corazón solo pertenece a mi hermosa y bella ¿Dalia?
Pude ver que el rostro de Peter se ponía completamente blanco, mientras miraba a la mujer a mi lado, sus ojos se conectaron inmediatamente y era como si algo fluyera entre ellos, era palpable y estaba segura de que se trataba más que de una simple coincidencia. La mujer lo miró con el ceño fruncido, sin lograr entender por qué ese hombre tenía la mirada sobre ella.
—¿Peter? ¿Qué ocurre? —pregunté.
—¿Dalia, eres tú? —preguntó y pude ver un atisbo de miedo en su mirada.
—No es gracioso, Pete—murmuré—. Ella llegó aquí hace dos semanas, ¿La conoces?
—¿Que si la conozco? Es mi prometida, Dalia...
—No recuerda nada—murmuré tomando de la chica.
—Yo... yo... no lo conozco—murmuró—. ¿Por qué mi corazón siente esto? siento como sí...
—Tranquila es un ataque de ansiedad, respira, trata de respirar nada te va a hacer daño...
—No tengo miedo, pero mi corazón... siente como... ¿puedo abrazarlo?
Me quedé completamente aturdida por su solicitud, minutos atrás había confesado que no podía ni siquiera sentir el roce de alguien y querer abrazar a un completo desconocido, seguramente significaba que no lo era. Sabía lo que a mí me había ocurrido cuando había olvidado a Conall, incluso cuando mi mente y mi cuerpo se negaba a aceptar que me sentía segura a su lado, mi corazón latía de una manera completamente diferente y por la expresión de ambos, era Claro que sus corazones se habían vuelto a encontrar.
—S...Si—susurró Peter.
Por Primera Vez desde que lo conocía, pude ver algo más que un hombre imponente vestido de trajes más caros que una ciudad entera, pude ver a un hombre que amaba a una mujer como a nadie más en el mundo, a una mujer que era su todo y que la había reencontrado a pesar de que la creía muerta. No me interpuse cuando la chica soltó mi mano y corrió a los brazos de mi amigo, quien se quedó completamente paralizado al sentir los brazos de la mujer rodeando su torso.
Mi madre siempre me había dicho que no existía una explicación lógica para el amor, que era capaz de romper barreras y que podía lograr que los corazones se reconocieran incluso si habían pasado años o si había pasado un tornado por la mente de alguien. Tal como a ella le había pasado, por qué después de olvidar toda su vida, había recordado a mi padre.
—El poder del amor...—susurró mi madre.
Sonreí un poco al ver que Peter enredaba sus manos detrás de la espalda de ella, pero no llegaba a tocarla, sin embargo podía ver en su expresión un completo alivio, como si volviese a ser el mismo y no el hombre que yo había conocido.
—¿Puedo tocarte? —preguntó él.
Ella sintió en su pecho, y pude ver sus ojos llenos de lágrimas, quizás no lo recordaba pero su corazón y su alma guardaban memoria, más sí había sido un amor completamente extraordinario como él me había contado alguna vez.
Mi esposo tomó mi cintura y me pegó a él, le regalé una pequeña sonrisa mientras recargaba mi cabeza sobre su pecho, sintiendo el latir de su corazón sobre mi oído, totalmente acompasado con mi latir. Ambos observábamos la tierna escena, en donde Peter abrazaba a la chica.
—Siempre te dije que el amor era capaz de romper barreras—murmuró mi madre—. Para muestra basta un botón.
—Jamás pude haberme imaginado que era así.
Ninguno quiso interrumpir la escena, y ellos parecían no desear separarse durante el resto de sus vidas, no hablaban ni decían absolutamente nada, sólo se abrazaban. Todos nos dirigimos lejos de ellos para darles un poco de privacidad.
No podía evitar pensar que la vida les había dado una segunda oportunidad como me la había dado a mí, una oportunidad en donde podían volver a amarse y comenzar un futuro juntos, aunque muchos no creen en el destino, en ese momento yo creía en él... porque era imposible que de mil almas que existen en la Tierra, ellas dos volvieran a encontrarse en el lugar menos pensado, ella había llegado ahí por casualidad, había logrado escapar de su propio infierno para encontrar su cielo, Peter era su cielo.
.
.
.
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Qué creen que ocurra?
¿Estan listos para lo que se viene?
Holi, mis queridos muñequitos, estamos cerca del segundo desmadre de este libro, les agradezco mucho que sigan aquí.
Perdón por no publicar ayer, fue una semana de muerte.
Nos leemos la próxima semana<3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top