Hello gente!

Bien, para quienes lean mi otra historia "Una Persona Especial", se darán cuenta de que este capitulo es el mismo que él 5.5 de allí, sin embargo solo la primera parte, la otra mitad es completamente nueva.

Los quiero, y gracias por el apoyo 💖

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Ocurrió un día, solo fue... Una casualidad.

Realmente no lo entiendo.

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Soy Dennis Stabolly Evans, tengo diez años.

Soy un virmu, un doncel, un pequeño paso de la evolución humana, muy pequeño, no tengo ningún superpoder. Solo me desarrollé más rápido que otros bebés y niños, y seguramente lo seguiré haciendo. Esa es solo una de las dos cosas que me ayudó a adelantarme un año en la primaria. La otra cosa, fue un IQ un poco más alto que el promedio. No soy en niño sabelotodo que lo presume a medio mundo. Solo soy un poco, un muy poco, más listo. Probablemente no seré adelantado más que eso.

Soy el hijo mayor de dos chicos, Alexis Evans y Dereck Stabolly, ellos solo tienen veintinueve años, me tuvieron muy jovenes. Aún con todo, son buenos padres, y los quiero mucho. Pero claro, no son perfectos.

A veces mamá se siente triste, porque sabe que se perdió muchas cosas cuando me tuvo. Siempre dice que no me cambiaría por nada, pero eso dicen muchas madres jóvenes. ¿Lo hace menos cierto? En realidad no lo sé. Lo que sí sé es que adoro que sea mi mamá. Me leía cuentos cuando era pequeño, me llevaba al parque, incluso hacíamos las tareas juntos (no la misma tarea, obvio, mamá estaba en la universidad y yo hacía dibujos coloridos para mí maestro del guardería), y por sobretodo, mamá es el mejor en patineta. No le debe nada a Tony Hock.

Papá no tuvo tantos problemas como mamá, él siempre fue un genio... Académicamente hablando, graduado de la universidad cuando solo era tres años más grande que yo. No heredé todo eso, solo un poco. No es nada más un genio lleno de dinero, también es el sujeto al que le gusta jugar caballeros y dragones por horas, el que siempre está dispuesto a limpiar la casa de arriba a abajo y al mismo tiempo hacerlo divertido y... Aunque a veces tiene que salir de la ciudad, nunca deja a su familia de lado.

Tengo dos hermanos, que llegaron cuando yo tenía dos años, Tulip y Darcy, mellizos. Aunque ambos son como la noche y el día. Darcy es energética, ruidosa, ama los deportes y es la niña más sociable que puedas encontrar. Tulip por otro lado... Es bajito, es tímido y a veces tengo que defenderlo; nunca tuve que llegar a los golpes, pero no me molestaría hacerlo, si puedo defender a mi hermano menor. Pocos lo saben, pero es bueno en química, y algún día, tendrá un premio Nobel a la ciencia o algo así, puedo verlo.

Quiero mucho a mi familia, y son lo más importante para mí.

Aunque... Hace unos días, quizás se añadió algo más.

En un momento estaba viendo a Darcy cometer varias faltas en su prueba para bádminton. Claro, ella no se rendiría hasta entrar a al menos tres equipos de deportes, siempre ha sido así, mi hermana la deportista de la familia, yo en cambio solo deseaba esa ración grande de papas fritas con queso, tocino, salsa picante y kétchup, junto con un gran vaso de limonada mineral.

Lo había deseado por semanas, sin embargo, el sueño duró... Unos cuantos minutos después de acabar la limonada.

No quería molestar a mamá y papá con eso, podía recordar perfectamente donde estaban los baños. Me escabullí de las bancas, mi escape era perfecto, hasta que mi pequeño hermano me miró confundido, me llevé el índice a los labios.

-No tardo. -Él asintió y regresó la mirada al campo.

El camino hacia el baño no fue el problema. Fue el regreso a las gradas.

No sé cuántas vueltas di, ni cuántas veces me topé con diferentes salones. De algún modo, llegué hasta las canchas de fútbol. Un deporte que nunca me interesó y solo veía cuando Darcy tenía partido. Porque sí, también estaba en el equipo de fútbol. Creía recordar que las canchas no estaban tan lejos de las de Bádminton, sería más rápido ir por los árboles que por el laberinto azul. No caminé mucho tiempo, hasta que escuché risas. Con un poco de curiosidad, me asomé sobre un árbol.

Y ese momento, solo ese momento cambió gran parte de mi conocimiento sobre lo que era "bonito", o lo que yo consideraba bonito, solo tengo diez.

Vi a la única persona que me parecía linda fuera de lo "familiar", o caricaturizado.

Era más alto que yo, solo que no sé por cuánto, por lo que alcanzaba a ver, tenía un cabello castaño y rizado, no distinguía su color de ojos, pero eran obscuros. Tenía una risa tan... Bonita, no sé otra palabra, solo sé que era la persona más bonita que había visto en mi vida.

Pero no estaba solo, en su cintura descansaban las manos de un chico más alto, de cabello negro, al que no le veía la cara, pero tenía una bufanda estilo Gryffindor.

-Luke, ¿No tienes partido pronto?

"Luke... Su nombre es Luke" repetí en mi mente sin saber realmente porque me importaba tanto.

-Pueden empezar sin mí, no es como si fuera el capitán o algo así. -Dijo con una brillante sonrisa. ¿A alguien más le late rápido el corazón?

-Pero si eres el capitán, amor.

-Ciertoooo, solo quería oírte decirlo. -Luke le dió un beso al otro chico, y luego acarició su mejilla. -Te veré después de la práctica.

No sabía por qué seguía viendo eso, y si seguía ahí parado, mis padres se preocuparían. Así que solo di un último vistazo antes de irme lo más sigilosamente posible, como un ninja, soy sigiloso. Entonces regresé con mis padres, bueno, con mamá, papá se había preocupado y fue a buscarme.

Me llevé un regaño y la cara de molestia de mi hermanita, ya que mi desaparición le costó sus minutos de recibir halagos y felicitaciones de parte de nuestros padres. Y sí, me sentía mal, no quería quitarle eso, ni quería preocupar a mis padres...

Pero no lo lamentaba.

Al menos no tanto. En mi cabeza lo único que estaba, era ese chico de cabello castaño y piel morena.

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A partir de entonces, cada que Darcy iba al club deportivo (que eran varios días a la semana), sin importar quién la fuera a dejar, yo los acompañaba. Todos creían que era un hermano dedicado.

Mentiras piadosas.

Ella es una gran deportista, y claro que me gusta animarla y ayudarla a practicar, pero detesto los deportes, en casi todas sus formas... Estoy seguro de que mi hermana llegará a ser deportista olímpica y tendrá muchas medallas de oro y demás premios que pondrá en una hermosa vitrina de cristal. Y yo estaré orgulloso. Mas la razón por la que estoy aquí es Luke Nayade, el capitán del equipo de fútbol de adolescentes, 14 años. Eso es lo principal que sé, pero también le gustan las bebidas energéticas de uva. Y claro, también tiene novio llamado Evan que se cree Harry Potter y viene por él de vez en cuando. Y no, no somos parientes, él es Evan de nombre, yo Evans de apellido. Materno.

Lo peor es que ni siquiera sé porque me escondo cada que lo veo, es decir, ni siquiera lo conozco, y seguro sería más cómodo ver el juego desde las gradas, es acceso libre. Sería lo más conveniente... Y aún así no logro hacerlo, porque estar aún más cerca hace que mi corazón lata de forma agitada. Según mi historial médico no tengo problemas cardíacos, deduje que el problema es Luke, así que esta sería la última vez que lo vería, y luego no más club deportivo hasta que Darcei tenga juegos importantes. Por el bien de mi posible arritmia.

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Si... Ese era el plan...

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Cuando llegué cerca de la cancha, no pude ver a Luke por ningún lado

"Parece que no está ¿Se enfermó? ¿Será grave? ¿Su familia lo estará cuidando bien? Cuando yo me enfermó mamá suele darme pimientos rojos, ¿Sabrán sus padres que esos tienen más vitamina C que una naranja? No, seguramente no... ¡Entonces debo decirles! Podría ir a su casa y... No, no, no sé dónde viven...

¡Redes sociales! ¡Todos tienen al menos una! ¡Aún si es solo correo electrónico! Puedo usar mi celular y... No, alto, no tengo celular. ¡¿Que hago?! ¡Si se tarda en recuperar perderá entrenamiento y la semifinales son pronto!"

Estuve con esos pensamientos un rato más, incluso empecé a caminar de un lado a otro, no hacia las gradas, de haberlo hecho me hubiera dado cuenta en que su Gatorade de uva estaba donde siempre, lo que significaba que si vino y que no estaba enfermo. En su lugar caminé hacia los árboles. Llegando al inicio de mi arritmia. No me hubiera dado cuenta de no ser porque escuché un llanto.

No un escándalo como el de cualquier niño, fue uno bajito, que trataba de silenciarse... Pero ese pequeño gimoteo fue suficiente para traspasar mis pensamientos...

Lo que ví fue a Luke sentado en la base del árbol, con los brazos sobre sus rodillas y su cara ocultándose en ellos. Es como cuando a Tulip lo asustan los truenos, pero no es un llanto asustado, es de desconsuelo.

Ni siquiera tuve un momento para pensar, en un segundo había cruzado el límite de mis problemas cardíacos, pero mi corazón estaba tranquilo... Me llevé una mano al bolsillo, sacando una servilleta que guardé cuando Abu Lucy me compró un helado, extendí mi mano y sin pensarlo dije:

-Disculpa... -Pude ver cómo dió un brinquito de sorpresa, mi corazón seguía tranquilo pero sentí un poco de calor en mis mejillas.

Me observó detenidamente, ladeó un poco la cabeza y lo observé mejor de lo que nunca hubiera podido con el rango de distancia que guardaba. Además de tener piel morena, tenía pecas en su rostro, uno de sus rizos se quedaba en el centro de su frente, igual que el de Superman...

Y... Cuando aceptó la servilleta, al fin pude ver el color de sus ojos.

Eran brillantes, grandes, y aunque estaban algo enrojecidos por las lágrimas, sus pupilas tenían el color avellana más hermoso que ví...

-Bonito... -Oh rayos...

-¿Eh?

-...

"¿Lo dije o lo pensé?"

-Pfff... -se cubrió los labios para disimular, pero no aguantó y soltó una fuerte carcajada.

Aún si se burlaba de mí, lo único que pensaba es que su risa también era bonita... Y de la nada, yo también me reí.

-Qui... Quise decir... La servilleta es bonita, tiene diseño de gatitos...

-Ja, claro... -dio un pequeño suspiro, y luego me siguió sonriendo. -Gracias por eso.

-¿Por qué llorabas? -Ah, genial, paso de hacerlo reír a seguramente entristecerlo de nuevo...

-Pfff... -Pero su reacción fue volverse a reír. -No creo que lo entiendas...

Me decepcioné un poco al oír eso, y bajé la mirada hasta mis zapatos... Y él a la servilleta... Luego miró a otro lado, y luego, devuelta a mí.

-Mi novio se va a mudar. -Dio otra sonrisa, pero escondiendo sus labios...

-Oh... Lo siento... -dije. -¿Se va muy lejos?

No debí preguntar eso, las palabras me salen por sí solas. Aún así él no se molesta, sigue siendo dulce conmigo.

-Bastante... -Se mordió el labio. -Así que... Vamos a terminar.

-Que feo...

-Si... Es muy feo...

-¿Y lo amas?

"¡Demonios! ¡¿Que me pasa?!"

-Jaja, ¿Eres un niño muy curioso, no? -Si supiera... -Podría decir que sí... Aunque es mi primer novio y no podría decirlo con seguridad... -Jugó con sus dedos y luego dió un resoplido. -Pero en base a esta reacción, seguramente lo hago...

Aunque no tenía nada que ver conmigo, lo que dijo me hizo sentir molesto... Pero solo por un segundo, la mitad de un segundo...

-Soy Luke. -Se presentó.

-Lo ssss... Dennis. -le ofrecí la mano. Decirle que ya me sabía su nombre, hubiera sido muy raro.

-Mucho gusto. Pequeño pequeñín. -Y el convirtió un posible apretón, en un chocalas con saludo de puño incluído.

Fue solo un segundo, pero podría jurar que al chocar los puños algo hubiera cambiado, fue como si me recorriera una corriente eléctrica, no fue como esas pequeñas cargas de energía que te dan cuando usas un suéter de lana. Fue algo más... Mágico.

Y no fue el único que lo sintió, Luke abrió los ojos, miró nuestros puños, que seguían juntos, y luego volvió la vista a mí.

-Tú...

-¡Dennis! -Fue interrumpido por la voz de mi mamá.

Eso me hizo salir del trance.

Miré mi reloj y ya era tarde, debí pasar más tiempo del que creí buscándolo.

-ay no... Estoy en problemas...

-¿Tus padres? -Asentí. -No lo estarás.

Se levantó, por primera vez pude entender que tanta diferencia de altura había entre los dos. Me sacaba más de una cabeza, no sé porque me decepcioné, ya sabía que él es más alto, después de todo, es mayor.

-Vamos. -Me ofreció la mano.

Un poco inseguro, la tomé. Su mano era suave, y aunque era más grande, por algún motivo el tacto no fue raro, se sintió como volver a casa luego de unas largas vacaciones. Sé que suena raro pero es la mejor forma en que puedo explicarlo.

Para Luke también debió sentirse raro, porque se quedó viendo nuestras manos por un segundo, luego la devolvió a mí, como si tratara de hacer memoria. Espero que no trate de recordar si me vio en alguna otra ocasión en los arbustos. Después agitó la cabeza y empezamos a caminar de vuelta al club.

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No tardamos mucho en llegar, ví a mi mamá hablando por teléfono mientras los guardias del lugar hablaban con él entrenador de mi hermana y los padres. Darcy estaba con su equipo y Tulip, ambos me vieron, Tulip se giró para hablar con mamá, pero nuestra hermana se adelantó.

-¡Mamá! ¡Allí está!

Mamá giró hacía nosotros, alcancé a escuchar como le decía a Dereck (o sea, papá) que ya me encontraron y que lo llamaría después, esperó un par de segundos, luego le dijo que también lo amaba y colgó.

-¡Dennis! -Se acercó a mí ignorando completamente a Luke y revisando mi cara. -¿Dónde estabas? Te buscamos por todas partes.

-Uhm... Lo siento...

-Es mi culpa, señor. -Admitió Luke y solo entonces mamá lo volteó a ver. Era más bajo que él, pero Luke solo tiene catorce, supongo que aún le falta por crecer. -Ehm... Me avergüenza decirlo, pero estaba llorando entre el área boscosa, su hijo fue conmigo y se dio un tiempo para escucharme.

Me sorprendió que lo admitiera tan fácil, aunque es la verdad, no habíamos hecho nada malo. Mamá suspiró y creo que con eso tal vez ya no tendré problemas. Tal vez.

-Gracias por traerlo. Pero no lo vuelvas a hacer, campeón, tu papá casi trae a todo el departamento policial. -Miré a Luke de reojo esperando a ver cómo reaccionaba a que mi mamá mencionara a mi papá.

No hizo ninguna cara rara o de sorpresa, quizás no entendió que mis papás son chicos... También, Darcy le llamó mamá hace un momento, quizás a Luke solo no le importa. No entiendo porque sentí alivio.

-¡Luke! -Se acercó Darcy, dándole un abrazo. Un segundo, ¡¿Darcy lo conoce?!

-¡Hey! ¡Mi capitana favorita! -Me soltó para cargarla.

Sentí celos, pero no como cuando acapara a papá en las cenas familiares. Si no peor, me limité a cruzarme de brazos, porque yo soy el mayor y no debo enojarme con mi hermana pequeña solo porque es sujetada por el chico más bonito del mundo. Solo miraré al pasto porque es tonto, como ella.

-oh, ya se conocían. -no fue una pregunta.

-¡Luke cuida a Sonia! ¡Y a veces a Ginger!

-Si, soy niñero de medio tiempo, a veces los padres necesitan manos extra cuando hay pijamada del equipo.

-Hmm... Interesante. -Musitó mamá.

-¡Hace galletas!

No es justo, yo solo puedo ver a Luke una vez cada dos semanas, y solo he hablado con él hasta ahora, mientras Darcy ha comido lo que él cocina. Yo también quiero pasar tiempo con él.

Y luego fue como si el universo escuchará mis pensamientos.

-¿Puedo tener tu número? -Preguntó sacando su teléfono. -La niñera que los cuidaba se fue a la universidad hace poco y no he tenido tiempo de encontrar otro.

-Oh, ¡Por supuesto!

-Gracias. -Pasaba el pulgar por la pantalla. -Generalmente mi esposo y yo no ocupamos mucha ayuda, solo sería uno que otro fin de semana.

-No se preocupe, ahora estoy libre por las tardes, igual que los fines de semana.

No se oía tan triste al decirlo. El enojo por Darcy se fue mientras Luke dictaba su teléfono. Sin embargo, aún necesitaba averiguar porque eso me molestó tanto.

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Mamá y Papá no me castigaron, se plantearon la idea de comprarme un celular, lo pensarían un poco. Realmente me daba igual, aunque admito que sería útil.

Sobre todo ahora que había memorizado el teléfono de Luke.

Agité la cabeza pensando en ello. Papá, a quien ayudaba pelando pistaches para un helado casero, lo notó.

-¿En qué piensas, Dionisio? -A papá le gusta llamarme por la versión latina de mi nombre, es cariñoso, cuando se enoja me llama por mi nombre completo.

-Uhm... Papá, ¿Por qué te enamoraste de mamá? -tiró la cuchara de su mezcla al piso, creo que no esperaba esa pregunta.

-¿P-por que campeón? ¿Hay alguien que te gusta? -Preguntó enjuagando el cubierto "tranquilamente".

-Hmm... No sé, tal vez, ¿Que se siente?

Papá dejó los ingredientes a un lado, se calmó, y creo que al fin responderá mi pregunta con normalidad.

-Bueno... Cuando conocí a tu mamá, yo tenía muchas presiones, ¿Sabes? Una empresa, mucho trabajo y como me gradué joven también muchas responsabilidades que no me tocaban -No entendía muy bien a donde iba con la conversación, así que seguí escuchando mientras trataba de no comerme las semillas. -Alexis Evans era todo lo contrario, vivía al día, era relajado, no se preocupaba por su futuro...

-¿Te enamoraste de mamá porque no tenía metas? -Papá se rió, no entendí porque.

-Digamos que... Me gustó que alguien tuviera una perspectiva tan opuesta a lo que yo tomaba como "normal". -Se miró la mano, dónde había una argolla de plata. Me pregunté si Luke querría una igual. -Con el tiempo la curiosidad que me causó se convirtió en algo más. Y un día llegaste tú.

Me sabía la historia, mis padres no se conocían tanto, pero en una fiesta hicieron esas cosas de adultos cuando no eran adultos del todo. Me lo dijeron hace un par de años, junto a la importancia de los métodos anticonceptivos y de distinguir a los adultos con "malas intenciones".

-Allí fue cuando nos conocimos de verdad, pasando el tiempo juntos, yendo a citas, ese tipo de cosas. A tu mamá le tomó más tiempo, pero hay que ser paciente, y tener mucha comunicación, hijo. Creeme que para nosotros todo hubiera sido más fácil de saberlo al inicio. -No tenía comentarios. -Aunque eso lo sé ahora, en ese momento hacía lo que podía con la información que tenía.

-Ya veo... -Terminé con los pistaches y tiré las cáscaras. -Y volviendo a la pregunta... ¿Que se siente? -Papá añadió las semillas a su mezcla y batió con la mano.

-Cada quien lo experimenta de forma diferente, en mi caso, cada que veo a tu mamá, siento como si volviera a casa, aunque no estemos en casa.

-¿Eso se puede? -Recordé lo que sentí al tomar la mano de Luke.

-Mi hogar está junto a tu mamá, y claro que con ustedes, pero de una forma diferente. Con Alexis es...

-¿Mágico? -Completé.

-¿Lo oíste en alguna película?

-Tal vez. -Me encogí de hombros.

-Si, mágico, lo veo y mi corazón se acelera, me dan ganas de sonreír, aún cuando está enojado. -Terminó de mezclar y lo metió a la máquina para que lo enfriará y quedara con es textura de nieve cremosa. -Y solo quiero besarlo a él, y a nadie mas.

Traté de pensarlo, ¿Quería besar a Luke? Lo imaginé, juntando mis labios con los de él, era tan rosados y gorditos, lo pude notar hace tiempo, y admito que cuando él lo hacía con Evan se sentía desagradable verlos. Pero conmigo...

Mis labios hormigueaban un poquito, y los toqué, papá se dio cuenta.

-¿Tú has besado a alguien?

-¡¿Qué?! ¡No! -papá soltó un suspiro, parecía aliviado. -Solo en las mejillas, como familia y amigos...

-Mejor, no lo hagas hasta que crezcas un poco más. -me levantó el flequillo y me besó en la frente, me gustaba cuando lo hacía. -Y solo si esa persona también quiere, ¿De acuerdo?

-De acuerdo.

Papá y yo seguimos hablando de otras cosas esa tarde, y el helado quedó delicioso.

La charla me ayudó, quizás no amaba a Luke en ese momento, porque lo estaba conociendo. Sin embargo, un día vino a cuidarnos y jugó videojuegos conmigo, otro día, me enseñó a patear el balón en el club y un día hizo una fiesta de baile cuando recogíamos la casa antes de que mis padres llegaran.

Siempre quería verlo, abrazarlo y pasar el tiempo con él.

Un día soñé que besaba a Luke, y allí estaba seguro.

Lo amaba, de la forma en que papá y mamá se amaban.

Lastima que por ahora, era imposible para mí.