capitulo 22

Tanto los jóvenes Astier cómo las demas personas se empezaron a molestar por la repentina fila que los pusieron hacer de la nada. Se suponía que solo al llegar irían directamente a sus asientos. Sin embargo, eso no sucedio y los terminaron retenido a fuera de la puerta.

No comprendía absolutamente nada y se estába comenzado a molestar, se podía escuchar los murmullos y en ocasiones rechinar de dientes dejado escuchar su descontento.

—¿No compraste los boletos en este lugar o qué?—Preguntó fastidiado, Eren.—No debí aceptar que escogieras la película y mucho menos hicieras la compra.—Declaró.—¿No había más cines disponibles?—Sigue cuestionado a su gemelo.

Está vez es la primera vez que sucede algo como esto, ¿la sala no está funcionando? ¿Se arruinó algo o qué? Ya tenemos como dos minutos haciendo fila y nadie dice nada.

Sino funciona que les cuesta informarlo y de volver el dinero, aunque eso no me interesa. Me irrita que nuestra salida tenga un percance como este, no todo los días tenemos tiempo libre para hacer algo como esto para que el final terminemos perdiendo el tiempo de está manera.

—Claro que lo hice.—Comunicó.—¿Cómo podría saber que algo así podría pasar? No soy Dios.—Se defendió de los reclamos de su gemelo, Eren.

¿Qué está pasando exactamente? En las calificaciones que leí todos le daban cinco estrellas a este cine por eso lo escogí. No debí de escogerlo en base a las calificaciones, lo tomare en cuenta la próxima vez.

—No es mi culpa, es culpa de los encargados.—Ire a quejarme luego a su página.

‹Gracias a Dios que esto está tardando y ojalá no se arregle rápido este problema, de esa manera no veré nada de miedo y puedo ir con mis hermanos a comer algo rico. El vaso de palomitas ya lo llevó casi a la mitad. Si llegamos entrar a la sala ya no tendré que comer.›

Luther es el único relajado en esa fila de más de cien personas se podría decir, no sería el fin del mundo si no logran ver nada.

—¿Qué está pasando?

—¡Yo, no pague para quedarme de pie aquí afuera!

—Si no van a dejarnos entrar regresen nuestro dinero.

—Sí, hágalo!

Las personas comenzaron a quejarse en voz alta haciendo que otra demanda, estaban en todo su derecho. Al escuchar la bulliciosas voces que se había levantado, los empleados no les quedó de otra que salir rápidamente a dar explicaciones.

—Nos disculpamos por hacerlos esperar de esta manera, como compensación les daremos pase gratis para la película que se estrenará la próxima semana.—Expresó.—No fue intencional hacerlos esperar de esta manera, lo sentimos. Tuvimos que reorganizar y reasignar los asientos, se les pasará un nuevo número. En verdad lo sentimos.

A cada uno se le entrego el número de asiento y área en la que estarían, eso causó muchas quejas pero de igual manera aceptaron porque en en verdad quería ver la película. Todos ellos eran amantes del terror y suspenso a excepción de Luther, por supuesto.

—¿Seguimos en la misma área y colocación de asientos?—Me alegré por nada, al final si veré esa película de miedo.

—Estoy en el quinto asiento de la última fila a la derecha.—Comunicó, Eren.

—En la misma fila en el asiento cuatro.—Mira a su segundo hermano.—¿Tú, Luther?

—En la misma fila, juntó a Eren. Asiento seis.—Estaremos cerca de la salida.

Lo bueno que si quiero salir no voy a molestar a las demás personas, ni podrán quejarse de que estoy cubriendo su visión cuando quiera ir al baño o algo por el estilo.

—Ya pueden entrar—Levanta las cortinas.—En verdad los sentimos.—Volvieron a disculparse con pena.

"Esperamos que cumplan su palabra o iremos a quejarnos" Advirtieron la mayoría de personas, esperando que les envié el tiquet de la próxima película en estreno.

‹A mi que ni me envíe ese tiquet porque no pienso venir a ver otra película de miedo. Si mis hermanos quieren venir, haya ellos.›

Luther dio un gran suspiro antes de tomar asiento, notado que alguien más estará junto a él, cerca de la pared. Maldiciendo a su suerte porque no quería que nadie más que sus hermanos mayores, lo escucharán o lo vieran hacer caras vergonzosas.

—¿Quieres de las mías?—Levanta su vaso de palomitas.—Ya no eres un niño.—Eren retiró unas migas de las esquinas de la boca de Luther.—Toma, no te limpies en la ropa.—Le paso su pañuelo.

‹¿Qué es este sentimiento? Estoy alegre por sus palabras y acciones, no debería de estarlo. No soy su hermano verdadero, no es mi a quién ve cada vez que me miran...no debo de encariñarme con la familia Astier, no debo.›

—No, estoy bien así, hermano mayor.—Rechazo las palomitas.—De igual manera Gracias.

Fue la primera vez que Luther logró saber cómo se sentía el cuidado de un hermano mayor, fue un sentimiento raro pero a la vez agradable y eso le dió miedo.

—Por favor guarden silencio, la película dará inicio y las luces de la sala se apagaran. Sin más que decir, disfruten de la película.—Comunicó.

‹¡Luces apagadas! Genial. Así ni siquiera podré mirar a los lados y mucho menos hacia atrás por temor de a ver alguna figura extraña.›

Luther inhaló y exhaló un par de veces disimuladamente, preparándose para contener cualquier gritó que quisiera salir de sus labios.

Al momento en que la película comenzó en ese instante Luther, sintió que alguien estába tomando asiento en el lugar vacío, junto a él. No iba a mirar a esa dirección, sin embargo fue inevitable el no ver, todo para terminar encontrarse con esos ojos afilados grisáceo.

‹No solo mi piel se erizo al instante en que su dedo índice cayó suavemente sobre mis labios, e impidiendo que hiciera ruido. En ese mismo tiempo su mano se entrelazó con la mía sin la mínima intención de soltarme.›

Para Luther todo fue tan rápido que no sabía si su corazón se encuentra latiendo de esa forma por la película y los gritos extraños proviniendo de la pantalla, o, por la hermosa mirada de Dean, mirándole de esa manera.

En nigún momento llegó a pensar ni mucho menos se he imaginó que Dean, podría llegar así de la nada a mirar una película. No daba esa impresión de ser una persona que vaya a salas de cines cuando podría tener su propia sala en su penthouse, solo para él.

Tampoco se puso a pensar que el causante de hacer fila y sobre la reorganización de los asientos, fue una órden dada por Dean, quién paso a ser el dueño del cine.

—Estoy aquí.—Susurra muy cerca de Luther.

Ese susurró fue tan cerca del oído del alfa ojos celeste, quemado su oreja al instante en que el aliento y respiración de Dean, lo envolvió por completo.

Luther agradeció que estuviera oscuro de esa manera nadie podría ver la punta de sus orejas volverse rojas, tampoco le daría ese privilegio a Dean. Mas no sabía que ese hombre no es alguien normal y ver la timidez en el rostro del más joven en esa oscuridad, es algo que podría lograr.

—Viene por ese puñetazo en mi cara y tu pie en mi entrepierna.—Sonrió pícaro.

Luther puso su mano libre en la cara de Dean, empujado lejos de él ese hermoso rostro. Estremeciéndose al sentir la lengua de Dean, sobre la palma de su mano.

—Miren a este doberman desvergonzado.—Susurró.

Ese grisáceo se tornó brillante y un poco loco al escuchar el sobrenombre dado por Luther, en vez de enojarse por ser comparado con un perro, se emocionó al punto en que su sangre hierve.

—Me contaminantes con tus gérmenes—Cuando libero su mano del agarré de Dean, aprovechó ese momento para dejarle ir un puñetazo a cualquier lugar de ese sensual cuerpo.

Dean lejos de estar enojado o decirle algo a Luther, él volvió a sostener la mano del joven, besándola con delicadeza mientras miraba fijamente esos ojos celeste.

‹Sus hermosos afilados ojos brillan a pesar de estar en la oscuridad, es como ver a un enorme lobo enmedio del bosque mirándote con toda la intención de devorar todo de ti. Sin embargo, también me deja ver qué desea proteger a esa misma persona que está asechando...›

—Tengo que recuperar algo que me quitaste.—Al diablo con todo, si se medio la oportunidad de disfrutar mi sexualidad en está vida, hay que aprovecharlo al máximo.

Dean abrió sus ojos en grande sorprendió, se había preparado para recibir cualquier tipo de insulto e incluso más golpes, sin embargo lo que se le fue dado fue un beso.

No perdió el tiempo, cerrado sus ojos luego de recuperarse de la sorpresa, no podía permitir perderse una oportunidad así, de saborear una vez más los dulces labios de Luther.

‹Sí. Suaves, dulces y deliciosos. Solo sus labios pueden hacerme disfrutar, saborear esa maravillosa dulzura que nigún dulce o fruta del mundo podría otorgarme este placer. No cabe duda que me estoy volviendo adicto a su dulzura. Solo él puede hacerme sentir así de bien.› Pensó Dean.

El estremecimiento llegó a ambos cuando notaron que inconcientemente sus manos se empezaron a mover, ansiando tocar la piel del otro.

‹¡¿Dios, que estoy haciendo?! He perdido la cabeza por completo, estamos hablando, ¿en qué momento terminamos así? Yo...yo, quedé inmerso en su mirada, de como me veía eso provocó una sensación rara en mi pecho. Lo sabía, sabía que esa mirada es un maldito peligro.›

Luther al retomar su cordura trató de alejarse de Dean, sin embargo el nombrado tenía sostenido con cariño el rostro del joven, frotando sus dedos sobre las mejillas del alfa ojos celeste. Eso provocó que el cuerpo de Luther se estremezca, no sabía que sus mejillas donde se encuentra sus hoyuelos fuera tan sensibles hasta llegar a sentir una corriente eléctrica electrizar no solo su corazón.

—¿Luther?—Susurró.

Ambos alfas se tensaron al escuchar la voz de Eren, volviéndolos en sí, recordado que desde un principio no se encontraban solos.

—¿S-Sí?

Luther a penas logró normalizar su voz, así como trata de normalizar su agitada respiración. Ese beso lo había dejado sin fuerza alguna.

—¿Pasa algo?—Creí que tendría miedo.

Eren a penas podía ver la silueta de su hermanito, a Dean le sería poco probable el poder verlo. Es por eso que el alfa escogió precisamente ese lugar, para no ser visible para los hermanos mayores de Luther.

Y Adal se encuentra en la otra fila a la izquierda, junto a Vladi. Queriéndo maldecir a su tío en su mente, pero no lo hacía porque sabía que el diablo de su tío, se daría cuenta de eso.

—Hermano mayor...—Tenia ganas de decirle hay un tipo atrevido aquí junto a mí, vámonos y de esa manera no veo la película. Sin embargo...

El joven alfa se exaltó disimuladamente al sentir la mano de Dean, aferrado a la manga de su camisa. Sonriendo levemente porque Luther se lo e imagino como un cachorrito suplicado por su atención.

—No es nada.—Susurra.—Estoy bien, es mejor no hablar o las personas se empezarán a quejar.—Tengo que castigar a este doberman.

Sería muy estupido si no me diera cuenta de lo que hizo, él debió ser el causante por el cual no podíamos entrar al cine. Sin embargo, ¿cómo demonios se enteró que estamos aquí? ¿Tengo que preocuparme o llamar a la policía para que venga por este loco?

—Concentremos en la película, ¿sí?—Eren solo asintió, volviendo su mirada a la pantalla.

Luther hizo lo mismo y da la mala suerte que en ese instante un espectro lo suficientemente aterrador para no dejarte dormir apareció en la pantalla.

El de ojos celeste estuvo a punto de gritar, sin embargo en ese momento con gentileza la manos de Dean, sostuvieron su rostro llevado su mirada agitada directamente a ese color grisáceo.

‹No sé en qué momento sus manos terminaron en mi rostro, girado con delicadeza mi cabeza y de esa manera poder verlo solamente a él y no esa horrorosa cosa. Una vez más me vi perdido en sus ojos borrado de mi mente inmediatamente esa cosa fea que logró ver por unos segundos. Entonces, ¿por qué mi corazón sigue la tiendo de esa manera? Palpita mucho más fuerte que cuando vi la pantalla.›

—¿Por qué te obligas a ver algo que no te gusta?—Preguntó.

Desde el instante en entre a la sala me di cuenta del nerviosismo en él, sabe ocultarlo bien de cualquier persona pero no de mí.

—¿Qué?—Volvio en sí, alejándose de Dean.—¿Por qué piensas eso? Claro que megu...

—Mentiras.—Sostiene la mano temblorosa de Luther.—No voy a reírme de ti solo porque te da miedo algo como eso.—Sus manos se entrelazarón.—Lo destruiré.

‹Sus palabras firmes resonaron cómo ecos en mis oídos al igual que el sonido de mi corazón, ¿qué está pasando conmigo? ¿Por qué creo en la palabra de un desconocido? Es como si estuviera seguro que él haría algo como eso. ¿Por qué por mí›

—¿De que hablas?—Sus miradas se encuentra.

—Voy a destruirlos, destruiré tus miedos y todo aquello que se atreva a causarlos.

Sus ojos celestes temblaron por unos segundos como su corazón agitándose de tal manera que llegó hacer aterrador. La boca de Luther se abría y cerraba sin poder decir nada.

‹Es radiante y tan hermoso como ese color celeste deslumbra todo a su alrededor, estamos a oscuras sin embargo, tengo la dicha de poder mirarlo solamente a él en este inmenso lugar. Dando la sensación de que en este lugar solo nos encontramos nosotros dos.›

Esta vez fue Dean quién se adueñó de los labios semi-abiertos del contrario, aprovechado esa oportunidad de explorar cada rincón de la caliente cavidad bucal del joven alfa.

Sus lenguas bailan al ritmo de sus latidos del corazón, de igual manera sus manos libres llegaron a sus cuerpos, acariciando la piel del otro.

Luther se estremeció al sentir los dedos de Dean, recorrer su cuello, clavícula, en ese lugar buscó si aún se encontraba su mordida, y sí, ahí estaba. Eso emocionó al alfa mayor.

‹Cuándo viene a darme cuenta mi mano ya se encontraba en su gran "personalidad" sentí una electricidad al instante en que sentí su piel desnuda. ¡Dios, su pecho se encuentra demasiado expuesto! ¡¡Quiero ver cómo se ve maldición!!›

—¿Y dices que tus manos no son traviesas?—Sonreí todo pícaro.

A Dean le parecía lindo la expresión en el rostro de Luther, el nombrado se encuentra con sus ojos dilatados y su garganta tragado saliva más rápido de lo normal.

—¿Eh?—

Luther como si fuera dueño de ese cuerpo sensual frente a sus ojos, movió hacia los lados la gabardina negra que llevá puesta Dean. Lo que vio lo dejó absolutamente aborto y con su nariz ardiendo con la posibilidad de que tenga una hemorragia nasal.

—Vine arrestarte como lo prometí.

‹No quería escucharlo, pero ni siquiera los gritos de las personas lograron opacar el palpitar exagerado de mi corazón. No podía calmarlo al ver semejante belleza seduciendome desvergonzado con su gran y sensual "personalidad" mi e imaginación de ese entonces de queda corta con este momento.› Cubre su nariz con temor a que lo delate y lo deje como un pervertido.

Luther no control su sonrisa y mucho menos su cuerpo cayendo sobre el de Dean, cuándo se encuentra muy emocionado Luther suele reír tontamente cómo lo está haciendo en estos momentos.

‹¡¿Ese fue mi corazón?!› Dean se desconcertó al escuchar rugir su corazón de una forma que causaba preocupación, y electrizarse maravillosamente con esa suave sonrisa proveniente de los labios del joven alfa.

—Estás loco.—Quiero sonreí a carcajadas, pero lamentablemente no puedo y tengo que ser lo más silencioso...

Los ojos de Luther se abrieron en grande al percatarse de lo que tenía enfrente, esa gran "personalidad" está tan cerca de sus ojos como de su boca. La frente del joven alfa descansa sobre el pecho de Dean.

—Nhg~

Ese leve quejido saliendo de los labios de Dean, se camuflajo con los gritos de la sala del cine al presenciar esa cosa espeluznante en la pantalla.

—¿Yo soy el doberman?—Cuestionó Dean, acariciando la nueva mordida de Luther en su pecho.

—Se lo merece por acecharme de está manera.

Decia eso con una expresión sería, sin embargo en su mente se maldecía por hacer algo como eso. Por mo tener autocontrol.

—¿Es así?

Luther sintió un escalofrío al mirar esos ojos brillantes, sus instintos le decían que corriera, sin embargo fue demasiado tarde Luther ya había sido mordido por la hermosa y muy ardiente bestia.

‹Tuve que aferrarme fuertemente de sus hombros al mismo tiempo que apretaba mis dientes para no hace nigún sonido, el muy desgraciado me devolvió la mordida a pesar que fue sobre la ropa, aun así sus colmillos traspasaron la camisa, encajados en mi piel, ahí dónde se encuentra mi corazón. fue ese lugar el que mordido....¿A qué mierdas estamos jugando?›

—La próxima vez no sé si podré controlarme.—Susurró cerca del oído de Luther.—Hablaba en serio cuando confesé que eres el único que puede hacerme sentir tanto emociones como sensaciones que jamás pensé que existan.—Besa cariñosamente el hoyuelo de Luther.—Prepararte Súcubo, te estoy persiguiendo.

Una vez más así como llego se fue sin dejar rastro alguno de que estuvo ahí, dejado en shock al alfa de ojos celestes por tal declaración.

—¿Luther?

Eren se encuentra preocupado por el silencio de su hermanito, quería dejarlo pasar pero no podía. Hasta Erin se encontraba gritando de vez en cuando y Luther nada.

—¿Te encuentras bien?—Lo sostiene de los hombros.—¿Tienes miedo?

—Sí.—Fue sincero porque todavía se encuentra confuso con lo sucedido entre el y Dean.—Las películas de terror me causan miedo.

Eso le ayudó a cubrir de alguna manera el aturdimiento dejado por ese doberman, el muy desvergonzado solo llega me aturde y se va. Eso no me gusta, no me gusta ser el único que queda de tal manera. Tengo que desquitarme esto de alguna manera, prepárate doberman. La próxima vez seré yo quien te deje perdido.

—¿Por qué no lo dijiste antes?—Se preocupo, levantándose y el proceso jalando a Erin.

Sin darse cuenta los tres ya se encontraba fuera del cine, Erin era el más confundido de los tres. Mirándolos con una expresión de signo de interrogación.

—¿Por qué quedarte callado?—Aprieta sus puños.—Mira como te encuentras todo sudado.—Toco el cabello blanco de Luther.

Claro que había transpirando mucho pero por culpa de alguien más, esa tensión entre ambos alfas fue demasiado intensa.

—¿Qué pasa?—Preguntó Erin.

—Luther no es bueno viendo películas de terror.

—¡¿Por qué no lo dijiste, tonto?!

—¿Por qué se alteran por algo como eso?—Respondió con otra pregunta sin entender sus reacción, no era nada de otro mundo.

—¡Porque nos preocupas!—Ambos hermanos deja caer sus manos sobre los hombros de Luther.——No te obligues hacer o ver algo que no te guste solo por el bien de alguien más.—Le hace saber al unísono.

—Di que no te gusta cuando algo no te gusta sin importar nada, poner tu comodidad antes que el de alguien más.—Expresa Eren.

Luther sintió que lloraría sí seguía escuchando a sus hermanos, es la segunda vez que alguien se preocupa por su comodidad. La primera persona fue Dean.

—Entiendo.—Da medía vuelta para ocultar el temblor en sus ojos.—Me disculpo por no permitirles dejarles ver el final de la película.

—Eso no importa.—Responde Erin.—Puedo verla en la laptop si la rento a parte tengo un boleto para el próximo estreno.

—Asi es.—Estuvo de acuerdo con Erin.—Todavia es luego, vamos a otro lugar a disfrutar de la noche.

—Bien.

Los tres subieron al auto algún restaurante, Luther dijo sin vergüenza alguna que tenía hambre. Los gemelos con una pequeña sonrisa en sus labios estuvieron de acuerdo.

En realidad a ellos la película no les importaba lo que ellos quería era pasar tiempo con su hermanito, verlo sonreír. Eso es lo que les importaba a ellos dos, tomarle unas cuantas fotos y enviarlas en el chat familiar.

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