capitulo 64
Sin nada de ánimos y con una mirada distante yacía Charles sentando en su cama, no muy lejos de él un sonriente Lander acostado boca abajo con sus pies cerca del regazo del alfa. Ambos se encuentra en su propio mundo solo que el de Charles es mas caótico.
‹¿Qué me llevo a pintar mi habitación de esos colores? Antes no me lo había planteado pero ahora que lo notó, ¿no son los colores que mas debía de odiar? Ese celeste es el color de sus ojos y ese blanco el de su cabello, pestañas largas e incluso sus cejas...
"—Charles.—Lo nombró con irritación.
Ese joven de ojos celestes escondía algo detrás de su espalda e indeciso de hacer lo que tenía planeado, pero viendo ya ese otro joven vaciló.
—Si buscas a Lander pierdes tu tiempo.—Su tono de voz era entre furioso y decepcionado porque no era a él al que buscaba ese chico de deslumbrante belleza.—Él me pidió que lo esperara aquí pero sigue sin aparecer y lo he estado esperando desde hace unos minutos.—Comunicó con molestia.—No quiere discutir contigo este día así que solo déjame en paz.
Me gustaría que él supiera que hoy es mi cumpleaños, por eso cuando lo vi me sorprendí creyendo que venía por mí, pero eso es abusado. Luther solo aparece cuando me encuentro con Lander y mi cumpleaños no es algo que le importe. Si no hay relación con Lander entonces todo eso le da igual a este irritante pececito...
—Toma.—Hace entrega de una pecera con dos pequeños ajolotes dentro.—Son feos por esos no los quiero.—Declaro.—...Feliz cumpleaños.
—¡¿Qué?!..como es que...
—Eso no es importante.—Vuelve a tomar distancia.—Son tan feos a igual que tú que desde que lo ví dije; "son los hermanos perdidos de ese imbecil alfa."—Expreso fríamente pero su mirada era brillante.
Hacer esto me costará muy caro pero tenía que decirle un feliz cumpleaños, por lo menos una última vez antes de que esa maldita voz tome mis recuerdos agradables vivido con Charles.
—Tienes razón son feos.—Me encanta.—Tienen lo ojos muy grande que dan cosa verlos.—Son lindos mucho mas al saber que son los favoritos de Luther. El que me dijo que a Luther le gustan muchos los ajolotes, fue Lander.
—Si no los quieres tirarlo o regalarlos...—La sorpresa se plasmó en su mirada al sentir los labios del alfa contrario sobre los suyos."› Charles se quedó helado al recodar y sentir todo lo que pasó en esos recuerdos tan vividamente, Sosteniéndo su cabeza.
‹¿Qué fue eso?...¡Yo y Luther...nosotros nos besamos! ¿Cuando fue eso? Su mirada era tan brillante mientras me veía a mí, él estaba feliz de verme y desearme un feliz cumpleaños ¿Por qué me olvide de algo como eso?› Sangre se desliza de sus fosas nasales.
—¡Uh!—Edgardo que desde un principio le ha está prestando suma atención a los cambios de su joven maestro, al notar que Charles se sostenía la cabeza supuso que no sería nada bueno que Lander lo notará, haciendo lo único que podía hacer en ese instante.
Cubrió los ojos y boca de su joven maestro, antes de que Lander se percatara de los movimientos en la cama, Edgardo ya había llevado al baño a Charles.
—...Edgardo.
—Le aconsejo que guarde sus pensamientos únicamente para usted, trate tanto como pueda impedir que a su mente entre cualquiera pensamiento que crea que no es suyo.—Le hace entrega de un pañuelo.—Escriba en una nota o en algo lo que acaba de recodar.—Aconseja.
Hoy puede confirmar que mi joven maestro tiene una especie de bloqueó en su mente, cada ves que recuerda lo que sea que recuerde empieza a tener dolores de cabeza y sangra, lo que significa que hay muchas restricciones para evitar que esos recuerdos salgan de dónde quiera que estén guardados.
—No sé que demonios está pasando pero hay momentos en los que me siento observando, una sensación de que me quieren atar hilos en todo mi cuerpo.—Le confesó muy bajito que ni siquiera se le escucho susurrar pero aún así, Charles logró escucharlo.
Es una sensación extraña que estado sintiendo desde cierto día, creo que fue desde el instante en que mi joven maestro me pidió cuidar de la seguridad de Luther, aunque en ese momento con las palabras que lo dijo se podría malinterpretes de que lo quería ver muerto pero no era así, solo estába protegiéndolo.
—Tú también...—Edgardo negó con la cabeza diciéndole que no siga, que guarde silencio.—Tomarse su tiempo en el baño.
—¿Charles?—Gira su rostro en busca de su alfa y al no encontrarlo se exaltó.—¡Charles!...¿Dónde está Charles?—Preguntó, mirando fríamente a Edgardo.
¿En qué momento se levantó de la cama que no lo sentí? Se volvió a sentir mal, ¿si es así porque no me lo dijo soy su pareja? Quizás por eso mismo no me lo dijo para no preocuparme.
—¿No puede ir ni siquiera al baño sin que tenga que decírselo?—Cuestiona.—Ya parece un prisionero en su propia casa, relación.
‹Cuándo piensa irse para poder hablar con mi joven maestro, si se encuentra aquí no puedo decirle absolutamente nada. No puedo hablar de lo que guarda en aquel estanque porque capaz y quién termina yendo ahí es Lander.
Sacaría lo que sea que este guardado en ese lugar por mi joven maestro, eso que es como un preciso tesoro para él. Si mal no recuerdo es una caja lo que tiene adentro eso sí no lo sé.› Edgardo deseaba que Charles se quedará inconciente una vez más, de esa manera podría echar a Lander.
No le costaba nada después eliminar esas grabaciones de las cámaras de seguridad, también ya se encuentra averiguando quienes son los chismosos que han sido comprados por Lander.
—Deja de ser sarcástico y quítate de mi caminó tengo que asegurarme que mi novio se encuentre bien, qu no caiga en el suelo por lo mareado que aún se encuentra.—Tengo que verlo, sostener sus manos y decirle que puede apoyarse en mi en vez de su guardaespaldas.
Estoy aquí para cuidar de él y no para dejar que alguien más cuide de mi novio, Charles es mi responsabilidad y mi alfa. Mío.
—¿Estás enamorado de tu jefe y por eso me estás tratando de está manera, verdad?—Interroga al mismo tiempo que agarra con fuerza unas tijeras.
—Ni siquiera puedo estar sorprendido ante tal pregunta estúpida.
Edgardo en nigún momento a visto a Charles con otros ojos, para el guardaespaldas el alfa sigue siendo un chico lamentable que el destino lo atado a una relación que no quería.
—Mi joven maestro es solo eso; mi joven maestro...
—¡No es tuyo!—Si no existirán esas cámaras ya le hubiese insertado estás tijeras en sus ojos.—Es mío, mi Charles. Tu solo tienes que llamarle jefe o joven maestro deja el "mío" que es innecesario...
—Lander, basta.—Salió del baño.
—Charles.
Edgardo se tensó por temor a que Charles vuelva a poner esa mirada extraña cada vez que Lander lo abraza, sin embargo eso no sucedió.
—¿Estás bien?—Sostiene el rostro del contrario en busca de esa mirada, Charles tenía que verlo si o si.—¿Por qué dejaste que tú guardaespaldas te llevará cuando yo podía hacerlo?—Siguen mirándose.
Fue menos de un segundo pero se pudo notar una micro sonrisa en Lander tras ver como la mirada del alfa, se fue apagado.
—Estuve a punto de vomitar y no quería que me vieras así, eso no es nada genial.
—¿Es así?
—Sí, soy tu novio por lo tanto quiero verme genial frente a ti.
—Siempre eres genial mi alfa.—Sonríe.—¿Qué te llevo a querer vomitar y tener una leve hemorragia nasal?—Hizo sus preguntas sin dejar de mirar al alfa es como si Lander buscará el más mínimo cambio en sus expresiones.
—Joven Cooper.—Edgardo busca la manera de cambiar el tema de conversación entte esos dos, notando el alivio de Charles al ya no tener esa mirada intensa en su rostro.—¿Tiene pensado quedarse en este lugar?—Preguntó.
—¿Por qué?—Responde con otra pregunta sin mirarle a la cara, haciendo que su alfa suba a la cama seguido de él. Volviendo a concentrarse en decorar ciertas tarjetas de invitación.
‹¿Qué está planeando este maldito guardaespaldas? Tengo el desagradable presentimiento que quiere alejarme de Charles, ¿qué gana haciendo eso? Anteriormente pensaba que era por el escandalo de mi padre pero no es así, hay algo mas y me es repugnante ese sentimiento, malestar.
Si doy un paso fuera de este está habitación algo se romperá y no puedo permitir eso, no puedo dejar que nadie interfiera entre Charles y yo ni siquiera su padre.›
Lander ya se está percatando que están sucediendo cosas extrañas, pero siguen sin sospechar que es el protagonista del mundo porque si llega a pasar eso entonces es posible que hasta desafíe a Dean pensando que como es el protagonista no le podrá hacer nada.
—Preguntaba porque...
—¿Están quedando bonitas, verdad?—Interrumpe a Edgardo, levanta una de las invitaciones que era de color celeste.
Lander se hacía el tonto o simplemente veía normal que a Charles le guste el color celeste, pues esto que, cada rincón de esa habitación está pintada de celeste con blanco que otro mueble es del color de cabello de Lander.
—Te quedó bien.—No había emoción en su voz y a lo único que le prestó atención es al nombre y color en esa invitación.
‹Siento que con cada minuto que pasa estoy perdiendo algo, me gustaría saber que es para dejar de sentirme roto y extrañando algo o alguien, ya no lo sé, todo es raro al mi alrededor últimamente.› Charles le estaba haciendo caso a Edgardo, no iba a ponerse a buscar respuesta sobre los recuerdos obtenido no cuando Lander está presente.
—¿Crees que le gustes a Luther?—Charles sintió una punzada en su pecho.
—¿Lander finges no darte cuenta o simplemente no te importa?—Cuestiona en tono molesto.
Mi corazón nunca se había puesto ansioso al escuchar el nombre de Luther, pero últimamente ya sea su nombre o encontrarme con su mirada me hace sentirme extraño.
—No estoy haciendo nada de eso.—Sonríe.—Entiendo tu preocupación pero eso está demás, Luther no se molestará conmigo por lo que sucedió en ese momento.—Habia una seguridad en sus palabras.—Cuando le expliqué todo el lo entenderá y me dará las gracias por ser siempre sincero y un gran mejor amigo que solo se preocupa por él.
—Lander, dudo que eso pase.
Charles no era único viendo al omega como si se hubiera golpeado la cabeza, también lo hacía Edgardo al mismo tiempo pensaba que Lander se le olvido tomar sus pastillas que evitan que piense de tal manera.
—La familia Astier en serio querían matarte.
Volviendo sus manos en puño tras recodar como Luther era llevado por Dean. Charles inconcientemente deseaba ser el la persona de la cual se aferrara Luther, ser su protector.
—Es por eso que me iré a disculpar pero no por decir la verdad, me disculparé por gritar en su propiedad.—Termino de decorar las invitaciones.—Como muestra de buena fe le entregaré esto a ellos, serán mis invitados especiales.—Sonríe.
—La pregunta que le hice hace un rato fue para ordenar que preparen la habitación por si se va a quedar aquí.—Ya no podía seguir escuchando sus estupideces.
—No es necesario, me quedaré con Charles.
—¡No!—¡Exclamó.
La sonrisa brillante en Lander se borró de su rostro dejando solamente sorpresa y no de la buena, no podía creer que Charles respondiera medio segundo después de que terminó de hablar.
—Charles.—Su mirada muestra confusion, sintiéndose herido.—¿Odias la idea de compartir la cama conmigo?—¿Por qué siempre que quiero dormir con él se ponen en ese estado?
Llevamos tanto tiempo siendo novios pero seguimos sin pasar a tercera basé, no me toca ningún otro lugar que no sea mis muslos, cadera. Cuando tenemos una atmósfera caliente nos interrumpe o Charles saca la misma excusa de que hasta cuándo estemos casados, solo entonces podremos hacer el amor mientras tanto no.
—No es eso.—Acaricia el cabello del Omega.—Solo no quiero incomodarte a causa de mi estado, puede que vuelva a tener ganas de vomitar y no quiero hacerlo encima de ti.
—¿De verdad?
—Sí, lo digo muy en serio. No quiero que el día se mañana cuando es tu gran momento te encuentres con somnolincia o ojeras bajo tus ojos.
—Tienes razón.—Mañana todo el país o el mundo sabrá que soy un genio.
Mas no sabía que su gran día estaba por se opacado de la manera más extravagante posible, volviéndose así el peor fría día de su vida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top