Capítulo 17.

Para siempre mía.

"De nadie seré, sólo de ti. Hasta que mis huesos se vuelvan cenizas y mi corazón deje de latir".~ Pablo Neruda


Dicen que el amor es realmente incierto, que no se puede saber cuál será su próximo movimiento y tampoco si nos enamoraremos una o varias veces en nuestra vida, pero no nos dicen que hay veces en las que nos enamoramos de la misma persona una y otra vez y cuando ocurre es cuando encontramos a nuestra otra mitad.

Mi abuela siempre me había contado, que Dios había creado a los seres humanos con tanta perfección que les había dado, cuatro brazos, cuatro piernas, dos cabezas pero un solo corazón, por lo que cuando se dio cuenta de la perfección que había hecho decidió separarlos, hacer dos personas, que cada uno tuviera un par de piernas un par de brazos una cabeza, pero cuando se dio cuenta de que sólo había creado un corazón, supo que tendría que hacer algo para que en algún momento el corazón pudiera estar completo, por ese motivo lo dividió a la mitad y los envió a la Tierra, para que ellos mismos se encontraran la mitad de su corazón.

Muchos los llaman de diferentes formas: Almas gemelas, llamas gemelas, hilo rojo del destino, media naranja o de mil formas distintas dependiendo la cultura que lo diga, pero dicen que cuando encuentras el verdadero amor en alguien es como si lo supiera tu corazón, que no necesitas respuestas o algo por el estilo, que simplemente sabes el momento en el que tu otra mitad está a tu lado, sientes que tu alma se unió con la de alguien más y ahí es tu lugar.

Desde el primer momento en que la había conocido a ella, mi corazón la había declarado como su otra mitad, a pesar de todos los problemas que habíamos enfrentado a lo largo de nuestra vida, todos los retos que habíamos tenido que superar para poder estar juntos y todo los años que habíamos tenido que estar separados. Mi amor por ella jamás había cesado, la admiraba porque era perfecta a mis ojos e incluso con sus pequeños defectos como sus mohines o sus berrinches que hacía cada 2 minutos, me hacía sentir completamente afortunado de tenerla, no importaba absolutamente nada más que ella y mi corazón la necesitaba para sentirse vivo.

La primera vez que creí que ella no estaba en mi vida, la primera vez que creí que la había perdido para siempre cuando Walter quien creía era mi padre, me había obligado a casarme con una mujer que no amaba, mi corazón se había destruido completamente, después de haberla visto con quien yo consideraba mi mejor amigo, también había sido un fuerte golpe a mi corazón, no era como si me hiriese que estuviera con él porque sabía que podía hacerle bien, pero en ese momento me arrepentía de haberla dejado a su lado, porque si jamás me hubiera alejado ella, nunca hubiera sufrido su traición. Esa primera vez que la había perdido, realmente mi corazón se había hecho añicos.

La amé en secreto durante todo ese tiempo, pero cuando me di cuenta de que ella realmente seguía amándome, supe que debía hacerme cargo de ello, debía amarla y entregarle todo mi corazón sin importarme absolutamente nada, ella tenía el poder de pisotearme y yo seguiría adorándola como la primera vez, la amaba a un grado que incluso se consideraría obsesión, pero sabía que era algo más fuerte. Por eso dejé de negarme al amor, porque no servía de nada seguirme manteniendo lejos de ella cuando mi corazón seguía latiendo por ella, cuando la única razón de existir era ella y no importaba absolutamente nada más.

La segunda vez que creí que la había perdido, cuando vi que se desangraba entre mis brazos, Supe que la vida me la arrebataba, quizás por haber sido egoísta, no pensar en ella y solo pensar en mí, me culpaba una y otra vez porque yo sentía que había sido mi maldita culpa que ella muriera, pero cuando me di cuenta de que simplemente había sido el destino el que había escrito que ella tenía que irse para yo aprender a amarla, mi corazón se sintió completamente destruido. Tras su regreso supe que la quería para el resto de mi vida, y yo planifiqué absolutamente todo lo que quería, incluso nuestra dichosa cena de aniversario había sido yo quien lo planteó.

Meses después, cuando ese bastardo nos había traicionado, supe que debía protegerla a capa y espada, incluso de mí mismo, cuando creí que ella se asustaría por ver al monstruo que era en mi interior, me demostró que no era así, ella me seguía amando incluso con cada uno de los defectos que me hacían ser un maldito demonio sacado del infierno. Me amó como nadie lo había hecho y me mostró que podía ser amado.

Los dos años que había tenido que pasar sin ella, viéndola más que nada en fotos, habían sido suficientes para darme cuenta de que no quería pasar un solo segundo lejos de ella, la quería para el resto de mi vida y no me importaba todo lo que tuviese que hacer para ello, si tenía que destruir ejércitos o si tenía que asesinar personas, para mí no era nada comparado con tenerla a mi lado.

Me había enamorado de esa mujer de una manera completamente extraordinaria, ella era como el mejor whisky sobre la Tierra, era un cálido sabor saber qué estaba sobre mi piel, saber que estaba tatuada en mi corazón y que no importaba absolutamente nada, ella era todo lo que necesitaba para sentirme completamente libre y feliz. Mi pequeña muñequita era todo lo que necesitaba para poder sobrevivir, porque ella era perfecta de la cabeza a los pies, no sólo en su físico, sino en su mente y en su corazón, era una mujer hermosa en todo el sentido de la palabra y quería mantenerla a mi lado hasta el final de mis días.

Después de haber pasado tanto tiempo, anhelándola, quería asegurarme de que jamás volviéramos a separarnos sin importar que mil tormentas pasaran sobre nosotros, sabía que lo único que no podíamos vencer era la muerte, pero ya lo habíamos hecho una vez o más bien dos veces, nuestro amor era más fuerte que cualquier maleficio o cualquier regla humana. Estaba seguro de que nuestro amor estaba bendecido de alguna manera por la divinidad, no había otra explicación para lo que sentía por ella y realmente no quería encontrar otra explicación.

Ella me hacía sentir vivo con el simple hecho de respirar, de tomar mi mano en las noches o de apretarse a mi cuerpo cuando sentía miedo. Su simple presencia era suficiente para hacerme sentir, mi muñequita era todo lo que necesitaba en mi vida. Ella era mi vida misma y estaba seguro de que la amaba.

Por ella estaba dispuesto a crear una maldita guerra si era necesario, estaba dispuesto a acabar con cientos de matones o incluso con las personas a las que les había jurado lealtad, porque para mí ella era lo único que necesitaba y lo único que anhelaba en mi vida.

Ni siquiera lo había pensado un solo momento en el segundo que la idea de darle la boda que ella había deseado dos años atrás llegó a mi cabeza, fue suficiente ver su alegría frente a ese hermoso y enorme árbol de Navidad en la tarde de vísperas navideñas, que supe que la quería para el resto de mi vida y que debía darle la boda que ella estaba soñando, porque no estaba dispuesto a esperar otro año a que llegara la fecha que ella había elegido.

No me detuve a pensarlo un solo instante a pesar de que sabía lo mucho que tendría por delante. El primero en saberlo fue su padre, mientras ambos nos encargábamos de llevar la mejor champagne a la cena navideña, se lo dije << Señor, quiero pasar el resto de la vida al lado de su hija y sé que esto le va a sonar extraño y completamente tonto si quiere verlo de esa manera, pero hace dos años nosotros planeamos casarnos en Navidad... quiero darle una fiesta así a su hija y espero me lo permita>>

Jamás había sentido tanto miedo como en ese momento, los ojos de Hunter se llenaron de furia y pude ver que quería partirme la cara por mis palabras. Pero después de mirarme con esa furia me abrazó con tanta fuerza que sentí que me iba a aplastar de un abrazo, sus únicas palabras fueron<<Hazla feliz o te juro que no me va a importar que seas el líder de la Bratva, voy a matarte>> .

Jamás había sentido tanta felicidad en mi vida, yo sabía que ella quería casarse conmigo pero no sabía si aceptaría una boda tan repentina.

Por eso ni siquiera se lo mencioné, sabía que era algo completamente tonto considerando que podía arrepentirse a última hora y mandarme por un tubo, pero no perdía nada haciéndola que fuese completamente a ciegas a nuestra boda.

Planifiqué todo en menos de una noche, hablé con su madre, hablé con sus amigas e incluso con sus tíos, ninguno estuvo en contra de mi decisión y todos estaban realmente felices porque por fin me decidiera a hacerla mi esposa. Sabía que la mayoría de ellos me había visto completamente destruido al no tenerla cerca, por lo que seguramente saber que la haría mi esposa era completamente algo que ellos estaban esperando.

No sabía cómo iba a reaccionar, no sabía cuáles iban a ser sus palabras o si se iba a negar completamente, ya una de nuestras bodas improvisadas no había funcionado para nada y aunque no quería supersticiones, sabía que quizás ella tendría ese pensamiento. Pero me aseguraría de que esa boda no fracasara, porque la quería para el resto de mi vida y no me importaba absolutamente nada, lo único que deseaba era tenerla entre mis brazos y demostrarle cuánto amor sentía por ella.

Dicen que el amor es la necesidad de todo, la necesidad de ver, sentir, oler. Del rosar de las manos y del latido del corazón, el amor es una obsesión de esas que no se pueden simplemente dejar de desear, porque el amor no es algo que se acabe de la noche a la mañana, es una obsesión que se vuelve hermosa pero qué puede ser también peligrosa.

Ella era mi todo, era la que con el simple hecho de mirarla me hacía suspirar, y que sentirla o sentir su aroma cerca de mí era suficiente para hacerme enloquecer, ella era todo lo que necesitaba en mi vida para que mi corazón latiera como lo hacía, simplemente dejarla entrar en mi vida había sido la cosa más perfecta y hermosa que había hecho.

Ver sus preciosos ojitos era suficiente para que todo mi mundo girara en torno a ella, para que quisiera escribir en las estrellas su nombre o para que quisiera gritar a los cuatro vientos que la amaba. La quería por el resto de mi vida y sólo ella tenía el poder sobre mí, un poder tan grande que podía llamarme y yo saldría corriendo para verla.

Mi mundo se detuvo cuando nuestros labios se unieron frente a ese altar, todo dejó de girar porque solo ella era el centro de mi atención. Nuestros labios moviéndose sobre los del otro eran suficientes para hacerme sentir único y para hacerme sentir que el amor que tenía por ella no era una obsesión, era el amor, la fuerza más grande sobre la Tierra lo que me alentaba a amarla a cada jodido instante de mi vida.

Cuando nuestros labios se separaron, los aplausos no se hicieron esperar. Me encantaba mirarla, verla en ese precioso vestido blanco era suficiente para mostrarme que realmente acabamos de casarnos, que acababa de volverla completamente mía y que yo me había amarrado de una forma preciosa a su lado, porque lo único que quería por el resto de mi vida era sostener su mano y saber que estaba completamente a salvo.

Sostuve su mano con firmeza, sintiendo cómo todo mi mundo giraba a su alrededor, ella era lo único que necesitaba en mi vida para sentirme completo era lo único que ocupaba para sentir que cada uno de los momentos de mi vida habían sido una completa nulidad comparado con estar a su lado, la estreché entre mis brazos llenándome de su aroma a fresas. Ella era la única mujer que quería en mi vida y el único aroma que quería sentir sobre mi piel.

Caminamos por el largo pasillo, mientras todos seguían aplaudiendo con una vivaz energía, todos estaban realmente alegres por nuestra boda y estaba seguro de que tanto por ella como por mí habían sido testigos de lo mucho que habíamos sufrido al estar separados, por eso también había decidido que nos casáramos de esa manera, algo en donde nadie pudiera interrumpirnos.

Éramos los protagonistas de nuestra historia y nadie se interpondría entre nosotros, la amaba con todo mi ser y el único deseo que tenía era pasar el resto de mi vida a su lado. Sonreí, viendo como ella se sonrojaba cada que alguien la halagaba por el hermoso vestido que llevaba.

—Esta es nuestra primer boda—murmuré sobre su oído.

—¿Cómo?

—Cuando todo acabe, Te prometo que vamos a hacer la boda más grande que la historia ha visto, porque quiero gritarle a todo el mundo que tú eres mi esposa—aseguré besando su mejilla.

No había demasiados invitados en nuestra boda, los más ajenos a nosotros eran los miembros del Sacerdozio, Cada una de nuestras familiares se acercó a nosotros para felicitarnos, mientras ella era completamente el centro de atención con tan hermoso vestido que llevaba puesto, aunque estaba completamente seguro de que hasta con un costal de papas se veía perfecta.

—La recepción esta lista y su barco zarpa en dos horas—murmuró Lui.

—¿Barco?

—No puedo llevarte a una Luna de miel o París o donde haya personas, pero podemos tener una Luna de miel en un yate de lujo—murmuré con un guiñó—. Así que prepárate, porque pienso llevarte a mar abierto durante tres días.

Había planeado la recepción en ese mismo lugar, contraté al mejor chef de toda Sicilia y a un servicio completo de meseros, quería darle absolutamente todo en nuestra boda y no había sido muy difícil considerando que su nonno era el dueño de toda la isla.

Quería que nuestra boda fuera perfecta porque mi muñequita no merecía nada menos, quería que ella se sintiera amada en cada instante de nuestra boda y quería demostrarle de una y mil maneras lo mucho que la amaba. Nuestro pequeño torbellino buscaba la atención de su madre a cada instante, realmente había creído en cierto momento que sería realmente difícil que él volviera a aceptarme, pero había sido todo lo contrario, me había querido nuevamente como a su padre y habíamos pasado los mejores días de toda mi vida.

Aunque claro que tenía pensado al regresar de nuestra Luna de miel darle mucho amor a mi pequeño, había estado alejado de él durante dos años y lo único que quería era recuperar todo ese tiempo perdido con los que amaba, por eso quería llevarme a mi hermosa muñequita durante tres días para darle todo el amor que no le había podido dar durante esos dos años.

—Conall...—murmuró el señor Kim sobre el escenario en el discurso—. Hoy te entregué a la flor más preciada de mi jardín, a mi única hija y espero que la protejas y la cuides como me lo prometiste anoche que me pediste casarte con ella. Te doy la bienvenida a nuestra familia, porque ahora eres un Kim y como siempre lo he dicho, un Kim está dispuesto a proteger a su familia y ahora ella es tu familia, así como tú eres parte de la nuestra no importa que seas líder de lo que seas líder, siempre debes de poner primero a quién amas, te lo dice alguien que ha roto cientos de reglas por proteger a la mujer que ama... así que no dudes en protegerla cada segundo de tu vida.

—Keyli, a ti te vimos crecer y te vimos hacerte una mujer tan fuerte a la que a pesar de que han pisoteado no se ha dejado marchitar, estamos orgullosos de ti mi niña—murmuró la señora Kim—. Hoy te prometemos que incluso ahora que estás casada y con un hombre que te ama y que amas con la misma intensidad, jamás dejaremos de ser tu familia... y vamos a luchar por lo que tenemos que luchar. Pero ahora, no estarás sola porque vamos a estar nosotros detrás de ti respaldándote, siendo el ejército que necesitas—aseguró—. Brindamos por ustedes porque su amor sea más fuerte que cualquier desgracia.

Miré como los ojitos de mi muñequita se llenaban de lágrimas, me sentía feliz por verla tan feliz a ella. La estreché entre mis brazos y le di un pequeño beso en la mejilla, demostrándole con ese simple acto todo el amor que sentía por ella. La amaba con todo mi corazón, era lo único que necesitaba para vivir, en ese momento ya no era más una princesa, era mi reina; la única que necesitaba a mi lado para poder reinar.

Ella me dio una pequeña sonrisa, y caminó hasta el escenario. Se subió con completa determinación a pesar de que podía ver el pequeño temblor en sus manos, estaba nerviosa pero también tenía una alegría completamente incontrolable, amaba verla de esa manera porque era la forma en que ella demostraba cada uno de sus sentimientos.

Sus padres le dieron un abrazo, y le entregaron el micrófono para que pudiese dar su discurso, ella nunca había tenido problemas para hablar en público, podía decirlo sin el miedo de que nadie la juzgaría y era precisamente porque se había ganado el amor de cada una de las personas que la rodeaban.

—Primero quiero agradecerle a todos los que están aquí, a mi familia y amigos, hace dos años creí que los había perdido a todos y nos sumimos en un profundo hoyo de inseguridades y dolor ¿Quién diría que dos años después estaríamos aquí? Agradezco demasiado que no hayan dejado que mi cabeza me ganara, que me hicieron venir con engaños a mi boda, pero que aun así fue perfecta... les agradezco demasiado por ser mi familia y por seguir a mi lado a pesar de que hemos enfrentado tantas cosas que seguramente otras personas me habrían abandonado a la primera.

>> Y a Conall, mi esposo... Gracias, por no abandonarme porque a pesar de todo lo que hemos vivido sigues a mi lado, porque a pesar de que a veces mis emociones me controlan y me vuelvo insoportable, no me abandonas y en su lugar me abrazas para que me sienta segura, gracias por todo el amor que me das y por haber regresado a nuestras vidas. Quiero pasar cada vida a tu lado, quiero que nos volvamos viejitos en esta y que en la siguiente volvamos a buscarnos para poder estar juntos eternamente, porque como ya lo dijimos en nuestros votos, el para siempre es demasiado corto para lo que ambos sentimos por el otro. Desde el primer momento que te vi supe que eras tú, a pesar de que atravesamos una relación realmente tormentosa, creo que tú y yo siempre estuvimos destinados a estar juntos y ahora... ahora estaremos juntos para siempre. Brindo por ti y nuestra nueva familia, porque en esta nueva etapa haya más risas que tristeza.

Todos explotaron en aplausos al escuchar a mi muñequita, ella realmente tenía las palabras correctas en cada momento, pude ver una ligera lágrima cayendo por su mejilla y supe entonces que realmente ella necesitaba ser abrazada. Me puse de pie para poderla consolar y no lo pensé ni un solo momento al abrazarla frente a todos, quienes volvieron a aplaudir al vernos intercambiar ese pequeño momento de amor.

—Me robaste las palabras—susurré.

—Y planeo hacerlo siempre—aseguró besando mi barbilla.

Sonreí, tomé su mano, quitándole el micrófono para poder seguir con mi propio discurso. Miré hacía todos nuestros invitados que sonrieron con gran alegría al vernos, mi muñequita era el centro de atención.

—Quiero agradecerles a todos por estar esta noche aquí—comencé—. Les agradezco a todos por haber estado a lo largo de toda nuestra relación a pesar de que presentamos un gran bache en el camino, nos conocimos cuando menos lo esperábamos y en ese momento, cuando la vi por primera vez, supe que ella era la mitad de mi corazón. Era mi otra mitad, esa que había estado buscando sin saberlo y que mi corazón rogaba a pesar de que yo era un completo idiota, pero ella me salvó ella fue la luz de mi vida y la que me hizo saber que el amor existía. Me di cuenta de que no importa el pasado de alguien, que no importa ni siquiera mí mismo pasado si el amor es más fuerte para romper las barreras del futuro.

>> Frente a todos ustedes, quiero prometerles hoy que vamos a acabar con las personas que nos separaron y los que quieren seguirnos dañando. Y a todos ustedes les prometo, que vamos a tener un futuro bueno, no importa si es ahora o dentro de veinte años, recuperaremos lo que es nuestro y acabaremos con las personas que nos lo arrebataron. Brindo por la reina de mi corazón y de mi vida, brindo por ti, muñequita, porque realmente no importa si desciendo al infierno para congelarlo o al cielo para volverlo ceniza, lo haré si es necesario para que estés feliz y para que estés a salvo, el para siempre es demasiado corto para lo que yo siento por ti y te prometo que ese para siempre lo convertiremos en una eternidad.

Todos comenzaron a aplaudir ante mi discurso, mientras sentí la mano de mi muñequita temblar. Sin permitirle un solo movimiento, me giré en su dirección y tomé su nuca para llevarla hacia mí, la besé con tanta ímpetu, que realmente nuestros labios chocaban con un profundo amor, la amaba con todo mi ser y no me importaba absolutamente nada. Realmente la protegería de todo y de todos.

Ambos bajamos del escenario para recibir las felicitaciones de todos los presentes, aunque no era una boda muy grande se sentía realmente hermoso tener el amor de toda la familia cerca, pero lo que le había dicho era algo cierto, cuando toda esa mierda terminara, me aseguraría de darle la boda más grande que cualquier persona hubiese visto. Después de todo, como líder de la Bratva, no me sería un difícil.

Una hermosa melodía comenzó a sonar, señal de que teníamos que bailar nuestra primer canción como esposos, mi muñequita soltó una pequeña risa, Pero cuando extendí mi mano no dudó en tomarla. Ambos soltamos una pequeña risa, mientras todos hacían un círculo a nuestro alrededor para ver cómo bailábamos, la tomé de las caderas y ella rodeó sus brazos detrás de mí cuello, con esa magnífica sonrisa que me hacía soñar y nadar entre las estrellas.

Comencé a movernos por la pista de baile, mientras todos aplaudían y seguían la música bailando algunos con su parejas, mi muñequita me miraba con un amor tan profundo en su mirada que me hacía sentir completamente vulnerable, pero a la vez tan fuerte que estaba seguro de que podía destruir toda una montaña.

En ese momento todo era perfecto, no había guerra y no éramos parte de la mafia, tampoco éramos personas que habíamos estado separadas durante años por la avaricia de dos bastardos, simplemente éramos nosotros y nos amábamos con una fuerza tan enorme, que no importaba absolutamente nada a nuestro alrededor, sólo nosotros y el amor que nos teníamos.

Con ella quería bailar toda la noche, quería que nuestros pasos fueran eternos y que en las estrellas pudiésemos construir un hogar en el que nadie nos molestara, quería hacerla feliz y ver esa preciosa sonrisa el resto de mi vida. Habíamos unido nuestras almas en matrimonio y no había nada que me hiciese más feliz que ella, porque la amaba con cada célula de mi ser y no me importaba absolutamente nada más que ella.

Ella me regaló una pequeña sonrisa, cuando envolví mis manos detrás de su espalda, haciendo que quedará completamente pegada a mi cuerpo, quería que escuchara el latir de mi corazón y ella pareció entenderme completamente, pues pegó su oído a mi pecho y sonrió seguramente al escuchar en latir desbocado que ella provocaba.

—Te prometo mi amor, que a partir de ahora nada ni nadie se atreverá a separarnos, porque somos invencibles y tú eres mi fortaleza—murmuré—. Eso es lo que me hace sentir más seguro, tú eres la fuerza que necesito para vivir y también para hacer que todo el mundo caiga si es necesario, créeme que no habrá nadie que se atreva a dañarnos y tú y yo pronto podremos tener todo lo que hemos soñado, una vida tranquila con tres o cuatro hijos.

Me miró con una preciosa sonrisa y con sus ojitos llenos de lágrimas, la amaba con cada célula de mi piel y realmente me encantaba ver la expresión de amor y felicidad en su rostro. Levanté una de mis manos y acaricié con tranquilidad su mejilla, viendo como sonreía de alegría y como si mi calor fuese lo que necesitaba para sentirse segura.

—Somos invencibles y estamos al lado del otro—murmuró—. Así que a partir de ahora, vamos a patearle el trasero a las personas que nos hicieron daño.

—Hagámoslo—murmuré—. Pero primero... mi muñequita y yo tenemos asuntos que atender en mar abierto.

—¿Vas a hacerme gritar?

—Más de lo que crees... tus doctores ya autorizaron el sexo ayer, así que... no te librarás de mi durante tres días.

—No tengo ropa preparada—murmuró—. Además, eso significa que le preguntaste a mi suegro y a mi tío si podías follarme.

—No la necesitarás—aseguré besando sus labios—. Y sólo se lo pregunté a tu tío, mi padre me asesina si le hago esa pregunta.

Miré cómo sus hermosas mejillas se tornaban de un precioso color rojo, me encantaba verla de esa manera, tan sonrojada y a la vez tan tímida cuando bien sabía que ella no sentía vergüenza de ello, tomé su mano y nos dirigimos a donde se encontraba nuestro hijo hablando con sus abuelos, quienes parecían estar completamente a su disposición.

—Campeón—murmuré—. Mami y papi deberán salir durante tres días ¿Crees estar bien con los abuelos?

—¿Puedo comer chocolate?

—Una porción al día—murmuró Keyli.

—Entonces... Sí, puedo quedarme con los abuelitos. ¿Pueden llevarme a la playa?

—Si—murmuré.

—¡Yai, Será el mejor día de nuestras vidas! —gritó con alegría.

Solté una pequeña carcajada al ver a mi hijo tan emocionado por poder estar en la playa cuando vivía en ella. Nos despedimos de nuestro pequeño y también de nuestros padres, todos formaron una especie de fila para guiarnos hasta donde zarparía nuestro yate y como era de esperarse, pude ver los ojitos de mi muñequita llenarse de lágrimas, seguramente al no creer todo lo que estaba ocurriendo.

Besé su mejilla y tomé su mano para llevarla hasta el yate, ella sonreía con una auténtica alegría, como si realmente no importase absolutamente nada más a nuestro alrededor, solo ese pequeño momento en el que seríamos completamente felices sin que nadie ni nada interrumpiera nuestro amor.

Mi muñequita soltó una pequeña risa cuando le enseñé el yate, era nuevo. Todo estaba completamente cubierto por baño de oro, podían verse las letras K&C grabadas en el precioso metal que adornaba todo el yate.

Su rostro de emoción me hacía sentir completo y realmente emocionado de mostrarle mi sorpresa. Ella nunca ocultaba lo que sentía y en ese momento saber que estaba realmente emocionada por mi regalo y que pasaríamos en ese lugar 3 días completos, sabía que le emocionaba demasiado.

Nos despedimos de toda nuestra familia con la mano mientras el yate comenzaba a avanzar a mar abierto, sabía que a ella le encantaba la idea de podernos desaparecer durante tres días, aunque no estaba acostumbrada a no estar con nuestro pequeño, nuestros padres se encargarían de cuidarlo y de darle todo el amor que solo los abuelos pueden dar.

Tomé su mano con delicadeza y la guíe por el yate, mostrándole cada una de las partes que lo componía, tenía un viaje planeado completamente. Podríamos navegar durante 3 días sin preocuparnos en lo más mínimo, tenía una ruta trazada y no se acercaría a la costa hasta que nosotros lo ordenáramos.

La guie hasta el frente, donde podían verse las estrellas y la Luna en lo alto, estaba completamente oscuro en ese momento, lo único que nos iluminaba eran las luces del yate y la Luna que brillaba con una fuerza única. Ella recargó sus manos en el barandal, y giró la mirada para verme con esa hambre que siempre demostraba.

Me acerqué y le rodeé por la cintura, sintiendo como su calor comenzaba a expandirse por todo su cuerpo, seguramente por el deseo de ser completamente mía. Mis manos se movieron a la espalda de su vestido y sin pensarlo un segundo, quité el único botón que lograba que se mantuviera en su lugar. La tela se deslizó sobre su piel con una delicadeza hermosa, dejando a la vista su piel cremosa y completamente blanca, esa piel que tanto me encantaba sentir bajo mi mano.

Mis manos no aguantaron mucho antes de arrancar la ropa interior que cubría su piel, no me importaba lo que me había costado para conseguirla o lo mucho que había fantaseado con quitársela lentamente, el deseo que sentía por ella era incluso más grande que todas las ganas que tenía de disfrutarla con lentitud, teníamos 72 horas para hacer completamente nuestros, así que no importaba si lo hacíamos primero de una manera tan carnal que nos hiciera acabar explotando a los dos, porque tendríamos más tiempo para hacerlo de una manera lenta y disfrutarlo en cada momento.

Me aseguré de excitarla, sintiendo su cavidad caliente y chorreante, me encantaba sentir su calor bajo mis dedos y sabía que la excitación estaba subiendo a cada parte de su ser, las sentía removerse debajo de mi tacto lo que lograba que todo mi cuerpo reaccionara a ella. Mi ropa alcanzó a la de ella en el suelo, y sus gemidos tampoco se hicieron esperar, era como música para mis oídos y supe que todo el control que había mantenido durante esos días se había ido a la jodida.

—Quiero que abras las piernas y te empujes contra el barandal—ordené.

—Pervertido—gruñó.

Sin embargo, obedeció con de esa manera que realmente me calentaba, gemí, viendo su perfecto cuerpo inclinado contra el barandal, mientras sus hermosos glúteos me dejaban la perfecta vista de su chorreante intimidad.

Cuando me hundí en ella, supe que todo estaba bien a nuestro alrededor, en ese momento no me importaba absolutamente nada más que disfrutara la mujer que amaba y que ella disfrutara con la misma ímpetu.

<<Tan mía>> 

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¿Qué les pareció este capítulo?

¿Qué creen que ocurra?

¿Estan listos para lo que se viene? 

¡Lo siento! Estuve muriendo de actividades ayer y hoy, pero aquí estamos con nuestro final de maratón navideño, preparense, porque para fin de año, nuestro maratón estará ardiendo y no solo por nuestros personajes. Los adoro, esperen noticias del maratón. 

Por cierto ¡Feliz día de los inocentes! Recuerden que hoy nada es lo que parece<3. 


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