capitulo 35
‹No le basta con hacerme desvelar haciendo su trabajo, vigilando que nadie entre a la habitación, ahora también tengo que hacer el trabajo de señor del aseo. Tengo que ir preparado mentalmente para lo que veré, cubrir mi nariz con una máscara antigas, solo de esa manera caeré como pez fuera del agua en esa habitación.
Porque puedo apostar que es un verdadero desastre, una mina contaminada de metales tóxicos, en este caso sus feromonas. Diell me hizo saber que las feromonas de Luther no son una broma, gracias a Dios que no tengo que fingir o invitar una mentira para que me permita entrar donde se encuentra mi futuro señora, o ya lo es.
No lo diré en voz alta porque cabe la posibilidad de que me quiera estrangular por darle tal título, no creó que este feliz con el título de "señora" después de todo también es alfa. ¿Cómo es que a mi jefe le gusta oler ese tipo de feromonas? Se supone que para los alfas el olor de otro alfa es repugnante.›
Con mucho cuidado Fausto abrió la puerta al igual que la cerro tras su espalda, pero no fue lo suficiente silencio porque su presencia fue notada. Casi salta del susto a ver el arma que le estaba apuntando desde la camilla.
—¡Jefe!—Exclamo ahogado, con la mano el pecho.
¿Que hizo para merecer esto? ¿Estaré pagado algún pecado de mi vida anterior o de mis ancestros? Si no es así, solo es mi mala suerte el conocer a un lunático llamado, Dean Bennet.
—¿Fausto?—Murmuró todo somnoliento.
Mi mano se movió antes de que determinará quién era la presencia invadiendo este lugar, lo bueno que Fausto reaccionó lo suficientemente rápido como para exclamar mi nombre. No me preocupa y tampoco me interesa si se llevó un susto, se le pasará luego de que miré eso que tanto le gusta.
—Limpia cada rincón de este lugar como si nunca hubiese pasado algo.—Deja su arma en la pequeña mesa junto a la camilla.—Si llegas a mirarle te sacaré los ojos.—Advirtio, para luego besar la frente de Luther.
Cerro sus ojos mientras cubría a mas no poder a Luther, no era una advertencia vacía y Fausto lo sabía muy bien. Por eso desde que entró no puso su mirada en la camilla.
—¡Joder!—Sigue sosteniendo su pecho.—Ni loco vería al joven maestro Luther Astier, cuando su pareja le falta unos cuantos tornillos.—Apoya su espalda en la puerta, eso había sido muy aterrador. Si no lograra hablar a tiempo sus sesos estarían en el piso.
No podía culpar a su jefe después de todo se encuentra muy sensible. Lo que vivió Luther lo hizo mostrarse el triple de alerta, sentía que si se descuidaba ya sea un segundo el joven alfa en sus brazos, iba a desaparecer.
Es por eso que lo sigue abrazando con tanta protección, podría estar con los ojos cerrados, disfrutando de una pequeña siesta pero con sus sentidos simple alerta justo como hace unos minutos.
—Si hay una vida después de ésta, espero y no tener la magnífica idea de ser un asistente o soñar con algo así de agotador...¿Uh?—Por poco y salta bruscamente hacia ese pedazo de papel que no era basura.
Sus ojos se llenaron de vida al igual que todo su ser al ver la cifra de ese cheque, cheque que era absolutamente todo suyo. Tan emocionado estaba que se puso a bailar zumba por casi un minuto, mientras sonreía sin hacer ruido.
—Retiró lo dicho, sobre el no querer ser asistente de un loco.—Susurró.—Serlo es lo mejor, ahora si con gusto voy a limpiar todo este lugar como si fuera el señor del aseo, por lo menos les voy ahorrar a esas personas el desagradó de limpiar algo como esto.—Fausto se puso manos a la obra.
Las ventanas de la habitación fueron abiertas ligeramente, eran tan solo las cuatro de la mañana y Fausto tenia que limpiar profundamente para eliminar ese olor a feromonas mezclados con fluidos corporales.
Recoger todos los preservativos tirados por el suelo, [eso es lo que más le causó repudio] había mas de siete esparcidos por ahí y por allá, en la ducha fueron recogidos otros tres. Fausto si que elogio la resistencia de ese par, no muchos podían soportar tantas rondas.
Ellos dos no metieron ni mucho menos estaban alardeando, cuando dijeron que se darían mucho cariño hasta quedar exhaustos. Y eso porque Luther terminó inconsciente sobré el pecho de Dean, luego de que llegaron al climax y sus cuerpos convulsionaba por las contracciones de ese inmensurable placer, es por eso que no hubo más acción.
Por lo tanto a Dean no le quedó de otra que lavar el cuerpo del joven alfa, ponerle pomada en ese lugar que se encontraba rosado tierno y un poco inflamado por todas esas estimulantes estocadas.
Es gracias a eso que uno parece tener la piel más suave y brillante mientras que el joven de belleza albina, se encuentra sin energía.
Aun así, sus manos tenía la fuerza suficiente para seguir aferrado al pecho de Dean. Masajeando arduamente de vez en cuando mientras su cabeza descansa en el brazo de Dean. Y su rostro se esconde en el cuello del ya nombrado.
Hay momentos en los que sonríe como tonto, es muy seguro que este soñando con algo pervertido y relacionado con la "personalidad" de Dean.
—Yo también quiero desvanecer a alguien en mis brazos.—Murmurra.—La soledad no siempre es buena, creo que es momento de que me busque a alguien que quiera ser el pasivo.—Suspiró, no quería ver a ese parejita, pero al final tengo su poca suerte.
Fausto miro a la parejita por un segundo y una idea brillo en su cabeza, sacando su celular para tomar una foto. Presentía que en el futuro esa foto podría volverse una reliquia e invaluable que le daría mucho dinero. De solo pensarlo sonreía un tanto extraño, pervertido.
—Ya termine de limpiar, jefe.—Le escuchara o no Fausto el hizo saber eso, tras salir de la habitación.
Ya estando a fuera sonrió ampliamente, viendo los frutos de su arduo trabajo. Su comportamiento se vuelve raro al tener el cheque en sus manos.
—Que cara mas fea.—Expresó Vladi, al ver salir de la habitación a Fausto.—Si una persona está sobre dinero capaz y te lanzas sobre él sí te lo pide.
—Borra esa mierda.—Lanzas sus manos hacía adelante, querido tomar el celular de Vladi. El nombrado le había tomado una foto al omega.—Y si es de mi agrado no me lo pensaría dos veces, no todo los días tienes la suerte de tener premió doblé.
—¿No tienes dignidad?—Frunce el ceño, su voz también se escucho irritada.
—¿Por qué debería?—Tiene su rostro muy fruncido, ¿está sufriendo de estreñimiento o que?—La dignidad no importa cuando te estás muriendo de hambre.—¿Qué va saber él de escasez de dinero si nunca le a faltado nada?
No todos tenemos al fortuna de nacer en una cuna de oro, no es que Vladi tenga la culpa de eso, es bueno que su familia sea adinerada de esa manera nunca pasará momentos malos.
—Y borra esa foto.—Lo mira irritado.
—La subiré a la red.—Sostiene de las muñecas a Fausto—Les mostraré a tus fanáticas lo espeluznante que puedes llegar hacer, cuando hueles dinero.
—¿Quieres morir? Entonces hazlo.
No puedo permitir eso, mi perfecta imagen se arruinaría. Soy un angel soportando la dura carga de ser el asistente de un loco atractivo como lo es Dean Bennett. De esa manera es como me miran todas esas personas que me siguen y no pienso romper su pensar.
—Eso te pasa por llamarme perro.—Se aleja de Fausto.
Vladi si escucho cuando Fausto lo llamó de esa forma, se encontraba escondido, pensado en como vengarse de él. Sí, podía ser llamado perro pero solo por su jefe, no por el Omega. Si lo permitía Fausto no le volvería a llamar Vladi. Le dejaría ese sobre nombre para siempre.
—¿Cuando hice eso?—Su expresión es lamentable.—Me estás...
—Tu actuación solo engaña a la gente que no te conoce.—Da la media vuelta.—Eso no funcionará conmigo...¡Fausto!—Vocifero bajito.
—Dame ese maldito celular.
Fausto se había lanzado sobre la espalda de Vladi, tratando de derribarlo al piso y así poder quitarle el dispositivo. Sin embargo, no es están fácil como lo pensó, no podía mover ni un centímetro al guardaespaldas.
—Pesas, bajarte.
—¡Me estás diciendo cerdo!—Se indignó.—Es verdad que como mucho, pero tú tampoco te quedas atrás.
Ambos empezaron a forcejear en una de esas Fausto se soltó de la camisa del guardaespaldas, pero en eso Vladi se dio la vuelta rápidamente y de esa forma poder sostener en sus brazos al omega.
—Te dije que te bajarás...—Sus músculos se tensaron al conectar con la mirada del contrario, al percatarse de la distancia entre sus labios y los de fausto.
—Vladi...yo...—Se le puede ver nervioso.
—¿Si?
—Yo...tengo tu celular.—Sonrío ampliamente luego de liberarse de los brazos de Vladi.—Imbecil.
—Este maldito.
—Nos vemos—Salió huyendo.
—Me las pagará.—Sonríe.—Que importa si tienes mi celular, no podrá desbloquearlo...¡¿Señor Diell?!—¿Cuando volvió? ¿Siempre estuvo ahí?
—No quiero ser mal educado pero es momento de que se vaya y espere a su jefe en el estacionamiento.—Mira su reloj.—La familia Astor puede llegar en cualquier momento.
Él no está equivocado, esa familia se debió acostar esperando que amanezca lo más pronto posible. Espero que mi jefe también se de prisa, o terminara siendo vetado por los Astier.
Mientras Vladi se preocupa por su jefe, él en estos momentos se encuentra de lo más feliz mirado el rostro hermoso de Luther. Apretando con sus labios las mejillas del ojos celestes, le fascina morder los hoyuelos de Luther.
‹Me encanta, su olor me hace enloquecer a tal grado que no me reconozco, quiero devorarlo por completo. Esconderlo para que nadie mas se atreva a verlo, que nadie pueda oler su dulce aroma.
No quiero que nadie se de cuenta de el extraordinario ser que es, pero al mismo tiempo también quiero presumirlo al mundo entero, gritarles que soy afortunado de ser la persona en poder estar con él, la persona que besa sus labios, roza su piel desnuda con mis sedientos labios.
Sin embargo no puedo encerrarlo, no permitiré que mi egoísmo o pensamientos como esos ganen, mi Súcubo no nació para estar enjaulado. Él es alguien libre, sus alas no pueden ser cortadas nunca y todo aquel que quiera hacer algo como eso [me incluyo] tendrá que desaparecer, en mi caso ser golpeado para que reaccione.
Tengo que ocultar esos pensamientos o terminaré por asustarlo, a nadie le gustaría que su pareja tenga tales pensamientos aterradores. Pero es algo que no puedo controlar sobre todo, cuando ese presentimiento sigue ahí, ese presentimiento me hace saber que mi Súcubo puede desaparecer cuando menos me lo espere.
El solo pensar eso mi sangre hierve enfurecida y temerosa, no voy a mentir por mi orgullo, no. Lo digo muy en enserio cuando digo y pienso que sería completamente nada si mi joven alfa, él me hace sentir vivo, me hace querer ser una mejor persona para él. Alguien digno de sus preciosos sentimientos, mirada...
—¿Q-Qué te preocupa?——Pregunté, mi garganta se sentía demasiado seca y parecía como si mi garganta estuviera inflamada por la ronquera.
Recodar el motivo del porque me encuentro así es vergonzoso, ya estando sobrio sin la excitación de por medio es inevitable no sentirse eso, vergüenza. Gemía como animal en celo, ¿cómo seré de obsceno cuando tenga mi rut [celo] no es momento de e imaginarse algo como eso.
Pensado en eso cuando mi cuerpo se encuentra tan flácido, ayer una vez me quedé sin aliento y terminé inconsciente luego de llegar al climax. Me vine y me fui al mismo tiempo.
—¿Qué piensas sobre mis pensamientos de querer encerrarte?—Preguntó seriamente.—No quiero que nadie te vea, empezando por tus radiantes ojos celeste.—Fue sincero.—Es un cielo que solo quiero ver yo.
—¿Aquí es donde tengo que salir corriendo?
Decía eso pero sus brazos abrazan el cuello de Dean, al igual que sus piernas en las filosas caderas del alfa mayor. Aferrándose a ese sensacional cuerpo como koala se sostiene de un árbol de eucalipto.
—Aunque ya es demasiado tarde.—Frota su trasero en la entrepierna de Dean.—Tome tu primer beso.—Sonrie al ver a Dean, controlar sus extremidades.—Tengo que hacerme responsable.
—Lut...—Si sigue frotado la erección de todas las mañanas se volverá una piedra, dolerá todavía más si no libero esa carga... ¿lo está haciendo aprosisto? Sí que es travieso.
—Soy muy consciente de lo desquiciado que estas.
Le tengo mas miedo a lo que no pudo ver, o controlar que a Dean, un hombre que desde un principio se muestra a mí sin mentiras, tal como es. Un atractivo loco, adinerado y lo más importante su gran "personalidad" tiene todo lo que he querido, no puedo pedir mas cuando ya es perfecto.
Dejando eso de lado, no acepté a Dean solo por las cualidades que mencioné, no. Dean me gusta, al principio solo fue atracción porque era mi tipo, sin embargo entre mas interactiva con él. Mas quería saber y verlo actuar desvergonzado, esa parte de él también me gusta...quizás yo también este loco.
Pero, al verlo preocupado por mí tras encontrarme en ese estado, de como trataba de que estuviera bien mientras controlaba su desesperación me hizo estremecer y a mi corazón dar varios vuelcos. Era la primera vez en mi vida que alguien ponía una expresión así por alguien como yo.
Fue entonces que logré darme cuenta que ese hombre de ojos grisáceos, si seguía interactuando con él terminaría en aprietos por los sentidos empezando florecer en mí. Y cuando él me dijo que si éramos pareja, surgió un miedo en mí.
—De lo peligroso que eres.—Sus miradas siguen conectadas.—Y aun sabiendo eso me estoy entregando a ti, no puedo ni quiero seguir viviendo con miedo.
Tenía miedo de tener sentimientos, eso sería peligro en la situación en la que me encuentro, porque esa voz se encuentra detrás de mí. Sin embargo, al estar en ese consultorio a punto de morir una segunda vez, lo primero que vino a mí fueron esos ojos grisáceos. Luego mi nueva familia, lo que sufrirían si dejaba de respirar.
En ese mismo momento me cuestione sí lo que sentía por Dean solo era atracción, agradecimiento, o si gustaba y en ese entonces escuché su voz. Solo escucharlo mi corazón brincó de alegría y mis ganas de poder caer en sus brazos, decirle que sea solamente mío me dieron el coraje de acabar con esas personas.
Mi alfa interior me envió al sin subconsciente, quiera protegerme, sin embargo él y yo somos lo mismo por lo tanto también jalé el gatillo.
Se que eso puede causar unas cuantas pesadillas aunque no lo quiera, pero no me arrepiento, si vuelvo estar en una situación como esa volvere acabar con quién atente con mi vida o la de las personas que son importantes para mí.
Esa maldita voz se puede joder y si logra comunicarse conmigo lo primero que haré es advertirle que, si sigue metiendose conmigo voy a joder esta maldita novela que desde un principio era una mierda.
—También lo sé. Sé y confío que no me harás daño y mucho menos me obligara hacer nada que no quiera.
Dean me hace sentir bien, me gusta lo que puedo llegar a sentir y a descubrir a su lado. Sus locuras inesperadas causan alegría en mí, como esa vez en el cine vestido de policía. O esa mordida tatuada en su pecho, aun sigo sin procesar eso y eso que todavía no éramos nada.
—No podría lastimarte, es algo que nunca me podría perdonar.—Besa la clavícula del más joven.
Mi Súcubo es lo único preciso en mi vida, lo único por el cual vale la pena entregar absolutamente todo lo que tengo para que sea enteramente feliz. Si llegará lastimarlo eso me haría indigo de estar con él.
—Prefiero eliminarme a mí antes de que mis manos o mi voz, pensamientos, te hagan sentir miserable.—Se miran uno al otro.—Eres lo mas preciado para mí, eres por lo que éxito en este mundo. Es ahí la raíz del porque he querido seguir con vida cuando he estado aburrido de ella, todo se debía a que un día te conocería y me harías sentir tantas cosas.
—No puedes irte de mi lado.—Besa los labios de Dean.—Cuando note que te estas comportado e irracional, mi puño en tu cara te hará reaccionar.—Sonrió, dejado ver sus dos hermosos huyelos. ¿Estás de acuerdo?
—Lo que digas.—Muerde suavemente la piel bajo la clavícula de Luther.
—Te dije que no dejes mas marcas.—Tira fuertemente de ese cabello negro.—Estaremos en problemas si a mi familia se le ocurre la magnífica idea de mirar mi cuerpo...¿qué?—Su mirada se volvió oscura al escuchar que alguien mas mire mi cuerpo.—Ellos son mí familia...
—No me importa eso.—Succiona el pecho de Luther.—Ya les dejé ser lo primeros en verte, fue molesto seder. Por lo tanto si llagas a bañarte en la piscina de tu hogar, hazlo con ropa.
—¿Que tiene que ver seder con lo otro?—En vez de molestarme me causa gracia, también soy de las personas que dejaría que eso pasara, no me sentiría cómodo con que mi familia vea mi cuerpo desnudo.
—Todo.—Responde seriamente..—Y no es necesario que busques una excusa para eso.—Va en busca del pie de Luther.—Puedes golpearme cuando gustes.—Besa las plastas de los pies.
—Preferiblemente que me pises con tus pies.—Lame los dedos de esos bonitos pies.
Lugares que no deberían contraerse en mi cuerpo, lo hicieron en el momento en que esa mirada grisáceo se volvió un exótico abismo brillante, invitándole a uno el ir y ser abrazado mientras te arrastra al fondo del abismos pero de una manera dulce y placentera.
—¡¿Desde cuándo tienes fetiches con mis pies?!—Frota con sus dedos el pecho de Dean.—Que pervertido...¿Que pasa?—Vio a Dean bajarse rápidamente de la cama.—¡¿Un tatuaje?!—Hasta ahora se percató de ese tatuaje en su espalda...
Luther miro su entrepierna, la sensualidad de esa espalda y la manera en que ese tatuaje resaltaba el atractivo de Dean, lo emocionó y de que manera. ¿Quién de los dos es el de los fetiches extraños?
—Tus familia está por llegar, mi instinto de supervivencia me lo está gritando.—¿Por qué demonios tengo que salir huyendo? Solo esperen, llegará el momento en que ni me sacarán de su casa.
—¡¿De está hora?!—Si lo ven aquí, me quedaré sin novio.—Vete ya, ¿podrás salir a tiempo?
—Sí.—Besa la frente y labios de Luther.—Espers por mí, no tardaré en venir otra vez.
—Bien.
Luther dejó salir una carcajada al darse cuenta que está situación era la de un adolescente, joven, desobedeciendo a su familia al andar con gamberro.
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