Capítulo 4
Ambos salieron del pequeño cuarto -muéstrame tus muñecas -el Uzumaki obedeció, sus grandes manos las tomaron con cuidado, un sello apareció en ellas -ahora tus tobillos, el pequeño lo observaba con cuidado, un sonrojo se plantaba en sus mejillas, asintió, levantó sus pantalones. Itachi los tomó con cuidado, había sentido una gran descarga recorrer su cuerpo al tocarlo de ese modo, se quedó un momento observando sus pequeños pies, colocó un sello en ambos tobillos, lo soltó delicadamente, se levantó tomando un paso de distancia, colocó sus dedos en el signo del carnero -fuin -tobillos y muñecas brillaron, el rubio sintió un peso extra en ellas, las observó con curiosidad, una sonrisa tímida salió de sus labios -son sellos de peso, correrás por una hora entera a tu máxima velocidad para calentar-
-Quiero que dejes veinte clones, tal vez no lo sabes, pero los clones tienen un secreto, son usados para espionaje porque guardan las memorias de sus acciones, cuando regresan a ti las obtienes, así que entrenaremos con ellos para avanzar rápidamente- el pequeño sonrió entendiendo, Itachi le explicaba de manera simple para que entendiera -puedo dejar más y mantenerlos todo el día sin problema -Itachi abrió sus ojos con sorpresa, sabía de su exceso de chakra y sus habilidades con los clones, sonrió, asintió -deja cincuenta, probaremos si puedes mantenerlos, el rubio los creó de inmediato, salió corriendo como le ordenaron, sus clones comenzaron con control de chakra -diez clones usarán una hoja, harán que la hoja recorra sus cuerpos, hasta que dominen el ejercicio no pararan, diez clones se colgarán con sus pies de una rama boca abajo, se mantendrán hasta que su chakra se acabe, otros diez clones usarán un henge e irán a la biblioteca, comenzarán a buscar temas básicos sobre todas las ramas ninja y se pondrán a estudiar, no avanzarán de libro hasta que no lo hayan terminado y entendido, si tienen dudas las escribirán y mañana las revisaremos, diez clones trabajaran con bokijutsu todo el día, colocaré dianas de tiro para la puntería con kunai y shuriken, diez clones practicarán su taijutsu, puliremos el que ya tienes y cuando lo dominen les enseñaré el taijutsu anbu, muevánse -Una hora después el Uzumaki regresó de correr aún con energías, el Uchiha comenzó con ejercicios para fortalecer su pequeño cuerpo, el chico era fuerte, pero no lo suficiente.
.....
Durante dos semanas completas estuvo entrenando con el mayor, sabía que el sábado lo dedicarían por completo a entrenar, cuando el Uchiha se iba, él continuaba entrenando unas horas más, se llevaba libros de la biblioteca para continuar aprendiendo, le había llamado mucho la atención los sellos que había hecho para sus pesos, así que comenzó con fuinjutsu, sonreía emocionado al crear su primer sello de almacenamiento, su letra aún era mala, sus clones practicaban con insistencia sus kanjis buscando mejorarlos.
A la semana siguiente, temprano corrió a lavarse la boca y el rostro al río, cuando regresaba a casa su sensei estaba fuera de su pequeño cuarto recargado en la pared con los brazos cruzados y los ojos cerrados, acababa de llegar hace unos momentos. Naruto corrió a guardar sus cosas y salir para seguir entrenando -te has esforzado mucho estas semanas pequeño -el rubio sonrió emocionado -te dije que no te decepcionaría -el Uchiha sonrió un poco, estrelló dos dedos en su frente regalándole un poke cariñoso, el rubio se sonrojó un poco -hoy iniciaremos nuevos ejercicios de control de chakra -el mayor sacó un papel de su estuche de herramientas -fluye tu chakra en el papel -el pequeño lo tomó con duda, obedeció, el papel se cortó a la mitad -tienes naturaleza de chakra viento, crea cincuenta clones y tomen una hoja de aquel árbol, usarás tu chakra para partir las hojas a la mitad.
Naruto creó los clones, los observó detenidamente, mordió sus labios observándolos, tenía una duda que no podía sacar de su cabeza desde que empezó a ayudarle -Itachi ¿si sabes que te puedes meter en problemas ayudándome? -el mayor lo observó con su rostro serio. Un cabello caía por el pequeño rostro del rubio, levantó su mano nívea un poco embobado por las grandes gemas del pequeño, lo acomodó con cuidado trás su oído, su banda estaba con su chamarra dentro de su cuarto, así que su cabello caía con libertad por su rostro. Naruto se sonrojó por esa pequeña acción -sí, lo sé, no deberías preocuparte pequeño -el Uzumaki se sonrojó bastante por la acción y el apodo cariñoso que de vez en cuando le daba.
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