2. Primeras Decepciones.
-Y esos son los tres sexos niños. -Anunció la maestra retirando el puntero láser del diagrama.
El tema fue interesante, aunque por mis papás, ya tenía la mayor parte de la idea.
Siempre supe que mamá y yo éramos diferentes, solo que nunca fue importante. Es más, no es importante, o eso quise creer, hasta que mis compañeros lo hicieron parecerlo.
-¿Si, Eddie? -se dirigió a uno de mis compañeros que levantaba la mano.
-Entonces aunque Dennis y Marcos se vean como niños, ¿Son niñas? -Cuestionó con tono burlón.
Odiaba a Eddie, a pesar de que papá dijo que estaba mal odiar. Pero él siempre era así, le gustaba hacer chistes ofensivos, burlarse de todos y aún así muchos le siguen la corriente.
Sentí mi cara arder, pude sentir como todos se voltaban a verme al momento en que sonaron varias risas, no me atreví a mirar, aunque claro que quise responderle.
La profesora pidió silencio amablemente, aunque pude sentir su tono con algo de enojo, creo que tampoco le agradó la pregunta
-Claro que no. -Respondió apagando el monitor y empezando a hacer dibujitos en la pantalla. -Dennis y Marcos son un sexo a parte de los los hombres y mujeres, sin embargo sus identidades de género no tienen porque concordar con su sexo asignado al nacer, de hecho, de ustedes tampoco niños.
Dió una larga explicación del tema, sobre las distintas formas de género y expresión de la misma. Algo que papá ya nos había explicado a mí y a mis hermanos. La binariedad es masculino y femenino, pero hay mucho más a parte de eso, la gente no binaria o agenero, por ejemplo. Aunque en lo personal yo soy un chico, me siento cómodo así y con los pronombres, al menos por ahora.
En fin, Eddie y su grupito no se tomaron en serio la explicación de la profe, siguieron haciendo muecas de asco entre risas, mientras me miraban. No importa, ellos son unos inmaduros, no hay nada malo conmigo.
Nada.
8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8
El sábado no tenemos clases, pero la escuela hace actividades de música, baile, deportes o juegos simples. Lo veo como una excusa para que los padres que trabajan los fines de semana no se deban preocupar. Pero no me molesta, Theo, Abdiel, Max también vienen.
Ya no hablamos de la clase de sexualidad de ayer, en realidad nunca lo hicimos, era un poco importante para mí que no lo hicieran, mis amigos son los mejores no les importa como soy, mientras sea yo mismo. Cómo me dijo mamá. Estaba agradecido por eso, no hacían bromas ni actuaban raro, solo igual de bobos que siempre.
-¡Dennis! ¡Dennis! -Me llamó Theo. -¡Succionare tu sangre! -me hizo reír cuando me mostró sus colmillos de papas fritas y dobló sus brazos como un vampiro de antaño.
-Eso no da miedo. -Replicó Abdiel. -¡Miren lo que me puso mi hermana!
Abrió su toper azul, y apareció... Un cerebro pequeño, como del tamaño de una mandarina promedio, demasiado rosa para ser real, pero se seguía viendo impresionante, con esa "sangre" que espero no sea real.
-Wow... -Exclamamos los otros tres al unisono.
-Es gelatina de fresa y mermelada de frutos rojos. -Explicó clavando el tenedor y dándole un mordisco, la verdad olía bastante bien.
-Asqueroso y delicioso. -dijo Max, cuánta razon.
-Tener una hermana repostera debe ser genial. -Si, los postres de Abu-Lucy siempre serán superiores en sabor, pero las presentaciones de los almuerzos de Abdiel son increíbles, aún no olvido esas galletas de Mariposas para la primavera. -Mi hermano solo juega con su laboratorio de cientifico junior y mi hermana apesta su cuarto con las medias deportivas.
-Iuh. -Dijeron los tres, y estaba de acuerdo.
Si, mi hermana es una deportista sudorosa en una familia de ñoños, pero así la queremos.
Los cuatro juntamos nuestros almuerzos como siempre, tomé de las papas de Theo, probé un poco del jelly Brain de Abdiel (perturbadoramente dulce) y unas uvas de Max. Mientras ellos probaban las quesadillas que hizo papá, sencillo, pero igual estaban ricas. Luego comentamos el nuevo episodio de Guardian of Stars, la mejor caricatura de fantasía cósmica que puede existir, Max es nuestro chico de las teorías, sus ojos brillan cuando explica que cada vez está más seguro que él protagonista y el villano son hermanos separados al nacer, me gusta ese brillo, me recuerda un poco a Luke.
Luke, a quien no he visto en dos semanas, espero que Darcy tenga partido pronto para poder verlo, o que papá y mamá tengan una vita para que venga a cuidarnos.
Es el mejor niñero, y la mejor persona que conozco.
-¡Hey chicos! -Nos volteamos hacia un grupo de niños de nuestro salón, jugaban básquet, o eso creo, por el balón. -¿Que dicen? ¿Una partida?
Nos volteamos a ver entre todos, si bien Eddie también estaba jugando, sonaba divertido jugar con el resto. Guardamos nuestras cosas y nos acercamos, sin embargo al llegar al Patio, el niño me miró con mala cara.
-Dijimos "chicos".
Al principio los cuatro nos miramos confundidos, hasta que el chico me señaló e hizo una señal para que me fuera a otro lado. Algo me atravesó.
Nunca había sentido un dolor así en el pecho, fue como si una pelota de tenis me hubiera golpeado justo en el centro. Y debía responder, porque me enseñaron a defenderme de forma verbal, pero tenía un nudo en la garganta que no quería que escucharan.
-¿De que hablas? Todos somos chicos. -Señaló Theo, no supe si estaba confundido o trataba de defenderme.
-Ahm, no. -Dijo con un tono desagradable. -Dennis tiene vagina, así que no es un chico.
Me mordí el labio inferior, por qué no supe que responder a eso. Era un argumento estúpido, ¿No? Mamá y papá decían que si me siento como un chico, soy un chico, lo que tengo allí no... No importa ¿Cierto?
-Vete al demonio, Dennis es más hombre y más listo de lo que tú jamás serás. -Observé a Max diciendo eso, tenía su mandíbula tensa y sus cejas, tenía las mejillas rojas otra vez, pero está vez era por coraje.
-Woah, calma, amigo. -Se metió Eddie como si no pudiera ser peor. -Solo somos gentiles ¿Que pasa si somos muy rudos y lo lastimamos?
-Creo que son ustedes los que saldrán lastimados. -Amenazó Abdiel avanzando para atacar, antes que la mano de Theo lo detuviera.
-Chicos, dejenlos, no vale la pena discutir. -Ah, Theo, siempre siendo la voz de la razón. -Volvamos al jardín.
Y así fue, Theo y Abdiel me rodearon cada uno con un brazo de forma protectora, luego me alejaron de allí. Me asomé por encima de uno de los hombros, Max entró en un concurso de miradas con el niño que los invitó a jugar, estaba enojado y apretaba los puños muy fuerte, por un momento creí que lo golpearía. Esperaba que no, odiaba la idea de que lo lastimaran por mi culpa, al final pude respirar, Max se limitó a dar un gruñido y volvió con nosotros.
8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8
Llegamos al jardín, y me sentí culpable porque ellos podrían estar jugando básquet en lugar de hacer castillos de tierra.
No quise ir con ningún maestro, no permitiría que pensaran que me dolió. Aunque si lo hizo.
Ahora Abdiel y Theo buscan orugas. Así era, fingimos que no pasó nada, por qué no pasó, solo son idiotas, yo sé quién soy, mis amigos lo saben, mis hermanos, mis padres, mis abuelitos... La gente que me quiere lo sabe, no hay nada malo conmigo, entonces estas ganas de llorar van a irse, ya lo harán.
-Dennis... -Escuché a Max llamarme, estaba frente a mí, en cuclillas, no me di cuenta.
Sostenía una paleta tutsi pop frente a mí cara, entendí que me la estaba regalando. No quería tener caries, pero si quería esa paleta, la acepté y luego se sentó a mi lado. Me tomó de la mano y no dijimos nada.
Mi pecho dolió un poco menos.
8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8
El resto del día lo viví como si fuera solo un extra en algún juego: hice los apuntes, anoté la tarea y hablé con los chicos, aunque no más de dos oraciones seguidas. Al menos Abdiel hablaba más que todos.
Al fin dieron las tres, mamá vendría por mí pronto. Llegó con Tulip, Darcy se fue a una pijamada. Mi hermanito quería hacerme conversación y mamá igual, y por otra parte, solo deseaba irme a casa. Por suerte mamá no insistió con las preguntas cuando corté al segundo intento.
Pasando a otra cosa, Tulip se la pasó hablando de un nuevo amigo (Bien, su primer amigo), entendí dos cosas: 1. Que se llama Leo, y 2. No es un espía. Pero hubo más datos, solo que hablaba tan rápido que no los registré todos.
Fue sorprendente, siempre creí que Darcy le quitó todas las palabras a Tulip cuando ambos estaban en la panza de mamá. Ella es más ruidosa, y ahora, parece que el tal Leo encontró todas la palabras perdidas de mi hermanito. Fue tanto tierno como fastidioso.
-¡Y me dijo que quiere ver "Volver al futuro"! ¡Conmigo! ¡Lo dos juntos, mamá!
Volver al futuro es la trilogía favorita de Tulip (en lo personal prefiero Jurassic Park) incluso quiso disfrazarse del doc en Halloween, se veía chistoso con esa película, y se ofendió bastante cuando las personas creían que era Einstein. Yo fui de zombie y Darcy de hada, un hada de la oscuridad. Femenina pero malvada.
-Apuesto a qué se divertirán mucho, chaparro, pero primero quiero hablar con sus padres.
-¡Si! ¡Verás que no son espías!
-Ya veremos, soldado, ya veremos.
Al fin llegamos a casa, aunque las luces estaban prendidas, solo significaba que papá volvió antes de lo que creía de la junta. Papá siempre está presente cuando tenemos cosas importantes que hacer, últimamente ha tenido mucho trabajo y llega tarde, dijo algo de un nuevo proyecto o algo así, espero que termine pronto, lo extraño. Otro día estaría feliz de tenerlo en casa y lo abrazaría como Tulip hace ahora, pero hoy solo quiero ir a mí cuarto.
Aproveché que Tulip volvía a hablar del tal Leo a papá para irme al pasillo.
-Hey, Dionisio, ¿A dónde vas? ¿No saludarás a tu padre?
No quería ser grosero con papá, de verdad que no, menos cuando me hablaba tan animado, así que me forcé a voltear un poco y sonreí lo mejor que pude.
-Disculpa, papá, quiero dejar mi mochila, en un segundo te saludo bien. -Dije alzando muy poco las comisuras de mis labios para después apresurarme a Irma a mi cuarto.
8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8
No bajé luego de dejar mi mochila, solo hice la tarea que me faltaba del viernes en mi escritorio solo con la luz de escritorio. Solo quería terminar para meterme entre las sabanas hasta la cena, tal vez con eso, me sentiría mejor y no preocuparía a mis padres.
Sin embargo, no pensé en que ya estaban preocupados, porque papá tocó a la puerta preguntándome si podía pasar. Le dije que entrara sin estar muy seguro de porque si en el fondo no quería ver a nadie. Forzó un poco la vista, pero no prendió la luz, le agradecí internamente.
-Dennis. -Se sentó en mi cama, o eso escuché, ya mi vista estaba de vuelta en el cuaderno. -¿Que tal las actividades que dió la escuela hoy?
-Bien. -Me limité a responder tratando de recordar como hacer las divisiones de fracciones.
-Ese bien, no suena muy convincente.
Terminé el problema matemático, dejando al lado el lápiz. Sé que papá no me obligará a hablar de algo que no quiero, pero se preocupa por mí, y la verdad... Quiero contarle. Porque él es un chico, no como mamá y yo, tal vez, solo tal vez, él entienda porque Eddie se portan así. Me levanto, camino hacia él mientras mis ojos pican, no lo planee, pero sentí el impulso de pegarme a papá. Puedo sentir que se sorprende cuando hundo mi cara en su pecho, pero no me aparta, nunca lo hace.
-¿Dennis? -Y empecé a llorar. No fuí ruidoso, aunque tampoco fue un llanto "tranquilo". -Ay campeón...
Apretó el abrazo, me sacó un poco el aire, aunque me sentí mejor, también acarició mi espalda mientras repetía que estaba bien, que podía llorar lo que necesitar. Después empezó a hacer palmaditas, me sentí como un bebé que tratas de hacer eructar, no me molestó.
Me separé un poco de papá con la cara llena de lágrimas, aunque ya sin gimoteos, su camisa estaba empapada, y le dio igual.
-Papá... ¿Mamá y yo somos raros?
Él abrió un poco los ojos, por un momento creí que me haría todo un interrogatorio, se que algunos padres hacen eso, te preguntas que en dónde lo escuchaste, quien te dijo, quien, como, cuando, como la policía o un reportero. Pero papá no lo hizo, en su lugar solo respondió mi pregunta.
-Tu madre y tú son personas, igual que tus hermanos, tus abuelos, igual que yo. -me sonrió mientras me limpiaba la cara con su manga. -Todos somos raros a nuestra manera, hijo, y eso es muy fascinante.
-Es que... El viernes en la escuela nos dieron una clase. -me cansé de estar parado, me senté en mi cama también solo que un poco más al fondo, papá también se acomodó mejor para quedar frente a mí. -Ya sabes, de sexualidad.
Mis padres fueron padres jóvenes, así que ellos empezaron a hablarme de este tema desde que era más pequeño, igual a mis hermanos, no lo vemos como un tabú. Nunca han entrado en detalles pero sé cómo va a funcionar mi cuerpo en unos años.
-Y... Algunos compañeros han sido... Unos tontos. -Quería decir otra palabra, pero no creo tener edad para decir la que quiero frente a mi papá.
-¿De que forma? -Usó un tono neutro, como cuando habla por teléfono para el trabajo. Dudé un poco antes de responder.
Le conté lo que pasó en clase con los comentarios de Eddie, y hoy en el receso de las actividades cuando invitaron a mis amigos a jugar basquetbol, y a mí no. La mirada de papá no era de lastima, era solo de cariño, no me interrumpió en ningún momento, ni siquiera en las partes en que mi voz se quebraba. Finalmente terminé, al tiempo en que soltaba una pequeña lágrima, que claramente él limpio.
-Mira campeón, tú eres un niño increíble, con grandes amigos y eres muy listo. -Me gustaba recibir cumplidos, aunque me avergonzaran un poco. -Y eso no tiene nada que ver con tu sexo biológico, eso no te define.
-¿Y por qué ellos se portan así? -Me sorbí los mocos antes de que me diera otro abrazo.
-Por que aún les faltan cosas que entender, cariño. Puede que las aprendan con el tiempo, o tal vez no, eso no es tu responsabilidad, ni debes demostrarle nada a nadie.
Eso tenía sentido, es como cuando alguien tiene algún electrodoméstico nuevo, hay dos opciones, o aprendes para usarlo o lo tiras por que no te interesa aprender. No siempre la ignorancia es felicidad.
-Tampoco significa que debas aguantar que se porten así. -Me peinó. -Voy a comentarle de esto al director de la escuela, y esperemos que con eso no se vuelva a repetir. -Asentí, no sabía si funcionaría, pero quizá era un comienzo. -Si siguen, no te metas en líos, habla con un profesor, a menos que te agredan físicamente, ¿De acuerdo?
-De acuerdo.
-Solo defenderte, no hagas peleas.
Me pregunté si papá había peleado alguna vez. Solo asentí.
Me sentí mucho mejor. Y cuando mamá volvió de un favor que le hizo a tío Jason (parecía molesto con él), vimos una película.
Mamá y papá se besaron en algunas partes, desde hace un tiempo ya no me parecía asqueroso, podía ver lo lindo en eso. Me pregunté si yo tendría algo así.
También me pregunté si Luke volvería a tener algo así. No había pensado en él en todo el día hasta entonces, eso era raro.
Decidí que no me gustaba pensar en Luke besando personas.
8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8-8
Días después, tuvimos una charla antibullying en la escuela, y una charla específicando las diferencias entre identidad de genero y sexo biológico. Asumí que mis padres tuvieron algo que ver.
Los chicos ya no hacían comentarios crueles, excepto Eddie.
Sin embargo, poco después dejó de ir a la escuela, parece que a sus padres no les gustó que la escuela diera la última plática. Lo ví llorando con su grupo de amigos porque no se quería ir, me sentí mal, hasta que me miró con odio, luego Max se puso frente a mí y lo miró de la misma manera, Eddie entendió y no se acercó a mí ese día.
Hoy veníamos de regreso de clases, y ahora mamá y papá tenían un problema.
Mamá le dio permiso a Tulip para invitar al tal Leo. Papá me dió permiso para invitar a Max. Darcy no pidió permiso para invitar a Sonia, pero la madre de Sonia les rogó para que pudiera pasar la tarde con nosotros porque su jefe le pidió un trabajo de último minutos.
Abue Lucy y Abue Edward estaban en una cita, y ya que mi Abuelo Isaac se había roto una pierna en un accidente, la abuela Rebeca debía cuidarlo. Mis padres estaban solos contra seis niños.
Al menos Max y yo nos las arreglabamos, podíamos entretenernos y ayudar un poco con mis hermanos y sus amigos, aún así, los veía andar por la casa turnandose para vigilarnos mientras trataban de cocinar por el otro.
-Mamá, ¿Seguro que no podemos ayudar? -Pregunté mientras comía palomitas.
-No, campeón, ya nos ayudaste mucho en la mañana, tú solo juega.
Seguí jugando, pero aún me preocupaban.
-Dennis, tu turno. -me dijo Sonia.
Tomé los dados y los lancé. En eso sonó el timbre, cayó en doce.
Había avanzado al diez cuando mamá abrió la puerta.
-¡Luke! ¡Gracias por llegar! -Solté mi figura cuando escuché eso.
Volteé y allí estaba Luke, con sus ojos castaños, su sonrisa brillante y se había cortado el pelos menos volumen pero sus rizos se veían muy lindos acomodados arriba. No pude evitar sonreír.
-No hay problema, incluso de venida pasé por unos pastelitos. -Mamá cambió su sonrisa por una expresión de miedo. -Tranquilo, Alexis, son sin azúcar.
-Fiuf, casi se me baja la presión.
Lo dejó pasar y solo quise ir con él. Max dijo algo sobre que aún no terminé pero no me importó. Llegué y lo abracé.
-Hey, pequeño, ya te extrañaba. -Me sentí feliz al oír eso.
-¿De verdad? -Mi corazón dió un brinco.
-¡Claro que sí!
Y me cargó, por qué él era fuerte, hacía mucho ejercicio, eso me gustó. Aunque también sentí una mirada extraña a mis espaldas, giré un poco y allí estaba Max, mirando con las cejas juntas, creo que le molestó que no terminé mi turno.
-¡Ven! ¡Juega con nosotros! -Me bajé de un salto y lo tomé de la mano para llevarlo a la sala.
-¡Luke! -Dijeron Darcy y Sonia al mismo tiempo, lo abrazaron, traté de ignorar los pequeños celos.
-Hey, niñas, gusto en verlas. -les correspondió el abrazo.
-¿Vas a quedarte a jugar?
-¿Nos harás mini-pizzas?
Empezaron a acosarle con preguntas que él respondía con una sonrisa. No se quedaría a cuidarnos por la noche, pero si hasta que Max y Sonia volvieran a casa.
Max me tomó del hombre, y me veía con una expresión preocupada.
-¿Quien es él?
"¡El chico más bonito y genial del mundo!" quise responder, pero me hubiera mirado extraño.
-Es Luke, va al club deportivo como Darcy, aunque en fútbol para adolescentes.
-Oh... -Parecía querer añadir algo más, no lo hizo.
Finalmente Luke paró con las preguntas de las niñas y volvió con nosotros.
-Bien, pequeñas, déjenme presentarme con el resto.
-¡Él es mi amigo Max!
-¿Que onda, Max? -lo saludó con la misma actitud linda de siempre.
-Hola. -dijo Max, antes de voltearse y fingir que acomodaba el juego de mesa.
Arqueé una ceja confundido, Max no suele ser tímido. Quizás le intimidó que nuestro niñero sea tan guapo, a mí también me intimidaba hasta hace unas semanas. Luke tampoco se esperaba eso, así que regresó su vista a Tulip y Leo.
Leo se escondía detrás de mi hermanito, y Tulip mantenía una pose protectora hacia Leo. Definitivamente mi hermano se portaba más... Valiente cuando se trataba de él, lo he notado cada que Leo viene a la casa.
-Vamos Tulip, me conoces.
-Si pero Leo no y lo mantengo seguro. -el mayor rodó los ojos con una sonrisa.
-Está bien, está bien, primero me presento. -Se sentó en el tapete junto a ellos. -Leo, soy Luke, me gusta la pizza y jugar turista. -El pequeño rubio se asomó un poco sobre el hombro de mi hermano, y luego se presentó con voz tímida.
-Hm... Soy Leo, también me gusta la pizza, y... Es la primera vez que juego turista. -Abrazó a Tulip por la espalda. -Tulip es buen maestro.
-Si que lo es. ¿Crees que pueda jugar con ustedes?
-Uhm... -lo pensó un poco y me molestó que lo hiciera, Luke es precioso ¿Por qué le tendría miedo? Aunque a veces parece que Leo le tiene miedo hasta su propia sombra. -Ujum. -musitó afirmativamente.
Con eso dejó de esconderse, pero aún tomaba a Tulip de la mano.
Todos nos acercamos a la mesa sentados en la alfombra, mamá y papá se sentían más tranquilos, igual venían a vernos de vez en cuando. Luego trajeron palomitas y dejamos el juego por una película luego de que Sonia ganó.
Empecé a notar... Cosas, si Luke sugería una película Max decía que se oía aburrida, si le ofrecía palomitas decía que no, si trataba de hacer conversación como con los demás, mi amigo respondía cortante. No era exactamente grosero pero no era el Max gracioso y simpático que conocía. Luke no se incomodó, siempre estaba con una sonrisa.
Luego aproveché un momento en que Luke ayudó a mamá con las mini-pizzas para hablar con él.
-Max, ¿Que pasa?
-¿De qué? -Preguntó mirando su teléfono.
-¿No te agrada Luke? Has estado algo... Frío.
-No me tiene que agradar todo el mundo. -Wow, eso fue demasiado honesto, se dió cuenta de como lo mirada y dió un resoplido. -No lo sé, ¿Si? Solo no me cae.
-Pero... ¡Pero él es genial! Sabe de películas, de juegos, y... Y...
-Amigo, no me interesa, ¿Si? ¿Puedes entenderlo?
No, no podía, por qué Luke es el chico más increíble del mundo, y la sola idea de que a mí mejor amigo (el segundo chico más increíble del mundo) no le cayera bien. Sin embargo, tampoco podía obligarlo a que le cayera bien. Ví que casi todos teníamos los platos vacíos, decidí llevarlos a lavar.
En la cocina mis padres estaban coqueteando, estaban cubiertos de harina y salsa de tomate, una escena tierna, creo. Aunque no había rastro de esos rizos castaños.
-¿Pelea de comida? -pregunté poniendo todo en el lavaplatos. Ellos rieron.
-Algo así, cariño, -papá beso la mejilla de mamá -¿Te diviertes? -Preguntó.
-Bastante, ¿Y Luke?
-Oh, tuvo que responder una llamada, fue al patio trasero. -Mamá solo tenía ojos para papá.
Fuí a la puerta de la cocina, me llevaría al patio.
Nuestro patio es bastante grande, y con flores, es verano así que aún hay algunas, y hace calor incluso se noche. No me gusta eso.
Busqué a Luke, no tardé mucho, estaba en el banco de mármol favorito de mamá, frente a los tulipanes. Seguía al teléfono.
Me acerqué para preguntarle si tardaría mucho.
Y luego escuché.
-Está bien, ¿Pero seguro que venir a recogerme no te causa problemas, amor?
"Amor"
Sentí que la opresión en el pecho de hace días volvía.
-Está bien, ¿Y me gustará esa sorpresa? -Ese tono lo conocía, era el mismo que usaba con ese tal Evan. No me gustaba. -De acuerdo, te veré pronto, guapo.
Vi como le daba un beso a la parte inferior del teléfono antes de terminar. No sentí como si quisiera llorar, solo mucha decepción.
Luke suspiró y miró al cielo con una sonrisa, era hermosa, mucho más que la de hace rato, no la veía desde que Evan se fue.
Parece que se sintió observado, empezó a mirar a su al rededor y se dió cuenta de mi presencia.
-Espiar no es bueno, pequeño.
"Pequeño."
Eso soy para él, un pequeño al que cuida. Golpeó el espacio libre en el banco para que me sentara. Realmente no quería, pero igual lo hice.
-Tienes... Novio. -No fue una pregunta.
-Si... ¿No es genial? -No, no lo era.
-¿Evan volvió? -evadí la pregunta.
-No... -parece que se incomodó con la pregunta. -Es... Un chico de la escuela, se llama Sam, va en el club de danza conmigo.
A Luke le gustaba bailar, mucho más de lo que le gustaba el fútbol, y era increíble en eso. Igual que en todo lo demás.
-Creí que amabas a Evan. -Odiaba la idea.
-Si... -Dijo y me pasó un brazo por los hombros. Alivió un poco el dolor en mi pecho. -Y siempre tendrá un lugar en mi corazón, como mi primer amor.
-¿Si?
-Claro, nunca lo voy a olvidar, pero ya pasaron algunos meses desde que se fue. A veces tenemos que buscar y probar entre varias personas antes de encontrar a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida.
-Mis papás solo salieron entre ellos. -Pude ver cómo Luke alzaba las cejas.
-Wow, bueno, hay gente que tiene suerte y la encuentra al primer intento. -Sonrió con un poco de nostalgia. -O también hay gente que prefiere estar sola y tampoco tiene nada de malo. Nunca te presiones por cumplir con espectativas de una vida en pareja si no quieres, ¿De acuerdo?
Era algo que ya me habían explicado mis padres. Y tiene sentido, no creo que necesites un novio o algo así para ser feliz. Sin embargo... La idea de ser novio de Luke no me molesta, me gusta. Aunque ahora no es posible.
-De acuerdo. -Y sé que no debí hacer esa pregunta, solo que no podía con la curiosidad, aunque cabía la posibilidad de romperme el corazón yo solo. -Y... Sabes... ¿Cómo te gustaría que fuera esa persona?
Luke sonrió, y luego dió una pequeña risa cuando un pequeño rubor se asomó por sus mejillas, no era tan marcado como los de Max.
-Como un dragón. -Eso no me lo esperaba.
No sé que cara hice, pero Luke pasó del sonroso al sonrojo con una risa más nerviosa.
-Suena raro, lo sé, pero desde hace años sueño que soy un hada, y mi esposo es un dragón. Un hombre fuerte, de cabello negro como la noche, y ojos brillantes. Que me veía como lo más preciado del mundo.
Esa descripción me recordaba a papá, y bueno, yo me parezco a él. Solo... Hubo problema con otras partes.
-Era más alto y fuerte que yo, tanto que podía sostenerme en lo más alto sin esfuerzo.
Ese era el problema, a Luke le gustaban los chicos, los chicos reales, no donceles, como yo. Incluso si crezco, incluso si tuviéramos la misma edad, él nunca se fijaría en mí, porque soy así.
-¿Y a ti? -Esa pregunta interrumpió mis ganas de llorar. Pensé cuidadosamente mi respuesta, antes de decirla.
-Me... Gustaría alguien que me vea más allá de ser doncel. -Jugué con mis manos. -Que sea lindo, dulce, valiente y que sea aventurero.
"Bueno con los niños, con unos grandes ojos cafés cubiertos por largas y rizadas pestañas, con unos rizos castaños de ensueño, que baila bien. Con alguien dulce, lindo, divertido, increíble. Tú, Luke, no alguien como tú, te quiero a ti"
No podía decirle, no quería un discurso donde me dijera que se sentía halagado Pero me diera el discurso de la edad y los amores de la infancia. Ya dolía suficiente así.
-Sea quien sea, será muy afortunado de tenerte, Dionisio. -Me despeinó. -Ven, tenemos que volver o tus padres no me pagarán completo.
Nos levantamos, fuí detrás de él, toqué mi cabello recordando el tacto, ese tacto tan cálido. Pero era amistoso, era todo, no habría nada más, y era un tonto por creer que tendría más algún día.
No era un amor imposible por la edad, lo era porque no soy la persona que Luke necesita para su vida. Y eso dolía bastante.
Mi corazón estaba agrietado. Y lo estuvo por años.
Esa noche continué con normalidad, Luke se fue con su nuevo novio, con el que terminó cinco meses después por qué el tipo era un cretino.
Siguió siendo mi niñero, y yo cada día me enamoraba más de él.
Aunque pasaran los años, y aunque a Max le siguió sin agradar, aun cuando Darcy ganó su primer campeonato, o cuando Leo y Tulip se hacían más cercanos.
Incluso cuando pasaba de un chico otro, por años, y lo odiaba, solo que no, en realidad tenía celos, por amor. Me decía que nadie era suficientemente bueno para Luke, ni siquiera yo.
Lo amé incluso cuando mi cuerpo me decía poco a poco que dejara ese estúpido sueño, porque soy un tercer género.
Porque soy raro. Por qué no soy un chico de verdad.
Por años amé a Luke a costa de eso.
Así fue, hasta que cumplí catorce años.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top