7

— ¿Estas listo?

Preguntó un rubio más alto y fuerte que él, con una gran felicidad encima por saber como reaccionaria su hermano al verlo. A su lado se encontraba un adolescente hecho un manejo de nervios, estaba frente a la puerta que daba a la casa de quien realmente es su padre.

— Realmente no.. — susurró, imaginando todas las posibles reacciones de Loki al verlo, y ninguna era positiva — ¿Y si no me quiere?

— ¿Por qué no te querría? Eres su hijo.

— Pero si él espera algo distinto a lo que soy — dio un paso hacia atrás con todas las intensiones de salir corriendo si hacia falta.

La mano de Thor se coló en su hombro izquierdo, tratando de darle a entender que no estaba solo.
Empujó levemente al chico, invitándolo a dar ese último paso y tocar la puerta. El castaño cerró los ojos, inhaló profundo, buscándolo el valor para dar el siguiente movimiento, y exhaló antes de acercarse a esta. Alzó su mano hecha un puño y tocó tres veces lo suficientemente fuerte para que quien sea que esté dentro lo pudiera escuchar.

— Ahí voy, Thor.

Se escuchó desde adentro, Peter se alejó de la puerta para mirar con miedo al mayor. Todo su cuerpo temblaba por los nervios, jamás estuvo tan asustado y alerta.

De repente la puerta se abrió, dejando ver a un hombre de pelo negro hasta los hombros, vestía una remera negra sin dibujos, un jean negro y unas zapatillas, también negras. "Le gusta mucho el color negro", pensó el menor, viendo como él miraba a los dos con el ceño fruncido por la confusión. Todo el aire se le fue de los pulmones por un par de segundos.

— Hermano, lo encontré. Después de tantos años lo tenemos aquí.

— ¿P-peter? — pronto la expresión de Loki cambió a una triste. Sus ojos se cristalizaron y un sollozos escapó de su garganta.

Dio un pequeño paso hacia el menor que lo miraba con miedo aun, esperando no ser rechazado por su verdadero padre.  Pero al ver como el azabache extendía sus manos de manera temblorosa invitándolo a un abrazo, supo cuanto lo estuvo esperando este hombre.

— ¡Papá! — escapó de su boca sin querer evitarlo, alzó ambos brazos y se acercó al mayor, fundiéndose en un fuerte abrazo.

— No sabes cuanto te busqué — lloraba de felicidad, las lágrimas caían sin detenerse sobre el pelo del menor que trataba de controlar la emoción.

Aun no podía creerlo, este parecía tan irreal para ambos. Loki no quería soltar a Peter por miedo de que si lo suelta este desapareciera como en sus sueños. Y el menor no podía explicar aquella sensación que crecía en su pecho, era algo nuevo, algo que jamás querría dejar de sentí.

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