capitulo 28
Tyr frota con frustración su nuca, sentía que en cualquier momento le daría un piquete o algo por el estilo todo acausa de su hermano mayor. Ese alfa sin la mínima simpatía o preocupación por el aprieto en el que lo termina metiendo.
Estuvo a poco de destrozar la pared de su hogar al ver a Diell y el motivo por el cual lo estaba visitando, Tyr no tuvo que pensarlo tanto para comprender lo que estaba sucediendo y en el lío que su hermano mayor, lo había metido una vez más.
Agradeció que Adal ya se haya ido a la reserva a realizar sus prácticas, porque sino fuera así, tal vez hubiese terminado delatando a su tío, Dean Bennet y merecido se lo tenía.
—¿Quiere algo de tomar?—Le pregunté.
Ya ni siquiera puedo sorprenderme el maldito comportamiento de mi hermano mayor, cuándo siento que lo estoy entendiendo viene él y me hace saber qué no, superado mis espectativas por completo.
Salió de mi casa con una expresión aterradora, dejándonos preocupados a Adal y a mí puesto que estába actuando más extraño de lo normal, ya está desquiciado pero es nuestra familia es e inevitable el no preocuparnos, aunque a sus ojos seamos menos importante que una hormiga.
Sin embargo, nuestras preocupaciones fueron completamente en vano e inútiles, cuando hizo lo que hizo. ¿Cómo se le ocurre darle una dirección falsa a este pobre hombre que solo está realizando su trabajo? Aunque está muy guapo debemos de apreciar ese hecho.
Tiene un cuerpo fenomenal...controlarte Tyr, este no es momento para ligar con un desconocido. [Se reprendió asímismo] aparte, ya tengo puestos mis ojos en otra persona, ese tipo que se atrevió a dormir conmigo y dejarme una suma de dinero como si fuera un vendedor de servicio sexual.
No me he olvidado de esa noche en ningún momento, fue demasiado humillante que me confundirá con alguien así. No tengo nada contra esas personas, solo que es inaudito que a mí, Tyr Bennet, fuera confundido de esa forma.
Lo busque por mucho tiempo para hacerlo pagar, pero no lo encontré y luego de tantos años me voy dando cuenta que siempre estuvo en este país, solo que todavía tuvo el descaro de olvidarme como si fuera nada. ¿Cómo puede ser posible?
—No.—Respondió serio.—¿Me puede dar la dirección verdadera del Ceo Dean Bennet?—Preguntó, ya era la tercera vez.
Desde hace ratos solo se quedó ahí en silencio sin decir nada, no tengo tiempo que perder y tampoco me trago el cuento que el asistente Fausto, “se equivocó” al enviar la dirección. ¿Tengo que informarles esto a los jóvenes Astier? Sí, mejor lo hago ahora.
—No está muy lejos de aquí su penthouse.—Espero y ya haya llegado, o por lo menos venga en camino si es que llega a ver mi mensaje.
Me se todas las direcciones de sus diferentes propiedades a excepción de una en especial, esa mansión es como su santuario, algo que considera su verdadero y único hogar. Suele ir allí cuando quiere estar solo sin que nadie lo moleste, me sorprendió que haya llevado a alguien más que no fuera su guardaespaldas Vladi.
Aunque Vladi no se puede hacer cuenta, por obligación tiene que ir a dónde vaya su jefe. Una vez le intente sacar la información, fue verdaderamente e inútil. Ese tipo le podrían hacer de todo y no soltaría nada relacionado con su jefe y amigo. Es demasiado leal y solo obedece a mi hermano mayor.
Solo espero que ese perverso demonio no le haya echo nada malo a ese joven, sé muy bien que mi hermano no ejercerá su poder por más psicópata que sea, de igual manera no significa que no intente comérselo si se lo permiten más cuando siente esa atracción, tentación, deseo, por el tercer joven maestro Astier.
Si ya es así de posesivo, ¿cuánto más lo será cuando lo que siente se convierta en algo más que solo emociones desconocidas? No quiero ni e imaginarlo, ya veremos qué pasa en el futuro.
—El penthouse de mi hermano mayor, queda cruzando la calle.—Le hizo saber a Diell.—Entra y le pregunta a resección, allí le darán más destalles de adónde ir.
¿Por qué se llevó a Luther Astier de esa manera? ¿Qué está sucediendo exactamente en esa familia? Ahora todo tiene sentido del porqué mi hermano mayor, se fue de esa manera.
Tengo que llamarle a Adal para que no siga esperando a su amigo, de seguro ha de estar preocupado por su ausencia, mucho más si trató contactarlo.
—Ya veo.—Respondió, Diell. Dudoso.
¿En serio fue una equivocación? ¿podría suceder ya que se encuentra en el mismo sitio? Si lo dice de esa manera suena creíble que pueda ser una equivocación.
—Me disculpó por las molestias.—No, es imposible una equivocación, no creo en esa equivocación de direcciones.—Me podré en marcha.—Con respeto se despidió de Tyr, yendo lo más veloz posible al otro penthouse de enfrente.
Tengo que enviarle fotos a los señores y jóvenes maestros Astier, antes de que se vuelvan más desesperados por no saber absolutamente nada.
Diell subió al ascensor luego de preguntar por el piso donde se hospeda Dean, pensando que lo iban interrogar o quitarle sus dos armas tras su espalda sujetadas al arnés. Pero no, no fue así.
Los de la resección y seguridad le comentaron que solo por está vez, él podía tomar el ascensor privado que usa nada menos que Dean Bennet, que Fausto lo ha estado esperando desde hace un buen rato.
Eso volvió a hacer dudar a Diell, sobre la dichosa equivocación de direcciones. Las personas se lo decían muy serio que era imposible ver una mentira en esas miradas serenas.
—¡Señor, Diell!
Mi maldito jefe solo sabe incrementar mi trabajo, pero todo el estrés se esfuma cuando recuerdo por lo que estoy trabajando como burro, todo sea por ese hermoso chequé con ceros y más ceros.
Eso me da fuerza para seguir haciendo este trabajo, lo que podré comprar con esa cantidad de dinero, o invertirlo en algún negocio en el extranjero. Si un día me cansó de mi jefe y no quiero volverlo a ver, solo me iré a otro pais.
—¿Dónde está mi joven maestro?—Para este momento ya no le importaba ser educado.—Tengo que ir con él, los señores y jóvenes maestros Astier quieren escuchar que se encuentra bien, aunque sea por medio de una grabación de voz.
No hay señales de mi joven maestro, ni del Ceo Bennet por nigún lado, ¿estará en alguna de las habitaciones? ¿No lo tienen encerrado, verdad? No. no debería de pensar de esa manera, está mal juzgar a alguien sin conocerlo.
—Él está bien, se encuentra descansando en una de las habitaciones del tercer piso.—Empieza a buscar algo en la tablet que sostiene en sus manos.—El médico ya lo reviso y comentó que solo estaba agotado mentalmente.
Es lo que me hizo saber por un mensaje mi jefe, antes de que él llegar a este penthouse. Fue tan solo a hace diez minutos que llegaron y subieron a la habitación. El tercer joven maestro Astier, venía dormido en los brazos de mi jefe.
Gracias a Tyr ganamos un poco más de tiempo y de esa manera, mi jefe no quedó como un raptor del tesoro de la familia Astier. Apuesto que cuando se enteren que mi jefe tiene interés en Luther Astier, ni siquiera permitirán que se le acerque así sea el mismísimo diablo, [Dean Bennet.]
—¿Dónde está?—Volvió a preguntar.
No iba a quedarse satisfecho con esa información, tenía que verlo en persona para comprar que, Luther se encuentra aquí y no están solo ganando tiempo para lo que sea que estén planeando o pasando.
—No tengo permitido dejar subir a nadie al tercer piso, y mucho menos a las habitaciones.—Le muestra la pantalla de la tablet.
En la tablet se podría observar un joven durmiendo en una amplia cama, descubierto sin sabanas, para que vean que no le han echo nada malo. Con eso también dejaban ver los vendajes en los pies de Luther.
—Mi jefe antes de irse a la oficina me dió órdenes estrictas, de que nadie podía contaminar su hogar a excepción de la sala.—Mas bien no quiere que lo encuentren durmiendo junto a Luther Astier, mi jefe no a salido a nigún lado.
Ese vídeo es uno que me envió mi jefe ya hace más de dos horas antes de que ellos, llegaran a este lugar. ¿Hay cámaras aquí? Sí, pero solo en la entrada y la sala, en las habitaciones no.
Solo espero que está persona me crea y no haga más preguntas porque no sé que más hacer, tampoco lo puedo noquear para que se calle.
—¡¿Están espiando a mi joven maestro?!—Se exaltado.
No podía e imaginarse, o dudar de la valía de eso que le están mostrando, ya que, la hora era en tiempo real y Diell es muy pésimo con la tegnologia, no se puso a pensar que podía ser manipulada.
Es por eso que sus sospechas fueron disminuyendo entre más pruebas eran mostradas, y si Dean no estaba era menos problema que alguna rara situación este sucediendo en la habitación donde se encuentra Luther.
—¡No es como si se fuera a robar algo!
—No es por eso, no se exalté.
Por lo menos se lo creyó, es bueno que no le sepa a la tegnologia. Sé que hubiera hecho sí descubriera que le estoy mintiendo con tanto descaro en su propia cara.
—Ya le envié toda la información a la familia Astier.
En eso no mentía, Fausto. Eso fue lo primero que hizo, mantener informada a la familia Astier en todo momento, fue una órden estricta de su jefe, Dean.
—Puede sentarse y esperar a que su joven maestro Astier, despierte.—Sugerió.—El médico comentó que no tardará en recodar.
—Bien.—Terminó por sentarse.—¿En serio no puedo verlo?—No podía estar tranquilo.
—Creerme cuando le digo que si estuviera en mis manos, le daría el permiso a subir al tercer piso.—Acomoda sus lentes mientras toma asiento frente a Diell.
Preparándose para la próxima mentira o verdad que dirá acontinuación, con un semblante que muestre que se encuentra atado de manos.
—Sin embargo, como ya pudo ver y darse cuenta que en este lugar hay cámaras.—Suspira con pesar.—No puedo arriesgar mi trabajo, no en todos lo lugares se puede obtener un sueldo considerable por tu trabajo y soy alguien que tiene una familia que mantener.—Lo dijo con tanta seriedad y una mirada que dejaba ver tantas complicaciones que, fue complicado de leerlo.
¿Familia? ¿Cuál familia? No tengo aparte de mi hermana, solo somos nosotros dos contra el mundo. Ambos ganamos bien por lo que no hay ningún e inconveniente en nuestras vidas.
Es por qué mi nariz crecerá tanto que tocaré la puerta con ella sin necesidad de levantarme y, todo por las mentiras que he soltado en un solo día.
—Creerme cuando le digo que se encuentra bien.—En eso mentía.—El tercer joven maestro Astier, se encuentra descansando sin nigún inconveniente. Eso puedo asegurarlo.—Espero. Espero y no se asusté cuando vea al diablo de mi jefe, tomando una siesta con él.
Fausto no estába tan equivocado, Luther acaba de despertar y si, se sorprendió al ver el radiante rostro de Dean, muy cerca del suyo. Por alguna razón le molestó lo brillante que se vía esa hermosa piel del contrario mientras a él, la espalda lo estába matando.
‹Oh, demonios como duele mi espalda maldición. ¿Qué paso después de que cayera inconciente?...me siento limpio y la piel refrescante, ¿me limpio mientras estaba dormido? Que vergüenza› Terminó por sonrojarse un poco al recordar todo lo sucedido, y con ello volvió un dolor agudo al momento que trató te moverse.
Luther ni siquiera podía mover un solo músculo de la cintura para abajo, ese "íntimo lugar" se sentía incómodo pero no tanto como si cintura.
‹Me atrevería asegurar que comparado con este malestar, dolió menos que esté doberman desvergonzado, la metiera en mí. En este instante se siente como si mi espalda y cintura cayera sobre miles de agua, pinchado sin piedad todo ese lugar.›
Él dejo de intentar levantarse o moverse enfocado su mirada en el interior de la habitación, dándose cuenta que se encuentra en otro lugar, todo es diferente a la habitación de ese sito donde se entregaron mutuamente a la pasión desbordante de sus cuerpos.
Dejando de lado la exploración del interior de la habitación, Luther giro un poco su cabeza para poder ver a Dean. El sigue durmiendo pacíficamente.
El alfa menor pincho con fuerza esas brillantes mejillas, le molesto que Dean tuviera un semblante tan bueno, mientras él se encuentra agonizando porque no ciente su cintura.
—¿Esa es mi mordida?—Preguntó bajito, al recordar que vio esas mordidas en la "personalidad" de Dean.—¿Por qué lo hiciste?—Con su dedo índice y de enmedio frota las mejillas de Dean.—¿En serio estás persiguiendo a alguien como yo?—Apreta sus labios en una línea recta.
Ver ahí a Dean dormido con la guarda baja, tan indefenso, provocó unas inmensas ganas en Luther de proteger al alfa mayor, proteger los dulces sueños de Dean.
—Bien.—Sonríe juguetón.—Ven por mí y veamos si puedes lograr que no pueda vivir sin ti.—Aprovecho que le alfa mayor está dormido, así poder robarle un casto beso.
Declaró esas palabras con esa seguridad y sin miedo porque creía que nadie lo estaría escuchando, creía que Dean en verdad se encuentra durmiendo.
Cómo pudo Luther se levantó de la cama, con cuidado porque no quiera despertar a Dean, no podría verlo a la cara en estos momentos sin sentirse a morir por la vergüenza. Más cuando recordó estár cabalgado encima de alfa mayor, con una expresión que desconocía tener.
‹Enderece mi cuerpo luego de ponerme los zapatos, no fue tan difícil como creí. Camino como si estuviera escaldado o como un robot descompuesto, pero entre más caliento mis músculos el dolor va disminuyendo. Tengo que salir de este lugar antes de que el Doberman desvergonzado, despierte.›
Luther antes de irse tomó su cartera y celular a este último antes de meterló al bolsillo, verificó si el colgate seguía ahí, y sí, ahí seguía tan reluciente cómo el primero día.
—Si en su momento despiertas y espero que no, no te levantes ni vayas por mi.
No tengo coraje para verlo a los ojos, no sabría que decir o que decir en estos momentos. Es por eso que quiero irme de está manera, ya después cuando pueda mover mi cuerpo, lo golpearé.
—Me voy, te enviaré un mensaje cuando esté en casa...—Escribe una nota, tenía pensado dejarle escrito unas cuantas cosas.—Ni sé porque demonios te estoy diciendo esto.
Él que camina hacia la puerta y Dean que abre ampliamente sus hipnoticos ojos, los cuáles tienen una sonrisa perversa.
Cubrió sus ojos con una tela, porque sabía que Luther se sentiría avergonzado y era la única manera de ir por él, sin que ningún de los dos miren los ojos del otro.
—¿Dónde crees que vas?—Lo levanta en sus brazos.
—¡Dean...!
Guardó silenció al verlo con los ojos vendados, lo que provocó un aleteo en su corazón. No sabía cómo lo sabía, pero estába seguro que Dean se cubrió su ojos por él, para darle comodidad.
—Eres un tonto.—Sonríe muy cerca del oído de Dean.—¿Dónde quedó el doberman desvergonzado?—Sigue sonriendo.
Escuchar esa sonrisa para Dean fue como escuchar una melodía celestial, que ni los angeles podían igualar y mucho menos los Dioses, nadie podía estar a la par de su Súcubo.
—Me gusta.—Confesó.
—¿Qué?—Pregunte confundido.
—Me gusta escucharte reí, así tenga que volverme un payaso para hacerte sonreír, lo hare.—Se quitó la venda, conectado con la mirada agitada de Luther.—Sere el mejor payaso con los mejores chistes.
Luther rompió el contacto visual, bajo su rostro para ocultar su mirada porque no quería que Dean, se diera cuenta que había logrado perturbar su corazón.
—Sigue sonriendo.—Pidio.
Con suavidad tomo por la barbilla al menor, levantado así ese hermoso y sonrojado rostro. Con ese gestó Dean le decía que lo siga viendo porque tiene más por decir.
—Ya sea yo el motivo de tu sonrisa, o familia, sigue sonriendo.—Besa el puente de la nariz del menor, el cual instintivamente cerro sus ojos para disfrutar un poco mas de ese gestó agradable.—¿Aunque es mucho pedir ser el único motivó de tu sonrisa?
—Sí, mucho.
—Que malo de tu parte, pero está bien.—Frota su nariz contra la de Luther.—Voy a trabajar duro para ser el único motivo de tus sonrisas y alegrías.
—Eso ya es mucha seguridad de tu parte, Doberman desvergonzado.
—Solo espera y verás como m vuelvo tu número uno.
Luther se estremeció en el instante en que sus labios fueron sellados, Dean una vez más lo llevó a la cama mientras lo besaba apasionadamente.
Sus manos ya se encontraban entrelazadas cómo sus labios, besándose con esa pasión e emociones que hace hormiguear sus estómago y corazones.
—¡Muevete!—Lo empujó.
Eso fue peligroso, por un momento mis piernas se volvieron flácidas al momento en que mis manos fueron llevadas por Dean, a esa maldita "personalidad." Sino lo empujaba las cosas hubieran escalado mas alto que un beso, entonces sí iba a morir por dolor de espalda.
—Tengo que irme.—De un momento a otro ya había llegado a la puerta, no podía seguir en esa habitación o no podría levantarse en una semana.—Si te levantas te mato.—Advirtió y con eso Dean detuvo todo movimiento.
—¿Qué ser humano sería si dejo ir a mi pareja solamente así?—Llego una vez más cerca de Luther.—Dejame que te lleve a casa...
—¿P-Pareja?—Su rostro se enrojeció.—¡Tu abuela es tu pareja!—Le metió un puñetazo.—No me sigas si no quieres que le diga a mis hermanos.—Abre la puerta.— Si me llegas a seguir en verdad te sacaré los ojos.—Cerro con fuerza la puerta.
Dean se detuvo en seco, no dudo de las palabras de Luther por nigún segundo, si cruzaba esa puerta él iba a terminar sin ojos, lo presentía y no podía perderlos porque eso sería dejar de ver a su hermoso Súcubo.
Por lo que el alfa no le quedó de otra que sentarse en la cama, leería la nota que Luther le iba dejar luego de querer escabullirse sin ser notado.
Muy pésimo servicio Ceo Dean Bennet, alias doberman desvergonzado. Estoy muy decepcionado e insatisfecho con su rendimiento y movimientos, tan malo fue que tuve que fingir quedarme desmayado para no hacerlo pasar vergüenza. ╮(╯_╰)╭ pero, de todas maneras le dejé una propina por hacer el intento.
Att; Luther.
Posdata; maldito darle vuelta a la nota.
Sí como no, tan malo fue que Luther a penas había podido bajar las escaleras con dignidad. No podía permitir que Diell lo viera actuar raro aunque no sospecharía ya que, sus pies se encuentran vendados y eso le haría caminar con incomodidad.
—Jajajaja.—Dejo salir una enorme carcajada, si la habitación no fuera izonorizada, Fausto ya estaría de rodillas rezado para que se vaya cualquier entidad habitando la suite.
Dean con una sonrisa coqueta y una mirada oscura obedeció la última orden de Luther, en vez de estar furioso le divierte lo escrito por Luther.
Si llegó a contraer rabia te voy a liquidar, ni te pongas feliz porque si hay una próxima vez, seré yo quién rompa tu puerta trasera...esa cosa entre tus piernas es anormal maldición...ojalá y se te caiga o se reduzca el tamaño.
...Gracias por encontrarme y hacerme pensar en nada más que solo en ese momento en que tú y yo...¡jodete, ni creas que te voy elogiar! (ノಠ益ಠ)ノ彡
Att; Luther.
Posdata; si estás despierto, no bajes. Quedarte en la habitación hasta que me vaya, si no lo haces te voy a liquidar. Hasta luego.
Dean solo negó con la cabeza, pero esa sonrisa estúpida en sus labios no podía borrarse y como si esa nota fuera un tesoro, o algo por el estilo, la llevó directamente a la caja fuerte.
Cuándo ya tanteo que posiblemente Luther, ya había dejado su hogar. Dean bajo a la sala solo para encontrarse con algo inesperado.
—¿Esto?—Señalo la isla de la cocina, ahí había dos sandwich preparados con un vaso de agua a un lado.
—Sigo incrédulo cómo ese tercer joven maestro Astier, antes de irse le preparó esos sandwich para usted, pensó que podría bajar con hambre y también es una forma de decir gracias por ayudarlo.
—¡En serio fue él!—Corre a ese lugar, sentándose en la silla frente a la Isla de la cocina.
No debió hacerlo, en su condición debió ser incómodo estar de pie y por eso que tengo que atesorarlos, comerlos y saborear pedazo por pedazo. Todavía no estamos casado y mi futura esposa ya conoció para mí, tengo que buscar algo hermoso para regalarle, será mi manera de darle las gracias por permitirme probar este manjar.
—De igual manera es un gesto lindo, pero inútil para alguien que no le sirve el paladar y toda la comida le sabe insípida...
—Delicioso.
—Ya ve, pobre de el tercer...¡¿Qué?!—Dio medía vuelta para ver a su jefe, quién tiene una cara de satisfacción.—¡¿Es en serio?!
—Muy en serio.—Lame sus labios.—Los mejores sandwich que he probado en mi vida.—Ese color grisáceo de sus ojos brillan emocionados como los de un niño pequeño que encontró un tesoro e invaluable.
‹Estuve presente cuando los hizo, no agregó nada especial o no logré verlo por lo rápido que movía sus manos. Me sorprendió que terminara la preparación en menos de dos minutos.› Pensó Fausto.
Eso se debía a que anteriormente en la primera vida de Luther, uno de sus trabajos fue asistir a un chef, un señor que le otorgó la oportunidad de mirar de cerca como cocinaba. Por lo qué es rápido y también sabe cocinar, Luther es como una esponja que absorbe todo lo que cree posible realizar y lograr. Era su manera de sobrevivir en ese infierno de primera vida dónde tenía que llevar una considerable suma de dinero a sus tíos.
—Deme de probar un poco, quiero confirmar por mi cuenta lo que está diciendo...
—No deberías de pedir eso.—Advirtió Vladi.
Él venía llegando, mejor dicho saliendo de dónde estaba ocultó anteriormente para no ser visto por Diell, ya que si lo veía no se creería que Dean no estaba en casa.
—Pedirle eso es como suplicarle a la muerte que retire tu nombre de su lista...
—Tú guardia silencio.—Fulmina con su mirada a Vladi.—Jefe...—Se quedó con las palabras en su boca al ver la oscuridad en esa mirada.
—¿Quieres que quite dos ceros a tu cheque?
—Como ya sabe, no soy de las personas que disfrutan de los sandwiches.—Comentó, con una mirada sería mientras volvía a sentarse y reanudar su trabajo.—Buen provecho, jefe.—Ojala y se atoré un pedazo de pan en su garganta.
—Te lo advertí.
—Callarte.—Le lanzó un cojín, pero Vladi lo esquivo fácilmente.
El estar interesado en alguien volvió tonto por completo a mi jefe, ¿cómo puede encontrar más delicioso un sándwich como ese que uno preparado por el mejor chef? Su paladar fue así de simple siempre, si lo hubiéramos sabido antes todo sería más fácil con respecto a la comida que toca servirle.
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