capitulo 71

Unos minutos antes...

Marcaba una y otra vez el número de su pareja pero seguía enviándolo al buzón de voz, eso impaciento al omega tanto que ya se complica mantener su amable, alegré expresión.

—¿Por qué no responde?—Le vuelve a llamar pero una vez lo envía al buzón de voz.

Es la primera vez que pasaba por algo así porque no habido día en que Charles no le respondan todas y cada una de sus llamadas. No importaba si estaba en una importante reunión de negocios, reunión con los inversionistas y accionistas de la empresa, daba igual porque Charles seguía contestando las llamadas de Lander así fuera solo para preguntar si su arte estaba quedando bien.

‹No es posible que no haya cargado su celular y mucho menos que se haya descargado; por eso tiene dos, el que ocupa para comunicarse con sus empleados, socioso entre otros, luego está el personal. En ese solo me tiene registrado a mí y mi familia pero no contesta ninguno de los dos. ¿Por qué? ¿Por qué me está haciendo esperar? Poniéndome nervioso, estoy empezando a ponerme preocupado por él. No me gusta para nada este sentimiento extraño alojado repentinamente en mi pecho.

Es injusto que por preocupaciones no estoy disfrutando de este día, él debió estar aquí conmigo desde que empezó todo el evento no irse a esa junta a la que pudo enviar su miserable padre. Ese hombre debió de ir en vez de mi Charles, pero no. Mi suegro comento que tenía otro asunto importante que atender hasta quiso llevar consigo a Charles, pero por supuesto que Charles me terminó eligiendo a mí.› Su ánimo mejora un poco al recordar ese momento.

Se puso muy feliz que Charles dijera que iría con su omega, que su padre podría ir solo a dónde fuera que se estuviera dirigiendo. "Bien, haya tú sino quieres venir. Pero le dejaré la invitación a tu guardaespaldas por si cambias de parecer." Fueron las palabras de Travis.

—¿No me digas que Edgardo es el culpable de esto?—Cuestiona, frunciendo horriblemente su ceño.

Ya con esa idea se dispuso a llamar al guardaespaldas asi no lo quisiera, quería salir de dudas y descartar sus sospechas pero justo como creía él no le respondió. La llamada entro pero nadie contestó.

—¡Ese maldito guardaespaldas entrometido.—Rechina sus dientes.—Y dice que no le gusta su jefe es muy claro que está metiendo, él me quiere arrebatar a mi hombre pero ni crea que lo voy a permitir.—Su mirada se oscureció.

‹No creí que llegaría el día en que tendría que marcha mis manos de sangre, sin embargo no me están dejando opción. Se medio otra oportunidad de obtener todo lo que quiero, de hacer las cosas que nunca hice porque mi enfermedad me arruinó y desgastó mi vida sin poder disfrutarla. Ahora estoy sano y poseo una belleza que nunca imaginé tener jamás, tengo que sacarle provecho a todo.› Sonrió ligeramente era una sonrisa perversa.

Se estaba corrompiendo o quizás siempre fue así, solo que al parecer anteriormente sabía ocultar muy bien su verdadera personalidad.

—¡Lander, cariño!—Su madre venía corriendo.

Su expresión decía que nada bueno estaba por decirle a su hijo, eso agregó mas inquietud en Lander sin ganas de querer escuchar lo que sea que le estaría por decir su madre.

—¿Qué pasa?—Aún con su deseó de no querer escuchar terminó preguntando del porque tanta exaltación en su madre.

—¡¿No haz visto las noticias?!—Contesta con otra pregunta.

Es por eso que los Astier no aparecieron en la exposición de mi hijo, todo indica que ellos fueron invitados a la exposición de arte realizada por el ceo Dean Bennet. Lo mismo sucedió con mi consuegro, ¿entonces por qué yo no recibí tal invitación? Si lo hubiera sabido le habría aconsejado a Lander el posponer su exposición para otro día. De esa manera evitaría que el trabajo y esfuerzo de mi hijo quedará en segundo plano.

También los Astier como pudieron ser tan egoístas, malvados al no decirle nada a Lander, ¿dónde está eso que tanto expresaban que querían a Lander como su hijo? Puras mentiras, ya sabía yo que eran grandes hipócritas. Solo buscaban la manera de relacionarse con los Bennet y así poder seguir escalando entre la alta sociedad.

Sin embargo; si mi consuegro sabía eso porque tampoco dijo nada al respecto, ¡¿no me digas que piensa alejarse de la familia solo por qué mi esposo está siendo investigado?! No, que cosas estoy pensando si él le está ayudando a mi esposo. Gracias a sus abogados todo pinta bien y en un par de días mi esposo quedará absuelto, recibiera una disculpa pública y como tal tiene que hacerlo fiscal por sus faltas de respeto.

—Es por eso que no vinieron tus malagradecidos tíos, mejor amigo y tu preocupándote por esa familia.—Dice al mismo tiempo que le muestra el artículo en su celular.

"Nadie se esperaba una noticia como está simplemente así de sorprendente, no hay lugar que no se hable de esto. De que el magnate Dean Bennet realizó una exposición sorpresa que está dando mucho de que hablar, muchos creían que era porque le ha empezado a interesar el arte, que por eso invitó a los jóvenes sin importar el estatus para que participen en la competencia, los ganadores tendrán una beca completa en la mejor universidad de bellas artes, también un departamento por sino quieren vivir en la universidad.

Eso es asombroso y se creía que es por lo mismo, porque Dean Bennet aprecia el arte, y porque también quiere ayudar a las nuevas generaciones de jóvenes con sueños, habilidades pero no es así. Todo eso lo hace únicamente en honor y muestra de su inmensa admiración por su pareja a quien considera el mejor de todos. Él es el primer fan del arte de su pareja.

¡Sí, es tal y como lo escuchan! Dean Bennet realizó una exposición a lo grande, invitando a muchas figuras públicas como renombrados artistas extranjeros únicamente para presumir y que admiren el trabajo de la persona que logró derretir su frío corazón.

Nadie se esperaba que un hombre tan frío y que se podría decir que no tiene corazón; tenga pareja. Después de todo si importa como se vea y cuán frío sea él también es humano por lo visto, enamorado como cualquier otra persona. Sin embargo, ¿quién será esa persona que logró tal hazaña? ¿Cuan extraordinario es? Debe ser más que solo extraordinario como para lograr tal muestra de amor y devoción por parte de Dean Bennet...que envidia y de la buena." Terminó dando la noticia con una sonrisa.

—No puede ser posible.

Lander sostenía tan fuerte el celular que su mano se volvió pálida, no podía creer lo que acaba de escuchar y desde que el nombre de "Dean" fue mencionado rápidamente se dió cuenta de lo que estaba pasando. Que también tenía relaciones con Luther.

‹¡Eso no puede ser verdad! ¡Esa exposición no tiene nada que ver con Luther! Él no tiene pinturas que mostrar eso lo sé muy bien, soy yo quién lo conoce mejor que nadie y sé que él no querría eso. Es Dean haciendo siempre lo que quiere sin importarle la opinion de los demás.

Solo que nunca espere que la familia Astier se prestará para eso, yendo encontra de los deseos de Luther y aseguran armarlo, que gran mentira. Es obvio que solo quieren tener buena relación con los Bennet por medio de Luther, que bajeza.

También me doy cuenta del porque estaba Tyr por la mañana donde los Astier, había ido a dejar la invitación y cuando entre estaban hablando de esa exposición a la cual no le quise dar importancia, eso fue muy tonto de mi parte. En ese instante debí de hablar con Luther sin importar nada.›

Lander seguía buscando más artículos y vio que ninguno habla de él, era como si cada medio de comunicación estuviera comprado únicamente para hablar de una sola cosa.

—No te preocupes.—Ella lo abraza.—Ya me estoy encargando de todo, sin importar cuan influyente sea Dean Bennet no puede comprar todo los medios de comunicación.—Besa la frente de Lander.—En cuestiones de minutos también estarán hablando de ti, ya envié fotos, diferentes cosas relacionadas con tu exposición a páginas web de noticias de grandes alcance.

Ella podría hacer eso y mas pero Lander no estaba nada feliz, se puede saber con solo ver su rostro distorsionado y su mirada tan oscura que podría matar en cualquier segundo.

—A todo esto...¿dónde está Charles?—Preguntó.

Él debería estar aquí siendo el apoyo de mi hijo, ahora lo necesita mas que nunca, tras ser traicionado por su mejor amigo que prefirió ir a otro lugar que venir hacerle compañía a Lander.

—Él...—Sus ojos se abrieron en grande al dárse cuenta que la invitación que su suegro le dejó a Edgardo, debió ser envíada por Dean.—Mamá, sigue atendiendo todo como lo has estado haciendo.—Se alejó de ella.—Tengo que ir salir por un momento, volveré lo antes posible.—Salió corriendo.

Ahora que sabía el posible paradero de su novio no podía seguir esperando, sería él, quién fuera por Charles y le rompería la cara a Edgardo por hacer cosas que no le competen. Lander no dudaba de su alfa porque sabía que no lo dejaría plantado, que Charles correría a su lado con solo decir su nombre.

Fue así como se dieron las cosas y llegaron a la situación en la que está ahora, Lander fulminando con la mirada a Edgardo y este mirándole sin miedo, dándole una mirada con el mismo disgusto que se lo está dando Lander.

—Charles.—Sigue tocando la ventanilla.—C-Charles...—Sintió una desgarradora punzada en su corazón al verlo en ese estado.

En esa mirada fuera de la ventanilla se refleja una incredulidad exuberante, sin poder creer lo que estaba pasando, no comprendía del porque la ropa del ojos verde azulados se encontraba manchada de sangre al igual que su nariz, pero lo que dejó más incrédulo a Lander fue el cero interés de Charles por la presencia del Omega.

El alfa en vez de abrir la puerta del auto y dejar entrar a su pareja, prefiero mirar a otro lado mientras se dejaba caer en los asientos del auto, desorientado. Confuso y con cientos de preguntas a las cuales no le encontraba respuesta, o tal vez si, pero tiene tantas cosas en su cabeza las cuales acomodar que no sabe por dónde empezar.

No obstante, lo único que si sabía a la perfección es que dolía, dolía hasta lo mas profundo de su alma. Quería gritar pero ese nudo en su garganta en vez de subir prefirió quedarse ahí, hacerse mas grande al igual que la desesperación en el alfa, sosteniéndo su pecho.

—...Mi pececito.—Lo llamó desesperadamente.

En él hay tanta desorientación que se estaba imaginando a ese joven de ojos celeste, en cuclillas frente a él. Mirándole mientras extiende su mano en dirección al alfa, acariciando esa mirada adolorida. Solo que cuando Charles extendió su mano para poder tocarlo el alfa tocó la nada, no había nadie ahí.

—¡Aaaah!—Grito y golpeó los asientos una y otra vez.—¡Maldita sea...Aaaah!—Cada gritó era tan angustiante.—¿Qué es esto?—Se pregunta.—¡¿Qué alguien me diga que es esto y por qué duele tanto?!—Suplicó.

Sentía que las venas de su corazón eran cadenas de espinas, enredándose y penetrando tan profundamente que al salir quedaba ese gran hueco, sangre brotaba al igual que una es cavadora al romper una vena de agua.

—Edgardo, abre la puerta.—Lander estába tan aterrado, le dolía ver a su novio sufrimiento de esa manera.

Tengo que impregnarlo con mis feromonas, soy su destino por lo tanto el hacerlo oler mi olor eso le calmará así como él suele hacerlo cuando estoy nervioso.

—¡Deja tus estupideces y solo obedece!—Le grita al guardaespaldas al mismo tiempo que golpea al ventanilla, Lander quería abrazar a su alfa.

—Jefe...

—No...No lo dejes entrar.—Ordenó.

‹¿Por qué duele tanto? Son unos recuerdos que no sabía que existían, si son lo recuerdos entonces no tendrían porque doler de está manera. Sin embargo, es tan malditamente destructivo que siento que me están rompiendo desdé adentro. Como si un par de manos tirarán de mis entrañas, trituran...› Soltó una bocanada de sangre.

Edgardo al ver esto se asustó y encendido el auto, tenía que llevar al hospital a su joven maestro solo que estaba muy lejos, temía que no llegarán a tiempo.

—Abre la puerta.—Toco la ventanilla.

El guardaespaldas se asustó al percatarse de ese hombre de aspecto melancólico, no sabía quién era y no porque le dijera que abriera la puerta lo iba hacer, en este momento lo menos que quiere es que Lander entre y terminé influenciando a su jefe, entonces todo terminaría siendo inútil. Charles habría sufrido por nada.

—Soy médico, abre la maldita puerta antes de que se desangre.—Desde la distancia se puede oler el intenso olor a sangre.

‹Es muy probable que Dean ya se haya dado cuenta de ello, su nariz de perro es mucho más sensible que la mía y eso que soy descendiente del primer alfa de los libros de historia que cuenta el nacimiento de las castas. Aún así es algo extraño que Dean que viene siendo de la tercera generación es así de fuerte, sensible.› Ian no tenía porque ayudarle, no era su problema sin embargo desde que hizo el juramento como médico juro ayudar a quiénes lo merecen.

También porque se dió cuenta que Charles estába teniendo un descontrol de feromonas, le recordó a su yo pasado que pasaba por algo similar cada vez que extrañaba a su amado, con la única diferencia que el tiene ropa impregnadas de feromonas de esa persona, cada vez que siente que necesita de ellas entra a ese lugar protegido para que el olor no se desvanezca, inhala profundamente ese aroma hasta que se siente estable.

—¡Que estás esperando solo abre la puerta!—Exclamó.

Está siendo tan ruidoso que si sigue así Lander no tardará en llamar la atención de las personas que siguen a la espera de poder entrevistar a la gente de ahí dentro en la galería.

—Chicos.

—Sí, maestro.—Aparecieron dos hombres altos de aspecto robustos, bien parecidos.

—Callarlo y llevarlo lejos que sus gritos solo están molestando al paciente.—Ordenó.

—Como diga.

—¡No se atrevan a tocarme!—Se exalta.—Soy su pareja y solo yo puedo tranquilizarlo.—Asegura.—¡Charles, mi amor ya estoy aquí!

Era imposible pero Lander logró entrar por la otra puerta al interior del auto, teniendo la ayuda de esa voz era mas que obvio que fue esa voz haciendo de las suyas. Edgardo se sintió impotente, inútil porque sabía que su jefe podría terminar olvidando todo.

—¿E-Este olor?—Abre sus ojos ligeramente.

—Sí, soy yo.—Deja salir sus feromonas.

—¡No hagas eso!—Exclamó.—¿Eres un maldito idiota o qué?—Agarró por el cuello de la camisa a Lander.—Sus feromonas ya están en un descontrol que ni tus feromonas ayudaría.—Lanzo a fuera a Lander.

—¡Ay!—Cayó al suelo y sintió un dolor horrible en sus caderas, sin contar el hecho que por un segundo ese agarre en su cuello estuvo a punto de romperlo.

—Hey, tú.—Mira a Edgardo.—Levantarlo y sígueme.—No quería llamar la atención de esas personas, tampoco tenía planeado salir en la televisión y que su familia lo vean por medio de ella.

—Sí.—Edgardo lo levantó en sus brazos, siguiendo a Ian pero en eso Lander lo agarró del tobillo.

—¿Dónde crees que estás llevando a mi alfa?—Sus ojos se oscurecen.—Deja se seguir a un desconocido y charlatán, tenemos que llevarlo al hospital...—Un sudor frío empezó desde su nuca y bajo hasta su columna dorsal, temblando sin que esa fuera su intención.

Sentía todo eso con solo sentir la formidable presión y la escalofriante e intimidante mirada de Ian, que atraviesa su cuerpo una y otra vez. Iba a decir algo pero en eso Ian le metió una patada que lo termino moqueando, diciéndole a uno de su gente que lo traiga consigo. Solo entonces lograron adentrarse a un lugar apartado, Ian pudo atender sin interrupciones a Charles.

Ian al ser un alfa de tan alto calibre podría suprimir por la fuerza las feromonas de Charles, como un alfa de una mana aunque eso solo sería por un tiempo porque; Charles seguirá recordando y así como aparecido el enlace grabado en su alma.

Mientras que Ian estabiliza a Charles y manda a Lander a su casa, entro lugar pero ahí mismo en la galería. Eren se encontró una vez mas con ese hombre de esos ojos azules, y antifaz de tejón solo que está vez Eren, suavemente lo agarro del brazo sin intenciones de dejarlo ir.

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