+18 capitulo 34

¿Cómo es posible que Ian sea amigo de Dean Bennet? Son tan diferentes, mi querido alumno es alguien tranquilo, educado. Sin embargo cuando se trata Dean Bennet, es todo lo contrario, y ahora por su culpa tengo que decirles una mentira a estás personas que quieren entrar a la habitación dondo se encuentra su querido hermano menor.

¿Cómo demonios los voy a detener para que no entren? Me dio órdenes estrictas de impedirlo, también me dijo que su asistente me ayudaría, pero no lo veo por nigún lado. ¿Cómo decirle a la familia Astier que su querido niño está por ser comido por un loco?

Es la primera vez que he pensado seriamente sí ser doctor fue buena idea, Dean Bennet te causa estrés con solo verlo. No sabes en que momento va explotar y te dejará sin cabeza.

—¿Cómo está?—Pregunta Eren.

No me gusta su silencio o ese tono pálido en su cara, ¿mi hermanito tiene algo graven? No. Los estudios realizados dieron resultados favorables.

—¿Podemos entrar...?

—Le recomiendo que no, joven maestro Erin Astier.—Siento que voy a morir por tanta presión en mis viejos huesos.—El tercer joven maestro Astier, se encuentra muy bien.

—¿Entonces por qué no podemos entrar haberlo?—Erin frunció el ceño.—¿Está ocultando algo?—Es bueno que papá y mamá hayan ido cenar, de esa forma no entran en pánico.

—Mi hermano tiene razón, ¿por qué se ve tan pálido?

El pobre doctor no podía con esas feroces miradas en su cara, viendo como lo analizan. Maldiciendo a su suerte por estar ese día que Dean llegó al hospital. Aunque no hubiera podido escapar ya que, fue su alumno Ian el que le recomendó ese hospital privado a Dean.

El alfa de ojos grisáceos quería que Ian fuera el que atendiera a Luther, pero no podía porque el mismo Dean lo había enviado como representante para cerrar un negocio en el extranjero. Tan aturdido estaba en ese momento que se había olvidado de eso por completo.

—¿Cómo no estar pálido si no he dormido nada estos últimos días?—Los vio con reproche.

Los hermanos Astier se sintieron culpables y avergonzados porque en parte era su culpa, habían presionado mucho al anciano de cabello cano y unos rasgados ojos color miel.

—Su hermano menor fue el que expreso que por el momento no quiere ver nadie.—Le pediré disculpas después por usarlo de está manera.

—¡Qué!—Se asustan.—¡¿Por qué?!

—Expreso que; si no van a dormir como es debido está noche, no los recibirá porque en sus rostros se les ve lo agotados que se encuentra. No quiere hacerles pasar nas malos ratos por si culpa.

Creo que poner de excusas al tercer joven maestro Astier, será de ayuda para evitar que ellos dos, entren a la habitación. Después de todo, se nota que son dos hermanos locos por su hermanito menor.

—Nuestro hermanito está preocupado por nosotros.—Sonríen como tontos.

—Debemos de hacerle caso. ¿verdad, hermano mayor?

—Sí.

—Las habitaciones están listas al otro lado del pasillo.—Comunicó Fausto, apareció en el momento exacto.—Ya hable con sus padres, ellos se encuentran descansando luego de hablar por celular con el tercer joven Astier.

Fue bueno que les llamará o no se hubieran ido a descansar, así sus ojos se encuentren rojos por el desveló ellos dos, querían ir con su pequeño hijo. Ya no sabía que hacer pero entonces recibieron esa llamada, fue un alivio.

—¿Por qué sigue aquí?—Preguntan los gemelos.—¿Dónde está el ceo Dean Bennet?

—Él tuvo que irse por unos asuntos importantes, debían de saber que sí no ven a su guardaespaldas, es porque mi jefe ya no se encuentra presente.—No se podía ver ninguna mentira en su expresión sería.—No va a nigún lado sin él, Vladi es su perro.—Si Vladi se llega a enterar que lo llamé así, me va despellejar vivo.

Mi nariz no tardará en volverse tan grande por todas las mentiras sueltas, ya ni sé cómo es que puedo dormir sin sentirme mal por eso.

—Lo ví marcharse luego de que mi joven maestro Luther, despertara.—Comunicó Diell. Solo entonces los gemelos estuvieron mas tranquilos, no querían que Dean se involucre con Luther.

¿Por qué me pidió esto mi joven maestro? Es muy obvio que el ceo Dean Bennet entró a la habitación vistiendo de doctor y sigue ahí adentro.

Les iba a comentar esto a la familia Astier, sin embargo recibí un mensaje de mi joven maestro. Eso fue suficiente para mantener mi boca cerrada y acatar órdenes.

—Si Diell lo dice, entonces le creo.—Comentó Eren.—Pero, ¿por qué usted sigue aquí?

—Se me ordenó quedarme aquí, porque espera que esto no retrace el proyecto.—Saca un pañuelo de su bolsillo.

‹Eso es cierto, no podemos seguir postergando eso. Ahora que Lut despertó es momento de ponernos manos a la obra.› Pensaron ambos hermanos.

—Solo cumplo órdenes, ni siquiera he dormido bien por tanto trabajo y todavía se me pide algo como esto. No hay consideración para sus empleados.—Limpia sus lágrimas invisibles porque no había nada.—Entendería mi situación si fueran asistente de un loco...digo, de un jefe como lo es Dean Bennet.

Jefe, lo estoy haciendo bien ¿verdad? Espero que mi actuación me sea recompensada con un nuevo cero en mi cheque. Ya tengo planeado que comprar con el, he estado buscado un buen complejo de departamentos.

—Por favor, podrían ir hablar a otro lugar. Los pocos pacientes que han regresado a este piso, necesitan dormir.—Pidio el médico.

—Tiene tazón.—Eren mira a Diell.—Cuida de Lut, sin importar quién quiera entrar a su habitación no lo vayas a permitir.

—Tenga lo por seguro.

‹Sin embargo en ese lugar ya se encuentra un animal hambriento y peligroso con el joven maestro Luther.› Pesaron el médico y Diell, quién se posicionó en la puerta y disimuladamente le metió seguro. De esa forma se evitaría cualquier situación incomoda.

Diell no era nada estúpido como para no darse cuenta de lo que estaba sucediendo, de igual manera su trabajo es solo proteger a su joven maestro. No tiene porque meterse su vida personal.

Y mientras todos se iban a descansar pensado que Luther se encuentra solo en la habitación, los dos alfas se encuentran besándose como si no hubiera un mañana. Toda la habitación está impregnada con su olor, Dean inhala con diligencia ese olor a flores de cerezos.

Pequeños murmullos salen de sus ocupados y muy lujuriosos labios, hambrientos por tener hasta la última gota de saliva del otro. Había momentos en que ambos abrían lentamente su boca y así poder darle un cálido recibimiento a sus la lasciva lengua del otro.

Dean abraza con fuerza y a la vez con gentileza la cintura de Luther, el alfa menor sigue sentado horcajadas en el regazo del alfa mayor. Con la camisa bajo sus hombros, mostrado sus pezones erectos. Esos dos pequeños botones rosados han sido chupados con ímpetu, quedando todos enrojecidos.

El alfa mayor se ha divertido muchos con ellos, calentado y volviendo gelatina el cuerpo de Luther, logrando que el menor mueva sus caderas con impaciencia.

No era para menos cuando sus miembros se han vuelto duros, soltado pre-semen que terminó por mojar su ropa interior. Si seguían esperando mas, esa erección se volvería incómoda y dolorosa por lo tanto tenía que frotarse o volverse uno para disfrutar tal estimulo.

Luther lo sabía al igual que Dean, pero el alfa mayor al estar absorto explorando la cabida bucal de Luther, mantuvo sus manos ocupadas acariciando las caderas del menor y con su boca devorando los sensuales labios que tanto le encantan. O, simplemente está esperando con ansias los siguientes movimientos de su pareja.

Y Dean no tuvo que esperar tanto tiempo para eso, Luther rompió tanto la bata de doctor como esa camisa ajustada que cubría esa "personalidad" que tanto le encantan.

Los botones que anteriormente luchaban por no salir volando por ese despampanante y muy sensual "personalidad" cayeron al suelo. Luther posee bastante fuerza, no por nada logró soportar tanto en ese consultorio.

—Mnhg~

Suavemente va rozando sus dedos sobre la piel de ese pecho desnudo, para Dean esos roces es como sentir pequeñas descargar electrónica centradas en su pelvis bajando a su emocionado miembro.

‹Las suaves y muy hermosas manos de mi Súcubo son; como cálidas brasas envolviendo ansiosamente mi pecho, ¿por qué le gusta tanto? Es duro y nada suave al tacto, o es que él si logra sentir cada vez que los masajea cómo si fuera masa.

Eso hizo emocionarme esperando por el próximo movimiento, quiero saber cuan atrevido es. Verlo enrojecido por la vergüenza, me gusta cuando su piel se torna de ese color rosita›

—Ngh~—Dean está disfrutando mucho las manos traviesas del menor, sobre su pecho.

Luther sonrió pícaro, [sin dejar de besar al alfa mayor] tras poner sus manos en esa "personalidad" que tanto le fascina. Masajear suave y rudamente esa hermosa piel del mayor, el acariciar tal majestuoso pecho lo encendido mucho. Sobre todo, el sentir que Dean lo está disfrutando.

Tanto así, que Dean fue sorprendido por la repentina dominación por parte de Luther, al momento de apretar su lengua con la del contrario. Pero eso no molesto a Dean, fue al contrario, le está encantando que Luther sea tan desenfrenado. Es emocionante para el alfa mayor el sentir el sexy trasero del menor, restregarse con su entrepierna.

Ni Luther era consciente de esos movimientos tan lascivos, si se diera cuenta no tardaría en ponerse rojo como un tomate, tímido.

—¡Uhh!

Su anormal cosa se estába volviendo mas dura y grande con el transcurso de los segundos, presionando ansiosamente mi trasero.

En cualquier momento iba a romper esos pantalones como si de una espada filosa se tratará. Esos pantalones si que cumplen su función de ser alta gama, no se han roto con semejante presión ejercida por esa inquieta cosa.

—¡¿Unm?!—Sus grandes y muy inquietas manos rompieron la parte trasera de mi pantalón, e incluyendo la ropa interior.

Al estar sentado a horcajadas en su regazo, con mi pecho cerca del suyo, ese lugar muy íntimo quedó tan expuesto. Lo podía saber con solo sentir la brisa golpeado ese lugar como sus dedos deslizarse por la rendija entre mis glúteos. Con sus dedos recorre mi trasero como si de un camino se tratará.

Era muy obsceno pero joder sí que se siente bien, ni siquiera lo aflojando con sus dedos y ya se sentía bien con solo sentir sus lascivas caricias, mientras con su boca muerde mis pezones como si de dos gomitas se tratase.

Es tan estimulante que mi cuerpo no dejá de temblar, aferrado del cuello de Dean, impidiendo que levanté su rostro, quiero que siga lamiendo y mordiendo mis pezones tanto como quiera. Se siente tan bien que no puedo empujarlo así duela un poco...me estoy volviendo muy lascivo.

Todo es culpa de este doberman desvergonzado, él toca lugares donde tengo una desconcertante sensibilidad y eso me hace emocionar mucho, perder la vergüenza porque no tengo tiempo para eso cuando Dean, convierte mi cuerpo en un completo desastre. No puedo negarlo, tampoco me pondré los moños.

En la cama seré un completo lascivo o lo que sea que Dean logré despertar, pero cuando esté con ropa y no sobre una cama con mi alfa, entonces sí. Tengo que mantener la racionalidad, mientras tanto voy abrazar y ser abrazado por Dean, hasta que mi cuerpo no pueda más.

Voy a vivir ya sea por mí, por este sujeto desvergonzado y por mi familia. Por ese amigo que empezado a conocer, por las buenas personas que lleguen a mi vida.

—Dean...—Nombro al alfa con una voz tan caliente como lo es su expresión.

—Sí, mi Lut.—Pasa su lengua por el cuello del menor.—¿Te gusta cuando lo frotó?—Preguntó. Esos ojos son muy brillantes.—¿Se siente bien cuando muerdo tus pezones y con mis dedos froto ese lascivo lugar?—Pregunta con una sonrisa pícara mientras se queda idiotizado en ese color celeste empañando.

—S-Sí.—Sostiene en sus manos el rostro de Dean.—Se siente muy bien.—Sus mejillas se sonrojan.——¿Que estás esperando para explorar mi interior?—Muerde sensualmente el labio de un idiotizado Dean.—Darte prisa y embiste ese lugar que se encuentra tan ansioso por tu monstruosa cosa.—Empujo a Dean, cayendo de espaldas sobre la camilla.

—Jajajaja, me vuelves loco, mi Súcubo.—Confesó, con una expresión de loquito y una mirada tan perversa tras ser tomado con la guardia baja. No esperaba que Luther dijera en voz alta algo como eso, muy obsceno.

‹Es tan malditamente caliente escucharlo y verlo actuar así, esa hipnotica mirada celeste teñida de superioridad me causa escalofríos, tanto así que quiero arrodillarme y dejar que me pise con sus hermosos pies, tanto como quiera.›

Esa mirada grisáceo y sonrisa en sus labios lo hacían lucir como un completo pervertido, el alfa de ojos celeste estaba despertando un lado mucho más pervertido y masoquista en Dean, al parecer.

—Cierra la boca.—Maldición que vergüenza.—¿Quieres que nos escuchen?—Su rostro se encuentra tan rojo, de un momento a otro se volvió tímido pero sus manos no dejaron de moverse, siguen acariciando la "personalidad" del alfa mayor.

Cuando Dean vino a darse cuenta ya se encontraba completamente desnudo, frunciendo sus labios sensualmente al sentir el roce de su miembro sobre el de Luther.

—¿Que importa si nos escuchan?

Separó con sus manos las sexys caderas de Luther, de esa manera sus dedos tendría más acceso y movilidad al dilatar ese pequeño agujero que, se contrae cómo si supiera que muy pronto será invadido.

—Eres mío y si lo sé yo, que lo sepa el mundo enteró.

—Nmhg~

Su primer dedo entro sin inconveniente, se siente húmedo, ¿de dónde demonios saco el lubricante? ¿Acaso ya sabía que algo así podía suceder o es un un hombre precavido?

—¡Aah!—Aprieta sus labios en línea recta evitando que los gemidos salgan incontrolables y ruidosos.

Girando su rostro hacia a la puerta, ansioso. Se asustó que ese gemido haya alertado a alguien ahí afuera, sería verdaderamente vergonzoso si alguien dentra y lo ve con sus caderas al aire con toda intención de montar miembro de Dean.

—¡Nhmg~!—Dean solo sonreía todo malvado al ver cómo Luther, aprieta sus dedos que se encuentra en ese pequeño agujero y como contiene sus gemidos.

‹Mi saliva se vuelve agua, como no volverse agua con semejante cuerpo sublime temblando arriba de mí. Sus manos no han dejado de moverse en mi pecho por nigún segundo, él se aferra de ahí mientras su seductor trasero se mueve hermosamente cada vez que mis dedos embiste su interior.›

—Nhg~

Apreta sus labios todavía mas en línea recta, se han vuelto un poco pálidos por querer evitar que salgan esos ruidosos gemidos, no podía ser tan ruidoso cuando se encuentra en un hospital. Aunque no era un problema porque la habitación es insonorizada algo que Dean, sabía muy bien. Pero al parecer quería que Luther pensará que no, eso volvería la atmósfera más caliente.

—Dean...no hagas eso.—Me vendré si embiste mi interior de esa manera y con su otra mano frota nuestro miembros con esa rapidez.—Yo...

—Está bien, puedes correrte.—Volvio a quedar sentado, solo así podía besar los labios de Luther.—La noche a penas esta comenzando.—Baja y sube su mano aferrada a esas dos baras de carne.

—No...

Mi respiración se está volviendo cada vez más pesadas todo por la excitación, deseo de sentir las estocadas provenientes de las caderas de Dean, al empujar su miembro en ese pequeño espacio

—Quiero venirme mientras me abrazas con todo tu ser.—Retiro los dedos de Dean, de ese lugar.

Ese color grisáceo se oscureció al ver lo que estaba a punto de hacer su caliente y muy hermoso Súcubo. Tragando grueso al mismo tiempo que su corazón dió un vuelco, por la locura desbordante que era igual a sentirse emocionado.

——¡Nhg~!—Tan grande maldición, creí que sería fácil. Que esa anormal cosa se iba a deslizar por las suaves paredes de mi interior, pero no.

Ni siquiera e logrado poner la punta, está posición no es del todo buena porque ese lugar se vuelve estrecho. Y la respiración agitada de Dean sobré mí no ayuda mucho, me hace sentir demasiado tímido, nervioso, es como un animal salvaje asechado a su presa. Impaciente por encajar sus dientes pero en está ocasión sería su miembro en mi interior.

Lo bueno que no puedo verle la cara, mi rostro descansa en su grandiosa "personalidad" o me moriría de vergüenza. Porque con solo escuchar su respiración sobre mi nuca puedo saber que expresión tiene mientras me mirá fijamente.

Luther no está equivocado, Dean tiene una expresión tan caliente, guardando en sus memorias este magistral momento. No siempre tendrá un grato regalo como este, donde Luther toma en sus manos el miembro del contrario y se va sentado muy lentamente en tan dura y caliente torre.

—No puedo aguantar más.—Le hizo saber Dean, poniendo sus manos en la cintura de Luther—Lo siento, mi amor.

—¡¡Aaah!!—Tire mi cabeza hacía atrás, mis manos se sostienen con fuerza de los hombros de Dean. Me había venido con esa estocada al tomar por completo su miembro.

A penas puedo respirar luego de sentarme por completo en esa anormal anaconda, es demasiado la presión en mi estómago. Cada vez que respiró siento que esa cosa terminara subiendo por mi garganta, así de profundo presiento que se encuentra.

Lo mas gracioso es que lejos de tener miedo me siento bien, ¿cómo no sentirse bien? Sí la punta de su miembro martillo ese punto que me hace temblar, cuando iba escarbando entre mis estrechas paredes.

—¿Puedes sentirlo?—Preguntó.—Puedes sentir como tu interior se contrae, me está dando una calidad bienvenida.—Agarra con fuerza los sensuales glúteos del alfa menor, dejando sus dedos figurados en esa hermosa piel.

—Deja de hablar de esa manera.—Su rostro era un completo tomate.

—¿Puedes moverte?—Preguntó con impaciencia.

Dean no había echo nigún momento luego de entrar en Luther, se moría de ganas por moverse pero se aguanto. No podía lastimar a su pareja mientras se adapta a la invasión.

—Creo que sí.—Mis movimientos eran torpes y lentos por el nerviosismo, por vergüenza al sentir la mirada de Dean, fija en mí. Él quiera ver todo y no perderse ninguna de mis expresiones.

Luther iba a darse por vencido al no saber cómo hacer sentir bien a Dean. [Mas no sabía que Dean se emociona con solo besarlo.] Pero entonces se dió cuenta como hacerlo, como moverse para disfrutarlo los dos.

Dean le dio una pequeña ayuda a Luther, lo guío por unos segundos pero luego de eso las caderas del menor se movían de arriba abajo con precisión por si solas. Luther había encontrado ese lugar donde se siente bien y con ello también le entrega placer a Dean.

—Sigues moviéndote así, me vendre.—Confesó, con su voz jadeante.

Escuchar el ruido obsceno cada vez que sube y baja me hace querer sonreír, sonreír por tan bien que me siento. Por lo hermoso que se ve mi Súcubo, bailando arriba de mí. Es que no es mentira cuando digo que el despistar tantas cosas en mí, en verdad es un Súcubo que nació solo para seducirme y enamorarme solamente a mí.

—¿Eso...eso es malo?—Cada vez que subo y bajo en su miembro siento un cosquilleo desde mi pelvis hasta llegar a ese pequeño y estrechó lugar que se aferra con obscenidad del miembro de Dean.

—No.—Muerde los hoyuelos de Luther.—Eso quiere decir que te mueves tan bien que no podré aguantar tanto como quisiera, no quiero salir de ti.—Beso los labios del ojos celestes.

‹Antes creía que no existía un paraíso digno de admirar o de visitar, todos esos lugares que decían con exageración que eran paraísos exoticos, para mí eran simples sin nada que apreciar.

Sin embargo, pensaba de esa forma porque no había encontrando mi perfecto paraíso, con un deslumbrante cielo celeste sin comparación y un hermosa naturaleza de pálida hermosura.

Me estuve guardado para él, para mí Súcubo. No podía entregarle nada de mi a nadie que no fuera mi alfa de ojos celestes, porque eso sería una atrocidad, el ensuciarlo con un cuerpo ya impuro.

Si nos íbamos a ensuciar nuestros cuerpos ya sea con nuestros fluidos corporales o con otras cosas, tenemos que hacerlo juntos. Justamente como ahora que me encuentro con mi abdomen manchando con su semen.›

—¡Aaah!

Luther arqueo su espalda, apretando fuertemente el miembro de Dean. Había bajado tan rápido que esa cosa dentro de él fue un poco más profundo, eso provocó escalofríos en su columna dorsal.

—...Mi Súcubo.—Muerde sensualmente su labio, esa presión lo está enloqueciendo. No puede soportar más ese tan desbordante estímulo.

—¡Dean!

—¡Lut..!

El alfa de ojos celeste mordió el hombro de Dean, esa estocada repetitiva sacudió todo en él, sin exagerar sus ojos se pusieron en blanco y de las esquinas de sus labios se escapan hilos de platas como si fuera agua.

Ambos a penas podían respirar bien tras tocar mas allá del cielo, esa llegada del climax estuvo fuera de sus ya grandes espectativas. Dean tuvo la ligereza de salir de Luther, sin embargo también hizo lo mismo con el preservativo. Quería que sus fluidos se mezclarán, fue así como sus abdomen y pecho quedó manchado con sus fluidos.

—Quiero volver entrar en ti.—Confesó, besado el cuello de Luther.—Pero tendré que controlar mis...

—No hagas.—Se bajo del regazo de Dean.—No te reprimas.—Se quitó el pantalón y ropa interior rota por culpa del alfa mayor, quedado completamente desnudo.—Estoy bien.—Separa sus piernas con sus mejillas todas rosas.—Perdamos el conocimiento de puro placer, juntos.

Dean tiro todo ese autocontrol a la basura, no podía ni siquiera pensar con claridad al ver la hermosa obra de arte sobre la cama, el hermoso cuerpo de Luther emana seducción.

—Está vez en serio no me voy a detener así ruegues.—Beso los labios de Luther, mientras subía las sexys piernas del contrario a sus hombros.

—¡¡Ngh!!

Es el único ruido que logró salir al exterior luego de que Dean, de una sola estocada frotara su lugar dulce en el interior de Luther.

El joven alfa ojos celeste temblaba en los brazos protectores de Dean, el cual tenía una expresión extasiada en placer y embelesado por la manera en que la expresión de Luther, se vuelve tan lasciva. Eso le hizo perder la cordura al alfa de ojos brillantes grisáceos.

Hablaban muy enserio con respecto a perder el conocimiento mientras se entregan, unen sus cuerpos y se miran fijamente con sus miradas derrochando un tremendo amor.

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