capitulo 61
Había una fuerte tensión en ese espacioso lugar pero que en estos momentos se siente pequeño, ni en el ascensor se sentía tan estrechó cómo se siente esa oficina y el aire sumamente pesado al alrededor. No para menos si hay dos alfas mirándome con desdén.
Para los dos alfas que se veían fríamente esa presión no era nada, pero no se podía decir lo mismo para Fausto. El ya mencionado a penas estaba soportando estar de pie, resistiendo a la presión de ese par de alfas.
Demostrado que sí es un Omega dominate tal cual, digno de llevar esa casta aunque; su nariz está empezando arder y eso que lo alfas no han soltado sus feromonas. Es cien por ciento seguro que sangrara si las llega a olor.
‹Si estos dos sujetos se quieren matar entonces que lo hagan, ¿pero por qué tengo que ser arrastrado en su dispuesta? Seguramente es un castigo, si eso es. Mi jefe me está castigando por ver comido la comida del joven maestro Luther. Sin embargo, ¿por qué soy el único en estar aquí?
El sarnoso de Vladi estuvo presente al igual que Diell, pero quizás Valdi no fue castigado porque consiguió entrar al grupo de la familia Astier, y Diell fue perdonado por ser ingenuo al caer en las patrañas y la maldita labia que tiene ese sarnoso cuando se lo propone. No por nada Vladi era llamado rompe corazones en preparatoria y secundaria.
Por lo tanto, soy el único en estar en esta situación sofocante y es problable que el vicepresidente Eren, es consiste de eso. Es a la única conclusión que puedo llegar ya que me está viendo con reproche, está verdaderamente molesto porque no fue el primero en que comer la comida de su hermanito.
Mi jefe no sería mi jefe sino aprovecha la oportunidad para molestar a sus cuñados, suegros. Si se comporta así, ¿cómo se supone que lo querrán? Aunque, es posible que eso nunca pase ni volviendo a nacer lo van a querer. Tampoco le darle su bendición y aceptarlo como parte de la familia.
Bueno, tampoco es como si al jefe le importará eso. A él todo eso le da verdaderamente igual, es más. Ve a la familia Astier como una molestia porque también tienen la atención de su adorado novio.› Niega al mismo tiempo que busca el pañuelo en el bolsillo, preparado por si su nariz en cualquier momento sangra a causa de la presión o feromonas de los dos alfas.
—No se olviden que estoy aquí.—Se hizo notar.—Podría hablar normalmente, por favor.—Pidió.
Si siguen así no me quedará de otra que informarle al joven Luther, es la única persona que los podrá detener por si está escala a una situación que se me sería imposible detener.
—¿Les gustaron las fotos?—Preguntó, ignorando por completo los gritos de auxilio de su asistente Fausto.—Ni el manjar de los dioses se compara con su deliciosa comida.—Sigue hablando mientras deja al descubierto una sonrisa.
Viendo como Eren está a poco de romper el escritorio al tratar de controlar su irá, y esas profundas ganas de estrellar la cabeza de Dean contra el escritorio.
Sin embargo, Eren sabía que eso no sería tan fácil como imaginarlo. Que su cabeza podría ser la que termine contra el escritorio antes que la de Dean.
—Sí.—Quiero arrancar esa sonrisa llena de superioridad de esa molesta boca.—Solo vi a mi pequeño hermanito siendo amable y dándole de comer a un animalito necesitado de la calle.
‹¿Como logró entrar al chat? ¿Como seguir el número? Sigo buscando una manera de poner cualquier número que use como virus, de esa manera en el grupo será eliminado mucho antes de que entre al chat.
Y aunque me moleste aceptarlo, Lut se veía feliz en esas fotos. Mi pequeño hermanito estaba feliz sentado en ese lugar, degustando de esa comida...también quiero probar su comida.› Suspiró con recelo.
—Es dándole mucho amor.—Corrigió.—Soy su doberman desvergonzado después de todo.—Aquella sonrisa perversa se amplifico mucho más.—Espero que un día de estos compré una bonito collar para mí e impregnado con su olor.—Frota su cuello.
Fausto casi se va de boca hacia el piso al escuchar a su jefe expresarse de esa manera, el sentirse orgulloso de ser llamado de esa manera, ser tratado de esa forma por Luther. Eren estaba igual o peor que el asistente, el alfa tenía una expresión de todo un poema en su cara.
—Y tiene razón.—Continúo.—Mi Lut es demasiado amable no por nada le da cariño a los animales de su casa, esos que están en segundo lugar.—Sigue mostrando una sonrisa cínica.
—Debe de estar equivocado.—Sus venas eran raíces expuestas en toda su piel.—El animal que encontro de último es el que está en último lugar. Y hubiera sido agradable si quién envío las fotos no fuera un invasor, más molesto que una cucharada...
—Lut.—Le hablo al teléfono en la mano, dejado completamente pálido a Eren.—¿Escuchaste como me acaba de llamar el cuñado?—Limpia sus lágrimas inexistentes.—Yo solo quería llevarme bien con él...
—¡Lut, no es lo que parece...!
—Caíste.—Sonríe maquiavélico mientras mueve su celular, no estaba hablando con nadie.—No creí que calleras tan fácilmente.
—¡Al demonio con todo!—Golpeo con tanta fuerza su escritorio que lo termino rompió en dos, mirando con ferocidad a Dean.—Uno de los dos saldrá de aquí en una camilla.
Así pierda mas de una extremidad me iré encima de Dean, este tipo tiene la boca demasiado grande y quiero cerrarla así muera en el intento pero me llevaré aunque sea un diente de él.
—Entiendo su molestia vicepresidente Astier.—Sentí que pedir diez años de vida con esto, necesito unas largas vacaciones o una jubilación.—Pero podrían arreglar eso en otro momento, ¿qué era lo tan importante que quería hablar con el jefe?
Estoy seguro que mi jefe se dejaría golpear solo para ir a quejarse con su joven alfa, poniendo un cara de perrito bajo la lluvia. También estoy seguro que esas eran sus intenciones desde un principio, poner de los nervios a Eren y que este se fuera encima con la intención de romperle los dientes.
—Tienes razón, podemos solucionar esto en otro momento.—Vuelve a tomar asiento, poniendo una sonrisa que no le agrado en nada a Dean.—Me preguntó cómo reaccionara Lut si escucha esto.—Sonrió, era su turno de poner en aprietos a Dean.—Usted no es el único con inteligencia.
Dean se estremecio y su aspecto cambió rápidamente al escuchar la grabación de voz, si Luther se entera que su pareja estuvo molestando a su hermano mayor, él se molestaría.
—Borrarlo antes de que cuente hasta tres.—Advierte con aquel tono que te hela la sangre.
Ja, ¿piensa que no sé que estaba haciendo algo como eso? No me llamaría Dean Bennet sino lo supiera, lo supo desde que entré por la puerta de su oficina y me lo esperaba cuando no le caigo bien a la familia Astier. Estoy consiente que podrían usar cualquier método para dejarle ver a mi Súcubo que yo, no le convengo.
Era algo muy obvio lo que Eren quería lograr y por eso lo provoque desde el principio ya sabiendo eso. Es divertido ver su cara de triunfo pensado que a logrado ponerme en aprietos pero la verdad no lo estoy. Sin embargo, no puedo tolerar que se haya atrevido hacer algo como eso y sobre todo amenazarme.
—Obligarme.—Desafio.
—¡Terce joven maestro Astier!—Exclamó Fausto.
—¡Súcubo!
—¡Lut!—Exclamaron con profunda palidez en sus rostros, nerviosos de que los ojos celeste los viera actuar de esa manera.
No obstante, solo fue una mentira por parte de Fausto. Fue la única manera que encontró para tranquilizar a ese par de alfas que solo querían romperse la cara.
—Creo que me equivoqué.—Sonríe rígido mientras borra la grabación, evitando así que alguien sea lanzado por la ventana.—Me disculpo sinceramente pero es por el bien de ambos, si el joven maestro Luther se entera de esto es muy probable que los dos terminen perdiendo.—Suspiro profundamente al ver que ambos alfas entran en razón.
‹Gracias a Dios que logré evitar una tragedia, una muerte. Y esa es la mía por supuesto. Por un segundo creí que ambos vendrían por mi y me enviarían a conocer a mis antepasados por meterme en su dispuesta...› Todo el agotamiento se esfumó al ver el repentino cheque frente a sus ojos.
Fausto no tardó en elevarse por los aires, sonriendo y bañándose con esa suma de dinero hasta se imaginó con alas de puros billetes mientras su cuerpo, es deslumbrando por el brillo que desprende los lingotes de oro que veía en estos momentos.
—¡Mi querido cheque...digo jefe!—Frota en sus mejillas sobre ese cheque.—Tan suavecito, hermoso.—Suspira como si estuviera enamorado.—Solo tu y tus ceros me hace sentir en paz...
—¿Esa persona se encuentra bien?—Preguntó un Eren desconcertado.——Está actuando algo perturbador.—¿Estoy viendo mal o en sus ojos en serio se reflejan unos billetes de a cien?
—No pasa nada es normal entre mis empleados, estoy rodeado de pura gente con diferentes locuras.—Niega con la cabeza, ignorando la incredulidad en el rostro de Eren, el cual se encontraba viendo a la persona más loca de todas en ese instante.—Vladi.
—¿Sí, jefe?—Toma a Fausto por el cuello de la camisa.—Lo estoy sacando.—No era necesario que le dieran instrucciones si con solo ver el semblante de Fausto, lo decía todo.
‹No me sorprendería si un día de estos dice que se casará con algunos cheques que le da el jefe. Soy yo el que está rodeado de gente nada cuerda, y lo que dijo mi jefe no es mentira a excepción de mí a su alrededor si abunda gente con diferente locura, eso también lo incluye a él.› Vladi solo le tocó suspirar con resignación.
Él había escuchado todo aun cuando estába allá afuera, su oído es digno de alabar como para escuchar la conversación sin estar presente. No por nada también había despejado todo al rededor de esa oficina para evitar que cualquier otra persona escuché algo que no debería.
—Entonces.—Cruza sus piernas, dejando caer una mano sobre la otra en su rodilla.—¿De qué quería hablar vicepresidente Astier?—En su mirada grisáceo solo había seriedad.—¿No me llamó para hablar sobre el trabajo, verdad? ¿Ni mucho menos para damer su bendición por salir con mi Lut?
Desde el momento en que llamo supe que lo del proyecto solo era una excusa, una para interrumpir mi tiempo con Luther. Para que no fuera el único en disfrutar de la compañía de mi súcubo, pero también era porque quería hablar de algo mas importante que también está relacionado con mi Súcubo.
—¡Nunca daré mi bendición!—Dejo en claro su postura.
—No es como si necesitara esa mierda para empezar, todos ustedes para mi son solo una espina en mis ojos una que por desgracia no puedo arrancar.—Algún día tal vez lo logré.—Y si a ti y a los demás les preocupa que le haya dicho algo a Luther, relacionado con sus padres. Puedes relajarse no le he dicho nada así él este consciente que ya sé todo.
"—Lo sabes, ¿verdad?—Cuestiona de la nada.—¿Sabes de lo que estaba hablando Lander con respecto a mi familia? ¿Lo que me están escondiendo?
—Sí.—No se sorprendió ni se asustó al escuchar ese interrogatorio.—Si no te he dicho nada no es porque no quiera, es mas. Me pica la lengua por decirte todo.—Levanta en sus brazos a Luther, tocando con su frente la del contrario.—Sin embargo, quién tiene que contarte sobré ello es tu familia...eso sí.—Besa suavemente los labios de su joven alfa.—Tienes que decirme todo lo que te digan para saber si te dijeron todo tal y como es."
Es de lo que hablaron antes de que Dean se dirigiera a la empresa Astier, y Luther se fuera a la galería. Tenía planeado llamarle al supuesto comprador de sus pinturas, si se podían reunir hoy para concluir el trató de la venta.
—Si le llamé es para hablar sobre algo que encontramos en el terreno.—Suspiro profundamente antes de proceder con el tema verdaderamente importante.—Pero, esa es solo una de las razones por las que lo llame, la verdadera razón de todo esto es mi hermanito Luther.
Si anteriormente la expresión de Dean ya era lo suficientemente seria, ahora lo es mucho más. Ese color grisáceo parecía un vórtice que se tragaría todo en cualquier instante.
—Me cuesta y odio admitirlo pero su ayuda es crucial para mantener seguro a Luther.—El bolígrafo en su mano podría romperse en cualquier segundo, lo estaba sosteniéndo con demasiada ferocidad.—Y sí, tal vez Luther y yo no vengamos de la mimas madre pero eso no quita el hecho de que tanto Erin como yo, lo queremos y es nuestro hermano así seamos solo primos. Pero eso ya lo sabia, ¿verdad?
—Sí, lo supe desde el instante en que ví una foto familiar.
—No espera menos del gran Dean Bennet.—Este hombre debió de investigar hasta a mis antepasados para averiguar si Luther se parecía a uno de ellos.—No obstante, ¿tampoco sabe nada de quienes son los verdaderos padres de él, verdad?
Mis tíos borraron absolutamente todo rastro de ellos, todo. No sé cómo lo hicieron pero el padre de Luther, ese hombre fue quién se encargo de eso. Desesperadamente quiso que en este mundo pareciera que ellos nunca existieron lo mismo era su relación con nosotros.
Para el mundo entero mi mamá (Elek) nunca tuvo un hermano, es ahí, cuando entendimos del porque ellos no querían que nadie supiera de la existencia de Luther. El padre de Luther no quería que su familia lo encontrará. ¿Por qué? No lo sé, esas personas han de ser peligrosas ¿quizás?
—Correción, todavía no lo descubro pero de que lo haré, lo haré de eso no hay duda.—Ya movilizó los grupos de inteligencia que tiene en cada país.
Podía hacerlo rápidamente si solo daba una foto de Luther, guiarse por los rasgos fáciles pero Dean antes muerto que dar una foto de su Súcubo. También era ser precavido por si de otro lado también estaban en busca de Luther o de su padre.
—No es necesario que me digas todo esto, desde un principio sé lo que tengo que hacer.—Se pone de pie.—Matare todo aquel que trate de tocar o hacer llorar a mi hermoso Súcubo, eso me incluye a mi también.—Ve fijamente a Eren.
No voy a permitir que nadie borre la hermosa sonrisa de mi súcubo, como ya dije todo aquel que esté buscando la desesperación de mi amado seré yo, quién les haga sentir a esas personas lo que significa sentirse desesperado y no tener a donde correr, esconderse. Es por eso que deberían pensarlo bien antes de meterse con mi dueño, sí. Mi súcubo es mi dueño y felizmente me entrego a él por completo. Soy solo de él.
—Quiero dejar en claro lo siguente; si este mundo sigue funcionando y no se ha ido al carajo es por una muy especial e importante razón.—Ve el fondo de su pantalla, sonriendo al ver ese chico de cabello blanco.—Sí alguien se llevá a Luther de mi lado donde no pueda verlo ese mismo día este mundo perecerá.
—¿Qué?
Eren no entendía de que estába pasando, era obvio que Dean le estába hablando a él pero también sentía que esas palabras no estaban dirigidas a su persona. Como si Dean estuviera usándolo como un intermedio para comunicarse con alguien más.
—No vemos tengo que ir a otro lugar mucho más importante.—Abrocha el botón de su sacó.—Sobre lo que sea que hayan encontrado en ese terreno, es todo de ustedes. Ya habíamos hablado de eso en ese entonces que firmamos el contrato.—Abre la puerta.—Darse prisa en construir ese lugar.—Sonríe.—Pueda que ese lugar sea donde Mi súcubo y yo nos comprometamos...
—¡¿Qué?!—Se exaltó horriblemente.—¡Súcubo...qué...!
Eren le lanzó una engrapadora pero Dean ya había salido de la oficina, sonriendo maquiavélico al imaginarse a Eren todo rojo de la irá.
—Ese bastador...—Esta por darle vuelta al escritorio pero en eso escucha su celular sonar y era nada menos que erin.—¿Sí?
—¿Estás ocupado?—Pregunto.
—¿Por qué?—Responde con otra pregunta y desconcertado al escuchar la voz de Erin, se escuchaba como atragantado.
—Darte prisa si quieres alcázar un poco de la comida cocina por nuestro hermanito.—Comunicó.—Esta muy deliciosa.—Sigue hablando con la boca llena y pelando con sus padres por la comida servida en la mesa.
Con esto me siento mas preparado para ir hablar con ese roba besos y abusivo de Tyr Bennet, tengo pensado sacarle una buena suma de dinero si es que quiere a mi hermanito para su comercial.
Luther será un inexperto en esa área pero con solo mostrar su cara las ventas subieran y puede que en un día se acabé toda la mercancía (es demasiado hermoso ese mocoso) por eso tengo pensado en hablar seriamente con Tyr, sobre el pago que irá a la cuenta personal y protegida de Luther una que solo la familia sabe que existe.
Hemos estado acumulando mucho dinero en esa cuenta por si algún día no nos queda de otra que enviar a Luther, lejos de nosotros para mantenerlo a salvo de todo peligro.
—¡Más vale que me dejen o juro que los haré vomitar!—Advierte y sale de su oficina a toda prisa.—¡No les costaba nada esperarme como se atreven a empezar sin mí!
Todos en la mesa se estremecieron al escuchar la voz alterada de Eren, lo que los llevo a dejar de mover la manos y esperar por su llegada porque lo sabían. Sabían que Eren era capaz de eso mucho más, sobre todo cuando ya se encuentra en un estado de molestia.
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