capitulo 53

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Att: Yessi.A






La incomodidad de la cual se quejaba no hace mucho Luther, parecía que fue olvidado ya que en estos momentos se encuentra absorto en una epifanía de puro placer. Disfrutando de las caricias y besos apasionados de su alfa eufórico, con una mirada que grita "voy a devorarlo no una, sino que tantas veces él me lo permite" Porque antes de sus deseos estaban primero los de Luther.

‹¿Cuantas veces nos hemos venidos ya? ¿dos? ¿Tres veces? Deje de contar desde la primera, llegando a un punto en que mi cuerpo se mueve por si solo, mis caderas no dejan de buscar esa cosa caliente entre sus piernas. Desde que probé la fruta y caricias de este hombre de gran "personalidad" me he vuelto muy insaciable... Lascivo.

—Nngh~—Un pequeño espamos surgió en su interior, cada vez esa torre se frota contra las esponjosas paredes.

...En este momento debería de estar cuestionando unas cuantas cosas, encontrando respuesta a mis preguntas, soluciones y planes que podrían ser de ayuda para cuando me enfrente a esa voz. Pero no, verme aquí rendido ante las caricias y coqueto de mi doberman desvergonzado.›

Luther al estar de espalda derrocha una increíble sensualidad, las manos de Dean bajan desde la nuca quedándose en las caderas de Luther. Y sin quererlo sus dedos al sostenerlo quedaban como un bello tatuaje de ramas en la tersa piel del joven alfa.

Pero no tan bello como el espléndido tatuaje de Dean, en su ancha espalda. No sabrías mirar de su cintura hacía arriba o si de la cintura hacia abajo. Dean es alguien que derrocha masculinidad y seducción tanto por delante como por detrás.

Esas afiliadas caderas en este momento era como ver un poderoso cañón, disparando firmemente sus municiones directamente en esa cueva de suaves paredes.

—Mngh~—Mis manos se están quedando sin fuerza, la pared frente no tiene ningún lugar del cual sostenerme, es lisa.

Luther tenía su espalda a mas no poder inclinada hacia adelante, sobre la pared de la regadera mientras su trasero queda expuesto ante la vista de esos ojos grisáceos.

—Aaah~

El agua cayendo de la ducha empaña la costosa pared de vidrio, pared en la que los pezones erectos del joven alfa, se rozan. Lo frío y la húmeda de las gotas de agua impregnada en ese vidrio provoca así, ligeros escalofríos en su tembloroso cuerpo.

Cuerpo que se encuentra siendo sacudido y chapoteando lascivamente, principalmente sus caderas al momento de impactar con las poderosas embestidas de las sensuales y muy afiladas caderas desnudas del alfa mayor.

Luther ante esas embestidas solo podía gemir mientras su cintura es asegurada en los brazos de Dean, ya que por un momento flaquearon y estuvo a segundos de caer al piso, mojado.

—¿Así se siente estar y conocer el cielo?—Pregunta entre jadeos, sosteniéndose de la esbelta y sensual cintura del ojos azules.

—Si no vas más despacio entonces yo...seré el encargado que te enviarte a conocer a tu creador.—Advierte.

—Pero si tu sensacional y muy erótico trasero ya lo está haciendo.—Sonríe con descaro.

Mi cuerpo se siente tan ligero, con gran energia que si me lo propongo ganaría uno par de maratones. Todo porque mi Súcubo, este hermoso ser es mi vitalidad.

—¡Nnhgm!—Este bastador Doberman desvergonzado, se está volviendo mas audaz. Tendré que castigarle para que no se le olvida quién manda aquí...—Uhgm~

—Eres tan fascinante y emocionante que quiero pegarme a ti.—Mueve sus caderas en círculos para segundos después, empujar su virilidad cuan profundo le permita llegar.

‹Me voy perdiendo no solo en la suavidad o húmeda de su interior, también me embriagó a mas no poder con su delicioso olor a cerezo, con todas esas emociones desbordantes de sus poros que me envuelven de pies a cabeza, como una calientita frazada en un invierno desenfrenado. Tan placentero.›

Ni el agua derramándose por su cabeza no cubre sus ojos, ni empaña esos brillantes y muy desenfrenado color grisáceo, es más, son mucho mas brillantes mientras se lame los labios viendo la seductora espalda de Luther. Admirando sus obras de arte (chupetones, mordiscos) de ayer como recientes.

—Te voy a pegar la boca para que te calles...—Decia eso pero sus mejillas se tiñeron de rojos, y sus labios no eran los únicos en mantener una sonrisa, sus ojos también lo hacían.

—Yo encantado.—Sus ojos se dilanta.—Pero que sea tu erótico trasero en mi boca.

—¡Lávate esa sucia y desvergonzada boca!—Le soltó un codazo, Dean solo gimoteo pero siguió manteniendo su sonrisa cínica.

Mientras que Luther estába agradecido de que Dean no pudiera ver su rostro, Luther era un hermoso tomate andante al ser pálido, el rojo se nota mucho en su piel cada vez que se pone tímido, avergonzado.

—Mi tímido Súcubo.— Lujuriosamente pasa su lengua de arriba y bajo sobre la espalda del ojos celeste.—Me encantas tanto.

Si Luther viera la expresión de Dean, es muy probable que se hubiera corrido en ese instante, la forma tan caliente en que Dean se muerde los labios es única, y derrocha seducción.

‹Este hermoso y tan sensual ser, es mi cordura como mi locura. Solo mi Lut puede hacerme el hombre mas feliz de todo el mundo como el mas miserable. Solo una palabra proviniente de sus labios podría acabar con la mitad de la población, si me pide que mate, yo matare. Si me dice que vaya al mar y capture alguna especie de pez, yo iré y le traeré más de diez clases de peces.

Estoy dispuesto a todo para que siempre sea feliz, así como acabaría de la peor manera con todo aquello, o cosa que lo haga llorar. Que ni siquiera se les ocurra hacerle derramar sus lágrimas como la última vez, porque en está ocasión las cosas no terminará nada bien.›

Ese grisáceo se volvió negro y Luther percibió la frialdad en su alfa, pero no temió ni se inmutó porque no iba dirigido a él. También podía darse cuenta por medio de las feromonas de Dean, que esa frialdad era mas una forma de mostrar su protección.

—¡Uhh~!—Sus labios se abrieron eróticamente, dejando salir unos pequeños gemidos mientras su mirada se cristaliza ante el infinito placer.

Mis piernas van perdiendo fuerza con cada embestida, esa cosa monstruosa parece una serpiente tipo eléctrica, y toda escurridiza electrocutado mis zonas erógenas.

—Aaah~

Dean dejo caer sus manos sobre las de Luther las cuales descansa sobre la pared de vidrio, no tardaron en entrelazarse con las del menor. Quien, en este instante se encuentra sonriendo pervertidamente por la dicha de esa "personalidad" que tanto le encanta, frotándose contra su espalda.

—Sí...sigue así.—Cierra sus ojos para gozar mucho mas de la sensación, de ser apresado no solo en los brazos de Dean, también ahí abajo.—Se siente tan bien...¡Aah~!—Sus ojos se abrieron ante la dicha de esa estocada dando en el blanco, ese esponjoso lugar que desencadena la llegada del climax.

‹Tan húmedo, esponjoso, caliente que es su estrechó interior. Apretándome con fuerza cada vez que fingió salir de él, haciéndome perder mi cordura. Sí pudiera ser posible entonces, me encantaría estar siempre dentro de él, que me caliente con su erótico y sensual trasero.›

—¡Aaah~!

Sus alma se estremecia tan como lo hacían sus cuerpos llegando al climax, jadeando mientras buscaban la manera de regular su pesada respiración.

—D-Dean~—Nombro dulcemente a su alfa.

‹Mis piernas perdieron fuerza por completo, Dean me abrazo por la espalda mientras retiraba su cosa salía de mi interior, interior que no dejaba de tener espamos.›

Aun así estuviera sintiendo espamos por la reciente llegada al climax, Luther no dejaba de restregar su espalda contra la "personalidad" de su querido Dean.

El alfa al ver y sentir eso lo tomo como una invitación a volver entrar en Luther. Por lo que se quitó el preservativo, poniéndose uno nuevo al mismo tiempo que volvía inclinar la espalda de su joven alfa, hacia adelante.

—¡D-Dean!

Ahora no solo mis piernas tiemblan como gelatina, dentro de mí también están tembloroso mucho mas cuando su miembro se frota con cada rincón de mi interior.

—Me estabas seduciendo.—Dijo al instante en que la curvatura de su labios subían hacia arriba.—Y como ya lo sabes, soy débil a tu mirada.

—¡Ni siquiera te estaba viendo!—Le soltó un codazo en las costillas, Dean solo sonrió ampliamente.

—Si me estabas viendo.—Agarra las caderas de Luther.—Puedo ver tu mirada a través de ese vidrio.

—Que descaro.—Giro ligeramente su rostro hacia un lado, encontrándose con esa brillante mirada grisáceo.—Esa pared está más empañada que mis ojos...¡Deja de reírte!...¡Nnmg~!

Sus caderas se tensaron al percibir los colmillos del contrario, presionando su piel, queriendo adentrarse y dejar una marca en el marcado y firme trasero del joven.

—¡Te estás ganando que te ponga un bozal!—Exclamó.

‹No puedo dejar de temblar cada vez que la punta de sus colmillos, se frotan contra la piel desnuda de mi trasero, ansioso por sentirlos todavía mas...¿hay algo mal en mí?

Solo eso explicaría del porque mi parte delantera a empezando a gotear y todo por emoción de saber que el Doberman desvergonzado, está meditando la idea de incrustar sus dientes en mí piel... Estoy contemplando muy seriamente la posibilidad de que en una de nuestras vidas, ambos fuimos alguna especie de animale.›

—No me importaría usar uno.—"Sus paredes se contraen, ¿en que cosa erótica está pensado? Estoy seguro de que yo, soy el protagonista de sus fantasías." Sonrió pícaro.—Pero si tengo la opción de escojer entonces.—Agarra el miembro de Luther.—Quiero esto en mi boca solo así dejaré de ladrar y morderte.—Salio y embiste en menos de un segundo el suave interior del contrario.

—¡¡Ugh!!—Tiro su cabeza hacia atrás, sus manos a penas y podían sostenerse al igual que sus flácidas piernas, temblando peor que un cervatillo recién nacido.

‹¡El muy bastardo lo hizo con toda la intención de hacerme enojar!› Dean incrustó sus colmillos en cada uno de sus glúteos mientras el miembro hace y deshace en el extasiado interior de Luther.

Giro lentamente su rostro a la izquierda haciendo contacto visual con esa mirada juguetona, mirada que fulminó pero el dueño de esos ojos grisáceos, solo sonrió perverso.

—¡Si tanto lo quieres entonces, ven!—Mira directamente a Dean.—Arrodillarte en el piso como el buen perro que eres...

—Lo que diga mi amo.—Cayo de rodillas frente a Luther.

—¡Es en serio!—Luther dejo caer sus manos sobre su rostro, ocultando su sonrisa y mucha vergüenza.—Estas loco.—Solto una carcajada.

—Sí, estoy loco por ti.—Dijo, procediendo a deleitarse con los labios y sonrisa de su precioso Súcubo.

—Nnmg~—Él me levantó del piso para sostenerme en sus brazos, aun con mi espalda sobre su fascinante e exquisita "personalidad"

Sus dedos yacía hundidos y enredados en el cabello azabache, al igual que sus temblorosas manos alrededor del cuello del alfa mayor. Sonrojado mientras veía ese espejo frente a su empañada mirada celeste un poco dilatada.

Mirándo detenidamente esa posición tan obscena en la que el alfa mayor, lo tenía en este preciso momento al mismo tiempo que sentía la temperatura de esa lengua traviesa, pasando desde su cuello hasta invadir su sensible oído.

Frotando su espalda contra el pecho de contrario mientras sus piernas abiertas de lado a lado eran sostenidas por el alfa mayor, dejando al descubierto absoluto todo del avergonzado alfa ojos celeste.

Luther quería esconder su rostro enrojecido en el cuello de contrario, pero el mayor no lo permite y le empezó a susurrar con lujuria al oído.

—Mira al frente—Lame la mejilla izquierda del más joven, presionando con la punta de su lengua ese hoyuelo que tanto el fascina ver, cada vez que Luther sonríe o hace un puchero.—Sigue mirando la unión de nuestros cuerpos.

La inmaculada piel palida se tiño de rojo al observar tal vista, no había mentira en las declaraciones de su alfa. Él estaba viendo como esa cosa tan grande y anormal iba entrado en esa estrecha cueva, expandiéndose al tamaño de ese grueso tronco, apretando con fuerza por temor a que dejara de seguir hurgando en su interior.

Al instante el mas joven sintió ese hormigueo acusa de la frotación contra cada rincón de su ser, hormigueo que no tardó ni un minuto en expandirse por cada molécula de su ser, haciéndole regocijar su alma.

Con al urgencia de sentirlo un poco mas profundo, que llegase a ese punto que lo hará delirar ya que, el alfa mayor parecía estar fascinado con solo introducir la mitad y de esa forma poder sentir la exigencia de su joven alfa, pidiéndole con un movimiento de caderas que lo embista rápido.

.—Mira como devoras todo eso.—Desliza suavemente su miembro, sin perderse las lascivas expresiones de su Luther.—En la forma que tu suave interior se va abriendo con impaciencia, ya que se muere por tener todo de mí dentro de ti.—Muerde el lóbulo de la oreja.

—¡Nnmg~!—Los dedos de sus pies se encorvan ante la estimulación, y eso que el mayor solo se encuentra frotando el miembro contra sus temblorosas paredes.

‹Tan vergonzoso, no solo mi cuerpo explotará por el calor también lo haré mi rostro. No puedo dejar de sorprenderme por el hecho de que esa cosa ¡anormal! Entra en mí, es una barbaridad... Tan obsceno...›

—Tan erótico.—Mira hacia el frente y en ese mismo instante su eufórica mirada cayó sobre esos bellos ojos celestes.—Demasiado erótico.—Explora esa cueva sin dejar de mirarle tontamente.

—¡Aaah!—Sus empañados ojos por un momento dejaron de estar nublados, atónitos al ver el muy evidente abultado estómago.

Esa cosa era nada menos que la virilidad masculina de ese semental, embistiendo al más joven sin darle la oportunidad de tomar aire.

Él seguía presionando los puestos sensibles que dejan sin fuerza al joven en sus brazos, jadeando y gimiendo mientras sus manos se aferran con fuerza de esos cabellos azabaches del contrario. Mordisqueando la oreja del ojos grisáceos.

Cada vez que el alfa empuja sus caderas hacia adelante, o cuando lo alza hacia arriba y lo dejá caer de golpe sobre esa barra de carne palpitante. Eso era demasiado estimulo.

‹Es tan aterrador el mirar su miembro sobre salir en mi estómago con cada estocada, pero son mas aterradores mis pensamientos al pesar que se siente tan bien cada vez que la punta de su glande se frota con cierto punto...

Estoy loco o simplemente estoy delirando por el placer desbordante en mí, por esa mirada grisácea que me mira, que me quema deliciosamente, y me desnuda a mas no poder al punto en que mis entrañas no son las únicas que se regocijan de entusiasmo.›

Luther se estremeció a mas no poder cada vez que Dean, le mirá al mismo tiempo que su miembro embiste la cueva del joven alfa, queriendo cerrar sus piernas por la sensación de placer pero Dean las vuelve a separar.

—¡Nng~!—Tan caliente.

Dean muerde su labio al sentir la suavidad de ese interior que lo hace enloquecer, sonriendo ligeramente al ser estrujado por las estrechas paredes de su joven alfa.

—Mi Súcubo.—Susurró cerca del oído de Luther.—¿Me lo quieres cortar por sino se derrite ante lo caliente de tu erotico interior?—Preguntó con un tono de voz todo sucio, como el beso que se están dando.

‹Su voz tan caliente atravesó mis oídos al mismo tiempo que su aliento erizo los vellos de mi nuca. Quema el interior de mi cavidad bucal se está empezando a derretir cada vez que su lengua explora mi boca.

Su respiración respingado en mi rostro hace arder maravillosamente mis mejillas. Provocando que mi respiración y un estímulo en todas partes de mi cuerpo, lo que no me permite responder a su obscena pregunta, y para variar que hable él sigue besándome como sino hubiera un mañana, haciéndome perder la cordura...›

—¡Ugh!—Luther no podía hablar por el desbordante placer pero si podía morderle.

En el lobulo de la oreja de Dean, quedaron los colmillos de Luther. Era como ver un lindo tatuaje o piercing personalizado solo para su desvergonzado Doberman.

—¡Nnmg~!—Tiro su cabeza hacia atrás, siendo sostenida por el hombro de Dean.—Espera...Mngh~—Dean no dejaba de empujar hacia adelante.—¡Dean... Ahí adentro se siente raro!—Exclamó

Un poco asustado y desconcertado al percibir una sensación rara, era como si por la parte de adelante estuviera salir algo que le haría sentir avergonzado.

—Dean...yo...

—Hazlo, mi erótico Súcubo.—Muerde la clavícula de Luther.—Yo también estoy en mi límite, déjalo salir.—Embiste en repetidas ocasiones.

—¡Aaaghh~!

Sus dedos de las manos y pies se encorvan cada vez que su interior es sacudido, a tal grado que ese color celeste de sus ojos, se dilató a un punto que hasta podías ver corazoncitos mientras su parte delante rocía todo el lugar como una lasciva fuente.

Ese un incentivo para que Dean se quedarán sin aire, a sus ojos Luther se veía tan hermoso con esa expresión extasiada en su rostro. Perdido completamente ante el placer.

—Nnmh~—Mi mente se encuentra aturdida, no tengo fuerza ni para mover mis dedos de las manos. Y ahí no dejá de tener espamos luego de que esa cosa salió de mi interior.—Dean...yo.

Luther cayó inconsciente luego de darle un beso en la mejilla al alfa mayor, quien sonríe tontamente enamorado de su Súcubo. Devolviendo ese beso pero él planto sus labios sobre los de Luther.

—Debemos de trabajar un poco más en tu resistencia, mi Súcubo.—Lo sostiene en sus brazos en estilo princesa. Caminando hacia a la tina.

Limpiaría con gentileza, cariño, el cuerpo de su novio. Lo haría con agua tibia, aceites esenciales para liberar la fatiga de su agotado Súcubo.

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