Capítulo 12

Entramos en la casa y tomé la mano de Marcus llevándolo hacia la cocina. Tatiana parecía indignada por la situación y se fue a la habitación asignada.

—¡Estás loco! —grité en forma baja—, ¡era una broma!

—Tú empezaste, esto me beneficia y no podía dejar la oportunidad.

—¡Marcus! —lo golpeé en el pecho y él retrocedió sorprendido.

—Tatiana es complicada —admitió—, esto la frenará.

Caminé de un lado para el otro, no puede sucederme algo así, no con algo delicado como esto. Si se sabía estaba en grandes problemas, mancharía mi imagen y principalmente en el lugar que trabajaba.

—No somos novios —volví a exclamar en forma baja para que nadie escuchara.

—Lo sé. Ella se quedará y se irá después de mi cumpleaños.

—¿Cuándo es tu cumpleaños?

—El martes. —Bien, era viernes no la soportaría por mucho tiempo.

—Esto no puede salir de aquí, si la gente se entera estaré en problemas. —Lo miré de forma seria.

—¿Crees que me apetece que eso suceda? —Me dio una mirada cargada de indignación.

—Solo ponía las condiciones.

—Nichole, no nos beneficia que esto se salga de control. El padre de Tatiana trabaja en la revista Hello Sun, si él se entera estaremos muertos porque el mundo lo sabrá.

—El mundo no puede saberlo —balbucee—, aguantaré estos días.

—Sobre eso, mantendré a Tatiana entretenida mientras mudas tus cosas a mi habitación.

Lo miré con cara de pocos amigos, debía estar bromeando en este momento.

—La relación no está tan avanzada para llegar a tales extremos.

—Debemos mantener una fachada, ¿no crees que vivir separados será sospechoso?

—¡Maldito seas! —ante mis palabras me tape la boca sorprendida. Ups.

—Solo algunas cosas, tranquilízate. —Su capa de frialdad volvió.

—Comprendo. —Me di media vuelta y salí por la parte de atrás.

Fingir una relación falsa jamás estuvo en los planes ni en el contrato. No se me daba aparentar en esos ámbitos tan personales, tal vez podría funcionar al no conocer a estas personas. No quiero hacer una locura, no me apetece seguir tomando malas decisiones.

🍓🍓🍓

La habitación de Marcus era gris y blanca. Desde los muebles hasta los diferentes accesorios que funcionaban como decoración, todo era tan...aburrido.

Solo bastó mi presencia para saber que no pertenecía aquí. Mis pantalones amarrillos resaltan de una manera que no era tan apreciada por la decoración y combinarlo con el bolso con brillos, bueno... la situación era complicada.

Abrí el armario de Marcus y me sorprendí por la cantidad de ropa, había un pequeño espacio que aproveché para ubicar la mía. Dejé mi cepillo dental y mis productos esparcidos por el baño que estaba en la habitación y al volver deduje que su lado de la cama era el derecho que daba justo al balcón, además en el pequeño mueble que estaba al lado de la cama había un vaso sin agua y un reloj. Dejé en el mueble al lado de la cama un portarretrato con una foto del océano que yo misma había tomado desde el barco de mis padres, era un atardecer hermoso y enmarca con claridad mi amor por el mismo. Ubiqué, con los demás almohadones el mío con diseños de bordados y algunos parches con frases de canciones de Harry Styles.

Al tomar el pomo de la puerta para salir y decirle a Marcus que mi trabajo aquí ya había terminado, giré para ver mi obra y sentí que esas dos cosas que puse cambiaron todo el lugar, aunque pareciera loco, bueno tal vez sí lo era. Salí por el pasillo y antes de bajar las escaleras para ir a la parte de abajo, subía Tatiana con una expresión un poco molesta. No estaba contenta con mi presencia y yo misma sabía que mis decisiones me llevaron por este camino.

—La novia de Marcus. —Me escaneó y sonrió sarcásticamente al ver mis pantalones—. Sigo sin creerlo todavía.

—Somos dos —concordé—, no entiendo como terminamos juntos. Solo sé que estábamos predestinados desde el principio. —Traté de sonar romántica. Ugh era un asco en ese sentido.

—¿Predestinados? —Me dio una mirada que pretendía decir que era una idiota.

—Es que cuando uno sabe que es esa persona... ¿no crees que debemos arriesgarnos?

—Marcus es mi persona —expresó mientras subía algunos escalones.

—Pero tú no eres la de él —mis palabras salieron rápido, pero impactaron letalmente. Ella retrocedió y me dedicó una mirada de tristeza que se convirtió rápidamente en ira.

—Eso ya lo veremos.

Bajó de nuevo los escalones y escuché como la puerta principal era cerrada con fuerza. Dios ayúdame porque estoy metida en muchos problemas.

🍓🍓🍓

—Usemos tu barco ya que hace calor —alentó Tatiana.

Me ahogué un poco con mi café y miré a Marcus tratando de expresar que ese plan no era el indicado, él lo entendió, por suerte.

—No creo que sea adecuado Tatiana, hace frío hoy —pronunció.

—Podemos dar una vuelta por ahí —hizo un movimiento señalando los alrededores—, ir hasta el faro como en los viejos tiempos.

—Buena idea. —Aceptó Natalie.

—¿Nichole? —miré a Marcus, ¿estaba esperando mi opinión?

—Creo que es fabuloso, no tuvimos tiempo para hacer un recorrido.

—¿Por qué? —Tatiana nos miró a ambos—, hace tiempo que están aquí.

—Ellos se divierten de otras maneras —Natalie aportó y juro que quise matarla por hacerme pasar vergüenza de esa manera.

—Entiendo. —Tatiana carraspeó—. ¿Salimos en una hora?

—Si —todos coincidimos.

Me quedé con Marcus en la mesa, habíamos merendado todos juntos en la terraza y las cosas fueron tensas desde el comienzo.

—¿Debemos matar a tu hermana?

—Lo haremos después —suspiró—. Por cierto ¿Qué es eso que dejaste en mi habitación?

—¿Mi cepillo?

—El almohadón colorido que está en el centro de la cama.

—Me asusté —cerré los ojos por algunos segundos—, creí que había hecho algo mal. Solo es un almohadón diseñado por mí misma para dar un poco de color, ¿te gusta?

—Sácalo —tomó un sorbo de su té.

—¿Cómo crees que haré eso? —pregunté—. La habitación es aburrida y por si no lo notaste me gusta el color, si llegara a entrar alguien y ve que está todo de esa manera sospechará.

—Sácalo —dijo de manera seria.

—Es parte de la fachada, ahora te aguantas. —Me levanté—. Entonces iré a nuestra habitación y...—Me acerqué lo suficiente para invadir su espacio personal—, me cambiaré para esta inesperada salida. Te veo luego cariño. —Lo último lo dije en voz alta mientras presionaba un beso en una de sus mejillas, Tatiana estaba mirando desde abajo y apostaba que vio esa escena.

Me di vuelta y sentí como mis propias mejillas se ponían coloradas. ¿Qué fue eso?

Hacía tiempo que no interactuaba de forma romántica con alguien, estaba oxidada en ese campo y en estos próximos días necesitaba poner lo mejor de mí. Si ocurrían acciones de ese estilo, con contacto físico incluido, no quería verme tensa. Se suponía que el contacto con Marcus debía mostrarse de forma natural y yo solo sentía un ligero cosquilleo cuando lo tocaba de esta forma.

🍓🍓🍓

—No sabía que tenías este auto. —Bonito modelo.

—Marcus tiene muchos autos, Nichole. Raro que no lo sepas. —Tatiana me sonrió mientras se apoyaba en el auto blanco.

—Es un buen auto. —Fui hasta adelante para apreciarlo mejor—. Es un todoterreno con buena potencia, es el modelo más nuevo. Tiene un buen motor, es potente. —Señalé—. Es la versión de dos puertas, me gusta mucho este diseño. —Me ubiqué al lado de Marcus.

—Claro. —Dijo Tatiana con un poco de duda—. ¿Nos vamos? —hizo amago de entrar al auto, pero le gané sentándome en el lado del conductor.

—¡Vamos Marcus! —Esperé que me diera la llave y con duda me la entregó mientras entraba al auto. Tatiana y Natalie irían en el otro auto.

—Conduce despacio. —Marcus habló con duda mientras se ponía el cinturón de seguridad, copié el gesto y encendí el auto.

—Cariño estás con la mejor conductora —retrocedí y casi choco con Natalie que estaba en el auto, frené de golpe.

Marcus bufó y parecía que quería bajarse en ese preciso instante.

—Ponte el cinturón de seguridad de la forma correcta. —Él señaló y le hice caso.

Ambos autos salimos de la propiedad de Marcus, iba liderando el camino dejando atrás a Natalie.

—Quiero uno de estos —aceleré levemente. Marcus se tensó.

—Iremos al faro, te indicaré.

Anduvimos por un camino de tierra y en ciertas partes estaba un poco roto, lo bueno del auto era su seguridad además era 4X4 eso ayuda mucho en estos tipos de terreno. Al desacelerar podía observar el paisaje, el verde empezaba a tomar color y levemente veía el agua. Marcus se relajó y sacó su cámara, apuntaba al paisaje y sacaba concentradamente fotos.

—No sabía que sacabas fotos —comenté.

Hizo un sonido de confirmación mientras observaba una de sus fotos a través de la cámara.

—Podrías sacarme una fotografía, mi hermana se muere porque estoy conduciendo este auto. —Sonreí y rápidamente lo miré. Él me ignoró y siguió sacando fotos.

Guardé silencio y manejé tranquilamente para que él pudiera seguir sacando fotos. Divisé el faro y estacioné el auto. Natalie unos segundos después estacionó al lado mío. Ignoré a todos y fui hasta el mirador. Algún día estaría allí, surfeando de nuevo o en el barco de mis padres. Observé el mar.

Marcus y Tatiana hablaban mientras él le sacaba una fotografía. Yo también quería sacar fotos, pero ya no recordaba esa sensación. Estar en el barco de mis padres, sacando fotos a las ballenas, ese tiempo parecía muy lejano, complicado para intentar volver.

¿Cómo se sentiría volver a presenciar eso?

Mamá quería que volviera, porque era buena en ese trabajo, sacando fotografías. Debía superar mis miedos, octubre estaba tan lejos y cerca al mismo tiempo. 

¡Gracias por leer! 

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