Cap. 3
Okey, retomemos, ¿Qué pasó desde la ultima vez? Ah si, pasé la semana más laaaaaaaarga y desesperante en mis escasos dieciocho años de existencia, la razón: Jason puede llegar a ser muy terco. ¿Recuerdan que el primer día me pregunto que si se podía quedar un rato más en MI casa? Pues así fue cada sesión de estudio. Por más que insistía en que no podía quedarse, el a fuerza quería seguir ahí. No entiendo, ¿habrá algún monstruo viviendo en su casa o algo así? A menos que sea eso, no veo ningún motivo por el cual no volver. En fin, lo bueno es que (como predije) terminamos todos los temas en una sola semana y no tendré que volver a socializar con él más de lo necesario.
Eso pensaba, pero el lunes...
-Alexis acompáñame a la tienda. -dijo Jason con una sonrisa alegre y tonta. Yo estaba leyendo un libro, pero ya que todos me estaban observando lo acompañé fuera de la seguridad de la institución.
Esperen. Normalmente no me habrían importado las miradas... ñee, ya ni modo.
Fuimos a la tienda más cercana, su ubicación es perfecta para los chicos cuyas madres, padres o tutores les da flojera preparar un almuerzo (o a dichos hijos les da flojera prepararlos), y les dan dinero a sus hijos para gastarlo en este lugar, normalmente no compro en aquí, solo cuando papá (si, papá es el que me prepara los almuerzos) no se le ocurre que hacer.
Volviendo a Jason y a mí, se compró una quesadilla para pre-calentar (cosa que me pareció mala elección, e el queso de esa cosa sabe muy artificial para mí ), sorpresivamente también me compró una bolsa de papas y no me dejó pagarla, fue amable, creo. Volvimos a la prepa y nos fuimos a sentar a una de las jardineras de bambú que hay en el patio. Mientras él comía yo lo observaba, mi mente se debatía entre decirle lo que pensaba y sonar grosero o callarme. Por que sinceramente es bastante cansado tener que ser... agradable. Mejor lo digo.
-Jason.
-¿mm?-volteo a verme con la boca llena.
-¿dije algo en la sección de estudios para que creas que te quiero cerca?-se comió el pedazo de queso que le colgaba y me miro sin un sentimiento en particular.
-no, pero me he decidido y ahora mismo eres la persona que más me agrada en la escuela.
-a.-que bien, aunque aun sigo sin encontrar la razón.
-por eso: Alexis Evans, yo te nombro mi mejor amigo.-este güey, lo dijo con un tono que hizo que empezara a reír.-quién lo diría voz sabe sonreír.-me reí más fuerte al escuchar eso.
-ni te sale el acento español, ya déjalo.-dije con lágrimas en los ojos de tanto reírme.
-ehh... vaya que eres cruel.-finge tristeza.
-según Maze Runner CRUEL es bueno.-hay que justificarse.
-no lo he leído.
-Tu te lo pier-De pronto ví algo asqueroso, baboso, y a un peor, se arrastraba hacía mi mano. No podía apartar mi vista de esos ojos saltones y esa baba que secretaba su cuerpo. Me pare de un salto y chille después los que estaban en un rengo de cinco metros alrededor de mi me voltearon a ver y Jason se hecho a reír.
-¿le tienes miedo a las babosas?-asentí con un miedo total, el la tomo con su pulgar y dedo índice y me puse más nervioso.
-iu, iu, iu, iu, iu, iu, iu, ¡asco! ¡baja esa cosa!-dije queriéndome alejar y el río más fuerte su risa no era molesta... para los demás, que me dejaron de ver, sin embargo para mi si- ¡deja de reírte!
-uuuy la babosa te va a comer.-se burlo.
-¡¿tu que sabes?!-reclame.
-jaja, no seas tonto.-después la lanzó muy lejos, luego se limpió con la envoltura de su comida. -No pensé que te dieran miedo los insectos.
-no los insectos.-me defendí.-solo los gusanos, lombrices, babosas, caracoles y orugas.
-¿en resumen; te dan miedo los insectos largos?-asentí.-que adorable.-me sonríe.
-ja-ja-ja. -reí sarcásticamente. -como si tu no le tuvieras miedo a nada.-en un instante el ambiente cambio, bajo la mirada y se puso triste.
-todos le tememos a algo.-por un instante sentí que había tocado un punto débil. Dos segundos después mi opinión cambio cuando empezó a burlarse (de nuevo)-Como Zombies-gusanos que vienen desde la tumba a comer tu piel ñaca ñaca.
-tarado. -dije rodando los ojos.
-jajaja, en fin, ¿que dices? ¿también aprobé tu examen de amistad?-di un largo suspiro.
-aunque te diga que no, seguirás insistiendo. -afirmé. Él asintió de una forma boba y acelerada. -puff... ¿ya que? -cerramos ese trato con un apretón de manos como en las películas. Luego Jaso volteo a ambos lados como si fuera a cruzar una calle.-¿Qué te pasa?
-es que... siento como si alguien nos estuviera observando.-tono de misterio.
-acostúmbrate, todos me miran todo el tiempo y si quieres ser mi amigo debes aprender a aceptar los comentarios a tus espaldas, y a las miradas constantes.
-oh claro, casi se me olvida que eres un... tercer genero. -alargó lo último esperando a usar el término correcto. Dioses, no es tan dificil.
-virmu esta bien.-para que no se rompa la cabeza.-puedes llamarme virmu, Alexis, Ale o Evans.
-¿y si te digo Alex?-me enoje mucho y le arroje jugo de manzana en la cara.
-escuchame muy bien, NUNCA EN LA VIDA ME LLAMES ALEX. Y no preguntes por que.-pensé que iba a preguntarme un millón de cosas pero no.
-está bien, Ale. -solo sonrió.
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Desde entonces estuve siempre al lado de Jason, es una buena persona, nos llevamos bien aunque le encanta burlarse de mi fobia a los gusanos. Las semanas pasaron en esos tiempos Jason se iba de la escuela a mi casa hasta que se hacía tarde, mamá y papá se fueron acostumbrando y confiando en él, tanto que incluso lo dejaban ir a mi habitación. Hacíamos la tarea, jugamos videojuegos o hablamos de otras cosas, ahora estamos en silencio cada uno leyendo un libro, yo leo el ultimo de mi saga favorita mientras él lee un cómic.
-terminé. -anuncié recostandome y dejando el libro botado por algún lado.
-¿y que tal?
-no lo se, el final fue raro, se murió mi personaje favorito pero el protagonista se quedo con la chica que yo quería.
-creí que no te gustaba el romance. -su típica sonrisa se dirige hacia mi. Con algo de burla, imbécil.
-este libro no se centra en eso, es más una mezcla de ciencia ficción, sarcasmos, algo de terror y un pequeño triangulo amoroso.
-suena interesante quizá lo lea. Pero no prometo nada. -me reí un poco.
-ya lo se.-me quede viendo la portada un tiempo después Jason me pregunto que sucedía.-¿te has dado cuenta lo que son los libros? Muchos los describen como portales a otro mundo, y tan solo con que un libro te guste puede cambiar tu punto te vista.
-¿a que te refieres?
-pongamos como ejemplo a Bajo la misma estrella: hace que un chico con temor a ser olvidado y que le falte una pierna sea tu hombre ideal.
-ahmm... soy hombre. -dice como si yo no lo fuera.
-¡es un ejemplo! En fin, ahora cincuenta sombras de Grey logro que un montón de chicas quisieran a un tipo sexy pero sádico. Yo en lo personal no quisiera a alguien así.-Jason fijo su mirada en mi, una mirada fija.
-eres tan profundo cuando te lo propones.
Sabía que era sarcasmo, así que solo seguí.
-¿que puedo decir? Tengo mis momentos. -sonreí. -Aun así, nunca lería esos libros. -Se encogió de hombro
Ví hacía la ventana, el cielo estaba oscuro y se veían ya unas cuantas estrellas, revisé mi celular y ya eran las siete y media, significaba que tenía que echar a Jason de aquí.
-Oye no es que te corra pero ya te tienes que ir. -le dije mostrándole el celular. Luego él iba a hablar, como ya sabía lo que iba a decir me adelanté. -mañana hay clases así que no te puedes quedar. -su ánimo bajó a dos porciento y empezó a guardar sus cosas.
Para mí sigue siendo un misterio el por que no quiere ir nunca a su casa, pero tampoco le pregunto, por que se me olvida. Tal vez deba aprovechar este momento para ello.
-Jason. -me respondió con un quejido señalando que me escuchaba. -¿Por qué no te gusta ir a tu casa? -dio un brinco, se quedo callado por unos minutos, luego respiró hondo y volteó a verme.
-seré directo, estoy más relajado en cualquier lugar menos en casa.-me sorprendí un poco, no pensé que esa fuera una buena razón.-mira, mi mamá siempre llega muy cansada del trabajo y cuando le ayuda a mi hermano con la tarea...
-¿tienes hermano?-jamas me dijo nada.
-si, tiene seis años, casi siete, el problema es que... bueno...-se tomo unos minutos para elegir las palabras.-cuando yo iba a la escuela primaria era un niño muy sumiso y tranquilo, me daba pena hablar con cualquier persona, pero tenía buenas calificaciones, mis padres se acostumbraron tanto a eso que cuando nació mi hermano, de plano, no supieron que hacer, es mi opuesto totalmente; es muy hiper-activo, no le gusta hacer tareas, no quiere aprender a leer y escribir y lo que saca de quicio a papá es que cada maldito día hay por lo menos una queja, en mi casa siempre le gritan, le reclaman y lo que más detesto, lo comparan conmigo.-se paso la mano por la cara frustrado.-y no lo soporto, incluso, cuando llego ahí lo primero que hago es saludarlos, bañarme y después directo a la cama.
-wow, debe ser duro. Digo, yo no tengo hermanos pero debe ser fatal que los comparen.-Jason suelta un resoplido.
-ni te imaginas cuanto, como sea, será mejor que me valla.-se pone su mochila.-a y se me olvidaba, ¿Qué haras el sábado?
-mm... probablemente me quede en casa y juegue videojuegos o quizá iré al parque a patinar. -respondí, por que lo cierto es que no tengo más vida.
-sabes, a veces eres tan común que me das miedo.
-trata de vivir increíblemente normal por un tercio de tu vida y dime si no se te hace costumbre.-bromé.
-ja, amigo, eso no es ser normal, es ser asocial. -dí un bufido. -olvídalo, quería preguntarte si quisieras ir conmigo y otros amigos al cine.-¿?
-¿yo?
-Obviamente, te pregunte a ti.- a bueno, así pus si.
-aaah... no lo se.
-¡por favor! -se pone de rodillas sacando esa parte exageradamente dramatica, avergonzándome aunque no hay nadie presente. -¡te lo ruego!
-de acuerdo, de acuerdo, pero ponte de pie.-lo ayude a pararse y lo primero que percibo son unos fuertes brazos alrededor de mi.
-gracias nos vemos mañana.-salio corriendo con su típica sonrisa,
Di un largo suspiro
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Después de eso me fui directo a la ducha, pensando en el infinito y más allá. ¿No les pasa que cuando están en la ducha reflexionan sobre cosas que no se relacionan con tu rutina? Esta vez me puse a pensar sobre lo que soy, un doncel. Mis papás me contaron que cuando nací estaban muy confundidos, no sabían que clase de juguetes y ropa debían comprarme, con el paso de los años se fueron dando cuenta que me gustaba vestirme como un chico y me llamaban la atención ese tipo de cosas. Luego pensé en la clase de biología, realmente puedo tener bebes, me refiero... a tenerlos realmente dentro y sentir sus patadas y movimientos, pero no me veo así o no ahora.
"Ese día pensaba que ese futuro sería muy lejano, ahora quisiera con toda mi alma que fuera así realmente".
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