capitulo 42

Sus cuerpos temblaban, podían sentirse sin fuerza pero seguían caminando por esa rampa, y si caían eran arrastrados por los perros Rottweiler, negros. Eso era mucho peor que caminar, dolía más ser arrastrados por esos perros que parecían ser el cuidador de las puertas del infierno.

Por eso mismo pese a su agotamiento y ganas de solo dejar de respirar, ellos procuran no llamar la atención y mucho menos hacer contacto visual con esos ojos grisáceos. El dueño de esos ojos en estos momentos se encuentra jugando con sus pequeños "bebés" (tiburones) dándoles de comer jugosos pedazos de carne, de la más alta calidad.

Para los pobres diablos que se encuentran en agonía, ls expresión de ese hombre era mucho más espeluznante que la de los propios tiburones desgarrado su comida. Preferían ver a los tiburones a ver al dueño.

‹Mi personal sigue investigando sobre esas dos familias (Turner, Cooper) pero esto ya se torno muy desagradable y está empezando a oler mal. ¿Quién quiere dañar de tal manera a mi Socubo? Se quién sea está deseando morir. Su confianza de poder conmigo, de esconderse de mi es muy adorable de su parte.›

—¿Ya llegó mi novio a la mansión?—Preguntó.

—Sí, llegaron sanos y salvos.—Informó.—El joven maestro Adal, se quedará a cenar...—Jadeo al ver los dientes blancos y filosos de los pequeños "bebés" tiburones.

Ellos al igual que a su padre (Dean) no le había gustado escuchar que Adal, sea el primero en cenar con la familia de Astier, en vez de Dean, que es la pareja.

—Parece que tendré que ir una hora antes por mi sobrino, una lastima que no pueda cenar con los Astier.—Pone sus manos sobre la inmensa pecera.—Pronto traeré a este lugar a su mamá, tiene que ser educados.

Que no me vaya escuchar mi súcubo decir eso en voz alta, o me dejara completamente calvo. Aunque me emocionó el solo imaginarlo todo malhumorado, pateando mi cara con sus bonitos pies.

—Ya son adorables pero tienen que hacerlo aun mas si quieren caerles bien, aunque para su suerte a él le encanta todo lo relacionado con el océano. ¿Deberíamos comprarle uno solo para él?—Deja al descubierta su blanca dentadura, los tiburones hacían lo mismo, imitando la sonrisa de Dean.

‹¿Cómo demonios va a comprar el océano? Y esas dos cositas no tienen nada de adorables, te descuidas y te comen. A menos que seas Dean estas a salvo, pero si eres alguien más, terminas yendo con tu creador.› Pensó Fausto, mirando a otro lado que no sea eso dos animales y la peor bestia de todas, Dean.

—¿Que crees que estás haciendo?—Lanzó un cuchillo hacía la pared sin siquiera darse la vuelta.

Antes de ser clavado en la pared paso rozando la mejilla de uno de los sujetos que estaba por caer, y nadie le había dado tal permiso. Fue tanto el susto que terminó orinando su pantalón.

—Si piensan que muriendo van a descansar, déjenme decirles que no.—Sonríe—Ire al infierno solo para hacerlos sufrir, no van a descansar en paz de eso me encargaré yo, téngalo por seguro.—Les hizo saber con una expresión no tan comprensiva.

‹Tampoco me agrada ese historial limpio de Lander, es demasiado perfecto para mí gusto. No puede haber nadie con tal perfección, solamente mi Socubo. Él puede hacer y deshacer a su antojo y seguirá siendo perfecto, pero Lander, ese tipo es el maestro de la hipocresía.

El solo escucharlo hablar ya es pura hipocresía, no ve a mi Luther como su amigo, no. Para él mi Socubo es como una posición que le pertenece, que debe de tener lo quería o no la otra parte. Se muestra preocupado pero solo es para que ven, lo “buena gente que es.” Le gusta que tanto Charles cómo mi novio discutan por él, me di cuenta ese día a las fuera de esa galería que pronto fracasará.

Luego está Charles, ese tipo estúpido con complejo de amnesia. ¿Por qué fingen odiar de es manera a mi alfa? En la información está muy claro que, tenía algún tipo de sentimiento por mi Lut.

Fue Charles quien trato con la mayoría de personas que decía que Luther era adoptado, pero ahora viene y actúa como si él nunca lo hizo. Mi personal verifico y en definitiva no ha tenido ningún tipo de accidente que lo haya dejado mal de la cabeza como para que olvide eso, solo que tiene un tipo de trauma con las mujeres, no le gustan que lo toquen porque su padre, se ha encargado hablar pestes de su madre.

Ocultando el motivo verdadero del porque ella, dejo a ese bastador repugnante de Travis Turner, también le ha mentido a su hijo, con respecto hacer abandonado. Ella nunca abandonó a Charles, simplemente no logró llevárselo. Se encontraba tan herida que a penas podía seguir en pie y cuando estaba por ir por su hijo, se escuchó un auto estacionarse.

La persona que le estaba ayudando al ver que el escape podía ser imposible si seguían ahí cuando Travis estaba por entrar a la mansión, por lo tanto esa persona que le estaba ayudando a ella no le quedó de otra que ponerla e inconciente. Se sintió mal por dejar al niño, sí, pero por lo menos ese niño iba a sobrevivir y su madre no si seguía ahí, viviendo con ese monstruo de Travis.

Seguramente él mismo está impidiendo que Charles, averigüe sobre eso porque, a pesar de ser escrupuloso y repugnante tiene miedo de quedarse solo, que su hijo también lo abandone cuando se enteré de la verdad. También porque quiere seguír explotando su potencial tanto como pueda para su beneficio, así como permitir que este comprometido con Charles.

Por eso simple hecho de que el señor Cooper se volverá un fiscal, bueno. Se iba a convertir en fiscal, ahora eso solo se volvió una triste fantasía. En un par de horas de va enterar que nunca podrá ascender a ese puesto, muy lamentable. Tal vez no hubiera sido así si tan solo respetará la ley, como yo.› Solto una bocanada de humo el cual oculto su sonrisa, aunque no del todo porque Fausto, sostuvo su asustado corazón.

——Hablen antes de que los corte pedazo por pedazo.—Adivierte.

También sé que mi Socubo oculta algo, desde el principio me di cuenta que estaba fingido estar Interesado en Lander, no sé a qué está jugando o del porque tenía que actuar, esperaré hasta que el me lo diga. Cuando se trata de él puedo ser tan paciente como sea posible. Espero que en su momento me pida ayuda, yo feliz de ayudarle en todo lo que pida.

—¡No hicimos nada mal!—Vocifero el joven (25 años) de cabello y ojos cafés.

Sí, fuimos un poco rudo en nuestros días de colegio y universidad, ¿pero por qué ser tan cruel? Todos cometemos errores y eso no era para tanto como para merecer este trato. Lo único que le dije en ese entonces a Luther, fue; que su madre era una o un mal nacido hijo de perra por verlo abandono, ¿no era la verdad? Con ese comentario estaba regañando a su madre por tales decisiones, no era encontrá  de Luther.

—¡Era un adolescente en ese entonces!—Muerde su labio.

En ese entonces el asistir al colegio podía ser como asistir a una jungla, tenías que sobrevivir como seas y en ese momento Luther a pesar de tener dinero era un objetivo fácil, era explosivo pero se contenía para no molestar a su familia. Eso le dio fuerza a los rumores, que no decía nada por miedo hacer enviado una vez más al orfanato de dónde fue recogido.

En se momento era él o yo, por lo que preferí seguir los mismos pasos de los demás. No me iba a volver un marginado por no molestar un poco con su nacimiento a Luther y después de graduarme del colegio me olvidé completamente de eso.

¿Entonces por qué estoy aquí siendo castigado por lo que sucedió hace mucho tiempo? Ya no tiene sentido, hasta me mudé al extranjero para no quedar atrapado en mi pasado. Soy una persona nueva, ¿no tengo derecho a equivocarme y comenzar de nuevo? Uno madura con el paso del tiempo.

—Hacia y decía cualquier cosa para caerle bien a los demás, no ser un perdor.

—Aun después de adulto sigues teniendo una mentalidad tan pobre y muy egoísta e hipócrita.

—¡Ugh!—Llevo su mano a la boca, acto seguido el gusto a sangre en su garganta le dió severamente asco, queriendo vomitar el pedazo de lengua que se había tragado.

—No la necesitas algo como esto.—Saco su lengua.—Con eso pagas tus crímenes y nunca mas podrás dañar a nadie mas.—Agarra la mano dominate de ese joven.—Tampoco los dedos de está mano.—Los quebró.

—¡Ngh!—Gimió de dolor.

—Llevártelo.—Le ordenó a uno de sus empleados, un hombre rudo y alto con una cicatriz en sus dos cejas.

—Como ordené.—Lo arrastró por el suelo.

Los demás al ver eso no pudieron evitar cubrirse la boca y sus manos, buscando entre sus recuerdos algo que los ayude a no pasar por lo mismo con aquella persona.

—¡Nunca supe quien era el que empezó el rumor!—Exclamó desesperando uno de ellos, un chico de cabello rosado.—¡Pero le puedo asegurar que dijeron que era un Omega, uno delicado y elegante por su forma de hablar y caminar!—Suspiro aliviado al ver que Dean, dejo de caminar hacia él.

Su género era el único que se pudo identificar, de ahí toda su identidad y apariencia era falsa. Había hecho eso solo para difundir ese rumor, pensándolo bien, está bien desquiciado.

—Nadie sabía exactamente como era porque, cuando invento ese rumor lo hizo con una aparecía que no existía... No se porque motivos no le caía bien el tercer joven maestro Astier, como para que llegara a tanto. Quizas se debía a la popularidad de ese joven por ser un Astier y muy hermoso...¡Aaaghh!—Se retorció tras ser pinchando directamente sus ojos.

—Agradece que no te los saqué.—La primera persona que se me vine a la mente es Lander, ese tipo tiene cara de que haría eso y más.

Mientras Dean planeaba relucir la verdadera personalidad de Lander, para destruirlo. El ya mencionado yacía en el hospital, junto a su prometido Charles.

Sus manos se encuentra entrelazadas mientras se veían cariñosamente, Lander de vez en cuando pasa sus manos por el cabello despeinado de Charles. De esa manera se veía menos serios y mucho mas guapo.

Miraba a Lander sin embargo ese color verde azulado en vez de tener ese brillo, se ven apagados como si hubiese sido desgraciadamente víctima de la hipnosis de un gran experto.

—¿Te sientes mejor?—Preguntó, frotado la mano del alfa en sus mejillas.

Su piel ya no tiene esa palidez que no era normal, ya recuperó su color y la calidez también. Anteriormente al tocarlo se sentía frío, eso fue muy preocupante.

—Sí, mucho mejor.—Mentira, me podré ver bien por fuera, pero porque no me siento así por dentro.

Me dijeron que la hemorragia se debía al estrés y porque mi rut también está cerca, lo que provocó una sobre cargar... ¿Si es por eso entonces por qué es mi corazón el que está doliendo? Desde hace un buen rato no he dejado de sentir que me lo estaba aplastando tan duramente.

—Me da mucho gusto.—Besa la mano de Charles.—No me vuelvas a preocupar de esa forma.—En su mirada se ve la tristeza y el miedo de perderle.—Me asusté mucho, en serio fue aterrador.—Confesó.

—Lo siento.—Acaricia las mejillas del Omega.—Cuidare de mi salud, no me sobrecargare de trabajo, ¿sí?—Lander solo asistió.

—Ya que estás de mejor, ¿puedo preguntar algo?—No puedo quitarme esa incertidumbre.

—Sí.—Asiente—Dime.—¿Que querrá preguntar?

—¿Que quiso decir Luther?—¿Por qué es así conmigo?

Charles se desconcertó al sentir que su corazón latió con mas fuerza, al escuchar el nombre de Luther, como si la energía volviera a él luego de eso.

—¿Cómo es eso que fuiste a salvarle?

¿Cómo es eso que nunca le guste? Si es así, está bien. Me alegro por él, pero si solo está fingiendo para que ya no haya mas malentendidos con Charles, lo hace muy mal.¿Piensa que alejándose de esa manera me está ayudando a que no haya más peleas entre Charles y yo? Sin en verdad es así, de verdad es un tonto.

No tenía porqué hacer eso, no tiene que alejarse de mi, solo tenemos que sentarnos los tres y hablar correctamente como las personas civilizadas que somos. Nada difícil, es muy simple y hasta podemos llevarnos bien los tres.

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