T de Tortolos en Primavera
POV DARIEN
No había podido dormir en toda la noche pensando en Serena, ella, mi rubia hermosa de ojos color cielo... ¿Cuál será tu respuesta a mi proposición?
Serena, mi novia, suena increíble... Y después de haberla besado dos veces, no me cabe la menor duda de que ella es la chica para mí.
Me encanta esa mujer, loca, bipolar e impredecible.
Nunca pensé que fuera tan así, pero me gusta tanto...
Tras refunfuñar por no poder dormir, me duché y me alisté para salir al instituto. Si tengo suerte, me la cruzo y podré saber su respuesta.
Pero, como parece que los dioses están en mi contra, a la salida del departamento, me crucé con una chica rubia, también de ojos celestes. Me miraba fijamente y reconocí esa mirada profunda.
Era la misma que me demostró la noche anterior, Sailor V.
—Darien, ¿verdad? —me preguntó, por lo que yo afirmé —. Hola, soy Mina Aino. Me gustaría conversar contigo.
—¿Sobre qué? —interrogué, observándola.
—Estoy segura —me extendió la mano—, de que sabes a lo que vine.
Tomé su mano y la visión de Sailor V apareció en mi mente.... Lo sospechaba, ella era Sailor V.
Como no quería que todo el mundo se enterara de lo que hablamos, volví hacia el departamento donde, ni bien entramos, ella empezó a hablar.
—Como te habrás dado cuenta, soy Sailor V, la quinta Sailor Scout y también, la princesa de la Luna.
—No lo creo —le dije sin pensar y tapé mi boca con la mano derecha —. Disculpe.
—¿No crees que yo sea la princesa? —me preguntó, sorprendida y con.... ¿una sonrisa?
—No sé, algo me dice que usted no es la verdadera princesa.
—Realmente, eres un chico listo —me dijo, con una sonrisa. En eso, me di cuenta de que traía un gato blanco, igual a Luna. —. Él es Artemis.
—Hola —saludé, sin creer mucho lo que veía.
—Te interesa Serena, ¿verdad? —pregunta directa y precisa.
—Así es —contesté de la misma manera y su sonrisa se amplió.
—Entonces, déjame ayudarte...
¿Ayudarme? Nunca había contado con ayuda externa para hacer mis cosas, pero se veía tan emocionada, que decidí aceptar.
Luego del instituto -y de no ver a Serena- me volví a encontrar con Mina. Nuevamente sonriente, me pidió que la siguiera en total silencio. Llegamos al colegio de Serena y, en esta ocasión, me pidió que aguardara. Gracias a ello, pude escuchar la mejor frase de toda mi vida, provenientes de los labios más dulces: «¡Te quiero, Darien!»
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Sólo soy una niña inocente.
Capítulo 07
T de Tortolos en Primavera
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¡Oh, por Dios! ¡Oh, por Dios!
¡Soy la novia del chico arrogante! ¡Conseguí mi propósito! ¡Ahhh, que soy feliz! Lo sé... ¡Me envidian, jajaja... pero él, ahora es mío!
Giré emocionada sobre mis pies y escuché su risa. ¡Ahhh! No, creo que mi mala suerte desapareció de un momento a otro.
Y más, cuando tengo de mi parte a la princesa... ¡Seremos como esas parejas de los cuentos!
—Serena —Darien, de la nada, me sacó de mis pensamientos —. Ven, vamos a tu casa.
—¿A mi casa? —pregunté, espantada. No irá a hacer lo que creo que va a hacer...
—Sí, quiero hablar con tu mamá —me confirmó mis sospechas.
—Pero...
—Sólo voy a hablar con tu mamá. Si nos llevamos muy bien, como espero que sea —dijo con una sonrisa, uff, que me derritió —, ahí hablaré con tu papá. ¿Te parece bien?
¿Cómo negarme? Sólo afirmé con la cabeza y nos pusimos de camino a mi casa.
Cuando llegamos nos atendió mi mamá.
—Darien —lo saludó, con una sonrisa —¿Qué te trae por aquí?
—Señora Ikuko —hizo una reverencia y luego, tomó mi mano—, quiero pedirle permiso para salir con su hija.
—Pero si ya sales con mi hija —comentó, risueña, mi madre, colocando su palma derecha sobre su mejilla.
—Sí, pero no en esa forma. Yo quiero que ella sea mi novia.
—Ohhh —exclamó y me miró —. ¿Y tú, quieres? —sinceramente, no podía hablar, sentía arder mis mejillas y Darien me dio un apretón en la mano para que respondiera.
—Sí, mamá. Yo, ya le di el sí —afirmé, mordiéndome el labio.
—Entonces —dio un aplauso —, felicidades —cerró sus ojos, con una sonrisa —. El primer novio de mi Serena —exclamó, emocionada.
—Y espero que el único —agregó Darien, mirándome, y las dos suspiramos. Sí, las dos.
—Bien chicos, cuentan con mi apoyo. Si las cosas salen bien, deberían hablar con Kenji.
—Sí, señora Ikuko. Tenía pensado hacer eso.
—Mira, muchacho —colocó la mano en el hombro de Darien y sonrió —, cuida a nuestra hija y Kenji no tendrá problemas con su relación.
—No se preocupe —apretó nuevamente mi mano y me miró fijamente —. Cuidaré a Serena, a costa de mi propia vida.
Yo entendí perfectamente sus palabras, por la decisión de su mirada. Claro, mi madre no y solo rio, yéndose a preparar té.
Los días siguientes fueron algo así, súper maravilloso.
Darien pasaba por mí, íbamos juntos a mi colegio y luego él se iba al instituto. En las tardes, pasaba a recogerme y nos íbamos a merendar en mi casa. Mi familia lo aceptó de inmediato, claro, como un «amigo cercano». Mi papá no evitaba hacer sus comentarios, fuera de onda, contra mi Darien, pero, mi mamá lo ponía en su lugar.
¡Amo a mi madre! ¡Aunque sea estricta y todo lo demás, es la mejor!
Y bueno, no podían quejarse: Ya no me quedaba dormida en las mañanas y tenía un profesor particular para mis exámenes, por lo que mis notas ya no eran feos rojos.
Creo que elegí muy bien. El chico arrogante es ideal para mí. Al menos, eso me dijo mi mamá.
«Me gusta Darien para ti. Ambos son muy distintos, pero eso hace un balance en ustedes. Las diferencias son las que condimentan la relación y aprender a llevarlas de buena manera, es la mejor prueba de su amor.»
Mi madre, a veces, es muy sabia.
Así que todo va genial en la relación. Me encanta, soy tan feliz...
Lo que sí me preocupa, es que no he visto a Luna durante estas dos semanas, y las chicas tampoco se han comunicado conmigo. Se supone que, ahora que la princesa ha aparecido, debemos cuidarla... No entiendo, pero si no me buscan, es porque no soy necesaria.
Son Crueles...
¡Pero yo seguiré como tortolos en primavera! ¡Disfrutando de mi amor con el mejor hombre de la faz de la tierra! Y además... ¡Es todo mío!
No sé porque tengo esa sensación de pertenencia. Como si fuera mío desde épocas pasadas. ¿Será que -como buena canceriana- soy posesiva? No le encuentro otra explicación... o será...
La otra cosa rara que me sucedió ésta última semana, pero que aún no le cuento a Darien...
Logré verle la cara a Endymion, en mi sueño... y es igual a él.
¿Será que estoy tan enamorada, que lo veo en todos lados? ¿O de verdad, Endymion es Darien?
De algo estoy segura...
La sensación de aquel hombre, su voz llamándome, Serenity... me produce un escalofrío extraño que prende todo mi cuerpo. Igual que Darien con sus besos...
¡Jajajjajaja! —me reí, nerviosa—. ¡Ustedes no leyeron eso! ¡No vaya a ser que me lo espanten!
Ay Darien, Darien, Darien.... ¿Puede ser el amor, algo tan perfecto?
No lo sé... Pero de que da felicidad, de eso estoy segura.
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En algún lugar del mundo, una mujer pelirroja miraba una esfera oscura que le entregaba imágenes de las Sailor Scouts...
—Ya no me quedan dudas... La última Sailor Scout que apareció, Sailor V, es Sailor Venus, la venusina que me hirió de muerte en la luna —repasó la cara de todas las Sailors y se detuvo en Sailor Moon —. Debí suponer que Sailor Moon era la princesa... Su peinado ridículo, su ingenuidad... y sólo —vio imágenes de Sailor Moon usando el Cetro Lunar—, los herederos al trono pueden usar el Cetro Lunar... —quitó las manos de la bola oscura y sonrió—. Sailor Moon, tu sola energía será capaz de liberar a mi gran Reina Metalia.
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POV MINA
Soy feliz de ver a mi querida amiga y princesa, disfrutar de aquel amor prohibido; ese amor que hoy es posible y que ambos disfrutan como dos seres mortales.
La felicidad y el tiempo afirmaran sus sentimientos para poder vencer cualquier obstáculo en el camino contra las fuerzas enemigas.
Yo, la diosa del amor, no puedo permitir lo contrario.
Acaricié las cabezas de ambos gatos sobre mi regazo y suspiré. La hora de contarles a las otras Sailors la verdad, había llegado.
Lita, Amy y Rei me esperaban en el templo de la última, para escuchar lo que tenía que decirles, tras pedirle a Rei que hiciera un campo de protección con sus talismanes.
—Chicas —no demoré en hablar. Los minutos eran cruciales si mis sospechas eran ciertas—, pase lo que pase, tenemos que proteger a Serena.
—¿Y por qué a Serena? —preguntó Rei, lanzando su cabello hacia atrás—. Está bien que sea la que más problema nos da, pero...
—Ella es Serenity —la interrumpió —, no yo. —el silencio gobernó la sala y Luna fue quien habló por las demás.
—¿Cómo? —los ojos rojos de la gata se veían sorprendidos —. ¿Me estás diciendo que llevo meses con la princesa y no me di cuenta?
—Así es —miré a Artemis y éste se acercó a Luna. Desde la marca de luna creciente de su frente, salió una luz hacia la marca de Luna y por las expresiones... ella estaba recordando.
Aún con lágrimas en los ojos, se giró hacía Rei, Amy y Lita e hizo lo mismo con ellas.
Ahora, todas recordábamos nuestras vidas pasadas... Pero, sobre todo, nuestra obligación de proteger a Serena, a costa de nuestras propias vidas.
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Tarde de viernes, caluroso día de primavera. Estaba de camino a mi habitación con una rica copa de helado y obleas, cuando sonó el teléfono. Me acerqué y contesté.
—Hola...
—¡Da...!
—¡No digas mi nombre! —me interrumpió asustado, pero más me asustó a mí—. Por favor, Serena.
—Ok...
—Necesito que hagas un pequeño bolso con ropa y le digas a tus padres que vas a pasar el fin de semana en lo de alguna amiga.
—¿Y eso por qué? —uff el calor me cubrió las mejillas... ¡Estúpida mente sucia!
—Luego te explico, por favor, Serena. Diles que vas al templo de Rei... —hizo una pausa—. Hazme caso, por favor.
—A ver, espera —me separé del teléfono y busqué a mi mamá en la cocina—. Mamá, pregunta Rei si me dejas pasar el fin de semana en el templo. Las chicas van a hacer una pijamada.
—Recuérdame la última prueba, ¿qué nota te sacaste?
—Ochenta y cinco —respondí, orgullosa de mi nota.
—Bien, esa nota merece esa salida —me miró, sonriendo —. Ve tranquila, hija. Yo le digo a tu papá.
—Gracias —me acerqué de nuevo al teléfono —. Ya —le dije y lo oí suspirar. Mmm algo raro estaba pasando y ya no me estaba gustando nada.
—Nos vemos en media hora. Yo iré a recogerte.
—Está bien... —colgué y subí pesadamente los escalones hasta mi habitación. ¡Pegándome un gran susto al ver a Luna en el lugar!
—¡Serena!
—¡Luna! —la regañé—. ¡Casi me matas de un susto!
—Lo siento —arrepentida, bajó la mirada y eso me dio más mala espina. O sea, yo puedo ser ingenua, a veces, pero no soy tonta.
—¿Pasa algo? —le pregunté tomando un bolso y echando algunas mudas como para dos días. Ella me miraba pero no preguntaba por qué estaba haciendo la mini maleta. ¿Acaso ella sabía lo de Darien?
Raro...
—No, sólo que —se acercó y rosó su cuerpo contra mi pierna —, te he extrañado.
Ok.... ¡Esto ya pasa mis límites de raro!
Preparé mi bolso en un dos por tres y terminé mi helado relajadamente, pensando a dónde me llevaría Darien y por qué hizo que inventara una excusa a mi mamá. O sea... se llevan re bien... ¿para qué inventar una excusa?
Acaricié la cabeza de Luna, que se quedó dormida a mi lado y tomé el bolso. Justo cuando salía de mi habitación, mi mamá estaba a punto de llamar a la puerta.
—Hija... Serena...
—¿Qué pasó mamá? —ahora ella también actuaba raro.
—No sé, tengo un mal presentimiento. ¿Estás segura de que quieres ir a la pijamada?
—Mamá —le sonreí para que se tranquilizará—, estaré en un templo. ¿Qué es más seguro que eso?
—El amor de tu familia —respondió aterrada y me hizo retroceder un paso—. Serena, mi corazón de madre me dice que algo va a pasar... Prométeme que te vas a cuidar y vas a tener cuidado.
—Claro, mamá.
—Y si algo pasa... llámanos. No importa la hora, llámanos.
—Ok —afirmé, perpleja. ¿Qué sabía mi mamá que yo no? Se corrió del paso.
—Darien está abajo. Dijo que él te llevaría al templo.
—Está bien —bajamos las escaleras y la cara de Darien me paralizó. Se veía perturbado, tanto o peor que mi mamá. ¿Qué rayos pasa?
—Le llamaremos en cuanto lleguemos al templo —le dijo Darien a mi madre, y ella solo afirmó con las manos sobre su pecho.
—Cuídamela...
—Con mi vida —y con esa frase entre ellos, salimos de la casa.
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