capitulo 37
La mirada del confiable guardaespaldas de Charles, (Edgardo) no a dejado de observa sin disimular a su joven maestro. Analizando el comportamiento extraño del alfa. Quería encontrar las respuestas a sus preguntas mientras veía a Charles actuar de esa manera inquieta, mirándo su celular cada dos minutos como si estuviera esperando algo.
‹¿Por qué el joven maestro se ve tan pálido últimamente? Tienes unas grandes ojeras bajos sus ojos las cuales trata de ocultar, pero siguen siendo visibles y de cerca mucho mas. ¿Está en ese estado por lo que sucedido ese día? Su semblante no era nada bueno al ver como el Ceo Dean Bennet, sostenía en sus brazos al joven maestro Luther Astier.
Se les quedó viendo por un largo rato con sus manos convertido en puño y su sombrío rostro a segundos de escupir rayos, enfurecido por ver como se llevaban al joven Luther y él sin poder hacer nada más.
Desde ese entonces al vicepresidente Charles no lo calienta ni el sol, en mas de una ocasión fue a ese hospital pero no entro. No porque no quisiera, no quería que pensaran cosas innecesarias ya que, había mucha seguridad por todo al alrededor y tampoco tenía una excusa verídica para estar en el hospital, ni enfermo estaba.
Tanto los Bennet como los Astier habían desplazado a su personal, todos ellos parecían sabuesos mirando alrededor muy discretamente. Si no fuera por mi entrenamiento no me hubiese dado cuenta de su presencia, son muy buenos mezclándose con los civiles, actuando como ellos.
Me quedé sorprendido y petrificado al ver que Dean Bennet estaba ayudando a otro ser humano en sus brazos, era un acontecimiento inefable, si les contara a mis conocidos no me creerán porque es imposible a menos que lo veas con tus propios ojos. Aun de esa manera seguiría siendo sorprendente para mí.
Eso me hizo llegar a la conclusión de que él está interesado en Luther Astier, o en uno de los gemelos y por eso ayudo a ese joven.
Sin embargo me voy por la primera opción, Dean Bennet también fue cautivado por ese joven maestro al igual que el vicepresidente Charles, solo que mi jefe no lo acepta o simplemente se niega confirmar esos extraños sentimientos hacia el joven Luther.
¿Hasta cuándo lo seguirá negando? Nadie le pondría tanta atención a su enemigo y mucho menos se va a preocupar por las desgracias que le rodean. ¿Por qué preocuparse? Cuando odias a alguien y quieres verlo mal te burlas de sus desgracias.
Pero no, Charles Turner en vez de hacer algo como eso. Prefiere poner cualquier excusa para poder ayudarle al tercer joven Astier. Mi jefe también fue quién castigo todos aquellos que hablan de ese joven, en el colegio. Quien lo entienden porque yo no. ¿Que sucede en su cabeza?›
Edgardo solo negó con su cabeza, si trataba de entender a Charles solo le causaría dolor de cabeza por lo que prefirió no seguir indagando.
—Deja de verme tanto y solo di lo que tienes que decir, Edgardo.—Hablo entredientes sin dejar de revisar unos cuantos papeles.—Tu mirada me está molestando y mucho.
Últimamente me estoy sintiendo muy irritado y no sé el motivo de eso, todo me hace querer eliminar cualquier objetó o persona que se mueve a mi alrededor.
Todo es por meterme dónde no me han llamado, ¿por qué tuve que ir ese día a ese lugar? El solo recordar la mirada de ese tipo en Dean Bennet me hace sentir irritado. ¿Qué demonios está pasando entre ellos dos? Es por eso que Luther dejó de estar buscando Lander, porque que ahora se encuentra persiguiendo a Dean Bennet.
¡¿Acaso se volvió loco?! Si que es muy arrogante, o ingenuo el pensar que ese hombre tan frío y despiadado lo tomará enserio...que me importa, es Luther quién se llevará la decisión cuando deje de ser interesante para ese Ceo.
—¿Puedo hacer atrevido con respecto a una pregunta que le he querido hacer desde hace mucho?—Pregunte.
—Adelante.—¿Que querrá preguntar? Edgardo no es de las personas que preguntan solo por preguntar.—Dilo no te voy a descontar el sueldo por tu impertinencia.
—Gracias por su generosidad.
Si puedo ayudar un poco a mi joven maestro, le ayudaré abrir sus ojos y de esa manera tal vez logré salir del ese pantano donde se encuentra. Siento que está viviendo para alguien mas y no para él mismo, no era de está manera cuando lo conocí por primera vez.
—¿No se ha puesto a pensar que su enamoramiento en parte es por ese vínculo, lazo, destino? Como se le llame—Preguntó
Charles dejo de mover su mano, la punta del bolígrafo presiona tanto la hoja de papel que podría romperse en cualquier instante.
—La verdad no entiendo cómo funciona eso del destino, pero me pongo a pensar que porque tiene que ser así de repentino, ¿no sería mejor que ese destino se mostrará luego de que hayas convivido lo suficiente con esa persona?
No sé si me entiendo pero a lo que quiero llagar es que; los dos vinculados se conocieran y esperar que haya esa chispa entre ellos, pero sin saber que nacieron para estar juntos desde un principio. De esa manera no se vería como una obligación o tener sentimientos de un momento a otro por un completo desconocido.
—Desarrollar sentimientos propios y no solo por oler el aroma de las feromonas de tu destino...si me pasará algo asi yo me sentiría muy abrumado, ¿cómo se procesa el amar tan desesperadamente a alguien que acabas de conocer? Quizás no lo entienda porque no me encuentro en su situación.
—¿De qué estás hablando?—Frunce el ceño.—¡El destino no tiene nada que ver con mis sentimientos hacía él!—Vocifera.—Mis sentimientos por él son...—Sostiene su cabeza, está empezando a dolor.
‹¿Qué hay de malo con convertir en tu mundo a esa persona que es tu destino? Nada, porque nacimos para estar juntos y es por eso que al oler su aroma es como recodar que en otra vida también estuvimos destinados. ¿Verdad...?›
Sin embargo Charles se tensó al recodar aquél adolescente de cabellos blancos, hermoso. Absorto en la lectura y en la manera que ese par de ojos celestes sonreían radiantemente.
—¡Otra vez este dolor de cabeza!—Su entrecejo se tensa.
¿Qué significa esto? ¿Que está pasando conmigo? ¿Me estaré enfermando de algo grave? Últimamente estas punzadas se han vuelto muy fuertes y llegan de la nada. He estado sintiendo estas penetrantes punzadas desde que almorcé con mi padre y fuí a ese consultorio.
—¿Está bien?—El guardaespaldas vierte un poco de agua en un vaso.—Tome un poco de agua, por favor.
Charles bebió el agua de un solo sorbo, frotando las esquinas de sus sienes. Pensado que de esa manera su cabeza dejaría de punza de la forma en la que lo hace.
—¿Por qué crees que mis sentimientos por Lander pueden ser una mentira?—Pregunte.—¿Crees que soy estúpido para no darme cuenta de mis propios sentimientos?
—Con todo respeto, creo que si.—Respondió seriamente.
—¡Me estás insultando, ¿quieres morir...?!
—No, no quiero morir.—Contesto sin perturbación.—Pero si no es así, ¿entonces por qué se preocupa por su rival? Se supone que odia al joven maestro Luther Astier, sin embargo su actitud dice todo lo contrario. ¿Que siente exactamente por ese joven?
—¡No sigas diciendo estupidezes!—Sus manos impactan con el escritorio.—No tengo ninguna clase de sentimiento por ese tipo más que solo odi...o...¡Ugh!—Vuelve a sostener su cabeza.
Mierda que es te maldito dolor de cabeza, es como si mi cerebro estuviera enredado entre espinas y cada espina retirada causa un dolor infernal...¡¿Uh?!
Recuerdos...
Pronto estara libre, por fin podemos liberarlo de todo este infierno llamada trama. No puedo hacer otra cosa por él mas que solo enviarlo a otro país, impedir a toda costa que él vuelva a este lugar.
Así no podamos estar con junto a él, la familia Astier estuvo de acuerdo con mi decisión, de desterrar a Luther. Todo para poder mantenerlo lejos de las cadenas que lo atan a está maldita trama. ¿Entonces por qué está pasando esto? No puedo permitir que muera, no puedo y es por eso que iré contra las reglas aun sabiendo que voy a olvidar mis propios sentimientos luego de esto.
—¡Luther!—Casi cae mientras corría con desesperación a ese puente.
—¡No te acerques!—Ya se encuentra al otro lado de la valla.—¡¡Odio esto!!—Vio fijamente a Charles, con sus ojos todos llorosos.—¿Por qué tienes que ser el protagonista y yo el villano desechable? ¿Por qué?—Habia un aguacero en sus ojos celeste.—Yo también quiero ser el protagonista de mi propia vida y no de una maldita historia.
Llegué a la conclusión que solo la muerte me dará el descanso que necesito, dejaré de sentir porque ya no necesitaré nada de eso. Sentir me a se saber que soy una persona y no un títere pero es muy agotador, cada día el aire que respiro parece ser veneno queriendo corromper todo de mí, principalmente mi alma.
—No quiero que mi alma termine envenena como esa voz lo desea, no quiero odiarte o sentir resentimiento por ti o por Lander cuando no tienen la culpa.—Sonríe con tristeza.—Pero si sigo aquí tarde o temprano necesitare a quien culpar y con quién desquitar mi furia y antes de que eso pase prefiero irme por mi propia mano, no por la de alguien más.
Estoy seguro que mi existencia será eliminada de todo aquel que me llegó a conocer o sabía de mí, y está bien. De esa manera mi amada familia no va sufrir mi ausencia...
—¡No puedes rendirte!
Luther se tesón al sentir los brazos de Charles, con una mano sosteniendo la cintura y con la otra sobre el pecho del contrario, evitando que se cayera.
—Ya hemos llegado hasta aquí, sé muy bien que yo no podré irme contigo.—Muerde su labio.—Soy el protagonista como dices, quedar libre de esas caderas es imposible pero por lo menos tú, tú si podrás vivir libremente en otro país...—Sus ojos lagrimean.—Enamorarte.
—¿Qué estás haciendo? ¿De que estás hablando?—Trata de liberarse.—Solo déjame en paz, que no entiendes que estoy cansado...muy cansado.
Esas grandes gotas de agua cayeron al vacío sin poder llegar al agua corriendo allí abajo del puente, era ver una lamentable llovizna en un invierno interminable.
—Solo quiero dejar de sentirme una semilla que se ve obligada a no poder florecer todo porque, fue sembrada en una tierra e infértil, sin agua. Ya que, florecer sería una aberración.
Quiero ser mas que solo una marioneta que siente en el interior pero que en el exterior se muestra sin vida, arrogante que nada ni nadie lo puede dañar. Sin embargo, ya estoy tan roto que en cualquier momento caeré pieza por pieza sobre el duro piso.
—Eres el protagonista y yo el villano.—Mira directamente a Charles, al nombrado se le estrujó el corazón al ver esa expresión impregnada de agonía.—Dejame por lo menos ser yo quién decida mi propia muerte y obtén tu final...
—¡No lo quiero!—Sostiene el rostro de Luther.—¡No quiero ese final feliz sí en proceso yo....te pierdo...
—¡Charles!—Alguien entró corriendo a la oficina y con eso el alfa volvió en sí, a la realidad. Ya no se encontraba perdido en esos recuerdos que no sabía que existían en su memoria
‹¡¿Cuando pasó eso?! Luther...Luther quería saltar de ese puente. ¿Por qué me duele el pecho al recordar esa tan rota expresión? No había vida en su voz...yo...›
—¿Charles?—Sostiene el rostro del alfa.—¿Te sucede algo?—Muestra mucha preocupación.—Estas pálido, ¿te sientes mal?—Limpia el sudor de la frente de Charles.
Su expresión es muy complicada y consternada, ¿discutió nuevamente con su padre o es porque sigue frustrado por no dar con ese hombre que está haciendo negocios con los tios Astier.
—¿Sabías que...?—Ese color verde azulado se fue volviendo extraño en el momento en que sus ojos, se volvieron uno con los de Lander.
—¿Saber que cosa?—Miro con extrañes a Charles.
‹¿Que iba a decirle? ¿Cuando llegó a mi oficina? Mi cabeza empezó a dolor dolorosamente pero luego de eso no sé que pasó, cuando viene a darme cuenta mi rostro estába siendo sostenido por Lander. ¿Olvide algo importante? Siento que si estoy pasando algo por alto, ¿que es?
—Nada, no es nada.—Se aleja de Lander.
Edgardo vio raro lo sucedido frente a sus ojos, en la manera que su joven maestro cambio su semblante, mirada, en un solo instante cuando hace unos minutos se encontraba cuestionando su relación.
—¿Qué te trae por aquí?—Vuelve a tomar asiento, sintiéndose extraño.—¿No ibas a reunirte con Tyr Bennett?— Pospuso su reunión con Lander ya que, tenía un imprevisto que involucraba a su familia.
—Sera a las cinco de la tarde, eso no es lo importante en este instante.—Pone sus manos sobre el escritorio, inclinando su rostro hacia adelante, muy cerca del alfa.—¡Me acabo de enterar que Luther está en el hospital!—Exclama preocupado.—¿Sabes lo molesto y triste que me siento que no me haya llamado para decirme algo tan importante como eso?
Creí que estaba molesto o ya definitivamente no quería ser mi amigo, porque le llamaba y no respondía el celular. Sin embargo de pura casualidad escuché murmurar a los empleados de mis tíos, que Luther tenía casi cuatro días en el hospital. ¿Por qué no me dijeron? Soy como de la familia, ¿entonces por qué?
—¿Por qué tienes que venir a quejarte de eso conmigo?
Por mis venas recorrió unas amplias ganas de gritarle que se callara, pero mi boca no decía lo que en verdad quería decirle.
—¡Soy tu novio!—Empuño sus manos sobre el escritorio, mirando con frialdad a el Omega.—¡¿Por qué sigues hablando de otro hombre en especial Luther?!—Rechina sus dientes.—¡Si tanto te preocupa porque no vas a verlo de una maldita vez!—Vociferó todo molesto.—¡¡No vengas a quejarte conmigo!!
Lander se estremecio al escuchar ese tono de voz, su mirada tembló mientras veía a Charles. Todo incrédulo por la intimidación saliendo del alfa. Charles expulsó sus feromonas sin notarlo y eso está causando miedo en Lander porque quieren que se someta a ellas, pero el Omega está resistiendo, apretando fuertemente sus dientes.
—¡Charles!—Tuvo que usar su voz de Omega dominate, esperando que el alfa viera lo que está haciendo.
—¡¿L-Lander?!—Tartamudeo al verlo todo jadeante, esa mirada toda llorosa.—Y-Yo, lo siento. No quise...
—Estoy bien.—Abraza por la cintura al alfa.—Tienes razón, no debí de hacer algo como eso. En está ocasión soy el culpable por venirme a quejar contigo.
—No es tu culpa.—Ese color verde azulado se volvió apagado, casi entrance.—Soy yo quién reaccionó de mal manera, lo lamento.—Besa la frente de Charles.—¿Me perdonas?
—No tengo nada que perdonarte, tú eres quien debe de perdonarme a mí...¿Eh?—Senti que algo mojo mi rostro, levanté ligeramente mi mirada hacia arriba pensando que Charles estába llorando pero...—¡¿Charles?!
—¡¡Vicepresidente!!
Ambos gritaron al mismo tiempo todos asustados, preocupados al ver la nariz del alfa teniendo una fuerte hemorragia nasal.
—Vamos al hospital.—No se quiere detener el sangrado, ¿qué le está pasando?—Todo estará bien, amor.—Decia eso el Omega, pero sus manos y voz no dejan de temblar.
—Me disculpo, vicepresidente.
Edgardo a pesar de los gruñidos molestos e indignados del alfa, procedió a subirlo a su espalda. Si iban al ritmo de Charles, terminaría perdiendo mucha más sangre.
—Al hospital privado "Andrada"—Ordenó Lander.
Charles quería refutar la órden de Lander, el alfa no quería ir al mismo hospital donde se encuentra Luther. Pero si abría la boca presentía que se iba a morir ahogado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top